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´´El barrio que las Madres de Plaza de Mayo construyen en

Ciudad Oculta´´

Es un complejo de 36 viviendas que se llevó a cabo a través de un


acuerdo con el Ministerio de Derechos Humanos y Sociales del
gobierno porteño. Trabajaron 80 personas; la mitad, mujeres.

Un complejo de 36 viviendas se construyó en la Ciudad Oculta, la


villa 15 de Lugano. El proyecto se realizó a un costado del hospital
de tuberculosos que Perón nunca llegó a inaugurar –lo impidió el
golpe de Estado de 1955–, y desde entonces está abandonado. Los vecinos llaman el “Elefante Blanco” a
la gigantesca mole de cemento que se vislumbra desde varias cuadras a la redonda.

No por casualidad este barrio humilde lleno de casillas y pasillos, con años de militancia y trabajo social,
es llamado de esa forma. Posteriormente llamado ´´Ciudad Luz”. En 2007, la Asociación Madres de Plaza
de Mayo comenzó la construcción de esas 36 casas gracias a un acuerdo con el Ministerio de Derechos
Humanos y Sociales del gobierno porteño.

Las viviendas tendrían 60 metros cuadrados con planta baja y dos pisos. Según maquetas y planos, cada
unidad dispone de living, dos baños y tres dormitorios. Pero lo más novedoso de todo el método de
construcción. Las paredes no llevan ladrillos ni necesitan cimientos: se levantan a partir de paneles de
telgopor envueltos en una doble malla de acero a los que se les proyecta concreto con un compresor y
una pistola especial. El sistema fue creado por la compañía italiana Emme Due, en la Argentina lo
representaba hasta ese entonces sólo en la empresa Cassaforma. “La pistola dispara el concreto a alta
presión y poca humedad, después se aplica con un fratacho. El resultado es una pared de catorce
centímetros de ancho, ignífuga, térmica e indestructible. No lleva encofrado y es mucho mejor que un
ladrillo de treinta centímetros”, contaba el uruguayo Juan Carlos de los Santos, uno de los responsables
de la obra.

Avalado por el Programa de Emergencia Habitacional, el proyecto se inauguró el 16 de octubre del 2007.
Comenzó a avanzar con bastante urgencia porque se habían quemado 29 casas y muchas familias no
tenían dónde vivir. En los primeros días se fijaron los paneles de telgopor cubiertos por mallas de metal.
Los vecinos miraban al obrador y las planchas blancas de poliestireno se movían al compás del viento.
Parecían muy frágiles y nadie les tenía confianza. Las desconfianzas se terminaron luego de que los
trabajadores –unos ochenta, la mitad mujeres, casi todos vecinos de Ciudad Oculta y miembros de
organizaciones sociales– cubrieran todo el telgopor con una espesa capa de concreto. La estructura
comenzó a tener la apariencia de una edificación tradicional. A simple vista tiene la forma de un
pequeño monoblock, aunque más habitable y con aire libre alrededor. Los trabajos comenzaron el 16 de
octubre. Supervisados por De los Santos y los ingenieros Diego Zaina y Juan Minghetti, docentes de la
Universidad de las Madres, los flamantes albañiles empezaron a fijar paneles, atar mallas y apuntalar
vigas. Entonces quedó a la vista el contenido social del proyecto. De los ochenta obreros y obreras,
muchos eran desocupados y hasta hace poco sobrevivían juntando cartones. “Vivo en el barrio desde los
cuatro, al lado del Elefante Blanco. Ahí tenemos el comedor de la CTA Desde Abajo. Antes trabajaba de
limpieza en casas de familia”, dice Graciela Leiva, 42 años. “No hay que picar paredes. Con una pistolita
ya está”, se asombraba Félix Narváez, de 38. “Se me facilita mucho el trabajo”, aseguraba Daniel Lasarte,
también de 38. Todos llevan uniforme de trabajo azul, casco de protección y guantes. La jornada laboral
tenía dos turnos, 7 a 12 y 13 a 17, más sábados de 7 a 14.
“Acá hay muy buena onda, la gente quiere cambiar su vida. Es la mejor gente con la que trabajé en mi
vida”, cuenta Claudia Sobrero, 44. En esas construcciones se dictaban cursos de Derechos Humanos,
Productividad y Seguridad Laboral. El proyecto no había tenido demasiada repercusión en los medios.
Quizá la explicación se debía a lo barato de sus costos: alrededor de 50 mil pesos por cada vivienda de
60 metros cuadrados. Son cifras que contrastaban bastante con las que manejaba el Plan Federal de
Viviendas.

Miércoles, 10 de enero de 2007

El contraste: las nuevas viviendas junto al viejo caserío


precario, en Villa 15, Ciudad Oculta o Ciudad Luz, como la
llaman las Madres.

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