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Biografia de Adler
Biografia de Adler
y Alfred Adler
1870-1937
Alfred Adler
La Psicología Individual tiene aún hoy la misma actualidad que al comenzar su desarrollo a
principios del siglo veinte: trata de los problemas centrales de la existencia humana, del bien de la
humanidad. Según esta línea de pensamiento, la persona sólo llega a realizarse si establece con el
mundo una relación que incluya a sus prójimos; realización que sólo se logra, por lo tanto, en una
relación social. Sin embargo, las relaciones interpersonales y la vida social, de las que dependen el
sentimiento de autoestima y la autorrealización del individuo, no son posibles sin una comprensión
de las personas y un autoconocimiento constructivo. La Psicología Individual representa por tanto,
en su concepción básica, un sistema de orientación socio psicológica que ayuda a comprender
mejor las vivencias, la conducta y los actos del prójimo, abriendo, y abre de este modo también, las
puertas del autoconocimiento. Su objetivo constituye un sentido de firme realidad de responsabilidad
frente a otros y con uno mismo, y un reconocimiento y comprensión mutuos, lo que, por un lado, sólo
puede lograrse por el desarrollo consciente de la capacidad social del individuo y, por otro, en el
seno de una comunidad humana.
Alfred fue un niño común como estudiante y prefería jugar en el patio a embarcarse en los
estudios. Era muy activo y extrovertido. Todos le conocían por intentar superar a su hermano mayor
Sigmund. En dos ocasiones estuvo a punto de perecer en accidentes callejeros, además su
hermano menor murió cuando él tenía solo tres años, en la misma cama que compartía con él y a
los cinco enfermó gravemente de pulmonía. El médico de la familia creyó que el caso estaba
perdido, pero otro médico le salvó la vida. Una vez restablecido, decidió convertirse en médico. El
posterior énfasis de su teoría sobre la importancia del interés social y de la compensación por los
defectos orgánicos tienen relación con sus primeras experiencias.
Era muy apegado a su padre y recuerda que repetidas veces le decía cuando caminaban
juntos: “Alfred, no creas en nada”. Otro recuerdo de su niñez que permanece en su mente y que le
gustaba contarle a los niños que tenían problemas en el colegio, es una ocasión cuando un profesor
sugirió al padre de Alfred llevárselo fuera de la escuela y que aprendiera el oficio de zapatero,
porque nunca se iba a graduar. Su padre se rió de la opinión del profesor hacia su hijo. Alfred, quien
había perdido el interés en la escuela, había reprobado matemática pero a partir de ese momento
decidió demostrar al profesor lo que sería capaz de hacer: en poco tiempo llegó a ser el primero de
su clase en matemática y nunca volvió a experimentar dificultades en sus estudios.
A los 18 años entró a la Universidad de Viena a estudiar Medicina, era la misma universidad
en la cual Freud había estudiado medicina anteriormente. Se encontraba profundamente interesado
en el socialismo y frecuentaba reuniones políticas. Fue en una de estas reuniones cuando conoció a
su esposa, Raissa Epstein, una estudiante rusa que asistía a la universidad de Viena. Se casaron en
1897 y tuvieron cuatro hijos, dos de los cuales se hicieron psiquiatras.
En 1895, Adler se graduó de médico. Primero practicó la oftalmología y luego la medicina
general estableciendo su consulta en un sector social bajo de Viena. Debido a su creciente interés
por el funcionamiento y adaptación del sistema nervioso, su profesión se orientó más tarde hacia la
Neurología y la Psiquiatría. De su actividad médica procede una serie de observaciones que incluyó
más tarde en su Studie über Minderwertigkeit von Organen (Viena, 1907) (Estudio sobre las
deficiencias de los órganos).
A principio de siglo, tuvo lugar su encuentro con Sigmund Freud, quien en 1907 le propuso
formar parte de su grupo de estudio. Después escribió varios artículos sobre la inferioridad orgánica,
seguidamente redactó un artículo sobre los sentimientos de inferioridad de los niños, en el que
sugería que las nociones sexuales de Freud debían tomarse de forma más metafórica que literal.
Aunque el mismo Freud nombró a Adler presidente de la Sociedad Analítica de Viena y co-editor de
la revista de la misma, éste nunca cesó en su crítica.
Así, en 1911, se produjo su ruptura con Sigmund Freud al exigir éste que el grupo de
estudios aceptara su teoría sexual después de haber expuesto Adler su postura discordante en
algunas conferencias bajo el título «Zur Kritik der Freud´schen Sexualtheorie des Seelenlebens»
(Critica de la teoría sexual de Freud sobre la vida psíquica). Esta situación resultó en la creación,
junto a otros 11 miembros de la organización, de la Asociación de Psicología Individual en ese
mismo año, con una escuela y una revista propias.
Durante la Primera Guerra Mundial, Adler sirvió como médico en la Armada Austriaca,
primero en el frente ruso y luego en un hospital infantil. Así, tuvo la oportunidad directa de ver los
estragos que la guerra producía, por lo que su visión se dirigió cada vez más hacia el concepto de
interés social. Creía que si la humanidad pretendía sobrevivir, tendría que cambiar sus hábitos.
Aún después de la guerra —hasta entrados los años setenta—, la Psicología Individual
quedó relegada al olvido a pesar de su continuación a través de sus discípulos. Se vio desplazada,
se citaba cada vez menos, y pronto se dejó de citar del todo. Una de las razones de ello podía ser
que los libros de Adler son informes poco conexos, fatigosos y repetitivos, que no presentan una
exposición sistemática ni una imagen definida de su psicología. Resulta trabajoso estudiar sus
obras originales, pues, junto a formulaciones brillantes, se encuentran muchos puntos de difícil
comprensión.
Por otro lado, el predominio paulatino, sobre todo en los Estados Unidos, de la medición y la
estadística sobre la comprensión y la intuición en las que se basa la Psicología Individual, le exigen
fundamentar resultados en estadísticas para que adquieran según ellos, mayor validez.
A pesar de todo, las palabras escritas por Adler han conservado su valor. Sus ideas se
convirtieron hasta tal punto en bien común, piénsese simplemente, en términos como «sentimiento o
complejo de inferioridad», «afán de superación» ó «afán de poder». También en la literatura
científica pervivieron las ideas de la Psicología Individual, pero «la forma sistemática con que se
ocultó o silenció su origen, constituye un fenómeno singular en la historia de la psicología». S u
importancia es demasiado grande y ha quedado demostrada en las aportaciones de Adler a la
psicoterapia, la pedagogía, el neopsicoanálisis, la logoterapia, la psicología humanística, la filosofía
de la existencia, la teoría crítica y otros campos, como la sociología, la política y la religión. Incluso el
psicoanálisis, ha llegado a contemplar al individuo y su «identidad» en un contexto sociopsicológico
análogo a aquel en que lo hacía la psicología individual. Sin embargo, en él no se cita casi a Adler,
como tampoco en algunas otras orientaciones psicológicas muy cercanas a la Psicología Individual
que ni la citan ni la reconocen. Autores como Fromm, Horney, Frankl, Maslow, Gellen, Künkel, Ellis,
por citar algunos, no pueden negar la gran influencia que Adler tuvo en la formulación de sus teorías.
Más que ningún otro psicólogo, Adler ha destacado la importancia del amor a los semejantes, de la
convivencia humana y de la igualdad social en la realización personal y del progreso de la
colectividad.
Entre las obras de Adler encontramos: "La práctica y la teoría de la psicología individual" de
1920, "Comprendiendo la naturaleza humana" de 1928-1930, "La educación de los niños" de 1929,
"Superioridad e interés social" (obra póstuma de 1965). Otras son, El conocimiento del hombre;
Práctica y teoría de la psicología del individuo de 1927 y El sentido de la vida de 1932;