0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
17 vistas3 páginas
Este documento contiene oraciones para la Iglesia, los que sufren durante la pandemia, la parroquia local, los matrimonios, los jóvenes y por vivir el amor de Dios. También celebra la solemnidad de Todos los Santos y da gracias a Dios por la Eucaristía y por poder empezar cada día con Él.
Este documento contiene oraciones para la Iglesia, los que sufren durante la pandemia, la parroquia local, los matrimonios, los jóvenes y por vivir el amor de Dios. También celebra la solemnidad de Todos los Santos y da gracias a Dios por la Eucaristía y por poder empezar cada día con Él.
Este documento contiene oraciones para la Iglesia, los que sufren durante la pandemia, la parroquia local, los matrimonios, los jóvenes y por vivir el amor de Dios. También celebra la solemnidad de Todos los Santos y da gracias a Dios por la Eucaristía y por poder empezar cada día con Él.
Por todos los que sufren en esta pandemia, para que no
pierdan la eperanza y puedan encontrar paz en Ti, Roguemos al Señor.
Por nuestra parroquia Nuestra Señora del Don, para
que compartamos nuestra fe con los demás, Roguemos al Señor.
Por los matrimonios, para que sean fieles testigos del
amor de Dios, Roguemos al Señor.
Por nuestros jóvenes, para que de entre ellos surjan las
vocaciones a la vida religiosa y sacerdotal que necesitan la Iglesia y el mundo de hoy. Roguemos al Señor.
Por nosotros aquí presentes, para que vivamos este
gran mandamiento del amor, no sólo de palabras sino de obras, Roguemos al Señor. Hoy nos hemos reunido para celebrar la solemnidad de Todos los Santos. Con mucha alegría recordamos a todos aquellos hermanos y hermanas que nos han precedido en el camino de la fe y que ahora gozan de la plenitud de la vida con el Padre Celestial y con Jesús resucitado. A esa Iglesia de los Santos nos encomendamos hoy con la esperanza cierta de llegar también nosotros un día a vivir esa alegría que ellos ya viven en plenitud. Gracias Señor, porque en la última cena partiste tu pan y vino en infinitos trozos, para saciar nuestra hambre y nuestra sed.
Gracias Señor, porque en el pan y el vino nos entregas
tu vida y nos llenas de tu presencia.
Gracias Señor, porque nos amastes hasta el final, hasta
el extremo que se puede amar: morir por otro, dar la vida por otro.
Gracias Señor, porque en la eucaristía nos haces UNO
contigo.
Gracias, Señor, porque todos los días puedo volver a