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Las DEBILIDADES que como docentes hemos evidenciado a propósito de la Pandemia del

COVID-19 son:

 No estuvimos todos capacitados para enfrentar el proceso de enseñanza-aprendizaje al


no “dominar” el uso de las TICS.
 Sin embargo, y en tiempo récord, lo estamos haciendo, solicitando apoyo, aprendiendo
mediante clases tutoriales, por ejemplo quienes hemos abierto nuestro canal de yuotube,
evidenciamos lo expuesto.
 El trabajo con las estudiantes ha sido continuo, intensivo, sin horarios fijos para atender
preguntas, requerimientos, sugerencias…quejas de ellas y sus representantes.
 La disciplina y el estudio van de la mano y detrás de la pantalla, hasta donde nos es
posible, hemos dado nuestro esfuerzo que no siempre se ve compensado con el de las
estudiantes.
 La colaboración de los Padres de familia es ínfima. El docente y más todavía el tutor, está
obligado a exigir el cumplimiento de las tareas y lecciones llamando por celular uno a uno
a los representantes de las estudiantes que incumplen con las actividades académicas.
 Las actividades docentes han sido duramente criticadas por aquellos Padres de familia
quienes se han empeñado en empañar la labor docente.
 La nueva normalidad en la manera de compartir el conocimiento con las estudiantes,
mediante el instrumento que se hubiera elegido, unido al tiempo para impartirlo, resulta
agobiante porque es un nuevo sistema, por explorar, tomando en cuenta la coyuntura que
vivimos mundialmente.
 El manejo de los pensamientos corroboran el de las emociones y es en las crisis donde se
evidencia lo peor o lo mejor de cada persona. Cada actor de nuestra Comunidad Educativa
tenía su rol ANTES de la Pandemia pero LUEGO el DOCENTE es quien exclusivamente, ha
puesto TODO su contingente.
 La presencia del DOCENTE frente a un desgastante activismo (en un inicio envío de tareas,
revisión de las mismas, clases en zoom como si estuviéramos en la clase tradicional,
diseñar, crear y preparar clases y evaluaciones…) deriva en un desgaste integral.
 Finalmente recordar que aprendemos de nuestros errores tengamos la HUMILDAD de
reconocerlos por el bienestar de nuestra LOABLE INSTITUCIÓN.
 Att. MSc. Ivonne Garrido.

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