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SALMO 37
Muchas vece cómo hijos de Dios nos angustiamos porque vemos que las
cosas no resultan como queremos y más aún nos entristecemos cuando
vemos que al impío, a ese que no ama a Dios ni ama a su prójimo le va
de “maravilla” pero la palabra de Dios viene como agua fresca a
nuestras vidas. Hoy Dios te dice ¡No te inquietes ni te aturdas por los
prosperan en lo malvado!
Porque hay cristianos que han llegado a decir: Yo que no le hago mal a
nadie, que asisto a los servicios de la iglesia y cada actividad a la que
me invitan, que le oro al señor, que ofrendo que diezmo y obedezco los
principios divinos no veo que respuesta a mi necesidad, en cambio mi
vecino que todos los días vive haciendo el mal y que no tiene respeto ni
por los suyos mira cómo le va de bien en todo lo que emprende. Y si en
algún momento de la vida haz llegado a pronunciar también estas
palabras o has tenido pensamientos así. Déjame decirte que llegaste al
lugar correcto en el momento correcto porque hoy Dios te dice: deja
que yo me haga cargo de tus asuntos y n o te preocupes cuando al que
al desobediente le vaya bonito porque esa prosperidad es efímera, ese
éxito es falso porque lo que el hombre consigue con sus fuerzas en
efímero, más lo que Dios le entrega en sus manos perdura para
siempre.
Hay tres cosas que debemos poner en práctica para que las cosas nos
salgan bien:
1. Deléitate en el señor: la palabra deleitarse es sinónimo de éxtasis,
gozo, disfrute: cuando nos deleitamos en su presencia no solo le
oramos con fervor sino que disfrutamos cada momento en su
presencia. Ósea que Hoy Dios demanda de nosotros que no solo le
busquemos, sino que sintamos deseo de su presencia.
2. Entrega al SEÑOR todo lo que haces y confía: que duro es
entregarle nuestras cosas a Dios porque entregarle a Dios significa
que usted ya no va a tocar más eso que le entregó. Le
entregamos a Dios nuestras cargas pero después se la quitamos
porque creemos que por nuestras fuerzas la solución va a llegar
más rápido o que nosotros vamos a hacer las cosas mejor. Y
déjame que te aclare que para que Dios pueda tomar control y
parte en el asunto, debemos aprender a confiar en El sabiendo
que la solución va a llegar en su tiempo.
3. Quédate quieto en la presencia del SEÑOR, y espera con paciencia :
esto va muy ligado con lo que hablamos anteriormente porque el
que confía, espera… la paciencia es una virtud en la que muchos
debemos trabajar ya que la confianza nos da paz…pero la
paciencia es la que hace que esa confianza no se pierda.