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FUNDAMENTAL A LA NO DISCRIMINACION
2010
CONTENIDO
INTRODUCCION............................................................................
________________________________________________________________
BIBLIOGRAFÍA..............................................................................................
ANEXOS
Ley 53 de 1938
Decreto 1632 de 1938
Decreto953 de 1939
Decreto 13 de 1967
Ley 51 de 1981
Ley 755 de 2002
Ley 823 de 2003
Sentencia C-470 de 1997
Sentencia T-373 de 1998
INTRODUCCION
Hay quienes consideran que si bien las conquistas en el ámbito legal son
benéficas en la medida en que otorgan herramientas institucionales para la acción
social, no son suficientes, ya que su eficacia debe permear el aparato legislativo,
el judicial y fundamentalmente la vida cotidiana de sus habitantes, para cuyo
efecto, se requieren procesos culturales complejos, que pasan por la divulgación,
asimilación y apropiación de las normas.
Como se expresó con anterioridad, la realidad nos demuestra que existe distancia
entre el contenido teórico de las normas y su aplicación a los casos concretos,
mucho más, cuando se trata de disposiciones que pretenden afectar una tradición
cultural de gran arraigo, como ocurre con las conquistas legales de las mujeres,
planteadas con la finalidad expresa de lograr relaciones igualitarias en una
sociedad que conserva fuertes manifestaciones patriarcales.
Por esta razón es que ocuparse de los asuntos normativos de mujer y maternidad,
no es un asunto de pura dogmática jurídica, sino que su estudio, tiene que ver
necesariamente con los parámetros culturales imperantes en la sociedad
colombiana y específicamente en lo relativo a las relaciones de género.
1
Una de las pretensiones de estudios como el presente, es comprender las ideas que los seres humanos
tienen sobre sus congéneres, sobre las relaciones entre ellos y sobre las incidencias en las regulaciones
normativas; debido a que son justamente esas ideas las que le otorgan sentido y confieren significado a las
palabras o términos que se empleen en los procesos comunicativos sociales.
De otra parte, es innegable que la mujer ha logrado una definitiva incursión en la
vida pública, haciendo sentir su presencia en múltiples instituciones sociales, tales
como la política, la economía, las finanzas, la empresa, la rama judicial, legislativa
y ejecutiva del poder público, pero donde más se siente su injerencia es en el
sector productivo, como fuerza laboral fundamental en la economía colombiana ya
sea ésta formal o informal.
Siendo así las cosas, es indiscutible que el tratamiento a la maternidad revista una
especial importancia, ya no es un problema aislado, sino una necesidad social por
la cual se movilizan y preocupan los hombres y las mujeres trabajadoras en
primera instancia, así como la colectividad en su conjunto en un contexto más
amplio; esta es la razón por la cual resulta especialmente útil conocer que dice al
respecto la Carta Constitucional, el derecho legislado y el derecho judicial, éste
último, considerado por los juristas pragmáticos, como el único derecho realmente
existente.
Para apoyar la tesis adoptada, se acude a los estudios hechos por la teoría
feminista del derecho, cuyo aporte más interesante radica en ubicar la discusión
de género en el centro mismo del control social, es decir en el núcleo de la
2
“La mujer había ganado algunos espacios, pero su desarrollo pleno apenas se anunciaba Las nuevas
mediaciones que surgieron al cambiar el contexto, dieron como resultado un Ego femenino y unas relaciones
de familia diametralmente opuestas a las que conocimos a comienzos de siglo. La imagen y el poder del
hombre dentro del núcleo familiar no tiene el peso de antaño. Las relaciones de los cónyuges, de estos con
sus hijos y las fraternales han cambiado de manera sustancial. Las decisiones son compartidas bajo el
principio, como diría Virginia Gutiérrez de Pineda “de que todos deciden, todos hacen y todos se
responsabilizan”. No podemos decir que la familia patriarcal ha entrado en crisis, sencillamente ahora se
desvanece ante la fuerza arrolladora de una realidad sustentada en parámetros que no permiten su
existencia.” ZÚÑIGA, Eduardo. Nariño, Cultura e Ideología, Pasto, Universidad de Nariño / otros, 2002. p.316
normatividad jurídica, denunciando el carácter sexista del derecho. Desde
posiciones más optimistas, se plantea que si bien la igualdad sigue siendo una
aspiración, las conquistas alcanzadas por las mujeres en el campo normativo, así
como la jurisprudencia de las altas Cortes, son indicativos contundentes de los
horizontes promisorios que nos esperan3
El género es una construcción cultural que sirve para cuestionar los roles
asignados a unas y otros, buscando nuevas formas de sentido, una relación de
carácter más igualitario. La disputa no es mujeres vs. hombres, sino por el contrario
el ser humano unificado en la generación de otros valores más solidarios, más
libres y autónomos. Esta, no es desde luego, una empresa sencilla, su solo
planteamiento produce molestias, pues todo sabemos que este enfoque tiene la
virtud de develar realidades mucho tiempo ocultas, desordenar las jerarquías
largos años acomodadas, poner en tela de juicio el ejercicio del poder, reorientar la
acción social hacia nuevos ámbitos, devolverle al trabajo su auténtico sentido, al
mismo tiempo crea otra forma de entender y disfrutar la vida.
En el capítulo II, se hace una sintética pero necesaria indagación histórica acerca
de las ideas que sobre la maternidad han predominado en Occidente. Este
acercamiento permite establecer que en asuntos de imaginarios de mujeres el
paso de los tiempos, las revoluciones científicas, las catástrofes políticas y
naturales no han logrado dar al traste con viejísimos idearios. Cada lector podría
en soledad y frente así mismo determinar en qué etapa de la historia se encuentra
en materia de valoración y reconocimiento del género femenino.
3
Esta es la tesis sostenida por Julieta Lemaitre en el texto Cuerpo y Derecho, Bogotá, Editorial Temis, 2001
El III capítulo se desarrolla una revisión normativa acerca de la evolución del
derecho laboral colombiano en el tema de la maternidad y el embarazo;
distinguiendo para los efectos de este estudio, tres etapas, las que corresponde a
tres momentos cruciales relacionados con el surgimiento, la consolidación y
deslaboralización de las relaciones de trabajo. Culmina este aparte con un análisis
crítico de las últimas disposiciones en esta materia.
La autora
CAPITULO I
1. FEMINISMO Y DERECHO
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feminista de otras es su aceptación del compromiso político que subyace a toda explicación conceptual y a
toda empresa del conocimiento, y su formulación también explícita del contenido de su propio compromiso
político (…) La teoría feminista no sería sino una teoría más honesta que las demás”. JARAMILLO, Isabel
Cristina (2000) La crítica feminista al derecho En: Robin West “Género y Teoría del Derecho”. Colección
Nuevo Pensamiento Jurídico, Bogotá, Ediciones Uniandes, Instituto Pensar, Siglo del Hombre Editores, p.39
7
JARAMILLO, Isabel Cristina. Ob.Cit. p. 33
8
Una importante estudio sobre la teoría socio crítica del Derecho se encuentra en GARCIA, Mauricio.
Sociología Jurídica, Bogotá, Ediciones Unibiblos, 2001.
supuestos valorativos que la comunidad de mujeres plantea. Esta vía de
construcción teórica supone una metodología participativa; es a partir de la
autoconciencia de las mujeres, del cambio de mirada sobre sí mismas y sobre su
realidad, que es posible que se reconozcan y superen las distorsiones ideológicas
que impiden el logro de las metas feministas.
Como toda teoría que emerge de la realidad social, las teorías feministas
requieren de la reconstrucción colectiva del significado de la experiencia social de
las mujeres, su método es, pues, la creación de la conciencia femenina, entendida
ésta no como una acción individual, sino como una construcción como ser social
colectivo, de allí que la búsqueda de la conciencia se convierta en una forma de
práctica política. Este planteamiento no se opone a la construcción subjetiva del yo
femenino, por el contrario, es un proceso que marcha de manera paralela en una
relación dialéctica y retroalimentadora.
9
PATEMAN, Carole. Críticas Feministas a la dicotomía Público/Privado. En: Perspectivas feministas en teoría
política. Editorial Paidós. Barcelona, 1996 p.36
Si bien es cierto, que Habermas al plantear su tesis de la acción comunicativa y la
búsqueda racional de consensos, desechando el uso de cualquier forma de fuerza
o violencia, incluye de manera expresa a todos los actores sociales, entre ellos,
las mujeres; planteamiento que encierra una reivindicación para la mujer por la
aceptación de su presencia en el plano político, conlleva una restricción nefasta,
cual es el dejar por fuera de esta práctica política los conflictos propios de la vida
doméstica.
Por eso, cuando por primera vez la mujer levantó su voz en el mundo Occidental
lo hizo para reivindicar su condición de ser humano, puesto que el nuevo Estado
igualitario por el que habían luchado en las calles y en sus hogares, mantenía
respecto a ellas las ideas patriarcales de opresión y exclusión; únicamente de esta
manera se entiende la negación del derecho a la ciudadanía, a formar parte de la
guardia nacional, al voto universal, etc. La Constitución que se aprobó el 24 de
junio de 1793 fue una constitución sexuada, en beneficio del poder masculino. “La
imagen de la mujer libre permite, además jugar con una paradoja:mujeres de un
pueblo libre, pero sometidas la despotismo masculino” 10
10
GODINEAU, Dominique. Hijas de la Libertad y Ciudadanas Revolucionarias. En: Historia de la Mujeres,
siglo XIX. Tomo IV, Madrid, Editorial Taurus, 2000.p.50
“Las madres, las hijas, las hermanas representantes de la nación,
reclaman ser constituidas en Asamblea Nacional. La ignorancia, el
olvido y el menosprecio de los derechos de la mujer, son las únicas
causas de las desgracias públicas y de la corrupción de los
gobernantes. En consecuencia el sexo superior en belleza, como en
coraje dentro de los sufrimientos naturales, reconoce y declara, en
presencia y bajo los auspicios del Ser Supremo, los siguientes
Derechos de la Mujer”11.
11
DE GOUGES, Olympe (1788-1791) Ecrits politiques. Paris: Coté-Femmes éditions. 1993 p. 206
12
Ibíd. p. 207
ya que la exclusión de que fueron objeto por parte de los revolucionarios
franceses, se apoyaba en la creencia acerca de la inferioridad intelectual de las
mujeres. A partir de entonces, la búsqueda de la igualdad en el terreno jurídico ha
sido una aspiración creciente del mundo occidental. Más que una reivindicación de
derechos políticos concretos, lo que debe reconocerse a la De Gouges es la
reivindicación moral de la individualidad femenina y la capacidad para elegir su
propio destino.
13
Otro aspecto digno de investigación consistiría en indagar qué razones conducen a la OIT a adoptar
convenios y recomendaciones protectoras del trabajo femenino. Podrían encontrarse razones de carácter
instrumental vinculadas a la necesidad de integrar a la mujer al proceso de desarrollo capitalista.
14
Se reconoce a esta mujer como la pionera del feminismo reivindicativo de los derechos de la ciudadanía en
Colombia. Mayor información en QUIÑÓNEZ, Elisabeth (2000). “Ofelia Uribe. Insurgencia de la subjetividad y
la ciudadanía de las mujeres”. En: En otras palabras No. 7. Bogotá, Enero – Junio, Universidad Nacional de
Colombia, Unibiblos,
15
QUIÑÓNEZ, Elisabeth. Ob. Cit. p.27
Otras mujeres16 retoman de una manera renovada esta misma bandera, así en
1955 Rosa Turizo de Trujillo17, no sólo presiona para hacer realidad los derechos
adquiridos por las mujeres durante el gobierno de Rojas Pinilla, sino que su
empeño va hasta proponer una educación cívica que permita a las mujeres incidir
concientemente en la vida política nacional, previo conocimiento de sus derechos.
16
Entre las sufragistas colombianas merece citarse a Mercedes Abadía, Georgina Fletcher, Esmeralda
Arboleda entre otras.
17
PELAEZ, Margarita. “Rosita Turizo. Pionera de la lucha por el sufragio femenino”. En: En Otras Palabras
No. 7. Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, Unibiblos, 2000
18
Se hace referencia en este punto, a limitaciones reales relacionadas con menores ingresos económicos,
inferiores grados de escolaridad en los estratos sociales más bajos y por tanto desconocimiento de derechos,
mayores cargas: laborales, domésticas y familiares, carencia de representación política entre otras.
salario, estabilidad en el empleo. Las leyes como respuesta, impusieron
prohibiciones para trabajar en determinadas actividades, horarios o lugares que se
juzgaron peligrosos dada la manifiesta debilidad femenina y con medidas
protectoras de la maternidad: tratamiento especial para el trabajo femenino en
embarazo y derechos prestacionales para la madre y el niño.
El resurgimiento del marxismo en los años sesenta y setenta se debe a que las
tesis marxistas se convierte en una teoría válida para entender los nuevos
cambios sociales y las relaciones de dominación derivadas de experiencias como
las dos guerras mundiales, la consolidación de las formas político organizativas de
la Unión Soviética, Cuba, China, la subsistencia en el mundo entero, de los
problemas de distribución inequitativa de la riqueza y de injusticia social en
general. En este contexto, el aparecimiento del feminismo socialista es la
respuesta femenina al auge de los movimientos de izquierda en el mundo entero y
específicamente en América Latina. Imbuida la juventud como estaba, con las
posibilidades de alcanzar un mundo mejor como ya lo habían hecho otros países -
el mejor ejemplo por lo cercano lo constituye Cuba- los jóvenes de todas las
condiciones sociales se alistan entusiasmados en los diferentes grupos de
izquierda que surgen en esos años, unos de carácter puramente local y otros con
vínculos nacionales e internacionales.
19
Ver al respecto. GOYES, Isabel (2004). Una experiencia de cambio en la Universidad de Nariño. Pasto:
Universidad de Nariño
siguieron siendo patriarcales, debe reconocerse el gran espacio que en el mundo
de lo público abrieron a la mujer.
Era tan grande la influencia del marxismo que aun las feministas pretendían
sustentar sus planteamiento en referencia a esta corriente política, tal es el caso
de Catherine Mackinnon22, quien haciendo un parangón con las tesis marxistas
postula que: “La sexualidad es al feminismo lo que el trabajo es al marxismo”. Así
como la organización de la expropiación del trabajo de unos para beneficio de
otros define a la clase trabajadora, la expropiación de la sexualidad de unas para
el uso de otros, define a las mujeres.
20
Fueron excepcionales las militantes de izquierda que se atrevieron a denunciar la visión patriarcal de los
grupos Marxistas Leninistas y Socialistas en Colombia LONDOÑO, Argelia (1977). Contra la Monogamia
contra Engels. Medellín.
21
Algunas estudiosas del feminismo radical, ubican su aparición histórica entre los años 1967-1975 en los
Estados Unidos, como una reacción a las limitaciones del feminismo liberal. Ver al respecto BELTRÁN, Elena
y otras (2001). Feminismos: Debates Contemporáneos. Madrid, Alianza Editorial.
22
MACKINNON, Catherine (2001). Feminismo, Marxismo, Método y Estado. Una agenda para la teoría.
Bogotá, Documentos Maestría en Derecho. Universidad Nacional de Colombia.
El marxismo y el feminismo para Mackinnon son teorías de poder y su distribución
inequitativa. Las dos teorías develan cómo un orden social disparejo conlleva
irracionalidad e injusticia. Una de sus pretensiones es poner en diálogo al
marxismo con el feminismo, indagando la posibilidad de crear un solo discurso,
bajo el supuesto de que sus tesis son complementarias. De allí su preocupación
por establecer cómo responden estas teorías a las siguientes preguntas: ¿Es la
dominación masculina una creación del capitalismo o es el capitalismo una
expresión de la dominación masculina? ¿Qué significa para el análisis de clases,
que una de ellas puede afirmar que un grupo social es definido y explotado a
través de medios independientes a los de la producción? ¿Qué pasaría con el
capitalismo si los sexos fueran integrados? ¿Si la estructura y los intereses sirven
al Estado socialista o al Estado capitalista hay diferencias en términos de clases
si estas estructuras e intereses predican la desigualdad de sexos? ¿Hay alguna
relación entre el poder de unas clases sobre otras y el de los hombres sobre las
mujeres?
Por estas razones para las feministas el marxismo al igual que el liberalismo, los
dos grandes paradigmas de la modernidad, en cuanto son sustentados bajo un
sujeto único masculino, carecen de la visión femenina del mundo. Ellas
argumentan que analizar exclusivamente la sociedad en términos de clase, es
ignorar las experiencias distintivas de los sexos, oscureciendo la identidad de la
mujer.
Las dos tendencias tienen sólidos argumentos. Sin embargo, no hay duda de que
en la realidad, el sexo juega un rol trascendental tanto en la sociedad en su
conjunto como en la relación al interior de las clases sociales. La teoría marxista
intenta comprender la complejidad social en términos de clases y en ellas incluyen
hombres y mujeres. Este término abstracto oculta las diferencias de sexos.
Si bien el cambio del poder estatal y del control de los procesos productivos, dan
un vuelco a las relaciones de trabajo, no ocurre igual con las relaciones de sexo,
Ni el liberalismo ni el marxismo equilibraron el estatus de la mujer con el del
hombre. A la luz de estas experiencias, los esfuerzos de las mujeres son los
mismos, ya se trate de uno u otro régimen. Esta es la razón por la que el
feminismo radical, no centra su atención en las conquistas normativas sino que su
meta es mucho más ambiciosa, pues pretende abarcar las estructuras de poder,
trastocar la cultura, remover los imaginarios sociales, construir otro ser humano.
Para el caso de Colombia y como situación sui generis debe señalarse que la
primera activista política del siglo XX en Colombia, la legendaria María Cano,
pertenecía justamente al Partido Socialista Revolucionario P.S.R. razón por la cual
sus acciones se inspiraron en las ideas de la revolución Rusa, alinderándose sin
tapujos con las aspiraciones de la naciente clase trabajadora, por cuya
consolidación trabajó sin descanso a lo largo de su fructífera vida pública. En
reconocimiento a su trayectoria de luchadora incansable fue proclamada 25 el 1º de
mayo de 1925 como La Flor del Trabajo de Medellín y más tarde como La Flor del
Trabajo de Colombia. Su vida fue una ruptura y una afrenta con el imaginario de
mujer vigente en ese momento.
A lo largo del siglo XX surgen otras mujeres casi todas vinculadas a los grupos de
izquierda, para quienes la lucha por los derechos de la mujer estaban
indisolublemente ligados a las demandas sociales de los pobres y marginados. En
este sueño colectivo termina difuminándose lo específico femenino.
23
“El término familia fue utilizado en primer lugar por lo romanos, a fin de designar una unidad social cuyo jefe
gobernaba sobre la mujer, los hijos y los esclavos...”Firestone citada por Silvina Albarez, Ob. Cit. p. 109
24
ALVAREZ, Silvina. Feminismo radical. En: Feminismo: Debates teóricos Contemporáneos. Madrid, Alianza
Editorial, 2001 p. 107.
25
Si bien la distinción se otorgaba a las jóvenes comprometidas con obras sociales, generalmente reinas de
belleza, en el caso de Maria Cano se convierte en un símbolo de lucha política revolucionaria
Aunque de una manera reducida surgen mujeres que bajo la influencia del
feminismo norteamericano y Europeo comienzan a cuestionar el por qué la
realización de la mujer tiene que implicar el engendramiento “( ...)la búsqueda de
información sobre el sentido del embarazo le permitió constatar que la
interpretación de hechos que consultan la experiencia corporal femenina ha sido
realizada exclusivamente por hombres, como ya lo había recalcado Virginia Wolf”26
Las tesis del feminismo radical no generaron entre nosotros un movimiento que se
identificara con sus planteamientos, no sólo por el extremismo de sus posiciones,
sino por lo ajeno a las vivencias de las mujeres latinoamericanas, para quienes, la
maternidad como función exclusivamente femenina es altamente valorada y
aceptada. Su lucha es contra la maternidad impuesta, no contra la posibilidad de
generar vida.
26
LOPEZ, Martha. “Beatriz Vélez. Reintérprete de la experiencia corporal femenina”. En: En Otras Palabras
No. 7 Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, Unibiblos, 2000. p. 52
27
Año Interamericano de la Familia. Bogotá: Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, 1983. P.
28
Académica e investigadora de la Universidad Nacional de Colombia, miembro de la delegación colombiana
al Congreso Mundial de la Mujer en China en 1995.
Siguiendo a Amartya Sen podemos afirmar que la mayor preparación de la mujer y
el trabajo fuera del hogar, en la medida en que le permite recibir ingreso propio,
incide radicalmente en el mejoramiento de la familia y por ende de toda la
sociedad, lo que no ocurre en las mismas circunstancias, cuando el beneficiario es
un hombre.
Las tesis básicas de este nuevo feminismo pueden ubicarse en escritos como el de
Robin West, para quien toda la teoría filosófica, política, moral y jurídica
contemporánea se basa en la tesis de la separación, esto es, concebir al ser
humano como separado de todos los demás seres en palabras de Sandel el
individuo es “epistemológicamente anterior al colectivo”30. Esta frase sirve para
afirmar que toda la teoría jurídica del derecho es irreparablemente masculina, ya
que la aseveración de que lo que nos separa es epistemológica y moralmente
anterior a lo que nos une, es falsa respecto a las mujeres. Por el contrario, según la
West, las mujeres están indisolublemente ligadas a la vida de otros seres
humanos, al menos en cuatro momentos: el embarazo, la lactancia, la
menstruación y la penetración sexual.
29
Olsen Frances (2001). Dónde nos encontramos? Bogotá, Materiales de Estudio Maestría en Derecho.
Universidad Nacional de Colombia. p. 3
30
Sandel, citado por West Robin en Género y Derecho. Ob. Cit. p 82.
Otras autoras han desarrollado esta línea de pensamiento mediante
investigaciones de caso31 que las conducen a concluir que el ideal de persona
madura que se ha impuesto socialmente hace referencia a la posibilidad de
definirse como un ser independiente de otros, cuyos derechos implican la no
interferencia con los derechos de los demás. Esta visión no es genérica, las
mujeres por el contrario se entienden maduras por su capacidad de relacionarse
con otros, lo que les permite plantear una ética femenina basada en el cuidado y en
la mayor capacidad para colaborar con los demás en términos de no violencia. Por
lo tanto, el pensamiento maternal no radica en la capacidad reproductora
exclusivamente, sino en la especial predisposición sicológica para el acercamiento
con los demás seres humanos.
Para este nuevo feminismo, las mujeres constituyen un grupo social con una
identidad diferente tanto a la de los hombres como a la identidad femenina
construida por ellos. Lo específico femenino no sólo es cultural sino también
natural. Aceptando que estas diferencias sean a su vez productos culturales y
naturales, mal podría pretenderse que se sustituya la perspectiva unilateral
masculina por la femenina.
Para estas feministas, la maternidad es una condición femenina que lejos de ser
rechazada puede ser la fuente de una real identidad y emancipación, siempre y
cuando que la misma proceda de un acto de autonomía femenina, la que previo
conocimiento de todas las implicaciones que acarrea el ser madre, decida de
manera libre esta opción, la que correspondiendo por igual al padre y la madre, no
la imposibilita para otros desarrollos personales, intelectuales, políticos etc. Lo
anterior, no significa que para el feminismo cultural, la maternidad sea la única
alternativa auténticamente femenina, puesto que el trabajo y la disposición son
31
Al respecto son interesantes los trabajos de investigación de Carol Gilligan (1985). Una Voz Diferente,
México. E.F.C.
32
ALVAREZ, Silvina. Diferencia y Teoría feminista. En: Feminismos Debates teóricos
contemporáneos. Ob. Cit.p. 255 a 256.
aplicables también a los padres que asumen las responsabilidades y los placeres
vinculados con la crianza de los hijos.
CAPÍTULO II
33
Siguiendo a Virginia Gutiérrez de Pineda se entiende por patriarcalismo la forma desigual en que se
estructura la familia en razón del género de sus integrantes. Desde luego que es un sistema reforzado por el
contexto total, la economía, la religión, la política, la cultura en su conjunto. El ejercicio del poder, la autoridad y
la toma de decisiones en la familia patriarcal se reservan al padre, quien se ubica por lo mismo en la cúspide
de la familia. La madre a la que corresponde un lugar subordinado en la escala familiar cumple de manera
estricta un rol que previamente y sin su consentimiento le ha sido asignado.
El patriarcalismo instaura el patrón masculino en cuanto reconoce el dominio y privilegio del hombre sobre la
mujer en lo social, económico, jurídico, político y cultural, amén de los mitos sobre la superioridad del hombre
en lo biológico, lo intelectual, lo sexual y lo emocional. GUTIERREZ DE PINEDA, Virginia. En: Honor, Familia y
Sociedad, Bogotá. Centro Editorial Universidad Nacional de Colombia, 1992.
En cuanto a aquellos cuya fecundidad reside en el alma, pues es muy
cierto que hay quienes conciben, más en el alma que en el cuerpo, todo
lo que es propio del alma concebir y dar a luz. ¿Qué es lo que les es
propio? El pensamiento, así como cualquier otra excelencia. Ahora bien,
cuando entre esos hombres se encuentra uno, ser divino, en quien
existe desde joven esa fecundidad de su alma, y cuando, llegada la
hora, le asalta el deseo de dar a luz y de engendrar, entonces yo pienso
que, también él se lanza a buscar aquí y allá la belleza en la que pueda
procrear, pues jamás procrearán en la fealdad. Es en contacto con el
objeto bello y en su compañía, como da a luz y engendra aquello de que
ha tiempo que está preñado; en ello piensa de cerca y de lejos y termina
por alimentar, conjuntamente con el objeto bello de que antes hablaba,
aquello que ha engendrado34
Aristóteles por su parte estudia y entiende las diferencias físicas entre hombre y
mujer como resultado de insuficiencia, donde el hombre es completo y perfecto y la
mujer débil e incapaz de asegurar su propia defensa, dotada además de un
cerebro pequeño. Esta apreciación la traslada a la posibilidad de la maternidad,
aseverando que macho es el ser capaz de engendrar en otro y hembra el ser que
engendra en sí misma:
El advenimiento de la edad media en lo que tiene que ver con la mujer puede
recogerse en las tesis de Tomás de Aquino quien, inspirado en Aristóteles, justifica
la jerarquía de los sexos, la custodia de las mujeres dentro de la familia o del
convento y su exclusión de la vida pública, al mismo tiempo que reconoce la
superioridad de la autoridad masculina en la vida de pareja. Queda para las
mujeres el margen estrecho de su labor de madre y educadora de sus hijos.
34
PLATON. El Banquete. Citado por SISSA, Giulia (2000) . Filosofía del género. Platón, Aristóteles y las
diferencias de género. En: Historia de las Mujeres. 1. La Antigüedad. Mdrid: Taurus. p. 91
35
ARISTÓTELES, Citado por SISSA, Giulia (2000) . Ibid. p. 115
y se portase de modo irreprochable”36. En esta cita, se sintetizan las virtudes que
deben caracterizar a la buena esposa. Sara se desenvuelve en el que, a juicio de
los clérigos, es el único mundo posible para las mujeres casadas.
De otra parte, si bien la sexualidad es admitida dentro del matrimonio, ésta tiene
como finalidad exclusiva engendrar a los hijos y evitar el pecado. Esta relación
supone la fidelidad absoluta de la mujer que se constituye, junto con los hijos, en
uno de los requisitos indispensables del matrimonio: ““La promiscuidad sexual
como todo lo que empaña la certeza de la paternidad, impide que los padres
provean diligentemente de la herencia y la alimentación de los hijos” 39. La
fidelidad es, como se ve, la única forma de garantizar la descendencia masculina
y la que en últimas legitima la relación matrimonial.
36
Citada por VECCHIO, Silvana (1992). La buena esposa. En: Historia de las Mujeres. Tomo II. Madrid:
Taurus, p.147
37
Ibid. p. 153.
38
Ibid. p. 154
39
ROMADO, Egidio. Citado por VECCHIO, Silvana. Op. Cit. p.157
connaturales de toda buena esposa. Al respecto Santo Tomás expresa: “Tal y
como dicen las escrituras, fue necesario crear a la hembra como compañera del
hombre; pero como compañera con la única tarea de la procreación, ya que para el
resto, el hombre encontrará ayudantes más válidos en otros hombres, y a ella sólo
la necesita para ayudarle en la procreación” Entre el común de las personas se
asocia mujer e hijos con bendición divina y como el sexo sólo era permitido en el
matrimonio y con el fin de procrear, la consecuencia lógica: un buen matrimonio
incluye muchos hijos, una buena esposa sólo es tal, si tiene varios hijos, todo lo
demás es considerado anormal. A tal punto que la esterilidad, siempre atribuida a
la mujer, puede invocarse como justa causa para repudiar a la esposa.
Juan Jacobo Rousseau, uno de los teóricos más destacados de esta etapa,
expresa de manera clara su visión acerca del papel que le compete desempeñar a
la mujer, en el naciente Estado. La diferenciación de roles para este autor es
derivada de las diferencias anatómicas. Al lado de Emilio, el ciudadano, está
Sofía, no ciudadana sino compañera sumisa, encargada de seducir y reproducir.
Al respecto expresa:
“...El uno debe ser activo y fuerte, y el otro pasivo y débil. Es totalmente
necesario que uno quiera y pueda; basta que el otro resista poco.
Establecido este principio, de él se sigue que la mujer está hecha
especialmente para agradar al hombre...Convengo que ésta no es la
ley del amor, pero es la de la naturaleza, anterior al amor mismo...Por
tanto, no conviene al hombre que tiene educación, casarse con mujer
que no la tenga, ni por consiguiente de una clase en que sea imposible
tenerla. Pero todavía quería cien veces más, una muchacha sencilla y
con tosca educación que una erudita y marisabidilla que viniese a
formar en mi casa un tribunal de literatura, haciéndose la presidenta.
Una mujer de esta especie es el azote de su marido, de sus hijos, de
sus amigos, de sus criados, de todo el mundo...Fuera de su casa se
hace ridícula y es criticada y con mucha razón porque no puede menos
de serlo cualquiera que sale de su estado y no está destinado para
aquel que quiere tomar.. Toda esta embustería es indigna de una
mujer honrada y aun cuando tuviese talento, la envilecería su
presunción. Ser ignorada, es su dignidad, su gloria se funda en la
estimación de su marido y sus alegrías en la dicha de la familia...”40
40
Rousseau, Juan Jacobo, El Emilio o la educación. Méjico: Editorial Novaro, 1959, p. 642
41
Su texto clásico Vindicación de los derechos de la Mujer fue publicado en 1792
42
De GOUGES, Olympe. Declaración de los derechos de la Mujer y de la Ciudadana. Citada por
HERNANDEZ, Gabriela (2000) . En: Expresión Universitaria. No. 10. Pasto: Universidad de Nariño. p
el caso del movimiento de las periodistas, conocido como “ las Preciosas”, el cual
demuestra el surgir del talento femenino. Las otras, las menos afortunadas,
también desean huir de los muros cerrados de las familias, de la maternidad, de la
crianza de los hijos, de la atención de los padres, esposos e hijos para incursionar
en el mundo; la prostitución, la criminalidad, la brujería, son los caminos
desafortunados que les permiten otro sitio.
No obstante estas disidencias, en pleno siglo XVIII, la mujer se define como hija,
hermana, esposa y madre. Es decir, la mujer continúa identificándose en relación
con el hombre: primero su padre, luego su marido, más tarde sus hijos, ellos eran
los responsables legales de la mujer, a los que debe respetar y obedecer. Su
incursión en el mundo laboral, tiene un claro objetivo, acumular una dote y algunas
habilidades que le ayudaran a atraer un buen marido. El matrimonio se convierte
en un medio protegido y diseñado para que la mujer no asuma sola la crianza de
los hijos, evitando que el hombre escape de la responsabilidad de mantener a su
descendencia.
El siglo XIX mantiene las normas opresivas y prohibitivas contra la mujer, estado
de cosas al cual contribuye de manera decisiva la influencia de la Iglesia Católica,
que continua exaltando la mujer madre, devota, ejemplar, capaz del sacrificio y la
renuncia permanentes. Estas son las mujeres que contrapone la iglesia, a aquellas
otras emancipacionistas, libertinas y pecadoras, a las cuales se debe que el
sufragio universal, efectivamente se convierta en un asunto prioritario de la política
de sus estados.
43
WOLLSTONECRAFT, Mary. Vindicación de los derechos de la Mujer. Madrid: Editorial Debate 1998.
44
Ibidem. p.40.
hacen común la expresión feminidad emancipada que obliga a tener en cuenta los
deseos de libertad e individualidad de las mujeres. Una de las principales
aspiraciones era la relacionada con la limitación de la fecundidad matrimonial,
aunque se seguía discutiendo sobre los medios más adecuados para hacerlo.
Hasta el año 1936 la Corte Suprema de los Estados Unidos considera que los
métodos de control de la natalidad deben tratarse como conductas delictivas
según la ley federal contra la obscenidad. A pesar de estas restricciones legales,
al margen o dentro de la ley, el crecimiento de la población descendió
considerablemente en los años treinta.
Contra estos anhelos, las estadísticas indican de manera fehaciente que cada día
crece el número de mujeres trabajadoras debido a la insuficiencia de los salarios
masculinos, duplicando, triplicando y complejizando el rol femenino como madre,
esposa, trabajadora y ciudadana. Esta realidad aunada al apoyo de los
movimientos feministas y socialistas europeos, trae a este continente la discusión
sobre el control natal. A partir de 1930 se aceptan abiertamente las campañas de
difusión sobre los métodos anticonceptivos, los que se acogen por las parejas de
todos los estratos sociales y en todos los países.
Los nuevos patrones culturales están respaldados tanto por el poder divino
(derecho canónico) como por el poder civil (leyes de indias); religión, estado y
derecho conforman un entramado sobre el que se erige un único poder. De allí en
adelante todo lo europeo es bueno y lo hispánico ateo, hereje, maligno. Las
conductas de nuestros antepasados se juzgan de conformidad con unas normas
que no sólo desconocen sino que, además, les son totalmente ajenas.
45
RODRÍGUEZ, Pablo (1997). El mundo colonial y las Mujeres. En: Mujer, familia y educación en Colombia.
Pasto: Academia de Historia de Nariño, p.109
46
QUIJANO GUERRERO, Alberto. Tres momentos del proceso familiar en Amerindia. En. Mujer, familia y
educación. p. 22
47
SANCHEZ BELLA, Ismael y otros. Historia del Derecho Indiano. Madrid:1992 p.
que prohíbe a los indios vender a sus hijas para casamiento con aquel
pretendiente que fuera al mismo, tiempo el mejor postor.
Las bases teológicas del derecho, explican por qué muchos pecados son delitos,
entre los que figuran: el incesto, el adulterio, la bigamia, el amancebamiento, la
sodomía, el estupro y la prostitución. Numerosos expedientes de la época ilustran
la forma como se impone la moral católica.
48
RODRÍGUEZ, Pablo. El mundo colonial y las mujeres. En Mujer, familia y educación en la colonia.. Pasto,
Academia Nariñense de Historia, 1997 p. 127
partir de entonces sus voces se acallaron y la historia siguió hacia
dentro” 49(1997).
Las leyes, como se sabe, pocas veces han impulsado procesos de cambio social,
en su gran mayoría han contribuido a conservar el statu quo vigente. Por eso, no
resulta extraño, que en el código de 1887 se autorice a las mujeres para
desempeñarse como parteras, posaderas y nodrizas. Nótese como las funciones
que la vinculan con el mundo laboral, son las mismas que desempeña en su rol
esencial de esposa y madre.
Durante el gobierno de José Hilario López, por ley de junio de 1853 se aprueba el
matrimonio civil. El obispo de Pasto, dijo al respecto:
“Protestamos del modo más solemne contra una ley que ataca el
dogma católico y la santidad del sacramento del matrimonio, porque la
ley de junio de este año faculta al hombre para separar lo que es
inseparable por su naturaleza y para desatar a su antojo lo que el
mismo Dios unió con un vinculo sagrado e indisoluble...la iglesia mira
como un concubinato torpe y pernicioso la unión de hombre y mujer
católicos celebrado del modo que dispone la ley 20 de este año...50.
Así las cosas, no es extraño que en 1895 se publique en Pasto la primer novela
del escritor, abogado y dirigente político José Rafael Sañudo, con el nombre
“Expiación de una madre”, en la cual se fustiga duramente el adulterio, se
49
MUÑOZ CORDERO, Lidia Inés. Situación de género en los pleitos de divorcio en Pasto, siglo XIX:1855. En.
Mujer, familia y educación. P. 131
50
.Mejia y Mejia. Citado por ZÚÑIGA, Eduardo. Nariño: cultura e ideología. Ob. Cit. p. 79
culpabiliza a la mujer quien carece de redención por tan horrendo pecado. En uno
de sus últimos párrafos se lee:
Este no fue un texto aislado, las novelas más importantes en Nariño hasta el tercer
decenio del siglo XX, se escriben alrededor de este tema52. Baste mencionar a
título de ilustración la novela Dios en el hogar donde se lee:
Los años que corren de 1930 a 1954 son testigos de la ardua lucha de las
sufragistas colombianas por alcanzar el derecho al voto. Con esta finalidad se
hace uso de diversas estrategias: la presión en las barras del Congreso, los nexos
de amistad y familia, la acción pública por medios radiales y escritos.
Paradójicamente, es durante el gobierno militar de Rojas Pinilla que se aprueba
este derecho; el mismo que se formaliza por medio del acto Legislativo No. 1 de
1957 con el cual y de manera simultánea se ratifica plebiscitariamente el Frente
Nacional.
55
THOMAS, Florence. Maternidad y Gestación de vida. Su problematización al final del siglo. En: En otras
palabras. Grupo Mujer y Sociedad, Bogotá: Universidad Nacional, Unibiblos, Julio-Diciembre 1996
56
WILLS, Enma. Mujeres y política en Colombia. Los caminos hacia una gradual apertura.
57
Citada por Elisabeth Quiñonez (2000). Ofelia Uribe: inserguencia de la subjetividad y la ciudadanía de las
mujeres. En: En otras palabras. Grupo Mujer y Sociedad, Bogotá: Universidad Nacional, Unibiblos, Enero-
Junio 2000.
Aunque conservando un bajo perfil las mujeres continúan en los años
subsiguientes (60-70) realizando travesías antes insospechadas, tales como la
incorporación a la vida académica, el mejoramiento de los porcentajes de
escolarización, el control natal silencioso pero efectivo, a tal punto, que altera los
estimativos demográficos. Estas acciones no tienen una identidad de grupo, son
consecuencia tanto de los logros de etapas precedentes como de importante
iniciativas privadas. El estado colombiano en virtud del Concordato a la Iglesia
Católica se limita a asentir tímidamente.
Por fortuna, desde el último decenio del siglo pasado, las cosas están cambiando
aun contra el querer mayoritario. Los avances técnicos y científicos, la
internacionalización y la globalización de la economía, la consolidación de los
grupos de mujeres, las denuncias de los organismos internacionales, las
necesidades apremiantes de los hogares, los requerimientos del mercado
ocupacional, el acceso a la educación, una renovada presencia femenina en todos
los espacios vitales y una naciente concientización, han afectado la condición
social de las mujeres en la medida en que los viejos marcos ideológicos no
pueden justificar las nuevas lógicas de la modernidad. Súmese a lo anterior el
58
Encuentro Nacional en favor del Aborto Bogotá 1978, Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe
Bogotá 1981.
compromiso nacional con el Estado Social de Derecho, que eleva a rango
constitucional el derecho fundamental a la no discriminación, otorgando protección
especial al embarazo y a la maternidad. En este nuevo marco jurídico, repensar
las viejas identidades masculina y femenina es casi un deber, a riesgo de
anacronismo irredento.
59
THOMAS, Florence. Ob. Cit p.
como requisito de empleo, penaliza el aborto y abandona a su suerte a las madres
solteras, desprotegidas y violentadas.
Por esta razón, es que el proceso conocido como el caso LAICIA marca un hito
trascendental en la historia de las mujeres y de los grupos sociales por el respeto
y la eficacia de sus derechos.
El anterior pronunciamiento rompió con una tradición jurídica que veía el aborto
como un delito en todos los casos, inclusive en vigencia de la Constitución
Nacional de 1991, la Corte Constitucional en un primer pronunciamiento del año
de 1994, sentencia C-133 aceptó la constitucionalidad del tipo penal de aborto
consagrado en el Código Penal de 1980. La sentencia C-013 de 1997 mantuvo
esta misma posición, pero advirtiendo que en caso de violación o inseminación
artificial no consentida, el aborto debía sancionarse con penas inferiores a las
establecidas para el aborto simple.
60
JARAMILLO, Isabel Cristina y otra (2008). Mujeres, cortes y medios. La reforma judicial del
aborto. Bogotá: Siglo del Hombre Editores. Universidad de los Andes, p. 27 y 28
61
Op. Cit., p.46
CAPÍTULO III
Desde entonces, esta fecha se ha convertido en una oportunidad para que las
mujeres de los diversos países del mundo hagan visibles sus problemáticas
fijando la posición femenina en asuntos tan trascendentes como la guerra y la paz,
tal como lo hicieron las mujeres rusas, en vísperas de la primera guerra mundial.
Por las anteriores razones, en el año de 1948, se aprobó la Convención sobre los
derechos políticos de la mujer, dentro de los cuales se contempló el derecho al
voto, a ser elegidas, a ocupar cargos públicos o a ejercer funciones públicas sin
discriminación y en igualdad de condiciones a los hombres. Esta fue una
conquista del movimiento de las sufraguistas, adelantando bajo la orientación del
feminismo liberal.
Las Naciones Unidas volvieron a retomar el tema de mujer al año siguiente, 1949,
cuando se profirió el Convenio internacional para la represión de la trata de
personas y de la explotación de la prostitución ajena, delito que afectaba
fundamentalmente a las mujeres.
62
Se utiliza esta denominación para designar tres instrumentos: La Declaración Universal de Derechos
Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Económicos Sociales y Culturales y el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos, así como sus dos Protocolos Facultativos
Junto con el convenio 103 en el año de 1952, la OIT promulgó la recomendación
95 que pretendió la protección integral del embarazo por parte de los países
miembros. En ese sentido, se sugirió que cada Estado reconozca como licencia
de maternidad un monto similar al salario devengado. Sobre los servicios médicos
se aclaró que estos comprenden tanto los de medicina general como los servicios
especializados, incluyendo la capacitación a la madre trabajadora para asumir
este nuevo rol. Así mismo, se conminó a los Estados a establecer centros
financiados mediante el sistema de seguridad, para que las madres puedan lactar
a sus hijos, al igual que a expedir normas que prohíban a la mujer en embarazo el
trabajo nocturno, las horas extras y las actividades consideradas peligrosas para
la salud de la madre o del que está por nacer.
63
Art. 11 Convención de Viena.
Finalmente en el tercer eje de los derechos humanos, esto es, los reproductivos y
de relación entre los sexos, aparecen entre otros:
• El mismo derecho para contraer matrimonio
• Elegir cónyuge
• Igualad de derechos y responsabilidades en el matrimonio y en disolución
• Igualad de derechos y responsabilidades frente a los hijos , priorizando sus
intereses.
• Iguales derechos para decidir número de hijos, los intervalos de su
nacimiento.
• Iguales derechos en tutela, custodia o adopción
• Iguales derechos para elegir apellido, profesión u ocupación
• Iguales derechos en materia de propiedad, compra, gestión administración,
goce y disposición de bienes
• No tendrán ningún efecto los matrimonios de niños. (art. 16) .
Doce años más tarde estos principios se consideran válidos y por lo mismo se
ratificaron en la Declaración y Programa de Acción de Viena aprobado por la
Conferencia Mundial de Derechos Humanos en 1993. debe reivindicarse la
Declaración de Viena de 1993 en cuanto refleja una conceptualización feminista
de la legislación internacional de los derechos humanos. En ella se reconoce, de
una parte, la realidad de la violencia física, sexual y sicológica contra las mujeres
y, de otra, la necesidad de luchar por la vigencia de los derechos humanos de las
mujeres, entre ellos el derecho a ser libres de la tortura, el derecho a la no
discriminación por razones de sexo y el derecho a ser valoradas por fuera de los
estereotipos de género y de las prácticas culturales basadas en la inferioridad de
la mujer.
Por esta razón, se reclama una decidida acción estatal contra las conductas
violatorias de los derechos humanos de las mujeres, ya sean provenientes de
personas o instituciones del sector público o del sector privado.
• Eliminar todas las formas de discriminación contra las mujeres y las niñas.
• Reconocer que los derechos humanos de la mujer son inalienables y
constituyen parte integrante e indivisible de los derechos humanos
universales.
• Erradicar la pobreza e incentivar la independencia económica de la mujer,
incluyendo la igualdad en el empleo; promulgar leyes que garanticen los
derechos de la mujer y el hombre a una remuneración igual por el mismo
trabajo; aprobar y aplicar leyes contra la discriminación por motivos de sexo
en el mercado de trabajo.
• Adoptar medidas positivas para conseguir que exista un número decisivo e
mujeres en puestos estratégicos de adopción de decisiones; elaborar
planes de estudio y libros de texto libres de estereotipos basados en el
género para todos los niveles de enseñanza.
• Reconocer que los derechos humanos de la mujer incluyen su derecho a
tener control sobre su sexualidad, incluida su salud sexual y reproductiva, y
a decidir libremente al respecto, sin coerción, discriminación ni violencia.
• Reconocer y afrontar las consecuencias que tienen para la salud los
abortos peligrosos; considerar la posibilidad de revisar las leyes que prevén
medidas punitivas contra las mujeres que han tenido abortos ilegales.
• Fortalecer la familia; reconocer las diversas formas de familia existentes;
proteger la maternidad; trabajar para que mujeres y hombres compartan las
responsabilidades familiares; valorar el trabajo no remunerado de la mujer
en la familia y fomentar políticas concretas hacia los hogares encabezados
por mujeres.
• Introducir sanciones adecuadas en las legislaciones nacionales o reforzar
las vigentes, con el fin de castigar y reparar los daños causados a las
mujeres y las niñas víctimas de cualquier tipo de violencia en el hogar, el
lugar de trabajo o la sociedad.
• Promocionar una cultura de paz, en particular en los medios de
comunicación, mostrando a la mujer en todo su potencial creador y no en
roles estereotipados; adoptar medidas para garantizar la paz y la no
proliferación de armas nucleares.
• Fomentar el desarrollo sostenible y asegurar oportunidades a las mujeres,
incluidas las indígenas, para que participen en la adopción de decisiones
sobre el medio ambiente.
• Revisar y modificar, con la participación plena e igualitaria de la mujer, las
políticas macroeconómicas y sociales con miras a alcanzar los objetivos de
la Plataforma
Teniendo en cuenta que la discriminación es una realidad en los países del
mundo, se hizo necesario que en el año de 1999 las Naciones Unidas crearan el
Comité para la eliminación de la discriminación contra la mujer y su competencia
para recibir y considerar las comunicaciones presentadas, superando de esta
manera la práctica política de algunos Estados que ratifican los convenios con el
sólo fin de salvaguardar su imagen internacional, sin que exista interés efectivo, ni
menos políticas públicas de compromiso e implementación.
65
Se hace referencia a la Declaración relativa a los Principios y Derechos Fundamentales del Trabajo y su
seguimiento, adoptada en junio de 1998.
66
Entre otros los convenios: 100 de 1951 sobre la igualdad de remuneración, 105 de 1957 sobre abolición del
trabajo forzoso, 111 de 1958 sobre la discriminación en materia de empleo, 138 de 1973 sobre la edad
mínima de trabajo, 182 de 1999 sobre trabajo infantil
67
Tomado del texto de la Declaración. Ob. Cit.
En esa misma perspectiva la Conferencia Ministerial de la Organización Mundial
del Comercio68 no sólo se comprometió a respetar los derechos fundamentales del
trabajo sino que, además, reconoció a la O.I.T. como el organismo idóneo para
lograr su promoción y vigilancia. En el mismo sentido se pronunciaron los estados
del G8 en el año de 1999.
De estos cinco derechos hay dos que involucran de manera especial a la mujer. El
derecho a percibir igual remuneración por igual trabajo, postulado que se
fundamenta en la diferencia salarial que devengan los trabajadores y que
generalmente pone en evidencia los montos inferiores que reciben las mujeres por
su sola condición sexual, esto desde luego, sin desconocer las distinciones
negativas que involucran la raza o el credo religioso. El segundo derecho se
refiere a la prohibición expresa de discriminar en el empleo en aspectos diferentes
al salarial, tales como las políticas de ascenso, estímulos, seguridad, recreación,
participación, etc.,los cuales también se encuentran influenciados por la condición
femenina o masculina
68
Se hace referencia a la reunión Ministerial de la Organización Mundial del Comercio, celebrada
en Singapur en 1996.
69
Texto de la Declaración. Ibid
70
Datos tomados del Informe sobre Protección a la Maternidad. Revista Trabajo. O.I.T. Pág. Web ESTO ES
ASI?
discriminatorios que la afectan. Esta posición se basa en lo que hoy podríamos
llamar “la retórica inferioridad femenina71.
71
“Se estima que en Europa actualmente las mujeres representan el 40% de la población activa, pero al
mismo tiempo representan entre el 76 y el 90% del empleo parcial, esos empleos son sinónimo de
ocupaciones subcalificadas y mal remuneradas... En Estados unidos también son mayoritarias en el empleo
temporario y por lo tanto más expuestas a los riesgos profesionales... Un estudio reciente realizado por los
sindicatos británicos muestra que apenas la mitad de los empleadores han estudiado los peligros a los que
podrían estar expuestas las embarazadas en sus empresas... La mayoría de los equipos y herramientas
de protección en el trabajo están elaborados en función de criterios esencialmente masculinos”. Mundo
Sindical Nº 4 CIOSL, 1999
en peligro su salud o la del hijo por nacer (art.3). Así mismo en el artículo 4, se
estableció la duración de la licencia de maternidad de 14 semanas, las cuales
pueden distribuirse entre la etapa prenatal y la posterior al parto.
Así las cosas, parece indiscutible admitir que sigue sin resolverse el problema de
la mayoría de las trabajadoras en relación con la desigualdad de trato, derivada de
su función reproductora, pues si bien la mayoría de países miembros de este
organismo han acogido sus sugerencias protectoras, específicamente la licencia
de maternidad, dicha prerrogativa es un privilegio al que tienen acceso muy pocas
mujeres. En nuestro caso, si bien las leyes recogieron tempranamente estas
orientaciones normativas, las mismas no se respetan en la vida diaria, puesto que
en muchos casos, son flagrantemente desconocidas por administradores de
justicia e instituciones patriarcales.
En aquellos estados donde las mujeres tienen injerencia real en el manejo del
poder, es donde más se ha avanzado en el respeto a estos derechos
fundamentales ya sea en el nivel teórico o práctico. En países como Dinamarca,
Noruega, Suecia, la licencia de maternidad no sólo es larga y remunerada (llega a
cubrir el primer año de vida del menor) sino que, además, una parte de la misma
es discrecional, en el sentido de que son los padres quienes están en capacidad
de definir cuál de ellos la toma, o si prefieren hacerlo conjuntamente. Esta última
alternativa tiene la ventaja de deslindar la maternidad de la responsabilidad
exclusiva de la madre, para ubicarla como una conquista que interesa a la familia,
acarreando de paso una alteración de los roles históricos asignados.
72
Así lo revelan tanto las estadísticas del DANE como las del Plan de Desarrollo de Nariño
73
Ley 11 de 1988 Afiliación obligatoria a la Seguridad Social del Servicio Doméstico
Recapitulando, dentro del listado de los derechos fundamentales de los
trabajadores que se han enunciado, los dos postulados que protegen a la mujer
(derecho a salario igual y derecho a la no discriminación), tienen un mismo núcleo
jurídico, que no es otro que el derecho fundamental a la igualdad, esto es, un
derecho subjetivo de carácter civil y político de primera generación. Por otro lado,
está el derecho fundamental a la seguridad social, éste sí perteneciente a la
categoría de los derechos económicos, sociales y políticos, que requieren
acciones positivas del estado, en aras de garantizar su observancia.
El anterior discurso tiene el mérito de develar uno de los problemas cruciales del
nuevo siglo: la discriminación de la mujer trabajadora, como una expresión de las
profundas inequidades de género. En el plano internacional cada vez con mayor
contundencia las reivindicaciones de las mujeres pierden su carácter marginal
para ocupar un lugar sobresaliente en la agenda de los estados, razón que llevó a
la OIT a incluir en la agenda de la Conferencia del año 2003 el tema del trabajo y
la maternidad, al igual que en el año 2007 y 2009.
74
www.ilo.org
Intensificar esfuerzos para mejorar la protección a la salud materna a través
de los lugares de trabajo. Por lo tanto, la maternidad y la función
reproductiva de la mujer no puede poner en peligro su trabajo ni su
seguridad económica.
Promulgar políticas públicas que favorezcan los horarios flexibles para una
mejor organización de la vida familiar.
Consolidar políticas en materia de paternidad responsable y efectiva.
Divulgar los convenios 183 y 15675.
75
98 Conferencia (2009). La igualdad de género como eje del trabajo decente. Ginebra: O.I.T. p.
67 y 68.
76
SOMAVIA, Juan (2000). Alocución 88 reunión de la OIT. Citado en Maternidad, infancia
saludable y padres que trabajan En.- La Igualdad de género como eje del trabajo decente. Ginebra:
O.I.T. p.49
77
Art. 6º. Protocolo de San Salvador 1988
para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer. Este documento
se fundamenta en el:
En ella los Estados reconocen que la violencia contra la mujer es una ofensa a la
dignidad humana y una expresión de las relaciones de poder históricamente
desiguales entre hombres y mujeres. El artículo 4º.de este documento corrobora el
derecho de la mujer al reconocimiento, goce y ejercicio de los derechos
fundamentales consagrados en los instrumentos internacionales, entre los cuales
destaca el derecho humano a la igualdad de protección ante la ley, figuran la:
• Vida libre de violencia y discriminación
• Respeto a la vida
• Integridad síquica, o moral
• Libertad y seguridad personal
• Derecho a no ser sometida a torturas
• Respeto a la dignidad
• Igualdad ante la ley
• Recurso sencillo ante autoridades que ampare sus derechos
• Libre asociación
• Libertad religiosa o de creencias
• Acceso a funciones públicas
• Pleno ejercicio de los DESC
Merece enfatizarse así mismo, el numeral e) del artículo 7 que a la letra dice
“Tomar todas las medidas apropiadas incluyendo medidas de tipo legislativo, para
modificar o abolir leyes y reglamentos vigentes, o para modificar prácticas jurídicas
o consuetudinarias que respalden la persistencia o la tolerancia de la violencia
contra la mujer”. La violencia que pretende erradicar la convención no es sólo
física sino que abarca las más diversas dimensiones, modalidades e intensidades,
tal como se comprueba con la siguiente síntesis de obligaciones estatales:
• Abstenerse de toda acción o practica de violencia ..autoridades, personal y
agentes
• Diligencia para prevenir, sancionar y erradicar violencia
Por su parte el Artículo 25. reitera la obligación de los estados partes de promover
y proteger los derechos y garantías consagrados en las leyes nacionales, en el
Derecho Internacional de los Derechos Humanos y en las normas laborales
emanadas de la Organización Internacional del Trabajo.
3. La acción para erradicar todas las formas de violencia contra las mujeres; luchar
contra la impunidad de quienes las perpetren, tanto en la esfera pública como en
la privada; y desarrollar mecanismos para ofrecer una efectiva reparación a las
víctimas de la violencia de género.
Como se ve, existen dos derechos fundamentales de la mujer que entran en juego
y deben ser analizados separadamente: Por un lado está el derecho a la igualdad,
frente al cual se exige un trato no discriminatorio como suele presentarse cuando
la trabajadora se encuentra en estado de embarazo. La reclamación aquí es de
respeto a la igualdad en la diferencia.
78
Esta categoría de la desventaja es utilizada por Rebecca J. Cook en el texto de los Derechos Humanos de
la Mujer. Printex Impresos Ltda.. Bogotá 1997
otorgan al tema de la maternidad una importancia superior cuando de los
derechos de la mujer se trata. Es aquí donde se vislumbra con mayor claridad las
interrelaciones entre ley, cotidianidad y cultura.
Si bien Colombia no figura entre los países más proteccionistas, tampoco puede
desconocerse que ha mantenido una línea progresista, acorde con los
lineamientos internacionales. A partir de la Constitución Nacional de 1991, elevó a
rango constitucional el derecho de las mujeres a ser protegidas durante el
79
Los datos surgen de un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que, entre otros temas, se
refiere a las leyes de protección laboral en 18 países de Latinoamérica.
embarazo, generando un fuero de maternidad acorde con los principios del Estado
Social de Derecho.
CAPÍTULO IV
__________________________________________________________________
80
SCOOT, Joan. La mujer trabajadora en el siglo XIX. En: Historia de las Mujeres. Tomo 4. Madrid, Editorial
Taurus, 2000
fábrica; reproducción, producción. La trabajadora en la fábrica continuó siendo
madre y esposa. Sus obligaciones aumentaron, no así su reconocimiento social.
La primera etapa comienzó en el año de 1938 con la expedición del decreto 1632,
el cual es modificado por el decreto 953 de 1939. Con similar sentido se expiden
las leyes 53 y 197 de 1938 normas que son recogidas en la Ley 6ª de 1945,
primer estatuto orgánico del trabajo.
81
“En 1936 un informe del gerente nos permite obtener una visión completa de la distribución del personal
obrero por oficios y salarios. Las mujeres en los salones de hilados, telares, retorcedoras y punto. Los
hombres en los de tintorería, engomadoras y cardas”. ARANGO, Luz Gabriela. Mujer, religión e industria.
Editorial Universidad de Antioquia. Medellín, 1991
82
López Pumarejo define así la misión del liberalismo: “Yo entiendo que el liberalismo de hoy, no podría ser el
liberalismo manchesteriano. Niego que sea tampoco un liberalismo en trance de ser supeditado o devorado
por el ideario socialista y estimo finalmente...un partido liberal intervensionista. Y no digo esto como expresión
ideal, sino por la plena conciencia que tengo de que nuestro desarrollo económico y político no lleva en sí un
retraso menor de 50 años. El último absurdo sería pretender que ese retraso fuera de todo un siglo”. Citado
por: TIRADO MEJIA, Alvaro. Aspectos Políticos del primer gobierno de Alfonso López Pumarejo. Bogotá:
Instituto Colombiano de Cultura. 1981.
provechoso para impulsar la economía y engrandecer a los colombianos 83, lo que
explicaba las excelentes relaciones entre el movimiento sindical representado en
ese entonces por la Confederación de Trabajadores de Colombia C.T.C. y el
Presidente López; la presencia del Partido Comunista Colombiano, enemigo
abierto del Presidente y de sus aliados especialmente del UNIR liderado por Jorge
Eliécer Gaitán84 (a la sazón ese grupo comunista ha adquirido reconocimiento en
el panorama político nacional y mantenía vínculos con la Tercera Internacional
Socialista); la creciente influencia de la Organización Internacional del Trabajo de
la cual hace parte Colombia desde su fundación (1919), sin que hasta ese año
hubiese ratificado ninguno de los convenios proferidos en esos 19 años de
existencia.
83
“ Profesan evidente repugnancia por la asociación sindical y la vienen combatiendo sin resultados,
convencidos de que perjudica sus intereses...Y el gobierno que no observa las huelgas con idéntico espíritu,
que tiene el deber de intervenir en la sindicalización, que estudia las peticiones obreras sin excitación ni
indignación, que ve los fenómenos sociales tranquilamente, no como anticipos de una edad comunista sino
como brotes retrasados de una historia de luchas que es vieja ya en el mundo, es mirado con desconfianza
por los patronos, como un instituto izquierdista de agitación, cuando no hace sino representar un sentimiento
democrático liberal”. (López Pumarejo, Alfonso. Respuesta del presidente a un grupo de propietarios. 6 de
septiembre de 1934. En: Obras Selectas
84
“El principal enemigo del proletariado, de su partido de vanguardia y de las masas trabajadoras de la ciudad
y el campo, es el partido liberal, sobretodo su llamada izquierda y dentro de esa izquierda la variedad fascista
rotulada Unirismo” El Bolchevique Año II No. 47 1935.
4. Prohibición de emplear a las mujeres embarazadas en trabajos insalubres
peligrosos o nocturnos por tiempo superior a 5 horas después de las 7 de la
noche.
5. Indemnización de 90 días adicionales a la indemnización que le
corresponda según el contrato de trabajo respectivo, en caso de despido
injustificado.
6. Indemnización multiplicada por dos si el despido era en incapacidad o
licencia.
7. Multas entre $20 y $100 para los empleadores que vincularan mujeres
embarazadas en actividades peligrosas, insalubres y nocturnas.
Siete meses después, en noviembre del mismo año, la ley 197 introdujo una
importante modificación en el sentido de ampliar la protección de los 3 meses
anteriores al parto a toda la etapa del embarazo, con el siguiente texto:
“El artículo 3º de la ley 53 de 1938 quedará así: La mujer que sea despedida sin
causa que justifique ampliamente dentro del periodo del embarazo y los tres
meses posteriores al parto, comprobada esta circunstancia mediante certificado
de facultativo, sin perjuicio de las indemnizaciones a que pudiera dar lugar,
conforme a los contratos de trabajo o a las disposiciones legales que rigen la
materia, tiene derecho a los salarios correspondientes a noventa días”.
Como puede notarse desde esta primera regulación legal existía en Colombia una
confusión entre el derecho subjetivo de igualdad de la trabajadora embarazada,
que exige del estado un tratamiento no discriminatorio como resultado de su
posibilidad creativa, y las prestaciones económicas y asistenciales, éstas sí de
carácter social y cuyos beneficiarios son, la madre, el menor y la familia. Esta
85
A raíz de la expedición del Código Sustantivo del Trabajo, se comienza a dar tratamiento jurídico diferente a
las relaciones laborales entre particulares y a las de éstos con el Estado.
carencia de deslinde entre los derechos individuales de la trabajadora y los
sociales del menor y la familia continuará a lo largo de todo el siglo XX.
Así las cosas, Colombia contaba en ese año con doble normatividad en relación
con la protección especial por embarazo. Sin embargo, las costumbres
patriarcales no se modificaron en lo más mínimo, tal como lo ilustra la siguiente
cita:
Parece evidente que la actitud normativa del Estado Colombiano, es fiel reflejo del
pensamiento patriarcal dominante, según el cual en el discurso y en la norma
jurídica la maternidad es ensalzada y respetada; sin embargo, en la práctica
concreta el hecho del embarazo es causa de discriminación y más grave aún, de
abierto menosprecio cuando no se cumple con las exigencias sociales que ligan la
maternidad con el matrimonio católico.
86
ARANGO, Luz Gabriela. Mujer, religión e industria. Fabricato 1923 – 1982. Medellín, Editorial Universidad
de Antioquia, 1991.
87
El Congreso Sindical del año 36 reivindicó el salario mínimo diferencial, el descanso dominical remunerado,
la jornada de ocho horas, derecho absoluto de huelga, creación de tribunal del trabajo, vacaciones
remuneradas de 15 días hábiles, indemnización por accidente de trabajo, pensión a los 45 años de edad y 20
de servicio, personería jurídica para los sindicatos, y creación del Departamento del Trabajo. El Tiempo de
agosto 13 de 1936. Citado por TIRADO, Alvaro. Ob.Cit.
El Código Sustantivo del Trabajo se expidió durante el gobierno conservador de
Mariano Ospina Pérez, en ejercicio de las facultades extraordinarias conferidas
por el estado de sitio y se transformó en legislación permanente por medio de la
ley 141 de 1961. Antes de abordar el análisis normativo, es interesante conocer el
contexto social dentro del cual se ambientó la labor de unificación normativa que
inspira a la misión codificadora: el movimiento sindical liberal e izquierdista,
impulsor de las primeras leyes laborales sufre grandes reveses debido al cambio
de política gubernamental, ahora liderado por el Partido Conservador Colombiano;
desde el año de 1946 apareció en el panorama sindical la Unión de Trabajadores
de Colombia U.T.C. cuya formación cuenta con el respaldo y auspicio de la Iglesia
Católica y del partido de gobierno. En 1949, previa una reforma legal que termina
con el paralelismo sindical, obtiene su personería jurídica como confederación de
trabajadores.
En el año de 1948 sale a la luz pública el Código Procesal del Trabajo (Decreto
2158/48) y desde esa misma oportunidad el gobierno de Ospina nombra una
comisión encargada de elaborar el Código Sustantivo del Trabajo, se considera
que esta codificación obedece más a políticas laborales estatales que ha
reivindicaciones obreras88. En varios aspectos las nuevas normas resultaron
regresivas, tal es el caso de los límites al fuero, el control de la huelga, la
ampliación del tribunal de arbitramento, para mencionar sólo algunas.
91
Entre las causas de suspensión del contrato de trabajo figura en el numeral 4. la licencia (Art.51 C.S.del T.)
respectivo administrador de justicia, que bien se limitaba a ordenar el pago de la
indemnización o al reintegro.
Como podemos darnos cuenta, no existía en realidad una protección efectiva que
evitara la discriminación contra la mujer en embarazo, ya que toda desvinculación
arbitraria sólo obligaba al empleador al pago de las indemnizaciones. No existía
protección para quienes estaban en desventaja real, si la supuesta garantía
protectora podía legalmente canjearse por dinero, que era justamente lo que
establecía el legislador para los casos de despido injusto de la mujer embarazada.
Para los casos de aborto no había una norma explícita que determinara los
efectos jurídicos que se desprendían de la conducta patronal contraria al mandato
legal. Sin embargo, haciendo una interpretación sistemática del artículo 8 del
decreto antes mencionado, puede concluirse que los casos de descanso o licencia
remunerada por aborto, están incluidos dentro de la regulación de la normas
mencionada y, por lo mismo, el despido en este lapso de tiempo carecía de todo
efecto jurídico.
La Corte Suprema de Justicia (Sala Laboral) mantuvo durante estos años una
misma línea de conducta, la que generó por vía judicial unas condiciones básicas
para que operase la protección legal a la maternidad:
“...La nulidad del despido tiene lugar únicamente cuando éste ocurre durante los
períodos de descanso o de licencia por maternidad, por parto o aborto, según lo
dispone claramente el artículo 8° del decreto 13 de 1967. Estos lapsos no pueden
confundirse con el período de protección más general que comprende toda la
duración del embarazo y hasta tres meses después del parto. Durante este último
período procede la necesidad de autorización para despedir, o la indemnización
especial que la misma norma consagra, mientras que la nulidad del despido y la
consiguiente obligación de reintegrar, no es coextensiva y se limita según el texto
expreso de la norma a los descansos o licencias legales por maternidad,
propiamente dichos, conforme antes se indicó.” 95
93
Sentencia de 19 Noviembre de 1986. Sala Laboral de la Corte Suprema de Justicia.
94
Sentencia de septiembre 2 de 1969. Sala Laboral Corte Suprema de Justicia
95
.Sentencia de Marzo 4 de 1982. Sala Laboral Corte Suprema de Justicia
La situación antes descrita se mantuvo sin modificaciones durante cuarenta años
de vigencia del Código Sustantivo del Trabajo. En ese mismo lapso se produjeron
grandes transformaciones en relación con la vida de las mujeres, derivadas de su
ingreso a la universidad y por ende la posibilidad real de acceder al conocimiento,
circunstancia que sin duda, facilitó su vinculación calificada a la vida pública, esta
interesante dinámica social que implicó cambios constantes, exigía del derecho
respuestas adecuadas; no es necesaria la expedición de una ley para cada nuevo
evento, se requieren más bien interpretaciones y aplicaciones contextualizadas a
los distintos momentos históricos.
Su expedición fue algo así como la crónica de una muerte anunciada puesto que
se esperaba lo que efectivamente trajo la ley, un cambio en las instituciones
jurídicas del derecho laboral proteccionista hacia propuestas flexibles, acordes con
el nuevo modelo económico y neoliberal que empezaba a implementarse. La
desregulación de las relaciones de trabajo y la flexibilidad laboral se presentaban
como apremiantes necesidades para alcanzar el pleno desarrollo industrial, el
fortalecimiento económico y una reducción fuerte y efectiva de las crecientes tasas
de desempleo, de conformidad con las recomendaciones de los expertos.
Lo único que se puede calificar como un avance de esta ley es la inclusión del
padre en la licencia de maternidad, en la medida en que constituye una forma de
acercarse a la real naturaleza de esta protección, que como se dijo, no sólo es una
reivindicación femenina sino un derecho de la familia y de la sociedad en su
conjunto. De otra parte, la posibilidad de ceder una semana de la licencia al padre
afecta la estructura tradicional que aun subsiste en numerosos hogares
colombianos, al presentar con esta disposición, una redistribución de los roles
domésticos, donde hombre y mujer enfrentan las nuevas funciones derivadas del
nacimiento de los hijos o de su llegada por vía de adopción.
De otra parte, esta conducta no hace nada distinto de ajustarse a una de las
obligaciones adquiridas por el Estado Colombiano frente a las Naciones Unidas en
relación con la llamada Convención de la Mujer, en cuanto establece estrategias
tendientes a permitir la adecuada participación de los padres en los compromisos
familiares, específicamente en el más importante de ellos, la crianza de los hijos.
Siguiendo esta misma línea en el mes de mayo de este año, se profirió la ley 755
de 2002 “ley María”, en virtud de la cual se modifica el artículo 236 del C.S.T.
introduciendo la licencia remunerada de paternidad a favor del cónyuge o del
compañero permanente, éste último con dos años de convivencia.
En uno y otro caso la Empresa Promotora de Salud a la que esté afiliado el padre
condicionará el otorgamiento del derecho al cumplimiento de los siguientes
requisitos: a) que tenga cotizaciones durante las cien semanas previas al
reconocimiento de la licencia. b) que pruebe su paternidad con el registro civil de
nacimiento c) que la petición se formule a más tardar dentro de los 30 días
siguientes al nacimiento del menor.
La ley María que consta de un solo artículo no merece más que un comentario
periodístico de bajo perfil, amén de una que otra anécdota machista. Ni los grupos
organizados de mujeres que existen en Colombia, ni los centros de estudio
académico hicieron pronunciamientos o análisis en defensa o ataque de dicha
normatividad.
“...han puesto énfasis en el valor e importancia del afecto del padre implicado
en una relación con su hijo desde el momento mismo de la gestación,
compartiendo con su pareja la experiencia de la paternidad. El niño percibe al
padre intrauterinamente; las madres perciben y encuentran las diferencias de
los movimientos fetales cuando el padre llega, se acerca o le habla, y en el
parto el recién nacido se consuela cuando el padre lo toma en brazos. Así
pues, el hombre inicia su paternidad desde el momento en que resuelve y
ejerce su derecho de acompañar en el embarazo a su pareja”.
97
UNICEF “Estado Mundial de la Infancia. 2001”. www.unicef.org/spanish/sowc01/1-2.htm
se hace una clasificación sospechosa, cuando se afecta a personas que se
encuentran en situaciones de debilidad manifiesta o son sujetos d especial
protección constitucional, cuando se desconoce un derecho constitucional
fundamental o cuando se incorpora privilegio exclusivo del que se beneficia un
sector determinado de la población”.
El decreto 3135 de 1968, el mismo que reclasifica a los funcionarios al servicio del
estado establece, en relación con la maternidad99, la prohibición de despedir
durante el embarazo y los tres meses posteriores al parto, excepto que exista justa
causa y siempre que la misma se compruebe ante el Inspector del Trabajo para
las trabajadoras oficiales y por resolución motivada cuando son empleadas.
98
Se hace referencia a los decretos 3130, 3135 de 1968 y 1848 de 1969
99
Art. 21 Decreto 3135/68
Al año siguiente otro decreto, el 1848 de 1969, regula la maternidad en el acápite
de las prestaciones sociales, consagra a favor de las empleadas oficiales dos
clases de beneficios:
En el año de 1966 se expidió la ley 73, la cual consagró la nulidad del despido de
la madre trabajadora tanto en el sector público como privado, si este se realizada
durante el embarazo o en disfrute de la licencia de maternidad, ordenando que
dicha medida no producirá efecto alguno.
En el mismo año el decreto 1045 de 1978 por medio del cual se regulan las
prestaciones sociales de los empleados públicos y trabajadores oficiales del orden
nacional, al hacer un listado de dichas prestaciones incluye el Auxilio de
maternidad (Art.5 numeral h y el Art.37 que lo desarrolla), se reduce a establecer
las condiciones para que opere dicho auxilio. En este decreto no hay referencia a
la prohibición de despedir, ni tampoco a las sanciones que acarrea una decisión
de esta naturaleza, en cambio, si hay disposición expresa según la cual, la mujer
condenada por aborto pierde el derecho al pago de la licencia de maternidad.
En concordancia con los avances sociales, la ley 69 de 1988 extiende todos los
beneficios y derechos de la madre biológica a la servidora públicas que hubiese
adoptado un menor de 7 años de edad o menos, señalando como fecha del parto,
la de recepción del hijo adoptivo.
Para el primer caso se establece una prórroga automática hasta tres meses
después del parto; para el segundo evento se ordena que la insubsistencia sólo se
producirá ocho días después de vencida la licencia de maternidad; para la tercera
circunstancia se prevé que: “...además de la indemnización a que tendría derecho
deberá pagársele a título de indemnización por maternidad el valor de doce
semanas de descanso remunerado a que tiene derecho como licencia de
maternidad”.100Es evidente que la servidora pública de la tercera circunstancia
resulta discriminada.
100
Sentencia
Por otro lado, el interés del legislador al regular sobre el embarazo y la
maternidad, está encaminado a la protección frente a condiciones de notoria
debilidad. Ninguna disposición pretende atacar la discriminación que esa situación
acarrea a las mujeres. La política asistencial y de seguridad social obedece a la
necesidad de cumplir los diversos compromisos internacionales con la OIT, las
Naciones Unidas y los Estados Americanos.
Así mismo, los movimientos femeninos durante esa primera etapa estaban
fuertemente comprometidos con las solicitudes de bienestar101 para las mujeres,
estas aspiraciones encajaban muy bien dentro de las concesiones normativas del
Estado Colombiano. No obstante lo modesto de las pretensiones, las conquistas
fueron más formales que reales, ya que ni los legisladores ni los administradores
de justicia vieron en estas disposiciones medidas estratégicas para enfrentar el
problema de discriminación de género que subyace en el fondo. El género no era
aún una categoría válida para el análisis, la interpretación y la aplicación de las
normas jurídicas.
En julio del 2003 el Congreso de Colombia saca a la luz pública la ley 823 con la
finalidad expresa de procurar la igualdad de oportunidades para las mujeres.
Fundamentándose en los postulados constitucionales que consagran la igualdad
jurídica, real y efectiva de derechos y oportunidades de hombres y mujeres, al
igual que en los acuerdos internacionales sobre el tema, el gobierno se obliga a
adoptar criterios de género en las políticas, decisiones y acciones de todos los
organismos públicos, a tomar medidas administrativas que garanticen su
ejecución, a incluir indicadores de género en la producción de estadísticas y a
divulgar todas las disposiciones existentes relacionadas con los derechos de las
mujeres y las niñas.
Dado que lo que se protege es el estado materno, tiene plena validez la extensión
del tratamiento de discriminación positiva tanto a las funcionarias de libre
nombramiento y remoción como a las que se encuentran en provisionalidad.
En relación con el tema que nos ocupa, el artículo 207 estableció que:
“Para los afiliados de que trata el literal a) del artículo 157, el régimen
contributivo reconocerá y pagará a cada una de las Entidades
Promotoras de Salud, la licencia de maternidad, de conformidad con
las disposiciones legales vigentes. El cumplimiento de esta obligación
será financiada por el Fondo de Solidaridad, de su subcuenta de
compensación, como una transferencia diferente de las Unidades de
Pago por Capitación UPC.”
Esta ley busca adoptar normas para garantizar a todas las mujeres una vida libre
de violencia, tanto en el ámbito público como en el privado, el ejercicio de los
derechos reconocidos en el ordenamiento jurídico interno e internacional, el
acceso a los procedimientos administrativos y judiciales para su protección y
atención, y la adopción de las políticas públicas necesarias para su realización.
CAPITULO V
5. CONSTITUCIÓN Y MATERNIDAD
__________________________________________________________________
102
Estado moderno es el que goza de unos cánones racionales mínimos para regular la convivencia social,
tales como la legalidad, el control y el carácter público de todos sus actos. Es propio de un estado moderno
desechar el compadrazgo y la clientela en el manejo de lo público y comprometerse con Cartas de Derechos
Fundamentales que incluyan las reivindicaciones específicas de los sectores marginados.
103
Sobre el valor normativo ha dicho la Corte Constitucional: “ No cabe duda del valor normativo acentuado
que la constitución le asigna a las normas sobre derechos, garantías y deberes. Valor normativo que se
acompaña con el principio de efectividad que se eleva a fin esencial de Estado y a compromiso ineludible de
todas la autoridades públicas...Con ese propósito estaremos vigilantes para que en la Constitución no queden
solamente enunciados múltiples derechos que, de suyo, no garantizan una condiciones de vida dignas y
decorosas y abogaremos por unas fórmulas constitucionales con capacidad suficiente la normar y transformar
la realidad social” Sentencia T-06/92)
104
“A los efectos de la presente convención, la expresión “discriminación contra la mujer”, denotará toda
distinción, exclusión o restricción basada en el sexo, que tenga por objeto o por resultado menoscabar o
anular el reconocimiento, goce o ejercicio por la mujer, independientemente de su estado civil, sobre la base
de la igualdad del hombre y la mujer, de los derechos humanos y las libertades fundamentales, en las esferas,
política, económica, social, cultural y civil o en cualquier otra esfera” Art.1 ley 51 de 1981
“...el efecto nocivo de las prácticas sociales que han ubicado a esas
mismas personas o grupos en posiciones desfavorables...Ahora bien: aun
cuando la igualdad formal entre los sexos se ha ido incorporando
paulatinamente al ordenamiento jurídico colombiano, lo cierto que la
igualdad sustancial todavía continúa siendo una meta, tal y como lo ponen
de presente las estadísticas que a continuación se incluyen. Justamente al
logro de ese propósito se encamina el proyecto de ley estatutaria cuya
constitucionalidad se analiza”105.
105
Corte Constitucional Sentencia C- 371 de 2000
106
Cedaw 1992
107
Citado por Plata Maria Isabel. Derechos reproductivos como derechos humanos. En: Derechos Humanos
de la Mujer. Bogotá: Profamilia,1997
108
“En el acompañamiento a la Asamblea Nacional intervinieron más de ochenta organizaciones de mujeres
de todo el país articuladas en la Red Nacional Mujer y Constituyentes. Entre otras actividades esa Red
presentó en plenaria de la Asamblea un documento con 75 mil firmas respaldando los derechos de la mujer, y
que fue decisivo en la aprobación del artículo 42” LEMAITRE, Julieta. Emancipó la primera Corte
Constitucional a las mujeres? Fotocopia Bogotá: Uniandes,2001.
En este contexto, no resulta extraño que el artículo 13 de la Constitución
Nacional109 haya consagrado de manera expresa el derecho a la igualdad, de
cuyo contenido se infiere la imposibilidad de discriminar por razón de sexo. Este
compromiso con la igualdad de género no se limita a realizar una concesión a las
feministas sino que tiene un significado adicional, y es el reconocimiento expreso
de una realidad social que efectivamente otorga trato diferente dependiendo de la
condición de hombre o mujer que se ostente110.
Lo anterior no significa que una norma afirmativa sea constitucional en todos los
casos, su viabilidad jurídica se fundamenta en la existencia efectiva de
condiciones de desigualdad, en la razonabilidad, proporcionalidad y temporalidad
de las medidas afirmativas adoptadas. La exequibilidad de la ley de cuotas es
producto directo del análisis concienzudo sobre la situación de la mujer
colombiana y la necesidad apremiante de impulsar, desde el campo del derecho,
el alcance de la igualdad de género.
109
El texto del artículo 13 de la C.N. es el siguiente: “Todas las personas nacen libre e iguales ante la ley,
recibirán la misma protección y trato de las autoridades y gozarán de los mismos derechos, libertades y
oportunidades sin ninguna discriminación por razón de sexo, raza, origen nacional o familiar, lengua, religión,
opinión política o filosófica...”
110
Debido a la gran heterogeneidad de los grupos de mujeres y a su escasa consolidación, no se logró una
representación directa en la Asamblea, sin embargo su participación activa y sus aspiraciones están recogidas
en el documento “Un abrazo amoroso por la vida”
111
“La mujer y el hombre tienen iguales derechos y oportunidades. La mujer no podrá ser sometida a ninguna
clase de discriminación. Durante el embarazo y después del parto gozará de especial asistencia y protección
del Estado y recibirá de éste subsidio alimentario si entonces estuviera desempleada o desamparada.
El estado apoyará de manera especial a la mujer cabeza de familia.”
embarazo, protección que debe cobijar, además de los nueve meses de
gestación, la etapa del parto y el postparto. La pregunta inmediata que surge para
cualquier lector desprevenido podría ser: ¿Cuál es la razón para abordar estas
temáticas, sin duda diferentes, en un mismo artículo? La respuesta parece obvia,
justamente porque es la condición procreativa de la mujer, tan reconocida y
valorada en el discurso cultural, la que en la vida cotidiana se convierte en una
circunstancia especial que da origen a los tratos diferenciados contra ella.
Aún más, para que no quede el menor asomo de duda sobre la intencionalidad de
la Asamblea Nacional Constituyente, el artículo 53 reitera la protección a la
maternidad al incluirla como uno de los principios mínimos fundamentales que
deberán regir el estatuto del trabajo en Colombia112, con lo cual se pretende
garantizar la igualdad en el empleo erradicando las prácticas discriminatorias. Esta
protección no se agota en impedir los despidos injustos de la trabajadora
embarazada, sino que se extiende a obligaciones y prestaciones económicas que
comprometen tanto al Estado como a los empleadores.
112
Desde el año de 1992 la Central Única de Trabajadores de Colombia, presentó al Congreso un proyecto
del Estatuto del Trabajo acompañado de 500.000 firmas, el cual hasta la fecha no ha sido considerado por ese
organismo.
embarazo se produce con el fin de proteger integralmente a la familia (C.P. art.
42)113.
De otra parte, el capítulo 1 del título I de la Carta, denominado “De los Derechos
Fundamentales”, contiene un listado amplio de prerrogativas y postulados 114 no
taxativo115, razón por la cual, le compete al juez de tutela descubrir en cada caso
concreto la presencia de un derecho fundamental por estar presente el
denominado “concepto jurídico indeterminado”116. La sentencia T-002/92 fija dos
criterios que debe utilizar el juez para determinar qué derechos son
fundamentales: la persona humana y el reconocimiento expreso; el primero tiene
una base material, el segundo una formal. Por lo demás el primer criterio es el
más importante ya que es la persona humana “el sujeto, razón y fin de la
constitución de 1991”. La existencia de derechos fundamentales en un
ordenamiento jurídico, significa que ciertos derechos tienen unas implicaciones
jurídicas especiales.
113
“No obstante, como lo ha señalado la Corte, algunos de los derechos constitucionales de la mujer
embarazada son, derechos fundamentales. Así por ejemplo, la jurisprudencia constitucional ha indicado que el
derecho a recibir el pago oportuno de la remuneración o del subsidio alimentario cuando ello tiende a la
satisfacción del mínimo vital de la mujer embarazada - y, en consecuencia, a la protección integral de la
familia y a la adecuada gestación del nasciturus - constituye un derecho constitucional fundamental.” Corte
Constitucional Sentencia T-373/98
114
Derecho a la vida, a la igualdad, a la personalidad jurídica, a la intimidad personal y buen nombre, al libre
desarrollo de la personalidad, prohibición de esclavitud, libertad de conciencia, de cultos, de expresión e
información, a la honra, a la paz, derecho de petición, de locomoción y residencia, al trabajo, libertad de
escoger profesión u oficio, libertad de enseñanza, libertad persona, debido proceso, inviolabilidad de domicilio,
derecho de reunión, de asociación, de sindicalización, derechos políticos.
115
Como ocurre en otras Constituciones como la Española y la Alemana
116
CEPEDA, Manuel José. Los derechos fundamentales en la Constitución de 1991. Santafé de Bogotá:
Editorial Temis. 1997
117
Para mayor información ver CHINCHILLA, Julio Elí. ¿Qué son y cuáles son los derechos fundamentales.
Santafé de Bogotá: Editorial Temis. 1999.
(derechos de libertad), la igualdad ante la ley (derechos de igualdad) y la
participación en la vida política de una colectividad (derechos políticos). El
contenido objetivo de los derechos fundamentales otorga al juez, al legislador y a
la administración pública, principios valorativos que se traducen en directrices de
acción.
Así las cosas, la pregunta pertinente consistiría en indagar sí ¿la protección que
otorga la Constitución a la mujer en estado de embarazo constituye un derecho
fundamental?
“...la defensa de ciertos bienes jurídicos que interesan a todas las personas
sólo puede satisfacerse si se confieren a quienes integran determinadas
categorías sociales, derechos específicos y diferenciados. En otras
palabras, el nuevo modelo no supone que la realización de los valores que
justifican la existencia del Estado - como la libertad y la igualdad -, se
alcance mediante el reconocimiento general y abstracto a todos los seres
humanos sometidos a la jurisdicción nacional, de los mismos derechos y
obligaciones. En especial, el constitucionalismo contemporáneo reconoce
que, para que todos los miembros de la sociedad cuenten con un nivel
suficiente de autonomía, ciertos sectores de la población - como por
ejemplo, las mujeres en estado de embarazo -, merecen una especial
protección, la que incluso puede llegar a consistir en la consagración de
derechos fundamentales cuyos titulares son exclusivamente sus
miembros”118.
120
CHINCHILLA, Tulio. Ob. Cit.
121
ALEXY, Robert. Teoría de los derechos fundamentales. Madrid:. Centro de Estudios Constitucionales.
1997
El texto indica la forma cómo debe desarrollarse la igualdad para la mujer en
estado de embarazo; por lo mismo su contenido no es más que otra expresión del
derecho de igualdad, es decir, lo que se invoca es aquel principio liberal clásico,
según el cual, todas las personas tienen derecho a recibir el mismo tratamiento,
sin menoscabo alguno derivado de circunstancias como el sexo, la religión, la raza
etc. Llevado al campo laboral, este derecho de igualdad pretende que la mujer
trabajadora no sea marginada ni menospreciada cuando desarrolla su función
procreativa. Como ya se dijo, la primera parte del artículo 43 no contiene un
mandato de discriminación positiva, es apenas un requisito necesario e
imprescindible tendiente a garantizar la igualdad y evitar la discriminación
negativa.
122
PEREZ LUÑO. Antonio, Los derechos fundamentales. 3ª edición . Madrid: Tecnos, 1988
con la justicia material, un discurso abstracto sobre la igualdad, no tiene
posibilidades reales de superar el estado de cosas que genera la desigualdad; de
tal suerte que el cumplimiento cabal de este mandato constitucional contribuiría en
la práctica a superar la indudable discriminación que se ejerce contra la mujer por
razón del embarazo.
Por otra parte, el artículo 53 de la Constitución Nacional incluye entre los mínimos
que debe contener el Estatuto del Trabajo, la protección especial a la mujer, la
maternidad y el trabajador menor de edad. Este derecho también fundamental
tiene una cobertura más amplia, aquí el bien jurídico protegido es tanto el derecho
de la madre a ser tratada en idénticas condiciones a las demás trabajadoras
como las obligaciones y acciones prestacionales que le competen al empleador y
al Estado en relación con los auxilios económicos, las prestaciones asistenciales
de salud, quirúrgicas, hospitalarias, medicamentos, amén de las obligaciones de
seguridad social para con el menor.
123
Corte Constitucional. Sentencia C-410 de 1994 M.P. Carlos Gaviria Díaz
124
Ver Corte Constitucional. Sentencias: C-481/98, T-098/94, C-112/2000
”el derecho a la vida, la libertad, la igualdad y la seguridad de la persona; al
libre desarrollo de la personalidad; a fundar una familia; a decidir libre y
responsablemente el número de hijos; a tener acceso a la educación y la
información; a gozar de un medio ambiente saludable; y al cuidado de la
salud. La discriminación relacionada con el sexo en cualquier campo, tal como
el político, económico, social, educativo, cultural o civil, constituye un
impedimento al reconocimiento, goce y ejercicio de los derechos humanos y
de las libertades fundamentales de la mujer...”125.
“El estado social de derecho como fórmula política ha sido objeto por parte
de la Corte Constitucional, de un amplio y permanente estudio y a propósito
de los más diversos temas. Su correcta caracterización permitirá entender el
proyecto que orienta de manera integral la norma de normas. La solución
del caso más difícil de todos podrá resolverse, en última instancia,
recurriendo a la fórmula política. Con razón se ha dicho que toda
interpretación jurídica es siempre una interpretación política”126.
En innumerables sentencias de los años 2003, 2004, 2005, 2006, 2007, 2008,
2009, 2010, la Corte reitera la jurisprudencia según la cual se reconoce la
estabilidad laboral reforzada como un derecho de carácter fundamental, tesis que
ya la había desarrollado en la sentencia T-373 de 1998, al expresar lo siguiente:
Si bien como ya lo hemos visto, desde el año de 1932 y hasta la ley 50 de 1990, la
legislación nacional reguló el tema del embarazo, con la finalidad expresa de
garantizar un comportamiento patronal acorde con este estado materno, lo
innovador de la nueva hermenéutica constitucional se encuentra en el alcance y
sentido que se da a la normativa laboral. En efecto, en la sentencia C-710 de
1996 por primera vez la Corte Constitucional ubica el sentido y alcance de la
protección a la mujer embarazada en el compromiso del Estado Colombiano con
la procura de la igualdad real entre los sexos, además de proteger la maternidad,
la familia y la vida del que está por nacer, lo que exige una nueva hermenéutica de
la regulación legal vigente, tanto en el sector público como privado.
En efecto, con ocasión de la demanda de inexequibilidad de varios artículos del
Código Sustantivo del Trabajo, entre ellos el artículo 240 sobre los procedimientos
para despedir durante el embarazo, la Corte Constitucional profirió la sentencia C-
710/96 en la cual, al analizar las diversas formas cómo el Estado protege
derechos fundamentales como el de asociación y el de igualdad de la mujer
embarazada, consagrando para el primer caso el permiso del juez laboral previo al
despido y para el segundo la autorización previa del Inspector del Trabajo, llega a
la conclusión de que al tratarse de situaciones distintas, los tratamientos pueden
ser diversos sin afectar el derecho a la igualdad; reivindica eso sí, el debido
proceso en los trámites administrativos.
127
Sentencia C-710/96
128
Cuyo texto es el siguiente: “3º) La trabajadora despedida sin autorización de la autoridad tiene derecho al
pago de una indemnización equivalente a los salarios de sesenta (60) días fuera de las indemnizaciones y
prestaciones a que hubiere lugar de acuerdo con el contrato de trabajo, y, además, al pago de las doce (12)
semanas del descanso remunerado de que trata este Capítulo, si no lo ha tomado” Inciso 3 Artículo 239
C.S.T.
despido de una mujer embarazada aun sin los requisitos legales, imponiéndole al
empleador a cambio el pago de una indemnización, la norma está permitiendo la
discriminación contra la mujer y la violación de la protección especial
constitucional.
129
Art. 29 de la Constitución Nacional
los principios de la sana crítica, permitiendo la publicidad y contradicción de las
mismas”.
Este entendimiento que era el que había adoptado la Corte Suprema de Justicia
antes de 1991, era acorde con el ordenamiento laboral. En vigencia de los nuevos
mandatos constitucionales, esta interpretación que admite la permuta de igualdad
por dinero, no es aceptable; se enfrenta la Corte a uno de esos casos difíciles
puesto que una declaratoria de inexequibilidad podría interpretarse como la
abolición de la indemnización, decisión con la cual se causaría paradójicamente un
mayor perjuicio a la mujer embarazada so pretexto de protegerla. La exequibilidad
así mismo implicaría la legitimación de una situación contraria al querer del
constituyente. Por lo tanto, la Corporación decide una salida que al mismo tiempo
que subsane la inconstitucionalidad constatada se proyecte en las normas legales.
Así:
De esta manera se declara la exequibilidad del artículo 239 del Código Sustantivo
del Trabajo, condicionada al entendimiento en el sentido indicado.
Por lo anterior, resulta agresivo que en este fallo se afirme: “La única
interpretación con carácter obligatorio respecto de una ley, es la que hace el
propio legislador por vía de autoridad; dado que es él quien la produce... el código
Civil en su artículo 25 así lo preceptúa”. A juicio de esa Corporación en la
sentencia C-470 de 1997, la Corte constitucional incurre en graves
contradicciones, por una parte declara exequible el artículo 239 del Código
Sustantivo del Trabajo modificado por el artículo 35 de la ley 50 de 1990 y por otra
lado, en la misma parte resolutiva incluye unos condicionamientos que afectan su
propia decisión. “Mal puede colegirse que una decisión de constitucionalidad
puede entrañar tales contradicciones, como la que supone decir que la norma se
aviene a la constitución pero dentro de un entendimiento diferente al propio
derivado de su expresión literal”
Los apartes transcritos, indican con toda claridad las distancias interpretativas
entre las dos corporaciones, situación que afecta de manera fuerte la seguridad
jurídica del país, al generar para los asociados un clima de incertidumbre, frente a
las posibles consecuencias jurídicas de sus actuaciones.
133
Expediente No.5065 C.P. Clara Forero de Castro. Sentencia de 3 de noviembre de 1993 Consejo de
Estado.
inspector del trabajo para las trabajadores oficiales o sin la respectiva resolución
motivada en los casos de empleadas públicas.
134
Ley 443 de 1998 Art. 62 inciso 3
zona de penumbra social, lo que entraña la utilización por el legislador
de un criterio de discriminación prohibido por el artículo 13 de la
Constitución y una clara afrenta a la dignidad de la mujer”135
135
C- OJO FALTA
Constitución y la ley para que sea procedente la acción de tutela como
mecanismo transitorio, a pesar de existir otro medio de defensa judicial,
dada la gravedad y actualidad del perjuicio y la impostergabilidad de la
protección, no sólo para la madre sino especialmente para el hijo que
está por nacer.”
Por otra parte y con referencia a los fallos propios de la jurisdicción contencioso
administrativa, encontramos que con radicación 17252 del 21 mayo de 1998, se
reiteran los argumentos expuestos el un fallo anterior, el S-638 del 28 de agosto
de19 96, que a la letra dicen:
Debe recordarse, además, que el artículo 21 del decreto 3135 de 1968 dispone en
su inciso 1° que la empleada pública solamente puede ser removida mediante
“resolución motivada del jefe del respectivo organismo” durante el embarazo
cuando ha tenido lugar dentro de los períodos señalados en el inciso anterior sin
las formalidades que el mismo establece”. A su vez, el artículo 40 del decreto
1848 de 1969, reglamentario del anterior, -Presunción de despido por embarazo-,
repite esta previsión”.
Así mismo, en el asunto Radicado bajo el No. 16876 del 8 de octubre de 1998,
frente al despido en embarazo de una empleada de libre nombramiento y
remoción se manifiesta:
“Cabe señalar que tampoco es válida en el sub lite la razón dada por el
Municipio de que se trata de un cargo de confianza y manejo. Si bien
esta Sala ha sostenido de tiempo atrás que estos cargos no pueden
generar estabilidad alguna, en razón del elemento subjetivo que les es
ínsito, la protección a la maternidad, al trabajo, a la infancia, a la familia
y al derecho a la igualdad erigida como principio constitucional
prevalece sobre cualquier otra consideración. La Corte Constitucional
sobre la constitucionalidad del artículo 21 del Decreto 3135 de 1968,
expresó lo siguiente:
Finalmente, este especial cuidado a la mujer embarazada y a la madre
es también expresión de la centralidad que ocupa la familia en el
ordenamiento constitucional colombiano, ya que ésta es la institución
básica de la sociedad, por lo cual recibe una protección integral de
parte de al sociedad y del Estado….Esta mayor fuerza normativa de los
principios constitucionales del trabajo, cuando se trata de mujeres
embarazadas, es clara en materia de garantía a la estabilidad en el
empleo. En efecto, si bien, conforme al artículo 53 de la Carta, todos
los trabajadores tienen un derecho general a la estabilidad en el
empleo, existen casos en que este derecho es aún más fuerte, por lo
cual en tales eventos cabe hablar de un derecho constitucional a una
estabilidad laboral reforzada…” (136
Sin embargo, como la protección por fuero ya había concluido, dice el Consejo:
136
, Corte Constitucional Sentencia C-470 de 1997
Como se ve, si no se acude a la tutela, los mecanismos judiciales no logran
reparar el derecho fundamental vulnerado, ni la discriminación por razón de
embarazo.
137
Sentencia T-373/98
de dicho estudio resulta evidente tal vulneración, no hay razón suficiente para
aplazar la protección transitoria del derecho fundamental que está siendo
afectado, pues dicho aplazamiento, dada la estrecha duración del embarazo, del
parto y del postparto, los mayores obstáculos que se le presentan a una persona
embarazada para ingresar al mercado ocupacional, amén de otros factores
sociológicos que indican la limitación a la autonomía de la mujer que carece de
recursos durante el embarazo y los primeros meses posteriores al parto,
desestimulando de esta forma, la opción de la maternidad, lo que implica en la
práctica, negación del derecho fundamental al libre desarrollo de la personalidad
de las mujeres.
138
Este tema es ampliamente desarrollado en el artículo “El concepto del mínimo vital en la jurisprudencia e la
Corte Constitucional”. BURBANO, Clara En: Revista Tutela No. 23 Noviembre de 2001
trabajadora en estado de embarazo, a la existencia de otra circunstancia
importantísima pero adicional, que es justamente la comprobación de la
afectación al mínimo vital.
Cosa distinta es exigir el mínimo vital, cuando lo que se reclama por vía de tutela
hace referencia a los derechos prestacionales o de acción positiva, tales como pago
de licencias, servicios médicos, hospitalarios, etc., eventos para los cuales, dado el
precario desarrollo de las políticas de bienestar social y lo reducido de los recursos
estatales, la afectación al mínimo vital ayuda a realizar la justicia material,
protegiendo en primera instancia a aquellas personas que carecen de otro medio
económico para atender estas necesidades, en la perspectiva de que negarles el
derecho equivale a vulnerar la dignidad humana causando un daño irreparable.
Según puede apreciarse en el aparte transcrito, la Corte niega una vez más el
carácter de derecho fundamental per se de la protección especial en embarazo,
como una expresión sexuada del derecho genérico de igualdad. Aunque se valora
como muy positiva la elaboración y aplicación del “mínimo vital” a favor de las
clases más desprotegidas, se crítica que la imposición de este elemento en el
caso de la mujer embarazada y despedida sin justa causa desvirtúa, en cambio, la
validez de la igualdad entre hombres y mujeres.
Este nuevo planteamiento logra concreción en la Sentencia T-119 de 1997, allí la
Corte Constitucional acepta la viabilidad del ejercicio de la tutela, siempre y
cuando se encuentre amenazado el mínimo vital de la madre gestante y por tanto
la vida misma del hijo próximo a nacer. Para estas madres opera la protección
constitucional, pero no por su condición de mujeres que han optado por la
maternidad sino por tratarse de personas carentes de todo recurso para garantizar
su subsistencia. Sobra, en este entendimiento la protección especial que el
constituyente ordena en el texto del artículo 43 de la Carta Política.
“d) Por regla general, la acción de tutela no procede para obtener el reintegro
al cargo por ineficacia del despido, como quiera que el mecanismo procesal
adecuado es la demanda ante la jurisdicción ordinaria laboral, en caso de
empleados privados o trabajadores oficiales y, la acción contenciosa ante la
jurisdicción contencioso administrativa para las empleadas públicas. No
obstante, esta regla tiene una excepción, esto es, la desvinculación al empleo
de la mujer embarazada sólo puede pretenderse a través de acción de tutela
como mecanismo transitorio para evitar un perjuicio irremediable cuando se
busca proteger el mínimo vital de la futura madre o del recién nacido.
Cuando la Corte debió resolver las acciones de tutela presentadas con ocasión de
la liquidación de la Caja Agraria, manifestó en la sentencia SU-879 de 2000:
140
Corte Constitucional, Sentencia T-778/00 M.P. Alejandro Martínez Caballero.
Vale recordar, la sentencia T-311 de 2001, en la cual se estableció el sentido de la
protección a la maternidad, al afirmar que:
En sentencia T-069 del 2007, la Corte realiza un profundo estudio sobre la acción
de tutela presentada contra la empresa Petrocasinos S.A. con motivo de la
presunta vulneración del derecho fundamental al mínimo vital propio y el de su
hijo que está por nacer, a raíz de la terminación de su contrato de trabajo. Cabe
anotar que la empresa en su defensa afirma que había contratado a la accionante
para que prestara sus servicios como trabajadora en misión en la empresa
Colombia Telecomunicaciones S.A., pero que al terminarse el contrato de
prestación de servicios con esta última, había finalizado la labor para la cual había
sido contratada. De esta manera la Corte a través de reiterada jurisprudencia
sobre Estabilidad reforzada para las mujeres embarazadas en las empresas de
servicios temporales, niega el derecho de amparo de la accionante, argumentando
que “no puede decirse que haya habido un ánimo discriminatorio por parte del
empleador en la terminación del contrato de trabajo de la accionante, pues, según
el acopio probatorio, se ha podido establecer que su estado de embarazo no fue
la causa que llevó a la terminación de su contrato, sino que debido a la finalización
de la obra éste quedó sin materia, lo cual constituye una causa objetiva y
relevante”.
Para el año 2007 es dable rescatar el análisis que se hace en la sentencia T-633
de 2007, a raíz de una petición de amparo de los derechos fundamentales de una
mujer embarazada que solicita el reintegro a la Rama Judicial y el pago de los
salarios y prestaciones sociales dejados de percibir, teniendo en cuenta que venía
desempeñándose en un cargo creado a título provisional para la descongestión de
los despacho judiciales, produciéndose su despido en estado de embarazo. Al
hacer la revisión, la Sala observa que en el caso concreto, la desvinculación no
ocurrió debido a una discriminación de orden subjetivo, ni menos a su embarazo.
“Al contrario, la decisión fue adoptada con fundamento en una razón general y
legítima, que obedeció a la expiración del término por el cual fueron creados los
cargos de descongestión (…) En tal sentido, no se advierte por parte de la entidad
demandada un designio de desprotección de la especial situación de la
demandante”.
(i) Que el despido haya tenido lugar durante la época en que está vigente
el „fuero de maternidad‟, esto es, durante el embarazo o dentro de los tres
meses siguientes al parto;
(ii) Que el despido sea una consecuencia del embarazo, por ende que el
despido no esté directamente relacionado con una causal objetiva y relevante
que lo justifique;
(iii) Que no medie autorización del inspector del trabajo, si se trata de
trabajadora oficial o privada, o que no se presente resolución motivada por
parte del jefe del respectivo organismo, si se trata de empleada pública; y
(iv) Que el despido amenace el mínimo vital de la actora y/o su hijo por
nacer.
Ahora, la Corte precisa que si bien en una época fue exigible el requisito
correlativo a que al momento del despido el empleador debía conocer el
estado de gravidez de la accionante, previa notificación oportuna, dicho
requerimiento no es exigido cuando por el avanzado estado de gestación de
la mujer, su estado de gravidez constituye un hecho notorio; o cuando la
trabajadora se vio obligada a ausentarse temporalmente de sus labores por
motivo del embarazo y presentó a su empleador una certificación médica
sobre incapacidad donde claramente se señala el estado de gravidez como la
142
causa de la incapacidad.
141
“Pueden observarse las Sentencias T-1236/04, T-063/06, T-381/06, T-195/07, T-1008/07, T-513/08, T-549/08, entre
otras.”
142
“Ver Sentencias T-589/06, T-487/06, T-1008/07, T-1043/08, entre otras”.
143
“Este criterio ha sido reiterado por la Corte en las Sentencias: T-352/08, T-440/08, T-513/08, T-528/08, T-687/08, T-
1069/08”.
Con un estudio muy ponderado, la sentencia T-113 de 2008, se ocupa del caso de
una auxiliar de enfermería, vinculada el 1 de septiembre de 2005 al Hospital San
Lucas de El Molino (Guajira), mediante contrato de prestación de servicios de tres
(3) meses, el cual se prorrogó hasta el día 15 de mayo de 2007. El 7 de marzo de
2007 la tutelante informó acerca de su embarazo anexando las pruebas médicas
respectivas; el 15 de mayo le informaron verbalmente que su contrato no había
sido renovado. La Corporación reitera lo afirmado en la sentencia hito C-470 de
1997 al aseverar que:
“El legislador señala que, para que pueda proceder el despido de una
mujer durante el período de gestación o dentro de los tres meses
posteriores al parto, se requiere de la autorización del inspector de
trabajo, la cual sólo se concede con fundamento en las causales
consagradas en los artículos 62 y 63 del código en cita, el legislador
creó una presunción en esta materia, de manera que si el despido tiene
ocurrencia durante el período de gestación o dentro de los tres meses
posteriores al parto, sin que concurra autorización del inspector de
trabajo, se presume que éste ha tenido ocurrencia por razón del
embarazo” .
“En esa medida, este Tribunal definió que para que el amparo sea procedente
basta con que la mujer pruebe que la terminación de la relación laboral se
produjo durante el embarazo o en los tres meses siguientes al parto145. Con
ello, la carga probatoria se traslada al empleador y hace innecesario que la
mujer gestante demuestre que comunicó al empleador, con anterioridad al
despido, su estado de embarazo.”
144
M.P. Jaime Córdoba Triviño
145
Al respecto, la sentencia T-095 de 2008, puntualizó: “Subraya la Sala que una interpretación más
garantista y, en tal sentido, más concordante con la protección que le confiere la Constitución a las
mujeres en estado de gravidez consiste en asegurar el amparo de los derechos de las trabajadoras
que quedan embarazadas bajo la vigencia de un contrato laboral con independencia del tipo de
vinculación de la que se trate – a término indefinido, a término fijo o por obra-. Si la mujer puede
probar mediante certificado médico que su estado de embarazo se presentó bajo la vigencia del
contrato laboral, basta con dicha prueba para obtener la protección.”.
Adicionalmente se aclaró que aun en el evento, de que hubiese operado el
preaviso en los contratos a término para evitar la renovación de este, si la
trabajadora se encuentra en estado de gravidez antes o después de la
comunicación, el empleador está en la obligación constitucional de renovar el
contrato y reconocer todas las prestaciones, es decir los 3 meses de lactancia.
Durante el presente año 2010, resulta pertinente citar la sentencia T- 088 de 2010,
donde la protección a la maternidad, se imbrica con los derechos fundamentales
de la mujeres y por lo tanto, concluye que la violación al fuero de maternidad, no
es más que una discriminación basada en género. Dice al respecto la
Corporación:
146
“Esta estabilidad ha sido concedida en distintos tipos contractuales tales como: contratos de trabajo por
duración de obra o labor, contratos a término fijo e indefinido, contratos temporales y contratos de
prestación de servicios. En cuanto a casos en los que no se han renovado contratos de prestación de
servicios pueden consultarse las Sentencias: T-1201 de 2001, T-472 de 2002, T-529 de 2004, T-176 y 992 de
2005, T-195/07, T-113 y T-987 de 2008, entre otras”.
En el caso particular del periodo de gestación, desde el punto de vista
biológico, sólo es posible atribuirlo a la mujer. Por ello, existe una protección
constitucional reforzada147 para el disfrute pleno de la maternidad, sin olvidar
que el hombre y la mujer están en igualdad de condiciones y pueden gozar de
las mismas oportunidades. Así, cualquier discriminación causada por el
estado de embarazo, es una violación al derecho a la igualdad por razón del
género.
Quizá por estas circunstancias, con posterioridad a la reforma laboral de 1990, los
empleadores que más han crecido y se han fortalecido han sido las empresas de
servicios temporales y las cooperativas de trabajo asociado. Si bien, en el primer
caso existe relación laboral, su corta duración impide el surgimiento de las
organizaciones sindicales y en el segundo, porque como consecuencia de su
propia naturaleza, excluye toda clase de relaciones laborales.
147
Artículo 43 de la Constitución Política: La mujer y el hombre tienen iguales derechos y
oportunidades. La mujer no podrá ser sometida a ninguna clase de discriminación. Durante el
embarazo y después del parto gozará de especial asistencia y protección del Estado, y recibirá de
éste subsidio alimentario si entonces estuviere desempleada o desamparada.
El Estado apoyará de manera especial a la mujer cabeza de familia.
Contrariando el espíritu de la norma que fija unas condiciones precisas en cuanto
a tiempo y actividad para recurrir a la figura de los trabajadores en misión, en
Colombia existe un número cada vez más considerable de estos trabajadores para
quienes no son extensivos los beneficios convencionales de la respectiva empresa
y ni siquiera se les reconozcan los mínimos legales, presentándose numerosos
casos, en que las EST y las EAT, no son más que meros intermediarios que
contribuyen a ocultar auténticas relaciones de trabajo.
Más adelante agrega los rasgos que caracterizan a una auténtica Cooperativa: i)
asociación es voluntaria y libre; (ii) regidos por el principio de igualdad de los
asociados; (iii) sin ánimo de lucro; (iv) democrática; (v) el trabajo de los asociados
constituye su base fundamental; (vi) desarrolla actividades económico sociales;
(vii) hay solidaridad en la compensación o retribución; (viii) existe autonomía
empresarial.con la cual, los afiliados no tiene relación laboral. De estas
caracterizan se desprenden algunos derechos como: (i) A no ser empleados como
mano de obra a favor de usuarios o terceros beneficiarios de tal manera que se
148
Posición reiterada en las sentencias T-531 de 2007, T-291 de 2005, T-917 de 2004, T-900 de
2004, T-550 de 2004, T-1177 y T-286 de 2003.
149
Sentencias 1177 de 2003, MP. Jaime Araujo Rentería y T-550 de 2004, MP. Manuel José
Cepeda Espinosa reiterada en la Sentencia T-063 de 2006 M.P. Clara Inés Vargas Hernández
150
“(…) la relación de trabajo puede existir aún cuando las partes hayan dado una denominación
diferente al vínculo que los une” Sentencia de la Sala de Casación Laboral de la Corte Suprema de
Justicia. 24 de abril de 1975.
Sobre este mismo tema, esta Corte justificó este principio aduciendo que consiste en “determinar la situación
real en que se encuentra el trabajador respecto del patrono, la realidad de los hechos y las situaciones
objetivas surgidas entre estos. Debido a esto es posible afirmar la existencia de un contrato de trabajo y
desvirtuar las formas jurídicas mediante las cuales se pretende encubrir, tal como ocurre con los contratos
civiles o comerciales o aún con los contratos de prestación de servicios”. Sentencia T-992 de 2005.
151
Sentencia T-873 de 2005.
configure relaciones de subordinación o dependencia con sus contratantes. (ii)
Recibir una compensación por la ejecución de su actividad que sea equitativa al
tipo de labor desempeñada, el rendimiento y la cantidad aportada a la
organización152. (iii) Estar afiliado al Sistema de Seguridad Social Integral
“mientras dure el contrato de asociación”153, esto es, su afiliación a los sistemas
de salud, pensiones y riesgos profesionales.
Con ocasión de la sentencia T-471 de 2009, la Corte estudio el caso de una mujer
en estado de embarazo vinculada mediante un vínculo muy precario como es el
contrato de prestación de servicios con el Distrito Capital de Bogotá, por el término
de dos meses, del cual fue desvinculada de manera arbitraria. Con fundamento
en los precedentes generados por la Sentencia T-005 de 2009, concluye que:
152
Artículos 11 y 12 del Decreto 468 de 1990 y 25 del Decreto 4588 de 2006.
153
El artículo 26 del Decreto 4588 de 2006 señala: “RESPONSABILIDAD DE LAS COOPERATIVAS Y
PRECOOPERATIVAS DE TRABAJO ASOCIADO FRENTE AL SISTEMA DE SEGURIDAD SOCIAL
INTEGRAL. La Cooperativa y Precooperativa de Trabajo Asociado será responsable de los trámites
administrativos necesarios para realizar el proceso de afiliación y el pago de los aportes al Sistema de
Seguridad Social Integral y para tales efectos le serán aplicables todas las disposiciones legales vigentes
establecidas sobre la materia. Está obligada a contribuir de esta manera a afiliar a sus asociados al Sistema
de Seguridad Social Integral mientras dure el contrato de asociación.
La Cooperativa no suplirá su obligación de afiliación al Sistema, a la que se refiere el presente artículo, por
el hecho de que sus asociados aparezcan como beneficiarios en el régimen contributivo en salud, como
cotizantes a un régimen excepcional tanto en salud como en pensiones, como beneficiarios de un régimen
excepcional en salud, como afiliado dependiente por otra empresa o como afiliado a salud y pensiones por
otros ingresos diferentes a los derivados del contrato de asociación, como beneficiario afiliado al Régimen
Subsidiado en Salud, o porque hayan presentado su clasificación por la encuesta del SISBEN.
PARAGRAFO. En los aspectos no previstos en el presente decreto, relacionados con el Sistema de Seguridad
Social Integral, se aplicarán las disposiciones contenidas en la ley 100 de 1993 y las normas que la
reglamentan, modifican o adicionan.”
En igual sentido, el artículo 27 del Decreto en cuestión señala: “AFILIACIÓN E INGRESO BASE DE
COTIZACIÓN EN MATERIA DE SALUD, PENSIONES Y RIESGOS PROFESIONALES. Los trabajadores
asociados son afiliados obligatorios al Sistema de Seguridad Social Integral; para efectos de su afiliación se
tendrá en cuenta como base para liquidar los aportes, todos los ingresos que perciba el asociado, de
conformidad con lo señalado en el parágrafo 1º del artículo 3º de la Ley 797 de 2003 y normas que lo
reglamenten.” (Negrilla fuera del texto original).
En consecuencia ordena la revinculación y el pago de sus respectivas
prestaciones. Por consiguiente, independientemente de la relación contractual que
exista, la Corte ha concedido el amparo a la maternidad sin detenerse en
discusiones sobre la relación que en dichos contratos pudiese concurrir para el
reconocimiento de prestaciones sociales y salarios dejados de percibir,
circunstancias que pueden ventilarse en la jurisdicción laboral, lo cual no es óbice
para amparar los derechos constitucionales de la mujer embarazada y de su hijo
que está por nacer, pues son de mayor entidad y peso constitucional,
garantizando la renovación de los contratos y continuidad en las labores.
Afirma así que: “El plazo no puede desconocer valores, principios o normas
constitucionales como los artículos 43 que establece que después del parto la
madre goza de especial protección del Estado; o el 53 que reitera la protección
especial a la maternidad; o el artículo 44 que ordena que los derechos de los niños
prevalezcan sobre los derechos de los demás o el artículo 50 que manda a
proteger y dar seguridad social a todo niño menor de un año”.
Así, expone la Corte, en el año 2003, no sólo el deber especial de protección que
cabe respecto a las madres, sino que alude al concepto de protección
“doblemente reforzada, pues concurren los derechos constitucionales del hijo y de
la madre al mismo tiempo, que forman una unidad…que por lo mismo debe
protegerse en todos sus aspectos y en su unidad”.
Finalmente, se ha de señalar cómo para la Corte Constitucional la conducta que
debe sancionarse es aquella de inactividad de la madre en reclamar su licencia de
maternidad, pues si como en el caso presente, lo hizo dentro del término de
duración de la licencia, considera que el tema es “el allanamiento a la mora en la
que incurrió la E.P.S. tema respecto al cual, la Corte preserva la argumentación de
que no es válido aducir razones frente a una conducta irregular cuando
pacientemente las ha tolerado154.
Una vez más, en las sentencias T-284, T-390, T-421 de 2004 la Corte
Constitucional se pronuncia sobre el tema de licencia de maternidad reiterando su
línea jurisprudencial al asumir la revisión de la tutela incoadas por trabajadoras
contra la EPS en la cual estaban afiliadas, a quienes les negaron el pago de la
licencia de maternidad por cotización extemporánea, ordenando en consecuencia,
la Corte el pago de la licencia.
Sentencia T-1161/05
Se interpone contra la Cruz Blanca EPS ya que esta se niega a pagar la licencia
argumentando que la cotizante no cumple con el requisito de haber pagado
durante las 40 semanas, es decir durante todo el periodo de gestación. La corte
concede la tutela al comprobar por medio de los recibos de pago que la
accionante si cotizo durante todo su periodo de embarazo.
Sentencia T-1243
Por su parte en la Sentencia T-1243 la EPS se niega a pagar argumentando que
no se cotizo ininterrumpidamente durante todo el periodo de gestación, pues la
accionante no cotizo durante 17 días en los cuales estuvo sin trabajo. La Corte
establece que es desproporcionado concluir que la demandante ha perdido su
derecho por no haber cotizado por tan solo 17 días, por lo tanto concede la tutela
haciendo prevalecer ante todo la Licencia a la maternidad que hace parte del
minimo vital de la madre y el hijo.
Por otro lado la sentencia T-1298 igual que la anterior hace referencia a un
periodo pequeño de no cotización que en este caso es de 1 mes, pues la
accionante solo cotizo durante 8 meses en su periodo de gestación. También la
Corte concede la tutela ya que analizando el caso concreto cuando ella pide la
Licencia se encuentra ya sin trabajo por lo que este ingreso se constituye en el
único sustento para ella y su hijo, en este caso la corte hizo prevalecer lo
sustancial sobre lo formal, hecho que hace que esta sentencia sea muy
importante para tener en cuenta.
Sentencia 1287/05
Esta es una sentencia donde la demandante quien durante sus primeros 5 meses
de gestación actuó como beneficiaria y que en los últimos 4 meses pasó a ser
cotizante. Aquí la Corte le niega la Licencia de maternidad ya que no cumplió con
los requisitos mínimos para ser acreedora al derecho de la Licencia, puesto que se
exige que la madre es quien haya sido la cotizante durante todo su periodo de
embarazo ya sea dependiente o independiente, por lo cual el simple hecho de ser
beneficiaria no garantiza el pago de Licencia.
Sentencia T-603/06
Contraria a la anterior no se concede el amparo puesto que la accionante solo
había cotizado durante 27 semanas por lo que no cumplía con el requisito legal de
cotizar durante todo el periodo de gestación para que tenga acceso al derecho
reclamado.
Sentencia T-609/06
Esta es una sentencia muy interesante puesto que se tiene en cuenta el Derecho
Constitucional de Petición que tiene todo ciudadano, pues el caso consiste en que
la accionante interpone un Derecho de Petición al Seguro Social solicitándole el
pago de su Licencia el cual nunca fue respondido por dicha entidad. La Corte
concede el amparo teniendo en cuenta que se violo el derecho fundamental de
petición, al igual que el derecho a la igualdad, a la protección de la mujer en
embarazo, al mínimo vital y a los derechos fundamentales de los niños.
Sentencia T-614/06
En este caso la EPS se niega a pagar la Licencia porque la accionante no cotizo
durante 30 días, lapso en el cual ella paso de ser cotizante dependiente a
independiente. La Corte siguiendo su línea jurisprudencial establece que es
desproporcionado perder su derecho de licencia por 30 días no cotizados. Por
tanto resuelve que la EPS debe pagar la licencia pero en un 88.8%.
Sentencia T-640/06
Este caso es similar al anterior puesto que la Corte ordenó cancelar la licencia de
maternidad a la cual tenía derecho una afiliada que presentó un período de
interrupción en sus cotizaciones como consecuencia de su desvinculación como
empleada y su nueva vinculación como trabajadora independiente.
Así mismo sucede en las Sentencias T-689, T-674, en las cuales también la corte
establece que hubo allanamiento de mora, al igual que en las sentencias T-922 y
T-983.
Sentencia T-749/06
La EPS demandada en este caso no cancela la Licencia argumentando que la
accionante cotizo durante 39 semanas ya que el parto fue prematuro. En fallo de
primera instancia se niega la tutela al considerar que al ser la licencia un derecho
de carácter prestacional no es la tutela la vía para reclamarla sino la Justicia
Ordinaria Laboral. Por su parte la corte analiza que la accionante si cotizo durante
todo su periodo de gestación pues el hecho de que el parto se haya dado antes de
las 40 semanas no quiere decir que ella no cotizo durante todo su periodo de
embarazo; por lo tanto revoca el primer fallo y concede el amparo invocado.
Sentencia T-906/06
La acción se interpone ante COOMEVA EPS que no paga la Licencia
argumentando la falta de requisitos legales por parte de la accionante, pero la
Corte por encima de dichos requisitos hace prevalecer la protección a la mujer en
embarazo, al niño y al mínimo vital que en este caso si se ve afectado, por lo que
ordena a COOMEVA si pagar la Licencia.
Igual caso ocurre en sentencia T-245 del 2007, donde la Corte revisa si resulta
procedente la solicitud de reintegro, por vía de acción de tutela, presentada por
una mujer embarazada que ha sido separada de un cargo de la Rama Judicial, el
cual venía ocupando en provisionalidad, debido a la reincorporación del
funcionario de carrera que anteriormente se desempeñaba en tal empleo en virtud
de un nombramiento en propiedad. En esta oportunidad, y a pesar que la Corte
ordena cancelar de manera inmediata el valor correspondiente a los salarios de
los meses dejados de trabajar desde cuando fue retirada hasta cuando el parto se
produjo y tres meses más, reitera que no es procedente el reintegro mediante
acción de tutela, debido a que “la procedencia del reintegro solicitado por la
accionante, se observa que en el caso concreto la pretensión elevada no reúne la
totalidad de los requisitos señalados por la jurisprudencia constitucional para
conceder este tipo de solicitudes. En primer lugar, la separación del cargo que
venía ocupando la accionante fue decidida por medio de una resolución motivada
expedida por el nominador. Como fue precisado por esta Corporación en
sentencia C-470 de 1997, este tipo de actuaciones valen como sucedáneo de la
autorización del inspector de trabajo en el caso de despido de las empleadas
públicas que se encuentren en estado de embarazo……….. A su vez, la
desvinculación fue adoptada con base en la acreditación de lo que, en principio,
constituye una justa causa –reintegro del funcionario de carrera- y no ocurrió por el
estado de embarazo en que se encontraba la accionante”.
Caso contrario ocurre en Sentencia T-412 del 2007 en donde se estudia la acción
de tutela contra la empresa Recaudo de Valores S.A. la cual resolvió no prorrogar
el contrato de trabajo de la accionante, no obstante su estado de embarazo y su
condición de madre cabeza de familia, argumentando que la terminación del
contrato de trabajo, que vinculaba a la actora con la entidad, se explica por
vencimiento del término pactado y no debido al “supuesto” estado de embarazo
que aduce la accionante. En este sentido la Corte decide amparar mediante
acción de tutela la reintegración del empleo que exige la accionante, debido a que
“En el caso objeto de estudio se encuentra probado que la accionante i) fue
despedida en estado de embarazo y que en el momento del despido contaba con
cinco meses y medio de embarazo, a pesar de esta circunstancia, ii) el empleador
no acudió al Inspector del Trabajo para que éste evaluara el despido, tal como lo
determina la normatividad vigente; finalmente la accionante aduce que iv) no
cuenta con medios que le permitan su subsistencia y la de sus hijos, es decir que
se cumplen lo requisitos exigidos por la Corte para acudir a tutela en caso de
despido de mujer embarazada”. Lo mismo se reitera en sentencias T-221 del 2007
y 4451 del 2007, donde se ordena reintegrar a la accionante a su antiguo puesto
de trabajo, debido a que se reúnen los requisitos establecidos por la Corte para
acudir a acción de amparo por el despido de mujer en estado de embarazo, los
cuales ya se expusieron en la anterior sentencia. Y se ordena a las entidades
demandas cancelar los salarios y las prestaciones sociales causados y no
pagados a las accionante, desde el momento en que fueron desvinculadas de sus
labores hasta el momento del reintegro
En sentencia T-069 del 2007, la Corte realiza un profundo estudio sobre la acción
de tutela presentada contra la empresa Petrocasinos S.A. con motivo de la
presunta vulneración del derecho fundamental al mínimo vital propio y el de su
hijo que está por nacer, a raíz de la terminación de su contrato de trabajo. Cabe
anotar que la empresa en su defensa afirma que había contratado a la accionante
para que prestara sus servicios como trabajadora en misión en la empresa
Colombia Telecomunicaciones S.A., pero que al terminarse el contrato de
prestación de servicios con esta última, había finalizado la labor para la cual había
sido contratada. De esta manera la Corte a través de reiterada jurisprudencia
sobre Estabilidad reforzada para las mujeres embarazadas en las empresas de
servicios temporales, niega el derecho de amparo de la accionante, argumentando
que “no puede decirse que haya habido un ánimo discriminatorio por parte del
empleador en la terminación del contrato de trabajo de la accionante, pues, según
el acopio probatorio, se ha podido establecer que su estado de embarazo no fue
la causa que llevó a la terminación de su contrato, sino que debido a la finalización
de la obra éste quedó sin materia, lo cual constituye una causa objetiva y
relevante”.
Caso similar sucede en sentencia T-032 del 2007, donde se estudia si la E.P.S.
COMPENSAR, ha vulnerado los derechos fundamentales al mínimo vital y los
derechos de los niños de la accionante y de su hija recién nacida, al negarle el
reconocimiento y pago de su licencia de maternidad, justificando su decisión en la
extemporaneidad de los pagos al sistema de salud. De lo cual es dable para la
Corte conceder la acción de tutela argumentando “que si los pagos realizados por
el empleador fueron extemporáneos y la E.P.S. aceptó la mora, es decir, no alegó
al momento del pago del aporte esa situación, ésta última no puede escudarse en
dicha extemporaneidad para justificar la negativa al reconocimiento del auxilio por
maternidad, pues en estos casos nos encontramos ante el “allanamiento a la
mora”. Lo mismo se reitera en sentencias T-034 del 2007, T-068 del 2007 T-088
del 2007, T-144 del 2007 T-194 del 2007, T-243 del 2007, T-246 del 2007, T-298
del 2007, T-505 del 2007 y sentencia T-582 del 2007 en cuanto a la figura
jurisprudencial del allanamiento de mora y su factibilidad para el pago de licencia
de maternidad.
La Corte Suprema de Justicia en fallo Radicado bajo el No. 17193 de 200 asumió
el estudio de los alcances del artículo 238 del C.S.T.155, en concordancia con el
Art. 9. del Decreto 995 de 1968 y con el convenio 3 de la OIT ratificado mediante
ley 129 de 1931 y revisado por el convenio 103 de 1952156, con la finalidad de
precisar si la estabilidad reforzada por maternidad cobijaba los tres o los seis
primeros meses de lactancia.
Este fallo realiza una exégesis rigurosa que no se compagina con una
interpretación sistemática del código, ni menos aún con los marcos
constitucionales protectores de la mujer, la igualdad, la maternidad, el trabajo y la
estabilidad. Si no constituye prueba suficiente de represalia por lactancia, un
despido ocurrido tan sólo dos días después de cumplidos los 3 meses de
155
“El patrono está en la obligación de conceder a la trabajadora dos descansos de 30 minutos cada uno,
dentro de la jornada para amamantar a su hijo, sin descuento alguno del salario por dicho concepto durante
los primeros 6 meses de edad” (Art. 238 C.S.T.)
156
“1. Si una mujer lacta a su hijo, estará autorizada a interrumpir su trabajo para este fin durante uno o varios
períodos cuya duración será determinada por la legislación nacional. 2. Las interrupciones de trabajo, a los
efectos de la lactancia, deberán contarse como horas de trabajo y remunerarse como tales en los casos en
que la cuestión esté regida por la legislación.
protección indiscutible ¿cuál sería el medio probatorio idóneo que se reclama?
Teniendo en cuenta el artículo 241 del C.S.T. es claro que el legislador extiende la
protección a la etapa de lactancia consagrada en 6 meses, puesto que esta
disposición forma parte del capítulo de la maternidad.
Con la T-902 de 1999 la línea jurisprudencial que había trazado la Corte en torno
a la ineficacia de la terminación del contrato de trabajo por motivo de embarazo,
se aleja de la sombra decisional imperante, ubicándose en el extremo opuesto,
este es, el de la protección restringida del Código Sustantivo del Trabajo. En
efecto en esta ocasión se decide la tutela impetrada por una trabajadora del
servicio doméstico despedida en estado gestante. En las consideraciones del fallo
abundan las citas a anteriores decisiones157 protectoras de la igualdad y la
maternidad y no obstante encontrarse probados los requisitos construidos por la
jurisprudencia constitucional para que proceda el amparo, se resuelve ordenando
el pago de una indemnización de 60 días y el valor correspondiente a la licencia
de maternidad. Si se trata a todas luces de un despido ineficaz, porque razón no
se ordenó además la reinstalación en el trabajo, única medida que evita la
vulneración del derecho fundamental a no ser discriminada por razón de
embarazo. Inquietudes que quedan sin respuesta.
157
Entre otras la C-470/97, T-179/93, T-694/96, T-606/95, T-106/96, T-694/96, C-710/96, T-373/98
se trató de un cambio en la razón social, como con toda propiedad lo expresa el
magistrado Gregorio Hernández Galindo en su aclaración de voto.
158
Se puede consultar la sentencia T-739 del 1 de diciembre de 1998 (M.P. Hernando Herrera
Vergara).
159
Corte Constitucional T-028 del 2003.
oficiales) o a la acción de nulidad y restablecimiento del derecho (en el evento de
las empleados públicas) es mantener a sabiendas las condiciones oprobiosas que
aún subsistente en el mundo laboral frente a la mujer embarazada, como se
expresa a lo largo de este texto.
160
Corte Constitucional. Sentencia T-373 de 1998, ya citada.
CAPITULO VI.6
REFLEXIONES FINALES Y SUGERENCIAS.
__________________________________________________________________
Los conflictos jurisprudenciales que hemos esbozado no sólo tienen como causa
divergencias estrictamente jurídicas sino distancias conceptuales y posiciones
ideológicas, muchas de las cuales tienen incidencias políticas, pues para nadie es
un secreto la nefasta politización en la administración de justicia. Las
consecuencias de estas situaciones, afectan directamente a las mujeres poniendo
en entredicho la claridad y certeza de sus derechos fundamentales.
Así mismo y con el fin de superar las tensiones e inconsistencias en los fallos de
las Altas Cortes, sería conveniente impulsar una reforma legal que respete el
nuevo marco constitucional y que incluya la perspectiva femenina. Dicha
propuesta podría ser del siguiente tenor:
Esta disposición que sería aplicable tanto al sector público como al privado, no
hace nada más que recoger la jurisprudencia de la Corte Constitucional, del
Consejo de Estado y una norma vigente contenida en el Decreto 2737/89 Art.260
referente a las trabajadores menores en estado de embarazo.
En materia de seguridad social es urgente poner en práctica la Carta de Derechos
Fundamentales de carácter social, económico y cultural, de tal suerte que la
protección al embarazo, al parto y a la lactancia, no se vincule con la relación
laboral, sino con la necesidad social de proteger a los que están por nacer y a los
recién nacidos, a sabiendas de que una infancia segura y feliz es la mejor
inversión para garantizar adultos responsables y solidarios. Esta regulación debe
ir acompañada del compromiso del Estado Social de Derecho Colombiano,
alinderado con la igualdad y la no discriminación por razón de sexo, con la vida y
con la procura de justicia material para sus habitantes. No está por demás insistir
en la validez de la tutela para el desarrollo jurídico de los derechos de segunda
generación, como con buen sentido lo viene haciendo la Corte Constitucional en
temas como salud, pensión, vivienda, trabajo, entre otros.
De allí que una primera acción sería reformar las ideas que aún subsisten sobre la
maternidad. Acabar con esa unión indisoluble entre mujer y madre, que en la
realidad se traduce en el ser, actuar, pertenecer y vivir para otros. La propuesta es
reorientar estas virtudes, primero hacia ellas mismas, esto es, quererse, valorarse,
superarse, realizarse como mujeres y luego, en una decisión autónoma, conciente
y libre, optar o no por la maternidad. La meta es; nunca más hijos no deseados,
nunca más hijos de la violencia, nunca más hijos de la coacción física, moral,
social o sicológica.
161
FACIO, Alda. Con los lentes de género se ve otra justicia. En: El Otro Derecho No. 28. ILSA. Bogotá, 2002
la afectación de las instituciones sociales cuando el ingreso femenino es
relevante162.
“Es derecho de la mujer exige una práctica alternativa del mismo. Esta
disciplina no sólo es autocrítica y desmitificadora del derecho, sino que
además, exige que las y los abogados lo practiquen en forma diferente
a la tradicional. Se insiste en que las relaciones entre abogad@ y
cliente, juez/a y abogad@, administrad@r y administrad@ sean más
horizontales y que el proceso sirva para el empoderamiento de las
mujeres. Se insiste en que toda la actividad esté centrado en la
persona y no en los principios abstractos. Se busca la justicia más que
la seguridad jurídica...Se esto se desprende que el derecho de la mujer
debe ser enseñado con pedagogías distintas. Los y las estudiantes de
esta disciplina deben aprender a pensar antes que a memorizar, a
reconocer sus prejuicios antes de ocultarlos, a involucrarse en el caso
antes de controlarlo, a solidarizarse con sus compañeros en vez de
competir. No será fácil aprender este derecho , pero seguramente será
mas enriquecedor...”163
162
Esta afirmación puede comprobarse en Colombia en relación con las carreras de Medicina, Trabajo Social,
Educación y en el sector productivo con la banca.
163
FACIO, Alda. Ob. Cit
movimiento feminista que ponga la reproducción humana como el tema
central de todas las luchas. En otras palabras, frente a una
globalización cuyo éxito se sustenta en el desprecio por la reproducción
humana, frente a una globalización que tan fácilmente pasó de sobre
valorar la producción de bienes tangibles, a súper valorar los bienes
virtuales, necesitamos un movimiento feminista que haga ver a los
otros grupos que luchan contra ella y a favor del disfrute de la felicidad,
de los derechos humanos, de la justicia y el bienestar a nivel
global...”164
164
FACIO, Alda. Artículo enviado por la autora por correo electrónico
BIBLIOGRAFÍA
ACOSTA VARGAS, Gladis. Para que los derechos no nos sean ajenos. Lima:
Serie Mujer y Derechos Humanos, 1998.
CHINCHILLA Tulio. ¿Qué son y cuáles son los derechos fundamentales? Bogotá:
Editorial Temis, 1999.
DUBBY, Georges y otro. Historia de las Mujeres. Madrid: Editorial Taurus, 1992
FACIO, Alda. Con los lentes del género se ve otra justicia. En: El Otro Derecho.
Bogotá: Ilsa, 2002.
SCOOT, Joan. La mujer trabajadora en el siglo XIX. En: Historia de las Mujeres.
Tomo 4. Madrid, Madrid: Editorial Taurus, 2000.
TIRADO MEJIA, Alvaro. Aspectos Político del primer gobierno de Alfonso López
Pumarejo. Bogotá: Instituto Colombiano de Cultura, 1981.
LEY 53 DE 1938
(abril 22)
EL CONGRESO DE COLOMBIA
DECRETA:
ARTÍCULO 3o. La mujer que sea despedida sin causa que se justifique
ampliamente, dentro de los tres meses anteriores o posteriores al parto,
comprobada esta circunstancia mediante certificado de facultativo, sin perjuicio de
las indemnizaciones a que pudiere dar lugar conforme a los contratos de trabajo o
a las disposiciones legales que rijan la materia, tiene derecho a los salarios
correspondientes a noventa días.
ARTÍCULO 5o. Las obreras que trabajen a destajo, o por contrato, tendrán los
mismos derechos reconocidos por la presente Ley, promediándose para los
efectos correspondientes la remuneración que reciban en un mes.
ARTÍCULO 8o. La violación de lo dispuesto en los artículos 1o. y 6o. de esta Ley,
implica para la interesada el derecho a cobrar judicialmente el doble de lo que
normalmente le correspondería. La resolución que dicte la Oficina General del
Trabajo, prestará mérito ejecutivo.
La violación de lo dispuesto en el artículo 7o. acarrea al que la cometa una multa
de Veinte hasta cien pesos ($ 20.00 a $ 100.00) que se aplicarán en favor del
Tesoro Nacional, previa resolución de la Oficina General del Trabajo.
A. ORDUZ ESPINOSA
EL Secretario del Senado,
ALFONSO LOPEZ
GONZALO RESTREPO
El Ministro de Industria y trabajo,
DECRETA:
PARÁGRAFO 1o. Para dar cumplimiento al artículo anterior, los patronos están en
la obligación de establecer en un local contiguo a aquel en donde la mujer trabaje,
una sala de lactancia o un lugar apropiado para guardar al niño. Las condiciones
de estas salas serán determinadas por el Ministerio de Trabajo, Higiene y
Previsión Social.
PARÁGRAFO 2o. Los patronos podrán contratar con las instituciones oficiales de
protección infantil, los servicios de que trata este artículo, siempre que el niño
pueda ser amamantado satisfactoriamente cada tres horas.
ARTÍCULO 8o. Los intervalos que se concedan a las trabajadoras, durante las
horas de trabajo no justificarán la disminución del salario que les corresponde.
ARTÍCULO 9o. <Artículo modificado por el artículo 1 del Decreto 2350 de 1938. El
nuevo texto es el siguiente:> Ninguna trabajadora podrá ser despedida por motivo
de embarazo o lactancia. Se presume que el despido se ha efectuado por motivo
de embarazo o lactancia, cuando ha tenido lugar sin el concepto favorable de las
autoridades respectivas exigido por el artículo 10 del Decreto número 1632 de
1938.
En caso de despido sin sujeción al mencionado concepto, dentro del periodo del
embarazo y los tres meses posteriores al parto, comprobada esta circunstancia
mediante certificado de facultativo, la trabajadora tendrá derecho a los salarios
correspondientes a noventa días, sin perjuicio de las indemnizaciones a que
hubiere lugar conforme a los contratos de trabajo, o a las disposiciones legales
que rijan la materia.
El patrono deberá conservar el puesto a la trabajadora que se retire del trabajo por
causa de enfermedad proveniente de su estado de embarazo o lactancia.
ARTÍCULO 10. Cuando el patrono crea tener causa justa para el despido de una
trabajadora embarazada, deberá en cada caso, dar previo aviso al respectivo
Inspector del Trabajo. Sin el concepto favorable del Inspector no podrá hacerse el
despido.
Comuníquese y cúmplase.
Dado en Bogotá, a 10 de septiembre de 1938.
EDUARDO SANTOS
El Ministro de Trabajo, Higiene y Previsión Social
DECRETO 953 DE 1939
(abril 29)
Diario Oficial No. 24.064 de 8 de mayo de 1939
DECRETA:
ARTÍCULO 1o. El artículo 3º del Decreto 1632 de 1938 quedará así:
Cuando el trabajo se realice por medio de contratistas, el dueño de la empresa,
base industrial o establecimiento respectivo, estará obligado solidariamente con el
contratista a las indemnizaciones establecidas por la Ley 53 de 1938 y por el
artículo 2º de la Ley 197 de 1938.
ARTÍCULO 2o. El artículo 6º del citado Decreto quedará así: En el tiempo que
dure la licencia concedida por mandato de las disposiciones anteriores, la
remuneración que corresponde a la trabajadora, se fijará tomando como base el
jornal diario que ella haya devengado en el mes anterior, y multiplicando la cifra
que se ese jornal diario represente por el número de días a que se extiende
aquella licencia.
Si la trabajadora ha prestado sus servicios a varias empresas, al pago de los
auxilios a que se refieren las Leyes 53 y 197 de 1938, proporcionalmente al tiempo
que haya prestado sus servicios en cada una.
Comuníquese y publíquese.
EDUARDO SANTOS
El Ministro de Trabajo, Higiene y Previsión Social
DECRETO 13 DE 1967
(enero 4)
Diario Oficial No. 32.131, de 25 de enero de 1967
MINISTERIO DE TRABAJO
DECRETA:
ARTÍCULO 1o.- El numeral 2 del artículo 162 del Código Sustantivo del Trabajo
quedará así:
"El patrono está obligado a entregar al trabajador una relación de las horas extras
laboradas, con las mismas especificaciones anotadas en el libro de registro".
ARTÍCULO 2o. El artículo 163 del Código Sustantivo del Trabajo quedará así:
"El límite de horas de trabajo previsto en el artículo 161 puede ser elevado por
orden del patrono y sin permiso del Ministerio de Trabajo, por razón de fuerza
mayor, caso fortuito, de amenazar u ocurrir algún accidente o cuando sean
indispensables trabajos de urgencia que deban efectuarse en las máquinas o en la
dotación de la empresa; pero únicamente se permite el trabajo en la medida
necesaria para evitar que la marcha normal del establecimiento sufra una
perturbación grave. El patrono debe anotar en un registro ciñéndose a las
indicaciones anotadas en e artículo anterior, las horas extraordinarias efectuadas
de conformidad con el presente artículo".
ARTÍCULO 3o.-. El artículo 166 del Código Sustantivo del Trabajo quedará así:
ARTÍCULO 4o. El artículo 171 del Código Sustantivo del Trabajo quedará así:
"Edad mínima.
"1. Los menores de catorce (14) años no pueden trabajar en las empresas
industriales: ni en las empresas agrícolas cuando su labor en éstas les impida su
asistencia a la escuela.
"2. Los menores de diez y ocho (18) años no pueden trabajar durante la noche,
excepto en empresas no industriales y en el servicio doméstico y siempre que el
trabajo no sea peligroso para su salud o moralidad.
"3. Los menores de diez y ocho (18) años no pueden trabajar como pañoleros o
fogoneros, en los buques de transporte marítimo.
"4. Todo patrono debe llevar un registro de inscripción de todas las personas
menores de diez y ocho (18) años empleadas por él, en el que se indicará la fecha
de nacimiento de las mismas".
ARTÍCULO 5o.. Adiciónase el artículo 187 del Código Sustantivo del Trabajo con
un numeral así:
"3. Todo patrono debe llevar un registro especial de vacaciones en el que anotará
la fecha en que ha ingresado al establecimiento cada trabajador, la fecha en que
toma sus vacaciones anuales y en que las termina y la remuneración recibida por
las mismas".
ARTÍCULO 6o. El artículo 190 del Código Sustantivo del Trabajo quedará así:
"Acumulación.
"1. En todo caso, el trabajador gozará anualmente, por lo menos de seis (6) días
hábiles continuos de vacaciones, los que no son acumulables.
"2. Las partes pueden convenir acumular los días restantes de vacaciones hasta
por dos años.
"3. La acumulación puede ser hasta por cuatro (4) años, cuando se trate de
trabajadores técnicos, especializados, de confianza, de manejo o de extranjeros
que presenten sus servicios en lugares distintos a los de la residencia de sus
familiares.
ARTÍCULO 7o. El numeral 1 del artículo 238 del Código Sustantivo del Trabajo
quedará así:
ARTÍCULO 8o. El artículo 241 del Código Sustantivo del Trabajo quedará así:
ARTÍCULO 9o. El artículo 242 del Código Sustantivo del Trabajo quedará así:
"Trabajos prohibidos.
"1. Las mujeres, sin distinción de edad no pueden ser empleadas durante la noche
en ninguna empresa industrial, salvo que se trate de una empresa en que estén
empleados únicamente los miembros de una misma familia.
"2. Queda prohibido emplear a los menores de diez y ocho (18) años y a las
mujeres en trabajos de pintura industrial que entrañen el empleo de la cerusa, del
sulfato de plomo.
"3. Las mujeres, sin distinción de edad, y los menores de diez y ocho (18) años no
pueden ser empleados en trabajos subterráneos de las minas o que requieran
grandes esfuerzos".
ARTÍCULO 10.- El artículo 348 del Código Sustantivo del Trabajo quedará así:
LEY 51 DE 1981
(Junio 2)
El Congreso de Colombia
DECRETA:
PARTE I
ARTÍCULO 1°.
ARTÍCULO 2°.
ARTÍCULO 3°.
Los Estados Partes tomarán en todas las esferas, y en particular en las esferas
política, social, económica y cultural, todas las medidas apropiadas, incluso de
carácter legislativo, para asegurar el pleno desarrollo y adelanto de la mujer, con
el objeto de garantizarle el ejercicio y el goce de los derechos humanos y las
libertades fundamentales en igualdad de condiciones con el hombre.
ARTÍCULO 4°.
ARTÍCULO 5°.
ARTÍCULO 6°.
Los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas, incluso de carácter
legislativo, para suprimir todas las formas de trata de mujeres y explotación de la
prostitución de la mujer.
PARTE II
ARTÍCULO 7°.
Los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas para eliminar la
discriminación contra la mujer en la vida política y pública del país y, en particular,
garantizarán, en igualdad de condiciones con los hombres, el derecho a:
a) Votar en todas las elecciones y referéndum públicos y ser elegible para todos
los organismos cuyos miembros sean objeto de elecciones públicas;
ARTÍCULO 8°.
Los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas para garantizar a la
mujer, en igualdad de condiciones con el hombre y sin discriminación alguna, la
oportunidad de representar a su gobierno en el plano internacional y de participar
en la labor de las organizaciones internacionales.
ARTÍCULO 9°.
1. Los Estados Partes otorgarán a las mujeres iguales derechos que a los
hombres para adquirir, cambiar o conservar su nacionalidad. Garantizarán, en
particular, que ni el matrimonio con un extranjero ni el cambio de nacionalidad del
marido durante el matrimonio cambien automáticamente la nacionalidad de la
esposa, la conviertan en apátrida o la obliguen a adoptar la nacionalidad del
cónyuge.
2. Los Estados Partes otorgarán a la mujer los mismos derechos que al hombre
con respecto a la nacionalidad de sus hijos.
PARTE III
ARTÍCULO 10.
Los Estados Partes adoptarán todas las medidas apropiadas para eliminar la
discriminación contra la mujer, a fin de asegurarle la igualdad de derechos con el
hombre en la esfera de la educación y en particular para asegurar, en condiciones
de igualdad entre hombres y mujeres:
ARTÍCULO 11.
1. Los Estados Partes adoptarán todas las medidas apropiadas para eliminar la
discriminación contra la mujer en la esfera del empleo a fin de asegurar, en
condiciones de igualdad entre hombres y mujeres, los mismos derechos, en
particular:
ARTÍCULO 12.
1. Los Estados Partes adoptarán todas las medidas apropiadas para eliminar la
discriminación contra la mujer en la esfera de la atención médica a fin de asegurar,
en condiciones de igualdad entre hombres y mujeres, el acceso a servicios de
atención médica, inclusive los que se refieren a la planificación de la familia.
ARTÍCULO 13.
Los Estados Partes adoptarán todas las medidas apropiadas para eliminar la
discriminación contra la mujer en otras esferas de la vida económica y social a fin
de asegurar, en condiciones de igualdad entre hombres y mujeres, los mismos
derechos, en particular:
1. Los Estados Partes tendrán en cuenta los problemas especiales a que hace
frente la mujer rural y el importante papel que desempeña en la supervivencia
económica de su familia, incluido su trabajo en los sectores no monetarios de la
economía, y tomarán todas las medidas apropiadas para asegurar la aplicación de
las disposiciones de la presente Convención a la mujer de las zonas rurales.
2. Los Estados Partes adoptarán todas las medidas apropiadas para eliminar la
discriminación contra la mujer en las zonas rurales a fin de asegurar, en
condiciones de igualdad entre hombres y mujeres, su participación en el desarrollo
rural y en sus beneficios, y en particular le asegurarán el derecho a:
PARTE IV
ARTÍCULO 15.
1. Los Estados Partes reconocerán a la mujer la igualdad con el hombre ante la
ley.
3. Los Estados Partes convienen en que todo contrato o cualquier otro instrumento
privado con efecto jurídico que tienda a limitar la capacidad jurídica de la mujer se
considerará nulo.
ARTÍCULO 16.
1. Los Estados Partes adoptarán todas las medidas adecuadas para eliminar la
discriminación contra la mujer en todos los asuntos relacionados con el matrimonio
y las relaciones familiares y, en particular, asegurarán, en condiciones de igualdad
entre hombres y mujeres:
PARTE V
ARTÍCULO 17.
2. Los miembros del Comité serán elegidos en votación secreta de una lista de
personas designadas por los Estados Partes. Cada uno de los Estados Partes
podrá designar una persona entre sus propios nacionales.
4. Los miembros del Comité serán elegidos en una reunión de los Estados Partes
que será convocada por el Secretario General y se celebrará en la Sede de las
Naciones Unidas. En esta reunión, para la cual formarán quórum dos tercios de
los Estados Partes, se considerarán elegidos para el Comité los candidatos que
obtengan el mayor número de votos y la mayoría absoluta de los votos de los
representantes de los Estados Partes presentes y votantes.
5. Los miembros del Comité serán elegidos por cuatro años. No obstante, el
mandato de nueve de los miembros elegidos en la primera elección expirará al
cabo de dos años; inmediatamente después de la primera elección el Presidente
del Comité designará por sorteo los nombres de esos nueve miembros.
7. Para cubrir las vacantes imprevistas, el Estado Parte, cuyo experto haya cesado
en sus funciones como miembro del Comité designará entre sus nacionales a otro
experto a reserva de la aprobación del Comité.
ARTÍCULO 18.
2. Se podrán indicar en los informes los factores y las dificultades que afecten al
grado de cumplimiento de las obligaciones impuestas por la presente Convención.
ARTÍCULO 19.
ARTÍCULO 20.
1. El Comité se reunirá normalmente todos los años por un período que no exceda
de dos semanas para examinar los informes que se le presenten de conformidad
con el artículo 18 de la presente Convención.
ARTÍCULO 21.
ARTÍCULO 22.
PARTE VI
ARTÍCULO 23.
ARTÍCULO 24.
ARTÍCULO 25.
ARTÍCULO 26.
ARTÍCULO 27.
3. Toda reserva podrá ser retirada en cualquier momento por medio de una
notificación a estos efectos dirigida al Secretario General de las Naciones Unidas,
quien informará de ello a todos los Estados. Esta notificación surtirá efecto en la
fecha de su recepción.
ARTÍCULO 29.
1. Toda controversia que surja entre dos o más Estados Partes con respecto a la
interpretación o aplicación de la presente Convención que no se solucione
mediante negociaciones, se someterá al arbitraje a petición de uno de ellos. Si en
el plazo de seis meses contados a partir de la fecha de presentación de solicitud
de arbitraje las partes no consiguen ponerse de acuerdo sobre la forma del mismo,
cualquiera de las partes podrá someter la controversia a la Corte Internacional de
Justicia, mediante una solicitud presentada de conformidad con el estatuto de la
Corte.
3. Todo Estado Parte que haya formulado la reserva prevista en el párrafo 2 del
presente artículo podrá retirarla en cualquier momento, notificándolo al Secretario
General de las Naciones Unidas.
ARTÍCULO 30.
United Nations, New York. 1 March 1980. Organisation des Nations Unies, New
York, 1er. mars 1980.
Rama Ejecutiva del Poder Público. - Presidencia de la República.
Artículo segundo. Esta ley entrará en vigor una vez cumplidos los trámites
establecidos en la Ley 7a. del 30 de noviembre de 1944, en relación con la
Convención que por esta misma ley se aprueba.
Dada en Bogotá, D. E., a los diez días del mes de marzo de mil novecientos
ochenta y uno.
Amaury Guerrero.
por la cual se modifica el parágrafo del artículo 236 del Código Sustantivo del
Trabajo - Ley María.
El Congreso de Colombia
DECRETA:
Artículo 1°. Modifícase el parágrafo del artículo 236 del Código Sustantivo del
Trabajo, el cual quedará así:
La trabajadora que haga uso del descanso remunerado en la época del parto
tomará las 12 semanas de licencia a que tiene derecho de acuerdo a la ley. El
esposo o compañero permanente tendrá derecho a cuatro (4) días de licencia
remunerada de paternidad, en el caso que sólo el padre esté cotizando al Sistema
General de Seguridad Social en Salud. En el evento en que ambos padres estén
cotizando al Sistema General de Seguridad Social en Salud, se concederán al
padre ocho (8) días hábiles de licencia remunerada de paternidad.
Publíquese y cúmplase.
Dada en Bogotá, D. C., a 23 de julio de 2002.
ANDRES PASTRANA ARANGO
El Ministro de Trabajo y Seguridad Social,
Angelino Garzón.
El Ministro de Salud,
Gabriel Ernesto Riveros Dueñas.
LEY 823 DE 2003
(julio 10)
Diario Oficial No. 45.245, de 11 de julio de 2003
EL CONGRESO DE COLOMBIA
DECRETA:
CAPITULO I.
DE LOS PRINCIPIOS Y FUNDAMENTOS DE LA LEY.
ARTÍCULO 1o. La presente ley tiene por objeto establecer el marco institucional y
orientar las políticas y acciones por parte del Gobierno para garantizar la equidad
y la igualdad de oportunidades de las mujeres, en los ámbitos público y privado.
CAPITULO III.
DE LA FINANCIACIÓN DE LAS POLÍTICAS Y ACCIONES DE GÉNERO.
PUBLÍQUESE Y CÚMPLASE.
Norma acusada: Artículo 239 ordinal 3º del Código Sustantivo del Trabajo,
modificado por el artículo 35 de la Ley 50 de 1990.
Temas:
Protección de la mujer embarazada, fuero sindical y principio de igualdad.
Fundamentos e implicaciones constitucionales de la especial protección de la
maternidad en el campo laboral: el derecho a una estabilidad reforzada.
Despido de mujer embarazada sin autorización previa: insuficiencia del
mecanismo indemnizatorio previsto por la ley y necesidad de una sentencia
integradora.
Magistrado Ponente:
Dr. ALEJANDRO MARTÍNEZ CABALLERO
Ha pronunciado la siguiente
SENTENCIA
I. ANTECEDENTES
1º) Ninguna trabajadora puede ser despedida por motivo de embarazo o lactancia.
III. LA DEMANDA.
El actor considera que la norma demandada viola los artículos 1º, 13, 16, 25, 29,
42, 43 y 229 de la Constitución ya que, según su criterio, la norma faculta al
empleador a despedir a una mujer embarazada sin el permiso correspondiente. De
esa manera se viola el debido proceso, puesto que el patrono puede prescindir de
los servicios de un trabajador sin darle la oportunidad de defenderse, con lo cual
se arroga "la posibilidad de administrar justicia de manera unilateral, sustituyendo
un procedimiento y soslayando las consecuencias de la ausencia del mismo, a
través del pago de una pingüe indemnización."
Competencia.
Las consecuencias por el despido en uno y otro caso, son distintas. En el caso de
la trabajadora en estado de embarazo, se obliga al pago de una indemnización
equivalente a sesenta (60) días de salarios, y al pago de las doce (12) semanas
de descanso remunerado a que tienen derecho, si no alcanzó a disfrutar de ellas.
En relación con el fuero sindical, el reintegro y el pago de los salarios dejados de
percibir (salarios caídos), son las sanciones que se imponen al empleador que ha
despedido o desmejorado las condiciones del trabajador amparado con
fuerSentencia C-710 de 1996. MP Jorge Arango Mejía. Consideración de la Corte
No 12..
En ese mismo orden de ideas, la Corte considera que, por las razones largamente
expuestas en los fundamentos anteriores de esta sentencia, la mujer embarazada
tiene un derecho constitucional a una estabilidad laboral reforzada, pues una de
las manifestaciones más claras de discriminación sexual ha sido, y sigue siendo,
el despido injustificado de las mujeres que se encuentran en estado de gravidez,
debido a los eventuales sobrecostos o incomodidades que tal fenómeno puede
implicar para las empresas. Por ello, los distintos instrumentos internacionales han
sido claros en señalar que no es posible una verdadera igualdad entre los sexos,
si no existe una protección reforzada a la estabilidad laboral de la mujer
embarazada. Así, el ordinal segundo del artículo 11 de la mencionada Convención
de las Naciones Unidas sobre la eliminación de todas las formas de discriminación
contra la mujer establece, respecto a la estabilidad laboral y la licencia por
maternidad, lo siguiente:
Artículo 11.
(...)
2. A fin de impedir la discriminación contra la mujer por razones de matrimonio o
maternidad y asegurar la efectividad de su derecho a trabajar, los Estados Partes
tomarán medidas adecuadas para:
11- En esas circunstancias, una pregunta obvia surge: ¿la indemnización prevista
por el ordinal acusado es un mecanismo de protección suficiente para amparar el
derecho constitucional que tiene toda mujer embarazada a una estabilidad laboral
reforzada? Para resolver este interrogante, es necesario precisar el alcance del
ordinal acusado.
Así, los dos primeros ordinales del artículo 239 del CST, interpretados en
consonancia con el artículo 240 de ese mismo estatuto, prohiben todo despido de
una mujer embarazada, sin que exista una previa autorización del funcionario del
trabajo. En cambio, el ordinal tercero acusado, y conforme a la interpretación
anteriormente señalada sobre su sentido, parece conferir eficacia jurídica a tal
despido, aun cuando establece una indemnización en favor de la trabajadora. La
tensión es evidente, pues mientras que las primeras normas establecen unos
requisitos sin los cuales no es posible terminar el contrato de trabajo a una mujer
embarazada, con lo cual podría entenderse que el despido que se efectúe sin
tales formalidades carece de todo efecto jurídico, el ordinal acusado, conforme a la
interpretación de la Corte Suprema antes de la vigencia de la Constitución de
1991, restringe la fuerza normativa de esa prohibición: así, conforme a tal ordinal,
el despido es válido pero genera una sanción indemnizatoria en contra del patrono
y en favor de la trabajadora.
14- Esta última interpretación es plausible pues armoniza con el tenor literal del
ordinal acusado, puesto que éste no atribuye efecto al despido sino que
simplemente consagra la sanción indemnizatoria. Con todo, podría argumentarse
que esa hermenéutica no es válida pues el estatuto laboral no consagra
expresamente la ineficacia del despido en tales casos, ya que limita esa figura al
evento previsto por el artículo 241 del mismo C.S.T. Por ende, habría que concluir
que la actual regulación restringe el mecanismo de la nulidad del despido a
aquellos casos en que se efectúa o se perfecciona durante los descansos
remunerados o las licencias ligadas a la maternidad (CST art. 241) mientras que
en el resto del período en que debe ser protegida también la estabilidad laboral de
la mujer que va a ser madre, o acaba de serlo, la ley prevé una indemnización
(CST art. 239).
La Corte considera que, desde el punto de vista estrictamente legal, esa objeción
tiene sentido, lo cual muestra que, antes de la Constitución de 1991, la
interpretación de la Corte Suprema sobre el alcance del ordinal acusado era
razonable. Sin embargo, ese entendimiento no es admisible conforme a los
principios y valores de la actual Carta pues, como ya se vio en esta sentencia, la
indemnización no constituye una protección suficiente para la estabilidad de la
mujer embarazada. Además, y por las mismas razones, esta Corporación no
encuentra ningún fundamento objetivo y razonable a que la ley establezca una
diferencia de regulación tan acentuada entre las situaciones previstas por los
artículos 239 y 241 del estatuto laboral, puesto que en ambos casos se trata de
proteger el derecho constitucional a una estabilidad reforzada del que son titulares
todas las mujeres por razón de la maternidad, y no sólo aquellas que se
encuentran gozando de la correspondiente licencia o descanso remunerado. En
tales circunstancias, la Corte encuentra que sería violatorio de la igualdad
mantener esa diferencia de remedios procesales en ambos casos.
Por todo lo anterior, debe entenderse que los mandatos constitucionales sobre el
derecho de las mujeres embarazadas a una estabilidad reforzada se proyectan
sobre las normas legales preconstituyentes y obligan a una nueva comprensión
del sentido de la indemnización en caso de despido sin autorización previa. Así, la
única interpretación conforme con la actual Constitución es aquella que considera
que la indemnización prevista por la norma impugnada no confiere eficacia al
despido efectuado sin la correspondiente autorización previa, sino que es una
sanción suplementaria debido al incumplimiento patronal de la prohibición de
despedir a una mujer por razones de maternidad.
Es preciso no olvidar que las normas que contemplan esta protección consagran
con tal fin una presunción legal, que como tal admite prueba en contrario, de que
el despido se ha efectuado por motivo de embarazo cuando ha tenido lugar en los
períodos en ella señalados. Se deduce entonces que mientras la administración
no desvirtúe tal presunción, debe aceptarse que el despido prohibido no tuvo por
finalidad el buen servicio, configurándose así la desviación de poder que conlleva
la nulidad del acto de remoción y el reintegro de la empleada, sin perjuicio de la
indemnización que por infringir la prohibición contempla la ley.
16- Por todo lo anterior, la Corte Constitucional concluye que la única decisión
admisible en este caso es integrar en el ordenamiento legal los mandatos
constitucionales sobre la igualdad (CP art 13) y la protección a la maternidad en el
ámbito laboral (CP arts 43 y 53), de suerte que debe entenderse que carece de
todo efecto el despido de una trabajadora durante el embarazo, o en los tres
meses posteriores al parto, sin la correspondiente autorización previa del
funcionario competente. Esto significa que para que el despido sea eficaz, el
patrono debe obtener la previa autorización del funcionario del trabajo, para
entonces poder entregar la correspondiente carta de terminación del contrato. Y
en caso de que no lo haga, no sólo debe pagar la correspondiente indemnización
sino que, además, el despido es ineficaz.
Esto significa que existe una suerte de omisión relativa del Legislador, puesto que
el ordinal acusado no consagró una protección suficiente a la maternidad. Ahora
bien, teniendo en cuenta que, conforme a la sentencia C-543 de 1996, la Corte es
competente para controlar estas omisiones relativas, es natural que esta
Corporación, aplicando el principio de igualdad (CP art. 13), subsane esa omisión
tomando en cuenta la regulación de un supuesto análogo, a saber, la regla
prevista por el artículo 241 del CST, según la cual esos despidos carecen de toda
eficacia.
17- La Corte encuentra que esta decisión es la más adecuada pues tiene la virtud
de salvaguardar los distintos principios y valores constitucionales en conflicto. De
un lado, se protegen adecuadamente los derechos constitucionales de la mujer
embarazada y se ampara la maternidad, pues se resguarda la estabilidad laboral
de esas mujeres. Así, para que pueda haber en estos casos una terminación de
contrato, es necesario que se obtenga el permiso previo del funcionario del
trabajo, tal y como lo prevé el artículo 240 del CST, el cual debe determinar si
existe o no la justa causa, tal y como lo ordena la ley. Además, se entiende que,
como lo dice la sentencia C-710 de 1996, "la intervención del inspector en ningún
momento desplaza al juez, quien asumirá, si a ello hay lugar, el conocimiento del
litigio que se trabe para determinar si realmente hubo la justa causa invocada por
el patrono". En tales circunstancias, si el patrono no cumple esos requisitos,
entonces el supuesto despido no produce ninguna consecuencia jurídica, lo cual
significa que la relación laboral trabajo se mantiene. La trabajadora sigue entonces
bajo las órdenes del patrono, aun cuando éste no utilice sus servicios, por lo cual
la empleada tiene derecho a percibir los salarios y las prestaciones sociales de
rigor, pudiendo recurrir para su cobro a las vías judiciales pertinentes. Una vez
terminado el lapso de protección especial debido a la maternidad, la trabajadora
queda amparada por las normas laborales ordinarias, como cualquier otro
empleado.
Unidad normativa.
18- La Corte Constitucional constata que, en relación con los servidores públicos,
la ley establece un mecanismo indemnizatorio similar para proteger la maternidad.
Así, el artículo 2º de la Ley 197 de 1938, establece:
El artículo 3º de la Ley 53 de 1938 quedará así: La mujer que sea despedida sin
causa que justifique ampliamente dentro del período del embarazo y los tres
meses posteriores al parto, comprobada esta circunstancia mediante certificado de
facultativo, sin perjuicio de las indemnizaciones a que pudiera dar lugar, conforme
a los contratos de trabajo o a las disposiciones legales que rigen la materia, tiene
derecho a los salarios correspondientes a noventa días.
Así las cosas, la Corte considera que en este caso, y con el fin de amparar la
estabilidad laboral de las servidoras públicas embarazadas, procede aplicar la
regla de la unidad normativa (art. 6º del decreto 2067 de 1991), puesto que la
Constitución protege la maternidad no sólo en el ámbito de las relaciones
laborales privadas sino también en la esfera pública. Por lo tanto la Corte
considera necesario extender los alcances de la presente sentencia integradora a
estos artículos que regulan el mecanismo indemnizatorio en el caso de las
servidoras públicos, aun cuando, como es obvio, sin que se desconozcan las
reglas jurídicas especiales que rigen estas servidoras, según que se trate de
relación contractual (trabajadora oficial) o de relación legal y reglamentaria
(empleada pública). Por ello, la Corte precisará que la indemnización prevista por
esas normas es exequible, siempre y cuando se entienda que carece de todo
efecto el despido de una servidora pública durante el embarazo, o en los tres
meses posteriores al parto, sin la correspondiente autorización previa del
funcionario del trabajo competente, en el caso de las trabajadoras oficiales, o
sin la correspondiente resolución motivada del jefe del respectivo, en donde se
verifique la justa causa para el despido, en el caso de las empleadas públicas.
VII. DECISIÓN
RESUELVE
Primero: Declarar EXEQUIBLE el artículo 239 del Código Sustantivo del Trabajo,
tal y como fue modificado por el artículo 35 de la Ley 50 de 1990, en el entendido
de que, en los términos de esta sentencia, y debido al principio de igualdad (CP
art. 13) y a la especial protección constitucional a la maternidad (CP arts 43 y 53),
carece de todo efecto el despido de una trabajadora durante el embarazo, o en los
tres meses posteriores al parto, sin la correspondiente autorización previa del
funcionario del trabajo competente, quien debe verificar si existe o no justa causa
probada para el despido.
Sentencia T-373/98
Temas:
Magistrado Ponente:
ANTECEDENTES
Con base en lo anterior, solicitó: (1) que se ordene al director general del INPEC
que le sean cancelados los intereses y salarios y demás derechos dejados de
cancelar desde el día en que fue declarada insubsistente hasta el día del
nacimiento del hijo que espera, junto con las indemnizaciones e intereses
respectivos, así como el valor de la licencia de maternidad a que tiene derecho; y,
(2) que se tutelen los derechos fundamentales a la vida, a la igualdad y al trabajo
de la mujer embarazada y del menor en gestación, respectivamente, ordenando a
la dirección general del INPEC su reintegro al cargo de directora de la Cárcel del
Distrito Judicial de Sincelejo.
Sobre este particular, indicó que "la expedición del acto administrativo de
insubsistencia se realizó conforme a derecho y dentro del formalismo simplista que
caracteriza los actos discrecionales ya que contra ellos no proceden los recursos
de reposición, apelación y queja, previstos en la vía gubernativa por el artículo 50
del C.C.A., por lo que no puede alegarse violación del debido proceso, ni
vulneración del derecho a la igualdad, cuando se desconocía por voluntad o
negligencia de la interesada su estado de embarazo, circunstancia ésta que es la
que exige por mandato legal, formalismos especiales de la decisión
administrativa". Puntualizó que "no puede afirmarse que la decisión de cesar a la
accionante en el servicio obedezca a su embarazo, aunque esta es una
presunción legal, se encuentra ya dentro de la acción, desvirtuada, pues la
accionante dio a conocer su gestación sólo hasta el día 9 de diciembre de 1997,
es decir, cinco días después de la notificación de la Resolución N° 4915 de
noviembre de 1997".
A juicio del fallador, "la pretensión de la peticionaria puede ser atacada por medio
del ejercicio de la acción de nulidad y restablecimiento del derecho consagrada en
el artículo 85 del Código Contencioso Administrativo. Con esta acción la
peticionaria puede obtener no sólo la nulidad de la Resolución N° 4915 de
noviembre de 1997, mediante la cual fue declarada insubsistente, sino el
restablecimiento del derecho lesionado, como sería el reintegro del cargo y el
reconocimiento y pago de los derechos laborales dejados de devengar mientras
permanezca fuera del servicio".
FUNDAMENTOS
A su turno, la Dirección General del INPEC manifestó que los empleos de director
de establecimiento carcelario son de libre nombramiento y remoción del Director
de la entidad y, por lo tanto, por regla general, la resolución de insubsistencia de
los correspondientes nombramientos no requiere motivación alguna. Indicó que, al
momento de producirse la resolución cuestionada por la actora, el INPEC
desconocía que ésta se encontrase en estado de gravidez, razón por la cual se
produjo "conforme a derecho y dentro del formalismo simplista que caracteriza los
actos discrecionales". Añadió que la presunción de que la desvinculación se
originó a raíz del embarazo de la empleada, se encuentra desvirtuada, en la
medida en que la actora "dio a conocer su gestación sólo hasta el 9 de diciembre
de 1997, es decir, cinco días después de la notificación de la Resolución N° 4915
de noviembre de 1997". Por último, afirmó que la acción de tutela es improcedente
en la medida en que existe otro medio de defensa judicial.
8. El derecho a no ser discriminada por razón del embarazo - del cual surge el
derecho a una estabilidad laboral reforzada -, se encuentra consagrado, entre
otros, en los artículos 43 y 53 de la Constitución. En este sentido se ha afirmado
que el mismo no constituye un derecho constitucional fundamental, pues las
mencionadas normas establecen derechos sociales o económicos de naturaleza
programática. No obstante, tal afirmación ignora que el derecho a no ser
discriminada a causa del embarazo se deriva del derecho fundamental a la no
discriminación por razón de genero, consagrado en el artículo 13 de la
Constitución Política. Por consiguiente, debe sostenerse que la estabilidad
reforzada a la que se ha hecho referencia no es sino una derivación del derecho
fundamental a la igualdad de la mujer embarazad.
10. Las decisiones bajo revisión, coinciden en afirmar que, en el presente caso, la
acción de tutela es improcedente en la medida en que existe otro mecanismo de
defensa judicial cuya utilización no arriesga la integridad de los derechos
fundamentales eventualmente comprometidos. Entra la Sala a estudiar esta
precisa cuestión.
11. Ahora bien, pese a que existe otro medio de defensa judicial, la acción de
tutela sería procedente como mecanismo transitorio de defensa si existiera el
riesgo de que se consumara una lesión sobre alguno de los derechos
fundamentales que están siendo afectados o amenazados. Es necesario, en
consecuencia, analizar si, en el presente caso, la tutela es conducente como
mecanismo transitorio para evitar la consumación de un perjuicio iusfundamental.
13. Se ha demostrado que los derechos alegados por la actora tienen el carácter
de derechos fundamentales y que la acción de tutela procede para solicitar su
defensa si se verifica alguna de las dos hipótesis mencionada en el fundamento
jurídico anterior. No obstante, ante la procedencia de la acción de tutela en casos
como el presente, la sentencia de segunda instancia que se revisa, plantea una
última objeción de suma importancia. En su criterio, la demostración de los
elementos fácticos que permitirían conceder la protección del derecho a la
estabilidad en el empleo de la mujer embarazada, requiere de un debate judicial
sometido a la plenitud de las garantías del debido proceso, lo que en verdad no
ocurre dentro del proceso preferente y sumario al que esta sometido la acción de
tutela.
Como fue mencionado con anterioridad, los elementos fácticos que deben quedar
demostrados para que proceda el amparo transitorio del derecho a la estabilidad
laboral reforzada son los siguientes: (1) que el despido o la desvinculación se
ocasionó durante el embarazo o dentro de los tres meses siguientes al parto; (2)
que la desvinculación se produjo sin los requisitos legales pertinentes para cada
caso; (3) que el empleador conocía o debía conocer el estado de embarazo de la
empleada o trabajadora; (4) que el despido amenaza el mínimo vital de la actora o
que la arbitrariedad resulta evidente y el daño que apareja es devastador.
COMUNIQUESE Y CUMPLASE
17. Como fue estudiado con anterioridad, dadas las características de la acción de
tutela, en el contexto de un debate de esta naturaleza, la orden de reintegro sólo
puede proceder si la actora demuestra de manera fehaciente - aportando, por
ejemplo, plena prueba del envío de la respectiva comunicación al despacho del
nominador - que el patrono o superior conocía o debía conocer el estado en el que
se encontraba. Si ello no ocurre, el juez de tutela debe abstenerse de actuar y
permitir que el juez ordinario, dentro de un debate judicial más amplio, resuelva la
cuestión probatoria planteada.
En su escrito de tutela la actora indica que, previamente a la resolución de
insubsistencia, acreditó ante el INPEC, su estado de embarazo, mediante
comunicación fechada el día 13 de noviembre de 1997, la que fue posteriormente
reiterada, mediante carta de diciembre 3 del mismo año. No obstante, la entidad
afirma que sólo tuvo conocimiento de dicho suceso el 9 de diciembre, al recibo de
la comunicación enviada por la actora el 3 de diciembre.
Señor:
Cordialmente,
DECISION
R E S U E L V E:
Magistrado
Magistrado
JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ GALINDO
Magistrado
Secretaria General