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Constitución política, ética y responsabilidad social

Nicolás Muñoz Mora


EAN
Una mirada diferente al conflicto en medio oriente

A la hora de valorar y estudiar una problemática, en este caso; la violencia y el terror que desequilibra la
armonía de Asia noroccidental, constantemente es necesario principiar con un rápido contexto histórico
introductorio. Desde luego esa es la narrativa más lógica y la más esgrimida. Sin embargo mi intención va
por otro camino. En mi opinión, sí que es importante tener en cuenta datos facticos, como el acuerdo de
Skyes Picot en 1916, del cual hablare ulteriormente, pero es aún más importante darle un sentido y una
significación que nos sirva para apreciar la naturaleza de un problema social y de toda índole. En efecto, es
elemental informarse de las ciencias históricas y su influencia en el mundo moderno, pero sino se la da un
sentido crítico, y si tampoco se entiende la verdadera importancia que tiene conocer lo que sucede en la
actualidad, nuestra visión del mundo estará delimitada, algo coja, quizás invalida. Tiene que haber una
complementariedad, la información que nos brinda los historiadores y los documentos por sí sola no dicen
nada, por consiguiente es inevitable darle un contexto e interpretación.
Ahora bien, en este escrito urge ser lo más breve posible, sin entrar en detalle, por eso mismo, decido no
enfocarme en una descripción de datos consecutivos, sino más bien en tratar de entender la esencia de estos
dilemas y indicar unos retazos importantes.
Algo bien sabido es que toda confrontación, toda disputa a lo largo de la historia, tienen como eje central un
interés económico o territorial, sino ideológico o político. La guerra fría por ejemplo, en última instancia,
trato de una disputa ideológica entre un gobierno capitalista y otro comunista. No hubo armas ni violencia
física directa. En cambio, la segunda guerra mundial no trato solamente de una parcialidad ideológica, en
esta estaba en juego heterogeneidad de intereses. Por otro lado, y en relación a esto, es una constante en estos
escenarios conflictivos pensar en un falso dilema; O el hombre blanco occidental es el culpable de todo o el
fundamentalismo religioso lo es. Ciertamente ambos aspectos tienen gran influencia en el tema que nos
corresponde ahora, pero una pugna de tal magnitud no puede reducirse simplemente en dos instrumentos de
medición. La medición y elucidación de una disputa de cualquier naturaleza debe ser determinada desde un
panorama mucho más amplio, que integre la mayor posible de variables. Estas variables escasearan en este
texto como es evidente, pues no es el objetivo del cometido asignado.
No todo tiempo pasado fue mejor. El siglo pasado presencio las guerras mundiales más atroces de la historia.
Vivimos en una época, que en comparación con sus antecesoras, es sin duda la más pacífica y benigna. Más
sin embargo sigue latente “pequeñas” guerras residuales, como la que carcome a oriente próximo.
Por lo que se refiera a Arabia Saudita, su potestad le correspondió, durante los siglos XVII Y XIX, a un
inestable imperio Otomano. Los líderes religiosos locales, después de cooperar varias veces para escalar al
poder, derrotaron la soberanía de la población otomana y consolidaron el primero estado saudí en 1744, por
los lideres Muhammad Saud y Abd-al-Wahhab. Su reconquista se daría en la década de 1818. Empero, en el
siglo posterior, la estructura Otomana se fue debilitando hasta que, al final, culmino tras la primera guerra
mundial, cuando los franceses e ingleses determinaron el acuerdo de Skyes Picot. El objetivo era que Arabia
Saudi pudiera ser una nación independiente después de derrotar el imperio otomano junto al apoyo de las
naciones occidentales. Sin embargo Inglaterra y Francia se repartieron arbitrariamente los desiertos de la
dinastía saudí, traicionando al líder Hussein Bin Ali y llevándolo a una crisis sociopolítica. El
incumplimiento de este pacto tuvo consecuencias importantes. Se vivían tensiones y no había orden alguno.
Al poco tiempo, en los años 20, Hussein fue remplazado por la perspicacia de un descendiente de la casa de
Saud, Abdulaziz Ibn Saud, logrando un golpe de estado y fundando la nueva Saudí. Reino unido, después,
acepto mediante otro tratado la legitimidad del nuevo líder Abdulaziz. Su reconocimiento ante los ojos de
occidente había regresado. El nuevo gobernador concibió una tregua colaborativa con estados unidos
mediante una compañía petrolera, que le permitiría a los americanos llegar a los desiertos de saudí y
descubrir y extraer grandes cantidades de petróleo para su benéfico. A cambio, los árabes recibían la
protección de occidente y su maquinaria. Siguiendo en la línea temporal, después de resolverse la segunda
guerra mundial, estados unidos les permitió a los árabes desarrollar su nación libremente, con la retirada de
Francia e Inglaterra, mientras tácitamente emergía Israel, tierra de judíos. Al pasar el tiempo, en la década
de los 60, un renovado líder heredo la corona y ascendió a la jerarquía árabe, emprendiendo un modelo
ambicioso de remodelación estructural y tecnológica. Los wahabbistas, una de las ramas más radicales del
islam, y sus aliados más sagrados, estaban en discrepancia con la injerencia e inversión de occidente. Sin
embargo, los wahabbistas ocuparon su distracción en tierras israelitas. Israel se estaba fortaleciendo,
acarreando una filosofía comunista por parte de los judíos. Esto disgustaba a los árabes, y EEUU seguía
tácito. Tras una reunión del rey en new york, en la década de los 70, la relación se empezaba a tambalear.
“por desgracia los judíos ayudan a Israel y ustedes les dan asistencia. Y en la presente situación
consideramos a aquellos que ayudan a nuestros enemigos, nuestros enemigos” decía el rey en dicha
intervención. Subsiguiendo se dieron varios altercados, Egipto ataco a Israel, e Israel fue salvado por la
intervención de reino unido, estados unidos y Francia. Como consecuencia, la relación entre los soberanos de
medio oriente y EEUU se dañó, cortando el grifo de petróleo que le brindaba a EEUU y subiendo
precipitosamente el precio del mismo. Décadas de los 80 y Ronald Reagan ganaba las elecciones de estados
unidos. Afganistán por aquel entonces estaba en conflicto con la fuerza ocupante de la unión soviética.
Reagan le brinda apoyo a Afganistán como símbolo de libertad. Pero las intenciones de los aliados en medio
oriente no eran las más sumisas. Querían expandir su poder y difundir su credo religioso. Como se ve, en el
seno de estos desiertos se dieron varias controversias, tomando con violencia regiones estratégicas. Los
wahabbistas atacaban sin pudor, creando tensiones en la gobernanza de arabia saudí. Durante la guerra en
Afganistán se cristalizaron visiones retorcidas del islam. Irak también fue zona de conflicto. Los límites de
estas tierras eran difusos, las fronteras desordenadas que estableció occidente en un pasado también fueron
un motor importante de esta problemática armada. Osama bin Laden, fundador de Al Qaeda, fue un pieza
clave en este desenlace. Vuelto de Afganistán, supuso que podría lidiar con los conflictos si se le
proporcionaba el apoyo de un ejército. Dialogo con el ministro de defensa de arabia para a cometer sus
propósitos. Sin embargo no ocurrió lo que esperaba y al cabo de una semana llegaron las tropas occidentales
a participar en la guerra del golfo. Eso fue, para Bin Laden, un golpe en el corazón del islam. Ahora,
occidente era la mayor a amenaza. El atentado de las torres gemelas se dieron sacudiendo las notablemente
tensiones en medio oriente y estados unidos. Bush, ante este hecho, propicio dos guerras en Afganistán e
Irak. Por lo demás, se siguieron refinando ramas del fundamentalismo islámico, y otras se quedaron atrás
indiferentes, creándose disconformidades en su interior. La ambición de los fundamentalistas no seso. En
2013 se fundó el estado islámico, con el espíritu de la ideología Wahabbista y con la aspiración de determinar
un califato.
Como se evidencia, es un escenario caótico, con atentados aquí y allá. Surgiendo grupos cada vez más
atroces y equipados con tecnología de punta. Desde luego fue una explicación sinóptica, donde faltaron
aspectos importantes. Lo que hay que entender es que la raíces de este conflicto nos llevan a situaciones
diversas que se interconectan para dar forma a lo que pasa en la actualidad. Estados unidos y Arabia Saudi se
dieron la mano uno al otro en varias ocasiones. También, hubo situaciones que voltearon la balanza. La
hegemonía que se desea por parte de las naciones es inaudita. Es interesante ver como surgen tantos
conflictos armados por los simples deseos de unos pocos. La historia, la desarrollan y forjan un puñado con
poder, pero en última instancia los que más pierden y sufren son los civiles. Sin duda alguna la
preponderancia de recursos naturales en medio oriente fue un motivador para el provecho de las potencias.
En realidad, es un tema muy amplio y complejo. Para comprender un tema de tal espaciosidad, es necesario
mucho más de lo que se ha dicho acá. Puede tornarse confuso y tedioso, pues hay muchas variables que
pueden salir de nuestra accesibilidad, o soslayarla inconscientemente. Por mi parte, he tratado de entender la
esencia de la situación conflictiva, que desafortunadamente aterra a millones de ciudadanos. Todo esto, este
atroz contexto que se observa, es a causa de la codicia salvaje, a el abuso del poder político, al desinterés por
el bienestar social, al querer tener una soberanía independiente sin manos ocultas extranjeras, a la lucha
ideológica, por supuesto, a la riqueza de las materias primas y a la hegemonía y naturaleza humana por
querer destacar y tener una ventaja local que fortalezca los ideales y concepciones propias que se tienen del
mundo.

Referencias:
-Los conflictos de medio oriente. Sacado de: http://www.georgescorm.com/personal/download.php?
file=la_maleta%20march-april%202014.pdf
-Conflicto en siria y medio oriente, claves históricas y geopolíticas. Sacado de:
http://askapena.org/sites/default/files/Conflicto%20en%20Siria%20y%20Medio%20Oriente.%20Claves
%20hist%C3%B3ricas%20y%20geopol%C3%ADticas%20%20%20%20%20%20%20%20%20%20.pdf

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