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Cuenca y Hilferty - Introduccion A La Linguistica Cognitiva - Seleccion de Caps PDF
Cuenca y Hilferty - Introduccion A La Linguistica Cognitiva - Seleccion de Caps PDF
METÀFORA Y METONIMIA
4.1. De la retòrica a la vida cotidiana
4.2. La metàfora
4.2.1. Metàforas conceptuales
4.2.2. Metàforas de imagen
4.2.3. Las imàgenes esquemàticas y la hipótesis de la invariabilidad
4.3. La metonimia
4.3.1. Puntos de referencia y zonas activas
4.3.2. Metonimia y metàfora: similitudes y diferencias
4.4. Poesia en acción
4.4.1. Idiomaticidad
4.4.2. Las metàforas pueden matar
4.5. Conceptualización y lenguaje figurado
Por muy poco atraidos que nos sintamos por l a poesia, todos
Uevamos un poeta dentro de nosotros. E l pensamiento figurado es
un hecho real que impregna nuestra vida cotidiana. Basta con de-
tenerse u n momento a escuchar a la gente:
Oraciones corno éstas se oyen todos los dias; por tanto, se con-
sideran poco dignas de atención. S i n embargo, cada una de ellas
contiene expresiones no literales. Por ejemplo, parece claro que el
individuo del ejemplo de (la) no es un sucio animai de alcantari-
lla y parece poco probable —y muy poco aconsejable— que una
r 91 1NTR0DUCCIÓN A LA LINGUISTICA COGNITIVA METAFORA Y METONIMIA 99
i
COtnprft se realice a cambio de una parte del cuerpo (Ib). Y el (2) M A S E S ARRIBA:
•nunciado mas inocente de todos, el de (le), ciertamente no pue- a. L a inflación siempre sube mas de lo que dice el G o -
de Interpretarse de forma literal —es decir, c o m ò una petición del bierno
liquido sin la jarra que l o contiene—, a no ser que al receptor no b. E l ìndice de paro es muy alto en nuestra comarca
le Impone mojarse. i Q u é es lo que guia la interpretación en estos c. Los elevados costes de p r o d u c c i ó n e s t à n o b ì i g a n d o a
CtSOS? La hipótesis de trabajo que vamos a plantear aqui es que to- muchas empresas a instalar sus fàbricas en paises
dos nos regimos por las pautas que establece maestra p o è t i c a i n - donde l a mano de obra es mas barata
ternali zada (cfr. Gibbs 1994). A lo largo de este capitulo, analiza-
remos la c o n c e p c i ó n cognitiva de la m e t à f o r a y de la metonimia e (3) M E N O S E S ABAJO:
llustraremos su aplicación a dos à m b i t o s : el estudio de la idioma- a. L o s bancos t e n d r à n que bajar los tipos de i n t e r é s
tlcidad, ejemplificado con varias expresiones fraseológicas del es- b. E n las rebajas de enero, caeràn los precios
partol, y el anàlisis del discurso, centrado en un estudio de las me- c. Este ano se ha registrado u n descenso importante en
tàforas utilizadas durante l a guerra del Golfo. la inte nc ió n de voto
vamente, nada. N o obstante, si pensamos en la función bàsica de La segunda puntualización que conviene hacer tiene que ver
la a l i m e n t a c i ó n , veremos que, por analogia, podemos trasladar con el hecho de que, en la gran mayoria de las m e t à f o r a s concep-
està i n f o r m a c i ó n al dominio destino: j tuales, el d o m i n i o origen resulta ser mas accèsiblè que el dominio
destino (eh". Sweetser 1990: 3 8; Taylor 1989: 138, entre otros): Este
Dominio origen: los alimentos sustentan el cuerpo. \ patron de direccionalidad, de lo concreto a lo abstracto, es com-
Dominio destino: las ideas sustentan l a mente. pletamente normal en la metàfora. Asi, ajn^ruuio-xojjcepjtUEiiiza-^
_mQ.s_.el TIEMPO en t é r m i n o s del ESPACIO (8a), las DIFICULTADES en tér-
E l papel de las correspondencias epistémicas es, pues, el de ex- minos de OBSTÀCULOS (8~bTy los DESEOS en t é r m i n o s de SED (8c):
presav las intuiciones que extraemos del dominio origen para ra-
zonar sobre el d o m i n i o destino. Son, en definitiva, aquellos aspec^. 3. Esto constituye una notable diferencia erare e) lenguaje cotidiano y el literario, ya que
^_tos del conocimiento comunes a ambos dominios. - oraciones corno las de (7) podrian darse (tal vez) en el contexto de una poesia de tipo surrea-
lista. De aqui que se tienda a pensar que el lenguaje literario dispone —al menos potencial-
" Àntes de proseguir, cabe hacer dos puntualizaciones importan- meme— de mas recursos y de mas capacidad innovadora que el lenguaje cotidiano. En reali-
tes sobre l a estructura de las m e t à f o r a s conceptuales. E n primer dad, la diferencia radica en que el lenguaje iiterario tiene una gran capacidad de incorporar me-
lugar, conviene sefialar que, cuando estableceraos corresponden- tàforas, y otras figuras, no convencionalizadas, sin que elio vaya en detrimento de la compren-
sión, lo cual no siempre sucede en el lenguaje cotidiano.
cias entre los dominios origen y destino, no proyectamos toda la
104 I N T R O D U C C I Ó N A L A LINGUISTICA COGNITIVA METÀFORA Y METONIMIA 105
(8) a. E l paquete e s t a r à alli dentro de dos semanas sistema determinado de expresiones metafóricas, una m e t à f o r a de
b. E l obstàculo mas grande que veo es conseguir que los imagen es, s e gùn Lakoff (1987b), u n a expresión m e t a f ò r i c a " ù n i -
votantes nos crean ca^, basada en una imagen mas bien visual. Por ejemplo, el signi-
c. Tenia sed de venganza ficalo de la voz ratón, tal y c o m ò se usa en el d o m i n i o de la i n -
formàtica, se basa en l a proyección de la forma e s q u e m à t i c a del
De este modo, sacamos partido de aquellos dominios que es- cuerpo del animai sobre el a r m a z ó n del aparato y l a de la cola so-
tàn bien delimitados en nuestra experiencia cotidiana y los utili- bre el cable. E s decir, una m e t à f o r a de imagen se construye ù n i c a -
zamos para entender otros dominios que resultan ser menos acce- mente a partir del emparejamiento de la imagen e s q u e m à t i c a de
sibles para nuestra c o m p r e n s i ó n . un dominio origen con la de un dominio destino. E n conclusión, 4
FlG. 2. Imagen esquemàtica de la circularidad metafòrica. destino el que parece imponer restricciones en el d o m i n i o origen
(cfr. Tumer 1990: 251, 254; 1991: 59, 172). Si decimos, por ejemplo, ti
Puesto que se respeta l a lògica interna de l a imagen e s q u e m à - a
tica que subyace al dominio origen y al dominio destino, no se pro- (13) L a lengua latina es l a madre de la castellana
ducen incompatibilidades insuperables entre los dos dominios.
t*
la m e t à f o r a resultante es adecuada, porque las relaciones de ANTES
Esto es, en el fondo, l o Lakoff y Tumer denominan l a h i p ó t e s i s de
y DESPUÉS (que se derivan de l a relación madre e hija) e s t à n se-
t»
l a i n v a r i a b i l i d a d , es decir, el principio de que l a p r o y e c c i ó n me-
cuenciadas de tal manera que podemos extraer l a inferencia de que t»
tafòrica se realiza conservando las i m à g e n e s e s q u e m à t i c a s entre X proviene de Y (Turner 1990: 252; 1996: 54). Pero s i decimos:
los dominios (véanse, por ejemplo, Lakoff 1990; Turner 1990, 1991: IH
172-173). (14) * L a lengua castellana es l a madre de l a latina y
Analicemos una o r a c i ó n c o m ò l a de (12). N o s podemos pre-
guntar por q u é dicha o r a c i ó n es apropiada para describir u n em- 6. E n este sentido. la hipótesis de la invariabilidad tiene mucho en c o m ù n con la propues-
t»
*
pieo en el que las perspectivas de p r o m o c i ó n a u n buen cargo son ta de Gentner (1983, 1988), en la que se postula que la metafora surge de las correspondencias
que se establecen entre estructuras relacionaìes. No entramos en las diferencias entre las dos
b à s i c a m e n t e nulas. propuestas; para elio, v é a s e Turner (1991: 272-274, n. 21).
(12) M i trabajo es u n callejón sin salida
1 IO I N T R O D U C C I Ó N A LA LINGUISTICA COGNITIVA
METÀFORA Y M E T O N I M I A
111
la metàfora falla, ya que las relaciones del orden de acontecimien-
gacker 1 9 8 4 , 1 9 8 7 : § 7 . 3 . 4 ) . Dicho de otro modo, el telèfono es el
tos no logran ponerse en correspondencia correctamente y, corno
punto de referencia que activa la subparte relevante (el timbre) y,
consecuencia, la estructura e s q u e m à t i c a del dominio origen con-
corno tal, sirve para vincular el telèfono con suena. E n t r e las me-
_ tradice la del dominio destino.
tonimias mas utilizadas, podemos destacar las que aparecen en l a
-9
tabla 2 (adaptadas de las citadas en Santos & Espinosa 1 9 9 6 : 4 6 -
4.3. L a metonimia 4 8 y en Ungerer & S c h m i d 1 9 9 6 : 1 1 6 ) .
considera corno una simple subclase de metonimia en la que se produce una relación PARTE-TODO. (1994: 321-324). K ó v e c s e s y Radden (1998) ' ™ ' o n , m , a . v é a n s e Croft (1993). Gibbs
M E T A F O R A Y METONIMIA
o
cDH t 11
<
Z
o
o
ÌJ
tico me). E s t à metonimia es posible porque ambos conceptos son
colindantes (es decir, conceptualmente contiguos) en el dominio de
la CONDUCCIÓN DE COCHES. Por tanto, existe una a c t i v a c i ó n expan-
Z o
co
H
Z e* H
00 Pi a. o co siva (ingl. spreading activation) que vincula la zona activa (el co-
ca Z 03
Cu O , che) con el punto de referencia (el conductor). Desde està pers-
o CO -J
, 3 o <
Pi
pectiva, el aparente desfase que existe en la oración Me dieron en
2
a 5o o z O 5
CTS
H s;
J ».
pi U •J
Vi .=
O
Cu ^
s a 1/1
Pi
o a.
il
Cu
Pi S
•O
Cu
pi
O
5
-S
el guardabarros se desvanece fàcilmente, ya que los conductores y
los guardabarros estàn intrinsecamente relacionados mediante la
n o c i ó n de coche. Sólo es necesario designar de alguna manera una
O « o.s y en- pi 2
Cu
o o 55 £
eo tu O a. estructura suficientemente preeminente que, al m i s m o tiempo,
Pi ti Ci "§
O-S a .s T2z
Cu a
§«1 pueda activar otras del mismo dominio.
* o 2.1 I—< e Pj ^ 5 « o3^
z . A pesar de las diferencias que acabamos de esbozar, cierta-
O 2 << 2 aY> H Z fe Q a.
Ppi ~~ Q «
Q *-
tì Sì
H —
Z-c Si p.s oo O
Z
« P.
oo S
O
Cu ° o
mente existen algunos paralelismos entre la metàfora y la metoni-
m i a dignos de m e n c i ó n (cfr. Lakoff & Johnson 1980: cap 8; Lakoff
H g O -S Cu si uJ E
<9
5£ ««§ 31 W CO CO
O « H i=
a) co o» J 3 PJ ^ & Turner 1989: 103-104). A l igual que existen m e t à f o r a s concep-
tU cq
114 INTRODUCCIÓN A LA LINGUISTICA COGNITIVA METÀFORA Y METONIMIA 115
tuales, existen t a m b i é n metonimias conceptuales. Y c o m ò las tuamente incompatibles, porque algunas expresiones se sirven de
metàforas conceptuales, é s t a s funcionan c o m ò plantillas para la ambos procesos a la vez, corno vemos en (18): 9
turalidad en el esquema cognitivista. E n segundo lugar, examina- estructuras internas mas analizables, por l o que éstas juegan un
remos u n ejemplo de retòrica politica utilizada para justificar una papel importante en su interpretación. Como veremos, n o todo l o
i d i o m à t i c o es opaco. Aunque algunas unidades fraseológicas sean,
i n t e r v e n c i ó n militar de las fuerzas occidentales a prmcipios de està
hasta cierto punto, analizables, no podemos deducir que se trata
d é c a d a . Està i l u s t r a c i ó n p o n d r à de manifiesto que, pese a su ca-
de u n fenòmeno totalmente transparente.
r à c t e r cotidiano, hay que estar al acecho de ciertos aspectos del
pensamiento y lenguaje figurados, puesto que tienen el poder de Para empezar a tratar el problema de l a i n t e r p r e t a c i ó n de los
realzar ciertas facetas de una escena que el locutor quiere subra- modismos, pensemos e n una expresión corno tener las manos ata-
yar, encubriendo otras no menos importantes. das, que se puede emplear en u n intercambio c o m ò (19).
Las expresiones i d i o m à t i c a s se han caracterizado tradicional- tCabe considerar composicional un giro c o m ò éste? Nosotros
mente c o m ò secuencias de palabras mas o menos fijas cuya es- nos atrevemos a afirmar que s i (al menos en buena medida), pero
tructura s e m à n t i c a global es arbitraria respecto a l a de sus partes. sólo si el anàlisis toma en cuenta el conocimiento enciclopèdico.
E n este caso, lo fundamental es el conocimiento que tenemos acer-
Asi, l a idiomaticidad se h a igualado con bastante frecuencia a l a
ca de las manos y l a importancia que tienen a l a hora de efectuar
no composicionalidad s e m à n t i c a . Poco a poco està idea generali-
tareas de casi cualquier tipo. E s , por tanto, poco sorprendente l a
zada se va desvaneciendo y las frases hechas son consideradas
inferencia de que las MANOS se asocian metonimicamente c o n l a CA-
cada vez menos c o m ò u n simple saco de m e t à f o r a s muertas. E n 10
PACIDAD DE OBRAR (cfr. una frase hecha corno echar una mano). E v i -
este apartado comentaremos l a estrategia cognitivista para l a i n - dentemente, dado nuestro conocimiento del mundo, sabemos que,
t e r p r e t a c i ó n de los modismos. B a s à n d o n o s , principalmente, en los si tenemos las manos inmovilizadas, probablemente, nos falte ca-
conceptos de metonimia, metàfora y conocimiento enciclopèdico, pacidad de obrar. Y es justamente eso lo que proyectamos de l a
demostraremos que estas expresiones convencionalizadas son m u - imagen de tener las manos atadas al papel protagonizado por B en
cho mas composicionales de lo que se pudiera esperar en primera (19). Asi, conectando las facetas relevantes de nuestro conoci-
instancia. miento enciclopèdico y el suceso en cuestión, tiene perfecto senti-
Lo primero que hay que reconocer al abordar el estudio de las do l a i n t e r p r e t a c i ó n que damos a l a respuesta de (19): b à s i c a m e n -
frases i d i o m à t i c a s es que éstas forman una clase bastante hetero- te, que B no puede prestarle ayuda a A . E s t à posibilidad de esta-
génea. Esto se debe, probablemente, a su c a r à c t e r hibrido —en blecer una cadena de inferencias sugiere que l a i n t e r p r e t a c i ó n no
parte s i n t a g m à t i c o , en parte léxico—. Sea c o m ò fuere, parece cla- es arbitraria y esto, a su vez, implica que la expresión en cuestión
ro que la lexicalización de sintagmas es una cuestión de grado. E n es bastante composicional.
un extremo existen expresiones corno, por ejemplo, tornar las de Vi-
Por otro lado, uno de los problemas que entrana el punto de
lladiego y no pintar nada, cuyos significados e s t à n poco motivados
vista tradicional, que sostiene que las frases i d i o m à t i c a s son arbi-
por sus componentes individuales, al menos s i n c r ó n i c a m e n t e , por
trarias en cuanto a su interpretación —y, en consecuencia, son lo-
lo que se consideran opacas. Y, en el otro extremo, hay frases he-
cuciones no composicionales—, es que las frases hechas suelen ser
chas corno echar lena al fuego o de tal palo, tal astilla, que poseen
dificilmente definibles mediante una paràfrasis escueta (cfr. Gibbs
1994: 303-306). Para comprobarlo, d e t e n g à m o n o s de nuevo en la
10. Véanse. por ejemplo. Fillmore el al. (1988), Geeraerts (1989a, 1989è; 1995), Gibbs respuesta de B . Tener las manos atadas no quiere decir simple-
(1990. 1994: cap. 6), Glucksberg (1993). Lakoff y Kflvecses (1987), Langacker (1987: 93-94 y pas- mente que uno no puede hacer alguna cosa: quiere decir algo mas.
sim). Nunberg el al. (1994). Webelhuth y Ackerman (1994). Entre la bibliografia en catalàn y en
espanol desiacaremos la i n t r o d u c c i ó n al monografico sobre fraseologia de V. Salvador (1995),
Cuando B se disculpa alegando que tiene las manos atadas està su-
el estudio cognitivo de Sancho (en prensa) sobre estructuras fraseológicas en catalàn y los li- giriendo que el hecho de que no pueda ayudar a A no es por elee-
bros de Ruiz Gurillo (1997, 1998), sobre el espanol.
118 INTRODUCCIÓN A LA LINGUISTICA COGNITIVA
METÀFORA Y METONIMIA 119
ción personal, sino por circunstancias ajenas a su voluntad. E s t à C o m o y a hemos indicado antes, esto no quiere decir que ne-
inferencia extraida del dominio destino cuadra perfectamente con guemos la arbitrariedad en algunos modismos. Ciertamente, los
nuestras intuiciones en el dominio origen: si tenemos las manos hay que se resisten a la descomposición, al menos desde el punto
atadas, no las tenemos asi motu proprio, sino en contra de nuestra de vista del hablante que no se dedica a estudiar la etimologia.
voluntad y por culpa de un agente que nos obliga a estar de esa
manera. E s t à es una observación clave, porque demuestra que las (21) a. U n d i a es u n dia
palabras que integran la expresión tener las manos atadas efectùan b. Se lo cree a pies juntillas
una c o n t r i b u c i ó n individuai a l a i n t e r p r e t a c i ó n global. c. C o m o siempre, acabo haciendo el p r i m o
L o que pone de manifiesto està discusión es que no se debe
confundir l a no literalidad con l a no composicionalidad; simple- è Como se puede deducir de la tautologia de ( 2 l a ) que se trata
mente, son dos cosas diferentes. P o r supuesto, se podria refutar de una excusa para un comportamiento extraordinario? O en
està a f i r m a c i ó n defendiendo que no hay nada en las palabras i n - (21b), èque conexión existe entre creer algo totalmente y tener los
dividuales de tener las manos atadas que especifique directamente "pies juntillas", cuando n i siquiera existe concordancia de g è n e r o
que B no puede obrar a favor de A. S i bien esto es asi, sólo lo es entre estas dos palabras? Y en cuanto a (2le), <;qué vfnculo de co-
hasta cierto punto. P o r u n lado, corno acabamos de argumentar, nocimiento puede haber entre los primos y la gente que se deja en-
los componentes de està frase hecha contribuyen al significado ganar? E n cada caso no hay respuesta clara, puesto que l a inter-
global. P o r otro, existen numerosos trabajos psicolingùi'sticos que pre ta c ión no es transparente para el hablante actual, y de ahi la
indican que, en general, las frases i d i o m à t i c a s no requieren una falta de composicionalidad.
lectura literal inicial para que se pueda aprehender su interpreta- Ahora bien, si podemos encontrar tanto ejemplos de frases he-
ción figurada (cfr. Gibbs 1990: 428). L a relación entre los dominios chas composicionales corno ejemplos no composicionales, es de es-
origen y destino es u n tanto complicada; pero existen indicios em- perar que existan casos intermedios. E s t à predicción parece ser co-
piricos que apuntan a que el significado i d i o m à t i c o se analiza en rrecta. F i j é m o n o s en el ejemplo de (22):
t é r m i n o s de la imagen vehiculada por el dominio origen (cfr. Gibbs
1990: 427-428). (22) A l final tiraron la toalla
Para apoyar l a idea de que las frases idiomà tic a s encuentran
Obviamente, si el interlocutor tiene conocimientos de boxeo,
m o t i v a c i ó n en la interpretación de las partes, examinemos u n
està expresión resulta transparente, pues es una a l u s i ó n al gesto
ejemplo c o m ò el de (20): del entrenador cuando su pùgil ha perdido el combate. Por otro
lado, si el interlocutor no tiene conocimiento de este dato, la ex-
(20) Tengo el pelo atado p r e s i ó n r e s u l t a r à opaca. Asi, con frecuencia, el nivel de transpa-
rencia de una frase idiomàtica depende directamente del conoci-
Parece evidente que algunas i m à g e n e s son mas adecuadas que miento del dominio en cuestión. Esto explica t a m b i é n que ciertas
otras para expresar determinados significados. E n este sentido, se- expresiones que en el momento de su creación eran transparentes,
ria probable que (20) fracasara estrepitosamente corno una expre- con el paso del tiempo se hayan convertido en opacas, al perder los
sión que significara 'no poder hacer algo'. Sencillamente, l a i m a - hablantes el conocimiento enciclopèdico que permitia interpretar-
gen es poco apta para tal interpretación, puesto que sabemos que las de manera no arbitraria (cfr. § 5.1).
no efectuamos acciones con el pelo y que cada uno puede mani-
E n el fondo, l a idiomaticidad se basa en la posibilidad sacar
pular su cabello casi a su antojo, sin intervención de otro agente.
provecho de facetas asociativas de nuestro conocimiento del m u n -
De està manera podemos comprender la importancia de las partes
do con e] fin de proyectar la situación que éstas representan sobre
constituyentes de una frase idiomàtica, puesto que son é s t a s las
otra de indole anàloga. E n muchas ocasiones, estas asociaciones
que proporcionan las pistas necesarias para desentranar la inter-
derivan de nuestros modelos cognitivos cuya naturaleza idealizada
p r e t a c i ó n global de la expresión en cuestión.
nos permite sacar el sentido pertinente de la expresión en cuestión.
120 INTRODUCCIÓN A LA LINGUISTICA COGNITIVA
METAFORA Y METONIMIA 121
las cosas no se presentaban corno la simple defensa de los intere- Lamentablemente, el trabajo de Lakoff no contiene textos don-
ses de Estados Unidos y sus aliados sin mas (es decir, una guerra de se observe todo este complejo sistema de m e t à f o r a s . Sin em-
por el petróleo): se presentaba corno el rescate de una v i d i m a in- bargo, el lector interesado puede acudir al libro de comentario de
defensa. Se justificó de està forma la p é r d i d a de vidas humanas. Y textos de Gutiérrez Ordónez (1997), donde se iucluyen dos artfcu-
es que las metàforas pueden matar. los de periodico que reelaboran, irònicamente, esas corresponden-
Lakoff sugiere que las guerras, irracionales por naturaleza, se cias. Como muestra, transcribimos sólo el primer p à r r a f o del ar-
"racionalizan" adoptando esquemas metafóricos. E n la guerra de] ticulo "Bush mata a veinte" firmado por Fermin Bocos {El Mundo,
Golfo se aplicó lo que Lakoff (1992: 464) denomina la m e t à f o r a 15 de enero de 1993):
de von C l a u s e w i t z . C o n està metàfora la guerra se reduce a un
frio càlculo de coste-beneficio en términos politicos. Se definen Diecinueve iraquies han perdido la vida a resultas del heroico
unos objetivos (la conquista de territorio, la expulsión de los inva- bombardeo realizado por los nuestros contra las bases de cobetes
sores, mantener a salvo el suministro de petróleo barato) y se con- que el ejército de Irak habia situado en territorio de Irak contravi-
tabilizan los costes (las bajas, la destrucción de material bélico, el niendo una orden de la ONU de cuando aquella guerra del Golfo que
rechazo de los ciudadanos). Si los beneficios de lograr los objeti- tan bravamente libramos hace dos anos para defender la libertad y
vos superan a los riesgos de los costes, se prosigue con la guerra. la democracia que el villano Sadam Husein habia arrebatado alevo-
samente a nuestros amigos del Kuwait feliz de la familia Al Sabah.
Y si, a fin de cuentas, el computo nos da menos costes y mayores
beneficios a nosotros que al enemigo, eso significa que hemos ga-
nado. Es pura y llanamente una aritmètica figurada. Asi, lo que a E l heroico bombardeo de los nuestros, su bravura, la libertad y
primera vista pareceria una a b e r r a c i ó n irracional se remodela en la democracia de nuestros amigos del feliz Kuwait contrastan cla-
t é r m i n o s de una empresa racional. Desafortunadamente, aunque
los costes y los beneficios de la guerra se definen m e t a f ò r i c a m e n - 12. E l leclor interesado en este tipo de anàlisis puede leer el libro de Lakoff (1996), donde
te, las consecuencias y repercusiones son absolutamente reales. espone, en clave de metafora, una teoria sobre la diferente c o n c e p c i ó n del Estado que subvace
a la ideologia d e m ó c r a t a y a la conservadora en los Estados Unidos.
124 I N T R O D U C C I Ó N A L A LINGUÌSTICA COGNITIVA
palabras, sobre todo las de cierto uso, son polisémicas. N o es que nificado amplio ('animai en general'), cuyo foco prototipico recae
se niegue l a existencia de otras relaciones s e m à n t i c a s corno la mo- sobre el de 'animai pequeno que produce cierto asco' (es decir, los
nosemia y l a homonimia: éstas simplemente se contemplan corno insectos)? L a respuesta a està pregunta no resulta nada clara. Si
los puntos finales de dos continuos que se entrelazan con la poli- bien el no poder responder a està pregunta de forma satisfactoria
semia. 1
no es motivo de regocijo, en una teoria corno la que presentamos,
en la que las gradaciones y las fronteras difusas juegan u n papel
E s t à ù l t i m a aseveración merece una explicación. Ciertamente,
importante, eso es exactamente lo que esperaramos encontrar (cfr.
la m o n o s e m i a existe, pero podemos afirmar que no es muy co-
Geeraerts 1993; Tuggy 1993).
rriente, al menos no tanto corno podriamos pensar. Por ejemplo,
una palabra corno hamster sólo tiene u n solo significado: 'pequefio L a homonimia, en cambio, se opone a la polisemia a través del
roedor de grandes mofletes'; se trata, por tanto, de un caso de mo- p a r à m e t r o de la interrelación entre significados, que no se da en el
nosemia. Desde luego, esto no quiere decir que hamster no pueda primer caso y si, en cambio, en el segundo. C o m o hemos ilustrado
significar nada mas, ya que una expresión m e t a f ò r i c a innovadora con los usos de anillo, si un lexema determinado tiene dos (o mas)
c o m ò (3) es perfectamente interpretable (podria significar que l a significados que guardan algun tipo de relación intrinseca, dicho
madre del hablante guarda muchas cosas o que tiene las mejillas lexema es polisémico. L a h o m o n i m i a dinere de la polisemia, ya
muy pronunciadas). que, en teoria, i m p l i c a l a existencia de dos lexemas que comparten
la m i s m a forma fonològica, pero cuyos significados no poseen nin-
(3) M a r n a es un verdadero hamster gùn tipo de interrelación. Banco —por poner u n ejemplo clàsico—
constituye en la actualidad un caso de homonimia, puesto que sus
S i n embargo, tal interpretación no corresponderia a un signi- dos significados 'entidad financiera' y 'asiento para sentarse varias
ficado convencionalizado y, corno tal, no se "almacenaria" en el le- personas' no tienen nada que ver uno con otro para el hablante. E n
la homonimia sólo se comparte la forma fonològica; en la polise-
xicon mental de los hablantes. Se trataria de una extensión se-
mia se comparten, a d e m à s , atribucos de significación.
m à n t i c a ad hoc, motivada por l a metàfora LAS PERSONAS S O N ANI-
Por supuesto, l a idea de relación entre significados es dificil de
M A L E S (cfr. R u i z de Mendoza, en prensa), y no de un caso genuino
precisar y, sobre todo, es una cuestión de grado. Puede haber vincu-
de polisemia.
los muy sólidos entre significados y los puede haber muy débiles.
E n teoria, la frontera entre la polisemia y la monosemia resul-
Por ejemplo, el vinculo entre los dos significados de beber 'ingerir
ta clara, pero en l a pràctica puede resultar algo borrosa, puesto
una sustancia liquida' e 'ingerir una sustancia liquida alcohólica'
que a veces resulta dificil delimitar u n significado respecto a otro
resulta absolutamente diàfano, ya que, corno ejemplo de especiali-
y, c o m ò consecuencia, cabe dudar de si estamos ante u n caso de
zación s e m à n t i c a , a la segunda de estas dos interpretaciones sólo
vaguedad o de a m b i g ù e d a d . U n buen ejemplo de esto lo tenemos se le anade un atributo mas (el de 'alcohólico').
en el vocablo bicho (cfr. Garachana y Hilferty 1994). De las varias
acepciones que presenta està palabra, hay dos que no se distinguen (5) Boris b e b é mucho
de forma clara:
E l ejemplo de (5) muestra està dualidad significativa. A falta de
(4) H a y un bicho en la terraza
un buen contexto linguistico y extralinguistico concreto, podemos
suponer que Boris simplemente ingiere muchos h'quidos de cuai-
quier tipo. Pero nuestro conocimiento enciclopèdico y u n a buena
1 Volveremos a ocupamos de la relación d i n à m . c a entre polisemia, homonimia y mono-
semia en el capitolo dedicado a la gr am at ic aìiz ac ión (cap. 6-. § 6.7).
dosis de prejuicios nos puede hacer llegar a l a c o n c l u s i ó n de que.
INTRODUCCIÓN A LA LINGUISTICA COGNITIVA POLISEMIA Y CATEGORIAS RADIALES 131
130
uesto que Boris tiene muchas posibilidades de ser ruso, estamos correspondencia biunivoca entre el significado y el significante,
K ablando de la i n g es tió n de alcohol. Sea cual sea l a i n t e r p r e t a c i ó n
• la que se llega, resulta claro que se trata dos significados dife-
conservando asi l a unidad del signo linguistico. S i n embargo, es
necesario preguntarse primero si el signo linguistico, en cuanto
rentes, pero que la r e l a c i ó n que hay entre ellos es fuerte. unidad simbòlica, se compone necesariamente de una correspon-
El vfnculo existente entre dos significados de una palabra po- dencia biunivoca entre un polo s e m à n t i c o simple y un polo fono-
Usémica puede resultar menos evidente. É s t e parece ser el caso del lògico simple. De ser asi, se estableceria una correspondencia
inglés iron. L a r e l a c i ó n entre iron 'hierro' y tron 'plancha [elec-
} 2
"perfecta".
t r o d o m é s t i c o ] ' (relación que se verifica t a m b i é n en la palabra ferro Desafortunadamente, no es diffcil darse cuenta de que incluso
en italiano y en p o r t u g u é s ) se està oscureciendo con el paso del el polo fonològico puede formar una categoria compleja. E n todas
tiempo por el simple hecho de que las planchas ya no se fabrican las lenguas existen palabras de un m i s m o dialecto que tienen va-
con hierro. Resulta probable que, a la larga, se pierda el nexo que rias pronunciaciones: en catalàn orientai, por ejemplo, però 'pero,
hay entre estos dos sentidos de iron y eso desemboque en una re- sin embargo' puede pronunciarse tanto /paro/ c o m ò /prò/; asimis-
lación exclusivamente fonològica, desde el punto de vista sincròni- mo, en inglés americano, catch 'coger' puede pronunciarse de dos
co. E n u n futuro no muy distante, sera, probablemente, u n ejem- maneras: /kaec/ y /kec/, mientras que interesting 'interesante' tiene
plo mas de homonimia. al menos tres articulaciones: /'intsrestin/, /'intrestin/ e /'marestin/. E l
Un caso parecido es el de colonia, que tiene dos acepciones f e n ò m e n o se produce t a m b i é n en castellano, por supuesto, en toda
claramente diferenciadas: l a de 'agua perfumada', derivada de la una serie de palabras que acaban en -ado: hablado-hablao, esta-
ciudad alemana donde se inventò (Colonia), y l a de l u g a r que ha do~estao, bailado-bailao, etc. S i bien no es del todo frecuente en-
sido colonizado'. Sus respectivos sentidos actuales nada tienen contrar casos c o m ò éstos, su mera existencia hacen objetable la i n -
que ver y, de hecho, l a mayorfa de hablantes lo considerarian un tención de conservar el isomorfismo "un solo polo s e m à n t i c o - u n
caso de h o m o n i m i a . Sólo sabiendo que el nombre de l a ciudad del solo polo fonològico".
R h i n proviene del latin Colonia Agrippina se podria establecer un Con todo, l a postura opuesta no està exenta de problemas. Las
vinculo. De hecho, se puede afirmar que la gran mayoria de las descripciones cognitivistas de la polisemia suelen pecar de exceso
homonimias se pueden atribuir a p o l ì s e m i a s que han perdido su de sentidos. E s t à es una polémica que actualmente està muy viva
m o t i v a c i ó n originaria. U n a explicación similar puede darse a bol- y no hay indicios de que se vaya a resolver pronto. Aunque los es- 2
sa: el nombre del mercado de valores que denominamos Bolsa de- tudios psicolingùisticos sobre el tema (cfr. Gibbs et al. 1994; San-
riva del apellido de l a familia de banqueros belga van der Burse, dra & Rice 1995; Williams 1992) distan de ser concluyentes, por
cuyo escudo contenia tres bolsas. E n este caso, el espanol ha se- lo general, apoyan la idea de que la polisemia es un efecto cogni-
leccionado la palabra bolsa para el nuevo concepto, con lo que ha tivo real, una consecuencia lògica de nuestro modo de categorizar,
creado una h o m i n i m i a para el hablante medio, mientras que otras y no un simple constructo teòrico. E n nuestra o p i n i o n , reducir la
lenguas, corno el c a t a l à n {borsa) o el francés (bourse) han adapta- polisemia a la h o m o n i m i a para asi conseguir la monosemia en se-
do f o n è t i c a m e n t e la forma correspondiente al apellido de su rie constituye una simplificación o incluso una d e f o r m a c i ó n de la
creador; en el caso de c a t a l à n , se ha evitado asi la hominimia-po- realidad. Tal idea presenta el agravante anadido de no ser compa-
lisemia, entre borsa 'mercado de valores' y bossa 'saco de piel, tela, tible con una larga tradi ci ón de estudios d i a c r ó n i c o s que avalan
plàstico, e t c , en el que se introducen objetos'. justo la idea contraria (cfr. Geeraerts 1988c, 1992; Nerlich & Clar-
A pesar de que, c o m ò hemos dicho, la polisemia parece ser la ke 1997). Insistimos: la norma parece ser l a polisemia y no la mo-
nosemia.
norma (sobre todo en palabras de cierta frecuencia de uso), en no
pocos modelos de s e m à n t i c a teòrica se potencia l a h o m o n i m i a en
detrimento de l a polisemia (por ejemplo, K e m p s o n 1977). Està
"maniobra" parte de u n prejuicio implicito, que deriva de la ne-
2. Véanse, entre otros, Geeraerts 1994; Kav 1992- Sandra & Rirp tOQ^- <;;„•„ r v
cesidad por parte de estos modelos de mantener a toda costa la 1995; Sweetser 1986: Taylor 1992; Vandelotse 1990. ' ' ^ & K ^
132 I N T R O D U C C I Ó N A LA LINGUÌSTICA COGNITIVA
POLISEMIA y CATEGORIAS RADIALES
133
5.2. Cadenas de significados y semejanza de familia
ciones necesarias y suficientes; en cambio, se adaptan perfecta-
mente a un anàlisis a partir de categorias radiales. L a idea es que,
Es indudable l a riqueza conceptual inherente al significado, lo aunque las categorias complejas no se ajustan a las categorias clà-
que se constata en diferentes niveles de anàlisis. Por ejemplo, L a n - sicas, dichos conceptos son internamente coherentes, mucho mas
gacker (1979: 94-95) observa que "huérfano narra toda una histo- de lo que se esperaria en primera instancia. S i l a r e p r e s e n t a c i ó n de
ria con una sola palabra, una historia basada en el ensamblaje fun- u n a categoria compleja se desglosa de tal forma que se aislan sus
cional de relaciones de parentesco y el ciclo de la vida". Evidente- miembros individuales, se tiende a ver u n solapamiento parcial de
mente, incluso una palabra sencilla c o m ò huérfano es capaz de atributos.
activar m ù ltip les dominios cognitivos (las relaciones entre padres
Analicemos el caso de los fonemas. S e g ù n Nathan (1986), l a
e hijos, asi corno el paso de l a vida a la muerte) y de conectar es- mayoria de los fonemas son categorias complejas formadas por re-
tos conjuntos de i n f o r m a c i ó n de tal forma que està palabra desig- presentaciones alofónicas (cfr. t a m b i é n Taylor 1989: cap. 12). E s t à
ne 'un nino cuyos padres han muerto'. L a densidad de conoci- o b s e r v a c i ó n resulta obvia con el fonema castellano Ini, que agrupa
miento que requiere su c o m p r e n s i ó n no es poca. Por un lado, hay los alófonos: [n, n, n, rj, n , mj.
que ser consciente del orden de acontecimientos, puesto que los
padres han de estar vivos antes de que nazca el nino y, viceversa,
el nino, para ser h u é r f a n o , tiene que estar vivo d e s p u é s de la muer-
te de los padres. Por otro lado, es evidente que la palabra huérfa-
no despierta u n sentimiento de c o m p a s i ó n , que no se suscitarla si
no fuera por nuestra c o m p r e n s i ó n profunda de q u é significa la
vida, l a muerte y la familia. Estos aspectos del significado, tradi-
cionalmente identificados con l a c o n n o t a c i ó n , no pueden disociar-
se de los aspectos puramente denotativos.
C o m o hemos comentado en el capitalo 3, el significado lin-
guistico es de naturaleza enciclopèdica. Dada la c o n c e p c i ó n de la
s e m à n t i c a que elio i m p l i c a , es n o r m a l que l a linguistica cognitiva
haya adoptado l a n o c i ó n de red conceptual c o m ò modo de re-
presentar y u n i r los muchos hilos de conocimiento que confor-
man las unidades lingùfsticas (cfr. Langacker 1987: cap. 10 y
1988, entre otros muchos investigadores). U n a red de estas ca-
racteristicas puede emular g r à f i c a m e n t e tanto relaciones jeràr-
quicas de niveles de esquematicidad corno extensiones entre el
centro y l a periferia, asi corno grados de fijación cognitiva. Es,
por tanto, una m e t à f o r a ùtil (cfr. Rudzka-Ostyn 1994: 409). S i n
embargo, es una m e t à f o r a y es importante ser consciente de su
falta de literalidad. Los diagramas que representan las redes de
conocimiento no deben interpretarse, pues, corno mapas donde se
Fio. 2. El fonema In/ corno categorìa compleja.
ubican los conceptos.
L a base de las categorias radiales radica en la noción witt-
Evidentemente, este fonema no se ajusta a la definición clàsi
gensteiniana de semejanza de familia (cfr. capitalo 2, § 2.2). De
de / n / T ? 7 ^ °
P C n O » c i a de los alófonos
C Ì d a Jv[ni
C O Ì n c i d e m
acuerdo con lo que ya hemos comentado, resulta habitual encon-
ca^St
de ITJ con los fonemas Imi y Ini, respectivamente. Independiente
trar conceptos que se resisten a ser definidos por medio de condi-
mente de està neutralización alofónica, Ini es una
POLISEMIA Y CATEGORÌAS RADIALES 135
,NTR0DUCCIÓN A LA LINGUÌSTICA COGNITIVA
1S4
Como hemos dicho, cualquier nodo puede estar relacionado
Canta, en el sentido de que todos los miembros guardan una se-
con cualquier otro a través del parecido literal, l a m e t à f o r a o l a
majanza de familia: sólo se distinguen p o r su punto de articula-
metonimia, aunque en l a p r à c t i c a es posible que sea l a m e t o n i m i a
otón. Se trata de una p u n t u a l i z a c i ó n importante (por lo menos en
el mecanismo que juegue u n papel preponderante. Ahora bien, 4
••te caso), ya que éste es el atributo que determina el grado de pro-
uno de los rasgos mas destacables de està arquitectura es que no
totipicidad de los alófonos pertenecientes a l a categoria en cues-
todos los nodos han de estar interconectados directamente con el
tión: cuanto mas se acerca fisicamente el punto de articulación al
centrai; se trata de una ilustración clara de las relaciones de se-
alveolo, mas se aproxima su cualidad sonora a l a r e p r e s e n t a c i ó n
mejanza de familia, c o m ò hemos explicado en el capitulo 2. E n l a
"Ideal". Asi, l ò g i c a m e n t e , [n] resulta ser el miembro centrai de l a
figura 3 està c o n s i d e r a c i ó n queda reflejada por l a disposición de
categoria, mientras que [m] parece ser el mas p e r i f è r i c o . E s t à con-
1
F . G . 3 . Configuración hipotética de una categorìa radiai 4. El nivel de protagonismo que cobran los procesos metonimicos depende en gran pane
de hasta q u é punto el analista esté dispuesto a "extender" el concepto de metonimia. Si el con-
cepto se emplea de manera restrictiva, es probable que gane terreno el parecido literal. Dicho
esto, no cabe duda de que es la metàfora la que sigue siendo la figura que acapara la mayor
3 E s de suponer que t a m b i é n mflu.ria » * * ^ * M atención por pane de la linguistica cognitiva.
J „ « a l . z a c i ó n mas representativa de otro fonema /m/.
I N T R O D U C C I Ó N A LA LINGUISTICA COGNITIVA POLISEMIA Y CATEGORÌAS RADIALES 137
136
Tiempo
• • remos estar en otro emplazamiento tenemos que dirigir nuestros
cuerpos de u n lugar X a otro lugar Y. Como explica M a r k Johnson
en su monografia sobre las i m à g e n e s e s q u e m à t i c a s :
Fic. 4. Paso de la polisemia a la homonimia del termino banco.
Nuestras vidas estàn repletas de trayectos que conectan nuestro
mundo espacial. Hay un trayecto de la cama al lavabo, de la cocina
a la mesa, de la casa a la tienda, de San Francisco a Los Angeles y
miento en l a cadena de significados de banco ha originado, pues, de la Tierra a la Luna (Johnson 1987: 113).
una relación h o m o n i m i c a entre los sentidos (a) y (c). E l vinculo en-
tre el sentido (a) y el sentido (c), realizado indirectamente a través Desde pequenos, a partir del momento en que nos levantamos
del sentido (b), desaparece y, c o m ò consecuencia, para el hablante por la mariana, emprendemos muchas rutas durante el resto del
general (a) y (c) dejan de tener rasgos en c o m ù n . dia. Estos episodios recurrentes se consolidan en forma de una
E n lo que sigue, continuaremos a d e n t r à n d o n o s en el tema de imagen e s q u e m à t i c a que Johnson ( 1 9 8 7 : 1 1 3 - 1 1 7 ) y Lakoff ( 1 9 8 7 :
las categorias radiales y las cadenas de significados. Por ahora, lo 2 7 5 ) denominan el esquema de trayectorias, concepto relaciona-
importante es tener en cuenta la flexibilidad que estas redes pro- do con el de m e t à f o r a de imagen (cap. 4, § 4.2.2).
porcionan a l a o r g a n i z a c i ó n linguistica. A l basarse en la noción de Este esquema, que tiene su origen en la experiencia espacial
semejanza de familia, tales estructuras suponen una alternativa del desplazamiento de un punto a otro, se basa en una estructura
clara a la c o n c e p c i ó n de las categorias basada en las condiciones e s q u e m à t i c a que, en principio, es capaz de dar cuenta de todo tipo
de trayectoria. Los elementos que conforman està imagen esque-
necesarias y suficientes. Se trata, simplemente, de establecer esla-
m à t i c a son:
bones coherentes entre los mùltiples nodos que constituyen l a red
en cuestión.
a. u n punto de partida (un origen);
b. un punto de llegada (un destino);
c. una serie de puntos contiguos que vinculan el origen c o n
5.3. E l reino de los sentidos el destino (un trayecto);
d. el movimiento por parte de un viajero que recorre el tra-
Lejos de ser paisajes confusos e infranqueables, las categorias
yecto desde el origen hasta el destino.
polisémicas constituyen estructuras conceptuales relativamente
ordenadas, organizadas en torno a los principios de la metàfora,
l a metonimia y el parecido literal. E n este apartado nos propone- 5. Este apartado se basa en varios estudios d i a c r ó n i c o s , principalmente Garachana (1995,
1997) y Garachana y Hilferty (1997a, 19976). No obstante, el anàlisis que aqui se presenta debe
mos ilustrar con mas detalle la noción teòrica de categoria radiai interpretarse corno sincrònico. Volveremos ocasionalmente sobre este caso, pero desde una
mediante dos descripciones s e m à n t i c a s : por u n lado, estudiare- perspectiva diacrònica, en el capitalo 6 (§ 6.3 y § 6.5.2).
138 INTRODUCCIÓN A L A LINGUISTICA COGNITIVA
POLISEMIA Y CATEGORIAS RADIALES
139
Lògicamente, para ir desde el punto de partida (a) hasta el
punto de llegada (b), el viajero tiene que recorrer el trayecto (c).
Mas aùn, existe una clara c o r r e l a c i ó n entre el espacio y el tiempo:
progresar en el espacio implica necesariamente progresar en el
tiempo. Por consiguiente, cuanto mas camino se recorre, mas
tiempo pasa.
Dada està correlación, la propia organización interna del es-
quema de trayectorias da lugar a varias inferencias convencionali-
zadas. E l hecho de que el destino se encuentra por delante en el
dominio del ESPACIO conlleva una consecuencia en el dominio del
TIEMPO: el destino de la trayectoria se alcanza en el futuro. Ahora
bien, el destino no se asocia ù n i c a m e n t e con la idea de futuridad,
sino que t a m b i é n a la n o c i ó n de finalidad o intencionalidad. L a - 6
(8) a. Voy a l a tienda Resulta evidente que, en ejemplos c o m ò (7b) y f i 1), se pierde
b. Voy a comprar naranjas por completo l a n o c i ó n de movimiento, d e s t a c à n d o s e sobre todo la
noción de intencionalidad (asi corno la correlación c o n l a futuri-
C o m o destaca Lakoff en el pasaje antes citado, cuando nos d i - dad, puesto que las intenciones se realizan en el futuro). Se puede
rigimos a algùn lugar, normalmente lo hacemos con l a i n t e n c i ó n decir, pues, que existe una relación de extensión m e t o n i m i c a en l a
de realizar alguna otra actividad e n ese emplazamiento. A s i , u n que una PARTE reemplaza TODO el significado anterior: el verbo ir
contexto apropiado para l a e n u n c i a c i ó n de (8a) es u n o en que el ya n o denota desplazamiento, sino que sólo mantiene el sentido i n -
hablante necesite comprar algo que se puede adquirir en una tien- tencional inherente en toda l a construcción.
da. E n tal contexto, l a correlación destino-intención nace de forma Para acabar, l a ù l t i m a extensión que sufre l a c o n s t r u c c i ó n tam-
naturai: l a m e n c i ó n de u n destino (por ejemplo, una tienda) des- bién puede caracterizarse corno una metonimia d e l tipo E L TODO
POR LA PARTE, por l a que se pierde el atributo de intencionalidad y
pierta l a idea de u n a finalidad concreta (comprar).
se conserva el de futuridad:
E l sentido de està c o r r e l a c i ó n no es unidireccional. Como to-
dos sabemos, es coniente encontrar l a situación inversa, en la que
(12) V a a hacer buen tiempo la semana que viene <futuri-
la m e n c i ó n de l a finalidad activa el destino. Asi, en el ejemplo de dad>
(8b), de l a in ten ció n de comprar algo se deduce que se va a una
tienda. E n pocas palabras, el esquema inferencial responde a la A diferencia de los otros nodos de la red, éste tiene u n a doble
m e t o n i m i a L A FINALIDAD POR E L DESTINO, que se emplea t a m b i é n en motivación, ya que recibe t a m b i é n una lectura metafòrica, deriva-
oraciones c o m ò las de (9): da de l a m e t à f o r a conceptual E L TIEMPO E S ESPACIO o, mas concre-
tamente, E L FUTURO E S DELANTE. Este vinculo se pone de manifies-
(9) a. Voy a cortarme el pelo to comparando u n uso de meta con otro de futuridad:
b. Voy a enviar u n paquete
c. Voy a corner (13) a. Voy a m i pueblo
b. Voy a llorar
E n cada uno de estos casos es posible deducir u n sitio usuai
para realizar estas actividades: para cortarse el pelo se va a l a pe- E n ejemplos c o m ò éstos resulta notorio el paralelismo concep-
luqueria; para enviar un paquete, se va a una oficina de correos; tual entre el tiempo y el espacio: en (13a) existe una o r i e n t a c i ó n ha-
para corner, se va a casa, a u n restaurante o, corno m i n i m o , a u n cia delante (es decir, hacia el destino) y en (13b) nos orientamos ha-
lugar tranquilo. L a inferencia metonimica, en este caso, produce cia el futuro (esto es, hacia el momento de realizar u n a acción).
Dada l a correlación entre los destinos y la futuridad (véase el es-
una extensión naturai del sentido prototipico meta, precisamente
quema de las trayectorias), no resulta extrano que podamos estable-
por el alto grado de conexión que hay entre los destinos y las i n - cer correspondencias entre el dominio del ESPACIO y el del TIEMPO.
tenciones.
Pasemos ahora a estructuras corno (7b), No voy a discutir con-
tigo. S i n entrar en excesivos detalles, parece que l o que se verifica (c) No voy a discutir contigo
„
es u n a p é r d i d a de atributos con respecto al uso meta-final (10):
(d) Va a Mover
(10) A: <-Dónde vas, Javi? (d) Voy a ducharme
B: Voy a ver u n a pelicula <meta, i n t e n c i o n a l i d a d , futu-
ridad> (a) Voy a casa
(11) Mar, voy a decirte una cosa <intencionalidad, futuridad>
parados.
POLISEMIA Y CATEGORÌAS RADIALES 145
1 4 4 I N T R O D U C C I Ó N A L A LINGUÌSTICA COGNITIVA
dio (el locus). Existen ejemplos anàlogos a està situación, que, por
lo tanto, serian considerados extensiones metafóricas de la m i s m a :
Dominio origen: TRAYECTOS Dominio destino: MODOS D E ACCIÓN F I G . 11. Red (parcial) de por.
Correspondencias ontológicas:
E l espacio 2 corresponde a una finalidad.
E l espacio 1 corresponde a la no consecución de dicha finalidad. siones, el nodo (c) n , ^ i n ^ v J Q ' D E J A S T R E S E X T E N -
— » , jg - « _ _ ì , _ - - r r _ _ ^
148 INTRODUCCIÓN A LA LINGUISTICA COGNITIVA
POLISEMIA Y CATEGORIAS RADIALES 149
inclusión en l a red, ya que, tanto en el nodo (c) corno en el cen-
trai, (a), existe un trayector que tiene que atravesar el locus. Los E n la lectura general de (20a), por indica 'a t r a v é s de', mientras
nodos (b) y (d), en cambio, no se asocian a la red por su parecido que en (20b) està preposición —por el bien del propietario de la
literal con el prototipo, sino por las metàforas LOS INTERMEDIARIOS casa— expresa una relación de al lado de'. E s t à extensión no es
S O N TRAYECTOS y LOS MODOS D E ACCIÓN S O N TRAYECTOS. Los nodos reS-
completamente predecible, puesto que hay otras locuciones prepo-
sicionales, corno el m i s m o a través de, que perfilan u n trayecto que
tantes sirven para senalar que se trata de u n anàlisis parcial y que
atraviesa u n locus al igual que por, pero que no permiten la inter-
existen numerosas extensiones del nùcleo centrai.
p r e t a c i ó n de 'junto a, al lado de':
A pesar del c a r à c t e r incompleto de este enfoque, parece claro
que la estructura s e m à n t i c a de las preposiciones no forma un ca-
j ó n de sastre de significados inconexos, sin o r g a n i z a c i ó n interna (21) ?*E1 tren pasa a través de m i casa
aparente. E n realidad, forman constelaciones de significados con
un alto grado de coherencia y obedecen a los mecanismos de las E n el extremo contrario, conviene no olvidar que, si bien las
categorias radiales, tal y corno sucede con las d e m à s partes de la extensiones dentro de una red no son del todo predecibles, tam-
oración. poco son completamente arbitrarias. C o m o hemos apuntado, las
categorias radiales parecen obedecer a tres principios generales: l a
metonomfa, l a m e t à f o r a y el parecido literal. Seguramente, esto
tiene que resultar beneficioso para el aprendizaje de las categori-
5.4. Categorias r a d i a l e s y m o t i v a c i ó n
as, ya que reduce los posibles tipos de relaciones que puede haber
entre los nodos individuales y aumenta su coherencia. Asi, las ca-
L a trascendencia de las categorias radiales para el estudio del tego-rias radiales disfrutan de mayor o menor grado de motiva-
lenguaje se pone de manifiesto en mùltiples dimensiones. E n pri- ción, pues permiten acomodar la idiosincrasia y mantener, a su
mer lugar, proporciona una alternativa teòrica para describir cate- vez, u n cierto nivel de organización interna. E n el capitalo si-
gorias que no se ajustan a definiciones clàsicas. E n este sentido, l a guiente podremos comprobar que los conceptos que acabamos de
o r g a n i z a c i ó n interna en forma de red representa un mecanismo estudiar ofrecen u n a nueva luz para estudiar los fenómenos rela-
analitico que libera y constrine a la vez: libera puesto que ningu- cionados con el cambio linguistico, al tiempo que éstos ayudan a
na categoria tiene por q u é reducirse, en principio, a condiciones entender mejor los problemas que hemos planteado.
necesarias y suficientes; constrine, ya que su e s t r u c t u r a c i ó n en tér-
minos de prototipicidad permite que los miembros centrales dis-
fruten de una ventaja de activación frente a aquellos no centrales
(cfr. Williams 1992). E l modelo facilita la explicación de ciertos
procesos, pero no debe considerarse corno un comodfn, un meca-
nismo que permite "resolver" casos de dificil explicación.
Dada su cualidad no algoritmica, no cabe duda de que, en las
categorias radiales, el aprendizaje juega un papel fundamental. Y
esto es asi porque las extensiones que se dan entre un nodo deter-
minado y otro no son totalmente predecibles. Volvamos de nuevo
a ciertos usos de por: