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CULTIVOS PERENES

Manejo agronómico de plantación de cacao


El manejo agronómico de una plantación de cacao incluye el conjunto de prácticas que
deben efectuarse durante toda su vida útil. Una vez establecida la plantación, esto incluye
el control de malezas, fertilización, poda, regulación de sombra, manejo de insectos y
otros microrganismos benéficos, control de plagas, control de enfermedades y cosecha.
Suelo:
Los suelos recomendados para cultivar cacao deben ser planos o ligeramente inclinados,
también suavemente ondulados, los tres tipos de topografía deben ser fértiles y con muy
poca erosión. El cacao se lo cultiva hasta los 1200 msnm.
Vivero de plántulas de cacao:
El primer paso para el éxito del cultivo del cacao es la obtención de material vegetal de
calidad para sembrar árboles sanos y vigorosos, la producción de plántulas de cacao en
viveros es primordial.
métodos de propagación:
La propagación se puede realizar por medio de estacas o ramillas. Existen varios métodos
siendo el más usado el de los injertos ya que no requiere de instalaciones costosas y
permite aprovechar el material vegetativo de la “planta madre” al máximo posible.
Sustrato:
El sustrato es una mezcla de materiales que remplazan el suelo, y busca generar
condiciones para la germinación de la semilla y el adecuado desarrollo de las plantas
antes del trasplante, asegurando el buen desarrollo de la raíz pivotante que debe tener
espacio suficiente para crecer derecha sin enrollarse.
Entre los elementos que se pueden utilizar para preparar un buen sustrato están:
a. Tierra
b. Arena
c. Abono Orgánico
Preparación del terreno para la siembra:
En zonas anegadizas deben construirse drenajes principales de 80 cm de ancho y 80 cm
de profundidad para evitar excesos de humedad en la plantación, pues el cacao es una
planta muy sensible a terrenos encharcados. Los canales deben de recolectar y conducir
el exceso de agua para evitar que esta elimine la hojarasca y el horizonte del suelo que,
como medio fundamental en el desarrollo de cacaotales, se debe proteger contra los
rayos directos del sol. No es recomendable realizar labores profundas y se deben de
cortar las malas hierbas lo más bajo posible. Durante los meses de sequía es necesario
mantener la hojarasca y el sombreo para garantizar índices adecuados de humedad.
Control de maleza:
Adoptar medidas adecuadas para el control de malezas con el fin de mantener el suelo
alrededor del cacao y los árboles de sombra libres de malas hierbas. Para el control de
malezas, se pueden distinguir dos técnicas diferentes: el control mecánico (o manual) y el
control químico. Control manual/mecánico implica el uso de herramientas manuales o
mecánicas de deshierbe.
Control químico implica el uso de herbicidas por medio de pulverizadores que se aplican a
las malezas que deban ser controladas.
La limpieza manual es la más recomendable y se puede realizar con azadón, machete,
guadaña agrícola, con moto arado o cultivador. Las labores profundas no son adecuadas,
pues pueden dañar el sistema radicular. Otra forma de limpieza es mediante la aplicación
química, con este método se debe tener mucha precaución, en especial, con las plantas
que salen del vivero, pues son muy susceptibles al daño de los herbicidas. Cuando se
realicen aplicaciones de herbicidas es importante que no entren en contacto con la planta
de cacao. Por ello es común el empleo de protectores cilíndricos de plástico que protejan
a las plantas.
Riego:
Algunas plantaciones de cacao pueden requerir riego de mantenimiento o riego
suplementario durante periodos cortos de déficit hídrico. Una condición importante para el
establecimiento del cacaotal consiste en que en la zona donde se pretende sembrar no
existan periodos secos mayores a tres meses.
La cantidad de agua necesaria para ajustar el sistema depende del tipo de árbol, su grado
de desarrollo, del tipo de suelo, la duración de la estación seca, el viento, la humedad
ambiental, la cantidad de las últimas lluvias, etc. Gran parte del éxito de una huerta de
cacao se basa en un óptimo diseño del sistema de riego. Si se hace por gravedad, se
pueden corregir carencias de agua de algunas zonas de la huerta y adoptar medidas
adecuadas para que ningún rincón quede sin regar.
Fertilización:
Una excelente práctica que apoya la fertilidad del suelo en los cacaotales consiste en
mejorar y mantener el contenido de materia orgánica en el suelo a través de la aplicación
de estiércol.
Se recomienda adoptar técnicas de cultivo que reduzcan al mínimo la erosión del suelo;
por ejemplo, manteniendo el suelo bajo cobertura.
Se recomienda el uso de prácticas de manejo que minimizan la pérdida de nutrientes,
pero mantienen o mejoran el equilibrio de nutrientes en el suelo.
Se deben aplicar fertilizantes inorgánicos u orgánicos apropiados según las
recomendaciones científicas con el fin de maximizar beneficios y minimizar pérdidas. En
algunos casos se recomienda el encalado, que resulta crítico para la buena absorción de
nutrientes en suelos muy ácidos, así como, el empleo de medidas adecuadas para
reponer los nutrientes agotados en el suelo.
Podas:
La poda es la eliminación de las ramas no deseadas de un árbol de cacao. Es una
operación muy importante ya que puede afectar (positiva o negativamente) el rendimiento
durante meses e incluso años. A partir de la poda se diseña la forma y estructura del árbol
de cacao para el resto de su vida útil.
Una buena poda también puede estimular la producción de flores y, por ende, más vainas
y frutos maduros.
La poda puede realizarse correctamente utilizando herramientas como la sierra de arco,
tijeras podadoras, cuchillos de chupón y podadoras de mango largo.
Cosecha del cacao:
Los frutos o vainas deben cosecharse tan pronto estén maduros. Es esencial que los
frutos no se cosechen demasiado maduros, pues estarán propensos a infectarse con
enfermedades y los granos podrían germinar.
Es igualmente importante no cosechar frutos inmaduros, pues los granos provenientes de
las vainas inmaduras no estarán listos para la fermentación. Los granos verdes son duros,
sin mucílago y se separan fácilmente. No deben mezclares granos de frutos verdes con
granos maduros durante la fermentación.
La recolección debe llevarse a cabo utilizando herramientas y técnicas específicas. Los
agricultores siempre deben usar un gancho agudo de cacao en un palo. Tijeras de podar
pueden utilizarse para la cosecha de vainas a poca distancia.
Manejo post cosecha del cacao:
Quebrado de la mazorca:
La rotura de las mazorcas debe realizarse de tal forma que evite el daño y la
contaminación de los granos.
Una vez cosechada una cantidad suficiente de mazorcas, estas se rompen para poder
extraer los granos.
Fermentación del cacao:
La fermentación de los granos se recomienda llevar a cabo el proceso de fermentación en
pilas, en hojas de plátano o banano, o en cajas de fermentación homologadas, según la
mejor práctica recomendada para la región. Los granos frescos se introducen en las cajas
y se les “da la vuelta” una vez al día. Este proceso de dar la vuelta a los granos es de
gran importancia, ya que asegura el calentamiento uniforme de los granos, permite la
entrada de aire al fermento, disgrega los eventuales grumos e impide la formación de
moho sobre los granos.
Secado del cacao:
El secado consiste en eliminar lentamente el contenido de humedad de los granos hasta
que se alcance entre un 6% y un 7%. Valores menores provocan que el grano sea
quebradizo, lo que reduce la calidad. Si por el contrario el secado no se logra completar y
los valores de humedad exceden el 8%, se generan condiciones para el desarrollo de
mohos, además, se origina acidez en los granos y no se completa la formación del aroma
y sabor139.
Almacenamiento y selección de los granos de cacao:
La selección y el almacenaje de los granos es otra de las etapas importantes del proceso
de poscosecha, debido a que se debe evaluar y almacenar, únicamente, el cacao que
cumpla con la calidad permitida. Cuando ya es almacenado el lugar debe cumplir ciertos
requerimientos; de manera que, la calidad no vaya a ser afectada.
Manejo agronómico del cultivo de coco
Preparación del terreno:
 El terreno debe estar libe de malas hierbas, los métodos recomendados los
mecanizados por su bajo costo.
 El cocotero es sensible a largos periodos de encharcamiento, por tanto, si
tenemos una capa de suelo endurecida se recomienda un paso de subsolador
para mejorar el drenaje interior y externo del suelo.
 Ahoyado; el ahoyado depende del tipo del suelo. Si el suelo es franco las
dimensiones del hoyo serán 40 x 40 x 40 cm. A medida que el suelo se vuelve
arcilloso el tamaño aumenta. Es recomendable que el ahoyado se realice un mes
antes del trasplante. Se debe realizar un abonado de fondo, a base de materia
orgánica.
 Trasplante; se realiza al inicio de la estación lluviosa
Fertilización:
 Las cantidades de fertilizante requeridas por el cocotero están determinadas por el
nivel de producción, la edad de la planta, el contenido de nutrientes del suelo, y su
disponibilidad, el tipo de cocotero, la densidad de siembra, el tipo de riego y
fertilizante, etc.
 Por tanto, es necesario realizar un análisis de suelo o foliar para determinar las
necesidades de nutrientes.
 Los nutrientes más demandados por el cocotero son: nitrógeno fosforo, potasio,
cloro y calcio.
Riego:
 Las necesidades hídricas del cocotero dependen de varios factores como: la edad
de la planta, altura y área foliar, el clima local, tipo de suelo, método de riego,
estado nutricional, humedad del suelo, etc.
 Los métodos de riego recomendados para el cocotero son los localizados: micro
aspersión, goteo y goteo subterráneo. Si no existe limitaciones de agua se
recomienda riego por inundación parcial.
Malas hierbas en cultivo de cocotero:
 Las malas hierbas pueden ser controladas con una combinación de métodos
mecanizados y manuales, también se pueden emplear herbicidas.
 Los mejores rendimientos en producción y economía se dan con una combinación
de dos pases de rastra y una eliminación de forma manual.
Cosecha:
La cosecha es la actividad final del proceso de producción del cultivo de cocotero.
Se ha encontrado que, desde el momento de la fecundación del ovario hasta los ocho
meses, se forma el 32.1 por ciento de copra, a los nueve meses el 55.7 por ciento, a los
10 meses el 77.7 por ciento, a los 11 meses el 94.1 por ciento, momento en que el fruto
ha alcanzado su madurez fisiológica.
Los intervalos de cosecha dependerán del destino producción. Para consumo fresco de
intervalos de 2 a 3 meses y para producción de copra cada 4 meses, la colecta de frutos
caídos es mensualmente.
Transporte de frutos:
El sistema de transporte de frutos depende del volumen de estos a ser manejados y la
distancia sobre la cual este volumen puede ser transportado. En pequeñas parcelas, esto
se hace a menudo por los mismos campesinos, en parcelas más grandes, los frutos
generalmente se recogen en carretas tiradas por animales y son transportados al horno
de secado donde son cortados y drenados antes de colocarse en el horno.
Almacenamiento:
El almacenamiento antes de descascarar los frutos no es requerido de hecho, aunque los
frutos muy verdes pueden ser descascarados más fácilmente después del
almacenamiento.
Manejo agrícola de la caña de azúcar
Preparación del suelo:
Las condiciones ideales de suelo para el desarrollo y crecimiento de la caña se consiguen
mediante una arada profunda, de hasta 40 cm, preferentemente con tractor. Luego de las
operaciones de arada y rastreada se procede a la surcada con una profundidad de entre
25 a 30 cm. En el momento del laboreo, materia orgánica, en forma de estiércol o
residuos industriales, puede ser distribuida e incorporada al suelo.
Fertilización:
La fertilización se hace en dos etapas: básica y de cobertura. La fertilización básica debe
ser aplicada en el fondo del surco y mezclada con el suelo antes de la plantación.
La fertilización de cobertura es aplicada 5 a 10 cm de la hilera y luego cubierta con el
suelo. La misma debe realizarse entre el cuarto y quinto mes de plantación. Esta
fertilización es aplicada aprovechando el paso de la cultivadora en las amelgas cuando el
suelo presenta la humedad apropiada. El atraso en la fertilización de cobertura debe
evitarse debido a su efecto adverso sobre la maduración.
Control de malezas:
El control de malezas debe empezarse inmediatamente después de la plantación para
permitir que la siguiente operación sea más fácil y rápida, permitiendo a la caña germinar
en un lecho limpio. La limpieza continúa hasta que la vegetación se cierre. Cuando el
control de malezas se realiza con herbicidas, es importante hacer la aplicación
inmediatamente después de la plantación o corte de la caña y antes de que las malezas
empiecen a germinar, o durante la emergencia inicial de las mismas. Es importante
recordar que el éxito del combate químico de las malezas requiere la aplicación del
producto en las cantidades recomendadas, uniformemente distribuida, y en la época
indicada en la información técnica.
Momento apropiado para la cosecha:
El tiempo apropiado para la cosecha se determina mediante el análisis del jugo de caña.
En el campo, con la ayuda de un brixómetro o refractómetro manual, se puede hacer el
análisis del grado brix, que se realiza en tres partes de la caña: punta, medio y base. La
caña llega a su periodo óptimo de cosecha cuando la diferencia de grado brix entre las
partes es mínima y alcanzando un grado brix igual o superior a 18. En el caso de cañas
inmaduras, el grado brix en el ápice es mucho menor al del medio y base de la caña.
Corte de la caña:
 Corte de la caña por la parte inferior: este corte debe hacerse tan cerca del suelo
como sea posible ya que, por una parte, la parte inferior del tallo es la más rica en
azúcar y, por otra parte, para obtener buenos retoños deben ser eliminados los
brotes aéreos.
 Corte de la parte superior del tallo a nivel del ápice: el ápice o parte terminal es
pobre en azúcar y normalmente en una caña sana el punto de corte es el
entrenudo más elevado completamente formado, lo que corresponde
generalmente a la altura de la quinta lígula visible.
Teniendo en cuenta la presencia en la parte terminal de la caña, de azúcares
invertidos (o reductores), de compuestos nitrogenados y almidón; materias que
provocan pérdidas en la fabricación, vale más cortar un poco más abajo que un
poco más arriba del punto óptimo.
 Deshoje: el deshoje consiste en arrancar las hojas secas o verdes que quedan
adheridas a la caña. El deshoje natural es variable según las variedades, siendo
éste uno de las características buscadas en la selección.
Manejo agronómico de los cítricos
Vivero:
El trasplante generalmente se realiza en bolsas de plástico negro, llenas con una mezcla
de suelo con algún material que mejore la textura y estructura del suelo, por ejemplo, el
guano de corral o gallinaza, musgo o helechos. Se recomienda agregarle un fertilizante
con alto contenido de fósforo. Para reducir los problemas de malezas, plagas y
enfermedades es conveniente desinfectar la mezcla del suelo con un producto fumigante
del suelo autorizado, con la debida anticipación, antes de realizar el trasplante. El riego al
momento del trasplante es sumamente importante aun cuando el suelo esté ligeramente
húmedo. Cuando el brote del injerto tiene alrededor de 50 cm de altura, puede ser
trasplantado al campo definitivo.
Preparación del suelo:
Una buena plantación comienza con una adecuada preparación de suelo, que es
fundamental para las restantes operaciones, la longevidad y buena producción de los
cítricos. En terrenos que ya fueron utilizados anteriormente para otro cultivo, una arada
seguida de rastreada es suficiente. Si el análisis de suelo determina la necesidad de
realizar encalado, la mitad de la cal agrícola se debe aplicar antes de la arada y la otra
mitad antes de la rastreada, incorporándola profundamente con las respectivas
operaciones. En suelos compactados es necesario realizar el subsolado para mejorar las
condiciones de drenaje, aireación y capacidad de almacenamiento de agua en el suelo.
Esta operación facilita la instalación del sistema radicular de las plantas. Seguidamente se
procede a la preparación de hoyos de 40 cm. de boca y 40 cm. de profundidad. En caso
de que el análisis de suelo demuestre la necesidad de aplicar fertilizantes químicos,
calcáreo y estiércol, estos se deben mezclar bien con el suelo y posteriormente debe ser
cerrado y colocada una estaca en el centro para su localización. El estiércol utilizado debe
estar bien descompuesto para facilitar el desarrollo posterior de las raíces.
Plantación:
Los cítricos pueden ser plantados en cualquier época del año, en función a la
disponibilidad de plantas y desde que se tenga capacidad de riego. Pero el periodo más
aconsejable es al inicio de la estación de lluvia, ocasión en que se disminuye mucho la
necesidad de riego, el periodo más crítico normalmente es el invierno, sin embargo, con
las variaciones del clima se debe tener cuidado con las heladas.
Riego:
En las zonas con un período seco mayor de tres meses al año, es necesario la aplicación
de riego para lograr altos rendimientos y evitar la muerte de los árboles, especialmente
durante los primeros años. La aplicación de riego por gravedad es el método más barato,
aunque requiere de un mayor volumen de agua.
En los lugares en que el agua es escasa durante la época seca, el riego por goteo es el
método ideal, aunque es más caro.
La cantidad de agua requerida y el intervalo de aplicación depende de varios factores
como: tamaño de la plantación, el clima del lugar y textura del suelo.
Fertilización:
Normalmente los suelos de una huerta citrícola se empobrecen cada año y los
rendimientos cada vez son menores. La fertilización es una práctica cuya función es
suplementar los requerimientos nutrimentales de los árboles y que no se encuentran
disponibles en el terreno en forma natural. Un árbol requiere de nitrógeno, fósforo, potasio
y elementos menores para sus funciones fisiológicas. Su disponibilidad en cantidad y
oportunidad se reflejarán en un buen desarrollo de los árboles jóvenes, y un alto
rendimiento y calidad de fruta en árboles en producción.
Un programa exitoso de fertilización se basa en resultados del análisis de suelo y follaje,
ya que existen muchos factores que tienen influencia sobre los niveles de fertilidad de
cada huerta en particular. Si no se dispone de estos análisis, la información siguiente
representa una buena referencia para este fin.
Cosecha:
predomina en los huertos citrícolas, y su madurez comercial indicada por la relación de
sólidos/ácidos de 8.5/1 los alcanza entre los meses de enero a febrero. En este período
se obtiene el mayor rendimiento, la mejor calidad comercial para consumo en fresco, pero
de menor precio en el mercado. La fruta cosechada en noviembre y diciembre,
normalmente es más ácida y con menos cantidad de jugo; mientras que la de abril o mayo
rinde menos y pueden inducir a la alternancia en la producción, pero alcanza mayor
cantidad de azúcares y mejor precio en el mercado.
Manejo poscosecha:
La fruta cosechada idealmente puede ser sometida a un proceso de lavado y clasificación,
que en muchas regiones se realizan con máquinas modernas especialmente fabricadas
para los cítricos.
Algunos productores limpian y clasifican sus naranjas, obteniendo en todos los casos
ganancias muy superiores a aquellos que comercializan a granel a los acopiadores.
CULTIVOS CÍCLICOS
Manejo agronómico del maíz
Preparación del suelo:
La labranza mínima es un método beneficioso para agricultores que tienen terrenos
inclinados o con buen drenaje, ya que disminuye la erosión; también permite una mayor
retención de humedad al no remover ni exponer el suelo a la acción del viento.
Si la preparación del suelo es mecanizada, es conveniente realizar un paso de arado, dos
o tres pasos de rastra y si fuera posible, realizar una nivelación del suelo. Las rastreadas
se pueden hacer a 15 o 20 cm de profundidad dependiendo del tipo del suelo; el último
paso de rastra es recomendable hacerlo antes de la siembra.
Siembra:
La siembra se puede hacer con tracción mecánica o animal, puede hacerse a "chorrillo"
con el uso sembradoras mecánicas, la cual debe ajustarse para tirar un grano cada 25
centímetros y así se logra una población de 55 mil plantas por hectárea. Sin embargo, es
preferible usar una sembradora de precisión que permita una siembra uniforme ajustada
para una población de 55 a 70 mil plantas por hectárea. Para el caso de siembra bajo el
sistema de cero labranza y de conservación, es necesario usar las sembradoras
especiales para ello. En siembras de temporal es necesario orientar el trazo de los surcos
en sentido perpendicular a la pendiente, para minimizar el arrastre del suelo por efecto de
la lluvia.
Riego:
En siembras de otoño-invierno se debe dar un riego de presiembra, si es que no hay
humedad residual suficiente y dos o tres de auxilio, dependiendo del tipo del suelo;
procurar dar los riegos en etapas críticas como diferenciación floral, floración y llenado de
grano.
Para siembras de primavera se sugiere dar un riego de presiembra y tres o cuatro de
auxilio, de acuerdo con las consideraciones anteriores.
Fertilización:
El maíz es muy exigente en elementos nutritivos, comparado con otros cultivos, por lo que
en un plan de fertilización se debe tomar en cuenta los resultados del análisis químico del
suelo y su recomendación, esto le garantiza suplir de los elementos nutritivos necesarios
a la planta y evitar gastos innecesarios.
El método de aplicación del fertilizante más recomendable es por postura e incorporado;
aunque existen otros, tales como: postura superficial y en banda. Es importante tomar en
cuenta que para que un fertilizante ejerza su acción, es indispensable que exista buena
humedad en el suelo.
Control de malezas:
Mecánico:
Consiste en realizar labores manualmente (con cuma, azadón) o mecanizada (con
cultivadora adaptada a un tractor), dependiendo del tipo de terreno.
Si las malezas se combaten mecánicamente, se deben efectuar dos limpias durante los
primeros 30 días de crecimiento del cultivo, en forma superficial, sin dañar el sistema
radicular del cultivo.
Químico:
Consiste en aplicar herbicidas solos o mezclados inmediatamente después de la siembra
(pre siembra) o posemergencia, cuando las malezas tengan dos o tres hojas. Este control
tiene la ventaja de evitar daños al sistema radicular de las plantas.
Control de plagas
El manejo plagas es el trabajo agrícola que utiliza técnicas y métodos apropiados para el
control de plagas, manteniéndolas en niveles inferiores a los que causan daño económico.
La plaga es fácil de manejar en el cultivo de maíz, donde puede poner en práctica
diferentes tipos de control; Control cultural, control filogénico, control biológico, control
químico.
Cosecha:
Generalmente se hace mecánicamente, aunque en algunos lugares se hace manual. Para
siembras de temporal la cosecha se realiza del 15 de noviembre al 20 de diciembre; en
condiciones más calientes, como en la costa, se realiza más temprano y viceversa. Para
siembras de otoño-invierno se efectúa a partir del 16 de al 30 de abril. Para siembras de
Primavera; la cosecha se puede realizar antes de que se inicien las lluvias. La cosecha se
debe hacer cuando el grano tenga menos del 18 por ciento de humedad, o el grano truene
al quebrarse con los dientes, a fin de reducir las pérdidas por castigos en la entrega por
exceso de humedad y que también ocasionan pudriciones en el almacenaje.
Almacenamiento:
Las construcciones adecuadas para el almacenamiento, así como el control de insectos
que atacan el grano almacenado son prácticas deseables y necesarias para que el
productor tenga asegurada su cosecha. Las evaluaciones hechas por el Proyecto
Regional de Reducción de Pérdidas Poscosecha en diferentes zonas de Honduras,
muestran que se pierde alrededor del 10% del grano almacenado en la troja tradicional.
Un mal almacenamiento del grano provoca pérdida de peso, calidad, capacidad
alimentaría y consecuentemente reducción de ingresos, Estas razones son reales por lo
que hay necesidad da familiarizarse con el secado y almacenamiento del grano,
especialmente cuando se trata de pequeños productores que producen para subsistencia,
aunque no menos importante es para el mediano y grande productor que almacena su
maíz para venderlo después de un tiempo. Es muy importante para que consultores
individuales y empresas de asistencia técnica, se ocupen seriamente de mejorar el
almacenamiento de granos básicos, específicamente del grano de maíz.
Manejo agrícola del arroz
Preparación de la tierra en el cultivo de arroz:
En el cultivo del arroz, la preparación del terreno se puede realizar en seco o en húmedo.
La preparación en seco, es similar a la que se realiza para cultivo de cereales, y que
incluye operaciones preliminares, labranza primaria y labranza secundaria.
Las operaciones preliminares comprenden el corte y picado de los residuos del cultivo
anterior y de las malezas, con una chapeadora o un paso de rastra superficial para
incorporar al suelo los residuos vegetales. Esta operación se realiza alrededor de dos
meses antes de la siembra del cultivo, para dar tiempo a la descomposición del material
incorporado.
Posteriormente se realiza la labranza primaria, que consiste en un barbecho con el arado
de discos o de vertedera en suelos profundos. Los suelos deben barbecharse a una
profundidad de 20 a 30 cm. En suelos poco profundos con capa arable muy delgada, se
sugiere sustituir el barbecho por una rastra pesada.
Dos semanas después del barbecho, se realiza la labranza secundaria mediante el paso
de una rastra semipesada, con la finalidad de desmoronar los terrones que se formaron
con la labranza primaria y facilitar la siembra. Generalmente, se realizan dos pasos de
rastra, el segundo en sentido perpendicular al primero.
Es conveniente emparejar o nivelar el terreno para evitar encharcamientos y el arrastre de
la semilla de las partes altas a las partes bajas del terreno, por escurrimientos que pueden
ocurrir después de una lluvia intensa.
La preparación de terrenos en húmedo, conocida como “fangueo”, puede ser ventajosa
cuando el exceso de lluvias no permite preparar el suelo en seco. El fangueo se
recomienda en suelos pesados donde es posible mantener el suelo en suspensión y se
puede formar el fango.
La preparación del terreno en húmedo incluye las siguientes operaciones: aradura básica,
enlodamiento de la tierra, endurecimiento de la capa inferior y nivelación del microrelieve
de la superficie. Si el suelo no está muy duro, se barbecha en seco con arado
convencional; de lo contrario, se riega el suelo antes de arar para humedecerlo. En suelos
inundables, el fangueo se inicia una vez que las lluvias hayan acumulado una lámina de
agua en el terreno. Para realizar esta labor, se utiliza el arado rotatorio o “rotatiller”, el cual
se monta sobre el enganche de tres puntos del tractor y se acopla a la toma de fuerza. El
terreno se mantiene con una lámina de agua de aproximadamente 10 cm sobre la
superficie del suelo al momento de la arada, para que el lodo no se adhiera al arado
rotatorio. Después de la primera arada, se reduce la lámina de agua a 2 cm durante siete
días, a fin de que las malezas germinen y se puedan eliminar con la segunda arada.
Después del fangueo y de la formación de una capa dura debajo del lodo, se debe de
verificar nuevamente el nivel del terreno y se lleva el lodo de las partes altas a las partes
bajas, utilizando la cuchilla o pala trasera del tractor y el rastrillo. Con el fangueo se
eliminan la mayoría de las malezas que hubieran afectado al cultivo.
Siembra:
La siembra del arroz en los sistemas de producción mecanizados, en seco o en húmedo,
puede efectuarse en forma directa al “voleo” o en surcos. En las siembras al voleo la
semilla se esparce de manera uniforme sobre el terreno, tanto en forma manual, como
con una sembradora centrífuga tipo ciclón acoplada a la toma de fuerza de un tractor, o
bien con avión.
La siembra en hileras se efectúa con sembradoras de grano pequeño y es necesario que
el terreno esté seco y bien mullido. Este método ofrece la ventaja de que el fertilizante se
puede aplicar durante la siembra.
Riego:
Generalmente el arroz de secano, suele ser mucho menos productivo que el arroz
cultivado con riego, especialmente en los años de poca lluvia. El riego para que sea
efectivo en la productividad del cultivo, implica no solamente aplicar un suministro
adecuado y controlado de agua de buena calidad, sino que también de un desagüe
eficiente cuando haya agua en exceso o drenar el terreno para efectuar algunas labores
agrícolas como la preparación de tierras o la cosecha de la plantación.
Control de malezas:
Para expresar su máximo potencial de rendimiento, el arroz de temporal requiere de un
período de limpieza inicial de al menos 30 días posteriores a su emergencia, por lo tanto,
si se pretende aplicar algún herbicida, este debe utilizarse antes del período en que
comienza la competencia y su control debe abarcar al menos los 30 días iniciales del
cultivo.
Control manual. En superficies pequeñas, el control manual puede utilizarse como
complemento al control químico, para eliminar malezas de gran tamaño que por alguna
razón escaparon a la acción de los herbicidas.
Control químico. Por su efectividad y facilidad de aplicación, el uso de productos químicos
es el método más utilizado para el control de malezas en el cultivo del arroz. El control
químico está basado en el empleo de herbicidas selectivos, que prácticamente inhiben a
las malezas sin causar daños al cultivo, o bien éste es mínimo o tolerable por el cultivo y
no afecta el rendimiento de grano. Estos herbicidas pueden aplicarse en preemergencia o
posemergencia.
Fertilización:
El desconocimiento de la fertilidad del suelo y el estado nutricional del cultivo de arroz, no
permite optimizar el aprovechamiento del potencial productivo que ofrece el cultivo. El
efecto de una nutrición adecuada en el cultivo de arroz, es muy conveniente, pues
además de asegurar una buena productividad del cultivo, también favorece otros
aspectos, por ejemplo: las plantas resisten mejor el ataque de plagas y enfermedades,
debido a que las plantas crecen vigorosas.
En la actualidad la fertilización con máquinas integrales es más factible desde el punto de
vista tecnológico y económico, comparándola con las fertilizadoras que están introducidas
del tipo semiremolcada de neumáticos.
También estas fertilizadoras integrales se pueden usar para la siembra a voleo y entonces
estas máquinas se amortizarían más rápido. Dichas siembras a voleo pueden realizarse
con las Fertilizadoras centrífugas integrales, que para evitar la oxidación deben tener la
tolva plástica con los costados inclinados. Con estas máquinas se pueden dar las
pasadas necesarias para la incorporación de los fertilizantes y las semillas sobre el
terreno seco o con lámina de agua cuando se dispone de estos productos.
Cosecha:
El momento de la cosecha del arroz varía en función del destino de la producción:
consumo del grano, o su uso como semilla.
La cosecha del arroz se puede realizar en forma manual y mecanizada, dependiendo de
la superficie de arroz a cosechar. En áreas pequeñas la cosecha se puede realizar en
forma manual.
La cosecha mecanizada se realiza con máquinas cosechadoras o combinadas, con las
que se reduce el tiempo, el esfuerzo requerido y el costo de la cosecha. Se sugiere sobre
todo en el caso de cosechar lotes de producción de semilla, realizar una limpieza
exhaustiva de la cosechadora antes de utilizarla.

Manejo agrícola del cultivo de sorgo


Preparación del suelo para la siembra:
Chapoda: consiste en eliminar las malezas en forma manual, mecánica o química, 8 a 15
días antes de la siembra, dependiendo del tipo y desarrollo de las malezas, así como de
las condiciones topográficas del suelo.
Rastreado: esta actividad permitirá dejar el suelo suelto para favorecer la germinación de
la semilla y la emergencia de la plántula. Dependiendo del estado del terreno, se darán de
2 a 3 pasos de rastra.
Surcado: debe tener una profundidad de 10 a 15 cm para la germinación de la semilla y
favorecer el drenaje.
Se recomienda realizar un pasado de arado (cada 2 o 3 años) para evitar la compactación
del suelo.
En terrenos con pendientes mayores al 15% se debe implementar la labranza mínima o
cero labranza, la cama de siembra debe estar libre de malezas lo cual puede hacerse con
productos químicos o manualmente.
Manejo del cultivo de sorgo
Preparación del terreno agrícola:
La preparación del terreno para las siembras de sorgo, consiste en efectuar una limpia del
terreno, un barbecho y dos o tres rastreos cruzados, según sea el contenido de humedad
y tipo de suelo. En el último rastreo conviene adicionar atrás de la rastra un tablón, con la
finalidad de sellar bien el terreno y evitar el escape de la humedad del suelo. Para
siembras de temporal se realiza antes de las lluvias de abril a mayo, iniciando con una
limpia de terreno, después un barbecho y dos rastreos cruzados.
Siembra:
Siembre en surcos de 60 a 70 centímetros de separación y deposite la semilla a "chorrillo"
en el fondo del surco a 4 o 5 centímetros de profundidad. La siembra se realiza
principalmente con tracción mecánica e incluso con tracción animal.
Riego:
En siembras de humedad residual con riego, se sugiere sembrar con la humedad residual
disponible de acuerdo al tipo de suelo. En segunda instancia, aplicar dos riegos
(presiembra y uno de auxilio) con una lámina de riego de 8 a 10 centímetros cada uno, de
preferencia con agua rodada.
El riego de auxilio debe aplicarse en la etapa de embuche (45-50 días después de la
siembra), debido a la altura de la planta debe hacerse con agua rodada, por lo que la
nivelación previa del terreno es importante. En caso necesario se sugiere aplicar un
segundo riego de auxilio, en la etapa de formación de grano (15 a 20 días después del
primer riego de auxilio).
En siembras de primavera se sugiere utilizar riegos con agua rodada, procurando aplicar
un riego de presiembra y tres riegos de auxilio con 8 o 10 centímetros de lámina de riego
cada uno.

Fertilización:
Dada la gran variación de los suelos en cuanto a su fertilidad natural, coloración, etc., se
sugieren diferentes dosis de fertilización de acuerdo a cada sistema de producción.
La fertilización se realiza junto con el aporque, el cual se realiza amontonando la tierra
alrededor de la base de la planta y así promover el desarrollo de raíces fuerte.
Control de malezas:
Es necesario mantener el terreno libre de malas hierbas durante los primeros 40 días,
para lo cual se efectúan, uno o dos pasos de cultivadora y se complementan con limpias
manuales, de acuerdo a la cantidad de maleza que se encuentren en el terreno. Otra
forma de control de las malas hierbas es por medio de productos químicos
Cosecha:
La cosecha del sorgo puede hacerse cuando el grano alcanza la madurez fisiológica,
aproximadamente noventa días después de la germinación. En este momento los granos
tienen entre 25 y 30% de humedad; sin embargo, si no se cuenta con la infraestructura
adecuada para el secado, lo más aconsejable es cosechar cuando el grano tiene entre 15
y 18% de humedad. Para esto se debe procurar hacer la siembra en la fecha
recomendada, de tal forma que la cosecha coincida con el mes más seco de la temporada
y además se evita que se desarrollen enfermedades de la panoja, que pueden llegar a
afectar la calidad del grano.
Normalmente la cosecha se hace en forma mecanizada, con el uso de máquinas
combinadas.
El grano de sorgo se puede almacenar con 11 a 13% de humedad, pero si la aireación es
apropiada se puede almacenar en forma segura con un contenido de humedad del grano
superior, alrededor del 15%.
Manejo agrícola del cultivo de frijol
Preparación del suelo:
Mediante una preparación adecuada del suelo se puede mejorar la producción del frijol, y
reducir la presencia de plagas y enfermedades
Para la preparación del terreno se recomienda:
• Incorporar los rastrojos, si en el cultivo anterior hubo poca o ninguna presencia de
enfermedades y plagas.
• Eliminar los rastrojos mediante quema, o rotar cultivos o buscar otro sitio, si en el cultivo
anterior se presentaron muchas enfermedades y plagas, las cuales pueden permanecer
en el suelo hasta tres años.
La preparación del terreno se inicia con un pase de arado a una profundidad de 20 a 30
cm, seguido de dos pases de rastra, para obtener un suelo sin terrones y lograr suelos
sueltos que ofrecen condiciones favorables para el establecimiento y desarrollo del
cultivo.
Si el terreno es de ladera, la siembra debe hacerse siguiendo las curvas de nivel
(perpendicular a la pendiente) para reducir la pérdida de suelo y lavado de sus nutrientes.
Para incrementar la productividad de frijol y otros cultivos, y conservar el suelo y agua, se
recomienda el empleo de zanjas o acequias de ladera y la labranza mínima continua.
Siembra:
Siembra mecanizada:
Después de la preparación convencional del terreno, con la arada y dos pasadas se
rastra, la siembra se puede efectuar sobre lomillos o en plano.
La siembra se puede realizar con sembradoras de granos como la de maíz o con la de
chorro o sembradora de arroz que es la más usada. La sembradora debe graduarse para
que tire de quince a dieciséis semillas por metro lineal y se recomienda una distancia
entre surcos de 53 cm. La población debe ser uniforme y alcanzar un promedio entre
250.000 a 280.000 plantas por hectárea. Se necesitan entre 40 a 46 kg/ha de semilla.
Siembra en mínima labranza:
Este sistema de siembra considera la aplicación de herbicida glifosato, preparación y
siembra con un equipo de mínima labranza de cuatro cuerpos pegada a los tres puntos de
un tractor. Uno de los más importantes beneficios es el ahorro de mano de obra para las
labores de siembra y fertilización, ya que no requiere de equipos pesados como rastra y
arado. La siembra en mínima labranza es una excelente alternativa cuando las
condiciones climáticas limitan el tiempo para realizar las labores convencionales de
preparación del suelo (rastreada, arada y afinada). La cobertura favorece la conservación
de los suelos, disminuye el salpique, pérdida de nutrimentos, reduce la presencia de
malezas y la incidencia de enfermedades.
Siembra con arados manuales:
en terreno preparado, ya sea en plano o en lomillos, se abre el surco de siembra por
medio de arados manuales (surcadores) o azadones. Seguidamente, en el fondo del
surco se coloca el fertilizante y el insecticida granulado y después de taparlos ligeramente
se colocan a chorro, entre quince a dieciséis semillas por metro lineal a una distancia
entre surcos de 50 cm; se obtiene una población de 250.000 plantas/ha y se utilizan 40-46
kg/ha de semilla.
Fertilización:
El nitrógeno es un elemento muy importante en el cultivo de frijol, pero como el cultivo es
capaz de tomarlo del aire mediante los nódulos en su raíz. También necesita cantidades
pequeñas de fósforo; sin embargo, este elemento, en la mayoría de los casos, no se
encuentra disponible en el suelo. El cultivo tiene necesidades grandes de potasio y calcio
y requiere de una relación K:la de 15:1 en la parte apical. Estos elementos y otros se
pueden suplir por medio del abonamiento con fórmulas comerciales.
La fertilización se efectúa en la siembra y en el fondo del surco, con base en el nivel de
fertilidad, determinado mediante un análisis previo del suelo.
Manejo de malezas:
La mejor estrategia de manejo de malezas es aquella que involucra o integra diferentes
métodos de combate y se complementa con un buen manejo del cultivo en aspectos
como: semilla de calidad, siembra en la época oportuna, fertilización adecuada, drenaje
del suelo, combate de insectos plagas y enfermedades. Poco se logrará con un excelente
control de las malezas si tenemos un cultivo débil o enfermo. El manejo adecuado de la
distancia de siembra es importante, ya que permite que el cultivo "cierre" dentro del
periodo crítico de competencia de malezas. Con respecto al control mecánico, en áreas
pequeñas se pueden utilizar las deshierbas manuales, mientras que en siembras
extensas y mecanizadas resulta más adecuado el uso de cultivadores tirados por tractor.
En este último caso conviene utilizarlos cuando las malezas están pequeñas,
preferiblemente de dos a cinco hojas.
El uso de herbicidas es otra opción que si se emplea correctamente puede ser de gran
beneficio en el combate de malezas, especialmente útil en áreas extensas y donde hay
poca mano de obra, ·dada la rapidez con que pueden ser tratadas grandes áreas de
siembra. Debido a que existen herbicidas que controlan solo ciertos tipos de malezas.
Cosecha:
El frijol se arranca una vez que sus vainas alcancen su madurez fisiológica y se amontona
cuando se han secado totalmente.
Una vez amontonado es cubierto con un plástico transparente, este acelera el secado por
el sol y protege la cosecha de las lluvias. Se debe dejar un espacio entre el suelo y el
plástico que sirva como ventilación.
Luego se aporrea o trilla a mano o mecánicamente, utilizando por lo general un chapulín
con la respectiva máquina desgranadora.
Manejo poscosecha:
El almacenamiento de frijol se recomienda hacerlo cuando el grano tiene un porcentaje de
humedad entre 12 y 14%. Una forma práctica cuando no se cuenta con el equipo para
medir esta característica, es morder el grano, y si presenta una textura dura y quebradiza,
es que tiene la humedad adecuada para almacenarlo.
El almacenamiento del grano, debe hacerse en lugares limpios, aireados y libres de
plagas, debiendo aplicar productos químicos específicos para evitar el daño de plagas del
almacén.

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