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ENSAYO FINAL

EL HOMICIDIO (PROBLEMÁTICA DIGNA DE ABORDAJE PSICOJURIDICO)

Valentina Castaño Lozano.


Marzo 2020

Universidad Santo Tomás


Maestría Psicología Jurídica
Psicología Jurídica en el Contexto Internacional Y Nacional
EL HOMICIDIO. (PROBLEMÁTICA DIGNA DE ABODAJE PSICOJURIDICO).

Dar inicio a un escrito cuyo propósito será la escogencia de una problemática y por qué esta
requiere ser abordada desde la psicología jurídica; resulta ser excluyente con las demás. más
específicamente con problemáticas de carácter legal. teniendo en cuenta la gran cantidad de
crimen que tiene un país como Colombia.

En este país existe un gran número de problemáticas que se mueven dentro del marco de la
psicología jurídica. Estas se evidencian en diferentes campos de aplicación y uno de ellos es
el forense que se ejecuta en un ámbito penal. Allí se evidencian varias de estas y por supuesto
son de interés para la PSJ y donde se reflejan altos índices de criminalidad del país, sin contar
claramente los casos no reportados que indudablemente harían de las cifras unas más altas.
Este país cuyo nombre e historia están matizadas por el daño psicológico requiere que la
justicia en cuestión de crimen se administre de una manera pertinente y conducente. Lo
anterior precisa ser logrado por un trabajo interdisciplinario que no solo incluya al derecho
sino también de forma permanente a la psicología jurídica como parte indispensable dentro
de cualquier proceso para el sistema probatorio.

En Colombia el crimen se presenta de forma exuberante; es por esto que se pretende superar
y trascender por medio del aporte a la generación de cambio que reduzca crímenes tan
comunes e infames como el homicidio.
El homicidio es la forma extrema de expresión de la violencia, el cual es reflejo de graves
problemas existentes en una sociedad (como la desigualdad, la impunidad, la corrupción o la
presencia del crimen organizado), tanto por que se priva a la víctima de la totalidad de sus
derechos, como por el profundo significado social que tiene. (Dávila, Pardo, 2019, p. 2794).
Esta problemática ha sido por varias décadas uno de los temas de estudio de la psicología
jurídica aplicada en contexto forense donde por medio de la misma se intenta conocer las
causales del homicidio determinando por medio del ejercicio de la misma todos aquellos
aspectos psicológicos que puedan estar implícitos dentro de dicho acto propiamente
hablándolo como un crimen.
Con lo anteriormente expuesto es conveniente cuestionarse porque el homicidio se presenta
en la vida del hombre generalmente como una alternativa para resolver problemas
convivenciales no resueltos. Seria este entonces un: fenómeno al que no escapa la realidad
interna colombiana, generando por su carácter irreversible erosión en la riqueza humana de
la nación y deterioro de la percepción objetiva y subjetiva en materia de seguridad (Forero,
2002, p. 19).

Las cifras del homicidio en Colombia según diferentes estudios como los del DANE
(departamento administrativo nacional de estadística) y la OMS (organización mundial de la
salud) indican que es el tercer país latinoamericano con más casos reportados de homicidio
en las últimas décadas y se estima que se tienen los más altos índices de mortalidad junto con
Brasil, México, Honduras, Venezuela y El salvador. Colombia por su parte presento una de
las más altas tasas de homicidio finalizando el siglo pasado e iniciando el actual; esto en
retrospectiva se refiere a las épocas del auge del conflicto armado colombiano. Siendo pues;
el homicidio una de las principales causas de muerte en Colombia para esa época.
Actualmente según estadísticas se confirma un decremento significativo del homicidio en
Colombia en el cual se indica una disminución de hasta el 50% del año 2002 al 2014. Pero.
¿y que generó una disminución tan notoria y favorable para el país hablando en términos
estadísticos? Pues resulta ser conveniente asumir que los factores socioeconómicos y
sociopolíticos tienen sus manos bien puestas en el asunto; talvez por aquello de la política de
seguridad democrática y la justicia transicional.

Las anteriores afirmaciones abren paso al arduo trabajo y la importancia que tiene la
psicología jurídica en el abordaje de esta problemática. Si bien es cierto que mucho se ha
dicho acerca de cómo abordar estos delitos desde al ámbito penal o bien desde la prevención;
a la fecha aún es un reto cada caso reportado acerca de homicidio por la particularidad que
lo acompaña. Pues cada delito tiene una historia que lo antecede y es justo ahí donde el
minucioso trabajo de la psicología jurídica debe excavar insistentemente para encontrar los
factores que desencadenan el hecho delictivo. Estos factores nacen básicamente de la
contienda diaria que viven las personas con sus emociones, motivaciones, intereses,
decisiones y en algunos casos enfermedad mental. Los tipos de homicidios establecidos en
el Código Penal Colombiano son homicidio preterintencional, homicidio por piedad y

homicidio culposo. En Colombia se presentan grandes números de estos tipos de homicidio


y las conductas agravantes bajo las cuales este se cometió bien sean dolo, culpa o
preterintencional establecidas por el CP indicando como se debe procesar ante la ley.

A causa de lo anterior se encuentra oportuno para la PSJ analizar las causales propias del
delito; su génesis básicamente. Con relación a esto cabe aclarar que la implementación de
psicología jurídica en este ámbito penal se direcciona principalmente a la aportación para
eximir de la culpa que a la corroboración de la misma. Una de las principales actividades
para la psicología jurídica que es propiamente un área de aplicación de la psicología
encargada del estudio, asesoría y evaluación del comportamiento del ser humano en la
sociedad direccionada al ordenamiento mediante parámetros legales de la conducta es la del
peritaje; este tiene como fin precisamente la evaluación; la ley 906 de 2004 ( Código De
Procedimiento Penal) , título III, capitulo III y parte III Art 406 habla de la prueba pericial y
la prestación del servicio de peritos; afirmando que este se presta por expertos en la materia.
Dependiendo el tema o delito a tratar. Estos peritos podrán ser particulares o asignados por
entidades públicas o privadas y deberán rendir su dictamen y/o informe pericial bajo la
gravedad de juramento. Entonces el proceso de evaluación que hace este psicólogo jurídico
al remitido en calidad de peritaje se toma en el juicio como prueba favorable o desfavorable
dependiendo la circunstancia.

Por ser este un medio de prueba se rige por ciertos parámetros legales para su validez y así
poder facilitarle al juez establecer la imputabilidad o inimputabilidad; o bien culpa o
inocencia dado el caso.

Generalmente en el contexto colombiano los abogados buscan por medio de las pericias
psicológicas lograr lo expuesto en el Articulo 32 del Código penal que habla acerca de cómo
y cuándo es posible demostrar la ausencia de responsabilidad del acusado. Esto por otra parte
solo es posible cuando realmente no exista responsabilidad alguna por lo menos dentro de lo
contenido en el artículo 32. E aquí entonces donde radica la importancia de la participación
y abordaje de la psicología jurídica en esta problemática del homicidio no solo como una
situación preocupante para el pueblo colombiano con cifras que han llegado a ser epidémicas
si no como un problema también de orden legal.

Un informe pericial debe dar cuenta del estado mental y cognición de la persona evaluada y
contener dentro de él; los métodos con lo que se realizó, los instrumentos evaluativos, los
exámenes e investigaciones realizados en el proceso como también los fundamentos técnicos
y científicos de sus conclusiones. Hay que tener en cuenta la tendencia y relación entre el
homicidio con el trastorno mental. Para Padrón García los victimarios se han caracterizado
por ser individuos con trastornos antisocial y orgánico de la personalidad. (2018, p. 8). De
hecho, una relación muy frecuente con otros delitos también; pero en muchos casos no es
fehaciente por lo que el peritaje es un trabajo de gran responsabilidad, profesionalismo y
conocimiento en la materia.

En cuanto a pruebas se refiere; retomando el trastorno mental como una causal común del
homicidio se encuentra que, aunque esta resulte ser o pretenda ser una salida para los
acusados; la ciencia indica que esta; aunque es una causa determinante no es la única que ha
provocado la ejecución de un sin número de homicidios como lo son el uso y abuso de alcohol
y /o sustancias psicoactivas toxicas. Sin embargo, se presentan homicidios por ciertos rasgos
de personalidad predisponentes a que el individuo sea violento y también por psicopatía e
incluso trastorno de personalidad antisocial.

Realmente son muchos los factores que pueden determinar el homicidio; y la ciencia aporta
constantemente información relacionada con la caracterización psicopatológica de los
homicidas. El pensamiento científico actual incursiona en el desarrollo de los denominados
modelos neurocognitivos, que tratan de explicar las bases biológicas del homicidio como
forma de expresión de la violencia humana y dentro de ella la neurobiología de un subgrupo
homogéneo conformado por los psicópatas, intentando ofrecer una visión global e
integradora de los distintos factores que pueden contribuir al desarrollo de la misma. Así, se
habla del modelo de disfunción del lóbulo frontal, donde las regiones implicadas en el mismo
son las prefrontales, ventrolaterales y orbitales; el modelo de déficit en la modulación del
conjunto de respuesta, que está muy vinculado a los procesos de atención y la disfunción; el
modelo de disfunción del miedo, el cual sugiere un importante rol a la amígdala cerebral y
enfatiza el papel del miedo en la socialización; el modelo de inhibición de la violencia, que
considera que la amígdala cerebral es la estructura afectada y focaliza en la importancia de
la empatía o la capacidad de ser sensible a los sentimientos, pensamientos y experiencias de
otra persona. (Padrón, García, 2018, p. 6).

Con lo anterior indudablemente pensar que el homicidio no esta tan relacionado con factores
neuropsicológicos y son principalmente producto de factores psicosociales está realmente
lejos de ser una verdad. Pues la enfermedad mental actualmente está, aunque en muchas
ocasiones no sea evidente. No por esto se deduce que dicha condición sea meramente la
explicación universal de tal acto delictivo.

En relación con lo anterior cabe mencionar que prevalecen una gran cantidad de autores de
homicidio que no consumen sustancias y tampoco tienen ningún tipo de anomalía cognitiva
y por el contrario están en plena facultad de dirigir sus conductas y entender y comprender
en alcance de las mismas. Son estos los autores que quieren de alguna forma alterar su
realidad en pro de su beneficio como en algunos de los casos conocidos en Colombia y
alrededor del mundo.

La búsqueda de la inimputabilidad por trastorno mental es un tema de mucho interés para la


psicología jurídica, el derecho, la psiquiatría entre otras. Es así como la ley 599 de 2000 (CP).
En su Capitulo cuarto donde expone de medidas de seguridad para inimputables Artículos
70,71 y 72 en los cuales se establecen las medidas de contención de una persona con trastorno
mental permanente y trastorno mental transitorio las cuales son significativamente bajas en
relación con la de personas imputables; sin duda es atractivo para los homicidas conscientes
de sus actos. Aclaremos entonces que el trastorno mental: es una condición de alteración
psicopatológica que daña la salud psíquica (mental) de una persona; incidiendo esto es su
pensamiento y conducta y que la diferencia entre TMT Y TMP radica en que el transitorio
es desencadenado por una causa inmediata y son espontáneos; estos solo duran
momentáneamente como por ejemplo las personas con trastorno de la personalidad que
actúan y presentan amnesia consecutiva al acto y la recuperación de las facultades mentales
posteriores a la crisis; mientras que el permanente refiere a un estado mental constante donde
se pierde absolutamente la conexión con la realidad como es el caso de las esquizofrenias.

Actualmente se discute incansablemente una de condiciones de inimputabilidad y es la de


TMT (trastorno mental transitorio). Este es muy controvertido por su sesgo entre lo real y lo
inducido que tiene este tipo de trastorno porque se argumenta que el consumo de una
sustancia psicoactiva puede producir el trastorno con que se ejecute el acto delictivo y
claramente es encasillable dentro de los expuesto por la ley de modo que se permite un
alegato en pro de justificar tal tipo de trastorno, pero ¿y si la sustancia que produjo el trastorno
transitorio se consumió con ese fin precisamente? Es decir, con el de alterar la cognición y
producir desinhibición para poder realizar tal delito; pues esto es y seguirá siendo una lucha
diaria en los juzgados del país.

En conclusión, un peritaje científico ayudara a esclarecer si existen las condiciones de


inimputabilidad; que en su momento ni los jueces mismos tienen la competencia de
determinar, pues su formación no les permite científicamente dar respuesta; y
obligatoriamente necesitara el dictamen de especialistas en el aérea que finalmente
influenciaran considerablemente su decisión. o más bien la decisión que propuso el experto
con su peritaje.

En este orden de ideas más que lamentar la mortalidad por homicidio. La psicología jurídica
debe preocuparse por aportar legal y socialmente de manera eficiente; por un lado, con
procesos de evaluación pericial honestos, éticos e inviolables y por otro con la participación
en el ámbito jurisprudencial que posibilite y de alguna forma obligue al sistema político a
impartir más educación y seguridad por y para la población civil colombiana.

Es un amplio y delicado el campo de aplicación de la psicología jurídica especialmente en el


abordaje de problemáticas tan complejas como lo es el homicidio; pero indiscutiblemente
importante y necesario para humanizar y dar razón, rectitud y objetividad a los procesos
penales en pro de una mejor conducción de la justicia.
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