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LA MORAL Y EL DERECHO

Para abordar este tema es importante mantener conceptos precisos, partiremos definiendo la
moral como un conjunto de normas, valores y creencias existentes y aceptadas en
una sociedad que sirven de modelo de conducta y valoración para establecer lo que está
bien o está mal. El derecho es un conjunto de normas jurídicas establecidas por los órganos
del estado legalmente facultados para ello es decir que ambos hacen referencia a una parte
importante del comportamiento humano y se expresan, en gran medida, con los mismos
términos (deber, obligación, culpa, responsabilidad). Según Kant, la moral se presenta
como autónoma en cuanto que su origen y fundamento radica en el imperativo categórico
de la conciencia, y el Derecho como heterónomo, en cuanto que procede de una decisión de
la autoridad investida de un poder coactivo.

Si bien es cierto que entre el Derecho y la Moral hay grandes diferencias, pero esto no
significa que entre ambos órdenes exista una separación absoluta, como pretenden algunas
concepciones positivistas: por el contrario, el Derecho y la Moral están íntimamente
conectados, y la pista para esa conexión nos la da precisamente algo que hemos dicho
antes: la Moral es el orden de la persona, y el Derecho el orden de la sociedad. Que la
Moral sea el orden de la persona y el Derecho el orden de la sociedad nos muestra que la
Moral y el Derecho son distintos, pero a la vez nos muestra que están íntimamente
relacionados, pues la dimensión social es precisamente una dimensión esencial de la
persona humana, y la armonía social es uno de los fines existenciales del hombre en
función de los que valorar la corrección moral de nuestros comportamientos.

Entonces ¿Cuál es el papel de la moral en el sistema jurídico colombiano? Con la


promulgación de la carta magna de 1991 ,podemos evidenciar que surgieron importantes
cambios ,en todos los aspectos tanto en la vida jurídica como en la política ,pues una de
ellas fue la definición del estado colombiano como un estado social de derecho que desato
nuevos valores y derechos consagrados por la segunda y tercera generación de derechos
humanos que se manifiesta institucionalmente a través de la creación de mecanismos de
democracia participativa, de control político y jurídico en el ejercicio del poder y, sobre
todo, a través de la consagración de un catálogo de principios y de derechos fundamentales
que inspiran toda la interpretación y el funcionamiento de la organización política
(Sentencia T-406 de 1992).

Históricamente, Colombia ha sido un país moralista y ahora netamente garantista, por


cuanto ha incluido en sus diferentes constituciones el principio fundamental de la objeción
de conciencia, que sólo hasta ahora vemos reglamentado para los congresistas, cuando se
trata de funciones judiciales, disciplinarias o fiscales de los congresistas, sobre conflicto de
interés se aplicará la norma especial que rige ese tipo de investigación, pero no se habla
para ellos de un conflicto de interés moral, que debería también existir para los
profesionales de la salud obligados a practicar abortos en contra de su voluntad.
En Colombia, dijo la Corte Constitucional en la sentencia C- 224 de 1994, “No es
posible negar la relación entre la moral y el derecho. Y menos desconocer que las
normas jurídicas en algunos casos tienen en cuenta la moral vigente, para deducir
consecuencias sobre la validez de un acto jurídico.
La separación radical entre la moral y el derecho, como lo pretende el actor, no es
posible porque el ordenamiento jurídico en general y en especial el colombiano, están
fundados sobre un concepto de "moral pública”, representada en el derecho natural a
través de conceptos como la  libertad y  la dignidad. Así parece haberlo entendido la
Corte Constitucional, según el Procurador, cuando declaró inconstitucionales algunas
normas del Estatuto Nacional contra el secuestro.
 
De esta manera, es válido que una norma exija que la costumbre se adecúe a la moral,
pero a una moral "pública" y universal de los ciudadanos, no la personalísima de cada
individuo. A esta conclusión llega el Agente del Ministerio Público, porque según él " el
nuevo constitucionalismo colombiano parece haber adoptado una posición intermedia
entre el positivismo y el moralismo radical que posibilita la coexistencia de la
dogmática jurídica como ciencia independiente  para el estudio del puro derecho
positivo, con el reconocimiento  del carácter jurídicamente vinculante desde el punto de
vista  de la moral pública de la Justicia Política-, en orden a determinar el grado de
justicia  o injusticia que habita en las leyes, pero sobre todo en el sistema jurídico-
político en su conjunto."

La Constitución, como todas las que han existido en Colombia, está basada en la
democracia liberal, uno de cuyos principios es el reconocimiento de las mayorías. No
puede, en consecuencia, ser contraria a la Constitución una norma que se limita a
reconocer la moral de las mayorías.
El respeto a las minorías, también proclamado por el liberalismo, no puede llegar hasta el
extremo absurdo de pretender que las mayorías se sometan a ellas, o que renuncien al
derecho de hacer prevalecer sus opiniones. Por ello, si en lugar de referirse a la moral de la
mayoría de los colombianos, la ley pretendiera imponer a éstos la moral de una tribu
indígena confinada en un remoto lugar de la selva amazónica, tal ley sí sería contraria a la
Constitución.

Para concluir, hemos determinado que la Moral y el Derecho ocupan diferentes lugares
tanto en la reflexión filosófica también se ha analizado los argumentos positivistas que
denotan la incertidumbre presente en la Moral además se logró diferenciar las
características de imperatividad, finalidad, tipos de norma, posibilidad de sanción y sujeto
que emite la norma, en campo moral como jurídico se pone así de manifiesto, que en la
mentalidad de tantos juristas, jueces, magistrados, abogados, etc. ha hecho verdaderos
estragos el relativismo y el positivismo jurídicos, propios de lo que se ha dado en llamar "lo
políticamente correcto.

La moral o ética denominada así en griego, analiza las virtudes, pero sobre todo es la
ciencia que estudia y determina la bondad o malicia de los actos voluntarios del hombre.
Abarca por tanto todos los actos humanos que sean voluntarios, es decir, que intervenga en
ellos la voluntad; no comprende ni estudia los actos involuntarios.
En cuanto al derecho, es el conjunto de leyes, normas y demás disposiciones de la autoridad
competente, promulgadas para regular la convivencia en sociedad, de modo que prevalezca
el justo orden social, es decir, la justicia, en las relaciones humanas en lugar de la fuerza o
coacción del más fuerte.

Durante mucho tiempo el positivismo se empeñó en distinguir al Derecho de otros órdenes


normativos, y en particular de la moral, a partir de elementos formales como la coacción, el
origen social de la norma, o la forma de la norma imperativa. Se trataba, en el fondo, de
construir una teoría "pura" del Derecho que no tomara en consideración como factor de
especificación elementos materiales o morales, incapaces de satisfacer los estrictos cánones
de legitimación racional de la ciencia moderna. El enfoque variaría parcialmente luego con
el advenimiento del positivismo analítico, es decir que, si el derecho persigue la justicia que
es un bien, se deduce en consecuencia que ha de estar sometido a la moral, que determina
cuándo una acción, una ley, una norma, una disposición cualquiera, es en realidad una
acción buena y no sólo en apariencia. Con este criterio que me parece difícilmente
discutible, se puede afirmar que la moral comprende al derecho y que este debe estar
supeditado a aquella, para que lo legislado y protegido por la Ley, sea realmente un bien
para todos.
BIBLIOGRAFIA

http://www.derecho.duad.unam.mx/amicus-curiae/descargas/junio09/moral_y_derecho.pdf
El fundamento de los principios jurídicos :una cuestión problemática

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