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ALQUILER DE VIENTRES

La Corte Constitucional, en la sentencia T-968 de 2009, definió el alquiler


de vientre como “el acto reproductor que genera el nacimiento de un niño
gestado por una mujer sujeta a un pacto o compromiso, mediante el cual
debe ceder todos los derechos sobre el recién nacido a favor de otra
mujer que figurará como madre de este. En este evento, la mujer que
gesta y da a luz no aporta sus óvulos. Las madres sustitutas aceptan
llevar a término el embarazo y una vez producido el parto, se
comprometen a entregar el hijo a las personas que lo encargaron y
asumieron el pago de una suma determinada de dinero o los gastos
ocasionados por el embarazo y el parto”.
Según el alto tribunal, el artículo 42 de la Constitución legitima
jurídicamente las técnicas de reproducción asistida, dentro de las cuales
se ubica la maternidad subrogada o sustituta, al prever que “los hijos
habidos en el matrimonio o fuera de él, adoptados o procreados
naturalmente o con asistencia científica, tienen iguales derechos y
deberes”. Para la Corte, la maternidad sustituta es un “mecanismo
positivo para resolver los problemas de infertilidad de las parejas”,
poniendo de manifiesto la necesidad de regular la materia para evitar, por
ejemplo, la mediación lucrativa entre las partes, la desprotección de los
derechos e intereses del recién nacido y los conflictos que se originan
cuando surgen desacuerdos entre los involucrados.
ARTICULO 42 DE LA CONSTITUCION
Artículo 42. La familia es el núcleo fundamental de la sociedad. Se constituye por
vínculos naturales o jurídicos, por la decisión libre de un hombre y una mujer de
contraer matrimonio o por la voluntad responsable de conformarla. El Estado y la
sociedad garantizan la protección integral de la familia. La ley podrá determinar el
patrimonio familiar inalienable e inembargable. La honra, la dignidad y la intimidad
de la familia son inviolables. Las relaciones familiares se basan en la igualdad de
derechos y deberes de la pareja y en el respeto recíproco entre todos sus
integrantes. Cualquier forma de violencia en la familia se considera destructiva de
su armonía y unidad, y será sancionada conforme a la ley. Los hijos habidos en el
matrimonio o fuera de él, adoptados o procreados naturalmente o con asistencia
científica, tienen iguales derechos y deberes. La ley reglamentará la progenitura
responsable. La pareja tiene derecho a decidir libre y responsablemente el número
de sus hijos, y deberá sostenerlos y educarlos mientras sean menores o
impedidos. Las formas del matrimonio, la edad y capacidad para contraerlo, los
deberes y derechos de los cónyuges, su separación y la disolución del vínculo, se
rigen por la ley civil. Los matrimonios religiosos tendrán efectos civiles en los
términos que establezca la ley. Los efectos civiles de todo matrimonio cesarán por
divorcio con arreglo a la ley civil. También tendrán efectos civiles las sentencias de
nulidad de los matrimonios religiosos dictadas por las autoridades de la respectiva
religión, en los términos que establezca la ley. La ley determinará lo relativo al
estado civil de las personas y los consiguientes derechos y deberes. 

El alquiler de vientre o útero, conocido también como maternidad subrogada o


maternidad de sustitución, ha sido definido por la doctrina como “el acto
reproductor que genera el nacimiento de un niño gestado por una mujer sujeta a
un pacto o compromiso mediante el cual debe ceder todos los derechos sobre el
recién nacido a favor de otra mujer que figurará como madre de éste.”[1] En este
evento, la mujer que gesta y da a luz no aporta sus óvulos. Las madres sustitutas
aceptan llevar a término el embarazo y una vez producido el parto, se
comprometen a entregar el hijo a las personas que lo encargaron y asumieron el
pago de una suma determinada de dinero o los gastos ocasionados por el
embarazo y el parto.
En el ordenamiento jurídico colombiano no existe una prohibición expresa para la
realización de este tipo convenios o acuerdos. Sin embargo, respecto de las
técnicas de reproducción asistida, dentro de las cuales se ubica la maternidad
subrogada o sustituta, la doctrina ha considerado que están legitimadas
jurídicamente, en virtud del artículo 42-6 constitucional, el cual prevé que “Los
hijos habidos en el matrimonio o fuera de él, adoptados o procreados naturalmente
o con asistencia científica, tiene iguales derechos y deberes.” La doctrina ha
llegado a considerar  la maternidad sustituta o subrogada como un mecanismo
positivo para resolver los problemas de infertilidad de las parejas, y ha puesto de
manifiesto la necesidad urgente de regular la materia para evitar, por ejemplo, la
mediación lucrativa entre las partes que llegan a un acuerdo o convenio de este
tipo; la desprotección de los derechos e intereses del recién nacido; los actos de
disposición del propio cuerpo contrarios a la ley; y los grandes conflictos que se
originan cuando surgen desacuerdos entre las partes involucradas.
Explica que se trata de una técnica de reproducción asistida que se lleva
desarrollando en varios países desde hace más de 30 años, sin que ello haya
generado una problemática específica.
Asegura que permite a las parejas que desean tener hijos, y que por múltiples
razones no pueden hacerlo por sus propios medios, tener hijos biológicos. «Al
igual que donamos órganos, e incluso se donan óvulos, lo cual hoy en día nos
parece absolutamente normal, se puede ayudar a otra persona a gestar su hijo,
con el que la gestante no mantiene vinculo genético alguno», puntualiza.
Recuerda que al igual que sucedió con la inseminación artificial y la fecundación in
vitro (recordemos el término «bebé probeta» que se utilizó entonces) esta técnica
«está siendo reconocida cada vez en más países, y en nuestro entorno más
cercano lleva desarrollándose desde 2004 en Grecia y en Reino Unido sin
mayores problemas ni rechazo por parte de la población».
Según sus datos, las últimas encuestas indican que un 87% de la población
española está a favor de la gestación subrogada. «En un momento en que las
tasas de natalidad están por debajo del índice adecuado —asegura David
González—, fomentar estas técnicas ayuda a aumentar el número de nacimientos.
Es un proceso más sencillo que la adopción internacional, que permite a muchos
padres serlo, en lugar de quedar incluido en largas listas de espera de las que
nunca saldrán»

A favor: los vientres sustitutos ayudan a las personas con problemas de salud
La utilización de vientres sustitutos es una opción deseable para muchas personas
con problemas de salud que hacen el embarazarse difícil o imposible. El
envejecimiento, enfermedades hereditarias y el dañino impacto ambiental pueden
contribuir a la infertilidad. Algunas mujeres tienen problemas médicos que hacen
que embarazarse sea peligroso. Ocasionalmente, familiares cercanos como
madres o hermanas se postulan para ser las madres sustitutas si uno de sus
familiares no puede embarazarse. A estos se le llama "vientres sustitutos
caritativos". Sin embargo, es más común que las parejas tengan que buscar
madres sustitutas a través de agencias o por su cuenta.

A favor: se hace realidad el deseo de tener una familia completa


La utilización de vientres sustitutos puede ayudar a las parejas homosexuales a
convertirse en padres. Por ejemplo, Sir Elton John y su pareja David Furnish se
convirtieron en padres en 2010 después de encontrar una madre sustituta en
California para que tuviera a su bebé. La tecnología de reproducción asistida
también puede ofrecer ventajas a las parejas de lesbianas. A pesar de no
necesitar de vientres sustitutos, muchas de ellas pueden aprovechar las ventajas
de la inyección intracitoplasmática de esperma.

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