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Universidad Nororiental Privada

“Gran mariscal De Ayacucho"

Vice-Rectorado académico

Facultad De Derecho

Escuela De Derecho san Félix

Núcleo Ciudad Guayana

Cultura de paz y el
conflicto.

Profesor: Bachiller:

David Montes De Oca Adriana Araviche

CI: 26.359.623

Ciudad Guayana, octubre 2020.

1
INDICE.

Pág.

Introducción ………………………………………………………………………. 03

Desarrollo ………………………………………………………………………. 04_15

Conclusión ………………………………………………………………………… 16

Referencias bibliográficas ………………………………………………………. 17

2
INTRODUCCIÓN.

Siendo la paz, aquella situación o estado en que no hay lucha entre dos o más
partes enfrentadas. Pero más allá de eso, ella también implica un entorno libre
de toda forma de violencia. La paz interior nos permite dialogar y encontrar las
mejores soluciones a cualquier conflicto, vivir en paz nos ayuda a aceptar
nuestros errores, y reflexionar sobre ellos. Uno de sus objetivos principales es
contribuir con el conocimiento y desarrollo de los derechos humanos, así como
también con los principios democráticos y los principios de igualdad de las
mujeres y hombres, de solidaridad y protección medio ambiental, entre otros.

De allí su importancia, en fomentarla, construirla y mantenerla.

Por otro lado, se tiene El conflicto, que es la antítesis de la paz, pero que de
igual forma tiene su importancia, ya que abre grandes posibilidades de estudio,
análisis y diagnóstico por su relación con las necesidades humanas como lo
son: las percepciones, las emociones, los deseos, etc.

Al respecto, Morín 2005). “Lo que conduce a que el conflicto no solamente es


un factor de distorsión, sino que incluye también el germen de la paz. Por tanto,
el conflicto posee tanto la vertiente de crisis como la de oportunidad de cambio,
tanto la idea de enfrentamiento como la de mejorar situaciones y relaciones, lo
que convierte a los conflictos en procesos que pueden conducir a distintos
resultados según sean su desarrollo y la metodología utilizada para
gestionarlos.

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Tema: I Cultura de paz.

Definición.

Es aquella que se basa " En los principios enunciados en la Carta de las


Naciones Unidas y en el respeto de los derechos humanos, la democracia y la
tolerancia, la promoción del desarrollo, la educación para la paz, la libre
circulación de información y la mayor participación de la mujer como enfoque
integral para prevenir la violencia y los conflictos, y que se realicen actividades
encaminadas a crear condiciones propicias para el establecimiento de la paz y
su consolidación." 

Tipos de cultura de paz.

Básicamente son dos: la paz positiva y la paz negativa.

En la paz negativa, el énfasis es puesto en la ausencia de guerra, de violencia


directa, lo cual presupone un aparato militar del Estado que sea capaz de
garantizar el orden. Esta paz negativa podría ser considerada una etapa inicial
en un proceso de pacificación en un país, y hasta tiene sus argumentos a favor,
pero tiene una situación de fondo muy cuestionable, porque en ella no hay
educación para la paz sino control, lo cual la hace vulnerable porque puede
pasar cualquier cosa.

En la paz positiva, cambian las cosas, en el sentido de encontrar un nivel muy


reducido de violencia directa y un nivel muy alto de justicia económica, social,
política, para crear un ambiente de armonía individual y colectiva que sea
capaz de eliminar del todo la violencia estructural, aquella que es generada,
precisamente, por las estructuras del poder.

En la paz positiva se acepta el conflicto como parte natural del acontecer de los
pueblos, y se procura una solución pacífica. De tal manera que, así sea de
Perogrullo repetirlo, la paz no es la ausencia de guerra sino la ausencia de la
violencia estructural que produce desigualdad, pobreza, racismo, xenofobia,
militarismo.

Violencia directa, estructurar y cultural.

Directa: es aquella violencia evidente por medio de comportamientos, y que


responde a una conducta violenta. Tal comportamiento va dirigido a dañar a un
ser vivo, sea física o mentalmente. Si bien es cierto que la violencia física es la
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más evidente, pues ella se puede manifestada a través de golpes (hematomas
y traumatismos) , no por ello es la única que se practica, puesto que toda
acción destructiva contra la naturaleza también debe de entenderse como
violencia directa.

La violencia directa tiene como principal característica diferenciadora que es


una violencia visible en lo que se refiere a muchos de sus efectos; básicamente
los efectos materiales. Sin embargo, también es cierto que algunos efectos
aparecen más o menos invisibles (odios, como lo pueden ser: traumas
psicológicos, sufrimientos, relaciones internacionales injustas, adicción a una
cultura violenta, concepciones culturales como la de «enemigo», la lucha de
clases, aunque son igual de graves, no se suelen considerar de tan importancia
como los efectos materiales.

De violencia directa podemos diferenciar tres tipos, dependiendo contra quien


atente:

 Contra la naturaleza (daños contra la biodiversidad, contaminación de


espacios naturales, etc.);
 Contra las personas (violaciones, asesinatos, robos, violencia de
género, violencia en la familia, violencia verbal y/o psicológica, etc.);
 Contra la colectividad (daños materiales contra edificios,
infraestructuras, guerras, terrorismo, etc.).

Aunque sería muy común pensar que la violencia directa es la peor de todas
las violencias, puesto que es la más conocida, no es cierto ya que esta es
visible, por lo tanto, más fácil de identificar y de actuar contra ella. También,
este tipo de violencia es la manifestación de algo, y no el origen. Es
precisamente en los orígenes donde se deben buscar las causas y atacar para
derrocarlas. La violencia directa no mata tantas personas como las otras dos
(cultural y estructural).

Estructurar: La violencia estructural está originada por todo un conjunto de


estructuras, tanto físicas como organizativas, que no permiten la satisfacción
de las necesidades. Esta es la peor de las tres violencias (directa, estructurar y
cultural), porque es el origen, es la más dañina y como es complicado
identificarla es difícil luchar contra ella. Si en un problema siempre una parte
sale ganando a costa de la otra, esto no es un conflicto, sino que es violencia
estructural, por tanto, se estaría ante un grave problema.

El término violencia estructural es aplicable en aquellas situaciones en las que


se produce un daño en la satisfacción de las necesidades humanas básicas
(supervivencia, bienestar, identidad o libertad) como resultado de los procesos
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de estratificación social, por tanto, no hay la necesidad de violencia directa. El
término violencia estructural remite a la existencia de un conflicto entre dos o
más grupos sociales (normalmente caracterizados en términos de género,
etnia, clase nacionalidad, edad u otros) en el que el reparto, acceso o
posibilidad de uso de los recursos es resuelto sistemáticamente a favor de
alguna de las partes y en perjuicio de las demás, debido a los mecanismos de
estratificación social.

La importancia y utilidad del término violencia estructural se encuentra en el


reconocimiento de la existencia de conflicto en el uso de los recursos
materiales y sociales y como tal, es útil para entender y relacionarlo con
manifestaciones de violencia directa (cuando alguno de los grupos quiere
cambiar o reforzar su posición en la situación conflictiva por la vía de la fuerza)
o de violencia cultural (legitimaciones de las otras dos formas de violencia,
como, por ejemplo, el racismo, sexismo, clasismo o eurocentrismo).

La violencia estructural sería un tipo de violencia indirecta, es decir, las


acciones que provocan el hambre en el mundo, por ejemplo, no están
diseñadas y realizadas directamente con ese fin, sino que son derivaciones
indirectas de la política económica capitalista y del injusto reparto de la riqueza.
Esto provocaría que las causas que producen la violencia estructural no sean
visibles con evidencia en algunos casos o en un análisis poco profundo y, por
consiguiente, que sea más difícil y complicado enfrentarse a este tipo de
violencia. Por el contrario, la violencia directa, al ser la más visible de todas
permite con mayor facilidad afrontarse a ella.

La violencia Estructural se manifiesta cuando no hay un emisor o una persona


concreta que haya efectuado el acto de violencia, sino que es una estructura y
se concreta en la negación de necesidades. También puede decirse que esta
violencia es la suma total de todos los choques incrustados en las estructuras
sociales y mundiales, cementados y solidificados, de tal forma que los
resultados injustos y desiguales son casi inalterables.

La violencia estructural se subdivide en interna y externa:

La interna: emana de la estructura de la personalidad de cada uno.

La externa: proviene de la propia estructura social, ya sea entre seres


humanos o sociedades. Por otro lado, también se han descrito dos tipos de
violencia estructural, la vertical y la horizontal:

Vertical: “es la represión política, la explotación económica o la alienación


cultural, que violan las necesidades de libertad, bienestar e identidad,
respectivamente”.

Horizontal: “separa a la gente que quiere vivir junta, o junta a la gente que
quiere vivir separada. Viola la necesidad de identidad”.

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Se consideran casos de violencia estructural aquellos en los que el sistema
causa hambre, miseria, enfermedad o incluso muerte, a la población. Son
ejemplos los sistemas cuyos estados o países no aportan las necesidades
básicas a su población. Está representada por las numerosas situaciones de
injusticia que se observan: mientras unos o unas comen y beben en
abundancia, otros u otras revuelven en la basura, no tienen qué comer, piden
limosna, etc.

Cultural: se define como una violencia, simbólica, que “se expresa desde
infinidad de medios (simbolismos, religión, ideología, lenguaje, arte, ciencia,
leyes, medios de comunicación, educación, etc.), y que cumple la función de
legitimar la violencia directa y estructural, así como de inhibir o reprimir la
respuesta de quienes la sufren, y ofrece justificaciones para que los seres
humanos, a diferencia del resto de especies, se destruyan mutuamente y sean
recompensados incluso por hacerlo”.

La violencia cultural se utiliza para lograr la aprobación de posturas fanáticas


en lo ideológico, en lo económico, en las relaciones de género, en las
relaciones con la naturaleza, etc. Se basa en un amplísimo entramado de
valores que asumimos continuamente desde pequeños y que luego se
refuerzan con las normas legales de la sociedad para inculcarnos una cultura
opresiva porque es acrítica y de legadora y porque nos prepara para la
colaboración pasiva y/o activa con estructuras injustas e insolidarias. Por tanto,
el problema es que luchar contra este tipo de violencia es muy complicado,
puesto que nuestra sociedad cultural nos acerca a la idea profunda de la visión
negativa de los conflictos, de nuestra visión simple, miedosa e impuesta de la
paz, con lo que encontrar alternativas a la manera de vivir y de actuar queda
reducido y poco.

Este concepto, no por ello este tipo de violencia, es relativamente nuevo. Por
eso, con el paso del tiempo se han reconocido las grandísimas implicaciones
que tiene la violencia cultural, incluso para resituarlo al lado, en igualdad de
condiciones, con los otros tipos de violencia (directa y estructural).

Como ejemplos de violencia cultural encontramos: el de ideologías que


justifican la violencia para alcanzar objetivos políticos mediante guerra de
guerrillas o de atentados terroristas, así como la legitimidad otorgada al Estado
para ejercer la violencia. Otro ejemplo, son las ideas y los conceptos que sirven
para justificar la violencia, la injusticia y la pobreza que se representa a través
de las actitudes de "los ricos" que asumen la situación como normal y
continúan haciendo su vida como si nada ocurriera.

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educación y construcción para la cultura de paz.

educación para la cultura de paz: Educar para la paz es una forma particular
de educar en valores. Cuando educamos, consciente o inconscientemente
estamos transmitiendo una escala de valores. Educar conscientemente para la
paz supone ayudar a construir unos valores y actitudes determinados tales
como la justicia, libertad, cooperación, respeto, solidaridad, la actitud crítica, el
compromiso, la autonomía, el dialogo, la participación. Al mismo tiempo se
cuestionan los valores que son contrarios a la paz como la discriminación, la
intolerancia, la violencia, el etnocentrismo, la indiferencia, el conformismo. Así
la construcción de una cultura de la paz fundamentada en los valores
anteriores quiere decir que debe haber un compromiso social desde todas las
esferas generando políticas e intervenciones que los refuercen. Educar para la
paz es una educación desde y para la acción. No se trata de educar para inhibir
la iniciativa y el interés sino para encauzar la actividad y el espíritu combativo
hacia la consecución de resultados útiles a la sociedad. Se trata de participar
en la construcción de la paz.

La educación para la paz, supone recuperar la idea de paz positiva. Esto


implica construir y potenciar en el proceso de aprendizaje unas relaciones
fundamentadas en la paz entre los alumnos-padres-profesores; entre
ciudadano y poder. De ello se deriva la necesidad de afrontar los conflictos que
se den en la vida del centro y en la sociedad de forma no violenta.

Finalmente podemos decir que metodológicamente se debería intervenir desde


los diferentes ámbitos de influencia (escuela, medios de comunicación, ONG,
movimientos asociativos, familias, etc..) para :

 Proporcionar situaciones que favorezcan la autoestima como base


importante de las relaciones personales y sociales.
 Proporcionar situaciones que favorezcan la comunicación y convivencia
con el interior y el exterior de los contextos.
 Participar en celebraciones y actos relacionados con la paz y
solidaridad.

Construcción para la cultura de paz: La construcción de una cultura de la


paz es un proceso lento que supone un cambio de mentalidad individual y
colectiva. En este cambio la educación tiene un papel importante en tanto que
incide desde las aulas en la construcción de los valores de los que serán
futuros ciudadanos y esto permite una evolución del pensamiento social. Los
cambios evolutivos, aunque lentos, son los que tienen un carácter más
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irreversible y en este sentido la escuela ayuda con la construcción de nuevas
formas de pensar. Pero la educación formal no es suficiente para que estos
cambios se den en profundidad. La sociedad, desde los diferentes ámbitos
implicados y desde su capacidad educadora, también deben incidir y apoyar los
proyectos y programas educativos formales. Así es importante que se genere
un proceso de reflexión sobre cómo se puede incidir en la construcción de la
cultura de la paz, desde los medios de comunicación, desde la familia, las
empresas, las unidades de producción agrícolas, desde los ayuntamientos,
desde las organizaciones no gubernamentales, desde las asociaciones
ciudadanas, etc. Se trata de generar una conciencia colectiva sobre la
necesidad de una cultura de la paz enraizada en la sociedad con tanta fuerza
que no deje lugar a la violencia. Y se trata de que los gobiernos tomen
conciencia de esta cultura de la paz y de los factores y condicionantes que la
facilitarían, tal como eliminación de las situaciones de injusticia, distribución
más equitativa de la riqueza, eliminación de la pobreza, derecho a la educación
en igualdad de condiciones, etc. Y por otro lado que conviertan esta conciencia
en

una nueva cultura de administrar el poder.

Diversidad y cultura.

Muchos países del mundo consideran la diversidad cultural como parte del
patrimonio común de la humanidad. El concepto de la interculturalidad apunta a
describir la interacción entre dos o más culturas de un modo horizontal y
sinérgico. Esto supone que ninguno de los conjuntos se considera por encima
de otro.

La Declaración Universal de la Unesco sobre la Diversidad Cultural, adoptada


por Unesco en noviembre del 2007, se refiere a la diversidad cultural en una
amplia variedad de contextos y el proyecto de Convención sobre la Diversidad
Cultural elaborado por la Red Internacional de Políticas Culturales, en conjunto
con entidades como ENCATC y diferentes representantes de diversos
continentes, los cuales prevén la cooperación entre las partes en un número de
dichos asuntos.

La diversidad de culturas refleja la multiplicidad e interacción de las culturas


que coexisten en el mundo y que forman parte del patrimonio común de la
humanidad. Según Unesco, la diversidad cultural es para "el género humano",
tan necesaria como la diversidad biológica para los organismos vivos.

También se manifiesta por la diversidad del lenguaje, de las creencias


religiosas, de las prácticas del manejo de la tierra, en el arte, en la música, en

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la estructura social, en la selección de los cultivos, en la dieta y en otros
atributos de la sociedad humana.

Tema II: El Conflicto.

Definición.
El diccionario de la Lengua Española, de la Real Academia, en su última
edición de 1994. Define el conflicto en su primera acepción como “combate,
lucha, pelea”, en su segunda como “enfrentamiento armado”, en su tercera
como “apuro, situación desgraciada y de difícil salida”, y, finalmente en
cuartolugar como “problema, cuestión, materia de discusión”.

Teorías que explican el conflicto.

Los científicos sociales están divididos en dos grandes escuelas para enfocar
el conflicto social: la escuela clásica (teorías macro) y la escuela conductista
(teorías micro). El enfoque clásico se centra en el nivel macro, específicamente
en el análisis de las relaciones conscientes entre los grupos sociales. Los
conductistas se enfocan en el nivel micro, y su preocupación central es el
individuo antes que el grupo. Los conductistas prestan gran atención a los
factores inconscientes en la generación de los conflictos.

Por otra parte, la escuela clásica tiende a analizar gran número de variables
para comprender un conflicto, mientras que el método de la escuela
conductista es aislar pocas variables y aplicarlas a un gran número de
conflictos para comprender el papel que desempeña cada variable.

La escuela conductista. Entre los supuestos fundamentales de la escuela


conductista se encuentra la afirmación de que las raíces de la guerra se
encuentran en la naturaleza del comportamiento humano.

Los autores clásicos que incluyen autores que destacaron en otros campos y
que irían desde Tucídides y Sun Tzu, hasta Maquiavelo, Marx y Von
Clausewitz, se enfocaron en un aspecto específico del conflicto: el poder.

Vale decir, que a partir de la bomba atómica (1945) y la teoría de la disuasión,


se abrió el camino para teorías más complejas, como la teoría sobre "toma de

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decisiones" y la teoría de los juegos". Ambas se originaron en la idea de la
escuela clásica del siglo XX sobre el actor racional. El modelo del actor racional
fue desarrollado por economistas para explicar el comportamiento económico
humano. Presupone que la gente hace elecciones informadas y toma
decisiones sobre bases racionales, sopesando oportunidades (ganar, perder).

Thomas Schelling, Premio Nobel 2005, tomó este modelo para desarrollar una
sofisticada teoría del juego, que incluye comunicación, negociación,
información, e introduce la importancia de la irracionalidad del pensamiento
estratégico.

El conflicto latente.

es aquel que aún no se ha expresado en una conducta manifiesta que nos


permita identificarlo, pero se encuentra en la base de otros conflictos y
dificultades, por tanto, la comprensión de estos. Este tipo de conflicto se
alimenta de la resistencia.

Identificación del conflicto.

Como sabemos un conflicto es la situación en la que dos o más personas


persiguen metas diferentes, tienen intereses opuestos, defienden valores
distintos, de modo que les lleva a una situación de enfrentamiento u oposición,
e inclusive, a actuar de forma agresiva.
La resolución de un conflicto tiene mucho que ver con el hecho de darnos
cuenta de cuándo se aproxima.

Existen pautas para detectar un conflicto en potencia, que es lo que llamamos


indicios del conflicto:

 Crisis: Las situaciones y discusiones acaloradas, donde las partes


se insultan y dejan de controlar sus emociones, son un indicio claro
de conflicto.
 Tensión: Hay que darse cuenta de que la tensión, en muchas
ocasiones, distorsiona la percepción que se tiene de la otra parte en
conflicto y de todo lo que hace. Las tensiones hacen que las

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relaciones entre las partes se llenen de actitudes negativas y
opiniones preconcebidas que distorsionan la realidad.
 Malentendidos: Cuando se hacen suposiciones sobre una situación,
por una mala comunicación o por falta de comprensión mutua, las
personas a menudo alimentamos los malos entendidos, porque en
muchas ocasiones se ha tocado en esa comunicación poco clara
algún tema importante o delicado para alguna de las partes.
 Incidentes: Un incidente normalmente es un problema sencillo, pero
mal comprendido, que acaba por adquirir mayores dimensiones.
 Incomodidad: Se trata de la sensación intuitiva de que algo no va
bien, aunque no seamos capaces de definir de que se trata. En estos
casos la intuición merece una atención muy especial, de hecho es el
mejor momento para plantearse ¿qué podría hacer ahora al
respecto? Sólo planteándonos la situación desde esta perspectiva ya
permaneceremos alerta de que algo puede no terminar del todo
como estaba previsto, y eso ya nos predispone a una línea de acción
llena de alternativas a una reacción automática.

Componentes del conflicto.

Las situaciones problemáticas de gestión y resolución de quejas y conflictos


están presentes en todos los ámbitos de la vida empresarial y social. Donde
hay personas y se den a la vez faltas de cooperación e intereses divergentes,
nos encontramos ante una potencial situación de queja o conflicto. El resultado
de la resolución de una queja o de un conflicto depende en gran medida del
análisis y preparación que hagamos, así como del tipo de gestión del conflicto
que realicemos.

Estos componentes que estructuran un conflicto son:

1. La Situación: Las circunstancias y las cosas en la situación de conflicto.

2. La Visión del mundo o punto de vista: Este comprende las opiniones de


las personas, valores, supuestos y las formas de ver el mundo. Punto de vista
de cómo una persona ve la situación de conflicto.

3. La Posición: Esta es la demanda que la persona hace. Es la postura que las


personas toman en las situaciones de conflicto.

4. Los Sentimientos: Los sentimientos representan nuestra experiencia


emocional y sensaciones físicas asociadas con nuestras necesidades, que se
han cumplido o que aún siguen sin cumplirse.

5. Las necesidades o intereses: Este enfoque comprende las razones


profundas de por qué las personas toman ciertas posturas en situaciones de
conflicto. Las necesidades deben ser en orden de importancia y los diferentes
tipos de necesidades deben ser consideradas.

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Los sujetos del conflicto.

1. Las personas: son los involucrados y afectados


2. El proceso: es la forma en el que el conflicto se desarrolla y como las
partes intentan resolverlo.
3. El problema: es el hecho de divergencia entre las partes

Niveles del conflicto.

Intrapersonal: Este ocurre en el interior de una persona, y básicamente el ser


humano está en conflicto desde que tiene uso de razón y conforme se
desarrolla también se desarrollan nuevos conflictos, por ejemplo, desde muy
jóvenes las personas desarrollan lazos sociales, en el caso de las jovencitas
podría decirse que entran más rápido en este tipos de conflictos, como el
hecho de no saber que ropa elegir o los jóvenes el no saber a qué escuela
entrar a estudiar, como vemos hay varios tipos de conflictos intrapersonales.

Interpersonal: Son aquellos conflictos que tenemos con otras personas por
falta de sociabilidad, empatía o escasa inteligencia emocional, también se
pueden dar por actitudes y conductas o metas antagónicas.

Intragrupal: Se refiere al choque entre algunos o todos los integrantes de un


grupo, lo que suele afectar su dinámica y efectividad. Este tipo de conflicto se
da desde muy temprana edad y creo que principalmente en el hogar con los
padres que son los que llevan el control. pero también se da en los negocios.

Intergrupal: Se refiere a la oposición desacuerdos y disputas entre grupos o


equipos. ocurre con frecuencia en las relaciones sindicato-empresa

Emoción y conflicto.

Se podría afirmar que, si no intervinieran las emociones, el conflicto no sería


más que diferencias bien entendidas y fácilmente legitimadas.

Sin embargo, la emoción está en la esencia del conflicto.

El conflicto está emocionalmente definido (de la misma manera que se dispara


una emoción se dispara el conflicto);

El conflicto es emocionalmente intenso (determina la intensidad de la emoción,


que varía según el problema y condiciona nuestro comportamiento);

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La emoción estructura moralmente el conflicto (la emoción es esencialmente
moral, respondemos emocionalmente según nuestra idea de lo correcto y lo
incorrecto, lo bueno y malo, lo apropiado y lo inapropiado);

La relación emoción - identidad tiene consecuencias en el conflicto (la emoción


surge cuando percibimos que algo personal importante está en juego).

La naturaleza de poder.

entendido desde una óptica más actual como un potencial humano para
hacer algo, para conseguir objetivos específicos e intereses personales,
para superar resistencias, para intentar conducir una situación conflictiva
hacia un resultado favorable a los intereses propios, etc. La utilización del
poder puede determinar entonces tanto el surgimiento del conflicto como el
posterior desarrollo del mismo, aún cuando puedan existir otras
motivaciones en la aparición de los conflictos.

La comunicación y programación neurolingüística.

La programación neurolingüística (PNL) es un modelo de comunicación


interpersonal que se ocupa fundamentalmente de la relación entre los
comportamientos exitosos y las experiencias subjetivas.

Comprender como entendemos la información y la procesamos, atender a


las reacciones del lenguaje no verbal y anticiparnos son claves para
conseguir una comunicación más eficaz.

es un sistema para preparar («programar»), sistemáticamente nuestra


mente (neuro), y lograr que comunique de manera eficaz lo que pensamos
con lo que hacemos (lingüística), logrando así una congruencia y
comunicación eficaz a través de una estrategia que se enfoca al desarrollo
humano.

Factores positivos y negativos derivados del conflicto.

Factores negativos:

Los inconvenientes del conflicto en el conjunto del sistema residen en que


las fronteras del mismo se vuelven confusas, se traspasan y acaban por
mezclarse con las de otros sistemas. Este crecimiento, cuando no ofrece
resistencia, acaba por convertirse en un «cáncer organizativo» que lleva a
la destrucción del sistema mismo. Hay sistemas que mueren por su propio

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expansionismo. El problema de los límites de un sistema puede llevar a su
desaparición. Un sistema sin autocontrol deja de ser sistema.

Cuando el sistema encuentra resistencias y antagonismo por parte de otro u


otros sistemas, es posible que encuentre también su destrucción por parte
de los ambientes y sistemas exteriores.

Factores positivos:

a) El conflicto tiende a crear orden dentro del grupo. Simmel explica esta
aparentemente contradictoria afirmación adquiere su sentido en que, como
resultado de un conflicto interno o externo al grupo, éste tiende a adquirir
cierta forma de estructura organizada. Podríamos decir que el grupo
adquiere sentido de lo que es importante para su actividad.

b) El conflicto puede ser el motor fundamental para que sistemas sin puntos
de contacto anteriores se unan, y/o puede actuar como un elemento
fundamental de cohesión del grupo frente a otros sistemas agresivos.

c) El conflicto es un indicador de la estabilidad del grupo. El sistema que


tiene conflictos y les da solución, adquiere una pauta de actuación que le
permite predecir un buen resultado ante las próximas situaciones
conflictivas que se le presenten

Tipos de conflictos.

Los conflictos innecesarios tienen como raíz problemas de comunicación y


percepción, mientras que los conflictos genuinos surgen de diferencias más
concretas, Cada uno desarrolla y comunica a sus miembros una visión del
conflicto.

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CONCLUSIÓN.

Finalizada la presente investigación, se concluye que “la cultura de paz”, está


influenciada por diversos valores y principios como lo es la justicia, equidad,
solidaridad, responsabilidad, entre otros. Y que a su vez tanto la educación
como la comunicación, aportan de manera significativamente a la construcción
de una cultura de paz, necesaria y de suma importancia para las sociedades
del mundo.

En ese sentido, se considera que, en lo referente al tema de la paz, hay una


percepción equivocada por parte de la mayoría de las sociedades del mundo,
al creer que la ausencia de guerra, es sinónimo de paz, e ignoran que la
ausencia de paz se debe en la mayoría de los casos por la existencia de una
violencia estructurar, y donde dicha violencia crea las condiciones necesarias
para la injusticia, xenofobia, etc.

En otro orden de idea, y en el entendido de que “el conflicto”, es sinónimo de


lucha, enfrentamiento armado y problema. Se considera que los estudios que
realizan las distintas escuelas sobre las corrientes que estudian la teoría de los
conflictos son pertinentes. Pues ambas corrientes tratan factores susceptibles
dentro de una sociedad. Por un lado, se tiene la escuela clásica que analiza las
relaciones conscientes entre los grupos sociales, y por otro lado se tiene la
escuela conductista que se enfocan en el individuo antes que el grupo.

Vale destacar, que la convivencia de un grupo de personas, sea en el trabajo,


la comunidad, o escuela es el escenario propicio para la potencial generación
de un potencial conflicto. Y que tal conflicto va hacer directamente proporcional
a las emociones que le impriman las partes en controversia.

Para concluir, se considera que la paz es un terreno difícil de conquistar, pero


no es imposible. Mientras los conflictos son fáciles de alcanzar, pero muy difícil
de reponerse de ellos. En ese sentido, se trae a colación la frase del poeta
Argimiro Gabaldon, cuando expresaba: “el camino es difícil, pero es el camino.”
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REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS.

CAIVANO, Roque J., y otros, “Mecanismos Alternativos para la Resolución de


Conflictos, Negociación, Conciliación y Arbitraje”, Editor E. Moame Drago,
Primera Edición, 1998.

FISHER, Roger: “Más allá de Maquiavelo, Herramientas para afrontar


conflictos”. Edit. Gránica, 1996.

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es.wikipedia.org › wiki › Diversidad_cultural

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es.wikipedia.org › wiki › Triángulo_de_la_violencia

www.organismointernacional.org › cultura-de-paz

www.elheraldo.co › que-tipo-de-paz-459466

www.oei.es › historico › valores2 › palos1

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