Producto CONSTRUYE TU IDENTIDAD COMO PERSONA HUMANA, AMADA POR DIOS, DIGNA, LIBRE Y TRASCENDENTE Grado-Sección CUARTO “A” Y “B” Estudiante
LOS ESCRITOS DE SANTA CLARA
Clara de Asís es la piedra angular de la Segunda Orden Franciscana, fue
ella quien llevó al mundo femenino, con vestidura claustral, el mismo ideal que San Francisco. Es Francisco el verdadero fundador y padre espiritual, Clara será en realidad la cofundadora y la primera “plantita” de la nueva institución. Entre los escritos atribuidos a Clara ciertamente auténticos, son cuatro las Cartas que ella envió a Santa Inés de Praga. Auténtico se considera también su Testamento, al menos en la sustancia. Hasta el día de hoy es incierta la autenticidad de su bendición. En relación a una carta enviada a Ermentrudiz de Brujas, Clarisa flamenca, la crítica es más bien negativa al atribuirla a nuestra Santa. Finalmente, tenemos la Regla de Clara, de la cual no podemos afirmar que sea del todo personal de la santa, ya que es como una calca de la Regla Bulada de San Francisco. Sin embargo, es considerada como de Clara en el aspecto espiritual. En el proceso de canonización, Sor Inés de Opórtulo dijo que la santa “no era una letrada”. Es de pensarse que al menos fue ella la que dictó el contenido de la Regla, nada nos impide retener que las expresiones puedan entenderse en el sentido de aquellas de San Francisco en su testamento: simplex et idiota, en oposición a un hombre de cultura. Sobre Francisco mucho se ha escrito; cuanto ha dicho, cuanto ha hecho ha sido atentamente examinado y comentado. Sin embargo, frecuentemente su figura padece la separación de una personalidad no menos importante e íntimamente ligada a él: Santa Clara. Si a ella no se le conoce, no se puede decir que hemos comprendido al pobrecillo de Asís. El Señor los ha llamado a vivir juntos la misma experiencia, no en dimensión paralela, sino que uno al otro se complementan. Justamente, el Papa Juan Pablo II, peregrinó en Asís con ocasión del octavo centenario del nacimiento de San Francisco, recordaba a las clarisas en su discurso, diciendo que “es verdaderamente difícil separar estos dos nombres: Francisco y Clara, estas dos leyendas: Clara y Francisco”. La entera aventura espiritual de Francisco es revivida por Clara, la cual pasa a través de la misma experiencia: hace penitencia, sigue el Evangelio, vive la altísima pobreza, y en verdadera fraternidad es fiel a la Iglesia. Ella en la dimensión contemplativa, Francisco en la dimensión activa. Así se conforman al Cristo que predica a las gentes sin interrumpir su coloquio con el Padre. Sin embargo, siendo vocaciones tan diferentes, se puede reconocer en Clara un reflejo de Francisco en la soledad, y en Francisco un representante de Clara por los caminos del mundo.