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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE TLAXCALA

FACULTAD DE DISEÑO, ARTE Y ARQUITECTURA

Materia:
Comunicación Oral y Escrita
TEMA:
Crítica De ¿Sueñan Los Androides Con Ovejas Eléctricas?
(Phillip K. Dick)
Critica

Para entrar en contexto debemos reconocer bajo que ambientación se encuentra la obra y
no es difícil si has tenido contacto con obras que hablen de un mundo postapocalíptico o
incluso si has visto la película te imaginas a grandes rasgos los detalles, nos situamos en un
mundo lúgubre por el resultado de la guerra, lleno de desperdicios tecnológicos por todas
partes, desolación, carencia de naturaleza y restos de viviendas destruidas, ahí entra a
escena el protagonista Rick Deckard ,es un cazador mercenario o cazarrecompensas, su
tarea consiste en retirar de la circulación a los androides rebeldes a como dé lugar, incluso
si es necesario aplicar fuerza bruta o letal para hacer su cometido, hay un modelo en
particular de androide y este es único clase que le causa problemas, es el Nexus-6 son
androides con características especiales, tiene rasgos humanos y esto imposibilita su fácil
detección.
Un concepto que debemos entender bien para entender la trama es la inteligencia
artificial, el concepto de inteligencia artificial (IA) se maneja para referirse a la capacidad
de razonar de un agente no vivo, contradice el punto esencial de la teoría de selección
natural. Hubo un informático estadounidense que planteaba la posibilidad de que las
máquinas pudiesen emular el pensamiento abstracto humano a través de redes neurales
artificiales, e incluso que desarrollasen un proceso análogo a la evolución de las cadenas
de ADN mediante algoritmos genéticos.
En esta novela, el autor realiza una interesante perspectiva entre la decadencia del ser
humano y el avance del perfeccionamiento de los androides en el mundo, gran parte de la
obra se inspira de diversos movimientos artísticos posmodernistas, nos describe a grandes
rasgos un planeta desolado por los efectos del polvo radiactivo, como consecuencia de
la Gran Guerra Terminal, que ha provocado la extinción de gran parte de las especies
animales y obliga a los escasos superviviente a emigrar hacia las colonias establecidas en
Marte y otros planetas. En este aspecto cabe recalcar la ausencia de información respecto
a las causas que originaron esta guerra nuclear, así como los países implicados o el
armamento que emplearon. Es obvio que Phillip K. Dick pretendía dar a entender que toda
la especie humana tenía el mismo grado de responsabilidad en esta situación generada
por el conflicto y sus consecuencia, se debían asumir la responsabilidad por igual. De ahí
que todo el polvo radiactivo se haya extendido proporcionalmente por toda la superficie
terrestre.
Sin embargo, la visión sombría de la historia tiende a reflejarse en su descripción de la vida
en este contexto, o más concretamente, en su emulación. A pesar del odio contra los
androides, apodados como ladillos, se mencionan una gran cantidad de elementos en la
novela que ilustran una creciente dependencia hacia ellos, como el “Órgano de Ánimos
Penfield” o la “caja de empatía de Mercer”. Es decir, el aislamiento social por todo el
contexto explicado antes se tiende a solucionar mediante la “conexión” con otras
personas a través de las máquinas.
Phillip K. Dick nos representa como una especie envidiosa de nuestra propia creación y
esto sucede cuando la creación sobrepasa al creador, esto repercute en el orgullo del ser
humano como una especie dominante y una especie que está por encima de las demás. En
realidad, deseamos asemejarnos a ellas, pero nuestra evolución nos ha limitado, pero
rechazamos un deseo a ser iguales, con objeto de establecer una distinción entre ambas,
se alude de forma constante a nuestra capacidad de empatía. Curiosamente, unos de los
fragmentos más significativos de la novela es el ensayo de “La Flauta Mágica”, cuando
Deckard es consciente de la fugacidad del legado de nuestra especie.
”Este ensayo terminará, la representación también, los cantantes morirán y finalmente la
última partitura de la música será destruida de un modo u otro, el nombre de Mozart se
desvanecerá y el polvo habrá vencido, si no es en este planeta en otro cualquiera. Sólo
podemos escapar por un rato. Y los andrillos pueden escapar de mí, y sobrevivir un rato
más. Pero los alcanzaré o los hará otro cazador de recompensas. En cierto modo
-observó-, yo soy parte del proceso de destrucción entrópica. La Rossen Association crea y
yo destruyo. O al menos, eso debe parecerles a los androides”.
Precisamente, el concepto de entropía está presente en toda la novela a través de
numerosos detalles, como el Kippel. Este término, empleado para los objetos no deseados
o inútiles que tienden a acumularse progresivamente, refleja la angustia de Deckard ante
la posibilidad de que el único recuerdo que persista de nuestra especie sea, precisamente,
aquello que pretendemos eliminar de nuestras vidas. Es decir, el progresivo avance de la
no-vida.
A pesar de esta interesante percepción distópica y el simbolismo inherente de gran parte
de sus escenas, la narración resulta un tanto confusa debido a la pretensión del autor por
emular la naturaleza onírica de sus pensamientos. Las constantes alteraciones en el ritmo
e interrupciones para expresar las reflexiones de sus personajes dificultan una constancia
en el relato.
Además, ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? es una novela compleja por la gran
cantidad de temáticas que engloba. Es decir, no existe un único argumento, sino varias
temáticas que se yuxtaponen siguiendo un nexo común.
Es posible que Phillip K. Dick quisiera ilustrar esa incapacidad para discernir entre lo que es
real y lo artificial, pero la constante alusión a nuevos conflictos sin terminar de desarrollar
los anteriores transmite la sensación de encontrarse ante una novela inconclusa.
Una percepción reafirmada por el escaso tratamiento que reciben los personajes, sobre
todo, cuando se tratan de los androides. A pesar de la intención del autor por demostrar
la capacidad de que esta forma de vida artificial pudiese, no emular, sino desarrollar
sentimientos propios. Por ejemplo, la envidia de Rachel hacia la mascota de Deckard. Sin
embargo, él mismo acaba sucumbiendo a los prejuicios de sus propios personajes,
estableciendo de nuevo una frontera insalvable entre ambos. Es decir, él mismo acaba
contradiciéndose, aunque de forma inconsciente, a través de algunos detalles en
apariencia irrelevantes para la trama principal, como la tortura de la araña.
En conclusión, ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? es un gran referente del
cyberpunk por su argumento y estética. Con todo, la obsesión de Phillip K. Dick por reflejar
la incapacidad humana de discernir entre lo real y lo artificial genera en un relato caótico,
con demasiadas pensamientos y pausas reflexivas que dificultan la lectura y empobrecen
el fin a un lector que no está acostumbrado a este tipo de obras.
Blade Runner (o ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?) es la obra y la más leída de
Philip K. Dick y uno de los puntos de referencia de la cultura cyberpunk, actualmente la
podemos ver en videojuegos como el caso de Cyberpunk 2077 y películas como Oblivion o
Total Recall. Nos muestra el futuro en el que posiblemente termine con nuestra
humanidad uniéndonos con la tecnología, no suena descabellado con lo que vemos ahora
pero nos muestra un lado perverso a lo que puede desembocar esta fusión, es una novela
de aventuras intensa, su modo de plantear la existencia de una línea que delimita lo
natural de lo artificial fue también la base de uno de los grandes hitos en la historia del
cine en manos de Ridley Scott, cineasta que llevo el libro a la pantalla grande y logro
posicionar a Blade Runner como una cinta de culto y en libro es todo un clásico de la
literatura de ciencia ficción.

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