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El habla es la forma oral en la que los humanos representamos el lenguaje. Esta capacidad nos diferencia
del resto de animales y es que nuestras características anatómicas son las que permiten que este
fenómeno ocurra.
A los sonidos que utilizamos para hablar los denominamos fonemas. Es importante tener presente a que
edad aproximada se van adquiriendo los diferentes fonemas, ya que una detección temprana por parte de
los adultos que comparten la mayor parte del tiempo con el niño (padres y educadores) puede prevenir
un posible trastorno del lenguaje futuro.
En el siguiente cuadro tenemos representadas a qué edades aproximadas adquieren los niños los
diferentes fonemas:
Señalar es a la misma vez una indicación que el niño sigue para delimitar el referente,
pero también una manera de dirigir la atención de los otros. ... De esta manera,
inicialmente, alrededor de los 12 meses de edad, los niños usan la conducta
de señalar para pedir, y sólo posteriormente lo hacen para mostrar.
Gestos Deícticos
Los gestos deícticos aparecen entre los 9 y 12 meses de edad. Se refieren a apuntar,
mostrar, ofrecer, dar y realizar peticiones en forma de ritual (e. g. extender el brazo
con la mano abierta y la palma hacia arriba) (Bates, Benigni, Bretherton, Camaioni &
Volterra, 1979). Ya Piaget (1965) proponía que alrededor de los 10 meses de edad
aparecían los "gestos de ejecución", los cuales se referían a acciones como el observar
insistentemente un objeto para indicar que se le quiere, dirigir la atención del adulto
hacia un objeto dándoselo, o apuntar objetos para demostrar interés o necesidad.
Estos gestos se corresponden a la vez con los gestos protodeclarativos y
protoimperativos descritos por Premack y Woodruff (1978), en los cuales los gestos se
utilizan para hacer peticiones (protoimperativos) o para solamente mostrarle un objeto
a otras personas (protodeclarativos). Otros autores optan por subdividirlos en apuntar,
los cuales aluden a señalar a una persona u objeto, y gestos instrumentales, los cuales
consideran el pedir, mostrar o dar algo (Rodrigo et al., 2006).
Los gestos simbólicos surgen entre los 12 y 15 meses de edad, y constituyen acciones
físicas simples que pueden ser usadas para representar objetos y eventos, así como
expresar deseos, necesidades, pensamientos y emociones. Estos gestos tienen una
función comunicativa y nominativa, representan un referente específico, conllevan su
significado en su forma y éste no cambia con el contexto, sustituyen el habla y tienen
una función utilitaria hasta que los equivalentes verbales sean posibles (Acredolo &
Goodwyn, 1988, 1990; Goodwyn et al., 2000; Iverson, Capirci & Caselli, 1
estos ¡cónicos
Una vez que el niño ya ha adquirido el lenguaje verbal, los gestos simbólicos o
representacionales evolucionan hacia los gestos ¡cónicos, descritos por Nicoladis,
Mayberry y Genesee (1999). Estos aparecen aproximadamente a los 3 años de edad,
cumplen una función afirmativa y acompañan al habla, en vez de sustituirla. Alrededor
de los 3 años de edad hay una fuerte tendencia del niño a depender de una parte de
su cuerpo para representar, por ejemplo, una herramienta (e.g. usa su dedo como si
fuera el cepillo de dientes), pero hacia los 5 años la capacidad representacional del
niño se ha complejizado hasta el punto que es capaz de entender o producir la acción
relevante por sí misma, como si la herramienta estuviera allí (e.g. mover la mano
como si estuviera sosteniendo un cepillo de dientes). Por tanto, a esta edad el símbolo
se ha distanciado del referente lo suficiente como para no necesitar aparentemente
ningún símbolo concreto de la herramienta (Boyatzis & Watson, 1993; O'Reilly, 1995),
lo cual se corresponde con el proceso de decontextualización, el cual es común a las
modalidades gestual y vocal (Bates et al., 1979; Iverson et al., 1994).
Tanto la literatura como las investigaciones han revisado la relación entre el desarrollo
de los símbolos verbales y los gestuales en las distintas etapas del ciclo vital del niño.
El desarrollo de gestos de manera espontánea en el bebé ocurre de manera natural,
ligado al ciclo vital, apreciándose que suelen ser bastante comunes entre los 10 y 24
meses de edad, y se aprenden a través de rutinas interactivas con los adultos, de la
observación de modelos o prestarse de las acciones realizadas con el objeto de
referencia (Acredolo & Goodwyn, 1985, 1988;Folven&Bonvillian, 1991).
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Los padres somos el mejor modelo para los hijos y los pequeños de la
casa imitarán todo lo que los adultos hagan, porque así aprenden a desarrollarse
en el mundo que les rodea. Primero miran y observan, después aprenden y
por último imitan. Por este motivo resulta tan primordial vigilar la conducta y el
comportamiento por parte de los adultos y así poder ser un buen referente para los
pequeños de la casa.
La imitación permite a los niños aprender socialmente y por eso lo hacen, les
ofrece la oportunidad de dominar nuevas habilidades que sus padres ya hacen.
Además la imitación ayuda no sólo a aprender habilidades sociales, sino que
también ayuda a potenciar la empatía.
Índice
Imitación
- Si quieres que copie algo haz que mire directamente y di aquello que quieras que
imite.
- No intentes que imite nada mientras está haciendo otras cosas, deberá prestarte
atención para aprender la conducta.
- Como padres intentar estar siempre relajados y contentos porque será la mejor
manera de que aprenda de vosotros. Siempre que haga algo bien hacédselo
saber con elogios y cariño.
Puedes leer más artículos similares a La etapa de imitación de los niños, en la
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El lenguaje es una cualidad que nos diferencia de las demás especies, es uno de los mejores
vehículos de comunicación, facilitador de las primeras interacciones sociales y favorece el
aprendizaje, pero, existen unos periodos clave y una serie de etapas para el desarrollo del
lenguaje:
– Durante los primeros tres años de vida es cuando aparece el período más intenso en la
adquisición de las habilidades del habla y el lenguaje.
– El cerebro estará predispuesto al aprendizaje de forma intensa hasta alrededor de los 7
años.
De 0 a 5 meses:
– Emite ruidos con su garganta.
– Crea sonidos relacionados con el placer y el dolor (risas, llantos o quejas).
– Aparecen los gorjeos y gritos.
– Hace pequeños ruidos cuando se le habla.
– Sensibilidad ante el ruido.
– Se calma al oír la voz de sus padres.
– Atención visual.
De 6 a 12 meses:
– Comprende la palabra “no”.
– Conoce y responde a su nombre.
– Se divierte con los juguetes que emiten sonidos y disfruta con las canciones.
– Emite balbuceos.
– Aparecen las protoconversaciones:
. Protoimperativas: el niño quiere algo y se dirige con gestos o con la mirada hacia su objetivo.
. Protodeclarativas: el niño transmite un sentimiento.
– Surge el laleo que son sonidos vocálicos y consonánticos (“mamama”, “papapa”, “bababa”).
– Intenta comunicarse con gestos.
– Llora al separarse de sus padres.
– Trata de repetir algunos sonidos.
De 12 a 18 meses:
– Pronuncia las primeras palabras, con significado (“mamá” ,“papá” o “agua”).
– Responde a preguntas sencillas mediante lenguaje no verbal (¿Dónde está?, ante objetos o
imágenes).
– Más capacidad comprensiva que expresiva.
– Llora ante la separación de sus padres, su llanto dura mucho tiempo.
– La pronunciación puede ser poco clara. (aba, cheche o tete).
– Utiliza una o dos palabras para indicar una persona o un objeto.
– Aparecen las holofrases.
– Su vocabulario será de 4 a 6 palabras.
– Intenta imitar palabras sencillas.
De 18 meses a 24 meses:
– Pronuncia sin errores todas las vocales y los fonemas más sencillos.
– Comienza a usar otros sonidos de la lengua.
– Distingue el femenino y el masculino.
– Utiliza la tercera persona para referirse a sí mismos.
– Es capaz de pedir los alimentos por su nombre.
– Emite onomatopeyas (animales, transportes, etc).
– Al final de la etapa el vocabulario será de unas 50 palabras, aún puede cometer errores en
la producción.
De 2 a 3 años:
– Aparece el lenguaje telegráfico (coche mío o más leche).
– Puede agrupar objetos por familias.
– Conoce conceptos como “dentro de”, “grande”, “guapa”,etc.
– Sabe pronombres como “yo”, “tu” y “ella”.
– Aparece el juego simbólico.
– Hace inflexiones en su voz para hacer preguntas ¿mi pelota?.
– Aparece el ¿Por qué? Y ¿para qué?.
– Comienza a usar el plural.
– Se produce la explosión del lenguaje. El vocabulario se amplía de 250 a 900 palabras.
– Mezcla la realidad y la ficción.
– Hace enunciados de 3 palabras.
– Su habla se vuelve más precisa.
De 3 a 4 años:
– Sale del egocentrismo y entra en la etapa del lenguaje social.
– Mantiene la interacción con otras personas.
– Usa los sonidos del habla correctamente.
– Es capaz de describir objetos comunes.
– Se divierte con el lenguaje y disfruta con los absurdos.
el lenguaje?
Los primeros 3 años de vida, cuando el cerebro está en proceso de desarrollo y
maduración, es el período más intensivo en la adquisición de las habilidades
del habla y el lenguaje. Estas habilidades se desarrollan mejor cuando el niño
está expuesto consistentemente a un mundo lleno de imágenes, sonidos y al
habla y el lenguaje de los demás.
Existen períodos clave en el desarrollo del habla y el lenguaje de los bebés y
los niños pequeños. En estos períodos clave el cerebro está más capacitado
para absorber el lenguaje. Si se dejan pasar estos períodos y no se expone al
niño al lenguaje, será más difícil que el niño lo aprenda.