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EXPOSICIÓN AL SARS-COV-2, SÍNTOMAS Y SEROPREVALENCIA EN


TRABAJADORES SANITARIOS EN SUECIA
Ann-Sofie Rudberg, Sebastian Havervall, Anna Månberg y otros.
NATURE COMMUNICATIONS | (2020) 11:5064 -doi.org/10.1038/s41467-020-18848-0

El nuevo coronavirus SARS-CoV-2, causa la enfermedad COVID-19. La Organización Mundial de la Salud


(OMS) declaró que la COVID-19 era una pandemia el 11 de marzo de 2020 (1) y actualmente se han
informado más de 24 millones de casos, lo que ha provocado más de 820.000 muertes. El primer caso
confirmado por análisis de laboratorio en Suecia, fue notificado el 31 de enero de 2020, aumentando a
22,317 casos y más más de 5,000 muertes al 17 de junio de 20202. Sin embargo, la epidemiología de la
infección por COVID-19, se basa principalmente en casos que requieren hospitalización, y se sabe poco
sobre el verdadero alcance de la enfermedad. Las investigaciones serológicas en la población proporcionan
una herramienta útil en la estimación del número de individuos que han sido infectados con el virus SARS-
CoV-2 y que pueden tener un riesgo reducido de reinfección. Están surgiendo varias estimaciones de
seroprevalencias basadas en la población, que van desde 4,4% en Francia (3), 4,6% en Los Ángeles (4) y
7,3% en Estocolmo (2), en un período que va de abril a mayo de 2020. El principal objetivo sueco con las
acciones acopladas a la pandemia de COVID-19 fue similar a la de la mayoría de los demás países;
orientadas a reducir la propagación de la infección. Sin embargo, en lugar de un bloqueo completo, la
estrategia fue mantener abiertas y activas, partes de la sociedad. Están prohibidos encuentros en los que
participen más de 50 personas, pero la mayoría de las acciones para reducir la propagación, dependen del
cumplimiento voluntario del conjunto de recomendaciones en evolución permanente de la Autoridad de
Salud Pública (2). Estas recomendaciones no son obligatorias, pero se espera que las personas las sigan,
a pesar de la falta de multas. Se insta a los habitantes a trabajar desde su casa si fuera posible y evitar
viajes. Además, se fomentan los contactos sociales limitados, específicamente entre las personas con mayor
riesgo de complicaciones por la COVID-19. A diferencia de muchos otros países, sin embargo, las escuelas
preescolares y primarias permanecen abiertas. Los trabajadores sanitarios (TS) están expuestos al virus en
un mayor grado que la sociedad en su conjunto y puede ser considerado que están expuestos a un riesgo
elevado de infección. Durante la epidemia de SARS-CoV anterior, el personal sanitario se contagió en más
del 20% de todos los casos (5–7). Esto plantea preocupaciones sobre la seguridad del personal sanitario de
primera línea y el riesgo de colapso del sistema de salud, así como la transmisión de los entornos de atención
médica a la comunidad. Sin embargo, poco se sabe sobre el riesgo ocupacional del personal sanitario de
contraer la infección por SARS-CoV-2, pero los pocos estudios emergentes informan seroprevalencias
relativamente bajas, que oscilan entre el 1,6% y el 11,0% (8–14). Aquí informamos la seroprevalencia de
anticuerpos IgG contra el SARS-CoV-2 entre los trabajadores sanitarios en un gran hospital de cuidados
agudos en Suecia. Además, evaluamos las asociaciones entre la seroprevalencia, los síntomas
autoinformados y la exposición ocupacional al SARS-CoV-2.

Resultados
Características de los participantes del estudio.
Un total de 2,149 TS fueron incluidos en el estudio. La mayoría de los participantes del estudio fueron
mujeres (85%) y la edad media fue de 44 años (con un Desvío Estándar de 12). El contacto con pacientes
fue informado por 1,764 participantes (85%) y 962 (46%) de los participantes informaron contacto con
pacientes COVID-19. El grupo de contacto con el paciente comprendió 439 (25%) médicos, 636 (36%)
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enfermeras, 428 (24%) enfermeras auxiliares y 254 (14,5%) perteneciente a personal asignado a otras
actividades sanitarias (la ocupación no se registró en el 0,5%). (Tabla 1).

Seroprevalencia de anticuerpos frente al SARS-CoV-2.


En general, 410 participantes del estudio (19,1%) fueron seropositivos para IgG. No se observó diferencia
de edad o sexo, entre los individuos seropositivos y seronegativos (ver arriba).

Síntomas autoinformados.
Curiosamente, entre los individuos seropositivos, 37 individuos (9%) no informaron ningún síntoma, 320
individuos (78%) informaron síntomas leves y solo 53 individuos (13%) informaron síntomas graves. Los
más frecuentes de los síntomas reportados en este grupo, fueron dolor de cabeza (66%), malestar (65%),
fiebre (57%), anosmia (53%), tos (52%) y ageusia (50%), mientras que el dolor abdominal (30%) y la disnea
(24%) fueron los síntomas menos reportados (Figura 1). Los síntomas con asociación más fuerte a la
seroprevalencia fueron anosmia (OR 28,4; IC 95% 20,6-39,5), ageusia (OR 19,2; IC del 95%: 14,3 a 26,1) y
fiebre (OR 6,3; IC del 95%: 4,9 a 8,0). El único síntoma que no difirió en la prevalencia entre seronegativos
y los participantes seropositivos, fue el dolor de garganta (OR 1,1; IC del 95% 0,9-1,3). Combinando los
síntomas con la asociación más fuerte a la seroprevalencia, en la tríada anosmia y / o ageusia, malestar, y
fiebre, tuvo un alto valor predictivo con una OR de 18,6 (IC del 95%: 12,9-27,2), un VPP de 0,75 y un VPN
de 0,86. A la luz del seguimiento en tiempo real basado en grandes poblaciones de síntomas autoinformados
que predicen COVID-19 y publicadas recientemente (15), también fue evaluado y presentó un alto valor
predictivo el conjunto de síntomas de anosmia, fatiga, tos persistente y pérdida de apetito, la tríada de
síntomas anosmia y / o ageusia, malestar y tos (la pérdida de apetito no fue incluida en nuestro cuestionario).
Esta tríada de síntomas, produjo un valor pronóstico más bajo, aunque todavía alto, con un OR de 11,9 (IC
del 95%: 8,4-17,1), un VPP de 0,67 y un VPN de 0,85. Sin embargo, el valor predictivo más alto se encontró
cuando se combinó anosmia y / o ageusia, con una OR de 21,9 (IC del 95% 16,5-29,3), un VPP de 0,70 y
un VPN de 0,905. (Figura 2).

Exposición laboral y ocupacional autoinformada a pacientes con COVID-19.


La seroprevalencia se asoció a factores relacionados con el trabajo con pacientes, con 21% entre 1,764
participantes del estudio con contacto de pacientes vs. 9% entre 305 participantes del estudio sin contacto
con pacientes (OR 2,9; IC del 95%: 1,9–4,5). Curiosamente, esta asociación permaneció significativamente
independientemente del contacto con el paciente de COVID-19 (OR 3,3; IC del 95%: 2,2 a 5,3) o contacto
con el paciente sin COVID-19 (OR 2,3, 95% CI 1,5-3,8), aunque la asociación fue significativamente más
fuerte si el contacto con pacientes con COVID-19 en comparación con el contacto con pacientes sin COVID-
19 (OR 1,4; IC del 95%: 1,1–1,8). (Figura 3). La asociación entre el contacto con el paciente y la
seroprevalencia permaneció significativamente independientemente de si la ocupación fue médico (OR 2,5,
IC del 95%: 1,6 a 4,2), enfermera (OR 3,0, IC del 95% 1,9-4,9) o enfermero asistente (OR 3,7, IC del 95%
2,3-6,0), (Figura 4), pero la seroprevalencia fue mayor entre las enfermeras asistentes (25%) y enfermeras
(22%) que entre los médicos (19%) y otro personal (13%). La seroprevalencia enumerada por sexo, síntoma
y ocupación la exposición se muestra en la Tabla 2.

Discusión
Esta gran investigación serológica, reporta síntomas asociados con la infección por SARS-CoV-2, que puede
ayudar en la orientación para la detección del personal sanitario y en las recomendaciones de
autoaislamiento. Los resultados además, apoyan un riesgo ocupacional de transmisión del SARS-CoV-2 a
los trabajadores sanitarios, superando el riesgo presentado en estudios recientes (8-14). Entre los 2,149 TS
inscriptos, uno de cada cinco, fueron seropositivos, lo que sugiere una infección previa o aún en curso con
SARS-CoV-2. La seroprevalencia fue significativamente mayor en TS con contacto con el paciente, que en
aquellos sin contacto con el paciente, y la seroprevalencia entre los trabajadores sanitarios sin contacto con
el paciente se mostró en línea con lo reportado en la población general de Estocolmo, utilizando la misma
prueba serológica durante el mismo período de tiempo (2). La seroprevalencia también fue mayor, entre los
trabajadores sanitarios que estuvieron en contacto personas con COVID-19, que entre el personal sanitario
en contacto con un paciente que no estuvo enfermo de COVID-19, lo que implica una transmisión del SARS-
CoV-2 relacionada con el paciente al TS. La porción de trabajadores sanitarios seropositivos que no
informaron síntomas previos en esta cohorte, fue menor que en varias investigaciones de brotes donde se
registró la permanencia de entre el 20 y el 50% de las infecciones por COVID-19 de tipo subclínico (9,16).
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Sin embargo, la gran mayoría de los trabajadores sanitarios informaron síntomas que son difíciles de
distinguir de otros síntomas de infecciones respiratorias, de síntomas predictivos de infección por SARS-
CoV-2, única o en combinación, es esencial para la búsqueda de la orientación en la detección y en las
recomendaciones de autoaislamiento para evitar una mayor propagación de la enfermedad. En un gran
estudio poblacional que incluyó 9.282 TS en los Estados Unidos, el 92% informó haber tenido al menos un
síntoma, entre fiebre, tos y disnea (17), y se ha informado que es la tríada de síntomas característicos de la
infección por COVID-19 (18-20). Aunque la fiebre fue uno de los síntomas más comunes entre los
trabajadores sanitarios seropositivos en este estudio, la anosmia y la ageusia fueron los síntomas más
predictivos de infección por SARS-CoV-2. De estos, la anosmia está emergiendo como un síntoma clave en
la presentación sintomática de COVID-19 (9,15,21). Los resultados del presente estudio, están en línea con
el reciente gran estudio de cohorte multinacional, basado en la investigación de la población con síntomas
potenciales de COVID-19, reportando una fuerte asociación entre anosmia, ageusia y COVID-19 (15).
Además, existe una fuerte asociación entre las combinaciones de síntomas anosmia y / o ageusia, malestar
y fiebre, así como anosmia y / o ageusia, malestar y tos y la seroprevalencia, lo que sugiere que estos
síntomas deben incluirse en la orientación de detección de rutina. El riesgo ocupacional de los trabajadores
sanitarios de infectarse con el SARS-COV-2 está ampliamente documentado (22-24). Los informes ahora
destacan el riesgo de transmisión del SARS-CoV-2 también (25–31) por contaminación, ya que se ha
demostrado que el ARN viral está muy extendido en superficies ambientales del hospital (32) y muestras de
aire de UCI y salas generales (33). Las investigaciones serológicas emergentes, sin embargo, documentan
seroprevalencias relativamente bajas entre los trabajadores sanitarios, del 1,6% en Alemania (12) y del 3,8%
en Wuhan (8), epicentro de la pandemia de COVID-19 en China, a 7,6 y 11% en los países afectados Bélgica
(10) y Reino Unido (11), que son todos menores, que la seroprevalencia encontrada en esta cohorte de TS.
Aunque las discrepancias entre la alta seroprevalencia informada en este estudio en comparación con
estudios anteriores, puede explicarse por diferentes diseños de los estudios y los ensayos serológicos,
pueden haber contribuido las divergencias en las precauciones de prevención y control de las infecciones.
Por ejemplo, el hospital investigado en el estudio belga (10), con un diseño del estudio y tamaño de muestra
similar a este estudio, implementó un número de medidas de prevención no adoptadas en el hospital en
este estudio. Estos incluyeron pruebas de RT-PCR y aislamiento posterior, de TS infectados y pruebas de
RT-PCR de todos los pacientes hospitalizados, independientemente de los síntomas típicos de COVID-19.
En particular, García Basteiro y colaboradores (9) encontraron que el 23,1% de los TS seropositivos habían
sido asintomáticos, y el 9% de los TS seropositivos en nuestra cohorte no tenían síntomas previos en
absoluto. La falta de pruebas de RT-PCR en TS y pacientes internados sin síntomas típicos de COVID-19,
pudo haber contribuido a un número sustancial de casos positivos de SARS-CoV-2 entre los profesionales
sanitarios, así como las dificultades para distinguir entre pacientes con y sin COVID-19. De hecho, la
seroprevalencia entre los trabajadores sanitarios con contacto con pacientes que no son COVID-19,
permaneció elevada en comparación con el grupo de TS sin ningún contacto con el paciente, lo que sugiere
transmisión en salas no COVID-19. La alta seroprevalencia entre enfermeras auxiliares y enfermeras,
independientemente del trabajo en salas de Covid o no Covid, apoya la hipótesis de la transmisión de
pacientes a TS, considerando que implican el contacto más cercano al paciente. Además, el EPP solo lo
usaba el personal sanitario en contacto con pacientes con sospecha de COVID-19, y mascarillas faciales
con filtro de aerosol fueron restringidas a AGP. En particular, los datos emergentes implican que el SARS-
CoV2 puede propagarse tanto por contacto directo como indirectamente a través de objetos contaminados
y aerosoles (30). Además, un reciente estudio poblacional utilizando una nueva aplicación móvil para valorar
el riesgo de dar positivo en la prueba de COVID-19, que incluía más de 90,000 TS (31), encontró que el
mayor riesgo de transmisión a el personal sanitario se encontraba entre los trabajadores sanitarios que
reutilizaban el EPP. Debido a la escasez de EPP, la reutilización y el uso compartido de protectores faciales
limpiados y desinfectados manualmente, se implementó como una práctica regular en el hospital en este
estudio. Aunque el efecto de las pruebas de RT-PCR restringidas y no se evaluó el uso de EPP, estos
factores pueden haber contribuido a la seroprevalencia relativamente alta entre los trabajadores sanitarios.
Es importante destacar que la capacidad de aumentar la cantidad de pruebas por RT-PCR y proveer EPP
se vieron obstaculizados a nivel nacional, por una disponibilidad limitada de pruebas y suministro de EPP, y
por lo tanto, era probable que sucediera una situación similar en otros hospitales y entornos de atención
médica en todo el país. Esto enfatiza la urgencia de preparativos continuos y adecuados para brotes y
pandemias a gran escala, incluyendo la necesidad de asegurar la disponibilidad de capacidades de
diagnóstico y EPP. Los resultados observados en este estudio, se ven reforzados por el gran tamaño de la
muestra de individuos que representan a todos las salas del hospital. Además, la tasa de respuesta de los
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datos autoinformados fue cerca del 100%. El autoinforme de exposición ocupacional al SARS-CoV-2 fue
superior a la ubicación ocupacional en la base de datos del hospital, ya que una gran parte de los
participantes del estudio se reubicaron entre las salas durante la pandemia de COVID-19. Los resultados se
ven reforzados por el uso de un ensayo de anticuerpos de laboratorio altamente sensibles y específicos.
Esto, es en contraste con muchos otros métodos de prueba serológica, donde el conjunto de muestras
utilizado para la evaluación es muy bajo y, por lo tanto, también la certeza del método de prueba (34). El
estudio también tiene varias limitaciones dignas de mención. La seroprevalencia es dinámica y los datos
presentados en este estudio representan la prevalencia de infección previa o aún en curso en abril-mayo de
2020. Una nueva investigación transversal arrojará diferentes resultados. Otra limitación radica en la
naturaleza de los datos autoinformados, dando lugar a un riesgo de sesgo de recuerdo. La anosmia y la
ageusia, han sido ampliamente señalados como posibles síntomas de COVID-19 en los medios, que puede
haber influido en las respuestas. Se pidió a los participantes que documentaran los síntomas durante los 3-
4 meses anteriores, y no es seguro que los síntomas informados fueran causados por la infección por SARS-
CoV-2 en participantes seropositivos, que pueden haber sido infectados por otros virus respiratorios además
del SARS-CoV-2 en los meses anteriores para estudiar la inclusión. La clasificación de los síntomas como
"leves" o "graves" no se definieron más en el cuestionario y, por lo tanto, son subjetivos y deben interpretarse
con cautela. Las opciones de ocupación, contacto con el paciente y exposición a pacientes con COVID-19
fueron variables objetivas, pero una limitación es que no hay información con respecto al tipo de contacto,
como el tiempo de permanencia en la misma habitación y la frecuencia de contacto con el paciente. La
participación en el estudio fue voluntaria, y no se puede excluir un sesgo de selección. Individuos con
síntomas anteriores, pueden haber sido más propensos a participar, y empleados que no trabajaron debido
a alguna enfermedad durante el período de estudio de tres semanas no pudieron participar, lo que podría
haber influido en la seroprevalencia general. Sin embargo, el posible sesgo de selección se aplicaría a todos
los subgrupos, y las comparaciones entre grupos probablemente no se vieron afectadas. Finalmente,
aunque fue observada una clara asociación entre la seroprevalencia, el contacto con el paciente con COVID-
19 y la ocupación del TS, no fueron documentadas exposiciones a personas positivas para COVID-19 fuera
del hospital. Una posible dispersión de grupos entre los participantes del estudio independientemente de la
ocupación, no se puede descartar cuando se considera la exposición al SARS-CoV-2. En conclusión, la
anosmia y la ageusia son síntomas comunes en la infección por SARS-CoV-2 y debe tenerse en cuenta al
orientar un tamizaje y en las recomendaciones de autoaislamiento. Los TS con contacto directo con el
paciente tienen un mayor riesgo de infección por SARS-CoV-2, y los esfuerzos continuos, como una
implementación más amplia de RT-PCR para el cribado, tanto del personal sanitario como de los pacientes,
así como el uso de EPP adecuado, garantiza la protección a los trabajadores sanitarios y reduce la
transmisión de los trabajadores sanitarios, a los pacientes y a la comunidad. Estas medidas pueden limitar
la pandemia en curso de SARS-CoV-2.
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Tabla 1- Demografía, sintomatología y exposición ocupacional de participantes seropositivos y


seronegativos.

Figura 1- Sintomatología

Sintomatología en individuos seropositivos (a; n = 410) y seronegativos (b, n = 1739). Las barras horizontales a la izquierda, representan
el número total de participantes en cada grupo que informaron el síntoma específicamente denotado. Las barras verticales muestran
el número total de participantes en cada grupo, notificando síntomas simbolizados con puntos negros en la columna correspondiente.
El porcentaje de participantes que informaron síntomas simbolizados con el punto negro (s) en la columna correspondiente se presenta
encima de las barras.
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Figura 2- Asociaciones entre síntomas previos y seroprevalencia de anticuerpos IgG del SARS-CoV-2.

Figura 3 -Asociación entre exposición ocupacional y seroprevalencia de anticuerpos IgG del SARS-CoV-2.

Odds ratios de seropositividad dado el contacto con el paciente, contacto con el paciente sin COVID-19 o contacto con el paciente
COVID-19 en comparación con ningún contacto con el paciente, y (debajo de la línea negra horizontal) dado contacto con pacientes
con COVID-19 en comparación con el contacto con pacientes sin COVID-19. Las razones de probabilidad se calcularon utilizando la
prueba exacta de Fisher bilateral con n = 2.149 (paciente contacto versus ningún contacto con el paciente), n = 1.107 (contacto con el
paciente sin COVID-19 versus sin contacto con el paciente), n = 1.267 (contacto con el paciente con COVID-19 versus sin contacto
con el paciente), y n = 1764 (contacto con el paciente COVID-19 versus contacto con el paciente sin COVID-19) individuos
independientes. No se aplicó ningún ajuste por comparaciones múltiples. Los datos se presentan como Odds ratios e intervalos de
confianza del 95%.

Figura 4 -Asociaciones entre ocupaciones y seroprevalencia de anticuerpos IgG del SARS-CoV-2


entre los trabajadores sanitarios con contacto con el paciente.

Odds ratios de seropositividad para grupos de TS con contacto con pacientes, en comparación con el personal sin contacto con
pacientes. Las razones de probabilidad se calcularon utilizando dos colas de la Prueba exacta de Fisher con n = 733 (enfermeras
auxiliares frente a ningún contacto con el paciente), n = 941 (enfermeras frente a ningún contacto con el paciente), n = 744 (médicos
frente a ningún contacto con el paciente), y n = 559 (otro personal médico frente a ningún contacto con el paciente) muestras de plasma
independientes. No se aplicó ningún ajuste por comparaciones múltiples. Los datos son presentados como Odds ratios e intervalos de
confianza del 95%.
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Tabla 2- Seroprevalencia listada por sexo, síntomas y exposición ocupacional.

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