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A saber, la generatividad que es aquello por lo cual podemos expandir sin límite
expresiones y proposiciones creando asociaciones novedosas cuyos significados van
más allá de lo que las palabras significan, decir “Lluvia de sobres”, “Sentarse al sol”
son ejemplos de ello.
Por otro lado, también es desdoblado el objeto porque la cosa está hecha para que
dure en el tiempo, para usos futuros; la produzco afuera de una situación urgente
para que pueda ser utilizada en una situación urgente o una situación en donde se le
pueda dar posible uso a la cosa. La creación del instrumento tiene una intención
proyectada hacia el futuro, lo cual nos indica también la noción de la temporalidad. La
capacidad de crear un instrumento que puede llegar a tener funciones múltiples es
proporcional a la capacidad de anticipar, al contrario de la rama del chimpancé que no
es un instrumento estable, no entra en la caja de las herramientas que se guardan y son
utilizadas en una proximidad para múltiples usos posibles. Aquí tenemos dos
características fundamentales del lenguaje humano; proyecto y depósito. El hombre es
capaz de atribuirle a las cosas significados funcionales porque los almacena como si
construyera un depósito de herramientas que no contiene sencillamente cosas sino cosas
en función de…
La otra cara del asunto es que cuando la mano empezó a cumplir la función que cumplía
la boca, como la búsqueda de alimento, hizo que la boca explorara funciones nuevas
tales como los símbolos sonoros. A lo que Guarhan le llama mano-útil/ cara-lenguaje.
“...Así, gracias a esta organización, es como el espíritu tal como un músico, produce en
nosotros el lenguaje y llegamos a ser capaces de hablar. Este privilegio no lo
tendríamos, sin duda, jamás, si nuestros labios tuvieran que asegurar, para las
necesidades del cuerpo, la tarea pesada y penosa de la nutrición. Pero las manos se
encargaron de esta tarea y liberaron la boca para el servicio dela palabra”. Gregorio de
Nisa, Tratado de la creación del hombre, 379d.C.-
El alfabeto fonético es la única forma de escritura para la cual las letras semánticamente
sin significado corresponden a sonidos semánticamente sin significado. En la escritura
pictográfica el dibujo corresponde un significado y en la escritura silábica a la sílaba
corresponde un significado. Afuera de la escritura alfabética no existe un sonido
separado del sentido. McLuhan afirma que la peculiaridad del alfabeto es la de separar
el signo del sonido, y el sonido del sentido. Existe un puro sonido lingüístico en sí
mismo, separado del gesto de hablar y de su significado mental que se puede transcribir
en una serie de signos fonéticos en sí mismos sin significado. El alfabeto con un solo
movimiento produce, por un lado, puros sonidos (fonemas) y puros signos (grafemas)
coligados entre ellos en virtud de una abstracta y convencional correspondencia a un
significado mental. El efecto que se crea de ello es que el signo grafico se reduce a la
pura insignificancia icónica, lo descompone, rompe su unidad grafica o pictográfica.
Para los sistemas silábicos, las sílabas no son vehículos insignificantes de los
significados, en cambio, para nosotros la sílaba puede ser un vehículo sonoro
insignificante de un significado mental: un elemento absolutamente desenlazado a
cualquier práctica lingüística, quitada de cualquier ámbito concreto gestual y
comunicativo. Solamente con la consonante emerge entonces el puro sonido: el fonema
sin significado y valor comunicativo. La invención de la consonante es el acto de
divorcio entre signo, sonido y significado. Es el acto de génesis del sonido
insignificante, que combinado puede remitir a un significado abstracto de cualquier
contexto. Los signos alfabéticos son átomos sonoros que asociados a otros átomos
sonoros remite a un significado convencional e instrumental. La palabra alfabeto es
entonces el resultado de una secuencia de átomos sonoros en sí mismos sin significado,
considerados como indiferentes vehículos o soportes del significado. La invención de la
consonante, es la invención de un elemento meta-empirico pero que no es ambiguo ni se
presta para interpretaciones, es un signo que permite reducir cada palabra a puros
sonidos vacíos, que pueden relacionarse a un significado mental.
Leer significa olvidarse de las palabras y sus composiciones: la lectura tiene éxito
cuando las palabras desaparecen y aparecen los significados. Así, la comunicación tiene
éxito cuando desaparecen los signos y aparece la intención de quien habla: el
significado.
El alfabeto se presenta como un instrumento de transcripción universal, en cuanto es
capaz de traducir o reducir en sonidos puros el habla de cualquier lenguaje. El
significado se coloca más allá del sonido y del signo.