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[MÚSICA] Bienvenidos a esta nueva sesión del curso Energías Sustentables.

Mi nombre
es Julio Vergara, profesor de la escuela de ingeniería UC. En esta ocasión
conoceremos algo más de la disponibilidad de agua en el planeta, en especial su
relación con el sector energía. Recordemos que el agua para nuestro uso es poco
abundante. Si formamos una gota con todos lagos, apenas se vería desde el espacio y
la mitad de estos son salinos. La gota mayor que aparece es toda el agua de la
tierra. Por mucho tiempo los mares fueron de agua dulce, la salinidad actual
obedece a años de percolación y lavado de las sales de la tierra a través del ciclo
de agua, dejando la tierra menos salina y en condiciones de producir vegetación y
alimentos para la fauna y desde no hace mucho tiempo para el hombre. Pero el mar
quedó con 3.5% de salinidad, no apta para consumo humano. Los acuíferos no siempre
sirven de fuente de agua dulce y puede demandar energía sacarla. El agua del Aral
tampoco serviría. Los lagos permiten uso directo, siempre que no sean salinos y el
aporte de los ríos es incluso menor. Por eso es conveniente considerar más opciones
para conservar y generar algo más allá del inventario natural. Los acuíferos de
agua fresca son la principal fuente de agua dulce, 0.76% corresponde al agua
disponible, pero solo los países más ricos retiran agua de acuíferos para su uso ya
que el bombeo, como sabemos, requiere energía. El agua superficial es menos aún,
con menos del 0.3%. No es simple sacar agua de la tundra, del suelo, de la
atmósfera, ni de los pantanos. Eso nos deja una fracción muy pequeña en lo
anterior, correspondiente a lagos y ríos. Para maximizar la disponibilidad de agua
limpia para bebida y para producir alimentos es necesario considerar entonces el
reciclaje de agua después de su uso, el almacenamiento de agua de lluvia y
deshielos mediante embalses y también la producción de agua desalada. En todo caso,
se requiere contar con energía. Ya sabemos, el agua y la energía son
interdependientes. Vemos la primera opción, que es reciclar agua después de ser
usada. El tratamiento de agua consiste en varias etapas de procesamiento físico-
químico, primario, secundario, terciario y avanzado, que permiten ir removiendo las
partículas contaminantes del agua para eventualmente inyectarla a un acuífero o al
río. Cada una de estas etapas tienen procesos característicos para ir removiendo
sucesivamente los elementos indeseables y cada vez de menor tamaño relativo. En las
fases intermedias es posible obtener material sólido para abono y biogás. Y en las
fases terminales es posible usar el agua para usos agrícolas. Todas estas fases
consumen energía. Esta es una planta moderna de reciclaje, con las fases primaria,
secundaria y terciaria, que inicia el proceso con filtrado, con arena y decantado.
Después de algunas horas el agua se envía a biorreactores que separan carbón,
fosforo y potasio. El resultado del decantado va a fermentadores desde donde
digestores anaeróbicos producen metano sólido para abono, mientras se recupera
material para nutrientes, usando técnicas de flotación con aire. El producto de los
biorreactores se clarifica y desinfecta y finalmente se descarga al río. Veamos la
segunda opción, que es almacenar agua de lluvia y deshielos. Suele convenir
acumular agua mediante embalses. De este modo se obtiene agua para consumo humano,
agrícola y para otros usos industriales, mientras se previenen las crecidas y
deshielos, evitando inundaciones aguas abajo y crecidas aguas arriba. En el mundo
hoy existen 60,000 embalses grandes con una altura de más de 15 metros para
irrigación y unos 800 embalses muy grandes con una altura de más de 150 metros para
generación eléctrica. El Embalse La Paloma es un ejemplo de embalse para consumo
humano, para apoyar la producción de cítricos, uvas y paltas de la IV Región de
Chile, se diseñó a fines de los años 60, para una capacidad de 750 millones de
metros cúbicos. Así se vio en sus peores años, alcanzó un mínimo el año 2013 con
menos del 5% de la capacidad nominal, producto del mayor consumo y de escasas
lluvias. El año pasado se recuperó parcialmente y se acerca a la mitad de su
capacidad. El nivel de agua era tan bajo que no llegaba siquiera al dique, como se
aprecia acá en esta figura, pero el agua salada se puede hacer bebestible.
Relacionemos el agua con la energía, conocemos todos estos puntos y podemos ver que
el agua salada puede ser una fuente de agua fresca mediante desalinización, donde
abundan tecnologías térmicas y químicas. Algunas formas de desalinización o
desalación son procesos con membranas, por ejemplo, usando la ósmosis inversa o la
nanofiltración, destilación o evaporación múltiple o flash, uso de resinas de
intercambio iónico, evaporación solar o congelamiento en estanques, como se usaba
en el pasado. Los insumos son agua salada y energía, un ejemplo de destilación es
la planta de Arabia Saudita, que provee, quemando gas, agua desalinizada para el
50% de su población. La generación hidroeléctrica, antes llamada carbón blanco,
representa hoy día el 7% de la energía primaria global y el 16 % de la generación
eléctrica, con sistemas de embalse y de basada. También hay plantas que elevan agua
cuando no hay mayor demanda, salvo en climas cálidos con embalses no preparados,
ahorra en emisiones de efecto invernadero respecto de los sistemas fósiles y en
general presenta ventajas de disponibilidad frente a otras renovables, los sistemas
térmicos, que son la principal forma de energía eléctrica, también usan el agua,
solo que para extraer el calor generado. La generación eléctrica con tecnologías
térmicas representa en su conjunto el 78% de la electricidad, de los cuales, al
menos el 70% necesitan agua para su refinación. La planta más grande de generación
hidroeléctrica del mundo está en el Yangtsé, con 32 turbinas de 700 megawatts cada
una, sumando aproximadamente 22 gigawatts. A pesar del tamaño, la Central Tres
Gargantas representa solo el 15% de la capacidad instalada en China. El 75% de su
generación eléctrica es en base a carbono, al que se suma un poco de gas que emiten
CO2. Hoy China es el mayor emisor del mundo. Las tecnologías de bajas emisiones en
China son la hidroelectricidad, la nucleoelectricidad, la eólica, que suman el 20%
restante. Estas últimas han sido cuestionadas en algunos países, por ejemplo, la
hidroelectricidad en Chile, la eólica en Inglaterra, no nos confundamos en hacer un
mundo aparentemente perfecto, hay quienes prefieren correr el riesgo del cambio
climático. Que los riesgos de la hidráulica o de la nuclear, estas tecnologías se
pueden diseñar y aportar sus riesgos, el cambio climático que veremos más adelante,
no se puede diseñar, solo se puede esperar. Las Tres Gargantas fue controvertida
por inundar a comunidades y cubrir patrimonio cultural, pero ha producido
electricidad más limpia, que de lo contrario hubiese sido con carbón y mitiga
inundaciones. Una idea que podría empequeñecer a Las Tres Gargantas es el proyecto
Gran Inga, el rio Congo ya posee dos centrales cerca de Inga, con casi 1,800
megawatts, se ha planteado construir la central Inca tres, de 3,500 megawatts, más
grande que las cinco centrales de división, la idea más notable es una central de
embalse de 39 gigawatts, 80% superior a Las Tres Gargantas. Es difícil que esta
central prospere porque la zona no es políticamente estable. Sin embargo, esta idea
podría satisfacer 20% de la escasa demanda eléctrica de África, llevando al consumo
per capita de 740 kilowatt hora (por persona), que es un tercio del promedio
global, a casi 1,000 kilowatt hora por persona, Esto cambiaría las condiciones de
desarrollo del continente africano. El agua dulce es vital para el desarrollo
sustentable, pero no es tan abundante. Se necesitan más opciones, como recuperar y
tratar las aguas servidas, almacenar más agua del deshielo para usos agrícolas y
producirla desde el agua de mar. Tanto esto como la generación eléctrica requieren
agua para sus sistemas. El agua es clave para el desarrollo sustentable. Hasta la
próxima sesión.

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