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GENOCIDIO POLÍTICO

EN COLOMBIA.

INSTITUTO TECNISISTEMAS

VALENTINA ZORNOSA BERMUDEZ


1MB

2018
1. Objetivo:

Indagar a cerca de la historia del conflicto armado en Colombia, dando a conocer los distintos
acontecimientos generados a raíz de esta guerra, para concientizar sobre los innumerables
genocidios políticos que se llevaron a cabo por décadas entre movimientos políticos y la
influencia histórica, social y cultural.

2. Justificación:

El propósito de este proyecto es dar a conocer las causas de la guerra en colombia y resaltar
las consecuencias generales que esta ha dejado consigo , para así de alguna forma reconstruir la
memoria de los estudiantes y se hagan una idea de la historia violenta y oscura de nuestro país,
que, no solo es importante por ser uno de los conflictos armados internos más grandes de
Latinoamérica, sino por su influencia directa con el estado actual de Colombia.

Es indispensable conocer la historia del conflicto político ya que nosotros como jóvenes
tenemos influencia esencial en el crecimiento y desarrollo del país. La visión global sobre lo que
pasa a nuestro alrededor y cómo nos afecta directa e indirectamente como individuos sociales.

Es por medio de estas bases que se busca concientizar en específico a los estudiantes del
instituto Tecnisistemas a cerca de el contexto histórico de Colombia. Para así cambiar un poco
las perspectivas sobre el presente y por lo tanto el futuro que nos depara. y dar a entender que
está en nuestras manos aportar al cambio si se desea.

Porque, la mayoría de estudiantes que cursan el bachillerato no dimensionan su influencia en


el entorno, ya que se tiende a crecer en unas condiciones y aceptar las mismas adaptándose a
ellas sin cuestionarse el por qué y simplemente seguir siendo un un número más dentro de un
sistema. hasta cruzarse con la realidad y cuestionar su existencia. Por lo tanto, la política siempre
estará ligada a nuestras vidas de forma cultural y económica por lo tanto para hacer buen uso de
nuestros derechos y deberes como individuos dentro de una sociedad, hay que conocer.

Y basicamente por que un pueblo que no conoce su historia está condenada a repetirla.
3. Planteamiento:

La historia política en Colombia desde la llegada de los españoles y su colonización en


nuestras tierras, hasta su consolidación como Estado-Nación siempre ha llevado a cabo una lucha
constante en búsqueda del poder político, por medio de una guerra cruel entre oligarquías y
oposiciones.

Una línea de tiempo extensa en la cual se evidencia como uno de los conflictos armados
internos más largos de América Latina y que por lo tanto ha dejado innumerables asesinatos y
afectaciones al pueblo colombiano.

Uno de los aspectos más importantes de esta guerra de más de 50 años, son las consecuencias
mortales y en específico los genocidios políticos llevados a cabo por los los grupos paramilitares
el gobierno y narcotraficantes. El exterminio sistemático de un movimiento político (Unión
Patriótica) como mayor ejemplo del fallido intento de la oposición, y grupos insurgentes por
hacer democracia e integrarse legalmente en la vida civil y política.

​Cómo surgió la unión patriótica:

La Unión Patriótica surgió a nivel nacional como resultado de los acuerdos para la búsqueda
de una salida negociada al conflicto armado adelantados entre el Estado colombianos y los
grupos insurgentes. En 1984, el gobierno del presidente Belisario Betancourt y la dirección de las
Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) firmaron los Acuerdos de la Uribe, en
los que se incluyó un compromiso de cese al fuego y tregua, y se acordó que pasado un año
después de haber cesado los enfrentamientos armados, se deberían generar las condiciones para
que los integrantes del grupo insurgente pudieran "organizarse, política, económica y
socialmente", según su libre decisión".

Para ello el Gobierno se comprometió a brindarles las garantías y estímulos necesarios. Este
aspecto de los acuerdos dio lugar al surgimiento de la Unión Patriótica (UP), como el
movimiento político serviría de plataforma para impulsar las transformaciones sociales,
económicas y políticas necesarias en la consolidación de una paz con justicia social. Con la UP
se buscaba, que los integrantes de las FARC lograran incorporarse plenamente a la vida civil una
vez culminadas las negociaciones de paz. Por esa razón, el Gobierno autorizó que el grupo
armado destacara algunos de sus miembros para que participaran como activistas y dirigentes, al
lado de las otras personas y sectores con afinidad hacia la UP.
Bajo esas condiciones se inicia una fuerte actividad de organización y sensibilización en todo
el país, principalmente en áreas periféricas, veredas y municipios, y con menor intensidad en las
grandes ciudades.

Manifestaciones públicas, marchas y juntas de discusión dieron paso al lanzamiento oficial de


la plataforma política de la nueva colectividad realizada en noviembre de 1985, en el marco del
Primer Congreso Nacional de la UP.

En esa oportunidad, con el lema "Por las reformas democráticas, se reunieron más de 3.000
delegados de todos los rincones del país, que presentaron informes departamentales sobre el
contexto sociopolítico y el avance de la UP en la región.

Ya para ese momento la propuesta tomaba gran acogida, al punto que en poco tiempo de
trabajo se habían constituido algo más de 2.200 juntas barriales, de vereda, municipales y
departamentales, denominadas "juntas patrióticas". Las manifestaciones también contaron con la
presencia significativa de miles de activistas y simpatizantes que compartían con entusiasmo los
anhelos de paz y democracia profunda.

La UP recibe entonces el amplio respaldo del Partido Comunista Colombiano y de algunas


vertientes democráticas de los partidos tradicionales. Se unen también sindicatos, grupos
estudiantiles, artistas e intelectuales, organizaciones cívicas, campesinos, indígenas,
organizaciones de mujeres y otras organizaciones populares, así como los guerrilleros de las
FARC que se incorporaban a la vida civil. Esta constitución plural fue posible por ser la UP un
movimiento amplio, y no propiamente un partido político, que dio cabida a todas y todos los que
compartieran las demandas centrales y plataforma. En marzo de 1986 los Acuerdos de la Uribe
fueron ampliados para incluir explícitamente la obligación del Gobierno de brindar todas las
garantías a la Unión Patriótica, prolongar la tregua, y reiterar la voluntad de paz acordada dos
años atrás.

​Contexto geopolítico:

l​ a llegada de la UP a la región de Urabá ​una zona con presencia histórica de guerrillas como el
EPL, ELN y las FARC ​los movimientos sociales se fortalecieron así como los sindicatos, muchos
de ellos impulsados por las nuevas fuerzas políticas fruto de las negociaciones del gobierno de
turno y la guerrillas, lo cual, según el fallo, generó reacciones violentas de grupos de extrema
derecha contra los movimientos sociales, políticos y sindicales.
Sumado a lo anterior, la penetración del capital del narcotráfico en la región de Urabá y la
llegada de los grupos paramilitares terminaron creando una alianza para el exterminio. De
acuerdo al fallo, durante 1983 y 1984, Fidel y Carlos Castaño iniciaron la compra de grandes
extensiones de tierra en Córdoba y Urabá, en un proceso de expansión y desarrollo de la
capacidad ofensiva para combatir a la guerrilla, cuidar la propiedad de empresas y ganaderos,
garantizar el negocio del narcotráfico, y atentar contra militantes, dirigentes y simpatizantes de
organizaciones de izquierda.

Urabá se convirtió en un botín no solo por ser un corredor para el tráfico de drogas y armas.
En este contexto, según el fallo, las principales víctimas fueron los miembros de la UP, que
amenazaron con afectar los intereses políticos y económicos de actores legales e ilegales. “La
Comisión Interamericana de Derechos Humanos concluyó que los crímenes cometidos contra la
Unión Patriótica tuvieron la intención de eliminar a sus miembros y simpatizantes por medio de
una violencia sistemática que resultó de la coordinación de miembros del Ejército y grupos
paramilitares, a través del llamado ‘plan golpe de gracia’”, señala el fallo en su argumentación.
Por todas estas razones y luego de analizar los ocho crímenes cometidos por Helbert Veloza en
contra de miembros de la Unión Patriótica, la magistratura de Justicia y Paz calificó por primera
vez al exterminio de la Unión Patriótica como un genocidio político.

​Comienzo del exterminio:

El auge de la UP se vio reflejado en las elecciones de 1986, cuando el naciente partido


alternativo alcanzó una cifra récord de 256 concejales y 16 congresistas.

Inmediatamente después de su primera participación electoral se consolidó un plan de


exterminio contra la militancia, sus familiares y simpatizantes. En esa sangrienta persecución
contra la UP fueron asesinados dos candidatos presidenciales (Jaime Pardo Leal y Bernardo
Jaramillo Ossa) nueve congresistas, setenta concejales, decenas de diputados, alcaldes, dirigentes
de juntas comunales, líderes sindicales, estudiantiles, del sector de la cultura y el magisterio,
profesionales y centenares de militantes de base, sin que ninguna institución del Estado lo
impidiera, ni actuara eficazmente para esclarecer los crímenes y sancionar a los responsables.

La naciente Unión Patriótica centro su epicentro político en territorios que históricamente habían
tenido presencia de las FARC, es decir Meta, Magdalena Medio y el Urabá antioqueño y
cordobés. Y fue justamente en esas regiones donde comenzaría el exterminio de más de cuatro
mil de sus integrantes a lo largo de casi dos décadas. Pese a ello, para 1986 las Farc deciden
postular su primer candidato presidencial. Se trataba del entonces presidente de Asonal Judicial
Jaime Pardo leal, quien en esa primera incursión en política sacó un poco más de 320 mil votos,
casi cuatro millones de sufragios menos que el ganador, el liberal Virgilio Barco Vargas.
En las siguientes elecciones legislativas y regionales, la UP se consolidó como movimiento
político al obtener 24 diputados, 275 concejales, cuatro Representantes a la Cámara y tres
senadores. Pero, paradójicamente, ya tenían contabilizados más de 300 militantes asesinados.
En un fallido intento por detener el exterminio, las Farc y los carteles de las drogas intentaron
pactar una tregua que no funcionó, por el contrario, se recrudeció la guerra sucia, y el Gobierno
le advirtió a la guerrilla que de seguir esas acciones la tregua bilateral que ya llevaba cerca de tres
años, podría terminarse.

Así ocurrió y el proceso de paz se terminó, y comenzó una escalada sin precedentes contra los
miembros de la UP. La primera víctima fue el entonces senador Pedro Nel Gómez, y Braulio
Herrera e ​Iván Márquez​ abandonaron la lucha política y regresaron a las filas subversivas.
Para 1988, cuando ya la UP se había consolidado políticamente con 16 alcaldías y 256 concejales
en todo el país, siendo el Meta su principal bastión, en los Llanos Orientales ya tenía 300
militantes asesinados. En solo una masacre, la del municipio de El Castillo, fueron masacrados
17 integrantes de la UP.

Lo mismo ocurrió en la zona del Urabá, donde las nacientes Autodefensas Campesinas de
Córdoba y Urabá, lideradas por los hermanos Carlos y Fidel Castaño Gil, iniciaron la masacre de
políticos de izquierda en respuesta al terreno ganado en las urnas por la UP y al creciente número
de asesinatos, extorsiones y secuestros de la guerrilla de las Farc.
Una de las masacres más violentas ocurrió en 1988 en el municipio de Segovia, nordeste
antioqueño, donde fueron asesinados 43 integrantes de la UP, con el silencio cómplice de la
Fuerza Pública, tal como quedó demostrado en la condena a la Nación por parte de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos.

Por esa época, ya los grupos paramilitares del Magdalena Medio habían sido entrenados por el
mercenario israelí Jair Klein. Solo en esa región fueron asesinados 800 militantes de la UP.
A Pardo Leal lo sucedió como candidato a la Presidencia el político Bernardo Jaramillo Ossa,
que posteriormente también sería asesinado en 1990, a pesar de que le dio un vuelco al Partido
tratando de tomar distancia de la lucha armada que libraban las FARC.

En 1994, las autodefensas asesinaron al último representante de la UP en el congreso de la


República, el senador Manuel José Cepeda, padre del hoy senador del Polo Democrático Iván
Cepeda Castro. Ante la arremetida violenta, decenas de los principales dirigentes de la UP, entre
ellos Aída Avella, tuvieron que exiliarse para evitar ser asesinados.
El final político de la UP vino en 2003, cuando el Consejo Nacional Electoral le quitó la
personería jurídica por no alcanzar el umbral de 50 mil votos establecidos por la reforma política
del año anterior.

​ ste es el origen de la tragedia del partido, que siempre fue estigmatizado como el ala política
E
de las Farc. “Para nosotros la UP fue creado por las Farc. Quizá muchos simpatizantes no tenían
que ver con la guerrilla, pero por el hecho de pertenecer a algo relacionado con lo subversivo, los
matamos”, dijo en una ocasión alias ‘HH’ desde Estados Unidos.

Según lo documentó la Sala de Justicia y Paz, para el periodo electoral de marzo de 1986 a
1988, la Unión Patriótica obtuvo la más alta votación de la izquierda y se convirtió en la tercera
fuerza política del país.

3. Conclusión:

Los gobiernos de Colombia han hecho todo lo posible para que las denuncias y el debate
acerca del exterminio de la Unión Patriótica sea evitado en todos los ámbitos.

Las organizaciones y personas que confluyeron en la UP fueron perseguidas, señaladas y


pagaron una alta cuota de sacrificio al constituirse la UP en una opción de poder político que
pretendió ampliar y fortalecer el espacio de la oposición en Colombia. Aún hoy, el caso de la UP
continúa en la absoluta impunidad y los sobrevivientes del movimiento siguen siendo víctimas
del asesinato y los hostigamientos.

Ha vuelto a ser nombrada como opción para la desmovilización que está en discusión en la
Habana entre las Farc y el Gobierno de Juan Manuel Santos. La UP no fue afectada por ninguna
de estas modificaciones en las leyes electorales del país, la UP se quedó sin votos porque se
quedó sin líderes políticos. A la UP la masacraron.

Sin embargo, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) falló a favor de las
víctimas, condenando al Estado Colombiano por el exterminio de éste grupo político, que es
catalogado como un delito de lesa humanidad. A pesar de ésto, el gobierno colombiano se niega
a aceptar las condiciones de Justicia, Verdad y Reparación que exigen los sobrevivientes de éste
genocidio político, pues muchos nombre de grandes personalidades saldrían a flote como
vinculados a la Operación Baile Rojo, además de prácticamente la totalidad de la cúpula de la
Policía Nacional, el Ejército de Colombia y el DAS de aquellos años.
4. Reflexión:

Es inevitable concluir que este ha sido uno de los casos de crímenes de Estado más lamentables
en las últimas décadas, uno de los más directos y descarados. Tuvieron mucha relevancia en la
época ya que dejo millones de víctimas a su paso, todo por el miedo a que un partido de
izquierda hiciera parte activa en la política del momento, a pesar de que no era exclusivo de las
FARC, siempre se tuvo ese pensamiento generalizado.

Y no se tuvo compasión al incluir personas externas, que solo por el hecho de simpatizar fueron
crudamente asesinados. es indignante ver como queda en la impunidad este genocidio a pesar de
ser reconocido por la corte interamericana de derechos humanos. Miles de víctimas hoy en día no
han sido reparadas y el vacío inmenso que deja en las familias y el pueblo más allá de los
intereses políticos, es una grieta en la historia.

Al ser cometido en su mayor parte por el Estado, este crimen simplemente no tuvo la misma
relevancia que le han dado a otros, al ser declarado un crimen de lesa humanidad, se desvaloriza
la magnitud de este hecho.

No se puede olvidar este acontecimiento ya que es indispensable reconocer que la violencia que
hoy existe en Colombia no ha sido exclusivamente gracias a los grupos armados insurgentes sino
del mismo gobierno que se lava las manos.

La guerra ha sido uno de los negocios más rentables de este pais asi que se debe reconocer la
relación entre todo lo ocurrido, con los intereses políticos de siempre. Se tiene que erradicar el
pensamiento de que la guerra le corresponde a unos pocos sino que afectó e influyó en el
presente que hoy se vive.

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