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CAPÍTULO II

PAGO DE INTERESES
§ 1. Concepto.
El Código Civil vigente ha dedicado el capítulo segundo del título
segundo de la sección segunda del libro sexto para tratar el tema relativo a
los intereses en las obligaciones en general. El Código Civil de 1936, si
bien había regulado algunas normas sobre los intereses, éstas se hallaban
dispersas en varios artículos de manera poco orgánica, habiendo el nuevo
Código Civil regulado el pago de los intereses de manera más ordenada y
aplicando criterios muchísimo más técnicos.
Los intereses suponen la existencia de una obligación con un deber de
prestación primario, no se concibe el pago de intereses respecto de una
deuda inexistente. De este modo, provisionalmente se puede afirmar que
los intereses, sea cualquiera su naturaleza, dependen de un deber de
prestación. Los criterios para conceptuarlos son muchísimos, pero todos
deberán considerar una medida de dependencia absoluta de los intereses
con respecto al deber de prestación (momentáneamente no estoy
vinculando en el asunto al capital).
Además de que los intereses suponen un estado de dependencia hacia
un deber de prestación primario, aquéllos están referidos directamente a
otro deber de prestación, conocido como secundario de actuación,
dependiente del deber primario; de consiguiente, cuando el deudor se halla
constreñido al pago de los intereses, lleva impuesto el cumplimiento de dos
deberes: 1) Uno es un deber primario de actuación y que no es sino la
deuda que tiene con el acreedor y que proviene del título de la obligación
sin derivar de ningún otro deber; ejemplo, el mutuatario es deudor y como
tal debe cumplir un deber primario de actuación: devolver o pagar la suma
mutuada. 2) El otro es un deber secundario de actuación y que constituye
también una deuda que tiene el deudor frente al acreedor y que,
proviniendo del título de la obligación o de la ley, se deriva del deber
primario de actuación: el pago de los intereses, cuyo monto deriva de la
suma mutuada.
En atención a ello resulta correcto afirmar que los intereses forman
parte del objeto de la relación obligatoria (derivándose del mismo) y se
vinculan directamente a un deber de prestación secundario, presentes
ambos en una misma obligación. Estos intereses importan el incremento
lucrativo del objeto materia de la obligación y es por ello que comúnmente
se le puede considerar como “lucro producido por el capital”; de esta
manera no sería incorrecto señalar que los intereses vienen a constituir el
beneficio que produce, en una obligación determinada, el objeto materia de
la misma, esté o no referido al cumplimiento de una prestación dineraria,
pues no solamente el dinero genera intereses, tal como se puede colegir de
los arts. 1242 y 1247, en los que se incluye la posibilidad de que bienes no
dinerarios generen intereses.
§ 2. CLASES DE INTERESES
Son cuatro las clases de intereses que se han regulado en nuestro
sistema y que generalmente se hallan combinados, estos intereses son los
siguientes:
1. EL INTERÉS COMPENSATORIO
El interés compensatorio se halla legislado en el art. 1242 y según el
referido dispositivo es aquel interés a través del cual se constituye una
forma de compensación que se otorga al acreedor y que obedece al no uso
del dinero durante el tiempo que permaneció en poder del deudor. El interés
compensatorio, de consiguiente, tiene como objetivo retribuir al acreedor
como consecuencia de dos hechos: a) El acreedor se ha privado de
“utilizar” un bien para entregárselo al deudor, pudiendo haberlo
aprovecharlo personalmente. b) El deudor se ha servido del bien durante el
tiempo que lo ha tenido en su poder, estando en posibilidades de obtener la
máxima utilidad. La finalidad de mantener una figura como la de los
interesen en el sistema obedece a un hecho simple: buscar que el bien
entregado al deudor mantenga un valor constante para no perjudicar al
acreedor, propiciando el regreso del bien a su patrimonio con la
correspondiente compensación. El interés compensatorio impide que
alguna de las partes se beneficie o enriquezca de manera indebida con una
prestación determinada en detrimento de la otra. Ha de advertirse que este
interés se ha legislado fundamentalmente en beneficio del acreedor.
2. EL INTERÉS MORATORIO
El interés moratorio se halla regulado en la segunda parte del art. 1242
y es aquel que tiene como objetivo, según los términos del anotado
numeral, indemnizar al acreedor porque el deudor, ha incurrido en mora en
el cumplimiento de su deber jurídico concreto. La mora implica, como es
sabido, el cumplimiento tardío del deber de prestación; cuando ello
acontece el sistema, más que compensar al acreedor (situación que se da
con el interés compensatorio) lo que se busca con el interés moratorio es
“indemnizar” al acreedor, pues se entiende que con el cumplimiento tardío
del deber a cargo del deudor se le ha causado daño, siendo procedente el
resarcimiento correspondiente a través de un pago adicional como concepto
de interés moratorio
El interés moratorio, de consiguiente, se le impone al deudor que ha
cumplido el pago pero lo ha hecho tardíamente, siempre que el retraso haya
obedecido a un comportamiento culposo del mismo (siendo un supuesto
especial de indemnización, no es intrascendente si el accionar del deudor
fue o no culposo, se requiere del denominado factor de atribución
subjetivo). El cumplimiento moratorio importa siempre cumplimiento (sólo
que tardío), es debido a ello que no todos los casos de cumplimiento tardío
generan el deber de indemnizar vía interés moratorio; la fijación del interés
moratorio tiene lugar únicamente cuando el cumplimiento tardío obedeció a
causa imputable al deudor. En los casos de incumplimiento, el asunto tiene
una solución distinta, y si bien también se llega a la indemnización, el
monto que se fija a favor del acreedor no corresponde a interés ni moratorio
ni compensatorio alguno.
Tratándose del interés moratorio, habiendo sido éste fijado en
resolución judicial, el monto a ser pagado incluyen los intereses generados
hasta que se produzca la ejecución de la sentencia; es decir, hasta que, vía
ejecución forzada, el acreedor ve satisfecho su crédito al haberse cumplido
con el pago utilizándose la cooperación ajena (la intervención de la
autoridad judicial).
Finalmente, y esto no debe parecernos extraño, el interés moratorio es
independiente del interés compensatorio, ambos tipos de intereses no son
incompatibles, de tal modo que puede darse al mismo tiempo. Si el deudor
paga con retraso la deuda, estaría obligado a pagar una suma de dinero que
corresponde al interés compensatorio y otra cantidad, también en dinero,
que corresponde al interés moratorio. Si hipotéticamente “A” entrega en
mutuo a “D” la suma de mil nuevos soles, para ser devueltos en un año,
acordando un interés compensatorio y moratorio del 10% anual; el pago es
realizado a los dos años, deberá devolver el deudor al acreedor en total
(sumando el capital y los intereses) la suma de mil trescientos nuevos soles;
doscientos soles corresponden al interés compensatorio y cien soles al
interés moratorio.
3. EL INTERÉS CONVENCIONAL
Tanto para el pago del interés moratorio como del interés
compensatorio, las partes pueden fijar la tasa del interés que devenga. En
este entender, se puede decir que el interés convencional es el que fijan, en
un porcentaje, las partes tanto para el pago del interés compensatorio como
para el pago del interés moratorio; en este último caso, solamente se
desembolsa el interés moratorio si hubiese cumplimiento tardío del deber
de prestación.
Sin embargo, las partes no pueden fijar la tasa del interés convencional
de manera ilimitada, pues el Estado, a través del Banco Central de Reserva
del Perú fija un tope máximo para su pago, de allí que los sujetos de la
obligación pueden fijar el interés que deseen pero jamás deben sobrepasar
los topes máximos impuestos por dicha entidad bancaria, existe un control
estatal para la determinación convencional de los intereses que han de fijar
los sujetos del contrato que darán nacimiento a una obligación.
Si acreedor y deudor fijan un interés convencional que sobrepasa el
tope determinado por el Banco Central de Reserva del Perú y se llega a
realizar el pago, el acreedor debe devolver lo ilegítimamente recibido, o
pedir la imputación al capital, todo esto a elección del deudor. No se da, en
un supuesto como este, la invalidez del acto ni la ineficacia del mismo, sino
se genera un deber de restitución impuesto al acreedor para devolver lo que
hubiese recibido de más o, si fuese el caso, hacer una imputación al pago
del capital.
4. EL INTERÉS LEGAL
Si las partes no hubieran fijado la tasa de interés que originará el uso del
capital (compensatorio) o su retraso (moratorio), es el Estado, a través del
Banco Central de Reserva del Perú, el que se encarga de fijarlo, de este
modo, podemos considerar al interés legal como: aquel que es fijado por el
Estado tanto para el pago del interés compensatorio como del interés
moratorio, cuando las partes no lo han fijado convencionalmente. En este
punto una aclaración se hace necesaria, en realidad el interés moratorio
puede no ser acordado en el título de la obligación, en cuyo caso, si se
presenta la mora del deudor, el interés moratorio será el que fija el Banco
Central de Reserva del Perú, salvo que las partes hubiesen fijado
únicamente el interés compensatorio, en cuya circunstancia esta
determinación será tomada en cuenta para señalar el porcentaje exacto del
interés moratorio. En cambio, si las partes no han fijado el interés
compensatorio, la regla general será que simplemente no hay existe deber
de cumplir con abonarlo, así deberá entenderse del art. 1245 cuando señala
que: “Cuando deba pagarse interés, sin haberse fijado la tasa, el deudor
debe abonar el interés legal”; debe entenderse de este numeral que el
interés compensatorio sólo es obligatorio cuando ha sido acordado en el
título de la obligación, sino consta en contrato, no es exigible su pago;
situación que no pasa con la omisión al pago del interés moratorio, respecto
del cual la norma (art. 1246) autoriza cobrarlo aunque no haya sido fijado
en el título de la obligación. La excepción a la regla general antes indicada
la hallamos en el mutuo (art. 1663) en el que, salvo pacto en contrario, el
mutuatario deberá devolver el bien mutuado más los intereses.
El Código Civil de 1936 (art. 1325) fijaba el pago del interés legal,
cuando las partes no lo señalaban convencionalmente, en un 5% anual. Esta
norma estuvo vigente hasta el 1 de junio de 1981, fecha en la que mediante
la ley 23413 se estableció que el interés legal sería fijado por el Banco
Central de Reserva del Perú. Asimismo, el interés legal lo fija dicha entidad
según los índices de inflación. Esta determinación que hace el Estado a
través del Banco Central de Reserva del Perú es periódica, en mérito a lo
cual este interés tiene una enorme variabilidad.
§ 3. SITUACIONES ESPECIALES RESPECTO DEL PAGO DE INTERESES
No siempre se presenta el problema del pago de los intereses con
determinación precisa de su pago. Puede no fijarse un interés moratorio por
las partes o puede tratarse de una obligación no pecuniaria o de título y
valores. Supuestos en los que podría pensarse que no es procedente el pago
de los intereses, lo que no es cierto, pues se pagan intereses incluso si la
deuda no ha sido delimitada en dinero sino en otros bienes. Veamos:
1. CUANDO NO SE PACTA EL INTERÉS MORATORIO EN LA OBLIGACIÓN
Puede suceder que el título de la obligación no contenga la fijación de
un interés moratorio que prevea el caso del cumplimiento tardío de la
obligación. Dicho en otras palabras, pueda que las partes, al dar nacimiento
a una obligación, no fijen el monto del interés moratorio que serviría para
indemnizar al acreedor frente al cumplimiento tardío del deber jurídico
concreto. De suceder ello, a tenor de lo que dispone del art. 1246, el deudor
que ha cumplido con el pago de la deuda con retraso, queda obligado al
pago del monto por concepto del interés compensatorio fijado
convencionalmente, más un monto por concepto de interés moratorio, el
mismo que se toma como base según la tasa del interés compensatorio
fijado convencionalmente. Pero no siempre en el título de la obligación
consta el interés compensatorio, si las partes no lo fijaron, rige el interés
legal fijado por el Banco Central de Reserva del Perú, según lo tenemos ya
explicado líneas arriba.
2. EL INTERÉS EN LAS OBLIGACIONES NO PECUNIARIAS
Constituye antecedente del supuesto contemplado en el párrafo anterior,
lo establecido en el artículo 311 del Código de Comercio, Norma o
hipótesis que ha sido consignada en el art. 1247.
No todas las obligaciones son pecuniarias, muchas ellas no tienen ese
carácter, No podemos confundir la calidad pecuniaria de la obligación, con
el carácter patrimonial del objeto y de la prestación (aspecto ampliamente
tratado al revisarse la estructura de la obligación). Cuando el artículo 1247
del código habla de deudas no pecuniarias se refiere a las deudas no
dinerarias, pero siempre en atención al carácter patrimonial de la
prestación. En las deudas dinerarias, el deudor se halla comprometido
frente al acreedor a entregarle una suma de dinero; en cambio, en las otras
el deudor deberá entregar al acreedor un bien distinto, puede ser
consumible o no, a estas últimas se les denomina obligaciones no
pecuniarias.
En el caso de deudas no dinerarias, el interés será fijado de acuerdo al
valor que tengan los bienes, materia de la obligación, en la plaza donde
deba ser cumplido el deber de prestación a cargo del deudor y al día
siguiente del vencimiento del plazo para su cumplimiento. Si el bien
hubiese perecido al momento de haberse la evaluación, serán los peritos,
los que determinarán el interés correspondiente. Los intereses provenientes
de una obligación no pecuniaria necesariamente deben concretarse a una
suma de dinero.
3. INTERESES EN OBLIGACIONES EN TÍTULOS Y VALORES
Tratándose de obligaciones en títulos valores, el interés corresponde a la
renta que devenguen los mismos, obviamente que esta renta es aquella que
la han fijado las partes. A falta de la determinación de dicha renta, el interés
será fijado según los índices del interés legal. Tratándose de la aplicación
del interés legal, se determinará el valor de los títulos de acuerdo a su
cotización en la bolsa o, en su defecto (en los lugares donde no haya bolsa),
de acuerdo al valor que tengan en la plaza el día siguiente de su
vencimiento.
4. DE LA CAPITALIZACIÓN DE INTERESES
Son muchas las legislaciones que han prohibido la capitalización de los
intereses. Actualmente, en nuestra legislación la prohibición parcial se halla
consagrada en el art. 1249, establecimiento como excepciones los
supuestos de cuentas mercantiles, bancarias o similares, justamente porque
los intereses y el capital bancario, mercantil o similares son indivisibles (la
cuenta corriente es indivisible). En las cuentas mercantiles, bancarias o
similares en las que los particulares pactan con las entidades que
desarrollan aquellas actividades, cuando obtienen un préstamo o asumen
deudas en general, los interesen terminan formando parte del capital y en
este sentido, vuelven a generar intereses. A esto se denomina “anatocismo”.
Cuando se pacta con una entidad bancaria o mercantil no debe pensarse que
la capitalización de los interese es automática, ésta (la capitalización) debe
ser pactada, pues si no es pactada la capitalización está prohibida.
Asimismo, esta capitalización no se hace extensiva a todos los supuestos
relacionados con las contrataciones con las entidades mercantiles, bancarias
o similares, tal como se ha entendido a nivel jurisprudencial “Conforme a
la doctrina y el recto sentido de la ley, el artículo 1249 del Código Civil no
se refiere, salvo el caso de la cuenta bancaria, a las operaciones crediticias
que se realizan en el sector financiero, entendiéndose por tal, a los bancos,
empresas financieras, mutuales, cooperativas de crédito y en general, a las
instituciones que, autorizadas por la Superintendencia de Banca y Seguros,
captan dinero del público para colocarlo a terceros; que en consecuencia
dicha norma, como regla general prohíbe pactar la capitalización de
intereses en los contratos de cuenta corriente. El saldo deudor, cuyo pago se
exige en autos, no deriva del cierre de una cuenta corriente sino de un
préstamo de dinero por la suma a que se contrae el pagaré, resultando, por
tanto, el pacto para la capitalización de los intereses contrario al texto
expreso de la ley, que no puede ser amparado de modo alguno porque
contraviene el espíritu de la ley dirigida a evitar actos de usura por parte del
acreedor”.
No sólo ello, sino que el artículo 1250 del Código civil permite que se
capitalicen los intereses entre particulares de manera excepcional, cuando
éstos (los intereses) no hayan sido pagados durante un año cuanto menos,
para lo cual es necesario que las partes acuerden la capitalización de los
intereses mediante escrito (escrito sin el cual el pacto no tiene validez). El
Código Civil de 1936 también aceptaba esta forma de capitalización de los
intereses, pero lo permitía siempre que se hubiese resentado un retraso en el
pago de los intereses superior a los dos años. Asimismo, para que tenga
lugar el pacto sobre capitalización de intereses entre particulares, es
necesario que el acuerdo haya sido realizado después de haber sido
contraída la obligación.

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