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Corporación universitaria
Antonio José de sucre
Corposucre
Mayo/22/2020
LOBULO PARIETAL
El lóbulo parietal, situado bajo el hueso craneal que le da nombre y entre el lóbulo frontal y el
occipital, es una de las estructuras cerebrales más importantes tanto por su tamaño por los
procesos en los que participa.
De hecho, resulta tan crucial a la hora de realizar con éxito varios procesos mentales que es
prácticamente imposible hablar sobre esta parte del cerebro como si fuese una pieza “simple”
de nuestro sistema nervioso o una estructura que realiza una única función característica.
Pero en el lóbulo parietal no solo se dan cita los datos acerca del mundo que nos rodea y de lo
que habita en él, sino también la información acerca de cómo nos relacionamos nosotros con
ese mundo en tiempo real. Por ejemplo, es en el lóbulo parietal donde se unen los datos
provenientes de los músculos del cuerpo, gracias a los cuales nos hacemos una idea sobre la
posición física y la postura en las que nos encontramos. Lo mismo ocurre con el tacto. En
definitiva, el lóbulo parietal se encarga del procesamiento somestésico, es decir, la capacidad
sensorial de reconocer las sensaciones corporales.
el lóbulo parietal trabaja junto al lóbulo frontal para ofrecer una relación acerca de cómo van
los movimientos voluntarios que estamos realizando, para poder corregirlos inmediatamente
en el caso de que se detecten imprevistos, como curiosidad en esta función se incluye la
grafestesia, que es la capacidad de reconocer letras y palabras cuando un elemento toca la piel
haciendo el recorrido de la forma de estas.
Se podría decir que alguna de las funciones más relevantes del lóbulo parietal es trabajar con
símbolos y con la aritmética y funciones matemáticas, ya que es a partir del análisis de lo que
se percibe sensorialmente como se puede imaginar una secuencia de unidades con las que
trabajar matemáticamente, al ser el lóbulo parietal un lugar en el que se mezclan muchos
procesos mentales se hace posible el pensamiento abstracto necesario para pensar en símbolos.
Dentro del lóbulo parietal existen unas estructuras muy importantes que cumplen unas
funciones específicas que van asociados con otras áreas y otras estructuras valga la redundancia
las cuales voy a mencionar muy somera mente ya que hablar de ellas de forma muy precisa es
lo más idóneo.
Giro postcentral
El giro postcentral, que es el área 3 de Brodmann, es una parte de la corteza parietal en la que
se localiza el área somatosensorial primaria. Se encarga de procesar y recibir la información
procedente de los órganos de los sentidos.
Contiene el giro postcentral, donde se encuentra la corteza primaria somatosensorial, la cual
procesa sensaciones físicas muy diversas: temperatura, tacto, posición del cuerpo en el espacio
y experiencia de dolor; reaccionando a una gran variedad de receptores específicos para cada
una de ellas.
Otras regiones importantes de este lóbulo son el giro supramarginal (que integra las
sensaciones procedentes de los distintos órganos de los sentidos, sobre todo a nivel visual y
auditivo) y el angular (relacionado con la capacidad visuoespacial y la producción del lenguaje
verbal, así como el razonamiento matemático). Se trata, por lo tanto, de un cúmulo de
estructuras que se relacionan con la integración central de la experiencia y con determinadas
dimensiones cognitivas.
En la parte medial, por último, se ubica el lóbulo paracentral posterior y el precúneo. El primero
de ellos se encarga de las aferencias y eferencias que se extienden a las extremidades inferiores,
así como del control de los esfínteres urinarios y anales (de modo que su lesión puede
comprometer todas estas áreas). El segundo, por su parte, coordina importantes procesos
cognitivos (sobre todo la memoria episódica) y contribuye asimismo a la autorreflexión y la
conciencia del individuo en su relación con el entorno.
En esta imagen podemos ver donde está el área tres de la estructura de Brodmann.
Referencias bibliográficas:
Bradford, H.F. (1988). Fundamentos de Neuroquímica. Labor.
Finlay, B.L., Darlington, R.B., Nicastro, N. (2001). Developmental structure in brain evolution.