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El Art. 7 refiere a que son, las minas, bienes privados de la Nación o de las Provincias,
según donde se encuentren. Decíamos que las minas nunca podrán ser bienes privados
del Estado, el propio Código de Minería se encarga de invalidar esta norma, porque si
así fuera, el Estado podría disponer libremente de la mina. Y son inalienables, la única
forma de hacerlo, está establecido en el Código, es mediante la concesión legal.
Decíamos que si las minas fueran de bienes privados podrían prescribir y no prescriben
jamás, el art.326 del Código Minero establece la posibilidad de prescripción pero entre
particulares. Art. 326. – La prescripción no se opera contra el Estado propietario
originario de la mina.
La circunstancia de que el dominio minero sea declarado inalienable, no impide que el
Estado pueda constituir a favor de particulares derechos de goce, temporales o
perpetuos, compatible con el destino de utilidad general de esos bienes –utilidad
pública-. El derecho que el Estado concede es de carácter público, de naturaleza real e
inmobiliaria. Se rige por los mismos principios la propiedad inmobiliaria que la
propiedad raíz. Tiene contenido patrimonial y están amparados por la garantía
constitucional del derecho de propiedad. [Básicamente chicos, para no complicarla
mucho, cuando el Estado otorga en concesión una mina, nunca se desprende, continúa
siendo el titular del dominio minero pero se crea a favor de ese particular una propiedad
muy particular, sui generis, muy emparentada al derecho de usufructo. Tiene
características especiales, porque se rige por las mismas normas que la propiedad raíz,
puede embargarse puede hipotecarse, es decir todos los derechos que rigen sobre la
propiedad común, también rigen sobre la propiedad minera. El concesionario la puede
vender, puede ceder los derechos, puede transmitir, se hace todo por escritura pública.
Es una verdadera propiedad, simplemente que hay una condición resolutoria; si se
otorga una mina, pero si no se explota o no se cumplen con los requisitos que vamos a
ver, la mina vuelve al Estado para que el Estado se la pueda otorgar a otro que la quiera
explotar. Atentos a ese principio que siempre está ahí latente, de utilidad pública, al
Estado lo que le interesa es que la mina se explote no que esté ahí ociosa. Hay gente que
la pide y hace casitas en las sierras, hay unos lugares hermosos. Si le dan otro destino, la
pierden, ya vamos a ver. Se las adquiere muy fácil, pero si el minero no cumple
estrictamente con las condiciones de la concesión las pierden, se produce la caducidad.]
1
Demasía: Espacio que queda entre pertenencias, cuya superficie no alcanza a conformar una
pertenencia.
2. Minas caducas y vacantes, se dirigen a la autoridad minera, se fijan que minas
están vacantes y la solicitan.]