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1 Los Derechos Culturales como parte del bloque de Derechos económicos,

sociales y culturales. 

La Cultura se encuentra consagrada en la primera parte de la Constitució n, es decir la de los


derechos humanos. Aquí es importante señ alar que en ese valioso esfuerzo de sistematizació n
de los aportes recogidos en todo el país, la Asamblea Nacional Constituyente acogió la teoría
de las tres generaciones de derechos humanos propuesta en 1979 por el jurista checo –
francés Karel Vasak. De acuerdo con esta teoría, los derechos humanos se pueden clasificar en
tres grandes grupos que coinciden con las tres palabras emblemá ticas de la Revolució n
Francesa: libertad, igualdad y fraternidad, así como con la forma como esos derechos fueron
reconocidos en diferentes momentos de la historia moderna.

El primer grupo de derechos humanos es el de los civiles y políticos y se relaciona con la


primera palabra, libertad.

El segundo grupo de derechos humanos es del de los econó micos, sociales y culturales y tiene
un origen ideoló gico emparentado con el pensamiento socialista que emergió en el siglo XIX y
se concretó en las revoluciones y constituciones de corte socialista de la primera mitad del
siglo XX, como reacció n frente al cuadro de injusticia que aparecía con la revolució n industrial
y urbana

Estos derechos, no por ser de segunda generació n, deben ser menos importantes, pues es
claro que, sin la garantía de una vida digna, es imposible la libertad soportada en la protecció n
de los derechos civiles y políticos o de primera generació n. 

La tercera generació n de derechos humanos es el grupo de los derechos colectivos o del


medio ambiente. Se relacionan con el tercer principio del lema de la Revolució n Francesa:
fraternidad que puede ampliarse al de solidaridad.

Los tres primeros capítulos de nuestra constitució n se refieren precisamente a esos tres
grupos de derechos, así: 

• Capítulo 1: Derechos fundamentales: a la vida, a la integridad personal, a la libertad, etc.


 
• Capítulo 2: Derechos sociales, econó micos y culturales: de la familia, de la mujer, de los
niñ os, del adolescente, de la tercera edad, de los disminuidos, a la seguridad social, a la salud y
el saneamiento ambiental, protecció n al menor de un añ o, a vivienda digna, a la recreació n, del
trabajador, a la capacitació n, a la negociació n colectiva de conflictos laborales, a la huelga, a la
propiedad privada, a la educació n, al fomento de la cultura y al acceso a sus bienes y servicios,
protecció n al patrimonio cultural, etc. 

• Capítulo 3: Derechos colectivos y del ambiente: a un ambiente sano, protecció n a recursos


naturales, prohibició n de armas químicas, bioló gicas y nucleares, y protecció n de la integridad
del espacio pú blico

Pero, en esa clasificació n y concretamente en el grupo de los derechos econó micos, sociales y
culturales, ¿cuá les son los llamados propiamente derechos culturales? 
Bueno, de acuerdo a Los instrumentos internacionales ratificados por Colombia estos se
agrupan en tres derechos, el derecho de la cultura: 

1. Participació n en la vida cultural. Podríamos decir desde la diversidad, dando a todas


las comunidades y a todos los individuos, la posibilidad de expresarse y aportar en la
construcció n de una memoria colectiva, así como la de participar en la dimensió n
econó mica de la cultura, en cualquiera de los eslabones de la cadena productiva de sus
bienes y servicios; 
2. Acceso. Tiene que ver con la disponibilidad y facilidad que debe existir para que todos
los miembros de la sociedad, desde la má s temprana edad, puedan disfrutar de los
bienes y servicios de la cultura y de la ciencia, sin distingo de su condició n social o
econó mica; 
3. Protecció n de la propiedad intelectual. El derecho de autor no debe reñ ir con el
derecho a la informació n y al acceso a la producció n cultural. Por el contrario, la
protecció n legal del autor, es un argumento de estímulo a la creació n y a la producció n
intelectual y científica, sin la cual no es posible la existencia del arte o la ciencia

2 El marco normativo para la protección integral de los derechos económicos,


sociales y culturales.

Remitámonos a los dos instrumentos internacionales suscritas por Colombia en este campo: el
Pacto Internacional de Derechos Econó micos, Sociales y Culturales PIDESC (1966), y el
Protocolo adicional a la Convenció n americana sobre Derechos Humanos en materia de
Derechos Econó micos, Sociales y Culturales “Protocolo de San Salvador” (1988). Los dos
instrumentos, que hacen parte del sistema de las Naciones Unidas, y del sistema de la
Organizació n de Estados Americanos, respectivamente, establecen que los Estados Partes,
entre los que se encuentra Colombia, reconocen el derecho de toda persona a: a) Participar en
la vida cultural; b) Gozar de los beneficios del progreso científico y de sus aplicaciones; y c)
Beneficiarse de la protecció n de los intereses morales y materiales que le correspondan por
razó n de las producciones científicas, literarias o artísticas de que sea autora.

Siguiendo con la Constitució n, los artículos 8°, 63 y 95, Numeral 8, consagran la protecció n del
patrimonio cultural y los bienes arqueoló gicos, como deber del Estado y los particulares; el
artículo 20, contempla la libertad de expresió n e informació n, el 27, la libertad de enseñ anza,
el 67, está dedicado al derecho a la educació n y el 61 se refiere a la protecció n de la propiedad
intelectual por parte del Estado
Finalmente, los artículos 70, sobre acceso a la cultura, 71, sobre fomento del Estado a la
actividad cultural y 72, sobre patrimonio cultural de la nació n, constituyen el cimiento sobre
el cual se ha construido la política cultural colombiana, con la Ley General de Cultura, 397 de
1997, que ademá s de crear el Ministerio de Cultura y el Sistema Nacional de Cultura,
desarrolla estos tres artículos
3 Las decisiones en protección de los derechos económicos, sociales y culturales
de las minorías proferidos por la Corte Constitucional
A MANERA DE CONCLUSIÓN
Colombia cuenta con un ordenamiento constitucional, que, en materia de reconocimiento de
los derechos culturales, responde a los avances que sobre el mismo campo se ha hecho en el
ámbito internacional. Durante los añ os siguientes a la promulgació n de la Constitució n del 91
el congreso, el gobierno nacional y las entidades territoriales, valga decir, municipios,
departamentos y distritos, han avanzado en el desarrollo de esas normas constitucionales
sobre los derechos de la cultura. No obstante, todavía debemos trabajar mucho para que
podamos decir que esos derechos reconocidos en la constitució n e internacionalmente, tienen
pleno y efectivo cumplimiento en nuestro país.

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