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El propósito del curso es investigar el origen, la naturaleza y el funcionamiento del

lenguaje humano vistos con un enfoque antropológico, genealógico y fenomenológico.


El análisis del lenguaje permite una reflexión filosófica, y de vuelta, necesitamos de la
filosofía para estudiar el lenguaje humano.
El lenguaje tanto oral como escrito se expresa a través de una gestualidad y una
corporalidad, pues cada quien cuando habla se expresa con un determinado estilo, tono
de voz, con ciertas pausas, manías, etc. Por eso es un fenómeno material, no es algo
netamente abstracto y ajeno sino que hace parte de nuestras prácticas de vida y de
nuestra propia manera de vivir.

Nos interesa saber si el lenguaje es una característica peculiarmente humana, si esto es


así encontraríamos lo que distingue al ser humano de todos los seres, y en ese caso
preguntarnos por la esencia del lenguaje es preguntarnos por la esencia del ser humano.
Ciertamente, la tesis de Corballis es que el lenguaje es únicamente humano. Por lo cual,
veremos cuáles son las razones por cuales llega a esta tesis.

A saber, la generatividad que es aquello por lo cual podemos expandir sin límite
expresiones y proposiciones creando asociaciones novedosas cuyos significados van
más allá de lo que las palabras significan, decir “Lluvia de sobres”, “Sentarse al sol”
son ejemplos de ello.

El lenguaje generativo se da gracias a la gramática en donde se pueden configurar


nuevos sentidos a partir de un sistema de reglas, donde los términos funcionales
(conjunciones, artículos, preposiciones) no se pueden cambiar si se pretende configurar
una proposición, esto es, que se mantengan las reglas sintácticas y que varíe el uso
semántico, que el contenido se pueda reemplazar o ensanchar, por esa razón existe un
uso metafórico del lenguaje y por lo mismo se pueden entender frases como “las ideas
verdes sin color duermen furiosamente”.
Por otro lado, la recursividad es otra razón, cuyas características son la capacidad de
calcular el término sucesivo a partir del precedente y la capacidad de construir
subordinaciones a partir de una regla principal.
Ejemplo:
- El restaurante construido por mi abuelo.
- El parqueadero colocado a la derecha del restaurante.
- El carro negro que entra en el parqueadero colocado a la derecha del restaurante,
- El joven que guía el carro negro que entra en el parqueadero colocado a la derecha del
restaurante.

Ahora bien, problematicemos acerca de si el lenguaje es particularmente humano o no.


En los años 50 algunos estudiosos trataron de reducir el lenguaje a un comportamiento
verbal, así como la hormiga construye hormigueros, el hombre asume el
comportamiento lingüístico. Sin embargo, Chomsky se opuso a esto afirmando que el
verdadero lenguaje es únicamente humano y es completamente diferente a la
comunicación de los animales ya que el lenguaje no se reduce a un numero de
asociaciones ni tampoco a un mecanismo. Si bien es cierto que los animales pueden
emitir no solo sonidos sino que también pueden vocalizar, como los loros quienes
imitan palabras que suelen decir las personas que tienen cerca, pero el hacer una
imitación de las palabras no es suficiente para igualar al lenguaje humano, pues uno no
puede afirmar que una grabadora habla. Los monos babuinos emiten veintidós clases de
sonidos pero no pueden hacer de esas vocalizaciones combinaciones en secuencias ni
tampoco pueden separarlas en partes intercambiables como las palabras humanas,
además de que estas vocalizaciones o emisiones de sonidos se generan por estímulos o
por una situación capaz de provocarlos, no se dan bajo el control voluntario como el
hombre que muchas veces habla sin que sea necesario. Aunque hubo un caso de un
mono bonobo que se llamaba Kanzi al que le enseñaron a atender a prácticas
lingüísticas y a entender el lenguaje para utilizarlo, el aprendió doscientos cincuenta y
seis símbolos y también aprendió a combinarlos, Kanzi obedece órdenes, a él le dicen
que llene una olla de agua y lo hace, le dijeron que metiera una uva a la piscina y lo
hizo, es decir, él extrae el contenido de los términos de un enunciado, su capacidad
puede compararse a un entendimiento lingüístico de un niño de dos a tres años.
Sin embargo, para Corballis, Kanzi aún no tiene un lenguaje porque no usa términos
funcionales, no incorpora los tiempos verbales y no puede distinguir entre afirmaciones,
preguntas e imperativos. Para Corballis, Kanzi posee un protolenguaje que pudo haber
existido dieciséis billones de años atrás, el protolenguaje todavía no es un lenguaje
porque no es recursivo, aunque si puede ser generativo, ya que Kanzi podía asociar una
acción a múltiples objetos pero eso no quiere decir que allí hubiese una gramática
porque si la hubiera se jugaría con las partes variables e invariables del discurso.
Poniendo el caso de un chimpancé a quien le ponen unos bananos fuera de su alcance y
además le ponen un bastón a su alcance la reacción que él tiene sin imitar a nadie, es
coger el bastón sin ser un instrumento hecho para alcanzar bananos y lo utiliza para
alcanzarlos, esto también lo hace el ser humano, se suspende el significado material de
las cosas y se le atribuye un significado funcional y alterno a su función real, la
diferencia es que el ser humano deposita, almacena y retiene los significados
funcionales de las herramientas para proyectarlas en otro ambiente y en un tiempo
futuro. El ser humano no solo articula los significados haciendo asociaciones muy
amplias sino que también busca términos funcionales con lo que aparece, cuando algo
se le presenta sabe que puede hallarle un para qué y aplicarlo fuera del estímulo
inmediato, o sea, antecede la función del objeto y lo tecnifica en una proximidad.
Para Corballis el animal todavía no tiene lenguaje puesto que ellos no incorporan los
términos funcionales y esto indica falta de gramática.
Además de indagar sobre cuáles son las características propias del lenguaje humano, lo
cual ya fue tema tratado, indagaremos sobre la génesis del instrumento, lo que nos hace
indagar, a la vez, sobre la génesis de la humanización.
Cuando se habla de humanización necesariamente tenemos que traer a colación el tema
de la técnica, estos dos temas están intrínsecamente relacionados y aunque esta tesis no
la muestra Corballis, si la sustenta Gourhan al hacer especifico que cuando el hombre
deja de utilizar las manos para desplazarse, cuando la mano queda exonerada de las
funciones locomotoras en razón de que puede erguirse, es menester considerar por sobre
todo el elemento técnico.
La tecnología es una reacción muy refinada del organismo humano, es un instrumento
del cual el humano se sirve para adaptarse, mediante la técnica el hombre suple su
debilidad para sobrevivir. La cuestión de la técnica representa el umbral de lo que
consideramos humano, pues la diferencia que hay entre los instrumentos que crea un
animal y los instrumentos que crea el humano, como lo es el castor con la represa, el
pájaro con el nido y el chimpancé con el bastón es que estas creaciones están bajo la
presión de un estímulo externo como fue mencionado anteriormente, si falta el hambre
la rama no se transforma en bastón para alcanzar los bananos, el animal hace una
abstracción en situación y no una abstracción de la situación, en cambio, el instrumento
tecnológico del humano está hecho bajo unas operaciones premeditadas y prexistentes
al instrumento mismo, presupone un proyecto o un saber técnico fuera de la presión de
las circunstancias. El instrumento humano es creado para superar el presente inmediato.
La técnica humana produce objetos inútiles y estéticos que no tienen nada que ver con
la presión de la circunstancia, en este caso el instrumento seria fin en sí mismo. El
humano a través de la tecnología tiene la capacidad de variar los medios para alcanzar
mejor una finalidad y también un instrumento técnico puede ser medio para múltiples
fines.

La técnica es contemporáneamente gesto e instrumento, así que no existe técnica sin la


mano. La mano es un instrumento que sirve para hacer instrumentos, tengo mi mano
como instrumento para usarla y crear instrumentos. Con la mano manipulo y modifico,
concibiendo en sus posibilidades de manipulación proyecciones de mundos posibles. La
mano es el instrumento que viene antes del resto de los instrumentos, la mano es un
gesto técnico, es un instrumento que es manipulado por el sujeto y, que a la vez, por tal
manipulación el sujeto también es manipulado, eso quiere decir que el hombre es el
efecto de retorno con su quehacer, es transformado por sus prácticas, todo lo que es el
hombre en sí mismo es determinado por su hacer. Afirmar que una mano que hace
técnicas, y que bajo las técnicas que ella crea, la corporalidad del hombre también es
modificada, afirmamos entonces que tenemos un cuerpo técnico, que hace técnica
acompañando a la mano y que es producto de las técnicas que hace junto a la mano. El
cuerpo sirve para trabajar y a la vez sirve para que trabajen sobre él. Examina y es
examinado, palpa y es palpado. El cuerpo mismo se desdobla, a la vez que la mano, la
que manipula y es manipulada.

El hombre tiene la capacidad de asumir dos significados en el mismo objeto, él desdobla


el objeto dándole un valor de cosa y un valor funcional a la cosa, Gourhan le llama a
esto conciencia técnica.

Por otro lado, también es desdoblado el objeto porque la cosa está hecha para que
dure en el tiempo, para usos futuros; la produzco afuera de una situación urgente
para que pueda ser utilizada en una situación urgente o una situación en donde se le
pueda dar posible uso a la cosa. La creación del instrumento tiene una intención
proyectada hacia el futuro, lo cual nos indica también la noción de la temporalidad. La
capacidad de crear un instrumento que puede llegar a tener funciones múltiples es
proporcional a la capacidad de anticipar, al contrario de la rama del chimpancé que no
es un instrumento estable, no entra en la caja de las herramientas que se guardan y son
utilizadas en una proximidad para múltiples usos posibles. Aquí tenemos dos
características fundamentales del lenguaje humano; proyecto y depósito. El hombre es
capaz de atribuirle a las cosas significados funcionales porque los almacena como si
construyera un depósito de herramientas que no contiene sencillamente cosas sino cosas
en función de…

La otra cara del asunto es que cuando la mano empezó a cumplir la función que cumplía
la boca, como la búsqueda de alimento, hizo que la boca explorara funciones nuevas
tales como los símbolos sonoros. A lo que Guarhan le llama mano-útil/ cara-lenguaje.

Gregorio de Nisa, Tratado de la creación del hombre, 379d.C.-

“...Así, gracias a esta organización, es como el espíritu tal como un músico, produce en
nosotros el lenguaje y llegamos a ser capaces de hablar. Este privilegio no lo
tendríamos, sin duda, jamás, si nuestros labios tuvieran que asegurar, para las
necesidades del cuerpo, la tarea pesada y penosa de la nutrición. Pero las manos se
encargaron de esta tarea y liberaron la boca para el servicio dela palabra”. Gregorio de
Nisa, Tratado de la creación del hombre, 379d.C.-

La palabra analiza y separa: permite la aparición del “bastón” porque diciendo su


nombre, vocaliza la cosa, permite que la cosa en uso se distinga de la cosa vocalizada.
Es como una traducción vocal de la vivencia, del hábito de usar la cosa (tengo la piedra
pero también tengo la piedra-martillo). La palabra objetualiza, capta y retiene. La
palabra, la vocalización traduce el mundo vivido en acción, en el mundo objetivo de las
palabras, de los significados disponibles a usos futuros. Al vocalizar la cosa, la separo
de la plena abstracción y de la plena acción, se desdobla la realidad a través de la
palabra, eso quiere decir que con el lenguaje podemos analizar a frio la situación porque
en él podemos atraer un contenido del pasado o del futuro al presente, poniéndola en
otro mundo posible, por eso nombrar una cosa es distanciarla de sus ambiente propio, en
esta medida el lenguaje es un deposito que en cualquier lugar puede ser activado. El
lenguaje es un instrumento a través del cual nos distanciamos del ambiente y
adquirimos un mundo. Lo mismo que hace la mano y la técnica, nos saca de la jaula
ambiental y situacional inmediata para proyectarnos hacia un mundo posible. A través
de la mano y el lenguaje el hombre modifica su ambiente, creando así otro mundo
posible. Modificando el mundo y sus posibles, modifica su corporalidad y sus
disposiciones sobre él y sobre lo que se le presenta. Resulta siendo productor y producto
de su acción, con la cual puede hacer múltiples variaciones de lo que se desprende el
ámbito cultural.
El efecto de retorno es clave para entender las modificaciones que ha sufrido la
corporalidad del hombre en el proceso de evolución porque cuando se pudo conseguir
una posición erecta, al poder hacer usos de las manos, la cara no necesitaba estar
dirigida hacia el piso y entonces podía voltear a sus alrededores, se le encogió entonces
su cara, se desarrolló aún más sus capacidades celébrales en servicio de nuevas
posibilidades de manipulaciones y creaciones técnicas, el hombre se modificó gracias a
sus técnicas, no gracias a su celebro. La evolución es un efecto de retorno de la práctica
técnica. A causa de la técnica se dan consecuencias culturales, no a causa del celebro.

El lenguaje también es un efecto de retorno, además de que el lenguaje nos permite


hacer una filosofía del lenguaje. La cultura filosófica es hija de la escritura alfabética.
Gracias a la alfabetización adquirimos una mente lógica filosófica y, para razonar
filosóficamente no solamente se debe practicar un idioma alfabético sino que se debe
escribir alfabéticamente porque si la escritura no es alfabética quedamos en un saber
oral. Dicho esto cabe hacernos dos preguntas ¿Por qué gracias a la escritura alfabética
hay pensamiento filosófico? ¿Por qué para razonar filosóficamente se debe escribir
alfabéticamente? … Porque entre la escritura alfabética y la oralidad alfabética existen
una correspondencia total entre signo fonético y signo gráfico, y aun así, para entender
el signo gráfico no es necesario el signo fonético como en las culturas silábicas, que el
entendimiento del grafema está estrechamente ligado a una práctica gestual. En la
cultura alfabética podemos realmente leer un texto en vez de descifrarlo como en las
culturas silábicas en las cuales a falta de relación total entre la escritura y el habla, se
evidenciaban ambigüedades, por eso exigían la decodificación, integración e
interpretación. Solo podían descifrarlo aquellos que conocieran los códigos culturales,
para poder leer lo que había allí se necesitaba tener un saber oral. Un sistema silábico
depende de un saber empírico, no pueden ser traducidos de forma escrita porque su
significado está en la materialidad, en la gestualización. En las culturas pre alfabéticas
sin cultura oral no hay entendimiento de la escritura, por ello la receptividad de la
información es limitada, en cambio con la practica alfabética se pasa de una cultura oral
a una cultura escrita, porque sus símbolos gráficos son comprensibles a todos, tiene una
pretensión de universalidad, sin que sea necesario tener un saber cultural oral para
entenderlo. De lo contrario, las escrituras silábicas necesitan de un saber adicional al
escrito que sea apoyo para la comprensión de la lectura, siempre se necesita saber del
contexto en el que la escritura se da, la tradición oral colma los vacíos que hay en la
escritura.

Los sistemas silábicos no pueden traducir el lenguaje hablado al lenguaje escrito, en


cambio en el sistema alfabético si se puede porque cada signo representa un fonema, se
analiza el lenguaje oral y lo reproduce para el ojo, como si fuera un objeto visual: las ‘
a’ , ‘ b’ , ‘ c’ . La lectura de estos signos sugiere únicamente una ejecución vocal, es
decir, la emisión del sonido correspondiente. Las palabras se pueden descomponer en
sonidos sin significado, que propiamente cobran significado en cuanto función de la
palabra. El significado de una palabra es una entidad ideal, sin referencia icónica,
conformada por elementos sin significación. Así que la palabra y el lenguaje se
desdoblan: la palabra se conforma por su significado y aquellos elementos que
colaboran a producir el significado: su contenido y su forma; términos de contenido y
términos funcionales. La palabra alfabética remite a un significado ideal, del cual las
letras son meramente los elementos concretos, vocales y funcionales. Este significado
ideal es democrático, es “la justicia “, no una justicia particular que solamente los
descifrados y los sacerdotes, los escribas y los fariseos pueden interpretar.

En particular el alfabeto tiene el poder de separar ‘ vista’ , ‘ oído’ y ‘ significado’ . La


letra ‘ a’ es en si misma sin significado: es un signo grafico ‘ visual’ sin significado, al
cual corresponde un signo vocal ‘ sonoro’ sin significado.
El alfabeto separa la empírica unidad lingüística en entidades con un carácter abstracto,
ideal, no sensible, esto lo permite la consonante, que es aquella pequeña tecnología
introducida novedosamente por el alfabeto, que siendo una unidad lingüística sin sonido
tiene una característica meta empírica o abstracta. La práctica alfabética se muestra
como una atomización del sonido lingüístico que más que tener un significado real,
tiene un significado ideal y abstracto, con esta tecnología podemos representar de
manera exhaustiva, económica y no ambigua el sonido, con la invención de la
consonante los griegos abrieron por primera vez la posibilidad de hacer una
representación visual de un sonido lingüístico económico (sin añadiduras) y sin
ambiguedades.

El alfabeto fonético es la única forma de escritura para la cual las letras semánticamente
sin significado corresponden a sonidos semánticamente sin significado. En la escritura
pictográfica el dibujo corresponde un significado y en la escritura silábica a la sílaba
corresponde un significado. Afuera de la escritura alfabética no existe un sonido
separado del sentido. McLuhan afirma que la peculiaridad del alfabeto es la de separar
el signo del sonido, y el sonido del sentido. Existe un puro sonido lingüístico en sí
mismo, separado del gesto de hablar y de su significado mental que se puede transcribir
en una serie de signos fonéticos en sí mismos sin significado. El alfabeto con un solo
movimiento produce, por un lado, puros sonidos (fonemas) y puros signos (grafemas)
coligados entre ellos en virtud de una abstracta y convencional correspondencia a un
significado mental. El efecto que se crea de ello es que el signo grafico se reduce a la
pura insignificancia icónica, lo descompone, rompe su unidad grafica o pictográfica.
Para los sistemas silábicos, las sílabas no son vehículos insignificantes de los
significados, en cambio, para nosotros la sílaba puede ser un vehículo sonoro
insignificante de un significado mental: un elemento absolutamente desenlazado a
cualquier práctica lingüística, quitada de cualquier ámbito concreto gestual y
comunicativo. Solamente con la consonante emerge entonces el puro sonido: el fonema
sin significado y valor comunicativo. La invención de la consonante es el acto de
divorcio entre signo, sonido y significado. Es el acto de génesis del sonido
insignificante, que combinado puede remitir a un significado abstracto de cualquier
contexto. Los signos alfabéticos son átomos sonoros que asociados a otros átomos
sonoros remite a un significado convencional e instrumental. La palabra alfabeto es
entonces el resultado de una secuencia de átomos sonoros en sí mismos sin significado,
considerados como indiferentes vehículos o soportes del significado. La invención de la
consonante, es la invención de un elemento meta-empirico pero que no es ambiguo ni se
presta para interpretaciones, es un signo que permite reducir cada palabra a puros
sonidos vacíos, que pueden relacionarse a un significado mental.
Leer significa olvidarse de las palabras y sus composiciones: la lectura tiene éxito
cuando las palabras desaparecen y aparecen los significados. Así, la comunicación tiene
éxito cuando desaparecen los signos y aparece la intención de quien habla: el
significado.
El alfabeto se presenta como un instrumento de transcripción universal, en cuanto es
capaz de traducir o reducir en sonidos puros el habla de cualquier lenguaje. El
significado se coloca más allá del sonido y del signo.

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