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¿Qué tipo de contribuyente eres?

Tabla de Contenido [mostrar]

tipos de contribuyentes

El tipo de contribuyente que eres depende de la segmentación que realiza la DIAN, esta
segmentación es un proceso en que se divide el mercado total ya sea de un servicio o de un bien
en varios grupos pequeños u homogéneos. El diseño de este tipo de propuesta pretende crear
agrupaciones o categorías en las que se ubiquen los contribuyentes y se identifiquen más fácil,
estas diferencias se van a establecer según los atributos en común, los factores y los rangos que se
encuentren en cada segmento; sin embargo, a pesar de las múltiples categorías, los
contribuyentes se ubican en una única categoría.

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Definición de contribuyente

El contribuyente tributario es definido como aquella persona que tienen obligaciones y derechos,
frente a un ente púbico y dichas obligaciones se derivan de los tributos. El contribuyente es la
persona que, gracias a su patrimonio, se encuentra obligada a soportar el pago de los tributos,
como son las tasas, los impuestos y todas aquellas contribuciones especiales que financian al
Estado. Los tributos que deben pagar los contribuyentes dependen de lo que establecen las leyes
del país en donde reside el contribuyente.

Estos son los tipos de contribuyentes en Colombia

A continuación, vamos a definir cada uno de los tipos de contribuyentes que existe según la DIAN
para que de esta manera puedas identificar el tipo de contribuyente que eres.

Gran contribuyente

Esta categoría prevalece sobre todas las organizaciones de derecho público, régimen especial de
renta o sin ánimo de lucro para garantizar que la categorización cumpla con el principio de
pertenecer a categorías mutuamente excluyentes. En resumen, gracias a esto solo pueden ser
clasificados en una categoría.
Contribuyente Mediano Alto

Este segmento se denomina así para diferenciarlo de los medianos contribuyentes; en este
segmento se agrupan las personas naturales o jurídicas que cuentan con un patrimonio bruto
superior a los 30 000 SMMLV. El rango del patrimonio bruto del año gravable se segmenta
teniendo en cuenta el valor del SMMLV, según lo definió el artículo 2 de la Ley 590 de 2000, según
sea el año gravable.

Contribuyente mediano

En esta categoría se agrupan las personas jurídicas o naturales que cuentan con un patrimonio
Bruto entre los 5001 y 30 000 SMMLV. Los rangos del patrimonio bruto para el año gravable hacen
referencia a los valores activos totales en SMMLV, según lo especifica el Artículo 2 de la Ley 590
del año 2000.

Contribuyente pequeño

El contribuyente pequeño es aquella persona natural o jurídica que cuenta con un patrimonio
Bruto de 501 y menos de los 5.000 SMMLV. Los rangos del patrimonio bruto para el año gravable
hacen referencia a los valores activos totales en SMMLV, según lo especifica el artículo 2 de la Ley
590 del año 2000.

Contribuyente Micro

Los contribuyentes micro son todas aquellas personas jurídicas o naturales que cuentan con un
patrimonio Bruto hasta los 500 SMMLV. Los rangos del patrimonio bruto para el año gravable
hacen referencia a los valores activos totales en SMMLV, según lo especifica el Artículo 2 de la Ley
590 del año 2000.

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Entidades de Derecho Público

Teniendo en cuenta la información que se encuentra en la casilla 64 del RUT para las entidades o
los institutos de Derecho Público de orden nacional, departamental, municipal y los
descentralizados, se recomienda una permanente actualización y mantenimiento de los datos en
el RUT, ya sea por la persona responsable o la de oficio cuando se presente el caso, con el fin de
tener un resultado óptimo en la categorización.

Régimen Especial o Sin Ánimo de Lucro

Respecto a la información que se encuentra en la casilla 64 de RUT, en el número de casilla 53:


bajo la responsabilidad 04 de Régimen Especial del impuesto de renta y complementarios y/o en la
casilla 70 del RUT con el beneficio marcado 2 que se encuentra asociado a las entidades (sin ánimo
de lucro). En esta categoría se recomienda una permanente actualización y mantenimiento de los
datos en el RUT, ya sea por la persona responsable o la de oficio cuando se presente el caso, con el
fin de tener un adecuado resultado en la categorización.

Contribuyente por clasificar

Esta categoría hace referencia a los contribuyentes que por alguna razón en particular al tema de
inconsistencia o disponibilidad de su información no se le puede determinar algún tipo de
clasificación de los nombrados anteriormente. Las personas que se encuentren registrados en el
RUT o que sean nuevos, no pueden ser categorizados en las categorías que nombraron
anteriormente.

Asalariado

En esta categoría están las personas naturales que cuentan con una actividad económica principal
relacionada en la casilla 46 del numeral 10, en la que se mencionan a los asalariados. El formulario
240 (“IMAS” Declaración Anual de Impuesto Mínimo Alternativo Simple) para los trabajadores por
cuenta propia es identificado de forma directa a los no asalariados.

Contribuyente no asalariado

Esta categoría hace referencia a las personas naturales que no se encuentran clasificadas como
asalariadas y complementa la categoría de las personas naturales asalariadas

Luego de definir todos los tipos de contribuyentes categorizados por la DIAN, solo debes
identificar en cuál de estos te ubicas para que tengas claro por qué tipo de obligaciones legales
debes responder.
(H2) Estas son las principales obligaciones de los contribuyentes

Tipos-de-contribuyentes

¿Qué es el Régimen Simplificado,


el Régimen Común y el Régimen
Especial?
Ekomercio Electrónico

Tags: soluciones-fiscales, soluciones-edi, Factura Electrónica, emisión de
factura eletrónica
El sistema Tributario en Colombia, se encuentra dividido en tres regímenes a
saber: 
 El Régimen Común, el cual es la regla general respecto del régimen al
que se debe someter el contribuyente.
 Régimen Simplificado que cobija a los minoristas y al sector agrícola y
ganadero.
 Régimen Especial donde se encuentran comprendidas las Entidades Sin
Ánimo de Lucro.
El sistema Tributario en Colombia, actualmente se divide en tres regímenes a
saber: el Régimen Común- en el cual están todos aquellos que están excluidos de
los otros dos-, un Régimen denominado “Especial”, del cual hacen parte las
Entidades Sin Ánimo de Lucro como lo son las Fundaciones, las Asociaciones y las
Corporaciones y finalmente el Régimen Simplificado del cual nos ocuparemos a
continuación.
En la actualidad Colombia se encuentra atravesando una etapa de transición respecto
de la implementación de la Factura Electrónica, es por eso que es necesario tener
en cuenta que actualmente el único régimen respecto del cual se encuentra
establecida la obligación de emitir esta modalidad de factura, es el Régimen
Común, el cual aplica sobre el IVA (Impuesto sobre las ventas) y el impuesto de
industria y comercio, por lo que toda transacción que el contribuyente (que no sea
entidad sin ánimo de lucro, agricultor, ganadero o minorista) realice deberá
facturarse por medio de la modalidad de Factura electrónica, observando los plazos
instaurados en la ley para acoger esta modalidad.

Régimen tributario especial


¿Qué es el régimen simplificado, régimen común y régimen especial?
El sistema Tributario en Colombia, actualmente se divide en tres regímenes a
saber: el Régimen Común- en el cual están todos aquellos que están excluidos de
los otros dos-, un Régimen denominado “Especial”, del cual hacen parte las
Entidades Sin Ánimo de Lucro como lo son las Fundaciones, las Asociaciones y las
Corporaciones y finalmente el Régimen Simplificado del cual nos ocuparemos a
continuación.
Como punto de partida, debemos tener en cuenta que el régimen simplificado en
materia tributaria se aplica únicamente para los impuestos de IVA (Impuesto Sobre
las Ventas) y el impuesto de Industria y Comercio.

En primer lugar y teniendo en cuenta lo anterior, debemos remontarnos al origen


de esta forma de tributación. En este sentido, el impuesto de Industria y
Comercio tiene su origen en los permisos que eran emitidos por los reyes y los
señores feudales para que los habitantes pudiesen desarrollar su oficio. Años más
tarde y particularmente en el caso colombiano, los impuestos que dieron origen al
impuesto de Industria y Comercio fueron “La Contribución de Patentes”; “El
Subsidio al Comercio” y “El impuesto de Patentes”.
En segundo lugar, debemos resaltar que éste es un régimen tributario de carácter
especial, que tiene como finalidad que las personas que hacen parte de este régimen
tengan ciertas facilidades a la hora de hacer el pago de impuestos que les
corresponde como responsables del régimen.
En tercer lugar, y siguiendo la línea del Estatuto Tributario vigente (Decreto 624
de 1989 y modificado por la Ley 1819 de 2016), este Régimen se les aplica a
aquellas personas naturales que sean comerciantes o artesanos, que sean minoritarios
o detallistas- es decir, todos aquellos que venden sus productos o servicios-, o que
sean agricultores o ganaderos, siempre y cuando sus ventas estén gravadas con la
tarifa general del 10%.

Requisitos  y Obligaciones Régimen Especial 


Sin embargo, para poder hacer parte de este Régimen según el estatuto
tributario, se deben cumplir las siguientes condiciones:
1. Que el año anterior hubiesen tenido ingresos brutos por dichas actividades,
inferiores a 3.500 UVT (Unidad de Valor Tributario)- que para el 2018 es un
valor máximo de $ 116.046.000-. 
2. Que tengan máximo un establecimiento de comercio, oficina, sede, local o
negocio donde desarrollen su actividad. En este caso es importante
recordar que un establecimiento de comercio es según la legislación
mercantil, un conjunto de bienes que está destinado al cumplimiento de la
empresa y que, a su vez, la empresa es toda actividad para producción,
prestación de bienes y servicios respectivamente, entre otras. 
3. Que, en el establecimiento de comercio, oficina, sede, local o negocio las
actividades que se desarrollen, no sean bajo la modalidad de franquicia,
concesión, regalía, autorización o cualquier otro sistema que implique la
explotación de intangibles.
4. Que no sean usuarios aduaneros, que son aquellos que se dedican a la
importación o exportación de bienes-.
5. Que, en el año inmediatamente anterior, ni en el año en curso, no hayan
celebrado contratos de venta de bienes y/o prestaciones de servicios gravados
por valor individual, igual o superior a 3.500 UVT- que para el 2018 es un
valor máximo de $ 116.046.000-.
6. Que el monto de sus consignaciones bancarias, depósitos o inversiones
financieras durante el año inmediatamente anterior o durante el año respectivo
no supere las 3.500 UVT - que para el 2018 es un valor máximo de $
116.046.000-.
Sin embargo y una vez expuestos los anteriores criterios que el Estatuto Tributario
vigente establece para ser responsable en el Régimen Simplificado, es importante
rescatar, que existe la posibilidad excepcional de que los responsables del Régimen
Simplificado celebren contratos de venta de productos o prestación de servicios
gravados por valor individual y superior a los 3.500 UVT, caso en el cual deberá
inscribirse previamente en el Régimen Común.

Requisitos y Obligaciones Régimen Simplificado 


En cuarto lugar, es menester analizar las obligaciones que surgen como
consecuencia de la relación tributaria, en este caso la del régimen simplificado a
continuación: 
1. El responsable debe inscribirse en el RUT (Registro Único Tributario),
ante la DIAN (Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales), del lugar
donde se ejerzan las actividades y obtener el NIT (Número de Identificación
Tributaria), esto dentro del plazo de 2 meses siguientes al inicio de la
operación.
2. Siempre se debe entregar en la primera venta o prestación de servicios una
copia del registro, en caso de que el adquirente del bien o servicio no haga
parte del Régimen Simplificado. 
3. Todos los responsables del Régimen Simplificado deben exhibir en un
lugar visible del establecimiento de comercio, oficina, sede, local o negocio la
inscripción al RUT (Registro Único Tributario) y al Régimen Simplificado,
con el fin de dar a conocer la pertenencia a dicho régimen pues este es un
régimen de carácter específico. 
4. Cumplir con los sistemas de control, a esto se refiere a que la DIAN
(Dirección Nacional de Impuestos y Aduanas), puede establecer sistemas de
control para las actividades productoras de renta. En caso de que estos no sean
implementados por el responsable luego de los 3 meses en que se ordena que
sean dispuestos, la sanción consagrada en el Estatuto Tributario es la clausura
del establecimiento.
5. Tener un documento que soporte las operaciones con todos aquellos que
sean responsables del Régimen Simplificado.
En quinto lugar y siguiendo el orden que hasta el momento se mantiene;
corresponde ahora hablar sobre las ventajas de pertenecer a este Régimen.
Frente a esto, los responsables de este Régimen no requieren presentar declaraciones
de IVA (Impuesto sobre las Ventas), lo cual tiene una gran ventaja en lo relativo al
tiempo que implica preparar la declaración y la presentación.
Por otro lado, tampoco requiere que se presente la declaración de Retención en la
Fuente, ya que no es agente retenedor de impuestos.

Requisitos y Obligaciones Régimen Común


En sexto lugar, corresponde abordar un tema muy importante en este caso, teniendo
en cuenta que al ser éste un Régimen de carácter particular, pueden darse casos en
los que aquellos responsables que hagan parte del Régimen Común decidan, en
virtud de beneficios en el tratamiento tributario; cambiarse del Régimen
Común al Régimen Simplificado. Para ello, deben cumplirse un requisito el cual
hace referencia a que el responsable del Régimen Común demuestre y acredite
que en los últimos tres (3) años fiscales anteriores se cumplieron con todos los
requisitos consagrados en el artículo 499 del Estatuto tributario: 
1. Que el año anterior hubiesen tenido ingresos brutos por dichas actividades,
inferiores a 3.500 UVT (Unidad de Valor Tributario)- que para el 2018 es un
valor máximo de $ 116.046.000-.
2. Que tengan máximo un establecimiento de comercio, oficina, sede, local o
negocio donde desarrollen su actividad. En este caso es importante recordar
que un establecimiento de comercio es según la legislación mercantil, un
conjunto de bienes que está destinado al cumplimiento de la empresa y que, a
su vez, la empresa es toda actividad para producción, prestación de bienes y
servicios respectivamente, entre otras. 
3. Que, en el establecimiento de comercio, oficina, sede, local o negocio las
actividades que se desarrollen, no sean bajo la modalidad de franquicia,
concesión, regalía, autorización o cualquier otro sistema que implique la
explotación de intangibles. 
4. Que no sean usuarios aduaneros, - aquellos que no sean ni importadores ni
exportadores de bienes-. 
5. Que, en el año inmediatamente anterior, ni en el año en curso, no hayan
celebrado contratos de venta de bienes y/o prestaciones de servicios gravados
por valor individual, igual o superior a 3.500 UVT- que para el 2018 es un
valor máximo de $ 116.046.000-.
6. Que el monto de sus consignaciones bancarias, depósitos o inversiones
financieras durante el año inmediatamente anterior o durante el año respectivo
no supere las 3.500 UVT - que para el 2018 es un valor máximo de $
116.046.000-.

En cuanto al séptimo punto, es menester indicar que la DIAN (Dirección de


Impuestos y Aduanas Nacionales), puede en cualquier tiempo reclasificar de oficio a
aquellos responsables que se encuentren en el Régimen Simplificado y pasarlos al
Régimen Común.

A manera de conclusión, creemos que este Régimen Simplificado tiene un gran


espectro en cuanto a las ventajas en materia de tributación, sobre todo para aquellas
microempresas, pequeñas y medianas que comienzan su etapa productiva; esto por
otro lado favoreciendo a los emprendimientos que, desde hace unos años, se han
consolidado como fuente de empleo y de tributación.

Así funciona el sistema tributario de Colombia y


la DIAN
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Si bien la polémica en torno a una eventual reforma tributaria ha llevado a que los
sectores se planteen los retos y fuentes de donde deben venir esos nuevos
ingresos, muchos ciudadanos aún no tienen claro el mapa del sistema tributario en
el país.
 
Por esta razón, en LR llevamos a cabo una nueva foto sobre el funcionamiento y
principales características que se deben tener en cuenta a la hora de cumplir con las
obligaciones fiscales. 
 
Hay que partir del hecho que el sistema tributario colombiano se divide en dos. Por un
lado, podemos encontrar los impuestos nacionales, que son recaudados y
administrados por la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Dian). En esta
categoría de tributos, los ciudadanos cuentan con obligaciones con el fisco por cuenta
de dos tipos de impuestos: los directos y los indirectos. La diferencia consiste en que
en el caso de los impuestos directos, el Gobierno le cobra al patrimonio o riqueza del
ciudadano. En esta categoría entran el Impuesto a la Riqueza, el impuesto de Renta o
aquellos como los timbres postales que se cobran directamente por la prestación de
un servicio. 
 
En tanto, los impuestos indirectos son los que se cobran por una transacción. El
ejemplo más común de este tipo de impuestos es el IVA (Impuesto de Valor
Agregado). Cuando el Gobierno Nacional presenta una reforma tributaria, los cambios
en los impuestos tienen unos tiempos distintos. 
 
En ese sentido, Carlos Rodríguez, vocero del Instituto Nacional de Contadores
Públicos explica que “los cambios que se lleguen a hacer en impuestos directos como
Renta o Cree se deben aplicar en el año gravable siguiente y no inmediatamente. En
cambio, los impuestos indirectos como IVA o 4x1000 si se pueden aplicar los cambian
inmediatamente porque es un impuesto de carácter instantáneo”.
 
También están impuestos que no van a las arcas nacionales sino municipales. Estos
impuestos se realizan sobre la actividad comercial (caso del Impuesto de Industria y
Comercio ICA) o sobre la propiedad de inmuebles (Predial). Para estos tributos los
ciudadanos deben pagar sus obligaciones a la secretaria de hacienda del municipio. 
 
 
Sin embargo, no es el único componente del sistema tributario. Aparte de los
impuestos a pagar, los contribuyentes se dividen ante la ley en dos grandes grupos.
Las personas naturales y las personas jurídicas (empresas). 
 
“Con la reforma tributaria de 2012 se cambió todo el régimen de personas naturales y,
en el fondo, tuvo muchas cosas interesantes que apuntaban a la equidad con la
creación del Iman y del Imas. Sin embargo, las interpretaciones de la Dian y algunos
fallos de la Corte Constitucional apuntan a que ese sistema planteado por Juan
Ricardo Ortega no se entendió”, anota Rodríguez. 
 
La economía, medida en el Producto Interno Bruto (PIB), produce alrededor de $700
billones. Sin embargo, la contribución de los colombianos al sistema tributario apenas
pasa los $120 billones. Se ha concentrado el recaudo en 3.300 grandes
contribuyentes que aportan 48% de los ingresos por este concepto.
 
Al mirar las cifras de recaudo tributario que maneja la Dian, el crecimiento de
impuestos como el de Renta para la Equidad (Cree) sobresale al pasar de $12,9
billones en 2014 a $14,5 billones en 2015, lo que significa un aumento de 12,4%. La
participación de este tributo en la bolsa del fisco de la Dian es de 5,5%. En tanto, las
principales fuentes de ingresos del recaudo tributario se concentran en el IVA y en la
Renta. Por el primero, las arcas de la Nación recibieron $29,6 billones en 2015. Esta
cifra es 4,59% más de lo que se registró en 2014 cuando ingresaron $28,3 billones. Y
por el segundo, el país tuvo un ingreso en 2015 de $41,3 billones, un 4,82% más que
en 2014 cuando la Dian alcanzó el recaudo de $39,4 billones.
 
Finalmente, el sistema tributario, que es la principal corriente de ingresos del país
tiene un retorno efectivo que se debe trasladar en el funcionamiento del Estado y de
sus programas sociales. En este punto, la directora de Ingresos de la Dian, Cecilia
Rico, manifestó a LR que “la importancia de pagar tributos radica en que con los
aportes proporcionales a ingresos y patrimonio, cada persona contribuye a garantizar
la sostenibilidad fiscal, que posibilita a su vez la provisión de los bienes públicos que
todos los ciudadanos demandan, tales como construcción de obras de infraestructura
(carreteras, escuelas, hospitales, seguridad, justicia, parques, etc.)”. 
 
La funcionaria agregó que cualquier democracia requiere para su funcionamiento
recursos que permitan garantizar la sostenibilidad fiscal del Estado. “En ese sentido,
puede considerarse como el precio o costo de tener una democracia”, anotó. Son
nueve impuestos, en total, los que el ciudadano le paga a la Dian.
 
Por esta razón, en LR llevamos a cabo una nueva foto sobre el funcionamiento y
principales características que se deben tener en cuenta a la hora de cumplir con las
obligaciones fiscales. 
 
Hay que partir del hecho que el sistema tributario colombiano se divide en dos. Por un
lado, podemos encontrar los impuestos nacionales, que son recaudados y
administrados por la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Dian). En esta
categoría de tributos, los ciudadanos cuentan con obligaciones con el fisco por cuenta
de dos tipos de impuestos: los directos y los indirectos. La diferencia consiste en que
en el caso de los impuestos directos, el Gobierno le cobra al patrimonio o riqueza del
ciudadano. En esta categoría entran el Impuesto a la Riqueza, el impuesto de Renta o
aquellos como los timbres postales que se cobran directamente por la prestación de
un servicio.
 
En tanto, los impuestos indirectos son los que se cobran por una transacción. El
ejemplo más común de este tipo de impuestos es el IVA (Impuesto de Valor
Agregado). Cuando el Gobierno Nacional presenta una reforma tributaria, los cambios
en los impuestos tienen unos tiempos distintos. 
 
En ese sentido, Carlos Rodríguez, vocero del Instituto Nacional de Contadores
Públicos explica que “los cambios que se lleguen a hacer en impuestos directos como
Renta o Cree se deben aplicar en el año gravable siguiente y no inmediatamente. En
cambio, los impuestos indirectos como IVA o 4x1000 si se pueden aplicar los cambian
inmediatamente porque es un impuesto de carácter instantáneo”.
 
También están impuestos que no van a las arcas nacionales sino municipales. Estos
impuestos se realizan sobre la actividad comercial (caso del Impuesto de Industria y
Comercio ICA) o sobre la propiedad de inmuebles (Predial). Para estos tributos los
ciudadanos deben pagar sus obligaciones a la secretaria de hacienda del municipio. 
 
Sin embargo, no es el único componente del sistema tributario. Aparte de los
impuestos a pagar, los contribuyentes se dividen ante la ley en dos grandes grupos.
Las personas naturales y las personas jurídicas (empresas). 
 
“Con la reforma tributaria de 2012 se cambió todo el régimen de personas naturales y,
en el fondo, tuvo muchas cosas interesantes que apuntaban a la equidad con la
creación del Iman y del Imas. Sin embargo, las interpretaciones de la Dian y algunos
fallos de la Corte Constitucional apuntan a que ese sistema planteado por Juan
Ricardo Ortega no se entendió”, anota Rodríguez. 
 
La economía, medida en el Producto Interno Bruto (PIB), produce alrededor de $700
billones. Sin embargo, la contribución de los colombianos al sistema tributario apenas
pasa los $120 billones. Se ha concentrado el recaudo en 3.300 grandes
contribuyentes que aportan 48% de los ingresos por este concepto.
 
Al mirar las cifras de recaudo tributario que maneja la Dian, el crecimiento de
impuestos como el de Renta para la Equidad (Cree) sobresale al pasar de $12,9
billones en 2014 a $14,5 billones en 2015, lo que significa un aumento de 12,4%. La
participación de este tributo en la bolsa del fisco de la Dian es de 5,5%. En tanto, las
principales fuentes de ingresos del recaudo tributario se concentran en el IVA y en la
Renta. Por el primero, las arcas de la Nación recibieron $29,6 billones en 2015. Esta
cifra es 4,59% más de lo que se registró en 2014 cuando ingresaron $28,3 billones. Y
por el segundo, el país tuvo un ingreso en 2015 de $41,3 billones, un 4,82% más que
en 2014 cuando la Dian alcanzó el recaudo de $39,4 billones.
 
Finalmente, el sistema tributario, que es la principal corriente de ingresos del país
tiene un retorno efectivo que se debe trasladar en el funcionamiento del Estado y de
sus programas sociales. En este punto, la directora de Ingresos de la Dian, Cecilia
Rico, manifestó a LR que “la importancia de pagar tributos radica en que con los
aportes proporcionales a ingresos y patrimonio, cada persona contribuye a garantizar
la sostenibilidad fiscal, que posibilita a su vez la provisión de los bienes públicos que
todos los ciudadanos demandan, tales como construcción de obras de infraestructura
(carreteras, escuelas, hospitales, seguridad, justicia, parques, etc.)”. 
 
La funcionaria agregó que cualquier democracia requiere para su funcionamiento
recursos que permitan garantizar la sostenibilidad fiscal del Estado. “En ese sentido,
puede considerarse como el precio o costo de tener una democracia”, anotó. Son
nueve impuestos, en total, los que el ciudadano le paga a la Dian.
 
La apuesta por conseguir más recursos

Todos los sectores económicos del país reconocen que uno de los principales retos
para la administración tributaria corre por cuenta de aumentar las bases gravables, en
otras palabras, de subir el número de contribuyentes. De acuerdo con Julio Roberto
Piza, integrante de la Comisión de Expertos “en Colombia, la presión tributaria, si bien
ha aumentado gradualmente (14,1 % del PIB), es insuficiente para financiar las
funciones que debe cumplir, los servicios que debe prestar y los derechos que debe
proteger, conforme a los acuerdos esenciales de la Constitución de 1991”. Ese es el
gran reto de hoy. 

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