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1.

El sentido del tacto es aquel que permite a los organismos percibir cualidades de los
objetos y medios como la presión, temperatura, áspero o suavidad, dureza. En la piel se
encuentran diferentes clases de receptores nerviosos que se encargan de transformar los
diferentes tipos de estímulos del exterior en información susceptible para ser interpretada
por el cerebro. La piel se divide en tres capas: epidermis, que es la capa superficial, la
dermis y la hipodermis que es la capa más profunda. La epidermis está constituida por
tejido epitelial y en su estrato basal o germinativo encontramos la denominada melanina,
que es el pigmento que da color a la piel, y la dermis por tejido conjuntivo. En esta capa
encontramos los anejos cutáneos que son las glándulas sebáceas, las glándulas
sudoríparas, el pelo y las uñas y la hipodermis formada por tejido conjuntivo adiposo.
Debemos tener en cuenta que aunque principalmente el sentido del tacto se encuentra en
la piel, también lo encontramos en las terminaciones nerviosas internas del organismo,
pudiendo percibir los altos cambios de temperatura o el dolor. Por lo que es el más
importante de los cinco sentidos permitiéndonos percibir los riesgos para nuestra salud
tanto internos como externos. La parte que gobierna el tacto en el cerebro es el lóbulo
parietal

3 : El encargado de regular la temperatura corporal es el hipotálamo. Su misión es mantener la


temperatura entorno a esos 36,5 ºC.

Los termorreceptores son un grupo de células nerviosas especializadas que sienten el calor y el
frío. Los que sienten el calor se llaman corpúsculos de Ruffini y los que sienten el frío corpúsculos
de Krause
Para mantener esa temperatura el organismo intenta equiparar la producción de calor de
producido por nuestros sistemas biológicos con las pérdidas de ese mismo calor. Así por ejemplo,
cuando hace mucho calor el hipotálamo detecta que nuestro cuerpo se calienta intenta
compensarlo mediante dos mecanismos fundamentales, la sudoración y la vasodilatación de
nuestros vasos sanguíneos periféricos (por ejemplo los que irrigan brazos y piernas). Cuando la
temperatura externa baja de forma extrema, nuestro cuerpo pierde calor lo que hace que nuestra
temperatura interior baje. Entonces el organismo pone a trabajar con mayor intensidad diferentes
procesos metabólicos para que se genere calor y produce en este caso vasoconstricción periférica
con el fin de conservar el calor en los órganos principales.

Nuestro cuerpo también tiene una serie de receptores que responden al calor y al frio. Son los
llamados termorreceptores. Los termorreceptores son un grupo de células nerviosas
especializadas que sienten el calor y el frío. Los que sienten el calor se llaman corpúsculos de
Ruffini y los que sienten el frío corpúsculos de Krause. Los termorreceptores se localizan en
diferentes partes de nuestro cuerpo. Por ejemplo tenemos termorreceptores en la piel, las
cavidades nasales, en la vejiga y en la lengua. También hay termorreceptores de frío en la córnea,
estos son los que provocan la formación de lágrimas con el frío.

4 Los nociceptores son receptores sensoriales que responden a estímulos que lesionan los tejidos
o que podrían hacerlo, y están situados al final del axón de una neurona sensorial. Esta respuesta,
que se conoce como nocicepción, consiste en la emisión de señales de dolor al sistema nervioso
central, es decir, al cerebro y a la médula espinal.

Los nociceptores se sitúan en distintas partes del cuerpo, tanto en tejidos externos como internos.
Así, la sensación de dolor no sólo se produce en la piel o en las mucosas, sino también en los
músculos, el intestino o la vejiga.

La activación de los nociceptores puede darse por la estimulación directa de los tejidos o bien de
forma indirecta, por la liberación de sustancias químicas en el tejido dañado. Estos compuest…

Mecánicos (mecanorreceptores)

Los nociceptores mecánicos se activan a partir de sensaciones táctiles intensas, como los
pinchazos, la presión o la deformación; por tanto, responden a cortes y golpes. Su frecuencia de
respuesta es mayor cuanto más dañino resulte el estímulo.

Este tipo de nocicepción conlleva respuestas muy veloces porque los receptores mecánicos
transmiten aferencias a través de fibras A delta, nervios mielinizados de conducción rápida.
: Térmicos (termorreceptores)

La conducción desde los nociceptores térmicos también tiene lugar a través de fibras A delta y por
tanto se transmiten a una velocidad elevada.

Estos nociceptores se activan cuando detectan temperaturas muy elevadas o muy bajas (más de
42ºC o menos de 5ºC), así como estímulos mecánicos intensos

: Químicos (quimiorreceptores)

Los nociceptores químicos responden a diversos compuestos químicos que los tejidos liberan al
sufrir daños, como la bradicinina y la histamina. Asimismo detectan la presencia de sustancias
tóxicas externas que pueden provocar lesiones tisulares, como la capsaicina del pimiento picante y
la acroleína del tabaco.

4. Silenciosos

Esta clase de nociceptor no se caracteriza por el tipo de estímulo que lo activa sino por el hecho de
que responde de forma tardía, una vez se ha producido inflamación del tejido adyacente a la
lesión.

5. Polimodales

Los nociceptores polimodales responden a distintos tipos de estimulación: mecánica, térmica y


química. Conducen las señales de dolor a través de fibras C, significativamente más lentas que las
fibras A. Podemos encontrar este tipo de nociceptores en la pulpa dental, entre otras partes del
cuerpo

5)

6)

Los bastones entan especialisados en la luz nocturna y periferica pero  no son capaces de
proprcionar una vicion detallada o de color y ,los conos son mucho menos sensibles y solo estan
estimulados por la luz muy brillante y son los responsables de la luz de color.

Los Bastones se ocupan de la visión periférica, son muy numerosos, casi 120 millones,  son
responsables de la visión nocturna porque son muy sensibles a la luz de baja intensidad y,  por el
contrario, se vuelven completamente ciegos ante luz de alta intensidad, por lo tanto, carecen de
importancia respecto a la visión diurna o a la agudeza visual,  no son capaces de distinguir los
colores, dan lugar a una visión acromática,  no detectan los colores.

Los Conos, varían en número de 6 a 7 millones, le permiten al ojo humano tener agudeza visual
dan capacidad al ojo de  percibir detalles pequeños en un objeto y de diferenciar los distintos
colores. Se concentran en la parte central pequeña amarillenta de la retina, conocida como
«mácula»,  son las responsables de la percepción del color

Tanto conos como bastones aparecen en la capa más superficial de la retina. Los bastones son más
numerosos y más sensibles a la luz, pero no son sensibles al color. Los conos, por el contrario, son
menos numerosos y menos sensibles a la luz,  necesitan mayor intensidad de esta, pero detectan
el color

7) El punto ciego, también conocido como papila óptica, mancha ciega o disco óptico, es la zona de
la retina de donde surge el nervio óptico.

Esta zona del polo posterior del ojo carece de células sensibles a la luz, tanto de conos como de
bastones, perdiendo así toda la sensibilidad óptica. Normalmente no percibimos su existencia
debido a que el punto ciego de un ojo es suplido por la información visual que nos proporciona el
otro. También es difícil percibirlo con un solo ojo, ya que ante la falta de información visual en la
zona del punto ciego, el cerebro recrea virtualmente y rellena esa pequeña área en relación al
entorno visual que la rodea.
8) como se forma la imagen

La retina forma parte del proceso para ver. Ésta es el tejido nervioso que recubre la parte de atrás
del ojo. Sobre ella se forman las imágenes que nos dan la sensación de visión. Está formada por
unas células especialmente sensibles a la luz llamadas conos y bastoncillos. La retina está
conectada al cerebro por medio del nervio óptico. El punto en el que éste se une a la retina se
denomina punto ciego porque no tiene células fotosensibles (sensibles a la luz).

Normalmente no percibimos el punto ciego ya que al ver un objeto con ambos ojos la parte del
mismo que llega sobre el punto ciego de uno de ellos, incide sobre una zona sensible del otro. Si
cerramos un ojo tampoco seremos consientes de la existencia del punto ciego debido a que el
cerebro normalmente nos engaña y completa la parte que falta de la imagen.

9) Retina: en un solo ojo y de forma puntual, no se altera practicamente la visión, pero si se cierra
el ojo sano, pueden detectarse puntos ciegos en el campo de vision del ojo afectado, que se
llaman “escotomas”.

Fasciculo óptico: si es en un solo ojo, el otro puede compensar (con los movimientos del ojo y de la
cabeza sobretodo), con la excepción del campo residual.

Pero si se cierra el ojo sano, hay una ceguera monocular llamada “anopsia”. El reflejo fotomotor
está abolido si se ilumina el ojo afecto, pero si se ilumina el ojo sano, hay respuesta fotomotora
concensual.

Quiasma óptico: son distintas según estén localizadas en su parte central o lateral. Una lesión
lateral afecta a las fibras de la hemirretina temporal del mismo lado.

Si el ojo sano se cierra, entonces se percibe la pérdida de visión del campo visual nasal:
“hemianopsia nasal derecha”.

Una lesión en la parte central del quiasma, que puede ser debida a un tumor de hipófisis, destruye
las fibras de las hemirretinas nasales de ambos lados, por lo que se pierde la visión temporal de
ambos ojos: “hemianopsia bitemporal”.

Cintilla óptica: de un lado, se pierde la visión de la mitad contralateral; si es la cintilla derecha, se


pierden los campos visuales izquierdos: “hemianopsia homónima izquierda (en general,
hemianopsia homónica contralateral).
Lo mismo ocurre si se lesiona el cuerpo geniculado o las radiaciones.

Corteza cerebral: si es una lesión amplia de ambos polos occipitales, se produce la “ceguera de
tipo central”.

10.

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