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Memoria Justicia y Reparacion Violencia Sexual y Violencia de en El Terrorismo de Estado en Argentina1 PDF
Memoria Justicia y Reparacion Violencia Sexual y Violencia de en El Terrorismo de Estado en Argentina1 PDF
Memoria Justicia y Reparacion Violencia Sexual y Violencia de en El Terrorismo de Estado en Argentina1 PDF
10 y 11 de junio
Ciudad de Buenos Aires
Panel: Violencia contra mujeres privadas de libertad
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En este trabajo expongo algunas reflexiones que resultan del proyecto de investigación
sobre “Violencia sexual y violencia de género en el terrorismo de Estado” desarrollado bajo
mi dirección y con la codirección de Violeta Correa en los Centros de Derechos Humanos
de las Universidades de Quilmes y de Lanús, y del proyecto “Memoria, Violencia y Género:
articulaciones conceptuales y encrucijadas teóricas”, también desarrollado bajo mi dirección,
con codirección de Alejandro Kaufman, en la Universidad Nacional de Quilmes.
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investigación de violaciones masivas a los derechos humanos en
los procesos políticos de la región latinoamericana y en distintas
partes del mundo, ya sea en situaciones de conflicto armado o en
procesos represivos internos, permitió comenzar a identificar en los
distintos relatos, en los testimonios, una práctica reiterada y
persistente de violencia sexual hacia las mujeres. El debate
jurídico a nivel internacional pudo entonces caracterizar la violencia
sexual en el contexto de prácticas sistemáticas de violencia como
una violación específica de los derechos humanos y en 1998, el
Estatuto de la Corte Penal Internacional la tipificó como crimen de
lesa humanidad. Por eso creemos que en los juicios actuales en
Argentina, los testimonios sobre violencias sexuales hacen posible
comenzar a pensarlas como tortura, tomarlas como tal, visibilizarlas
y analizar de qué modo esa consideración puede llegar a impactar
en nuestra jurisprudencia.
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como un caso paradigmático donde es posible observar cómo la
estructura de género reaparece y reafirma el sistema hegemónico
masculino al mismo tiempo que permite que ésta permanezca
invisibilizada trascendiendo el propio terrorismo de Estado. El
cuerpo de las mujeres –y eventualmente el de los varones-
aparece como un territorio marcado o a marcar, en cuya
apropiación se dirime la lógica de poder entre los géneros.
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la gramática de los cuerpos tiene una significativa incidencia en su
constitución como sujetos. Las escuelas policiales y militares
“modelan” los cuerpos de sus agentes en un disciplinado
aprendizaje. El soporte corporal instituye sus identidades e informa
sobre los atributos de sus integrantes. Por ende, la “intervención”
sobre los cuerpos por parte de los perpetradores también se
inscribe en este dispositivo disciplinario: podemos leer en los
crímenes una lengua y esa lengua nos interpela.
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sus captores “más complejos e insondables”5 (sabemos que el
contexto no es neutro y está pautado por la violencia), el
intercambio sexual se inscribe en un diferendo: la valencia
diferencial de los géneros6. Por ello, la “ocupación” del cuerpo de la
mujer se asimila a la ocupación del territorio enemigo. Pero
asimismo, la “escritura” de ese cuerpo que la violencia sexual se
propone producir ensaya una reescritura de los cuerpos que
sustenta resignificaciones morales y apuesta a restituir una
jerarquía de lugares respecto de varones y mujeres, víctimas y
perpetradores.
5
Ana Longoni, Traiciones, Buenos Aires, Norma, 2007, pág. 137
6
Francoise Héritier, Masculino/Femenino II. Disolver la Jerarquía, Buenos Aires, FCE,
2007
7
Véase el proyecto Memoria, Violencia y Género: articulaciones conceptuales y encrucijadas
teóricas, Universidad Nacional de Quilmes, Directores: María Sonderéguer y Alejandro
Kaufman.
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Tanto cuando el cuerpo de las mujeres es violado como cuando se
“entrega”, nos encontramos inscriptos en una estructura simbólica
que percibe al cuerpo de las mujeres como territorio –literal- de los
varones. Si el cuerpo de las mujeres es de los varones, son por
ende los varones quienes inscriben allí su soberanía. Desde esta
perspectiva, la violación y la traición son dos categorías que
pueden ser pensadas como dos núcleos de significados en los que
se condensa la relación entre las prácticas de intercambio sexual y
la lógica de poder entre los géneros.
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Pilar Calveiro señala: “En muchos campos, en particular en los que dependían de Fuerza
Area o de la Policia, los interrogadores se valieron de todo tipo de abuso sexual,. Desde
violaciones múltiples a hombres y mujeres, a veces hasta veinte veces consecutivas, así
como vejámenes de todo tipo combinados con los métodos ya mencionados de tortura,
como la introducción en el ano y la vagina de objetos metálicos y la posterior aplicación de
descargas electricas a través de los mismos. En estos lugares también era frecuente que a
las compañeras les dieran”a elegir” entre la violación y la picana, en Poder y Desaparición,
Buenos Aires, Colihue, 1998, pág. 65.
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es equiparada a la delación y a la colaboración con los
perpetradores; las “traiciones” cometidas nos informan de la
estructura jerárquica de las relaciones de género. La
narrativización de las memorias de la represión requiere entonces
una articulación conceptual con el problema de las
representaciones de género y de la violencia.
7
Del mismo modo, la Convención Interamericana para prevenir,
sancionar y erradicar la Violencia contra la Mujer (Convención
Belém do Pará ) de 1994, entiende como violencia contra la mujer
la violencia física, sexual y psicológica, que comprenda -entre otras
violencias- la violación, el maltrato y el abuso sexual, tanto en el
ámbito domestico, interpersonal o familiar; en el ámbito de la
comunidad; o perpetrado o tolerado por el Estado o sus agentes.
9
Rita Segato, Las estructuras elementales de la violencia, Prometeo 3010-Editorial UNQ,
Bernal, 2003, pág. 23
8
o raza) que entran en el derecho en un pie de igualdad”.10 Incluso
hoy, el ejercicio de las acciones penales en el caso de una
violación, son “acciones dependientes de instancia privada”, es
decir, dependen de la “acusación o denuncia del agraviado o de su
tutor”, las acciones “que nacieren de los delitos de violación,
estupro o atentado al pudor”11.
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expresa en los recuerdos individuales, continuidad e identidad de
la experiencia (continuidad con una serie de acontecimientos
similares, identidad para predicarse a sí mismo como sujeto activo
o pasivo de lo acontecido) trazan una intersección necesaria. El
relato del pasado encuentra en el presente sus principios de
intelección.
10
Derecho como horizonte contractual.
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para la Memoria y promoción de los derechos humanos; la
instauración del 24 de marzo como Día Nacional de la Memoria por
la Verdad y la Justicia, la anulación y luego la declaración de
inconstitucionalidad de las leyes “de impunidad “ –las leyes de
“punto final” y de “obediencia debida” y los indultos- con la
consecuente sustanciación de nuevos juicios a los responsables de
crímenes durante la dictadura y, por ese camino, propuso un
nuevo “pacto” fundador de la sociedad argentina. En articulación
con el impacto en la legislación argentina de los desarrollos del
derecho internacional, este nuevo contrato apuntó a establecer
como piso mínimo convivencial el paradigma de la igualdad
universal de los derechos humanos.
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del estatus masculino17. Ambos crímenes trazan también una
escritura, una letra violenta en las que el cuerpo es soporte de una
nueva normalización de las subjetividades de las víctimas. Los/as
testigos hablan entonces en la doble condición de la palabra
testigo: tercero ante un litigio y sobreviviente de un acontecimiento
para dar fe de él. Puesto que todo crimen puede leerse como un
texto18 en el que se articulan voces, enunciados, culturas,
creencias, cuerpos y sujetos, esa trama nos revelan los vìnculos
que la ley, la justicia, la verdad y el Estado establecen con
aquellos19.
17
Véase, Francoise Héritier, op. Cit. Pág 77
18
Rita Segato, Territorio, soberanía y crímenes de Segundo estado: la escritura en el cuerpo
de las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez, Serie Antropología 362, Brasilia, 2004
19
Josefina Ludmer, El cuerpo del delito. Un manual, Perfil Libros, Buenos Aires, 1999
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violencia actual y del pasado, los relatos de la memoria y la historia
reciente, y las experiencias problemáticas de género en la
actualidad.
14
con una naturalización de la violencia contra las mujeres.
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