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Los autos a nafta ya tienen fecha de extinción

El escenario está planteado. El diagnóstico es severo y el pronóstico reparador.


Los autos de consumo convencional de combustible están cerca de la extinción. Es el
análisis desprendido de una serie de políticas restrictivas y un compendio de
informes estadísticos que estudian la expiración de una forma de movilidad. Una
forma contaminante de movilidad que no deja respirar a la Tierra. Su uso ya tiene
fecha límite: 2050.

Las planificaciones, los lanzamientos, los estudios de mercado, las cúpulas de las
automotrices, la previsión y el vaticinio de la industria: todo coincide. Los autos
de motorización convencional son una tecnología anticuada, desplazada por el
advenimiento de innovaciones en carácter ecológicas, responsables con el medio
ambiente. De haberse convertido en símbolo de una nueva era de movilidad, en los
inicios del siglo XX, hoy resiste el cambio de paradigma. "Los eléctricos son el
futuro" es un concepto que crece cada vez que el sector automotriz se reúne.

La Climate Action Tracker dijo: los autos con motor a combustión dejarán de
venderse en 2035 y desaparecerían de las calles en 2050. El CAT es una organización
europea que publica análisis científicos independientes en mancomunión con cuatro
organizaciones de investigación de la acción climática y los esfuerzos globales por
combatirla. Su estudio sobre los efectos del automóvil en términos de
sustentabilidad fue drástico. Advirtió la necesidad de "descarbonizar" la atmósfera
y acusó que el 14% de las emisiones de efecto invernadero son expulsadas por
vehículos de motor a nafta o diésel.

El informe es oportuno y comulga con algunas directrices que están propagándose por
las automotrices. Se celebró hace pocos días una de las citas del sector más
importantes del año. El Salón de París resumió el rumbo de la industria: eléctricos
y SUV. Hacia la propulsión alternativa viraron los productores de autos. La cruzada
por el medio ambiente gana fieles entre las corporaciones. Las automotrices
adoptaron esta conducta y sus cráneos, sus autoridades, sus casas matrices, sus
ingenieros desarrollan modelos de motorización ecológica.

"No será fácil que los autos a gasolina y diésel sobrevivan". La frase es de
Kiyotaka Ise, alto gerente de Toyota, la segunda compañía en el mundo que más autos
vende (fue desplazada por el Grupo Volkswagen). La autoridad de la firma japonesa
coincidió con los pronósticos de la Climate Action Tracker. Consideró que sus
vehículos híbridos, los híbridos que se recargan, los eléctricos, los potenciados
por celdas de combustible representarán la mayoría de sus ventas a nivel global.
Ante tales efectos, la comercialización de sus modelos tradicionales se reduciría a
niveles mínimos: en la actualidad declaran el 85% de sus ventas globales.

Hay consenso entre las automotrices y las autoridades. Mientras los modelos
eléctricos en el mercado ganan aceptación y privilegios, las políticas públicas
empiezan a propagarse. En abril, Holanda le puso plazo a la era del petróleo:
aprobó una moción para prohibir la venta de autos motorizados por combustible fósil
para 2025. La ambiciosa propuesta, impulsada por el Partido del Trabajo (PvdA), fue
respaldada por la mayoría de los diputados de la cámara baja del Parlamento.
Quedará proscrita para esa fecha la oferta de autos no sostenibles.

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