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Unidad 2: EL SECTOR PRIMARIO

El sector agropecuario

Durante muchos años fue el principal productor de bienes, e inclusive en la actualidad, es el mayor sector de exportación. Su
papel fundamental ha sido el de ser proveedor de las divisas esenciales para financiar las importaciones y los pagos de deuda
externa. Su participación como generador de empleo ha ido disminuyendo a lo largo del tiempo, a medida que se fue
incorporando tecnología ahorradora de mano de obra. Su participación el en PBI, del mismo modo, ha ido variando, mostrando
una tendencia a la baja desde 1930 a medida que los restantes sectores fueron cobrando mayor participación en la tasa de
crecimiento de la economía.

Este sector es productor de mercancías con precio único en los mercados mundiales, ya que se trata de bienes homogéneos
(una tonelada de trigo, de calidad dada, vale lo mismo sin importar donde se produzca), por lo que resulta un sector tomador de
precios.

Cuando hablamos del sector agropecuario en la Argentina, nos estamos refiriendo básicamente a la región de la pampa húmeda.
El despegue de éste sector se produjo a fines del siglo XIX (luego de las guerras de independencia y con la consolidación del
Estado nacional) y fue el principal motor de desarrollo económico hasta la década de 1930. Distinguiremos cuatro etapas
principales en el desarrollo del sector agropecuario:

1. Auge entre 1880 y 1930


2. Estancamiento entre 1930 y 1970
3. Repunte entre 1976 y 2001
4. Profundización durante la posconvertivilidad

El crecimiento y desarrollo del sector agropecuario fue posible gracias a determinadas condiciones geográficas, sociales y
políticas. Las condiciones climáticas de la pampa húmeda, su fertilidad y clima templado; la consolidación del Estado nacional y
su clase dirigente decidida a apuntar al desarrollo económico del país, el ingreso de capitales internacionales, sobre todo en
materia de ferrocarriles y frigoríficos; los movimientos migratorios; avances tecnológicos; fueron factores fundamentales, entre
otros tantos, que permitieron la incorporación del país en el mercado mundial.

 Auge entre 1880 y 1930 (Unidad 7)

El año 1880 podría ser considerado el punto de partida de un nuevo esquema de desarrollo basado en la exportación de
productos agropecuarios. Esquema que se vio facilitado por la definitiva organización del Estado nacional.

La superficie cultivada se decuplicó entre 1888 y 1937. Se fue ocupando y poniendo en producción tierras fértiles, antes
desaprovechadas según la visión capitalista sobre los recursos. Además, se fuegenerando un cambio de relevancia en los
productos exportables: de los ganaderos (textiles) a los agropecuarios.

Para 1915 las tierras más aptas ya estaban casi en su totalidad ocupadas y en uso. Una vez ocupada plenamente la superficie
cultivable la única manera de incrementar la producción total era aumentando el capital invertido, es decir, pasar de una
producción extensiva a una intensiva.

 Estancamiento entre 1930 y 1976 (Unidad 8)

La crisis de Wall Street en 1929 impactó en todo el mundo, creando una ola de proteccionismo que redujo el comercio
internacional y los precios de los productos agropecuarios de exportación. La cantidad de divisas que disponía la Argentina para
adquirir productos importados se redujo drásticamente. Al mismo tiempo, al caer las importaciones se vieron favorecidos los
productores nacionales de bienes sustitutivos de esas compras externas. Comenzó en el país, como en el resto del mundo, el
cierre de la economía nacional, iniciándose el proceso de sustitución de importaciones. Durante este período se produjo una
clara transferencia de ingresos desde el sector agropecuario al sector industrial.

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 Repunte entre 1976- 2001

La adopción del nuevo patrón de acumulación a mediados de los años 70 basado en la valorización financiera del capital tuvo
consecuencias sumamente trascendentes sobre el comportamiento del sector agropecuario. El nuevo patrón de crecimiento
condujo a una contracción de la superficie utilizada en las actividades agropecuarias, fenómeno que no se restringió solo a la
producción ganadera, sino que también abarcó a la producción agrícola.

A pesar de la caída de la superficie sembrada, la producción agrícola continúo expandiéndose durante el periodo 1976-1988 por
la incidencia de varios factores que amerita mencionar. El primero de ellos consistió en el incremento de los rendimientos por
hectárea como consecuencia de las innovaciones tecnológicas que se estaban produciendo en el agro pampeano desde la
segunda etapa del modelo sustitutivo de importaciones (1958-1975). Por otra parte, si bien, durante el período analizado no
hubo una expansión del área cultivada propiamente dicha, en consonancia con el cambio tecnológico se alteraron las prácticas
de siembra tradicionales mediante la producción de dos cultivos en un mismo ciclo anual (combinación trigo-soja), proceso que
tuvo un efecto expansivo similar al que hubiera tenido una ampliación de la frontera agropecuaria. Finalmente, durante la
década del ochenta se consolidó la presencia del contratismo (empresas que realizan parte de las labores de siembre y cosecha
a cambio de una participación en la producción o un pago fijo por hectárea de acuerdo a las dimensiones de la superficie
trabajada). Este conjunto de factores posibilitó el crecimiento de la producción de cereales y oleaginosas a una tasa anual
acumulativa del 1,3%, producción que paso de 32,3 millones de toneladas en la campaña 1976/77 a 40,0 millones de toneladas
en la campaña 1993/94.

Se debe resaltar que este proceso se dio en un contexto de elevación de la rentabilidad de la producción agrícola con respecto a
la ganadera,dando inicio a la mayor contracción del stock ganado vacuno en la historia argentina (la interrupción de la
sustitución de importaciones provocó la fase de liquidación de ganado vacuno más prolongada y profunda al menos desde que
hay estadísticas sobre faena y stock ganadero).

Por otro lado, desde mediados de los años 90 se asistió a una fase de crecimiento de la producción agrícola que esta vez sí
coincidió con aumentos en la superficie cultivable.Fue posibilitada por la difusión de la semilla de soja transgénica y de la
siembra directa, así como por la consolidación de los cambios tecnológicos gestados en las décadas previas. El impulso inicial a
este proceso estuvo dado por el significativo incremento que registraronlos precios internacionales de los principales productos
agrícolas de exportación.

La expansión sojera implicó la extensión de la frontera agrícola hacia tierras antes no cultivadas. Los otros dos cultivos
tradicionales (trigo y maíz) no registraron una notoria contracción. El proceso de desplazamiento de la producción ganadera se
agudizó a lo largo de este período. Si bien en 1994 se inició una nueva fase de liquidación de stocks, que interrumpió el proceso
de recomposición iniciado a finales de los 80, esta fue de una magnitud significativamente menor a la desplegada en el periodo
comprendido 1977 y 1988.

La aparición de los fondos de inversión agrícola y los pools de siembra fueron otros elementos que explican la recuperación del
sector agrícola a fines de los años 90. Como resultado del avance financiero en el sector rural, el proceso de concentración de la
tierraque se fue dando implicó también la crisis de la pequeña y mediana propiedad rural.

 Profundización durante la posconvertivilidad

El colapso del régimen de convertibilidad a fines de 2002 y el mantenimiento por parte de las autoridades económicas de un
tipo de cambio competitivo implicó una continuación de la tendencia a laalta rentabilidad en la producción agrícola, incluso a
pesar de la aplicación de retenciones a las exportaciones desde comienzos del 2002. Por otro lado, la producción ganadera
registró márgenes promedio en dólares constantes inferiores a los registrados durante el régimen de convertibilidad.

La devaluación de la moneda no solo implicó una mayor rentabilidad para los productores rurales, sino que además fue
acompañada por una elevada ganancia patrimonial. La pesificación de los préstamos en la economía local tras el colapso del
régimen de convertibilidad supuso una transferencia de ingresos adicional al sector agropecuario. Los empresarios rurales
vieron licuados sus pasivos con el sistema financiero como consecuencia de la pesificación asimétrica, reduciendo la morosidad
de los préstamos al sector primario desde un 53,7% en 2002 a un 8,8% en el 2005.

La recuperación de las ganancias del agro a partir del 2002 fue entonces una consecuencia directa de la devaluación de la
moneda, de hecho, los precios internacionales hasta el 2006 se mantuvieron muy por debajo de los registrados en el promedio
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del régimen de convertibilidad. Recién en el 2007 el precio de los principales cultivos de exportación superó el promedio de la
década del noventa. En este contexto especifico, se profundizó la fase de expansión agrícola (aumento de la superficie
sembrada). La superficie destinada a la producción de cereales y oleaginosas se elevó desde los 26,3 millones de hectáreas en la
campaña 2000/01 a 32,6 millones de hectáreas en 2007/08. Los volúmenes de producción, pasaron de 69,2 millones de
toneladas a cerca de 96,3 millones de toneladas.

El crecimiento de la superficie sembrada fue consecuencia directa de la expansión del cultivo de soja, que dio cuenta del 94,3%
del incremento de la superficie total. La superficie sembrada previamente con cereales y oleaginosas (sin considerar el cultivo de
soja) se mantuvo prácticamente inalterada. Pero esta vez, en áreas extrapampeanas, la soja fue desplazando otros cultivos
tradicionales, como fue el caso de la expansión sojera en el norte argentino, en el caso particular de Chaco y el cultivo del
algodón. La soja incrementó su rentabilidad en dólares corrientes en un 67,5% entre los años 2007 y 2009. En comparación con
otras producciones, sus ganancias implican una pérdida de competitividad para el resto de los cultivos,de manera que
paulatinamente los cultivos tradicionales irán siendo reemplazados por el cultivo de soja.

La participación del sector agropecuario en el PBI representó un 8,9% a precios corrientes en los años 2002 y 2008, en tanto que
los sectores industriales asociados a la producción agropecuaria representaron un 6,4% adicional del producto en dicho periodo.
El complejo agroalimentario en su conjunto representó en promedio el 15,3% del valor agregado (PBI) generado en la economía
argentina. La importancia de este sector se incrementó significativamente como una consecuencia directa de la acentuada
devaluación de la moneda y el encarecimiento de los bienes transables (comerciables en el mercado externo), entre ellos los
productos agropecuarios, con respecto a los no transables.

Mientras que el complejo agroalimentario se expandió a una tasa anual del 5, 1%, el conjunto de la economía lo hizo al 8,5%
anual, ya que ese crecimiento fue liderado por la expansión de la industria manufacturera que creció a un 9,4% anual. Aun así, el
sector agropecuario mantuvo su preponderancia como el principal proveedor de divisas de la economía argentina por su
participación protagónica en las exportaciones.

Subsector agrario

Incluimos dentro de este subsector la producción agraria de la pampa húmeda y de las economías regionales.

La región pampeana abarca el norte de la provincia de Buenos Aires, sur de Santa Fe y sudeste de Córdoba. Por su fertilidad, su
temperatura promedio y su porcentaje anual de lluvias, se especializa en el cultivo de cereales y oleaginosos.

En las economías regionales cada región se dedica a alguna producción especifica. La zona de Cuyo se especializa en el cultivo de
la vid; el Alto Valle de Río Negro en las frutas de pepita; Tucumán en la caña de azúcar; Entre Ríos en cítricos y arroz, Chaco en
algodón; la Patagonia en lana; Misiones en té y yerba mate.

Hay varias diferencias entre la región pampeana y las economías regionales. Por empezar, los cultivos de la pampa son anuales y
los de las economías regionales son plurianuales, por lo que,una mala cosecha o una baja de precios en éstas últimas tiene
consecuencias enormes, con pérdidas totales; mientras que, en el sector pampeano, esto se puede corregir con los cultivos
posteriores. Por otro lado, la producción pampeana tiene una mayor relación con el exterior (buena parte de ella se exporta) y
las producciones regionales están dirigidas más bien al mercado interno.

 Economías regionales

En la etapa agroexportadora las economías regionales comenzaron su producción lentamente (en algunos casos la producción
provenía de la etapa colonial), pero abasteciendo en general mercados reducidos, dado que debían competir con los productos
similares que eran traídos del exterior.

Recién al producirse el cierre de la economía a partir de 1930, con la ruptura del modelo basado en la exportación de productos
agropecuarios y con la caída del comercio mundial, las economías regionales se vieron beneficiadas, al igual que el sector
industrial, con la posibilidad de abastecer al mercado nacional. Comenzó así una etapa de auge del sector.

El proceso de sustitución de importaciones afianzado por el gobierno peronista modificó los precios relativos, empeorando los
de la pampa húmeda, mejorando los de la industria y también los de las economías regionales. Todo el esquema de protección

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originó que el tipo de cambio de equilibrio de la pampa húmeda fuera inferior al de equilibrio para la industria y las economías
regionales. Por ello los gobiernos han complementado la existencia de un tipo de cambio alto con retenciones a las
exportaciones a los productos pampeanos, de manera de evitar ganancias excesivas para los productores rurales y,
simultáneamente, evitar que los precios internos de esos mismos productos se eleven en demasía, disminuyendo el salario real.
Las retenciones se transforman así no solo en un instrumento de la política fiscal, sino también, en un mecanismo de
distribución del ingreso.

Desde entonces, los gobiernos, nacionales y provinciales, colaboraron en apoyar a sus producciones regionales con medidas de
estímulo y protección. Se consolidó así una estructura de producción congelada en el tiempo, que se mantuvo aislada de los
cambios, tanto tecnológicos como culturales generados en el exterior, excepto en el caso del té y del tabaco, y en algunos vinos.
En algunas regiones la producción solo pudo mantenerse con fuerte protección, y con marcados subsidios, como en el caso de la
caña de azúcar en Tucumán.

La apertura económica producida a partir de la convertibilidadtuvo graves consecuencias en las economías regionales, al igual
que en la industria. Los productores regionales, luego de años de protección, se encontraron con obligación de invertir grandes
sumas de dinero en la plantación de las nuevas variedades que ahora demandaba el merado por la entrada de nuevos productos
importados. De no ser así, los productos locales serían barridos por los extranjeros. Y en muchos casos fue lo que sucedió. En
otros, hubo directamente un reemplazo por nuevas producciones.

 Precios relativos agro-industria

Con la industrialización por sustitución de importaciones se inició un proceso donde los precios relativos internos agro-industria
se separaron de los precios internacionales (por la protección a la actividad industrial). Como consecuencia, los precios de los
productos agropecuarios argentinos entre 1930 y 1991 fueron inferiores a los del resto del mundo, al tiempo que los precios
industriales fueron superiores.

La diferencia entre ambos precios, entonces, está dada por los mecanismos de protección aplicados. Mientras mayor protección
haya, los precios agrícolas serán inferiores a los del mercado externo y los industriales superiores; mientras que en los períodos
de mayor apertura económica será a la inversa.

 Precios relativos agrario-pecuario

Esta relación de precios es intrasector y su principal relevancia es ofrecer incentivos para el uso del principal factor productivo
del sector agropecuario(la tierra) en la producción agraria o en la producción pecuaria. Hasta mediados de la década de 1970 los
productores pampeanos utilizaban alternativamente sus tierras en la producción agraria y en la producción pecuaria con el fin
de recuperar la fertilidad de las tierras. Con la generalización del doble cultivo trigo-soja, la producción tendió a concentrarse en
la actividad agraria, desplazando la producción ganadera a tierras marginales.

 La tenencia de la tierra

En la Argentina no hubo ningún intento serio de distribuir la propiedad de la tierra, a pesar de que por momentos se haya
culpado a los latifundistas por el estancamiento de la producción agropecuaria, y a pesar de que alguna ley fue aprobada, jamás
fue cumplida. Por lo tanto, la tenencia de la tierra en el país siempre tendió a concentrarse en pocas manos.Aunque en algunos
períodos haya habido transferencia de tierras a pequeños productores, lo que predomina es el latifundio o gran propiedad.

Subsector pecuario

La primera actividad que se llevó a cabo en la Argentina fue la explotación de ganado. A partir de 1880 comenzaron importantes
modificaciones en dicha actividad: la implementación del molino para el reemplazo de aguas naturales, el alambrado, el
mejoramiento de razas y, fundamentalmente, la aparición del frigorífico.

Cuando hablamos de ganado, hablamos de ganado ovino, vacuno y porcino principalmente. En un primer momento el ganado
ovino para la producción de lana fue el dominante, hasta que fue desplazado hacia el sur por el vacuno para principios de siglo
XX.

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 El ciclo ganadero

El ganado vacuno es el más relevante. Su existencia se duplicó durante el siglo XX para el abastecimiento del mercado interno y
las exportaciones de carne. El ciclo ganadero tiene ciertas características que merecen mencionarse ya que ha complicado la
aplicación de políticas económicas. Su rasgo distintivo es que cuando se produce un alza en los precios, la reacción de los
productores no es aumentar la oferta (como indica la teoría económica) sino disminuirla. Del mismo modo, cuando disminuyen
los precios la consecuencia es un aumento de la oferta. Este fenómeno se produce porque los productores desean optimizar, de
acuerdo a los precios del ganado, sus existencias, y por ello envían más o menos ganado al mercado.

El ciclo ganadero consta entonces de dos etapas: una de retención y otra de liquidación. Ambas con diferente duración y que
tienen por objetivo adecuar las existencias ganaderas a las necesidades de la demanda. La etapa de retención (cuando los
precios de la carne aumentan) depende del ciclo biológico del ganado, y dura alrededor de tres años, uno transcurre desde el
momento de decidir elevar las existencias, y dos hasta que el animal llega al peso ideal para ser enviado al mercado. La etapa de
liquidación puede durar menos ya que no existe un motivo biológico que lo limite.

En épocas de retención ocurren los siguientes hechos:

1. Disminuye la cantidad de hembras enviadas a faena (por considerarse bienes de capital)


2. Aumenta el peso promedio de los animales enviados
3. Se eleva la edad promedio (los más jóvenes continúan engordando para aprovechar los mejores precios)
4. Baja la relación faena existencia

El ciclo depende de la existencia de ganado, de la demanda doméstica y de la demanda externa. La existencia de vacunos debe
adecuarse a la demanda dado que, si la demanda crece por demás, en algún momento no habrá disponibilidad suficiente para
abastecer al mercado, y por lo tanto deberán elevarse los precios e iniciarse otro ciclo de retención.

En los últimos años ha habido cambios sustanciales en la producción de ganado, de manera que se fue alterando el ciclo
ganadero tradicional. Se trata de la producción de ganado en lugares limitados, con alimentación balanceada y controlada, con
suministro de agua constante y sin necesidad de que el ganado se desplace. De este modo, el animal engorda con mayor
rapidez, se produce un ahorro del tiempo, de mano de obra, costos y un aumento de la rentabilidad.

Comercio internacional de productos agropecuarios

Las exportaciones del sector agropecuario, inclusive en la actualidad, representan aproximadamente las dos terceras partes de
las exportaciones nacionales. Pero a la vez, ésta dependencia exterior tiene una consecuencia contraproducente: sus precios se
fijan internacionalmente. Por lo tanto, cualquier variación en los precios externos repercute necesariamente en la economía
nacional, afectando los precios internos y el nivel de actividad.

 Papel del sector frente a la restricción externa

Como dijimos previamente, el sector agropecuario ha sido históricamente el proveedor de divisas. La industria, al no exportar
(dado que el esquema de desarrollo elegido es el destinado al mercado interno) tuvo y tiene el papel de consumidor de esas
divisas. De modo que, una caída en los precios internacionales agropecuarios, al disminuir la cantidad de divisas, afecta la
capacidad de importación de insumos industriales (maquinaria), y en definitiva perjudica el nivel de la actividad económica
interna o genera presiones inflacionarias.

Como durante muchos años no se produjo un crecimiento importante de la producción agropecuaria, se ingresó repetidamente
a ciclos llamados de stop and go(pare y siga), en donde un crecimiento sostenido de la economía no podía mantenerse en el
tiempo, y el ajuste se producía por una caída en el nivel de actividad económica, que finalmente disminuía las necesidades de
importación.

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