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2ª parte.

Interpretación:
El problema que plantea Platón en este texto es la compleja explicación que requiere
la idea de alma. Para resolverlo se apoya en la alegoría del carro alado e indica que el
alma es como un auriga que conduce un carro tirado por dos caballos. Uno de los
caballos es bueno, representa la parte noble y racional del alma; el otro caballo es
arrastrado por el movimiento y representa las pasiones del alma. El trabajo de este
Auriga es dirigir el carro (alma), pero este es un trabajo difícil. La fuerza del ala consiste
en llevar hacia arriba lo pesado, elevándose hacia el lugar se encuentra lo divino, es
decir, el mundo de las ideas - o mundo inteligible- el cual no es posible apreciar con
los sentidos.
Relevancia de este texto en otros pensadores:
Platón fue el primero que quiso demostrar el carácter inmaterial del alma como
garantía de su inmortalidad; según él existe una unión entre el alma y el cuerpo;
articulada en funciones diversas.
Para Aristóteles el alma no puede subsistir sin un cuerpo. En pocas palabras el alma no
es esa exiliada de que habla Platón, encerrada en un cuerpo con la nostalgia de
despojarse para siempre de él; es ella la que asegura la armonía funcional de las
funciones vitales.
En la edad Media, la concepción Platónica sobre la existencia de los dos mundos, la
inmortalidad y purificación del alma, se pone de manifiesto a través de San Agustín. No
obstante, la doctrina cristiana obliga a Agustín a desviarse de la doctrina platónica en
varios puntos: Las almas han sido creadas como todas las demás cosas, por lo que no
pueden existir desde siempre. La transmigración y la anamnesis de las almas no es
posible.
Descartes, al igual que Platón, hace referencia a la idea de alma en su obra. Según él, el
ser humano es un compuesto irreductible de cuerpo y alma, dos tipos de sustancias de
naturaleza opuesta, distintas e independientes. De este modo, con el racionalismo de
cartesiano el alma deja de ser principio vital, aunque continúa siendo, como sustancia,
principio de conocimiento, y sigue gozando de los atributos de simplicidad e
inmaterialidad, representando finalmente la identidad personal.
Por otro lado, David Hume, habiendo rechazado la validez de la idea de sustancia
defendida por el racionalismo, se pregunta si existe una impresión de la que podamos
extraer la idea de alma y concluye que no existen impresiones constantes e invariables
entre nuestras percepciones de las que podamos extraer tal idea. En esta misma línea,
Kant llega a la conclusión de que no podemos tener un conocimiento científico de la
idea de alma, no obstante, Kant expone que que tenemos otra experiencia que puede
vincularnos con lo metafísico: la experiencia moral.
Crítica:
En este texto Platón articula una perfecta explicación del alma a través del mito del
carro alado y que, a su vez, vincula con la existencia de dos mundos: sensible e
inteligible. A pesar de la importantísima teoría que Platón elabora en su época,
considero que el alma, en realidad, es algo inexistente. Se trata simplemente de una
interpretación humana acerca de que hay vida más allá de la muerte y esto es algo con
lo que no estoy de acuerdo. Esta idea de que hay dos mundos, uno que percibimos por
los sentidos, en el cual nos encontramos durante nuestra vida; y otro que alcanza
nuestra alma cuando muere, que es el de las ideas, es una creación ilusoria que se
escapa de toda teoría científica y que es, más bien, un artificio cargado de religiosidad.
No creo que debamos basar nuestra vida en una serie de objetivos que hay que
cumplir para que nuestra alma se libere del cuerpo, ya que no hay pruebas de que ese
supuesto mundo exista, puesto que nadie ha podido dar testimonio de ello.
En lo que sí coincido con Platón, es que hay que cultivar la mente para alcanzar la
bondad, la justicia y la sabiduría plena y trasladarla al conjunto de la sociedad.

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