Institución: Instituto Superior de Formación Docente Mburucuyá
Carrera: Profesorado de Educación Secundaria en Lengua
Espacio curricular: Taller de Producción y Comprensión de textos
Profesor: Lic. Luis Alfredo Correa
Alumna: Barboza, Judith Nadia Stella
Trabajo Práctico: N° 6
Tema: “El discurso argumentativo” – “Proceso de escritura”
Agregué el título. Introducción: En el siguiente ensayo argumentativo voy a tratar sobre un tema que es actualmente muy conocido por la sociedad y que ha causado un revuelo ideológico por parte de todos, que llevó a cada uno a que se manifieste a favor o contra de la misma. Estoy hablando sobre el tema “Lenguaje inclusivo”. Cabe aclarar que en lo personal estoy en contra de este tema y seguidamente voy a justificar el por qué de mi postura citando también a otras personas que piensan similar a lo que pienso sobre la temática en cuestión. Desarrollo: Como bien mencioné anteriormente el fin de este ensayo es hablar sobre el lenguaje inclusivo, la cual viene del lado del feminismo, que están en lucha para que se logre la inclusión de las palabras “todos”, “todas” y “todes”, entre otras. Mi postura es en contra porque tenemos una lengua organizada y que no es necesario distorsionarla. El femenimismo persigue esto porque consideran que se usan las palabras siempre de manera masculina, mostrando lo machista y generando una desigualdad de género por ejemplo al decir “Los argentinos” se engloba a todos los habitantes y sostienen que están excluyendo a las mujeres . No obstante a mi parecer no es así porque la lengua ya establece la manera de enunciar las palabras y no tiene ningún fin discriminatorio. La real académica había editado su primer manual de estilo en la cual está incorporado ciertos términos que está más dirigido para los escritores digitales, algunas de esas palabras son: “youtubero”, “wasap”, “tuit”, como así también el uso de los emoticones. Sin embargo la RAE ha demostrado su postura frente al lenguaje inclusivo y rechazó desde un primer momento la incorporación de el “todos”, “todas” y las variantes de la “e”, “x” y el “@”. Sostienen que el masculino puede abarcar el femenino en ciertos contextos pero eso no significa que se excluya a las mujeres. Este debate nos pone en una división de ideologías entre los habitantes, quienes mantienen sus posturas. Pero muchas veces a mí parecer y me incluyo que opinamos al respecto de acuerdo a nuestra religión ya que tenemos el debate acerca del aborto que fue iniciada por las feministas y ya cuando vemos algún proyecto proveniente de ese sector, automáticamente demostramos rechazo, pero en lo personal no estoy en contra de todas las propuestas que provengan de ese sector porque por ejemplo el de “ni una menos”, en eso si estoy de acuerdo porque no me gustaría que me sucediera algo a mí o cualquier mujer. De igual manera no hay que olvidar que también hay muchos hombres que padecen maltratos provenientes de su pareja mujer y sin embargo por ser hombre no se atreven a contar por el hecho de que sean burlados y en sí porque hay una sociedad machista que dejará en vergüenza a estos hombres que son abusados ya sea psicológicamente o físicamente. Creo que los que luchan por el lenguaje inclusivo es un capricho que tienen y quieren involucrar otras temáticas para la igualdad de género. Está bien yo soy mujer pero estoy en contra de cambiar e incluir esas palabras a nuestra lengua. Cabe destacar que a la lengua una persona no lo puede modificar de un día para otro o incluir palabras y como lo menciona Ferdinand Sausurre en lingüística general, en que la lengua es mutable porque se puede modificar un significado pero a través de una convención social, es decir, que todos los integrantes de una sociedad debe estar de acuerdo y en este tema se puede denotar que no hay un acuerdo unánime ya que cada uno tiene su punto de vista. No sé si después por mayoría se llegue a incluir los términos deseados pero ojalá que no. En principio porque no todos estamos de acuerdo y es muy dificil acostumbrarse; es más en ámbito en que se hable de esa manera y en la cual se encuentren personas que no están de acuerdo me imagino que no se sentirán cómodos. Un claro ejemplo es el acto que se realizó este año en memoria de Manuel Belgrano en la que una persona actuó de este héroe y en su dialogo mencionó la palabras “todes” que provocó un fin de desacuerdos y criticas, uno principal es la falta de respeto hacia este prócer que necesita realmente ser admirados y no ser utilizado como medio para incluir una ideología. Aparte no era necesario cambiar las palabras auténticas de este patriota. Es todo un desafío también y creo que están involucrando la lengua en una lucha de igualdad que no me parece; está bien se puede luchar la igualdad de género en cuanto a otras temáticas, como ser el trabajo que se ve en muchos ámbitos laborales que no se permiten recibir mujeres debido a la condición de género, así también el que podamos opinar frente a cualquier temáticas en la que no nos veamos discriminadas ya que desde siempre la mujer se encuentra en un nivel bajo desde el punto de vista del machismo con la frase “vos no podés”, en eso si estoy de acuerdo en que se luche pero en cuanto al lenguaje inclusivo me parece que está demás. Siguiendo esta idea, Darío Villanueva remarcó que no es necesaria una mayor igualdad entre mujeres y hombres. “El problema es confundir la gramática con el machismo”. La lengua es algo originario que se estableció en el pasado al nivel social que estaba en ese momento. Al respecto, el lingüista Santiago Kalinowski, director del departamento de investigaciones lingüísticas y filológicas de la Academia Argentina de Letras, sostiene “A lo largo de miles de años el hombre, el macho o el varón acapararon absolutamente todos los espacios, distribuyeron todos los bienes valiosos y mantuvieron un monopolio del poder en la sociedad. Eso hizo que se codificaran un masculino neutro, algo que fue el correlato gramatical de ese ordenamiento social”. Avanzando con este ensayo mencionaré que en un debate sobre el dilema lenguaje inclusivo, consistía en responder cuáles son los argumentos para cuestionar o mantener nuestra forma de hablar, en referencia al tema y uno de ellos llamado Pablo Torres, sostiene que él está consciente que existe una diferencia de género en la sociedad y que es testigo de los avances que a diario consiguen las mujeres en cuanto a la equidad y protagonismo en el escenario internacional. Sin embargo para él, el lenguaje inclusivo no termina de convencerle porque aunque considera que sí hay que mejorar nuestra forma de hablar para construir un idioma más equitativo, pero por ciertos aspectos no aprueba esta propuesta como por ejemplo, el caso de la neutralización, cuando se pretende colocar una “e” en lugar de la “o” para neutralizar el género de las palabras y se dice “arquitectes” o “maestres”, mientras otras palabras pueden considerarse neutrales como “presidente”, “gerente” o “fiscal”, no son aceptadas tampoco. Para seguir con el ejemplo anterior de Pablo Torres voy acotar que las palabras mencionadas se les proporcionan el género a partir de los artículos. Entonces quedaría así “la gerente”, “el gerente”, “la presidenta”, “el presidente”. Con respecto a esto se puede denotar que las feministas carecen de criterio y sus propuestas resultas arbitrarias y caprichosas. Para ir finalizando cabe destacar que hay otras cuestiones que son más importantes para poner en cuestión, un ejemplo a mi parecer, puede ser el tema de la adopción de un niño, que sea más rápido y gratis para aquellas madres que no puedan tener hijos y quieren adoptar. Así como ésta hay muchos temas interesantes que no favorecería a un sector sino a toda la sociedad en general y que no perjudicaría a otros. En síntesis el lenguaje inclusivo es un tema muy dificil de llegar a un acuerdo en general. Desde mi punto de vista esas palabras no lo considero palabras comunes ya que siempre me surge la idea de que ver el todes, chique, tod@s como que no están bien escritos, inclusive al escribir en la computadora no me salta como una palabra aceptable. Conclusión: En este ensayo pude inducir sobre el lenguaje inclusivo y mi postura frente al mismo. Solo queda seguir argumentando mi postura mencionando que no se debe modificar nuestra lengua. Sería una excelente decisión que se mantenga como está y de esa forma no se quedaría sin sentido nuestro lenguaje. Así como se encuentra actualmente está perfecto y ojalá que lo que están a favor puedan recapacitar y no permitir que se siga divulgando ese pedido ya que si me recibo de profesora no me veo dirigirme hacia mis alumnos con algunas de esas palabras que quieren ser incluidas. No estoy en contra en sí de las feministas porque como dije en el desarrollo hay cuestiones coherentes como la de “Ni una menos” pero no obstante el de involucrar a la gramática en la igualdad de género, no me parece lo correcto. Es más se vería muy extraño que se llegara a incluir y solo al pronunciarla no suena muy bien, seguramente por la falta de costumbre pero igual manera mantengo y mantendré mi postura en contra del lenguaje inclusivo.
Aclaración: Lo que está en color rojo es lo que corregí.
Bibliografía:
Ferdinand de Sausurre. CURSO LINGÜÍSTICA GENERAL.