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Universidad Autónoma de Santo Domingo

Sustentado por:
Katerin Figuereo Andújar

Asignatura:
Ideas Políticas

Matricula:
100264629

Sección:
01

Profesor:
Henry Blanco
Pensamiento Político Escolástica
Origen
La escolástica es una corriente teológica y filosófica medieval que utilizó parte de la filosofía
grecolatina clásica para comprender la revelación religiosa del cristianismo.

La escolástica fue la corriente teológico-filosófica predominante del pensamiento medieval, tras


la patrística de la Antigüedad tardía, y se basó en la coordinación entre fe y razón, que en
cualquier caso siempre suponía una clara subordinación de la razón a la fe (Philosophia ancilla
theologiae ‘la filosofía es sierva de la teología’).

En la síntesis entre aristotelismo y cristianismo se halla la causa de que para muchos historiadores
la escolástica no sea concebida como una filosofía propiamente dicha, sino como una teología
desarrollada filosóficamente, es decir, una "sierva de la teología". La escolástica se convirtió en el
movimiento teológico-filosófico más importante de la Edad Media, pudiendo distinguirse tres
fases en su desarrollo: La pre escolástica, el alta escolástica y la gran escolástica

Evolución
La evolución de la escolástica se compone de tres etapas, reconocibles a partir de la manera de
entender la dialéctica entre razón y fe, entre los siglos XI y XV, en el período del poder papal
centralista, época de las cruzadas y el resurgimiento de las ciudades.

El debate en torno a razón y fe pasa de sus etapas de identificación inicial (pues para los religiosos
eran una sola cosa), a una segunda fase en que ambas tienen una especie de zona común, preludio
de la separación que vendrá después entre razón y fe (filosofía y teología). Dicho proceso se
compone de tres etapas:

 La cuestión de los universales. Del siglo IX al siglo XII, en la que se opusieron los realistas a
los nominalistas y los conceptualistas.

 El apogeo de la escolástica. Durante el siglo XIII tendrá su punto climático la escolástica,


con la recuperación de Aristóteles por parte de textos judíos y árabes, pero también por
traducciones del griego al latín.

 Separación entre razón y fe. Esto ocurre en el siglo XV, cuando se empieza a cuestionar la
inteligibilidad del mundo y de Dios.

La segunda escolástica

Francisco Suárez fue uno de los máximos exponentes la segunda escolástica. En la España de los
siglos XV y XVI la escolástica tendrá un resurgimiento, con el renovado espíritu de la época,
aunque asociada en particular con las órdenes jesuita y demonica de la Iglesia.

Uno de los máximos exponentes de esta segunda escolástica será Francisco Suárez (1548-1617),
quien resumirá y modernizará la tradición escolástica anterior y establece las bases para el
“iusnaturalismo” del jurista holandés Hugo Grocio
Objetivos
El objetivo esencial de los escolásticos determinó algunas actitudes comunes, de las que la más
importante fue su convicción de la armonía fundamental entre razón y revelación. Los escolásticos
afirmaban que el mismo Dios era la fuente de ambos tipos de conocimiento y la verdad era uno de
Sus principales atributos. No podía contradecirse a Sí mismo en estos dos caminos de expresión.
Cualquier oposición aparente entre revelación y razón podía deberse o a un uso incorrecto de la
razón o a una errónea interpretación de las palabras de la revelación.

Como los escolásticos creían que la revelación era la enseñanza directa de Dios, ésta tenía para
ellos un mayor grado de verdad y certeza que la razón natural. En los conflictos entre fe religiosa y
razonamiento filosófico, la fe actuaba siempre como árbitro supremo y la decisión de los teólogos
prevalecía sobre la de los filósofos. Desde principios del siglo XIII, el pensamiento escolástico puso
mayor énfasis en la independencia de la filosofía en su ámbito propio. A pesar de todo, durante el
periodo escolástico la filosofía estuvo al servicio de la teología, no sólo porque la verdad de la
filosofía estaba subordinada a la de la teología, sino también porque los teólogos utilizaban la
filosofía para comprender y explicar la revelación.

La filosofía escolástica eran el ordenamiento y conciliación de las grandes preguntas


trascendentales heredadas de la antigüedad grecorromana, vigentes en los tiempos del Imperio
Romano, en búsqueda de una conciliación con los preceptos de la Iglesia Cristiana Ortodoxa. Esto,
en principio, significaba tomar los métodos aristotélicos y aplicarlos al nuevo imaginario religioso
que el cristianismo impuso en Occidente.

Así, la escolástica cultivó el silogismo aristotélico, entre otras ideas provenientes siempre de textos


heredados. El empirismo, la exploración directa con la realidad, no fueron vertientes favorecidas
en su filosofía.

Aportes
La escolástica será una doctrina clave en la formación de la academia moderna y del pensamiento
filosófico contemporáneo, sobre todo a partir de sus métodos de rigor en la lectura, exposición y
contraposición de textos.

La posibilidad de separar la filosofía (razón) y la teología (fe), es un preludio al pensamiento


renacentista y moderno que llevaría a separar la administración del Estado y la jerarquía
eclesiástica, vale decir, a escindir Estado e Iglesia como dos organismos diferenciados.

Pensamiento Político de la Patrística


Origen
La patrística es el estudio del pensamiento, doctrinas y obras del cristianismo desarrollados por los
Padres de la Iglesia, que fueron sus primeros autores durante los siglos I y VIII d.C. La palabra
patrística deriva del latín patres, que significa ‘padre’.
La patrística fue el primer intento por unificar los conocimientos de la religión cristiana y
establecer el contenido dogmático de la misma junto con la filosofía, a fin de dar una explicación
lógica de las creencias cristianas y defenderlas ante los dogmas paganos y las herejías.

Evolución
La primera patrística se desarrolló simultáneamente en dos ámbitos
distintos: Oriente (representado por Grecia) y Occidente (por Roma). Estéticamente se produce un
cambio sustancial entre la concepción pagana de los antiguos poetas griegos y la nueva literatura
religiosa. Mientras aquellos buscaban el placer y la belleza de su obra utilizando para ello artificios
y retóricas varias, el cristianismo defiende la palabra pura, según ellos para preservar la verdad de
la palabra divina. Pero existía más afinidad entre ambas culturas de la que cabría esperar, ya que
los ideales defendidos por los Padres primitivos (siglos II y III) se correspondían en buena medida
con las ideas destacadas por Platón en sus planteamientos filosóficos. Para los Padres la palabra
del poeta es falsa ya que la única verdad es la que de mano directa del Espíritu Santo recibe el
profeta. No obstante, aceptan estos padres cierto nivel de verdad en la obra de los poetas, la parte
de inspiración que los griegos atribuían a la Musa y que los cristianos llaman inspiración divina,
pura y libre de parafernalias.

Patrística de Oriente

La patrística de Oriente se dedicó al estudio de la existencia de Dios y sus particularidades.


Asimismo, los Padres griegos de esta patrística elaboraron las bases de la filosofía y teología
cristiana partiendo de los pensamientos del platonismo y neoplatonismo, y también se apoyaron
de los términos moral y ética.

La patrística griega fundó cuatro escuelas, que son la Escuela de los Padres apologistas, Escuela de
Alejandría, Escuela de Capadocia y la Escuela de Bizancio.

Patrística de Occidente

La patrística de Occidente, representada por los Padres latinos, fue desarrollada por San Agustín,
quien formuló la primera filosofía cristiana bajo la búsqueda de la verdad y del conocimiento. En
este mismo sentido, San Agustín se propuso demostrar la existencia y esencia de Dios.

Sin embargo, cabe destacar que la patrística de occidente, aunque desplazó la lengua griega por la
latina, se caracterizó por estar influenciada por la cultura griega y Platón.

Objetivos
A continuación, se presentan los principales objetivos de la patrística.

 Antepone y defiende las creencias cristianas ante los dogmas paganos.

 Considera a la fe cristiana como la única verdad y conocimiento.

 Unifica los pensamientos filosóficos griegos con las creencias cristianas.


 Se fundamenta en la filosofía para explicar de manera racional la fe cristiana.

 Se considera a Dios como un ser espiritual y no material.

 Considera que Dios es la única verdad y guía del hombre, según afirma San Agustín.

Aportes
La importancia de la Patrística estriba en el hecho de ser el primer intento de unificar la religión
cristiana y la filosofía. Los primeros pensadores cristianos se sirvieron de la filosofía para dar una
explicación racional de sus dogmas. Unos de los aportes fueron en la patrística griega, no es
casualidad que hablamos de platonismo cuando hablamos de Patrística. Los padres de la Patrística
eligieron la filosofía platónica / neo-platónica, porque menos alejadas de la religión cristiana: hay
un paralelismo entre la figura del Demiurgo en Platón y el Padre en la religión cristiana, o entre el
nous y el Verbo, y también hay en la idea de afinidad e inmortalidad del alma. La Patrística griega
incluyó cuatro escuelas:

1. Escuela de los Padres apologistas (I y el siglo II), los representantes más importantes son
Justin, Tatian, Atenágoras y Ireneo;

2. Escuela de Alejandría (desde la tercera a la mitad siglo V): los representantes principales


son Clemente y Orígenes;

3. Escuela de Capadocia (desde la tercera hasta la mitad del siglo V): los principales
exponentes son Gregorio Nacianceno, Basilio y Gregorio de Nisa;

4. Escuela de Bizancio (el segundo la mitad de la quinta a finales del siglo VIII): exponentes
notables son Dionisio Areopagita (también conocido como Pseudo-Dionisio), Máximo el
Confesor y Juan Damasceno

Pensamiento del Feudalismo


Origen
Feudalismo es la denominación del sistema político predominante en Europa Occidental de los
siglos centrales de la Edad Media (entre los siglos X y XI, aunque no hay acuerdo entre los
historiadores sobre su comienzo y su duración, y esta varía según la región), y en la Europa
Oriental durante la Edad Moderna, caracterizado por la descentralización del poder político; al
basarse en la difusión del poder desde la cúspide (donde en teoría se encontraban el emperador o
los reyes) hacia la base donde el poder local se ejercía de forma efectiva con gran autonomía o
independencia por una aristocracia, llamada nobleza, cuyos títulos derivaban de gobernadores del
imperio carolingio (duques, marqueses, condes) o tenían otro origen (barones, caballeros, etc.).
Este término también es utilizado historiográficamente para denominar las formaciones sociales
históricas caracterizadas por el modo de producción que el materialismo histórico (la historiografía
marxista) denomina feudal.

El feudalismo se desarrolló durante la edad media alcanzando sus formas más características entre
los Siglos X y XV esta a su vez tiene un sistema de organización política, económica y social.

Evolución
Como formación económica-social, el feudalismo se inició en la Antigüedad tardía con la transición
del modo de producción esclavista al feudal, a partir de la crisis del siglo III y, sobre todo, con la
disolución del Imperio romano de Occidente (siglo V) y la formación de los reinos germánicos y
el Imperio carolingio (siglos VIII y IX).

Fundamentado en distintas tradiciones jurídicas (tanto del derecho romano como del derecho


germánico –relaciones de clientela, séquito y vasallaje–), el feudalismo respondió a la inseguridad
e inestabilidad de la época de las invasiones que se fueron sucediendo durante siglos (pueblos
germánicos, eslavos, magiares, musulmanes, vikingos). Ante la incapacidad de las instituciones
estatales, muy lejanas, la única seguridad provenía de las autoridades locales, nobles
laicos o eclesiásticos, que controlaban castillos o monasterios fortificados en entornos rurales,
convertidos en los nuevos centros de poder ante la decadencia de las ciudades.

El feudalismo alcanzó el punto culminante de su desarrollo en el siglo XIII; a partir de entonces


inició su decadencia. El sobrendeudamiento llegó a tal punto que los señores tuvieron problemas
para obtener las prestaciones que debían recibir. Los vasallos prefirieron realizar pagos en
metálico (scutagium, ‘tasas por escudo’) a cambio de la ayuda militar debida a sus señores; a su
vez éstos tendieron a preferir el dinero, que les permitía contratar tropas profesionales que en
muchas ocasiones estaban mejor entrenadas y eran más disciplinadas que los vasallos. Además, el
resurgimiento de las tácticas de infantería y la introducción de nuevas armas, como el arco y la
pica, hicieron que la caballería no fuera ya un factor decisivo para la guerra. La decadencia del
feudalismo se aceleró en los siglos XIV y XV.

Objetivos
En su forma más clásica, el feudalismo occidental asumía que casi toda la tierra pertenecía al
príncipe soberano —bien el rey, el duque, el marqués o el conde— que la recibía "de nadie sino de
Dios". El príncipe cedía los feudos a sus barones, los cuales le rendían el obligado juramento de
homenaje y fidelidad por el que prestaban su ayuda política y militar, según los términos de la
cesión. Los nobles podían ceder parte de sus feudos a caballeros que le rindieran, a su vez,
homenaje y fidelidad y les sirvieran de acuerdo a la extensión de las tierras concedidas. De este
modo si un monarca otorgaba un feudo de doce señoríos a un noble y a cambio exigía el servicio
de diez caballeros, el noble podía ceder a su vez diez de los señoríos recibidos a otros tantos
caballeros, con lo que podía cumplir la prestación requerida por el rey. Un noble podía conservar
la totalidad de sus feudos bajo su dominio personal y mantener a sus caballeros en su señorío,
alimentados y armados, todo ello a costa de sufragar las prestaciones debidas a su señor a partir
de su propio patrimonio y sin establecer relaciones feudales con inferiores, pero esto era raro que
sucediera ya que los caballeros deseaban tener sus propios señoríos. Los caballeros podían
adquirir dos o más feudos y eran proclives a ceder, a su vez, parte de esas posesiones en la medida
necesaria para obtener el servicio al que estaban obligados con su superior. Mediante este
sobrendeudamiento se creó una pirámide feudal, con el monarca en la cúspide, unos señores
intermedios por debajo y un grupo de caballeros feudales para servir a la convocatoria real.

Los problemas surgían cuando un caballero aceptaba feudos de más de un señor, para lo cual se


creó la institución del homenaje feudatario, que permitía al caballero proclamar a uno de sus
señores como su señor feudal, al que serviría personalmente, en tanto que enviaría a sus vasallos
a servir a sus otros señores. Esto quedaba reflejado en la máxima francesa de que "el señor de mi
señor no es mi señor" de ahí que no se considerara rebelde al subvasallo que combatía contra el
señor de su señor. Sin embargo, en Inglaterra, Guillermo I el Conquistador y sus sucesores
exigieron a los vasallos de sus vasallos que les prestaran juramento de fidelidad.

Aportes
La administración geográfica de los romanos se transformó en un sistema feudal, que persistió
durante el periodo medieval. La autosuficiencia y la protección contra las dificultades de la época
fortalecieron un sistema en que las personas se congregaban alrededor de los soberanos. La
principal lección que ese periodo enseña a los estudiosos de la administración es la importancia
del interés común. Justamente por la falta de éste, el sistema feudal alimentó los mismos
conflictos que enfrentaron los griegos y los romanos.

El feudalismo dejó varias enseñanzas:

a-      Se mostró que la fuerza de la organización se ganaba mediante un control de gradación, esto
quiere decir que, se debe disponer de grados sucesivos, ya sea ascendentes o descendentes para
poder organizar las diferentes tareas.

b-     Adicionalmente mostró que el interés común debe existir en este tipo de organización, esto
quiere decir que, todos los miembros de una organización deben buscar con su trabajo los
objetivos a los que se quiere llegar.

c-      El feudalismo enseñó que la delegación de autoridad no es una abdicación (no renuncia a su
poder simplemente lo delega)

Teoría del Estado Nacional


La Teoría del Estado es la disciplina filosófica que investiga la esencia y finalidad del Estado. Su
denominación es de origen alemán y su materia propia se ha desarrollado desde la segunda mitad
del siglo pasado. La Teoría del Estado no es Ciencia estricta sino Filosófica, y tiene como objeto el
estudio de la realidad del Estado, así como sus caracteres esenciales, situados más allá del
derecho.

El Derecho constitucional es una rama del Derecho público cuyo campo de estudio incluye el
análisis de las leyes fundamentales que definen un Estado. De esta manera, es materia de estudio
todo lo relativo a la forma de Estado, forma de gobierno, derechos fundamentales y la regulación
de los poderes públicos, incluyendo tanto las relaciones entre poderes públicos, como las
relaciones entre los poderes públicos y ciudadanos.

En términos generales, la teoría del Estado es una ciencia del ser social político. La ciencia del
Derecho es una ciencia del deber ser social jurídico. El Estado es la sociedad política normada
jurídicamente. De aquí que siendo la norma jurídica uno de los elementos integrantes del Estado,
la disciplina científica que estudia al fenómeno social y cultural jurídico está en relación directa con
la ciencia que estudia al Estado, que es el todo relacional humano organizado política y
jurídicamente y del cual el derecho es una parte fundamental.

Por otra parte, el derecho positivo o derecho del Estado, es un conjunto de reglas que sirven como
medio de control de los modos de actuar de los seres humanos y como todo sistema de control
social busca posibilitar la convivencia social. Es en este aspecto en donde cobra plena vigencia la
afirmación del jurista romano Ulpiano, "donde está la sociedad está el derecho". De aquí que el
jurista francés Maurice Hariou señale que una ley constitucional, una Constitución de Estado, no
sea otra cosa que "el encuadre jurídico de los fenómenos políticos de la esfera estatal".

La Teoría del Estado es una disciplina científica que se desarrolla dentro de una manifestación
súbita del derecho público en Alemania a principios del siglo XIX, y que tiene como objeto de
estudio el fenómeno "Estado".

En esta tradición Georg Jellinek, Carl Friedrich von Gerber, Paul Laband, Herman Heller y otros,


han separado a la Teoría del Estado del campo de estudios de la teoría política general, del
proceso político de la esfera estatal separando el estudio teórico y de los principios generales
causales y finalísticos del grupo.

A partir de esta tradición con las disciplinas filosóficas políticas -La Ontología política, la Ética y la
Axiología política- se ha tendido a elaborar una ciencia autónoma e independiente, cuyo objeto de
estudio es el Estado en su realidad sociopolítica e histórico-cultural-jurídica, que busca formular
una teoría filosófica y científica de validez general

En el pensamiento de Hermann Heller, representante descollante de la Teoría del Estado alemana,


se postula utilizar un criterio de verdad que permita describir e interpretar en forma válida los
fenómenos políticos, estableciendo, de esta manera, los principios universales que le dan carácter
de ciencia.

Este criterio es la norma mental que nos sirve para juzgar, para apreciar valores, es el signo
distintivo que nos permite distinguir una cosa de otra. El objeto del criterio es llevar a la certeza, a
un estado anímico de convencimiento de manera evidente, de que nos encontramos en posesión
de la verdad. El criterio de certeza no es único, sino que ha variado en el transcurso de la historia.
El criterio puede clasificarse en dos grandes grupos: de carácter dogmático y de carácter crítico.

En esta tradición el criterio para alcanzar la verdad es la evidencia, la cual reposa en el principio de
la contradicción. Hay que buscar, luego, la evidencia con apoyo en las diversas fuentes de certeza,
por evidencia intrínseca y por evidencia extrínseca. Una vez encontrada la evidencia, el hombre
puede estar razonablemente seguro de haber llegado a la verdad desde la opción del realismo
crítico.
Reforma Protestante

Se conoce como Reforma protestante o, simplemente, la Reforma al movimiento


religioso cristiano iniciado en Alemania en el siglo XVI por Martín Lutero, que llevó a un cisma de
la Iglesia católica para dar origen a numerosas iglesias agrupadas bajo la denominación
de protestantismo.

Otra denominación usada para este movimiento por algunos historiadores como Ricardo García-
Villoslada es el de Revolución Protestante.

La Reforma tuvo su origen en las críticas y propuestas con las que diversos religiosos, pensadores y
políticos europeos buscaron provocar un cambio profundo y generalizado en los usos y
costumbres de la Iglesia católica, además de negar la jurisdicción del papa sobre toda
la cristiandad. El movimiento recibirá posteriormente el nombre de Reforma protestante, por su
intención inicial de reformar el catolicismo con el fin de retornar a un cristianismo primitivo, y
debido a la importancia que tuvo la Protesta de Espira, presentada por algunos príncipes y
ciudades alemanas en 1529 contra un edicto del emperador Carlos V tendiente a derogar la
tolerancia religiosa que había sido anteriormente concedida a los principados alemanes.

Este movimiento hundía sus raíces en elementos de la tradición católica medieval, como el de


los Alumbrados y la reforma del Cardenal Cisneros en España,1 y también el movimiento de
la Devoción moderna en Alemania y los Países Bajos, que era una piedad laica anti eclesiástica y
centrada en Cristo. Además, la segunda generación del humanismo la siguió en gran medida.
Comenzó con la predicación del sacerdote agustino Martín Lutero, que revisó la doctrina de la
Iglesia católica según el criterio de su conformidad a las Sagradas Escrituras. En particular, rechazó
la teología sacramental católica que, según Lutero, permitía y justificaba prácticas como la
«venta de indulgencias», consideradas un secuestro del Evangelio, el cual debía ser predicado
libremente y no vendido.

La Reforma protestante dependió del apoyo político de algunos príncipes y monarcas para poder
formar iglesias cristianas de ámbito estatal (posteriormente iglesias nacionales). Los principales
exponentes de la Reforma protestante fueron Martín Lutero y Juan Calvino.

El protestantismo ha llegado a constituir la segunda gran rama del cristianismo, con un grupo de
fieles que actualmente supera los 900 millones.

La Iglesia de comienzos de la Edad Moderna tiende a hacerse señorial, a acumular riquezas, y a la


ostentación de ellas. El Papa tiene ambiciones políticas: se venden bulas para conseguir dinero y
ventajas políticas, y la Iglesia se instala en la corrupción para conseguir dinero, por más que se
condene la simonía, o venta de sacramentos. Se crea una teocracia imperial, que disputa el poder
temporal al emperador. Además, la recaudación del diezmo implica un ingreso de dinero desde
todos los reinos cristianos.

En contra de esta tendencia de ostentación y lujo está el Humanismo, que aboga por una religión
interior y personal, en oposición a la religión pública de los grandes actos. Esta idea hará que
algunos miembros de la Iglesia adopten posturas en contra de la actitud de Roma, e intenten
reformar la vida eclesiástica, para hacer de ella un modelo moral, más acorde con la predicación y
el mensaje de la Biblia, ante la sociedad.

Los grandes personajes que impulsan la reforma son Martín Lutero y Juan Calvino. Para los
grandes reformadores de la Iglesia es fundamental la protección de los príncipes y su ideología
política tiende a poner en su mano el poder que la Iglesia Católica les niega.

La Iglesia anglicana no es fruto de una reforma sino de un problema político: la cuestión del
divorcio de Enrique VIII. En 1534 Enrique VIII promulga el acta de supremacía, según el cual el rey
tiene poder para intervenir en los asuntos de la Iglesia, y no el papa. Las diferencias entre la Iglesia
Católica y la anglicana se producen con el tiempo, por las decisiones de distintos reyes.

La Utopía del Renacimiento

Utopía la palabra fue acuñada por Tomás Moro para describir una sociedad ideal, y por lo tanto
inexistente. Esta "república" es imaginada como mejor que las conocidas, en especial la europea
del Renacimiento, por lo cual el término puede ser interpretado como Eutopia, también derivado
del griego: significando "el buen lugar", en oposición a la distopía o "mal lugar. En un sentido
estricto, el término hace referencia a la obra homónima de Tomás Moro; De. En ella, Utopía es el
nombre dado a una isla y a la comunidad ficticia que la habita, cuya organización política,
económica y cultural contrasta en numerosos aspectos con la sociedad inglesa de la época. Con
esta obra Moro crea el género de las utopías políticas y por ello en términos más generales la
palabra «utopía» se emplea para referirse a una sociedad política ideal, con un plan, proyecto,
doctrina o sistema deseables que parecen muy difíciles de realizar, o representación imaginativa
de una sociedad futura con características favorables para la salud, el bienestar común de la
sociedad, que por lo general contiene una crítica más o menos implícita de la sociedad política
realmente existente.6 En otro sentido, se emplea el término "utópico" para referirse de modo
peyorativo a las teorías o programas políticos que se consideran irrealizables.

Durante el Renacimiento se produjo un florecimiento espectacular del género utópico. La mayoría


de los pensadores consideraba que la influencia del humanismo era la causa de este fenómeno. El
Renacimiento es una época que, además de caracterizarse por el auge espectacular de las artes y
las ciencias, destaca también por los cambios sociales y económicos. Sin embargo, estas
transformaciones no fueron igual de positivas para todos, ya que ocasionaron enormes
desigualdades entre unos miembros y otros de la sociedad.

Muchos de los pensadores de la época, conscientes de estas injusticias, pero también de la


capacidad reformadora del ser humano, reaccionaron frente a la cruda realidad de su tiempo. Esta
reacción se plasmó en la reivindicación de una racionalización de la organización social y
económica que eliminase una gran parte de estas injusticias.

De ésta creencia y confianza en que la capacidad racional puede contribuir a mejorar la sociedad y
a hacerla más perfecta, surgen los modelos utópicos renacentistas. El principal y más importante
modelo utópico de esta época es, indiscutiblemente, Utopía de Tomás Moro.
Utopía se divide en dos partes: la primera supone una aguda crítica a la sociedad de la época; la
segunda es propiamente la descripción de esa isla localizada en ningún lugar, en la que sus
habitantes han logrado construir una comunidad justa y feliz. Básicamente, el secreto de la Utopía
se debe a una organización política fundada racionalmente, en la que destaca la abolición de la
propiedad privada, considerada la causa de todos los males e injusticias sociales.

La ausencia de propiedad privada comporta que prevalezca el interés común frente a la ambición y
el interés personal que rige en las sociedades reales. En Utopía, además, impera una estricta
organización jerárquica de puestos y funciones, a los que se accede como en la república
platónica, por capacidad y méritos.

Esta estricta organización es, sin embargo, completamente compatible con la total igualdad
económica y social de los utopianos, pues todos disfrutan de los mismos bienes comunes, al
margen de su función y su tarea en la comunidad.

También pertenece al Renacimiento la comunidad ideal de Telera, dedicada a cultivar el amor


(aunque también incluye una fina sátira de la vida monástica), que brevemente presenta
François Rabiláis en su Garganta (1532). Aunque ya del S. XVII, pueden considerarse como utopías
renacentistas tardías La ciudad del Sol, del religioso italiano Tommaso Campanela, y La Nueva
Atlántida, de Francis Bacon. Esta última añade un elemento novedoso e importante, como es el
aprovechamiento de los avances científicos y técnicos que entonces empezaban a darse (y más
aún quizá, los que se esperaban para el futuro próximo), en la mejora de las condiciones de vida
de los seres humanos.

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