Está en la página 1de 47

UNIVERSIDAD​ ​NORORIENTAL PRIVADA

“GRAN MARISCAL DE AYACUCHO”


FACULTAD DE DERECHO
ESCUELA DE DERECHO

LA EFICACIA DE LA TRANSACCIÓN COMO MEDIO DE AUTOCOMPOSICIÓN


PROCESAL ANTE AL PRINCIPIO DE IRRENUNCIABILIDAD DE LOS DERECHOS
LABORALES EN EL ORDENAMIENTO JURÍDICO VENEZOLANO

Autora:
Génesis Celina Núñez Pérez
C.I.:​ 26.315.900
BARCELONA, SEPTIEMBRE 2019

2
RESUMEN

Se analiza la eficacia de la transacción ante al Principio de Irrenunciabilidad de los derechos


laborales en ordenamiento jurídico venezolano. De acuerdo a nuestra Carta Magna, la
irrenunciabilidad de los derechos laborales está establecido como uno de los principios
fundamentales del trabajador, por su carácter de norma de orden público. Sin embargo, también
establece disposiciones para promover el uso de medios alternativos de resolución de conflictos
y aclarar aquéllos de relevancia jurídica, surgida entre los sujetos de derecho por ante las
instituciones administrativas y que se pueden materializar por medio de “acuerdos
transaccionales”. Por ello, se pueden resolver conflictos entre trabajador y empleador una vez
culminada la relación laboral mediante una transacción, en la cual el trabajador puede ceder
parcialmente en sus pretensiones pero nunca renunciar a ellos.
En Venezuela, las normas laborales son expresamente de carácter tutelar, tomando en
consideración que el trabajador es el “débil jurídico” dentro de una relación de trabajo. El Estado
establece a través de la norma una posición cercana a la igualdad entre las partes, es decir, el
empleador investido del poder económico y de los medios que constituyen ventajas sobre el
trabajador quien se encuentra presionado a consentir en tratos que le perjudiquen
económicamente.
La transacción, es la más usada en la práctica laboral, dada la rapidez para la solución de
controversias en la etapa de mediación de una exigencia laboral. Las normas laborales son de
orden público y tienen carácter imperativo y de acuerdo a nuestra Constitución los derechos
laborales son irrenunciables, y aun así, toda renuncia sobre ellos hecha por el trabajador es nula.
No obstante, la transacción al ser homologada por el juez y al adquirir carácter de sentencia,
todos los puntos versados en ella, no podrán volver a proponerse en otra oportunidad, es decir, es
inmutable e irrevocable.

3
Palabras Claves:​ Transacción, Principio de Irrenunciabilidad, Derechos Laborales.

4
ÍNDICE GENERAL

Pág.
RESUMEN​……………………………………………………………………………. 2
INTRODUCCIÓN​……………………………………………………………………. 5

CAPÍTULO I. LA TRANSACCIÓN COMO MEDIO DE


AUTOCOMPOSICIÓN PROCESAL​…………………………. 9
1.1. Principios Generales del Derecho del Trabajo………………………………… 9
1.2. ​La Transacción como medio de Autocomposición Procesal………………….. 9
1.3. ​Definición de Transacción…………………………………………………….. 11
1.4. ​Principios fundamentales de la Transacción…………………………………... 12
1.4.1. ​Indivisibilidad de la
12
transacción………………………………………….
1.4.2.​ Interpretación restrictiva………………………………………………… 14
1.5. ​Importancia de la transacción…………………………………………………. 14
1.6. ​Características de la transacción.……………………………………………… 15
1.7. ​La Transacción desde la perspectiva de un Contrato………………………….. 17
1.8. ​Alcance de la transacción……………………………………………………… 18
1.9. ​Jerarquía Constitucional del Derecho Laboral en Venezuela…………………. 19
1.10. ​La Transacción en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela 20
1.11. ​Requisitos Constitucionales, Legales y Reglamentarios para tener como
válida la transacción………………………………………………………...... 22
1.12. ​Ventajas y Desventajas de la
22
Transacción……………………………………..

CAPÍTULO II. IRRENUNCIABILIDAD DE LOS DERECHOS LABORALES​. 23


2.1.​ ​La irrenunciabilidad laboral…………………………………………………… 23
2.2. ​La irrenunciabilidad de los derechos laborales………………………………... 24

5
2.3. ​Principio de Irrenunciabilidad………………………………………………… 25

CAPÍTULO III. NORMATIVA LEGAL EN VENEZUELA SOBRE LA


TRANSACCIÓN Y EL PRINCIPIO DE IRRENUNCIABILIDAD DE LOS
DERECHOS LABORALES​………………………………………………………….
28
3.1.​ Constitución de la República Bolivariana de Venezuela……………………… 28
3.2. ​Código Civil Venezolano……………………………………………………… 29
3.3. ​Código de Procedimiento Civil……………………………………………….. 30
3.4. ​Ley Orgánica del Trabajo, de los Trabajadores y las Trabajadoras…………… 30
3.5. ​Ley Orgánica Procesal del Trabajo …………………………………………… 31

CONCLUSIONES​……………………………………………………………………. 32

BIBLIOGRAFÍA​……………………………………………………………………… 40

6
INTRODUCCIÓN

El recargo excesivo de expedientes en la Administración Judicial genera presiones diversas.


Por un lado, se requiere de un mayor presupuesto para su mejor funcionamiento y, por el otro,
muchas veces, por no poder aumentarse el número de funcionarios judiciales al mismo ritmo que
el incremento de la actos litigiosos, tantos los jueces como el personal existente tienen cada vez
menos tiempo para dedicar a cada petición de las partes en un proceso judicial.
Sin embargo, la creación de nuevos juzgados y el aumento de personal capacitado en las
distintas ramas judiciales ha sido una política de impulso para enfrentar el crecimiento del
número de procesos ante los Tribunales. No obstante, esta medida como estrategia única ha
tenido sus diferencias, puesto que aun pareciera que no son suficientes los órganos
jurisdiccionales que se crean para enfrentar cada día la demanda para la atención de diversos
procesos judiciales.
En el derecho moderno, la tendencia actual es el uso de modos o medios procesales para la
resolución de conflictos que le ponen fin a un determinado juicio, de un modo diferente al
tradicional, como lo es la sentencia, bien sea porque así lo han decidido las partes, o una de ellas,
o simplemente porque con el transcurso del tiempo tiene el mismo efecto que una sentencia.
Estos medios por los cuales las partes pueden poner fin a un proceso se conocen como “modos
de autocomposición procesal” y los mismos deben ser ejecutados por los propios sujetos que
intervienen dentro del proceso, ya sea el demandante o el demandado, bien sea de forma bilateral
o unilateral. Por ende, en la búsqueda de un mejor acceso a la justicia, mucho se ha insistido en
la necesidad de implementar el uso de medios alternativos de solución de conflictos a los fines de
disminuir el número de pleitos que llegan día a día a los tribunales.
Indudablemente, el ordenamiento jurídico venezolano ha dado importantes avances
direccionados a implementar nuevas formas para la solución de conflictos. De acuerdo a Pérez
(2010), Venezuela ha vuelto su mirada hacia la resolución alterna de conflictos en “un intento
por mejorar el acceso a la justicia y controlar los costos de administración del sistema judicial,

7
insertándose de esta manera dentro de la tendencia de los procesos de reforma judicial que
vienen desarrollándose en el mundo” en las últimas décadas.
Esta concepción del sistema de justicia tiene como obligación dar celeridad o y derogar el
modelo clásico judicial donde sentencia un juez detrás de un expediente, en donde el demandante
y el demandado incorporan escritos concernientes a sus intereses en conflicto, añaden las pruebas
y donde funcionarios realizan las labores más trascendentales del proceso, y una vez vencidos
todos los lapsos o términos procesales, dicta la sentencia en base a lo alegado y probado.
La transacción laboral o “acuerdo transaccional” constituye uno de los diversos medios de
autocomposición procesal y es usada frecuentemente para la resolución de conflictos en las
relaciones laborales patrón y trabajador, a pesar que la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela, la Ley Orgánica del Trabajo y el Código de Procedimiento Civil Venezolano no la
definen como tal; solo el Código Civil Venezolano, en su artículo 1713, establece que “la
transacción es un contrato por el cual las partes, mediante recíprocas concesiones, terminan un
litigio pendiente o precaven un litigio eventual”. De allí que, este modo procesal, tiene por
finalidad que las partes solventen una contienda en un proceso dirigido por un tercero,
garantizando que el proceso se desarrolle en igualdad de condiciones, y posterior a ello proceder
a la homologación de este acto para otorgar la respectiva validez del mismo.
Para Rodríguez (2005), la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, confiere
validez a la transacción únicamente al término de la relación laboral entre el patrono y el
trabajador y, de hecho, ésta sólo se perfecciona al concluir la relación de trabajo. Igualmente, y
con la misma finalidad, atribuyó a la transacción solemnidades y requisitos que delegan en las
leyes orgánicas correspondientes.
La Ley Orgánica Procesal del Trabajo (LOPT) (2010), establece diferentes fases procesales
que conforman el proceso laboral venezolano, con el solo fin que los modos de autocomposición
procesal sean adaptados a los instrumentos normativos, como lo son el principio de Tutela
Judicial Efectiva y de justicia expedita, previsto en el artículo 26 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela (CRBV) (1999).
De acuerdo a la LOPT, el proceso de terminación laboral lo conforman dos fases: la primera
que es la fase preliminar, que tiene como objeto la solución en armonía de los conflictos en

8
materia laboral planteados entre los sujetos de una relación de trabajo, a través de un acuerdo, y
una segunda fase que es la fase de juicio, pues si no es posible lograr que ambas partes concilien,
éstas iniciarán un proceso judicial, interponiendo alegatos y pruebas que culminará en una
decisión judicial que resuelva la controversia planteada.
En la primera fase, el juez, tiene la facultad de emplear los modos alternativos de
autocomposición procesal para la resolución de conflictos reconocidos dentro del ordenamiento
jurídico laboral, a los fines de lograr la solución pacífica del asunto planteado, cuyo objetivo es
lograr que las partes lleguen a un acuerdo, con el objeto de dilucidar la causa por algunos de los
medios de autocomposición procesal que el ordenamiento jurídico establece para tales fines, en
este caso la transacción, en relación con los procesos judiciales laborales. En estos casos, el juez
o el funcionario competente, debe, previo cumplimiento de los requisitos legales, homologar el
acuerdo celebrado por las partes, que consiste en una aprobación del convenio, para dar al mismo
un efecto de sentencia, de acuerdo al artículo 133 de la LOPT, y de esta forma, poner fin a la
controversia planteada.
Este acuerdo celebrado por las partes y homologado por el juez o funcionario competente,
debe estar sometido a los requisitos y a las limitaciones establecidas en la ley. Es por ello que es
importante hacer mención a lo establecido en el artículo 89, ordinal 2, de la CBRV,
conjuntamente con el artículo 19 de la Ley Orgánica del Trabajo, Las Trabajadoras y los
Trabajadores (LOTTT) (2012), en cuanto al principio de irrenunciabilidad de los derechos que se
derivan de la relación de trabajo entre el patrono y el trabajador o la trabajadora. Todo ello, trae
como consecuencia, “la nulidad de cualquier acción, acuerdo o convenio que implique renuncia
o menoscabo de esos derechos”.
Alfonzo (2004), sostiene que el principio de irrenunciabilidad “consiste en una prohibición
al trabajador de desistir de la titularidad de un derecho mediante pacto, expreso o tácito con el
patrono” (p. 59). Dicha prohibición no exime la posibilidad de que las partes, ante una mediación
y conciliación, celebren un acuerdo voluntario que permita solucionar un conflicto en una
relación de trabajo, previo cumplimiento de unos requisitos esenciales que garantizarán la
validez del mismo y que pueda producir pleno efecto jurídico.

9
El principal cuestionamiento que se le ha hecho a la transacción en el ámbito laboral deriva
de este principio de irrenunciabilidad de los derechos laborales por parte del trabajador. Sin
embargo, la transacción como una medio alternativo para la resolución de conflictos laborales, es
admitida por la doctrina tradicional en la norma laboral. En algunos países, las normas laborales
hacen referencia directa a la transacción, estableciendo su alcance, límites y requisitos, pero, en
otros países, los requisitos de la transacción se desprenden tomando en cuenta el alcance que la
ley le da al principio de irrenunciabilidad.
Estos medios alternativos para la resolución de conflictos permiten a los ciudadanos resolver
sus diferencias sin necesidad de poner en funcionamiento el aparato judicial, o que simplemente
resuelvan sus diferencias con la mayor celeridad y transparencia ante el juez o funcionario
competente.
Ahora bien, deben conocerse los límites que permite la legislación laboral venezolana para
celebrar una transacción judicial, sobre cuales derechos puede versar y el alcance que tiene sobre
este modo de autocomposición procesal, puesto que en principio es la sentencia definitivamente
firme la que causa cosa juzgada por regla general, aunque le es dado a la transacción dicho
carácter por el Código de Procedimiento Civil (CPC) en su artículo 255 donde establece que, “La
transacción tiene entre las partes la misma fuerza que la cosa juzgada” y el artículo 133 de la
LOPT señala, “…Si la mediación es positiva, el juez dará por concluido el proceso mediante
sentencia…que dictará de inmediato, homologando el acuerdo de las partes, la cual resumirá en
un acta y tendrá efecto de cosa juzgada”.
Con este trabajo monográfico se pretende hacer un análisis de la eficacia de la transacción
como medio de autocomposición procesal ante al principio de irrenunciabilidad de los derechos
laborales en el ordenamiento jurídico venezolano, estableciendo los elementos principales en una
transacción como medio de autocomposición procesal y al mismo tiempo contrastando el
principio de irrenunciabilidad de los derechos laborales y la transacción como medio de auto
composición procesal en el régimen jurídico venezolano.

10
11
CAPÍTULO I

LA TRANSACCIÓN COMO MEDIO DE AUTOCOMPOSICIÓN PROCESAL

1.1. Principios Generales del Derecho del Trabajo

Los principios generales del derecho del trabajo se pueden definir como normas
permanentes que constituyen las bases del ordenamiento jurídico laboral y sirven de guía al juez
o a los intérpretes de esas disposiciones para llegar a la justicia, puesto que al examinar esos
principios deben tomarse en cuenta que el Derecho del Trabajo tiene como finalidad la tutela de
los derechos de los trabajadores en todas las manifestaciones de su ser, partiendo de la idea de
que el trabajo es un hecho social, expresado en la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela (1999), que gozará de la protección del Estado y la Ley dispondrá lo necesario para
mejorar las condiciones materiales, morales e intelectuales de los trabajadores.

1.2. La Transacción como medio de Autocomposición Procesal

Para Cadena (2012), la autocomposición se puede definir como aquella forma por medio de
la cual se da solución a los conflictos que pueden generarse entre los individuos de una sociedad,
y que consiste en un acuerdo que fijan las partes involucradas.
Se hace referencia a los medios de autocomposición procesal con igual efectividad que una
sentencia, pero originada ya sea por voluntad propia de las partes o bien por declaración
unilateral de una de ellas. La doctrina los cataloga como “medios equivalentes jurisdiccionales”,
y que se usan para dar fin a un proceso judicial. La transacción en los procesos laborales como
modo alternativo de solución de un conflicto procura dar solución al problema que conforman las
partes, siendo que la cultura del litigio, está muy arraigada en la sociedad venezolana. Se asume
la transacción laboral como un camino más rápido a transitar ante los largos y costosos procesos

12
judiciales. Ésta, a su vez, constituye un mecanismo alentador al reducir a niveles tolerantes la
carga procesal del Estado venezolano y la insatisfacción que el servicio tradicional que muchas
veces acarrea a los ciudadanos.
De esta forma, se consagra dentro del ordenamiento jurídico y en la jurisprudencia
venezolana una inclinación a favorecer y proteger a los trabajadores de los abusos del patrono y
es mediante el proceso judicial laboral donde se equilibra esa balanza para hacer de la contienda
judicial un recinto que se rija bajo las mismas reglas y las partes se equiparen en una posición
igualitaria en pro de la justicia y en virtud de la misma naturaleza del derecho y de los principios
constitucionalmente tutelados como lo son el derecho a la defensa y el debido proceso.
Según a Kuiper (2012), la doctrina ha dividido los medios de terminación de los procesos en
dos clases: los de heterocomposición, indican que la decisión que pone fin a la controversia es
dictada por un tercero, entre ellos se encuentra la sentencia dictada por el juez de la causa o las
decisiones tomadas por una junta arbitral también conocidas como laudos arbitrales y; los de
autocomposición, donde las partes intervinientes en el proceso son quienes ponen fin al mismo y
es el juez de la causa quien homologue, es decir, ratifique y otorgue valor de sentencia definitiva
a ese medio de autocomposición procesal.
Así que, la transacción es el modo de autocomposición procesal más usado en la práctica
judicial, dado a la celeridad para la solución de controversias en la etapa de mediación de una
exigencia laboral, y dicha transacción entre las partes, quienes han estado de acuerdo en ella o
por el contrario haya sido producto de la actividad mediadora del juez de sustanciación,
mediación y ejecución, una vez celebrada y homologada ante dicho juez adquiere carácter y
autoridad de cosa juzgada.
No obstante, la transacción al ser homologada por el juez y al adquirir carácter de sentencia,
todos los puntos versados en ella, no podrán volver a proponerse en otra oportunidad. Sin
embargo, puede ser de cierta manera peligrosa para el trabajador, quien no estando bien
asesorado o bajo una presión a causa de la necesidad de cobrar ya sean sus prestaciones sociales
o cualquier otro concepto reclamado de una forma más rápida, aunado a la suspicacia y presión
del empleador, puede verse perjudicado y vulnerado aceptando unos términos nada favorables
para él, corriendo el riesgo de no poder volver a accionar sobre esos puntos transados.

13
Por consiguiente, es importante destacar que la transacción como figura jurídica se remonta
al Derecho Civil, y surge como una solución a los conflictos que pudieran ventilarse por ante los
órganos judiciales por las personas que pretenden dar certeza a una posición jurídica determinada
donde se pueda dar solución a un conflicto de intereses. El Código Civil Venezolano en el
Artículo 1713 define a la transacción como “un contrato por el cual las partes, mediante
recíprocas concesiones, terminan un litigio pendiente o precaven un litigio eventual”.
De modo que, la transacción pensada desde el ámbito laboral, es objeto de múltiples
discusiones debido al carácter social del derecho del trabajo, puesto que los trabajadores han
estado resguardados a lo largo del tiempo por la legislación especial del trabajo, pues como se
mencionó anteriormente, el objetivo principal del Estado es la tutela de los derechos de los
trabajadores, quienes de cierta manera son los débiles jurídicos dentro de una relación laboral.
Por otro lado, las normas laborales no son relajables, ni pueden modificarse, ni muchos
menos pueden renunciarse por pacto entre empleador y trabajador, a pesar de la libertad que
tiene el trabajador de hacer o no uso de sus derechos. Sin embargo, el carácter de orden público
de estas normas no es del todo absoluto, pues pueden pactarse transacciones o conciliaciones
donde, tanto el trabajador como el patrono, tienen la obligación de ceder parcialmente en sus
pretensiones.

1.3. Definición de Transacción

Etimológicamente, la palabra transacción proviene del latín “​transactío”​ que significa


“trato”; El Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), define el término “transacción” a
través de dos conceptos: 1) “Acción y efecto de transigir”; 2) “Trato, convenio, negocio”. Se
podría definir la transacción como un contrato por el cual las partes, dando, prometiendo o
reteniendo cada una alguna cosa, evitan la provocación de un pleito o ponen término al que había
comenzado.
Según Parra (1992) “la transacción es un contrato por el cual las partes, mediante recíprocas
concesiones, terminan un litigio pendiente o precaven un litigio eventual”. De igual forma,
señala que la transacción produce el efecto de una sentencia ejecutoriada, con valor de cosa
14
juzgada, por ende cuando ha sido anterior a la demanda, puede oponerse como excepción previa
o como perentoria; debe ponérsele término al proceso, una vez se haga saber al juez, mediante
auto en el cual éste ordena estarse a lo estipulado en ella.
De estas definiciones se desprende que existen cuatro tipos de transacción, a saber:
a) Transacción Extrajudicial: transacción mediante la cual las partes llegan a un de
acuerdo con el fin de evitar un litigio.
b) Transacción Judicial: objeto del presente análisis, en la cual las partes manifiestan su
mutuo consenso para poner fin a un juicio ya iniciado.
c) Transacción Pura: ​comprende cosas que son motivo de la controversia
d) Transacción Compleja: comprende cosas que no son motivo de la controversia surgida
entre las partes.
La distinción entre cada una de ellas tiene importancia, entre otras cosas, para lo relativo a la
naturaleza jurídica y los efectos de la transacción, como en su oportunidad se verá. Sin embargo,
esta clasificación no es aceptada por un sector de la doctrina, que no admite la llamada
transacción compleja.
Con la transacción lo que se busca es solventar, mediante recíprocas concesiones, las causas
que dieron o darán origen a la relación procesal entre las partes. De lo expresado por la doctrina
puede deducirse que la transacción tiene las siguientes características:
● Es un contrato bilateral, que se conforma con la manifestación de voluntad del actor y del
demandado de poner fin al juicio.
● Para que se configure es necesaria la concurrencia de dos elementos: a) no de carácter
subjetivo (​animus transigendi)​ , esto es, el ánimo de transar, b) otro objetivo, representado
por las concesiones recíprocas de ambas partes, para las cuales es menester tener la
capacidad de disponer del objeto litigioso.
● Pone fin a la controversia o litigio pendiente.

1.4. Principios fundamentales de la Transacción

1.4.1. Indivisibilidad de la transacción

15
Uno de los principios fundamentales de la transacción, es el carácter indivisible que le es
intrínseco. Los contratantes establecen las cláusulas que la componen y si alguna resultare
anulada, la totalidad de la transacción sería nula. Esto se explica por cuanto las partes han
escogido libremente su propia decisión que tendrá autoridad de cosa juzgada, y si se ha realizado
con el ánimo de imponer obligaciones o cumplimiento de requerimientos, tales características
deben ser lícitas y enmarcadas dentro de la legalidad. Si la transacción se anulara por falta de
capacidad o por vicios del consentimiento o por las causas determinadas en la Ley, la
consecuencia sería la extinción de la obligación.
De la misma manera, si una de las cláusulas estipuladas en la transacción por las partes
adolece de nulidad, decreta la misma, todas las otras cláusulas serán nulas, debido a que el
principio de la indivisibilidad de la transacción es fundamental para su existencia. En este
sentido, ésta se ha efectuado como un todo y cualquier elemento que la vicie determina que las
partes no habrían celebrado el contrato de transacción.
El doctrinario Planiol (1986, Pág. 957-958) estima que la transacción no puede ser dividida
y su nulidad, en cuanto a ciertas partes, la suprime en su totalidad (…) esa indivisibilidad no
tiene, por otra parte, otro carácter que el de regla de interpretación de la voluntad de las partes.
Éstas pueden libremente desconectar unas cláusulas de otras, o las diversas cláusulas asociadas,
de sus transacciones, o con los efectos de éstas en relación con los distintos interesados.
Corresponde al Tribunal de Instancia, apreciar y reconocer esa intención, a condición de
fundar su decisión, recordando que el principio fundamental de fundar su decisión, sea la
indivisibilidad, conforme a la voluntad de las partes, no sólo entre las diferentes cláusulas de una
misma transacción, sino entre las transacciones celebradas separadamente, quedando evocadas
todas ellas tan pronto como una queda anulada. La misma indivisibilidad suprime también en su
totalidad la transacción, cuando una de las cláusulas se hace imposible de ejecutar.
Según el tratadista citado, existe la indivisibilidad de la transacción, pero las partes pueden
condicionar tal principio de acuerdo a su voluntad, lo cual debe ser expreso, porque de no existir
el reconocimiento de la separación entre las cláusulas, siempre será nula la transacción, cuando
unas de sus partes lo sea.

16
El documento o acto constitutivo de la transacción es unitario en el sentido de que no admite
interpretaciones sobre la validez parcial de éste contrato. Si una de las partes solicita la nulidad
por considerar que atenta contra el orden público, las buenas costumbres o la Ley y le es
acordado tal pedimento, el Juez no podrá hacer distinciones sobre la validez de una de las
cláusulas y la nulidad de otras. Distinto sería el caso en que la parte impugnante convalide
alguna de las cláusulas de la transacción mediante su declaración expresa, pues rige el principio
de la autonomía de la voluntad de los contratantes.

1.4.2. Interpretación restrictiva

El artículo 1160 del Código Civil Venezolano dispone que “los contratos deben ejecutarse
de buena fe y obligan no solamente a cumplir lo expresado en ellos, sino a todas las
consecuencias que se derivan de los mismos contratos, según la equidad, el uso o la Ley.” Es éste
el principio general aplicable a todos los contratos; pero el artículo 1717 ​eiusdem​, establece:
“Las transacciones no ponen fin sino a las diferencias que se han designado, sea que las partes
hayan manifestado su intención por expresiones especiales o generales, sea que ésta intención
aparezca como una consecuencia necesaria de lo que se haya expresado.”
Se desprende de ésta disposición el carácter restrictivo de la transacción, pues solamente se
terminarán aquellas controversias que las partes hayan determinado, sin que puedan extenderse
las consecuencias a otras cuestiones. Por consecuencia de la transacción, las partes renuncian a
ciertas cosas que les competen y por ello no puede haber interpretación amplia de esa voluntad,
sino circunscrita a lo que han designado como parte de esa transacción. Es una especie de
reconocimiento de una situación jurídica incierta en la cual los intervinientes imponen su
voluntad, mediante la modificación o aceptación de la relación.
Sin embargo, éste principio restrictivo tiene su excepción cuando se trata de transacciones
en las que se envuelve la traslación de la propiedad en cualquier forma, por cuando allí hay otras
secuelas derivadas del título adquisitivo. Pero fuera de estos casos, la transacción no puede
extenderse a otras obligaciones, derechos o cosas sino a lo que constituye su objeto y así lo

17
señala el artículo 1716 del Código Civil, el cual agrega que la renuncia a todos los derechos y
acciones comprende únicamente lo relativo a las cuestiones que han dado lugar a la transacción,
con lo que se está haciendo reconocimiento expreso de la interpretación restrictiva de este
contrato.

1.5. Importancia de la transacción

Tratar de mantener la paz social en sacrificio la justicia. Sostiene también que la parte
económicamente más poderosa le impone a la más débil, a la que carece de recursos suficientes
para costear los gastos que demanda un largo proceso, las condiciones de la transacción.
Además, porque mediante este contrato se arreglan asuntos de interés particular, que no
afectan el orden público. Además, es evidente que en virtud de ella las partes evitan las
molestias, las preocupaciones, los disgustos y los gastos que los juicios, generalmente largos y
costosos, suelen ocasionar. Asimismo, se evita o se le pone término a una controversia, que
ninguna de las partes tiene la seguridad de que será fallada a su favor, mediante concesiones
recíprocas, elemento que es de la esencia de la transacción.

1.6. Características de la transacción

Según Parilli (2000), puede deducirse que la transacción como acuerdo de voluntades entre
las partes para terminar las diferencias entre ellos, evita un juicio o pone fin al proceso ya
comenzado y que tiene las siguientes características:
● Como medio de terminación anómala del proceso, la transacción es un contrato bilateral
que se conforma con la manifestación de voluntad del actor y del demandado de poner fin
al juicio.
● La transacción es un contrato oneroso, por el fin perseguido por las partes, donde cada
una de ellas procura tener una ventaja, mediante un equivalente o contraprestación: El
artículo 1135 del Código Civil lo define “El contrato es a título oneroso cuando cada uno
de las partes trata de procurarse una ventaja mediante una equivalente”.

18
Así para que se configure la transacción es necesario la concurrencia de dos elementos: uno
de carácter subjetivo (animo transigendi), esto es, el ánimo de transar y otro objetivo,
representado por las concesiones recíprocas de ambas partes, para las cuales es menester tener la
capacidad de disponer del objeto litigioso.
● Pone fin a la controversia o litigio pendiente. De otra parte, Rengel (1995), señala que la
transacción constituye una especie del negocio de declaración de certeza (negocio de
acertamiento), que es una convención celebrada por las partes con el objeto de establecer
la certeza de sus propias relaciones jurídicas, o regular relaciones procedentes,
eliminando ciertas faltas de certeza, en aquellas zonas del derecho en que las partes
pueden disponer del objeto que desean regular.
● La transacción laboral es novativa, porque el deudor primitivo (patrono) contrae para su
acreedor (trabajador) una pretensión que tiene por título el nuevo contrato. El título de
ejecución en caso incumplimiento es la transacción celebrada y no el documento o hecho
fundamental que genero la demanda. Se diferencia con la novación en materia civil por el
hecho de extinguir una obligación anterior, mientras que el carácter en el contrato
transaccional es la sustitución por una pretensión del trabajador. Como característica
fundamental de la novación en el ámbito civil es el modo voluntario de extinción de las
obligaciones el cual una obligación se extingue suplantándose por una nueva; de allí la
definición de transformación de una obligación por otra. Requiere además, un cambio
sustancial en la obligación; cuando no cumple con estos postulados, establece Maduro
(1995) “estaremos en presencia de cualquier otra figura jurídica mas no de una
novación”.
● De allí que la transacción es un contrato en el que las partes disponen de sus legítimos
derechos e intereses en el proceso, dado que se producen reciprocas concesiones para los
cuales, es necesario poseer la facultad de disponer de los derechos que se traten.
● Debe ser escrito.
● Con la relación circunstanciada de los hechos que lo motivan y los derechos que en ella
se comprenden. Al respecto, la doctrina y la jurisprudencia lo ha señalado como requisito
para su validez.

19
● Controversia existente, basada en derechos litigiosos discutidos.
● Debe ser homologada para que surta efecto de cosa juzgada.
● La firma deberá ser presenciada por un funcionario del trabajo o en su defecto un juez. Se
dejará constar el consentimiento, por ser un contrato consensual. Verificados todos los
extremos de la Ley se procederá a la homologación.
● La transacción laboral puede ser declarativa, traslativa o constitutiva de derechos,
tratándose de uno de los asuntos sumamente debatido por Franco (1999), Alfonso (2000),
Mille (2001).
Para Bouwland (2013), la transacción se concibe como un contrato, ella debe cumplir
algunas características:
a) Dentro del Derecho Civil la transacción es un contrato accesorio, resolutorio,
consensual y bilateral.
b) En el Derecho del Trabajo es, también, un contrato. Un acto bilateral mediante el cual
las partes, haciéndose recíprocas concesiones, dan por terminado un litigio pendiente
o acuerdan prevenir un conflicto eventual.
c) Es consensual, se perfecciona con el solo consentimiento de las partes de llegar a un
acuerdo y ceder en sus pretensiones.
d) Como todo contrato debe reunir los requisitos establecidos en las normas civiles para
que este revestido de validez.
e) Es bilateral, ya que las obligaciones son para ambas partes, es decir, cumplir lo
establecido en el contrato de transacción.
f) Es un contrato nominado, ya que se encuentra regulado en el Código Civil (1982) a
partir, del artículo 1713 al 1723.
Asimismo, Bouwland destaca que la transacción es una institución que plantea, que una vez
terminado el contrato de trabajo no todos los derechos pueden ser objetos de renuncia, en virtud
de que los mismos han sido otorgados por la ley, los mismos son derechos adquiridos por el
trabajador y estos le deben ser garantizados sin importar la forma como termine el contrato de
trabajo.

20
1.7. La Transacción desde la perspectiva de un Contrato

La transacción es un contrato por el cual las partes convienen en resolver un litigio de


común acuerdo y en forma definitiva, antes o después de iniciado el proceso civil, laboral o
contencioso administrativo. Como todo contrato, solo puede celebrarlo la persona que sea capaz
y que además pueda disponer de los objetos comprendidos en la transacción. El mandatario o
apoderado extrajudicial no puede transigir sin autorización especial en la cual se especifiquen los
bienes, derechos y acciones sobre los cuales se requiera transigir.
Igualmente, la transacción produce el efecto de una sentencia ejecutoriada, con valor de cosa
juzgada. Por lo tanto, cuando ha sido anterior a la demanda, puede oponerse como excepción
previa o como perentoria; debe ponérsele término al proceso, una vez se haga saber al juez,
mediante auto en el cual éste ordena estarse a lo estipulado en ella.
Por otra parte, al referirse a la transacción laboral como un contrato, debe examinarse
aspectos trascendentes que la conforma y su importancia está dada al hecho de solución de los
conflictos dentro de la relación laboral. Pues bien, el hecho de que la transacción se encuentre
colocada en el límite de Derecho Civil, y del Derecho Procesal, ha dado lugar a que surjan en
ocasiones serios problemas al analizar algunos ángulos de la misma.
Así, no faltan autores como Montoya (1995), citando a Carnelutti, que le niega el carácter de
contrato, alegando que en ella hay dos negocios colindantes, pero no fundidos, que son
heterogéneos. Existen, dice, actos jurídicos unilaterales: uno de renuncia y otro de
reconocimiento de derechos. Por su parte, De la Villa (1970), estima que constituye una
convención liberatoria, no un contrato, que extingue obligaciones, en vez de hacerlas contraer
que es, hasta en la palabra, lo propio de un contrato.
No obstante, lo cierto es que la legislación venezolana, al igual que la generalidad de las
civiles, incluyendo la francesa, la alemana y la italiana, la califica de manera de contrato, en el
Art. 1713 del código Civil venezolano “La transacción es un contrato por el cual las partes,
mediante reciprocas concesiones, terminan un litigio pendiente o precaven un litigio eventual”.

21
Además, se deduce entonces, el carácter de contrato bilateral porque le impone obligaciones
reciprocas a las partes, que pueden ser dos o más, observándose que cada una de las partes se
obliga no a emprender o a no seguir un procedimiento, o sea, contrae una obligación de no hacer.

1.8. Alcance de la transacción

Según Bermúdez (2012), la transacción no se extiende a más de lo que hace su objeto: la


renuncia a todos los derechos y acciones comprende únicamente lo relativo a las contestaciones
que han dado lugar a la transacción. Las transacciones no ponen fin sino a las contestaciones que
han sido desiguales, sea que las partes hayan manifestado su intención por disposiciones
especiales o generales, sea que esta intención aparezca, como una consecuencia necesaria de lo
que ha sido expresado.
La transacción es muy favorable, jamás debe limitarse su alcance natural; pero tampoco
debe extenderse más allá de lo que hayan pactado las partes. Por muy generales que sean lo
propuesto en un acuerdo transaccional, jamás abarca más que los puntos en que las partes han
tenido la intención de ocuparse. Debe buscarse la causa de la transacción y una vez encontrada,
debe detenérsela ahí, sin intentar traspasarla. Esta idea es exacta y debe seguírsela, aun cuando
las partes se hubiesen servido de las palabras más generales.
Supongamos que la transacción dice que las partes renuncian a todos sus derechos, acciones
y pretensiones: esta fórmula usada en la mayor parte de los actos de este género, no envuelve, a
pesar de su generalidad, sino los de derechos, acciones y pretensiones relativas a la diferencia
que ha dado lugar a la transacción. Sin esto sería artificiosa y habría temor en emplear en los
contratos expresiones generales. A veces las partes, en lugar de una sola controversia, tienen
muchas, y la transacción las extingue todas, cuando tiene esta misma fórmula de renuncia.
Para Bermúdez, las partes han tenido evidentemente en mira poner término a todas sus
controversias presentes y previstas. La transacción queda, pues, circunscrita a su objeto, cuando
se le atribuye este alcance. Ya lo hemos dicho: si la extensión no debe llevarse más allá de sus
límites, tampoco debe reducirse a la esfera que se haya naturalmente trazado. Sea que la renuncia
general no envuelva más que un solo contrato, sea que abrace muchos, siempre se juzgara que

22
extingue no solo los debates actuales, sino también los debates futuros que podrían suscitarse
sobre la misma causa. La transacción tiene un objeto de paz, y es menester que este objeto quede
libre de toda causa de disensión sea para lo presente, sea para lo porvenir.

1.9. Jerarquía Constitucional del Derecho Laboral en Venezuela

La importancia, cada vez más trascendente y progresiva, del trabajo como hecho social,
económico y jurídico llevó a nuestro Constituyente a conferirle la jerarquía de incluirlo en el
Texto Constitucional. Con el rango constitucional se pretendió colocar al Derecho del Trabajo en
una situación legislativamente estable, categorizarlo constitucionalmente para evitar que el
legislador común intentara luego desconocerlo o desvirtuarlo, lesionarle sus principios y
desviarle su carácter de fuente formal laboral al máximo nivel.
Vivíamos, además, el fundamentalismo del mercado, las amenazas tecnocráticas de los
expertos y la furia de los conversos para reducir, a cualquier precio y de cualquier manera los
costos empresariales. Fue por ello que nos propusimos establecer para los trabajadores algo más
que el derecho a tener derechos.
Nació así, entre otros, el artículo 89 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, que otorga al trabajo el carácter de “hecho social” y le confiere la absoluta protección
del Estado. Igualmente, se consagró, para hacer eficaz esa protección del Estado, la
irrenunciabilidad de los derechos laborales y, en consecuencia, “la nulidad de cualquier acción,
acuerdo o convenio que implique renuncia o menoscabo de esos derechos”.

1.10. La Transacción en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela

En cuanto a la transacción, el Texto Constitucional, la sometió a rigurosos requisitos con el


propósito de garantizar la irrenunciabilidad a los derechos laborales.
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, ajustándose al criterio de la
doctrina y jurisprudencia francesa, confirió validez a la transacción sólo al término de la relación

23
laboral y, en efecto, ésta sólo puede perfeccionarse al concluir la relación de trabajo. Asimismo,
y con la misma finalidad, asignó a la transacción solemnidades y requisitos que delegó en la ley
especial correspondiente.
Cambió, de esa manera, el Constituyente la legislación y jurisprudencia venezolana que
reconocían plena validez a la transacción realizada antes y durante la vigencia de la relación de
trabajo. Para algunos es una tesis rígida y restrictiva que nosotros compartimos porque creemos,
con el Maestro Mario de la Cueva, que se debe diferenciar el patrimonio humano del obrero, del
otro patrimonio: el económico del empleador que, en toda transacción, define los alcances de los
derechos que se cede al trabajador.

1.11. Requisitos Constitucionales, Legales y Reglamentarios para tener como válida la


transacción

1) La transacción sólo es posible al término de la relación de trabajo.


2) La transacción debe contener una relación circunstanciada de los hechos que la motiven.
Se debe especificar de manera inequívoca los hechos que la motivan, para que el
trabajador pueda apreciar las ventajas y desventajas que ella le produce y valorar, de esa
forma, que los beneficios obtenidos justifican el sacrificio de algunas de las prestaciones
que ha dejado de recibir.
3) La transacción debe contener, igualmente, una relación circunstanciada de los derechos
en ella comprendidos. De la misma manera como se circunstancian los hechos deben
discriminarse los derechos para que el trabajador evalúe y valore cuales de esos derechos
deja de lado.
4) La transacción laboral de acuerdo a la ley debe versar sobre derechos litigiosos o
discutidos y establece el no reconocimiento de la transacción cuando ella verse sobre
derechos no litigiosos ni que puedan ser discutidos.
5) La transacción debe hacerse constar por escrito. Este es un requisito formal, de absoluta
solemnidad, que tiene por objeto fundar con prueba documental lo que las partes han
convenido.

24
6) La transacción debe estar debidamente homologada por el Juez o el Inspector del Trabajo
competente para que tenga efectos de cosa juzgada.
La homologación, como ya lo advertimos anteriormente, es la confirmación que da el Juez o
el Inspector del Trabajo al contrato de transacción, para asegurar su firmeza, su certeza jurídica y
el carácter de cosa juzgada de dicho acto. Es, igualmente, un requisito de solemnidad.
Esta confirmación debe realizarla un funcionario competente. En principio, debe ser un juez
con competencia laboral; sin embargo, debe tenerse en cuenta que, en las relaciones de trabajo de
adolescentes, de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 177, Parágrafo segundo, literal “b”, de la
Ley Orgánica de Protección del Niño y del Adolescente, el juez designado por el Presidente de la
Sala de Juicio es quien debe conocer de estos conflictos laborales.
En cuanto al Inspector del Trabajo que autoriza la transacción, puede ser cualquiera. La sala
de Casación Social se ha pronunciado en este sentido respecto de una transacción realizada por
ante una Notaría del estado Miranda, homologada por un Inspector del Trabajo del Área
Metropolitana de Caracas, quien confirió a la misma eficacia jurídica conforme al Parágrafo
Único del artículo 3 de la Ley Orgánica del Trabajo. (Sentencia 91 del 27 de febrero de 2003).
No hay necesidad, por lo demás, que en la homologación se deje constancia expresa de que
el trabajador actuó libre de constreñimiento. No hay formalidad especial establecida para que el
auto de homologación contenga la indicación de haberse cumplido con el referido requisito.
(Sentencia 130 del 13 de julio de 2004).
Una vez homologada la transacción, aún por el Inspector del Trabajo, la misma se equipara,
por disposición del artículo 3 de la Ley Orgánica del Trabajo, a una sentencia firme y, de
inmediato, procede la ejecución sin necesidad de recurrir a procedimiento ordinario alguno para
hacerla valer. (Sentencia 193 del 17 de marzo del 2005).

1.12. Ventajas y Desventajas de la Transacción

La principal ventaja de la transacción emerge de su propia definición: se aplica cuando un


derecho del trabajador nace de hechos reconocidos por el empleador, pudiendo argumentarse que

25
la transacción tiene que ver con una renuncia parcial de derechos y que, en consecuencia cambia
el fin perseguido por la norma jurídica modificándola por acuerdo de partes, esto sustentado en la
normativa legal. Este argumento es aceptable en los casos en que el derecho del trabajador surja
con evidencia tal que no pueda ser puesto en tela de juicio, pero no siempre ese derecho y la
consiguiente responsabilidad u obligación patronal aparecen en la forma expresada y en
ocasiones, implica un verdadero problema jurídico prever, ante las cuestiones de hecho y de
derecho que pueden plantearse, las contingencias y resultados de un pleito.
Para Bouwland (op. cit.), la conciliación y transacción aparecen en esos supuestos como los
medio más convenientes para solucionar las diferencias de las partes. Por lo cual, se tiene que la
transacción es un contrato cuya finalidad es poner fin a una controversia jurídica y su función
consiste en autocomponer un litigio y se limita al contenido del mismo, sea a las pretensiones de
las partes, y dicha composición se logra mediante la renuncia a ellas o a parte de las mismas,
para mayor abundamiento se renuncia al derecho que fundamenta la pretensión.
De acuerdo a González (2004), en Venezuela, existen disyuntivas, al momento de
determinar los linderos legítimos entre la renuncia y la transacción. Esta, ciertamente, equivale a
una renuncia de derechos. Cede el empleador y cede el trabajador para ponerle fin a un conflicto
o para evitar un litigio futuro, y esas flaquezas para apurar resultados, por parte del obrero, no
tiene otro nombre que entrega y desistimiento de algunos derechos reales o presuntos.
Atendiendo a las consideraciones anteriores, la transacción laboral incluye en si la ventaja
de solucionar con rapidez la divergencia entre las partes, el trabajador considerado el débil de la
relación laboral, por su desventaja económica se encuentra en posición de inferioridad, en este
ámbito realiza concesiones a costa de su único patrimonio.

CAPÍTULO II

26
IRRENUNCIABILIDAD DE LOS DERECHOS LABORALES

2.1. La irrenunciabilidad laboral

Tiene que ver con la autonomía de la voluntad y sus limitaciones para con la relación de
trabajo. La renuncia a los derechos laborales afecta a terceros (los demás trabajadores) y,
también, al orden público (por trascender el interés individual y ser inseparable de otro interés: el
de la sociedad).
Por lo demás, la irrenunciabilidad de los derechos laborales no se refiere solamente a los de
cada trabajador o trabajadora como individualidades, sino que igualmente se extiende a los
beneficios derivados de la contratación colectiva, incluyendo, desde luego, a quienes ingresan a
la empresa con posterioridad a esa convención.
Esta irrenunciabilidad no es más que la necesidad de proteger jurídicamente ciertas
situaciones de los sujetos más débiles en la relación de trabajo, tomando en cuenta la desigualdad
económica y social de los trabajadores frente al empleador. Es por eso, que tanto la Constitución
como la ley y su Reglamento garantizan todo el amparo contra los abusos del económicamente
más fuerte, así como también las engañifas contra quienes llegan a la renuncia de sus derechos
laborales por ignorancia o por incapacidad.
Las normas del trabajo venezolanas son, por lo tanto, imperativas y, aún en aquellos casos
referidos a intereses individuales o particulares, tienen carácter obligatorio y no cabe el
desconocimiento de las mismas. Son de estricto orden público y no pueden ser derogadas ni
renunciados su cumplimiento por los particulares.
Ellas constituyen un cuerpo normativo que el Estado juzga imprescindible y esencial para el
bien común, para la utilidad de todos y para la sobrevivencia de la sociedad considerada como
colectivo. Para los autores, la renuncia hace nulo el acto jurídico que la contiene y sin valor las
estipulaciones que menoscaban los derechos dejados de lado por el trabajador.

27
Por otra parte, esa nulidad puede declararse de oficio, sin que ni siquiera el interesado la
requiera. Se entiende que nos referimos a los casos en los cuales directa o indirectamente conoce
el órgano jurisdiccional o administrativo de la o las renuncias a derechos laborales expresos, toda
vez que un acto de esa naturaleza lesiona el orden público, el interés social y, eventualmente,
intereses de terceros. Se considera, sin embargo, que a pesar de entender el acto de nulidad
referido con el carácter de “una nulidad absoluta”, es necesaria la prueba del vicio que dio
origen.

2.2. La irrenunciabilidad de los derechos laborales

El principio de la irrenunciabilidad no es absoluto. No todos los derechos son


irrenunciables, tal como ocurre en nuestro país con el derecho a darse por despedido
indirectamente o como sucede en Colombia donde los trabajadores pueden renunciar a los
derechos del seguro de vida obligatorio.
El trabajador puede, en efecto, renunciar lícitamente al ejercicio de determinados derechos.
Solo que esta renuncia se encuentra sujeta a disposiciones propias y especiales que se
configurarán en cada caso. La regla general es, sin embargo, que por el carácter tutelar del
Derecho del Trabajo, el laborante no puede rechazar ni hacer dejación de aquellos beneficios que
la ley le ha conferido. Única y exclusivamente en los casos que la propia ley laboral, conforme a
los requisitos establecidos en ella, autorice o acepte la renuncia de dichos derechos podrá
asignársele validez a la misma.
La jurisprudencia venezolana vacila al momento de determinar los linderos legítimos entre
la renuncia y la transacción. Esta, ciertamente, equivale a una dejación de derechos. “Recíprocas
concesiones” no quiere decir otra cosa que ceder derechos. Cede el empleador y cede el
trabajador para ponerle fin a un conflicto o para evitar un litigio futuro, y esas flaquezas para
apurar resultados, por parte del obrero, no tiene otro nombre que entrega y desistimiento de
algunos derechos reales o presuntos.
Eminentes laboralistas, europeos y americanos, resienten la transacción laboral y no le
asignan validez alguna. La niegan de pleno derecho. Para ellos, es nula y no produce efecto

28
jurídico alguno. Para ellos, la transacción violenta la letra y el espíritu de la normativa laboral
porque en el fondo de ella misma admite la irrenunciabilidad.
Se considera, en consecuencia, que la admisión de la transacción en el Derecho Laboral
hace recaer en el trabajador una ​cápitis diminutio;​ una situación de inferioridad jurídica que
“vaya contrasentido” es lo que la irrenunciabilidad se propone evitar. En efecto, el trabajador se
enfrenta con un patrono, cuya resistencia en los litigios es mayor que la suya y cuya posición es
absolutamente preponderante frente a él.

2.3. Principio de Irrenunciabilidad

El objetivo del principio de la irrenunciabilidad de derechos consagrados en la Ley Laboral,


es el de garantizar los derechos mínimos establecidos por la ley en favor de los trabajadores, para
evitar que el empleador, aprovechando su superioridad económica, le imponga al trabajador
condiciones morales, económicas y de dependencia que pudieren ser consideradas como
vejatorias o humillantes o contrarias a los fines del Derecho del Trabajo, que son las de proteger
y velar porque las normas del Derecho del Trabajo sean acordes con los fines del estado, que son
el bienestar humano y la justicia social.
Con este principio se busca evitar que el trabajador por su situación de necesidad, se vea en
la circunstancia de tener que renunciar a derechos que les son otorgados por la ley y que lo
pondría en estado de desigualdad total, lo que le impedía ejercer y disfrutar de sus prerrogativas,
consagradas por las normas del derecho laboral.
Se establece que el principio de irrenunciabilidad de los derechos que favorezcan a los
trabajadores o trabajadoras ante su empleador, no impedirá la celebración de transacciones en el
ámbito, tanto civil como laboral, siempre y cuando versen sobre derechos que sean litigiosos o
discutidos, consten por escrito y contengan una relación circunstanciada de los hechos que las
motiven y de los derechos en ellas comprendidos”.
El hecho es que, la irrenunciabilidad está relacionada con la autonomía de la voluntad de las
partes y sus limitaciones para con la relación de trabajo. La irrenunciabilidad de los derechos
laborales no se refiere solamente a los de cada trabajador, sino que igualmente se extiende a los

29
beneficios derivados de la contratación colectiva, incluyendo, a quienes se incorporan a la
empresa después de esa convención. Esta irrenunciabilidad es la necesidad de proteger
jurídicamente ciertas situaciones de las personas más débiles en la relación de trabajo
Para analizar el principio de irrenunciabilidad de los derechos laborales, establecido en el
régimen normativo laboral venezolano, es muy importante, revisar algunos antecedentes del
mismo, para conocer los efectos que ha tenido sobre la transacción, que como se señaló, es uno
de los medios de autocomposición procesal más utilizado en el ordenamiento jurídico laboral
venezolano y son los puntos esenciales a estudiar dentro de esta investigación.
Según Zapata (1993), el principio de irrenunciabilidad fue acogido por la jurisprudencia y
doctrina laboral venezolana, puesto que está considerado que la mayoría de las normas de
derecho del trabajo son de orden público. De acuerdo a este autor, este principio es una versión
del artículo 6 del Código Civil Venezolano el cual establece que “No pueden renunciarse por
convenio entre las partes, las leyes en cuya disciplina están interesados el orden público y las
buenas costumbres”.
En consecuencia, al llegar a un acuerdo el trabajador con el empleador mediante la firma de
la transacción ante el inspector del trabajo o el Juez de Sustanciación, Mediación y Ejecución,
una vez que ésta ha sido homologada adquiere carácter de cosa juzgada, por lo cual la
controversia o reclamo ha terminado y las partes nada más podrán reclamar respecto a los puntos
en que fue basada esa transacción.
Así pues, al estar los derechos laborales revestido de imperiosidad e irrenunciabilidad,
significa que el trabajador no puede renunciar a derechos que han sido protegidos por el Estado.
De manera que, de comprobarse este tipo de conductas por parte del empleador, pueden ser
sancionada por el ordenamiento jurídico venezolano, tanto en el Código de Procedimiento Civil
en sus artículos 17 y 170 y en la Ley Orgánica Procesal del Trabajo en sus artículos 48 y 122,
que responden a falta de lealtad y probidad en el proceso, a la obstrucción de la justicia o
cualquiera que pueda resultar engañosa o fraudulenta, en todo caso, el juez en materia laboral
como rector del proceso tiene la potestad de aplicar sanciones e incluso notificar al Ministerio
Público si la gravedad del asunto lo amerita durante el proceso.

30
Así pues, se puede observar que la celebración de una transacción en el ámbito laboral, se
encuentra en una línea frágil, entre lo que se puede negociar o ceder por el trabajador al tratarse
de derechos irrenunciables y aquellos conceptos que puedan ser relajados parcialmente por él y
sean de alguna manera permitidos por la ley.
De allí que, en caso de que por alguna circunstancia, manipulación o presión por parte del
empleador, sea vean vulnerados los derechos laborales del trabajador en lo que por derecho le
corresponde, aun a través de la firma de un acta transaccional homologada, al probarse la
existencia de dolo de una de las partes en perjuicio de la otra, puede ser impugnada dicha
transacción en la cual se escuda el patrono para no volver a ser accionado por el trabajador
respecto a los derechos versados y cedidos en la transacción.

31
CAPÍTULO III

NORMATIVA LEGAL EN VENEZUELA SOBRE LA TRANSACCIÓN Y EL


PRINCIPIO DE IRRENUNCIABILIDAD DE LOS DERECHOS LABORALES

En la Legislación Venezolana, se utilizan para el análisis e interpretación de lo establecido en


este trabajo relacionado con la transacción laboral como medio de autocomposición procesal,
unas bases legales, donde el objeto de las mismas son los derechos de los trabajadores, entre las
cuales podemos mencionar:

3.1. Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, vigente, publicada en Gaceta


Oficial 5.908 Extraordinario del 19 de Febrero de 2009, con la Enmienda N° 1 de 15 de
Febrero de 2009
Se expone algunos aspectos fundamentales que sirven de soporte para lo relacionado a la
transacción laboral y el principio de irrenunciabilidad en materia laboral. El título III referente a
los deberes, derechos humanos y garantías; capítulo V consagrados los derechos sociales y de las
familias, articulo 89 en su encabezado, numeral 1, 2 y 4.

Artículo 89. (Protección oficial al trabajo). ​El trabajo es un hecho social y gozará de la
protección de Estado. La ley dispondrá lo necesario para mejorar las condiciones

32
materiales, morales e intelectuales de los trabajadores y trabajadoras. Para el
cumplimiento de esta obligación del estado se establecen los siguientes principios:

1. Ninguna ley podrá establecer disposiciones que alteren la intangibilidad y progresividad


de los derechos y beneficios laborales. En las relaciones laborales prevalece la realidad
sobre las formas o apariencias.

2. Los Derechos Laborales son irrenunciables. Es nula toda acción, acuerdos o convenios
que impliquen renuncia o menoscabo de estos derechos. Solo es posible la Transacción
y Convenimiento al término de la relación laboral, de conformidad con los requisitos
que establezca la ley.

3. Cuando hubiere dudas acerca de la aplicación o concurrencia de varias normas, o


en la interpretación de una determinada norma, se aplicará la más favorable al
trabajador o trabajadora. La norma adoptada se aplicará en su integridad.

4. Toda medida o acto del patrono o patrona contrario a esta Constitución es


nulo y no genera efecto alguno.

5. Se prohíbe todo tipo de discriminación por razones de política, edad, raza, sexo o credo o
por cualquier otra condición.

6. Se prohíbe el trabajo de adolescentes en labores que puedan afectar su desarrollo integral.


El Estado los o las protegerá contra cualquier explotación económica y social.

Este artículo, nos refiere que la transacción sólo es válida al término de la relación laboral y,
en efecto, ésta sólo puede perfeccionarse al concluir la relación de trabajo. De igual manera,
establece unos requisitos para que la misma sea válida. Esto implica el resguardo que la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela establece para los trabajadores y
trabajadoras con miras de fortalecer jurídicamente su desempeño en el campo laboral.

3.2. Código Civil Venezolano, publicado en ​Gaceta Oficial Nº 2.990


Extraordinaria del 26 de Julio de 1982

Establece en su título XII referente a la transacción, artículos 1713 y siguientes.

33
Artículo 1713. (De la transacción). ​La transacción es un contrato por la cual las partes,
mediante reciprocas concesiones, terminan un litigio permanente o precaven un litigio
eventual.

Artículo 1714. (Capacidad para disponer). ​Para transigir se necesita tener capacidad para
disponer de las cosas comprendidas en la transacción.

Artículo 1716. (Alcance restringido). ​La transacción no se extiende a más de los que
constituye su objeto. La renuncia a todos los derechos y acciones comprende
únicamente lo relativo a las cuestiones a las que han dado lugar a la transacción.

Artículo 1717. (Alcance restringido). ​Las Transacciones no ponen fin sino a las
diferencias que se han designado, sea que las partes hayan manifestado su intención por
expresiones especiales o generales, sea que esta intención aparezca como una
consecuencia necesaria de lo que se haya expresado.

Artículo 1718. (Fuerza de cosa juzgada). ​La transacción tiene entre las partes la misma
fuerza que la cosa juzgada.

Estos artículos contemplados en el Código Civil Venezolano hacen referencia de forma


general del concepto de transacción, que tipo de capacidad debe ser necesaria para realizar
algún tipo de transacción el alcance que ocupa la transacción y el carácter jurídico que le da
ley una vez ejecutada.

3.3. Código de Procedimiento Civil publicado en Gaceta Oficial número 4.209


Extraordinaria de fecha 18 de Septiembre de 1990.

En su título V, referente a la terminación del proceso; capitulo II en materia de transacción y


de conciliación, artículos 255 y siguiente:

Artículo 255. (​De la transacción). ​La transacción tiene entre las partes la misma fuerza que
la cosa juzgada.

Artículo 256​. (​De la transacción y de la Conciliación). ​Las partes pueden terminar el


proceso pendiente, mediante la transacción celebrada conforme a las disposiciones del
Código Civil. Celebrada la transacción en el juicio, el juez la homologará si versare
sobre materia en las cuales no esté prohibida las transacciones, si lo cual no podrá
procederse a su ejecución.

34
De acuerdo al ​Código de Procedimiento Civil (CPC), la transacción pone fin a un litigio
permanente entre las partes o previenen o busca solución a uno eventual y manifiesta tener la
misma fuerza que la cosa juzgada, ya no existen medios de impugnación que permitan
modificarla.

3.4. Ley Orgánica del Trabajo, de los Trabajadores y las Trabajadoras (LOTTT).
Publicada en Gaceta Oficial número 6.076 –
Extraordinaria - de fecha 07 de Mayo de 2.012

En su título I, referente normas y principios constitucionales; capitulo II en materia de


Principios Rectores, artículos 19, referente a la irrenunciabilidad de los derechos laborales.

Artículo 19. (​Irrenunciabilidad de los derechos laborales). ​En ningún caso serán
renunciables los derechos contenidos en las normas y disposiciones de cualquier
naturaleza y jerarquía que favorezcan a los trabajadores y a las trabajadoras.

Las transacciones y convenimientos solo podrán realizarse al término de la relación laboral


y siempre que versen sobre derechos litigiosos, dudosos o discutidos, consten por
escrito y contengan una relación circunstanciada de los hechos que la motiven y de los
derechos en ella comprendidos.

En consecuencia, no será estimada como transacción la simple relación de ​derechos, aun


cuando el trabajador o trabajadora hubiese declarado su conformidad con lo pactado.
Los funcionarios y las funcionarias del trabajo en sede administrativa o judicial
garantizarán que la transacción no violente de forma alguna el principio constitucional
de irrenunciabilidad de los derechos laborales.

3.5. Ley Orgánica Procesal del Trabajo. Publicada en Gaceta Oficial


Número 39.346 del 14 de Enero de 2010 N° 6.076
Extraordinario del 07 de Mayo de 2.012

En su título VII, referido al procedimiento ante los tribunales del trabajo, capítulo II de la
audiencia preliminar, en referencia al uso de los medios de autocomposición procesal:

Artículo 133. En la audiencia preliminar el Juez de Sustanciación, Mediación y Ejecución


deberá, personalmente, mediar y conciliar las posiciones de las partes, tratando con la
35
mayor diligencia que éstas pongan fin a la controversia, a través de los medios de
autocomposición procesal. Si esta mediación es positiva, el juez dará por concluido
el proceso, mediante sentencia en forma oral, que dictará de inmediato, homologando
el acuerdo de las partes, la cual reducirá en acta y tendrá efecto de cosa juzgada.

Tanto la LOTTT y la LOPT, mencionan que los derechos contenidos en las normas y
disposiciones de cualquier naturaleza y jerarquía que favorezcan a los trabajadores y
trabajadoras, son irrenunciables, y el uso de los medios de autocomposición procesal, por lo
tanto las transacciones y convenimientos solo podrán realizarse al término de la relación laboral
y siempre que versen sobre derechos litigiosos, consten por escrito y contengan una relación
circunstanciada de los hechos que la motiven y de los derechos en ella comprendidos.

CONCLUSIONES

Uno de los principales cuestionamientos que se han hecho en cuanto a la transacción en el


ámbito laboral deriva del principio de irrenunciabilidad que rige en esta rama del Derecho. Sin
embargo, la transacción ha sido admitida, no sólo en Venezuela, sino en muchos países por la
doctrina sobre los derechos laborales. A los efectos de definir conceptual y doctrinariamente la
transacción en el ordenamiento jurídico laboral venezolano, primeramente se debe partir del
hecho de reconocer que toda relación laboral está sustentada bajo la forma de un contrato, en el
cual el trabajador ofrece su fuerza de trabajo a cambio de recibir algún tipo de salario o
remuneración, mientras que el contratante produce respaldado en la fuerza de trabajo adquirida
de su trabajador orientado a obtener un beneficio con su uso.
Desde esta perspectiva, se observa la subordinación que de cierto modo surge de parte del
trabajador con su empleador durante la vigencia del contrato laboral. La subordinación que es

36
uno de los elementos contemplados dentro del contrato de trabajo y se concreta en una especie de
restricción consensual de la libertad que tiene el trabajador para poder cumplir con la prestación
laboral. Sin embargo, la normativa laboral cumple el rol de proteger al trabajador, conocido
como el “débil jurídico”, y de alguna forma asegurar que no se violenten sus derechos dentro de
lo que está contemplado en el contrato laboral. Este carácter tutelar de la normativa venezolana,
se relaciona directamente con la protección de los derechos sociales.
En virtud de todo esto, los derechos laborales de los trabajadores se originan desde la acción
activa del Estado cuando estable que determinadas condiciones laborales sean obligatorias dentro
de las relaciones entre empleadores y trabajadores, como por ejemplo, el salario mínimo, la
extensión máxima en la jornada de trabajo, la seguridad del trabajador, entre otros. Tomando en
cuenta las consideraciones anteriores, la transacción surge de un reclamo donde suelen incluirse
diferentes tipos de daños, es decir, ésta resulta del acuerdo al que llegan las partes involucradas
en el proceso, en este sentido se pueden lograr una o más solicitudes. Dentro de este contexto, la
transacción es un contrato por el cual las partes pactan en resolver un litigio de común acuerdo y
concluyente, antes o después de iniciado el proceso, en este caso laboral.
De acuerdo a Parra (1992), la transacción es un contrato por el cual las partes, mediante
recíprocas concesiones, terminan un litigio pendiente o precaven un litigio eventual. Se asume
entonces que la transacción produce el efecto de una sentencia, con valor de cosa juzgada. Por
otra parte Cabanellas (1998), consideró que en la transacción no se produce la renuncia de un
derecho, a lo sumo, la renuncia de una esperanza, pues el derecho se determina cuando existe
una sentencia judicial que lo acredita.
Sin embargo, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, la sometió a
rigurosos requisitos con el propósito de garantizar la irrenunciabilidad a los derechos laborales
ajustándose al criterio de la doctrina. De igual forma confirió validez a la transacción sólo al
término de la relación laboral, en efecto, ésta sólo puede perfeccionarse al concluir la relación de
trabajo. En todo este sentido, la transacción es concebida como un modo de terminación del
proceso, pues por medio de ésta las partes pueden dar por terminado un litigio. Pero debido a su
naturaleza contractual ésta puede ser objeto de nulidad o rescisión en los casos establecidos en el
código civil, más hoy en día, que le ha dado el carácter irrenunciable.

37
Con respecto a los elementos destacables en la transacción se considera que es un contrato
accesorio, resolutorio, consensual y bilateral. Además, es un contrato nominado, ya que se
encuentra regulado en el Código Civil (1982) a partir, del artículo 1713 al 1723. De igual forma,
la LOTTT (2012), establece la transacción como un modo de autocomposición procesal entre el
trabajador y el empleador, pero que en ningún caso serán renunciables los derechos contenidos
en las normas y disposiciones de cualquier naturaleza y jerarquía que favorezcan a los
trabajadores y a las trabajadoras. Se desprende que las transacciones y convenimientos solo
podrán realizarse al término de la relación laboral y siempre que versen sobre derechos litigiosos,
dudosos o discutidos, consten por escrito y contengan una relación circunstanciada de los hechos
que la motiven y de los derechos en ella comprendidos.
Para González (2004,) la transacción laboral lleva en si la ventaja de solucionar con rapidez
la discordancia entre las partes, el trabajador, como el débil jurídico de relación laboral, por su
desventaja económica se encuentra de cierta manera en posición de inferioridad, realiza
concesiones a costa de su único patrimonio, que es acervo de sus derechos adquiridos por obra
de la protección especial. Asimismo, la modificación y ampliación del concepto de transacción
se sustenta en los aspectos incluidos en la CRBV, en su artículo 89 donde señala que el trabajo
gozará de la protección del Estado y la ley dispondrá lo necesario para mejorar las condiciones
materiales, morales e intelectuales de los trabajadores, por ende se asume que ninguna ley podrá
establecer disposiciones que alteren la intangibilidad y progresividad de los derechos y
beneficios laborales.
Además de que los derechos laborales son irrenunciables, es decir, es nula toda acción,
acuerdo o convenio que implique renuncia o menoscabo de estos derechos. Solo es posible la
transacción y convenio al término de la relación laboral, de conformidad con los requisitos que
establece la ley. Sumado al hecho de que toda medida o acto del patrono o patrona contrario a la
Constitución es nulo y no genera efecto alguno.
Desde este punto se deduce que la transacción consagrada en el ordenamiento jurídico se ha
venido desarrollando conforme se ha ido consolidando las relaciones laborales dentro de las
empresas con los trabajadores. Inicialmente la normativa laboral se planteaba solo en el plano de
la regulación de las condiciones laborales, es decir, los derechos laborales de carácter individual

38
del trabajador. Sin embargo, ello se ha ido ampliando hacia nuevas esferas de la relación laboral,
como por ejemplo, los derechos laborales colectivos, la participación, seguridad e higiene, entre
otros, que adquieren los trabajadores. Además los derechos que tienen que ver con la protección
social del trabajador, como lo son la propia seguridad social y las prestaciones sociales; de esta
manera, ha dado forma a un subsistema jurídico más estructurado y más organizado.
Por otro lado, la irrenunciabilidad de los derechos laborales es un principio constitucional,
que consiste en la protección del el trabajador como débil jurídico, frente a la superioridad
económica del patrono y posibles prácticas de simulaciones contractuales que persiguen
manipular la relación laboral de la fiel aplicación de las normas laborales. Como se ha señalado,
el artículo 89, numeral segundo de la CRBV, en concordancia con el artículo 19 de la LOTTT,
establecen lo que se conoce como el Principio de Irrenunciabilidad de los derechos laborales, el
cual incluye todos los derechos que favorezcan a los trabajadores y aquellas disposiciones de
carácter imperativo.
Para algunos doctrinarios la irrenunciabilidad se justifica en que la duración de la relación
de trabajo, el trabajador no goza de plena libertad, por ello, la ley lo protege con el fin de evitar
renuncias anticipadas causadas por algún tipo de presión ejercida por el patrono. Guzmán (2000),
define este principio como “la prohibición al trabajador de desistir de la titularidad de un derecho
mediante pacto, expreso o tácito con el patrono” (p. 59). Igualmente agrega que la
irrenunciabilidad laboral debe entenderse en el sentido más amplio, es decir, incluyendo todos
los derechos establecidos por las leyes y los que derivan de los convenios individuales, de las
contrataciones colectivas del trabajo y hasta de los laudos arbitrales.
Ahora bien, para muchos, este principio constitucional de irrenunciabilidad de los derechos
labores, tendría una aparente contradicción con las normas legales relacionadas con la aplicación
de los diversos modos de autocomposición procesal, pues se establece de manera expresa que las
partes no podrán celebrar acuerdos o convenios sobre derechos laborales mientras se mantenga la
relación de trabajo; haciendo de cierto forma, ineficaces en el sistema de justicia laboral, la
implementación de estos medios alternativos que buscan la resolución de conflictos por vías
distintas a las judiciales y que implican una decisión o sentencia firme.

39
En este orden de ideas, si solo es posible la celebración de transacciones al término de la
relación laboral (puesto que no se hace distinción de cuáles son los supuestos de hecho aplicables
a la norma), se interpreta que dicho principio que abarca la generalidad de los supuestos que son
susceptibles de reclamación que puedan surgir en una relación de trabajo, los funcionarios
competentes, como el inspector del trabajo o el Juez, según sea el caso, dando cumplimiento a
las disposiciones constitucionales contenida en el numeral 2º del Artículo 89 de la Carta Magna,
no podrán promover la aplicación de medios alternativos de resolución de conflictos que surjan
entre sujetos que mantengan el vínculo contractual, debiendo trasladar dicha causa a la
jurisdicción competente a los fines de que inicie un proceso contradictorio, que culmine en una
decisión judicial que resuelva la controversia planteada.
Quiere decir entonces que los funcionarios competentes (inspector de trabajo o Juez), al
proceder a la aplicación de dicha norma constitucional, no podrán promover la celebración de
acuerdos transaccionales entre las partes mientras el trabajador y el patrono permanezcan
vinculados laboralmente, puesto que solo podrán celebrarse acuerdos sobre derechos laborales de
cualquier naturaleza al término de la relación de trabajo; siempre y cuando dichos acuerdos no
impliquen renuncia o menoscabo de los mismos, limitando así la autonomía de la voluntad de los
particulares, a los fines de celebrar acuerdos en materia laboral.
Quizás se genera una difícil contradicción constitucional, puesto que limita el uso de medios
alternativos de resolución de conflictos según lo establece en el Artículo 258 CRBV, cuando
dispone que el “Estado promoverá, en el sistema de justicia, los medios alternativos… a los fines
de la resolución de conflictos entre los justiciables” quedando sin eficacia e inaplicabilidad dicha
transacción, puesto que no es posible celebrar convenios que impliquen renuncia o menoscabo
sobre derechos laborales de cualquier índoles, ni antes, ni durante ni al término de la relación
laboral. Es importante señalar que esta incongruencia genera a veces un conflicto entre la norma
del mismo rango constitucional, y el problema sería determinar cuál sería la norma aplicable en
este caso específico.
Ahora bien, de igual forma los medios alternativos de resolución de conflictos, fueron
adoptados en el texto de la Ley Orgánica Procesal Laboral, del año 2010, integrando en las
funciones, facultades y atribuciones de los jueces con competencia en materia laboral, una

40
función mediadora y conciliadora, con el objeto de lograr la resolución del conflicto planteado
entre las partes, por una vía diferente a la judicial, mediante un acuerdo de voluntades y el
otorgamiento de mutuas concesiones que pondría punto final a la controversia, mediante la
celebración de un acuerdo transaccional.
Es claro que nuestra Constitución insiste en la protección de la voluntad negocial del
trabajador cuando pacta con su patrono, sea el acuerdo antes, durante o después de la vigencia de
la relación de trabajo, la cual como todo vínculo jurídico genera derechos y obligaciones entre
las partes. Más allá de que los derechos laborales persiguen no sólo la protección moral, física,
espiritual y psíquica del trabajador, su principal norte está dirigido a la protección patrimonial a
través de la estipulación de condiciones para que la retribución monetaria de su fuerza de trabajo
a través del salario, sea justa y acorde a esa fuerza empleada, en pos de la ejecución de la
empresa del patrono.
Los medios alternativos de resolución de conflictos en el sistema de justicia venezolano son
todos aquellos recursos que son empleados a los fines de solucionar un conflicto planteado, en
forma pacífica, conciliatoria y armoniosa, que tendrá como objeto lograr que las partes, mediante
algunas concesiones, pongan fin a la controversia planteada entre ellas, sin necesidad de una
decisión judicial.
De acuerdo a Carnelutti (1936), cuando existe una ​litis (​ conflicto) entre dos o más
individuos, un todo se ha descompuesto, se ha fragmentado en partes, unos sujetos que actuaban
como una sola voluntad ahora lucen fracturados, se ha perdido la civilidad y entonces la
fragmentación debe ser “compuesta” a los fines de garantizar la paz social, la armonía de los
ciudadanos, y entonces sólo ante los conflictos nacía el proceso. No obstante, la solución de
conflictos mediante mecanismos distintos a un proceso judicial como el que actualmente
conocemos mediante la decisión de un tercero surge de la necesidad y de la práctica de la
sociedad de solucionar conflictos de manera pacífica. Es obvio que los medios alternativos para
la solución de conflictos son mecanismos distintos al proceso judicial, que persiguen la solución
pacífica y definitiva de litigios, bien sea por el logro de la coordinación y entendimiento de las
partes en conflicto, o por el sometimiento a la decisión de un tercero imparcial que ha sido
designado por las partes.

41
Se constata que la CRBV reconoce a los medios alternos de resolución de conflictos como
parte del sistema de justicia venezolano, como emanación del principio de la democracia
participativa tanto de las funciones del Estado y específicamente en la administración del
derecho, y como emanación de la soberanía que reside en el pueblo (artículos 2 y 253 de la
Constitución venezolana), ordenando el constituyente al legislador la promoción del arbitraje, la
conciliación y cualesquiera otros medios de resolución de conflictos.
Es por ello que la celebración de acuerdos transaccionales, como mecanismo final que
materializa el acuerdo alcanzado por las partes en un proceso alternativo de resolución de
conflictos en materia laboral, debe ser aplicable a todos los supuestos que puedan derivarse de
una reclamación de naturaleza de trabajo y que exista a su vez, la posibilidad de ser celebrada en
cualquier estado e instancia del proceso en beneficio del trabajador, para así lograr el fin de la
transacción como medio alterno de autocomposición procesal, garantizando la libertad como
valor fundamental del ordenamiento jurídico, el debido proceso como garantía que brinda el
Estado a los ciudadanos ante la posibilidad de una condena, y la paz social como fin mediato de
derecho.
Bajo la interpretación anterior, podría resolverse el conflicto normativo originado por lo
establecido en el numeral 2º Artículo 89, de la CRBV, con respecto al artículo 258
constitucional, cuando se limita la autonomía de la voluntad de las partes dentro de una relación
de trabajo, cuando impone que solo podrán celebrarse acuerdos al final de la relación de trabajo,
limitando a la posibilidad de acudir a los medios alternativos de resolución de conflictos, para
dirimir las diferencias, siendo la citada norma, de cierto modo inaplicable para todos los
supuestos de reclamaciones de naturaleza laboral que puedan originarse en una relación de
trabajo, puesto que durante la vigencia de una relación contractual, pueden surgir múltiples
reclamaciones entre el trabajador y el patrono que podrían ser resueltas por una vía distinta a la
decisión judicial.
Como ya se mencionó, la Constitución impone al Estado, el deber de promoción de los
diversos modos alternativos de autocomposición procesal para la solución pacífica de las
controversias entre los trabajadores y el patrono. Asimismo, la Ley Orgánica Procesal del
Trabajo, en su artículo 133, reconoce la facultad de mediación del juez laboral, a los fines de

42
promover que las partes implementen los medios de autocomposición procesal, en especial, la
transacción con el objeto de resolver pacíficamente las controversias de relevancia jurídica que
se originen durante la vigencia de la relación laboral.
Es por ello que, el Estado, debería de promover mediante la aplicación de mecanismos de
mediación, negociación y conciliación, la celebración de acuerdos transaccionales en materia
laboral, teniendo en cuenta los principios constitucionales de igualdad, equidad, idoneidad,
minimizando así la irrenunciabilidad de voluntades entre los sujetos y consiguiendo el fin último,
que es la resolución alternativa y pacífica de los conflictos.
Ahora bien, la transacción laboral es un medio extraordinario de terminación de un proceso,
ya que otorga seguridad jurídica a las partes, procurando la justicia en el proceso, garantizando
una verdadera protección al trabajador al momento de realizar concesiones, en los términos y
condiciones establecidas en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y las
leyes.
Admitir la transacción en el derecho del trabajo no supone violar el principio de
irrenunciabilidad, por dos razones; porque existe transacción si hay concesiones reciprocas y
porque la transacción que se admite es aquella que refiere a derechos dudosos. No se trata de un
desprendimiento gratuito, como en el caso de la renuncia. Si el derecho es dudoso, y no hay un
derecho reconocido a favor del trabajador, no puede haber renuncia, como la que existe cuando
el trabajador abandona un derecho reconocido a su favor.
La validez de la transacción lo confieren los ahorros sustanciales de tiempo y dinero cuando
se logra la culminación del pleito por esa vía. La celebración de acuerdos transaccionales, como
mecanismo final que materializa el acuerdo alcanzado por las partes en un proceso alternativo de
resolución de conflictos, debe ser aplicable a todos los supuestos que puedan derivarse de una
declaración de naturaleza laboral, después de culminada la relación laboral, y que exista a su
vez, la posibilidad de ser celebrada en cualquier estado e instancia del proceso en beneficios del
trabajador justificable, para así lograr el fin de la transacción como medio alterno de la
resolución del conflictos, garantizándose la libertad como valor fundamental del ordenamiento
jurídico, del debido proceso como garantía que brinda el Estado a los justiciables y
administrados ante la posibilidad de una condena, y la paz social como fin mediato de derecho.

43
En los acuerdos transaccionales, se podrían resolver los conflictos normativos originados de
acuerdo a lo establecido en el artículo 89 numeral 2, cuando imponen que solo podrá celebrarse
acuerdos o convenimientos al final de la relación de trabajo, ya que durante la vigencia de una
relación laboral, pueden surgir múltiples reclamaciones entre los sujetos que pueden ser resueltas
por una vía distintas a la decisión judicial.
Finalmente, el objeto de la transacción es resolver pacíficamente las controversias de
relevancia jurídica que se originen al término de una relación laboral; y es por ello es que, el
Estado, debería de promover mediante la aplicación de mecanismos de mediación, negociación y
conciliación, la celebración de acuerdos transaccionales en materia laboral, teniendo en cuenta el
principio de irrenunciabilidad de los derechos laborales, ya que este consiste en la protección del
poder del trabajador frente a la superioridad económica y posibles prácticas de simulaciones
contractuales que persiguen exorbitar la relación laboral de la fiel aplicación de las normas
laborales. Así pues, es necesario que el trabajador se encuentre debidamente asesorado a la hora
de la firma de estos acuerdos, de modo que conozca el alcance y efectos del mismo.

44
BIBLIOGRAFÍA

Alfonzo, R. (2004). ​Base Constitucional del Derecho del Trabajo Venezolano. En la Nueva
Didáctica del Derecho del Trabajo​. Pp. 57-66. Caracas: Melvin C.A.

Bermúdez A. (2012). ​La efectividad de la Transacción como medio de Autocomposición


Procesal en el Procedimiento Civil Venezolano​. Trabajo de Grado. Universidad José
Antonio Páez. Valencia. Venezuela.

Bouwland, C. (2013). ​Análisis de la Transacción Laboral en el Ordenamiento Jurídico


Laboral Venezolano. ​Universidad Rafael Urdaneta. Trabajo Especial de Grado.

Cabanellas, G. (1998). ​Diccionario Jurídico Elemental​. Editorial Heliasta, S.R.L. Buenos


Aires. Argentina.

Cadena, J. (2012). ​Estudio de los Medios De Autocomposición Procesal con respecto a su


Aplicabilidad en el Derecho Procesal Civil. ​Universidad José Antonio Páez. Trabajo
Especial de Grado.

Campos, L. (2002). ​Las Transacciones en materia laboral y el principio de


irrenunciabilidad​. Maestría Derecho Laboral y Seguridad Social. Universidad Estatal a
Distancia (UNED).

Carnelutti, F. (1936). Sistema de Derecho Procesal Civil. ​Buenos Aires, Argentina: Editorial
Labor S.A.

Código Civil Venezolano​. (1982). Gaceta Oficial Nº 2.990 Extraordinarios del 26 de Julio de
1982.

Código de Procedimiento Civil​. (1990). Gaceta Oficial N°4.209 Extraordinaria del18 de


Septiembre de 1990.

45
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. (1999). ​Gaceta oficial Nº 5.908
Extraordinaria – Fecha: 19 de Febrero del 2009.

González, (2004). ​La Irrenunciabilidad, La Transacción y otros temas Laborales​. Caracas


Venezuela.

Guzmán, A. (2000). ​Nueva Didáctica del Derecho del Trabajo​. Undécima Edición. Editorial
Mervin. Caracas.

Kuiper, J. (2012). ​La Relatividad de la Cosa Juzgada derivada de la Transacción Judicial en


la Jurisdicción Laboral Venezolana​. Universidad Rafael Urdaneta. Maracaibo, Venezuela.

Ley Orgánica del Trabajo, de los Trabajadores y las Trabajadoras​. (2012). Gaceta Oficial
N° 6.076 Extraordinaria del 07 de Mayo de 2.012.

Ley Orgánica Procesal del Trabajo​. (2010). Gaceta Oficial N° 39.346. Extraordinario del 14
de Enero de 2010.

Marcano, N. (2011). ​Alcance de la Transacción Laboral como medio de Autocomposición


Procesal​. Universidad del Zulia. Maracaibo, Venezuela.

Parra, J. (1992). ​Derecho Procesal Civil​. Editorial Terri. Santa Fe de Bogotá, Colombia.

Pérez, H. (2010). ​El Arbitraje en el Proceso Laboral. Trabajo Especial de Grado para optar
al título de Especialista en Derecho Procesal Laboral​. Universidad Central de Venezuela.
Facultad de Ciencias Jurídicas. Caracas Venezuela.

Rumbos, B. (2008). ​El Convenimiento como forma de Autocomposición Procesal​.


Universidad Católica Andrés Bello. Caracas Venezuela.

46
47

También podría gustarte