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Reinserción, ¿para qué?

José María MENA AL VAREZ

El Derecho Penal, y el sistema penal en su con- ridad estarán orientadas hacia la reeducación y la
junto, siempre fue concebido, desde perspectivas reinserción social.
progresistas, como expresión e instrumento del po- Este mandato, que por cierto abarca a todas las
der de los sectores sociales dominantes. Lo clásico medidas de seguridad aunque no sean privativas de
era expresarlo con otras palabras, pero el concepto libertad, y sin embargo no abarca a las penas de
era ese, más o menos. Sigue habiendo sectores esa índole, contiene tan sólo la necesidad de esa
sociales dominantes y siguen teniendo poder. Pero determinada orientación. Ello, como es sabido, no
la prolongada etapa de convivencia democrática ha excluye los fines de la pena, de prevención general
ido produciendo un poso de contrapesos y garan- y especial, ni es contradictorio con sus efectos y
tías sobre las aristas de aquella esquemática con- consecuencias.
cepción. Las penas privativas de libertad que recaigan so-
En aquel tiempo el análisis del fenómeno de la re- bre delincuentes de "cuello blanco" estarán orienta-
presión penal conducía al hallazgo en su seno de das hacia la reeducación y la reinserción social.
contradicciones, y era comúnmente aceptado que Este mandato taxativo de la Constitución es objeto
éstas expresaban la dinámica social. En este marco de matizadas transformaciones, en determinados
se encontraba el concepto estratégico del uso alter- casos, cuando es objeto de aplicación concreta.
nativo del derecho. Todas las normas vigentes, y Hay quien opina que aquella orientación no es
particularmente las que contienen garantías y las le- atendible si el condenado ya tiene educación e in-
yes penales, podían ser aplicadas, "alternativamente" serción social. Ello no obsta ría al cumplimiento de la
a favor de quienes no eran sus beneficiarios teóricos pena, porque, además de su orientación constitu-
iniciales, y en contra de los sectores sociales domi- cional, e incluso alcanzada esta de antemano, los
nantes. fines clásicos de la pena subsisten.
Tal era la general aceptación de estos criterios que, Pero hay quien mantiene el criterio según el cual,
cuando se redactó la Constitución, en su artículo preexistiendo la educación y la reinserción social,
25.2 se dejó plasmada, implícitamente, la idea de que constituyen la orientación constitucional de la
que el delincuente que merece pena privativa de pena privativa de libertad, su ejecución efectiva es
libertad comete su delito por causa de su falta de superflua.
educación o por su ausencia de inserción social, o, Llevado el argumento a sus últimas consecuen-
por lo menos, en función de su procedencia socio- cias, los que gozan de óptima educación y notoria
lógica de ámbitos en que se manifiestan tales ca- inserción social al tiempo de delinquir no "precisan"
rencias. el correctivo de la pena privativa de libertad.
Paralelamente, y como fruto simultáneo del mis- Unas recientes resoluciones de una Administra-
mo discurso, fueron naciendo los conceptos teóri- ción Penitenciaria han argumentado de la manera
cos que germinaron, sucesivamente, en tipos pe- que a continuación se recoge, debidamente traduci-
nales llamados "de cuello blanco". Primero eran da, a los efectos de conceder a los condenados el
normas "ad exhibendum", para aquietar nacientes tercer grado inicial de las penas privativas de liber-
exigencias sociales, y, en ocasiones, aquietar ma- tad cuyo cumplimiento definitivo se cifraba en el año
las conciencias. Luego, fueron normas sólidas, apli- 2003.
cables y aplicadas. Una verdadera normalización "La clasificación (en el tercer grado inicial) ha de
democrática homogeneizó los tipos penales antaño tener en cuenta el historial familiar, social y delicti-
denominados "de cuello blanco", en el conjunto de vo... "
las previsiones del Código Penal, de tal modo que "Concurren cualificadas favorablemente las varia-
ya hace tiempo que, por fortuna, han dejado de ser bles intervinientes en el proceso de clasificación
conceptos y preceptos "heroicos". penitenciaria ... ". "Las variables intervinientes deter-
Si el discurso parecía tener dos líneas paralelas, minan que se pueda aplicar el régimen de tercer
la del origen marginal del delito con su correlativa grado de tratamiento teniendo en cuenta la capaci-
necesidad de reinserción, y la del delito de "cuello dad del interno de llevar a cabo un régimen de vida
blanco': la progresión de la convivencia democráti- en semilibertad". "Las características personales y
ca ha puesto de manifiesto que las dos líneas se cognitivas del interno y su capacidad de comunica-
han manifestado como confluyentes. ción constituyen elementos valorativos de un alto
Cuando los que delinquen desde su posición de grado de resocialización".
ventaja social, económica o política, han llegado al "El interno -se dice en una de las resoluciones
banquillo, se nos ha planteado, en concreto, el pro- comentadas- es una persona adaptada social-
blema de la confluencia de las dos líneas del dis- mente. Su trayectoria vital se puede considerar
curso en el siguiente punto: ¿está prevista para normalizada. La sólida formación académica así
ellos la reinserción? como las características de su personalidad le han
El artículo 25.2 de la Constitución dice que las permitido llevar a cabo una carrera profesional en el
penas privativas de libertad y las medidas de segu- mundo de la empresa".

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Se ha llegado a consolidar, con el soporte juris- jurídicos protegidos por los tipos penales que con-
diccional correspondiente, la tesis de que, en tales templan los delitos de "cuello blanco", han sido ob-
condiciones, no es preciso el cumplimiento efectivo jeto de la falta de respeto que requiere la educa-
de la pena, bastando con la aplicación, desde el ini- ción, o reeducación, correctora.
cio de su cumplimiento teórico, del tercer grado pe- Otro tanto ocurre con el concepto de reinserción,
nitenciario. Es decir: con buena educación, y acre- que, no olvidemos, acompaña al de reeducación en
ditada adaptación social, basta con cumplir la pena el artículo 25.2.
desde casa. Salvando la inagotable literatura sobre la reinser-
La Europa sin fronteras ha producido curiosos fe- ción, cabría resumir su concepto, a riesgo, desde
nómenos. Uno de ellos es el de la domiciliación de luego, de simplismo, como la reintegración del de-
personajes acaudalados en minúsculos Estados de lincuente a una convivencia social ajena a la prácti-
benévolo tratamiento fiscal. Quizás no esté lejano el ca del delito. Esa convivencia está basada en los
día en que, junto al domicilio fiscal de adopción, principios democráticos, y en el respeto a los dere-
prolifere el domicilio de adopción a efectos penales, chos y libertades fundamentales, que son, precisa-
si la pena privativa de libertad, por causa de la rein- mente, los principios básicos del concepto constitu-
serción, debe cumplirse en el territorio del domicilio. cional de educación.
Porque en el territorio de la Administración Peniten- El delincuente cuyo comportamiento antisocial
ciaria antes referida, los delincuentes de "cuello tiene su origen en la marginalidad, es decir, en la
blanco" oriundos del país, y los domiciliados liad falta de inserción social, merece, tiene derecho a
cautelam" parece que han de hallar una compren- que se le ofrezca la posibilidad de reintegrarse a la
sión que, en otras latitudes, todavía no se produce convivencia social normal (normal en sentido eti-
con igual sensibilidad. mológico, como adecuada a la norma). Sin embargo
Hay quien señala que esta novísima fuente de tu- más bien parece que las expresiones reintegración,
rismo se podrá ver limitada porque, para entonces, o reinserción, no son plenamente acertadas si se
posiblemente el servicio penitenciario se encuentre considera que, previamente, se ha venido mante-
privatizado, sin duda para reducir costes e incre- niendo que esos delincuentes acceden a la infrac-
mentar prestaciones. Pero no es razonable pensar ción penal desde la marginalidad. Lo correcto, pues,
que eso signifique ni cambios de criterio de la Ad- sería reconocer que podemos encontramos ante
ministración, ni grave perturbación económica para supuestos de inserción, y no de reinserción.
los "usuarios" del servicio. Cuando el joven ladronzuelo vuelve, desde la cár-
Se ha opinado, en ocasiones, que todos los con- cel, a su pandilla, obviamente contumaz en su mar-
denados a penas privativas de libertad deben ser ginalidad, generalmente se acepta que su reinser-
atendidos con un tratamiento orientado a su reedu- ción es problemática. Otro tanto ocurre con todos
cación y reinserción social, en todo caso. El argu- los demás delincuentes cuya infracción penal nació
mento parece llevar implícito otro, según el cual el de un núcleo sociológico permanente, generador de
propio delito, y, en concreto, también el de "cuello conductas de la misma índole, e incluso de pautas
blanco", expresa un comportamiento antisocial éticas justificadoras de esos comportamientos.
equivalente a ausencia de educación, en el ámbito El delincuente de "cuello blanco" se encuentra en
específico de la convivencia afectado por el delito, o esa situación. Su vuelta al grupo sociológico de su
ausencia de inserción social, en el mismo ámbito. procedencia, y, con más precisión, su permanencia
Es conveniente recordar que el artículo 25.2 de la en el grupo porque en general no llega a salir de él
Constitución se refiere simultáneamente a la reedu- pues no es inquilino frecuente de centros penitencia-
cación y a la reinserción social. rios, también debe ser interpretada como un pronós-
El concepto de reinserción no está definido en la tico negativo de reinserción, o de inserción, en la
Constitución. El de reeducación sí puede deducirse convivencia social normal.
de la definición del concepto constitucional de edu- Por estas razones parece indispensable que,
cación que contiene el artículo 27.2. "La educación junto con la progresiva, y progresista, presencia de
tendrá por objeto -dice el citado artículo- el pleno tipos penales que hacen frente a la delincuencia de
desarrollo de la personalidad humana en el respeto "cuello blanco", exista una aplicación efectiva del
a los principios democráticos de convivencia y a los derecho penal que introduzca un verdadero princi-
derechos y libertades fundamentales". pio de igualdad en el ámbito penitenciario, es decir,
La reeducación, a partir de esta definición, parece el de dar "tratamiento desigual a los desiguales".
que debe significar la vuelta al respeto debido a los En otro caso, los nuevos tipos penales darán tra-
principios democráticos de convivencia y a los dere- bajo a los tribunales, ocupación a determinados
chos y libertades fundamentales, respecto del que se defensores, espacio en los medios de comunica-
habría apartado el delincuente al cometer su delito. ción, y una incontenible sonrisa a los que gozan de
Sin duda, dada la amplitud de los conceptos re- inserción y educación orientadas, al parecer, a la
cogidos en el artículo 25.2, es claro que los bienes impunidad.

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