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Análisis General:

Sin duda alguna, la Constitución de 1999 contiene importantes avances en


materia de derechos humanos: en el propio Preámbulo de la Carta Magna se asoma el
enfoque de derecho como guía de referencia que debe orientar las actuaciones del
Estado y se perfilan como principios fundamentales la universalidad y la equidad: “Con
el fin supremo de refundar la República para establecer una sociedad democrática,
participativa y protagónica (...) en un Estado de Justicia, federal y descentralizado, que
consolide los valores de la libertad, (...) asegure el derecho a la vida, al trabajo, a la
educación, a la justicia social y a la igualdad sin discriminación ni subordinación alguna
(...)”

Son múltiples las relaciones existentes entre la equidad y los derechos humanos.
La primera que merece ser subrayada es que ambos son componentes necesarios de un
concepto integral del desarrollo. El crecimiento económico sin equidad no satisface los
estándares preponderantes a escala internacional para la medición del desarrollo de los
pueblos; éste, por otro lado, hoy no puede ser concebido al margen de las libertades y
derechos fundamentales de la persona, hasta el punto de que el desarrollo es entendido
como un proceso de ampliación de la libertad humana.

La noción de acceso a la justicia ha sido elaborada con la contribución de diversas


disciplinas, principalmente de la Sociología Jurídica, del Derecho Constitucional, del
Derecho Procesal y del Derecho Internacional de los Derechos Humanos, por lo que su
análisis ha de reflejar la riqueza de su contenido y no puede conformarse con una
exposición puramente normativa

Jesus Meza

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