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ASISTENCIA TÉCNICA
SISTEMAS CARCELARIOS EN AMERICA LATINA.
AVANCES Y DESAFÍOS
Junio, 2015
1
Contenido
INTRODUCCIÓN .................................................................................................... 3
CAPÍTULO I ......................................................................................................... 8
1.1 Sistema Penitenciario ................................................................................. 8
1.2 Presupuesto del Sistema Penitenciario ..................................................... 13
1.3 El Personal Penitenciario .......................................................................... 16
CAPÍTULO II ...................................................................................................... 23
2.1 Recintos penitenciarios en América Latina ............................................... 23
2.2 Población Penal ........................................................................................ 24
2.3 Caracterización de la Población Penal ..................................................... 27
2.4 Sobrepoblación Penal ............................................................................... 33
2.5 Prisión Preventiva ..................................................................................... 36
CAPÍTULO III .................................................................................................... 43
3.1 La Situación de las Mujeres Privadas de Libertad .................................... 43
3.2 Violencia al Interior de los Centros Penitenciarios .................................... 52
3.3 Sida y Tuberculosis................................................................................... 55
3.4 Población Penal Extranjera ....................................................................... 58
CAPÍTULO IV ..................................................................................................... 61
4.1 Derechos Humanos y los Recintos Penitenciarios.................................... 61
4.2 Rehabilitación y Reinserción ..................................................................... 69
4.3 Medidas Alternativas a la Prisión .............................................................. 92
BIBLIOGRAFÍA ..................................................................................................... 107
ANEXO............................................................................................................... 122
2
Introducción1
En los últimos años, gran parte de los sistemas penitenciarios han sido
descritos en un estado de crisis permanente. Esta sugerencia tiene graves
consecuencias para la estabilidad inherente y la confianza en los miembros del
personal del sistema penitenciario (Coyle, 2002). Al mismo tiempo, no ha habido
ningún estudio real sobre la dinámica del cambio en el entorno penitenciario, ya
sea de carácter cultural o desde un punto de vista organizativo. Sin embargo, esta
es un área que es fundamental para el desarrollo tanto de la prisión como
organización y para el tratamiento y gestión de los/as prisioneros/as (Coyle, 2002).
A partir de la información revisada, se pudo constatar que la única excepción en
cuanto a los estudios, son aquellos que analizan los impactos de las reformas
procesales penales en el uso de la prisión preventiva.
3
que estén condenados o en proceso. Actualmente, los modelos
penitenciarios apuntan a la (re) educación de los internos para que se reinserten
en la sociedad (Aguirre 1998, citado en Patiño 2010). Se espera que las prisiones
se centren en la reinserción social, buscando la rehabilitación del interno,
entendida como “el esfuerzo programado que busca cambiar las actitudes y
conductas de los reclusos, enfocándose en eliminar futuras conductas criminales”
(Pollock 1997, citado en Williamson et al., 2003). En este enfoque, el infractor es
considerado como un ser humano cuya dignidad es resguardada independiente de
la sanción que deba cumplir (Corona 2013).
4
información entregada por las distintas administraciones, es
posible concluir que en Centroamérica, el delito con mayor prevalencia es el
homicidio, pero no así en América del Sur, donde el delito de mayor prevalencia
en la población penal condenada es el delito o hurto. A pesar de que está
comprobado que la penalidad tiene un mínimo impacto frente a la criminalidad de
subsistencia -determinada por la marginación o por la falta de ocupación (Luigi
2006)- en general, es este tipo de criminalidad la que compone la mayoría de los
presidios.
5
habilidades que permitan aumentar la posibilidad de encontrar
trabajo, alojamiento en libertad y establecer mecanismos de apoyo que pueden
utilizar en la comunidad. Sin embargo, la sugerencia que la prisión por sí sola
puede hacer una contribución directa a la reducción de la delincuencia en la
sociedad civil aún no se ha demostrado (Coyle, 2002).
Cabe destacar que el ingreso a la cárcel, por cualquier tipo de delito aumenta
inmediatamente la probabilidad de seguir una vida criminal (Dammert 2012). El
contagio criminológico propicia una escalada criminal, especialmente en los
2
Hay que tener presente que los países no tienen criterios estandarizados para medir reincidencia (Williamson
2003), por lo tanto, no hay certeza de que las cifras estén dando cuenta de un mismo fenómeno.
6
sistemas penitenciarios con graves problemas de segmentación
según los niveles de criminalidad. Por lo tanto, los programas de rehabilitación y
reinserción se realizan bajo un contexto adverso.
7
CAPÍTULO I
El sistema penitenciario enfrenta múltiples desafíos en América Latina. La
institucionalidad pública encargada del control y la rehabilitación de cientos de
miles de infractores de ley evidencia poca efectividad y eficiencia. De hecho, en
muchos países su modernización no ha sido preocupación central de la agenda
pública. En este sentido el presente capítulo explicita las funciones que se esperan
del sistema penitenciario así como describe la realidad que enfrenta en la mayoría
de países latinoamericanos. De esta manera, se describe tanto la dependencia
como la administración; se da cuenta del presupuesto del que éste dispone, así
como de la distribución de recursos, evolución del gasto y tipo de gasto. Por
último, este primer capítulo propone algunos desafíos que enfrenta el sistema
penitenciario desde el punto de vista institucional para cumplir con los objetivos de
control y rehabilitación.
8
entorpecer la relación entre el poder judicial y el servicio
penitenciario (Dammert & Zúñiga 2008).
Tabla 1
Dependencia y Administración de los sistemas penitenciarios en Centroamérica,
México y República Dominicana
Ministerio
País responsable Administración
Ministerio de Justicia y
Costa Rica Paz Dirección General de Adaptación Social
Ministerio de Justicia y
El Salvador Seguridad Pública Dirección General de Centros Penales
Ministerio de Dirección General del Sistema
Guatemala Gobernación Penitenciario
9
Ministerio de Interior y
Honduras Población Instituto Nacional Penitenciario
Secretaría de Órgano Administrativo Desconcentrado
México Gobernación Prevención y Readaptación Social
Ministerio de Gobierno Dirección General del Sistema
Panamá y Justicia Penitenciario
República Procuraduría General
Dominicana de la República Dirección General de Prisiones
Fuente: elaboración propia, 2014, con información entregada por las respectivas
administraciones.
La tarea del personal penitenciario es ejecutar la sentencia dentro del marco del
Estado de Derecho y con respeto de los derechos humanos. Siguiendo esta
misma lógica, los sistemas penitenciarios son jerárquicos en la medida en que son
organizaciones disciplinadas. Es decir, las órdenes se transmiten desde arriba y la
responsabilidad del personal en los niveles basales consiste en la simple
obediencia de éstas: la población penitenciaria debe acatar las instrucciones del
personal. Para Coyle, la única forma posible de garantizar que se cumpla la tarea
de mantener el orden interno así como se eviten posibles fugas es que tanto el
personal como la población penitenciaria, conozcan su lugar en la jerarquía y
obedezca las instrucciones de funcionamiento (Coyle, 2002).
Tabla 2
Dependencia y Administración de los sistemas penitenciarios en Sudamérica
País Ministerio Responsable Administración
Argentin Ministerio de Justicia y
a Derechos Humanos Servicio Penitenciario Federal
Brasil Ministerio de Justicia Departamento Penitenciario Nacional
Chile Ministerio de Justicia Gendarmería de Chile
Colombi Ministerio de Interior y de Instituto Nacional Penitenciario y
10
a Justicia Carcelario
Ministerio de Justicia y Dirección Nacional de Rehabilitación
Ecuador Derechos Humanos Nacional
Paragua Ministerio de Justicia y
y Trabajo Dirección General de Institutos Penales
Perú Ministerio de Justicia Instituto Nacional Penitenciario
Uruguay Ministerio de Interior Instituto Nacional de Rehabilitación
Fuente: elaboración propia, 2014, con información entregada por las respectivas
administraciones.
11
Un aspecto importante a considerar dentro de la administración
del sistema penitenciario, guarda relación con su carácter centralizado o
descentralizado, dando cuenta de la autonomía administrativa de las
organizaciones.
12
En general, en la región los sistemas penitenciarios son
centralizados con mínimos niveles de descentralización. Así por ejemplo, en
Centro América sólo Honduras y México tienen capacidad desconcentrada de
administración de funciones.
Es posible que muchos piensen que invertir en cárceles es una medida mal vista
por la ciudadanía. De hecho, con el aumento de la sensación de inseguridad el
discurso ciudadano no ha sido proclive a apoyar iniciativas que definan
inversiones para mejorar la calidad de vida carcelaria (Diaz & Meller, 2012). Esto
ha traído de la mano tres situaciones:
13
Cabe destacar que estos problemas se suman a la limitada
calidad de los sistemas de protección y control de jóvenes infractores así como a
la prácticamente inexistente situación de los programas de medidas alternativas al
encarcelamiento.
Con todo, tal como puede apreciarse en la Tabla 3, los recursos para el sistema
penitenciario han ido en aumento en los últimos años en la región. Los esfuerzos
son variados, aunque en casi todos los países se puede observar prácticamente la
duplicación de los recursos durante el período 2008-2012. Argentina, Chile,
Guatemala y Perú aumentaron sus presupuestos en más del doble durante este
tiempo, dando cuenta de un esfuerzo institucional por mejorar las condiciones del
sistema penitenciario. En Colombia es posible observar también un aumento
significativo de sus recursos para el período en cuestión.
Tabla 3
Evolución del gasto penitenciario en países seleccionados (millones de USD
corrientes de cada año)
País 2004 2008 2012-2013
Argentina 123,42 246,87 522.48
Chile 177.08 296,81 672,2
Colombia N.D. 329,43 645,7
Guatemala N.D. 25.38 (2006) 77,74
México* 138.70 226.26 895.13
14
Perú N.D. 88,29 195,54
Fuente: (COMJIB, 2012). Los datos para México fueron tomados de (Patiño, 2015,
en proceso de publicación), corresponden sólo al sistema penitenciario federal, y
fueron convertidos a USD con el tipo de cambio del 31 de diciembre del año
inmediato anterior.
Tabla 4
Gastos del Sistema Penitenciario de Ecuador (USD corrientes de cada año)
Tipo de gasto 2000 2004
Corriente 5,82 21,43
Inversión 0,83 4,62
Capital 0,07 1,1
Total 6,73 27,15
Fuente: (Núñez, 2006)
El caso más dramático es el de Honduras, cuyo presupuesto dispone más del 83%
de los recursos en gastos de personal, un 15% a la alimentación y un 2% a otro
tipo de gastos, que no especifica. En el mejor de los casos, ese 2% del
presupuesto total incluye programas de reinserción. Es decir, un 2% del
15
presupuesto puede estar destinado a la rehabilitación de las
personas privadas de libertad. En el caso de Costa Rica, la distribución del
presupuesto destinada a personal es menor que en el caso hondureño, aunque no
se especifica mayormente el destino del presupuesto restante. De nuevo, en el
mejor de los casos, el 17,2% que se clasifica como otros, puede que incluya los
programas de reinserción. Es decir, un porcentaje considerablemente menor del
presupuesto penitenciario, se destina al principal objetivo del sistema
penitenciario: la (re) educación de los internos para su reinserción en la sociedad.
16
Tabla 5
Número de personas privadas de libertad por funcionario de seguridad en
Centroamérica; México y República Dominicana.
País 2011
Costa Rica 3,6
El Salvador 17,3
Guatemala 6,1
Honduras 9,2
México* 2,1
Panamá (2010) 15,1
República Dominicana (2005) 4,1
Fuente: (Carranza, 2012). * (2008 y sólo del sistema penitenciario federal; pudo
haber cambiado sensiblemente con el crecimiento que tuvo el sistema entre 2009
y 2012, tanto en número de prisiones y población bajo custodia federal como en
personal. No hay datos más recientes.)
Tabla 6
Número de personas privadas de libertad por funcionario de seguridad en
Sudamérica
País 2011
Brasil 7,3
Chile 4,7
Colombia 8,2
17
Ecuador (2005) 11,7
Paraguay 8,9
Perú 12,5
Uruguay 5,7
Fuente: (Carranza, 2012)
Así como el número del personal penitenciario es un factor relevante del sistema,
también lo son los requisitos de ingreso y la formación recibida para cumplir con
dicha función.
En el caso del Cono Sur, Argentina, Colombia, Paraguay y Perú tienen como
requisito la enseñanza secundaria completa. En el caso de Chile, la enseñanza
secundaria completa es una exigencia sólo para los oficiales, mientras que
3
Por estudios secundarios completos se entenderá lo que cada país determine como tal en su territorio. Hay
que tener presente que los años de estudio pueden variar de un país a otro. Esto se aplica tanto a México,
América Central y América del Sur.
4
En ésta se determinó que la formación se realiza en un plazo menor al establecido. La duración del curso
disminuyó de 130 a 40 horas y se imparte en un plazo de 5 días. Asimismo, la mencionada auditoría sostiene
que no se incluye el curso de inducción de 84 horas teórica-prácticas.
18
quienes postulan a la escuela de suboficiales, se les exige hasta
el décimo año de enseñanza escolar. En tanto, Brasil y Ecuador no determinan un
requisito educacional. Por otra parte la formación del personal de seguridad
penitenciario es mayor que en Centroamérica, la excepción es Paraguay con una
formación de 20 días aproximadamente. No obstante, el resto de los países
imparte una formación que va desde los 2 meses (Ecuador) hasta 3 años
(Argentina). Hay que tener en consideración que estos tiempos varían para
oficiales y suboficiales. En el caso de los suboficiales, su preparación va desde los
2 meses hasta el año (Chile). Asimismo, cabe destacar la formación de los
oficiales de Argentina y Chile, que cuentan con una formación de 3 y 2 años
respectivamente (Ver Anexo 4).
Por otra parte, respecto del proceso de selección del personal penitenciario, hay
que tener en cuenta la inexistencia de una carrera penitenciaria en muchos países
de la región. De esta manera, las tareas penitenciarias han quedado, en muchos
casos, en manos de militares y/o policías, o civiles sin preparación. UNODC-
ROPAN sostiene que esta situación puede generar falta de compromiso por parte
de los funcionarios de la institución y alta rotación entre el personal penitenciario,
alterando una continuidad para garantizar la calidad técnica de los recintos
penitenciarios. Asimismo, Carranza afirma que la existencia de una carrera
penitenciaria, permitiría asegurar al personal estabilidad, capacitación periódica y
un salario digno, así como la adecuada selección y formación de dicho personal
(UNODC-ROPAN, 2013)
19
de los funcionarios. Ejemplo que retrata este fenómeno es el de
Honduras, donde el 73% de los funcionarios penitenciarios ha terminado la
primaria y sólo un 8% la secundaria. Más aún, sólo 2 directores de prisiones a
nivel nacional (de un total de 25) han cursado la carrera penitenciaria. Esta
situación pone en evidencia la falta de preparación del personal, así como su
inadecuada selección. El personal penitenciario requiere de la capacitación y
formación para lidiar diariamente, en forma intensa y continuada, con los privados
y privadas de libertad.
Por otra parte, la falta de transparencia, los nexos con grupos criminales
organizados y la invisibilidad social, hacen de los recintos penitenciarios caldo de
cultivo para la corrupción, no sólo en América Latina. En este sentido, UNODC-
20
ROPAN señalan algunos factores que contribuyen a la existencia
de dicho fenómeno. A saber:
21
sistema penitenciario respecto de otros funcionarios públicos, así
como la precariedad de los presupuestos que se manejan.
Otro de los temas que los organismos encargados de los sistemas penitenciarios
deben enfrentar, es el del enfoque de género. Si bien los recintos penitenciarios
son dominados ampliamente por hombres, las mujeres privadas de libertad
enfrentan problemas diferentes a los de los hombres. Por ejemplo, en Ecuador, el
embarazo de las privadas de libertad es un buen indicador de los niveles de
violencia de género que ocurren al interior del recinto. Al año 2006, el 13% y el
19% de las mujeres de la cárcel de Quito y Guayaquil, respectivamente,
concibieron estando al interior del recinto penitenciario. Por otra parte, la atención
maternal es precaria: poco menos de la mitad nacen vivos (Núñez, 2006).
22
CAPÍTULO II
Después de la revisión institucional sobre los sistemas penitenciarios y la
revisión sobre su organización, dependencia y funcionamiento, el presente
capítulo pone énfasis en la población carcelaria. De esta manera, se hace una
revisión de la población penal, tanto en número como en algunas de sus
características generales. Los principales problemas que enfrenta la población
penitenciaria es su crecimiento exponencial, especialmente el de aquellos en
prisión preventiva, y posterior hacinamiento.
23
Latinoamérica. Cuando esto ocurre, sin considerar los factores
que dan lugar a la criminalidad, la consecuencia directa es que los sistemas
penitenciarios terminan siendo receptores de los grupos más marginados de la
sociedad y no necesariamente de criminales peligrosos y violentos (UNODC,
2010).
24
casos más llamativos son los de El Salvador, Perú y Uruguay. En
estos tres casos, la población penal ha crecido en más del doble para el periodo
2000-2012/13. Los países restantes no alcanzan a duplicar su población
penitenciaria en este tiempo. Por otra parte, cabe destacar el caso de Honduras,
cuya población penal se ha mantenido estable en el tiempo.
Un dato relevante que permite tener una visión panorámica de lo que está
pasando en los establecimientos penitenciarios en Latinoamérica, es la tasa de
población penal por cada 100.000 habitantes. Éstas muestran que el crecimiento
de la población penal no es proporcional al crecimiento poblacional de un
respectivo país, tal como se puede apreciar en la Tabla 7. Si bien estas tasas
presentan oscilaciones en el tiempo, lo cierto es que sólo Honduras ha disminuido
su tasa de población penal en el período 2000-2012/13. También hay que
destacar la situación de Guatemala, cuya tasa se ha mantenido constante para el
mismo periodo. Por el contrario, Costa Rica, El Salvador, México, Panamá y
República Dominicana han aumentado sus tasas de población penal. Es llamativa
la situación de El Salvador y Panamá, países con las mayores tasas de población
penal de Centroamérica, 386 prisioneros por cada 100.000 habitantes y 343
prisioneros por cada 100 habitantes, respectivamente. Al mismo tiempo, el caso
de El Salvador es particularmente grave, puesto que en un período de 12 años,
casi triplicó sus tasas de población penal. Lo anterior da cuenta de una realidad
concreta en la región: la población penal crece rápidamente.
25
Tabla 7
Evolución de la tasa de población penal por cada 100.000 habitantes en
Centroamérica, México y República Dominicana.
País 2000 2004 2008| 2012/2013
Costa Rica 168* 201 288 292
El Salvador 130* 203 323 386
Guatemala 75* 60 61 74
Honduras 178*(1999) 167 148 156
México 153*(1999) 186 200 201
Panamá 289 363 323 343
República
Dominicana 166 156 178 206
Fuente: elaboración propia, 2014, con información entregada por COMJIB (2012) y
(*) Carranza, (2012).
De igual forma, en el Cono Sur, los datos muestran el alza sostenida de la tasa de
la población penal. Con todo, el caso más llamativo es el de Uruguay, país que
duplicó su tasa de población penal en este período. Por el contrario, Colombia es
el país cuya tasa han aumentado en menor proporción en el Cono Sur. Cabe
destacar que, en general, las tasas tienen rangos muy por debajo de los pares
centroamericanos, siendo Uruguay, Chile y Brasil los países con los mayores
índices (267, 295 y 259 respectivamente).
26
las detenciones, sin la fiscalización de las condiciones de ésta
(Dammert & Zúñiga, La cárcel: problemas y desafíos para las Américas., 2007).
Ahora bien, de acuerdo a los a datos aportados por el International Centre for
Prison Studies 5 para los años 2012-14, podemos observar que la situación es
grave, al compararla con otros países. Por ejemplo, Canadá y Reino Unido tienen
tasas por sobre los 100 internos por cada 100.000 habitantes, 118 y 149,
respectivamente. Si se observa a Alemania, es posible constatar que su tasa es
de 76 personas privadas de libertad por cada 100.000, habitantes. Más aún, los
recintos penitenciarios alemanes se encuentran funcionando por debajo de su
capacidad total, al 81,6% de ésta. No obstante, al comparar a la región con
EE.UU, se observa que las tasas latinoamericanas se encuentran por debajo de
las del vecino del norte, cuya tasa es de 698 personas privadas de libertad por
cada 100.000 habitantes. En definitiva, la situación latinoamericana no es la peor
de todas. No obstante, queda mucho por avanzar.
Gráfico 1
5
http://www.prisonstudies.org/
27
Porcentaje población penal en el Centroamérica, México y
República Dominicana por sexo
Fuente: elaboración propia, 2014, con información entregada por las respectivas
administraciones a excepción de Guatemala OEA/CIDH (2013) ; y Honduras
Informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sobre la situación
de las personas privadas de libertad en Honduras (2013)(CIDH).
Gráfico 2
Porcentaje de población penal en Sudamérica por sexo
28
Porcentaje de población penal en Sudamérica por sexo.
95% 94% 93% 93% 92% 93% 94% 93%
100%
90%
80%
70%
60%
50%
40%
30%
20% 5% 6% 7% 7% 8% 7% 6% 7% Hombres
10%
0% Mujeres
Fuente: elaboración propia, 2014, con información entregada por las respectivas
administraciones a excepción de Ecuador y Paraguay: OEA/CIDH (2013); y
Uruguay: Informe Anual sobre violencia y criminalidad en todo el país (2013).
6
Para más información ver: Mujeres, delitos de drogas y sistemas penitenciarios en América Latina, C.
Giacomello, Situación penitenciaria en América Latina y el Caribe ¿Qué hacer?, E. Carranza; Mujeres
invisibles: las cárceles femeninas en América Latina, C. Antony.
29
Resulta importante señalar cuáles son los tipos de delitos que
explican la presencia de la población penal. A pesar que cada país tiene distintas
formas de clasificar y agrupar sus delitos, es posible apreciar que en
Centroamérica, el homicidio es un delito de alta incidencia en la población penal.
Asimismo, los delitos contra la propiedad o asociados a drogas, también son de
alta incidencia. En cambio, en el Cono Sur, los delitos de mayor incidencia en la
población penal son el robo o el hurto.
Tabla 8
Delitos con mayor incidencia en el Centroamérica, México y República Dominicana
País Delitos con Mayor Incidencia
Costa Rica (2012) Delitos contra la propiedad
Delitos de drogas
Contra la Vida
El Salvador (2013) Homicidio
Extorsión
Robo
México (2012) Homicidio (Fuero Común)
Delitos contra la salud (Fuero
Federal)
Robo a casa habitación (Fuero
Común)
Panamá (jun 2010) Delito contra el patrimonio ciudadano
Delito contra la Salud Pública
Vida e integridad de las personas
República Dominicana
(2011) Homicidio
Tráfico de droga
Robo
30
Fuente: elaboración propia, 2014, con información entregada por
las respectivas administraciones.
Tabla 9
Delitos con mayor incidencia en Sudamérica
31
Cabe señalar que, considerando la información presentada
previamente se puede observar que los delitos relacionados con el tráfico de
drogas, que implican una alta organización criminal, se encuentran extendidos en
casi toda la región. Si bien en algunos contextos incluye el uso intensivo de
violencia y se articula en torno a actividades consideradas de crimen organizado,
en otros países la presencia mayoritaria de casos se vincula con la venta minorista
en las calles.
32
completa. Tales son los casos: Costa Rica (31%); El Salvador
(38%) y Argentina (40%). En el caso de Perú, un 66% de su población
penitenciaria tiene educación secundaria completa.
33
considerablemente menor al del resto de los países de la región.
Por el contrario, la población penitenciaria de El Salvador casi triplica su
capacidad.
Gráfico 3
Población penal y Capacidad en los centros penitenciarios en Centroamérica,
México y República Dominicana.
11,505
República Dominicana… 20,007
7,342
Panamá (2012) 14,521
194,062
México (2012) 239,089
8,197
El Salvador (2011) 24,399
9,607
Costa Rica (Marzo 2014) 13,376
Fuente: elaboración propia, 2014, con información entregada por las respectivas
administraciones, a excepción de Honduras: Informe de la Comisión
34
Interamericana de Derechos Humanos sobre la situación de las
personas privadas de libertad en Honduras (2013) (CIDH) y Guatemala OEA/CIDH
(2013).
Gráfico 4
Población Penal y Capacidad en los centros penitenciarios en Sudamérica
7,061
Uruguay (2011) 9,067
30,988
Perú (2013) 67,273
5,300
Paraguay (2011) 6,300
10,585
Ecuador (2011) 15,420
Capacidad
76,519
Colombia (Mayo 2014) 117,311 Población penal
37,500
Chile (2012) 51,447
305,841
Brasil (2011) 512,285
60,240
Argentina (2012) 61,192
0 100,000200,000300,000400,000500,000600,000
Fuente: elaboración propia, 2014, con información entregada por las respectivas
administraciones, a excepción de Ecuador y Paraguay: OEA/CIDH (2013)
Uruguay: Informe Anual sobre violencia y criminalidad en todo el país. (2013).
36
de libertad a riesgos innecesarios. Adicionalmente, los índices de
suicidios cometidos en recintos penitenciarios, son mayores en quienes se
encuentran en prisión preventiva (OMS, 2007).
El gráfico 5 muestra, por una parte, los niveles de sobrepoblación en los recintos
penitenciarios y la presencia de reclusos sin condena. Así, es posible observar
que en todos los países con altos niveles de sobrepoblación, existe también una
alta presencia de personas privadas de libertad sin condena. Incluso en Argentina,
un país con un nivel de sobrepoblación controlado, la mitad de los privados de
libertad corresponden a personas en prisión preventiva. En Panamá, más de la
mitad de la población penal corresponde a personas que aún esperan por sus
condenas. Si bien estas cifras son menores para Costa Rica, Colombia y México,
sin duda, representan cifras aún altas, si se considera que esta medida cautelar
debiera ser excepción y no la norma de los procesos penales.
Gráfico 5
Reclusos sin condena y sobrepoblación (en porcentaje)
65%
Panamá (2012) 97%
41%
México (2012) 23%
Reclusos sin condena
26%
Costa Rica (2014) 39% Sobrepoblación
34%
Colombia (Mayo 2014) 53%
50%
Argentina (2012) 2%
37
El uso de la prisión preventiva debe tener carácter procesal, es
decir, estar supeditado a que el sujeto que se encuentra en proceso presenta
riesgo de fuga o porque podría obstaculizar la investigación. Sin embargo, existen
otras causales que pueden llevar a justificar su uso. Un estudio de Centro de
Estudios de Justicia de las Américas (CEJA) muestra otras causales de
justificación. A saber:
38
El Informe del Uso de la Prisión Preventiva en las Américas
(2013), afirma que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos hace
muchos años está llamando la atención sobre el uso indiscriminado que se le ha
dado en Latinoamérica a la prisión preventiva. Este informe señala que dentro de
las principales causas de esta en la región están:
39
Gráfico 6:
Evolución del porcentaje en prisión preventiva en Centroamérica, México y
República Dominicana.
76%
0.8
65%
64%
0.7
63%
56%
55%
0.6
51%
50%
49%
49%
0.5
35%
0.4
28%
2000
26%
23%*
0.3
23%
22%
2004
0.2 2008
0.1 2012/2013/2014
ND
ND
Fuente: elaboración propia, 2014, con información entregada por las respectivas
administraciones y con información de Carranza (2012) y OEA/CIDH (2013). * El
dato para México es de 2012.
41
condenada. Esta situación genera aumento del contagio criminal
y la exposición a situaciones de violencia.
42
CAPÍTULO III
La sobrepoblación penitenciaria, la carencia de inversión sostenible y las
dificultades institucionales mencionadas previamente marcan una situación crítica
en América Latina. Los problemas son múltiples y de diferente índole. Sin
embargo, en el presente informe interesa destacar tres tendencias que pocas
veces han sido analizadas en detalle: En primer lugar, la situación de las mujeres
privadas de libertad y sus demandas particulares, especialmente las relacionadas
con la convivencia de sus hijos e hijas al interior de los recintos penitenciarios. En
segundo término se aborda el problema de la violencia al interior de estos recintos
tanto entre la población penal como en relación con los funcionarios públicos.
Finalmente, se revisan las problemáticas de salud de los privados de libertad así
como la situación particular de las personas privadas de libertad de origen
extranjero.
Gráfico 7
Porcentaje de población penal femenina en América Latina
43
Porcentaje de población penal femenina.
Población penal femenina
10% 9%
9% 8% 8%
8% 7% 7% 7% 7% 7%
7% 6% 6%
6% 5% 5% 5%
5%
4% 3% 3%
3%
2%
1%
0%
Fuente: (Cornell Law School's Avon Global Center for Women and Justice and
International Human Rights Clinic; Defensoría General de la Nación de la
Repúbica Argentina; University of Chicago Law School International Human Rights
Clinic., 2013).
44
de los Reclusos 7 (Reglas Mínimas) del Consejo Económico y
Social de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). No obstante, en estas
reglas la alusión a las necesidades particulares de las mujeres es muy somera.
Posteriormente, este mismo organismo, con sus distintas oficinas y respectivas
resoluciones -la Declaración de Viena, Declaración de Bangkok, Declaración de
Kiev, Consejos de Derechos Humanos, Handbook for Prison Managers and
Policymakers on Women and Imprisonment- y la Organización Mundial de la Salud
(OMS), se han preocupado de incluir y reportar las necesidades específicas de las
mujeres. Como corolario de éstas, en el año 2011, la ONU publicó las Reglas de
las Naciones Unidas para el Tratamiento de las Reclusas y Medidas No Privativas
de la Libertad para las Mujeres Delincuentes8, más conocidas como las Reglas de
Bangkok9.
Sin duda, estas reglas son un avance para la situación de la población penal
femenina. Sin embargo, aún queda camino por recorrer, especialmente si se
considera que la población penal femenina está teniendo un crecimiento
sostenido. Lo anterior es posible de observar en el caso de Argentina (Gráfico 8)
donde las mujeres privadas de libertad han sufrido un alza constante, con un
7
Resolución 663 C (XXIV) del 31 de julio 1957 y Resolución 2076 (LXII) del 13 de mayo 1977.
8
Resolución 25/229.
9
http://www.un.org/en/ecosoc/docs/2010/res%202010-16.pdf
45
porcentaje de incremento de 193% versus un incremento de
111% para los hombres, en su última medición.
Gráfico 8
Incremento de la población penal en Argentina 1994-2012 (en procentaje)
145% 144%
150%
124%
109% 106% 111%
98% 97%
100% 90%
54%
44%
50% 30% 35%
20%
0%
1994 1996 1998 2000 2002 2004 2006 2008 2010 2012
Fuente: (Cornell Law School's Avon Global Center for Women and Justice and
International Human Rights Clinic; Defensoría General de la Nación de la
Repúbica Argentina; University of Chicago Law School International Human Rights
Clinic., 2013).
46
Una de las explicaciones de este fenómeno, es la incorporación
de la mujer en delitos tradicionales como el tráfico de estupefacientes o su
pertenencia a bandas o pandillas, ampliando el espectro de delitos al que antes
estaban asociadas; delitos contra la propiedad y los delitos relacionados con su
sexo, aborto e infanticidio (Casas, 2010).
Por ejemplo, el estudio de (Cornell Law School's Avon Global Center for Women
and Justice and International Human Rights Clinic; Defensoría General de la
Nación de la Repúbica Argentina; University of Chicago Law School International
Human Rights Clinic., 2013) da cuenta que, de las mujeres que fueron
encuestadas (procesadas o condenadas), el 55,7% de sus causas respondían a
delitos relacionados con drogas. Este mismo estudio menciona que, en Ecuador
en el año 2004, el 77% de la población femenina de los recintos penitenciarios,
47
correspondía a ilícitos asociados con drogas. Casas (2010)
señala que en México en el año 2007, el 75% de las mujeres privadas de libertad
lo estaba a causa de narcóticos, correspondientes a delitos de fuero federal. En
Costa Rica, según lo que arroja el Informe de la Población Penitenciaria del primer
semestre 2014, el 55,3% de las mujeres en recintos penitenciarios está
condenada por la ley de psicotrópicos. Esta situación también es corroborada por
el Informe PNUD (2013), tal como muestra la Tabla 10: con la excepción de El
Salvador, los demás países presentan que más de la mitad de los crímenes
cometidos por mujeres son relacionados con drogas, mientras que otros más
violentos como el homicidio, son cometidos por ellas en menor medida.
Tabla 10
Incidencia de delitos cometidos por mujeres, 2013 (porcentajes)
El
Delito Argentina Perú Salvador Brasil Chile
Robo 29,6 10,8 9,1 18,4 34,9
Homicidio 13,9 8,3 19,1 7,8 9,2
Tráfico o tenencia de
drogas 52,8 69,2 25,2 66 55
Fuente: Estudio comparativo de población carcelaria, PNUD (2013)
CEJA plantea que las mujeres que ingresan al mundo del tráfico de drogas, lo
hacen en tres circunstancias:
a) Comisión de delito con sus parejas, por voluntad propia, a causa del vínculo
que los une.
48
c) Comisión del delito por jefas de hogar de escasos
recursos y principales responsables de sus hijos, que se involucran en el
tráfico de drogas para sobrevivir.
Las mujeres han resultado perjudicadas en la “guerra contra las drogas”. Mediante
procesos discriminatorios que perpetuán la desigualdad, los altos mandos de las
redes de narcotráficos no sufren consecuencias penales, sino que sólo lo hace el
eslabón más débil de la cadena delictual (Cornell Law School's Avon Global
Center for Women and Justice and International Human Rights Clinic; Defensoría
General de la Nación de la Repúbica Argentina; University of Chicago Law School
International Human Rights Clinic., 2013). Otra característica de ingreso de la
población penal femenina es su pobreza, bajos niveles de escolaridad,
desempeño en oficios humildes, generalmente son madres muy jóvenes (Casas,
2010) y tienen un alto índice de haber sido violentadas en sus hogares. Por otra
parte, al ingresar al sistema penitenciario se agudizan sus problemas de salud,
teniendo más problemas de este tipo que los varones en el mismo contexto
(United Nations Office on Drugs and Crime, World Health Organization Europe,
2009).
En general, es posible decir que los países de la región han realizado esfuerzos
por mejorar las condiciones de la población penal femenina. Éstos están
enfocados, principalmente, a la infraestructura y separación de las mujeres de la
población penal masculina. Sin embargo, más que la construcción de espacios
exclusivos para ellas, se ha tendido a la conversión de cárceles de hombres en
mixtas, sin tomar en consideración sus necesidades particulares. Es así como se
las obliga a vivir en condiciones de seguridad que no son acordes a su nivel de
peligrosidad. Además, estos recintos no cuentan con las condiciones necesarias
para albergar mujeres embarazadas y, en los casos que se permite, a los hijos de
madres privadas de libertad (Centro Internacional para Estudios Penitenciarios,
2004).
49
Por otra parte, los países que invierten en construcción de
recintos penitenciarios femeninos, construyen pocos, debido al bajo porcentaje de
mujeres que ingresan a ellos. En términos de capacidad, éstas son suficientes. Sin
embargo, esta situación presenta problemas asociados a la distancia a la que
estas mujeres quedan de sus familias. Esto implica dificultades para recibir visitas
y mantener los vínculos con sus familias, generando un doble abandono: el de
reclusa y el de su familia.
Otro factor que reviste importancia, es el cómo se hace frente al ingreso de las
parejas a un recinto penitenciario. En el caso de los ingresos masculinos, las
redes femeninas se activan, apoyando en temas financieros, legales y, por sobre
todo, emocionalmente. En cambio, cuando una mujer ingresa al sistema
penitenciario, además de perder el vínculo con sus hijos, en general, pierden
también a sus parejas, quienes suelen abandonarlas. Esta realidad fue revelada
en un estudio sobre mujeres imputadas en el año 2003 en Chile (Casas, 2010).
La dificultad de las madres que conviven con sus hijos en los recintos
penitenciarios merece una mención aparte. La Regla Nro. 2 de las Reglas de
Bangkok, relativa al ingreso, señala que “antes de su ingreso o en el momento de
producirse, se deberá permitir a las mujeres con niños a cargo adoptar
disposiciones respecto de ellos, previéndose incluso la posibilidad de suspender la
reclusión por un periodo razonable, en función del interés superior del niño”
(Naciones Unidas, 2011). En varios países de la región las mujeres embarazadas
y con niños pequeños pueden solicitar arresto domiciliario. Sin embargo, muchas
mujeres no saben de la existencia de esta posibilidad o simplemente no la
invocan. En Argentina, desde el año 2009 pueden utilizar este beneficio. No
obstante, el estudio de (Cornell Law School's Avon Global Center for Women and
Justice and International Human Rights Clinic; Defensoría General de la Nación de
la Repúbica Argentina; University of Chicago Law School International Human
Rights Clinic., 2013) señala que el 23,5% de las mujeres privadas de libertad que
50
convivían con sus hijos, no solicitó arresto domiciliario y, de las
mujeres que lo solicitaron, sólo el 24% fue acogido.
La literatura que estudia a las madres privadas de libertad, hace hincapié en velar
siempre por el interés superior del niño. Recomiendan que la condición de
embarazo o maternidad, debe ser considerada por los jueces, buscando medidas
alternativas a la prisión o preocupándose que el lugar donde se enviará a la mujer,
sea cercano a su familia para que no pierda contacto con ellos (Robertson, 2012).
La decisión que las madres pueden desarrollar un vínculo filial es, sin ninguna
duda, beneficiosa para ambos. En Argentina, al año 2012, había 158 mujeres que
tenían a sus hijos juntos a ellas en los recintos penitenciarios; el 2013 en Perú
eran 206; y en Uruguay había 65 niños al interior de los centros penales.
51
niño (Robertson, 2012). Las Reglas de Bangkok ponen especial
acento a la situación de los niños en contextos penitenciarios, específicamente
desde las regla 48 a la 52. Éstas están relacionadas con la atención de salud,
alimentación, cuidado, tiempo de dedicación y separación. Sin embargo, no son
suficientes y aún hacen falta indicaciones más claras que recopilen las buenas
prácticas. Es por esta razón que, en un esfuerzo por aunar criterios, el estudio de
(Cornell Law School's Avon Global Center for Women and Justice and
International Human Rights Clinic; Defensoría General de la Nación de la
Repúbica Argentina; University of Chicago Law School International Human Rights
Clinic., 2013) elaboró una tabla que recoge las directrices de algunos documentos
guías (Ver Anexo 19). Esta guía enfatiza tanto el interés superior del niño como las
necesidades de cuidado y tratamiento pre-natal y post-natal. Así, recomiendan una
infraestructura apropiada para un ambiente saludable, la flexibilidad necesaria
para las mujeres embarazadas y las condiciones para crear un ambiente para el
niño lo más similar posible al mundo exterior.
El debate sigue en pie respecto a la pertinencia de dejar que los niños vivan con
sus madres encarceladas. Sin duda, el desarrollo y fortalecimiento de vínculo
madre-hijo/a es de vital importancia. No obstante, la encrucijada surge al momento
de considerar la inevitable institucionalización de los niños, y los efectos negativos
de ésta, que podrían llegar a ser mayores que los efectos positivos de la
convivencia (Robertson, 2012).
52
que hacer frente a un aumento del 50% en el número de presos,
sin el aumento correspondiente en los recursos.
Tabla 11
Seguridad y Violencia dentro los penales
Argentin El
a México Perú Salvador Brasil Chile
Porcentaje que se siente
menos seguro (en el
penal) comparado con el
lugar donde vivía antes 66,5 76,4 74,1 44,1 67,5 79,4
53
Proporción de quienes
han sido golpeados en los
últimos 6 meses 18,2 15,1 14,4 3,5 4,4 25,5
Porcentaje que indica
haber sido golpeado por
el personal penitenciario 76,8 40,2 48,7 65,9 36,4 71,8
Porcentaje que indica
haber sido golpeado por
otros internos 35,8 73,4 58,2 95,5 27,3 43,1
Fuente: Estudio comparativo de población carcelaria, PNUD (2013)
54
3.2.1 Seguridad
Otra aspecto que revista importancia y que está muy relacionado con los temas de
violencia al interior de los recintos penitenciaros es los niveles de seguridad de
éstos. Por una parte, cómo se organizan para evitar las fugas de los privados de
libertad y, por otra, cuáles son los criterios criminológicos para agrupar a los
condenados según su nivel de peligrosidad, o en su defecto, la carencia de
sistemas de clasificación de compromiso delictual. Esta última situación es de gran
interés, ya que es la mayor causa de que los recintos penitenciaros se conviertan
en “escuelas de delito” al mismo tiempo que fomenta la reincidencia.
Tabla 12
Intentos de evasión o fuga de los detenidos. América Latina (2002-2010)
Tentativa de Fuga 91 1847 1329 559 408 557 744 1368 3940
Fuente: (ILANUD, 2010)
55
En todas las instituciones carcelarias de la región, los factores de
riesgo son recurrentes: hacinamiento; malnutrición; condiciones higiénicas no
adecuadas; pertenencia de los internos a poblaciones socialmente marginadas
que los exponen más al riesgo de contraer infecciones y/o enfermedades como la
tuberculosis o VIH; personal de custodia poco informado en relación a los
cuidados de salud integral y prevención; poca posibilidad de aislamiento para
tratamiento (caso tuberculosis) como para trabajos de rehabilitación (grupos de
alta peligrosidad con internos primarios); prácticas de conductas de riesgo como
las relaciones sexuales sin protección entre los internos, utilización indiscriminada
de agujas para tatuajes, piercing, así como jeringas; alta proporción de usuarios
de drogas inyectables, personas en malas condiciones de salud y con
enfermedades crónicas no tratadas; profesionales de la salud con escasa
utilización de medidas universales de bioseguridad; ausencia de información y
educación tanto entre los internos como entre los funcionarios penitenciarios; falta
de instalaciones sanitarias adecuadas; medidas preventivas débiles; deficiencia de
recursos en centros penales; dificultad de acceso a los insumos de prevención
(preservativos y gel lubricante) y de higiene (máquina de afeitar, cepillo de
dientes), entre otros.
En México, por ejemplo, se calcula en 6,700 las personas que viven con VIH/SIDA
en centros penitenciarios (CENSIDA, 2006), y sólo se han identificado 529; en
República Dominicana, en tanto, existe una incidencia del 66,7% de VIH/SIDA en
cárceles tipo modelo penitenciario tradicional y de un 33,3% en aquellas tipo
nuevo modelo penitenciario; en cuanto a TBC, el 89,3% de los casos se da en
cárceles del modelo penitenciario tradicional y un 10,2% en el nuevo modelo
penitenciario (2do Censo Nacional Penitenciario, 2011).
56
Al año 2007 en Argentina, existían 387 portadores de VIH/SIDA;
de ellos, 243 se encontraban recibiendo la terapia retroviral, y en Perú, durante
2013 se registró un índice de 7% de muertes por VIH/SIDA y de un 21% por TBC.
57
reinserción social, controlar enfermedades al interior de los
recintos penales, mejorar acceso de salud, favorecer la promoción y prevención al
interior de los recintos penales, educar a la población penal, educar a los
funcionarios de custodia, disminuir la violencia intrapenitenciaria, y trabajar en
equipo.
58
en prisión por delitos relacionados con tráfico de drogas. Al año
2013, en el SPF, los índices de población extranjera eran 85% proveniente de
países de la región; 9% proveniente de Europa; 4% de origen africano.
En Costa Rica, el 26,2% de los reclusos extranjeros son detenidos por motivos
relacionados al tráfico de drogas y estupefacientes; 33,9% delitos contra la
propiedad y un 15% delitos contra la vida. La distribución etaria es 53,6 % entre 18
y 35 años; 45,4% entre 36 y 64 años y 1% 65 o más (Departamento de
investigación y Estadística, 2014)).
59
En México, para el año 2012 había 2,593 personas en reclusión
de origen extranjero (1,08%), 2,384 son hombres y 209 mujeres, cuyas principales
nacionalidades son de estadounidenses (761), guatemaltecos (564), hondureños
(475) y colombianos (187).
60
CAPÍTULO IV
61
deben rendir cuentas a la comunidad en su conjunto sobre los
procedimientos aplicados. Sin embargo, pese a este avance a lo largo del tiempo,
se evidencia que en la región –en el marco de una política constante de
endurecimiento y extensión de las penas privativas de libertad- los desafíos
vinculados a la vulneración de los derechos humanos de los reclusos tienen un
largo camino por recorrer (INDH, 2013).
10
Adoptadas por el Primer Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del
Delincuente, celebrado en Ginebra en 1955, y aprobadas por el Consejo Económico y Social en sus
resoluciones 663C (XXIV) de 31 de julio de 1957 y 2076 (LXII) de 13 de mayo de 1977. Disponible en
http://www.dpp.cl/resources/upload/files/documento/10bcc63b9aced108008cf2e405a511c8.PDF
62
En general, los instrumentos internacionales apuntan a
establecer mejoras respecto de la situación de los centros penitenciarios y apela a
la dignidad inherente del ser. Así, en el artículo 10 del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos11, señala que toda persona privada de libertad será
tratada humanamente y con el respeto debido a la dignidad inherente al ser
humano.
11
Adoptado y abierto a la firma, ratificación y adhesión por la Asamblea General en su Resolución
2200 A (XXI), de 16 de diciembre de 1966. Disponible en
http://www.acnur.org/t3/fileadmin/scripts/doc.php?file=biblioteca/pdf/0015
12
Adoptados y proclamados por la Asamblea General en su resolución 45/111, de 14 de diciembre de 1990.
Disponible en
http://www.dpp.cl/resources/upload/files/documento/539296b013e4c7dbde39031bfb82bf78.PDF
13
Adoptado por la Asamblea General en su resolución 43/173, de 9 de diciembre de 1988. Disponible en
http://www.acnur.org/t3/fileadmin/scripts/doc.php?file=t3/fileadmin/Documentos/BDL/2013/9049
14
Adoptada en San José, Costa Rica el 22 de noviembre de 1969. Su entrada en vigor fue el 18 de julio de
1978, conforme al Artículo 74.2 de la Convención. Disponible en
http://www.acnur.org/t3/fileadmin/scripts/doc.php?file=biblioteca/pdf/0001
63
exterior; los procedimientos de inspección y de reclamos por
parte de la población penitenciaria; la situación de las personas que no han sido
condenadas; las medidas no privativas de libertad y la administración de los
centros penitenciarios. Del mismo modo, algunos de los instrumentos abordan
categorías especiales de los internos: mujeres; extranjeros; condenados a presidio
perpetuo o a muerte; menores de edad, entre otros (Organización de Naciones
Unidas, 2005).
a) el hacinamiento y la sobrepoblación;
(b) las deficientes condiciones de reclusión, tanto físicas, como
relativas a la falta de provisión de servicios básicos;
(c) los altos índices de violencia carcelaria y la falta de control efectivo
de las autoridades;
(d) el empleo de la tortura con fines de investigación criminal;
(e) el uso excesivo de la fuerza por parte de los cuerpos de seguridad
en los centros penales;
(f) el uso excesivo de la detención preventiva, lo cual repercute
directamente en la sobrepoblación carcelaria;
(g) la ausencia de medidas efectivas para la protección de grupos
vulnerables;
(h) la falta de programas laborales y educativos, y la ausencia de
transparencia en los mecanismos de acceso a estos programas;
(i) la corrupción y falta de trasparencia en la gestión penitenciaria
(Comisión Interamericana de Derechos Humanos, 2011, p. 1).
64
A lo largo de este estudio, se han evidenciado las graves falencias de los
sistemas penitenciarios latinoamericanos. Por una parte, se pueden agrupar los
vinculados a la infraestructura de los centros penales (en casos en los que incluso
el acceso al agua potable es limitado), mientras que por otra se encuentran las
condiciones de seguridad de los internos, o mejor dicho de inseguridad, donde
existe un número importante de reos muertos en riñas o motines. Además, cada
grupo minoritario (mujeres y extranjeros, por ejemplo) implica en los sistemas
distintos desafíos que ponen en entredicho la ejecución y eficacia de los derechos
humanos para la población intramuro.
Así, los tratados internacionales y las mismas leyes de los países configuran lo
que se conoce como cárcel legal, mientras que la de los problemas y la que nos
encontramos en la totalidad de los países de la región es la cárcel real.
65
Respecto del traslado de internos para que cumplan sus penas
en su país de origen, la Organización de Naciones Unidas (ONU) ha sostenido
que una persona condenada cumple de mejor manera en el país del que es
nacional (Ministerio de Justicia de Chile, 2013). En pos del cumplimiento de este
objetivo, es que la ONU ha propiciado la firma de distintos convenios, tratados y
convenciones para el traslado de los internos.
Los principales instrumentos a nivel internacional respecto a esta temática, son los
abordados a continuación:
15
Disponible en http://conventions.coe.int/Treaty/en/Treaties/Html/112.htm
66
distinto al que había sido condenado. Sin embargo, es con el
Convenio de Estrasburgo (firmado bajo el seno del Consejo de Europa) que se
logra una regulación mayor respecto del traslado de personas condenadas (Sierra
Rodríguez, 2012).
67
En la región, el Convenio de Estrasburgo ha sido ratificado sólo
por seis países: Chile y Costa Rica en 1998, Panamá en 2009, Ecuador en 2005,
México en 2007 y Honduras en 200 (Consejo de Europa).
16
Disponible en
http://www.dpp.cl/resources/upload/files/documento/38664fa2c4cf489184e31a7d9ad48dbe.PDF
17
Disponible en http://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-1985-10554
68
En el caso de Chile, el año 2012, el Congreso aprobó la Ley de
Indulto General presentada por el gobierno del Presidente Sebastián Piñera que,
en el caso de los extranjeros, establecía el extrañamiento a su país de origen a
quienes estuviesen cumpliendo una condena por sentencia ejecutoriada y que (1)
no hayan contado, al momento de cometer el delito por el cual se encuentran
cumpliendo condena privativa de libertad, con el permiso de permanencia
definitiva en el país; (2) que hayan tenido un tercio de la pena cumplida (en el caso
de penas inferiores a cinco años), la mitad de la pena (en el caso de penas
superiores a cinco años e iguales o inferiores a diez años), tres cuartas partes de
la pena (en el caso de penas superiores a diez años). Cabe señalar que el Indulto
no aplica a penas de presidio perpetuo y presidio perpetuo calificado. (3) Que
hayan elevado la solicitud de indulto en un plazo máximo de un mes desde la
vigencia de la ley. El indulto fue votado con la indicación de que quienes hayan
sido beneficiados por éste, tendrían estrictamente prohibido el ingreso al país por
diez años, debiendo cumplir la pena conmutada en Chile en el caso de desacatar
esta disposición (Gobierno de Chile, 2012). El año 2012, se acogieron a este
indulto 762 extranjeros, principalmente de países limítrofes (Gendarmería de
Chile).
69
Los términos de rehabilitación y reinserción han sido usados
como sinónimos o de manera intercambiable. Esta falta de claridad conceptual
genera escasa rigurosidad a la hora de definir los tipos de metodologías y
prácticas que puedan considerarse rehabilitadoras o reinsertadoras (CESC, 2008).
18
“Nada funciona”.
19
“Qué funciona”.
70
Conforme a la capacidad de castigo característico de los recintos
penitenciarios, es necesario que el ejercicio de rehabilitación sea un eje central
para obtener un cambio en la conducta delictiva, influyendo en la habilidades
personales y posibilidades del individuo delincuente (Duff, 2001, citado en
Vermeulen y Deuree, 2014).
Por otro lado, la labor de los servicios penitenciarios no termina con la entrega de
herramientas rehabilitadoras durante el encierro. Para conseguir resultados
exitosos en el camino posterior al encierro, también son necesarios programas de
reinserción social. Esto es, el apoyo dado a los delincuentes durante el re-ingreso
en la sociedad tras el encarcelamiento (UNODC, 2006), buscando posicionar a los
infractores en sectores productivos. De esta manera, puede dar cuenta de las
nuevas habilidades obtenidas dentro del recinto penitenciario, las que fueron
desarrolladas, por ejemplo, gracias a los tratamientos sobre adicciones, centros
educativos y centros de enseñanza en trabajos primarios.
Es prioritario tener una política que cierre el círculo y que no se limite a apostar
hacia el encarcelamiento como su función principal, sino garantizar a quien está
privado de libertad, mejores oportunidades de egreso (Espinoza, 2014). Es por ello
que la preocupación principal en torno a la rehabilitación y reinserción social,
71
debe ser la reducción de las tasas de reincidencia y la adecuada
resocialización de la población penitenciaria.
72
presentan dentro de sus misiones algún objetivo concreto que
comprenda la mejora de los sistemas carcelarios en particular. Más aún, “la región
comparte respuestas de política pública que han sido dirigidas principalmente, e
independiente de la tendencia ideológica de los gobiernos, al control y represión
de la delincuencia” (Dammert & Zúñiga, 2007, p.11).
Tabla 13
Misión Institucional de las Respectivas Direcciones Administrativas.
Dirección
Administrativ
País a Misión Organizacional
Servicio Lograr que las personas privadas de la libertad
Argentin Penitenciario adquieran pautas de conducta y herramientas para su
a Federal reinserción en la sociedad (SPF, s.f.).
Desarrollar programas de reinserción social que
Gendarmería tiendan a disminuir las probabilidades de reincidencia
Chile de Chile delictual (Gendarmería de Chile, s.f.).
Dirección
Nacional de
Rehabilitación Rehabilitar y reinsertar a personas adultas privadas de
Ecuador Nacional libertad.
Órgano Coordinar la política penitenciaria de prevención del
administrativo delito y readaptación social, en estricto apego a la ley y
México desconcentra respeto a los derechos humanos (SEGOB, s.f.).
73
do de
Prevención y
Readaptación
Social
Dirección
General del Brindar ayuda y labor asistencial a los privados de
Sistema libertad y a los liberados, de modo que puedan
Panamá Penitenciario reincorporarse útilmente a la sociedad (MINGOB, s.f.).
Instituto Reinsertar socialmente a personas privadas de
Nacional libertad, liberados y sentenciados a penas limitativas
Perú Penitenciario de derechos (INPE, s.f.).
Rehabilitar y reinsertar socialmente a la población
penitenciaria en un contexto de justicia y orden, en el
Instituto marco del respeto de los derechos humanos de todos
Nacional de los involucrados (Instituto Nacional de Rehabilitación,
Uruguay Rehabilitación s.f.).
Entregar apoyo integral a adolescentes en conflicto con
la ley penal, mediante normas, políticas, programas,
proyectos y actividades coordinadas con las
instituciones relacionadas (Ministerio de Justicia,
Derechos Humanos y Cultos, s.f.).
Fuente: Elaboración propia, 2014, con información entregada por las Respectivas
Direcciones Administrativas.
74
Las buenas intenciones propuestas en las misiones
institucionales de las administraciones carcelarias, sin una disposición de
presupuesto penitenciario que las financie y las distinga como una prioridad, sitúan
a la población penitenciaria en un escenario disonante entre la misión institucional
y los medios concretos destinados a los mencionados programas.
75
b) Principio de necesidad, describe el “qué” hacer durante el
tratamiento. El tratamiento debe estar orientado a los factores de riesgo
dinámicos, susceptibles de intervención.
76
resocialización, lo que ha fortalecido la crisis del sistema
penitenciario. En la mayoría de los países de América Latina y el Caribe, la
inversión es mínima y/o, en algunos casos, inexistente. Para los gobiernos, la
prioridad en rehabilitación o reinserción se encuentra lejos de los programas
medulares de su accionar. Este asunto se complica debido a que la población y
los actores públicos, ven en la figura de la cárcel, el final del camino de una
carrera criminal (Dammert, ¿Qué hacemos con las cárceles?, 2014), cuando en
realidad, la experiencia indica que es la entrada a ésta. Lo anterior se refleja en los
elevados índices de reincidencia en la región, que han sido liderados por Brasil y
Chile, donde alcanza el 47.4% y el 68.7%, respectivamente, en base al total de su
población carcelaria (PNUD, 2013).
77
En este sentido, es necesario que los Estados latinoamericanos
hagan un uso eficaz de su capacidad de sancionar, de diseñar y financiar los
programas de rehabilitación y reinserción post-penitenciaria pues, si bien se han
gestado iniciativas y programas vinculados con el sector privado, su impacto es
aún menor y su repercusión, limitada (PNUD, 2013, p. 126).
Las experiencias con la iglesia, en particular con la evangélica, han generado una
visión de altruismo respecto a esta institución. Es necesario que su participación e
intervención sea regulada y que reciba subvenciones (Morales, 2014).
78
intención de institucionalizarse. Su fin es poder enfrentar la crisis
del sistema penitenciario que afecta a los países de la región (CIDH, 2007).
79
Las intervenciones apoyadas en evidencia pueden ser una base
para la creación de buenas prácticas, de aquello que funciona y se obtienen
resultados positivos, pero los buenos resultados de una intervención, no se podrán
aislar ni entender adecuadamente sin un análisis del contexto que circunda a los
beneficiarios y a la entidad ejecutora.
80
efectos de estos factores. Con el pasar de los años surgió el Plan
de Desarrollo de Medellín 2008- 2011, en el cual se adscribe el programa Fuerza
Joven, que tiene dentro de sus objetivos, la reinserción social de la población
penitenciaria.
Tabla 14
Programa Fuerza Joven- Colombia.
País Colombia
Nombre del
proyecto Programa Fuerza Joven.
Ámbito
temático Prevención, rehabilitación y reinserción.
Municipio de Medellín.
Colaboradores:
-Programa Paz y Reconciliación dependiente de la Secretaría de
Gobierno.
-UNICEF.
-Ejército Nacional Batallón Pedro Nel Ospina.
Entidad
ejecutora -Policía Nacional.
-Juntas de Acción Comunal y 276 Instituciones Educativas
Locales.
Prevenir la comisión de delitos de la población juvenil de entre
14 y 29 años de edad, entregándoles alternativas a la violencia y
el crimen.
Apoyar la reintegración social y económica de los
desmovilizados de los grupos armados que han suscrito
Objetivos acuerdos con el Gobierno Nacional.
Impulsar la reinserción social de la población carcelaria,
81
excarcelaría y pospenada, mediante un acompañamiento
psicosocial, con el fin de contribuir a la disminución de los
índices de delincuencia.
Cobertura de
Beneficiarios 1.500 jóvenes.
Cobertura
Territorial Municipal.
Fuente de
Financiamiento Municipal.
La evaluación aborda el nivel de resultados, expresados en el
número de actividades realizadas y coberturas alcanzadas. Se
destaca el desarrollo de procesos de retroalimentación a través
de dinámicas periódicas y permanentes, basadas en la
comunicación entre el equipo coordinador, los equipos
Evaluación y profesionales de los programas y otras instituciones vinculadas a
Resultados la ejecución.
Fuente: Elaboración propia, 2014, con información entregada por: (CESC, 2013),
BUENAS PRÁCTICAS EN PREVENCIÓN DEL DELITO EN AMÉRICA LATINA Y
EL CARIBE, Programa Fuerza Joven. Compendio del Primer Concurso de Buenas
Prácticas en Prevención del Delito en América Latina y El Caribe (2011).
82
Tabla 15
Programa Casas por Cárceles- Argentina.
País Argentina
-Trabajo
Objetivos
-Educación
-Vínculo familiar/comunitario
83
gasto/resultados.
Se evidencia:
-Resultados favorables en el
comportamiento del detenido en
relación a sus pares y personal
penitenciario.
84
En Chile, en el marco de la ley 20.191 21 de Responsabilidad
Penal Adolescente, en vigencia desde junio 2007, se establece un sistema de
justicia penal para los jóvenes mayores de 14 años y menores de 18 años. Es así
que, junto con hacer cumplir las sanciones que impongan los tribunales, es misión
del nuevo sistema de ejecución de penas materializar los programas necesarios
para lograr la reinserción social de los y las adolescentes en conflicto con la
justicia y su consecuente responsabilización, mejorando las condiciones para que
los usuarios concluyan sus estudios. Esta misión, parte de la hipótesis de que ello
disminuye la probabilidad de reincidencia. Bajo este diagnóstico, es que surge el
Proyecto de Reescolarización de Jóvenes Privados de Libertad.
Tabla 16
Proyecto de Reescolarización de Jóvenes Privados de Libertad – Chile.
País Chile
21
En la Ley se señala que se debe “garantizar la continuidad de los estudios básicos, medios y especializados,
incluyéndose reinserción escolar, en el caso de haber desertado del sistema escolar formal, y la participación
en actividades de carácter socioeducativo, de formación, de preparación para la vida laboral y de desarrollo
personal” (CESC, 2013)Proyecto de Reescolarización de Jóvenes Privados de Libertad – Chile.
85
Objetivos de privación de libertad provisoria o
cumpliendo condena.
-Múltiples reconocimientos de
86
instituciones públicas y privadas.
-Incorporación de la institución en
instancia nacional del Ministerio de
Educación para diseñar modelo
educativo para jóvenes privados de
libertad.
En Perú, bajo una lógica de lograr la reinserción laboral del interno desde dentro y
fuera del establecimiento penitenciario, surge el Programa de Tratamiento
C.R.E.O., que apunta a orientar el tratamiento psicológico y la asistencia social,
fortaleciendo las competencias sociales del penado.
Tabla 17
Programa de Tratamiento C.R.E.O. Construyendo Rutas de Esperanza y
Oportunidades – FO.CO.S. Fortalecimiento de Competencias Sociales para la no
reincidencia delictiva en Liberados.
País Perú
87
Estado.
- Evaluación de Entrada
- Evaluación de Proceso
- Evaluación de Salida
- Evaluación de Impacto
A nivel de resultados:
88
ha permitido la generación de espacios
dentro de los establecimientos penales,
con grupo de internos focalizados en
actividades estructuradas.
Tabla 18
Apoyo a la reforma de las instituciones para personas privadas de libertad
País Uruguay
89
Nombre del proyecto Apoyo a la reforma de las instituciones
para personas privadas de libertad
90
decisiones que están siendo
actualmente implementadas.
Fuente: Elaboración propia, 2014, con información entregada por: Ministerio del
Interior de Uruguay en conjunto con la Organización Internacional del Trabajo
(OIT): El trabajo dentro de las cárceles y la inserción laboral de las personas
liberadas del sistema penitenciario, (2011) y Centro Interamericano para el
Desarrollo del Conocimiento en la Formación Profesional.
91
4.3 Medidas Alternativas a la Prisión
A lo largo del presente informe, se ha dado cuenta de los múltiples desafíos que
aún tienen -en diferentes materias- los recintos penitenciarios. Con esta
información como telón de fondo, es necesario plantearse la posibilidad de menos
cárcel. Una buena política penitenciaria no sólo se refiere a la construcción de más
cárceles y su gestión, sino que también en la descongestión del sistema y en la
búsqueda de alternativas concretas a la prisión (Santibañez, 2011). No es obvio ni
natural que la primera respuesta frente al delito sea la privación de libertad. Más
aún, la UNODC señala que el encarcelamiento resulta –en muchos casos-
contraproducente para los objetivos de rehabilitación y reinserción para aquellos
(as) reclusos (as) condenados (as) por delitos menores y para ciertos grupos
vulnerables determinados de la población (UNODC, 2010). Sin embargo, la
privación de libertad se ha constituido en castigo generalizado, a pesar de la poca
evidencia que existe en su mejoramiento en la seguridad pública (UNODC, 2010).
Por el contrario, la evidencia sugiere que el encarcelamiento obstaculiza la
apropiada reinserción a la vida en el exterior, contribuyendo a la reincidencia, una
vez recuperada la libertad.
92
comunidad, tales como la incubación de enfermedades como
tuberculosis y SIDA. Actualmente, el uso excesivo de la pena de detención y
encarcelamiento ha traído una serie de desafíos para la región en torno a
reinserción social y protección de los derechos humanos de los privados de
libertad, por cuanto la dependencia irrestricta a este tipo de penas ha prevalecido
sobre alternativas más económicas y efectivas y a su vez, ha instaurado una serie
de consecuencias no muy positivas.
93
No obstante lo anterior, la libertad de las personas a la espera de
un juicio puede “estar subordinada a garantías que aseguren la comparecencia del
acusado en el acto del juicio, o en cualquier momento de las diligencias
procesales y, en su caso, para la ejecución del fallo” (UNODC, 2010, p. 22). Es
decir, sólo en la medida que no puedan adoptarse medidas sustitutivas, el sistema
penal podrá optar por la detención preventiva.
94
con los requisitos monetarios de los depósitos. Es el caso de la
mayoría absoluta de las personas en prisión preventiva en América Latina
(UNODC, 2010). Reducir a esta población penal es posible en la medida que se
examinen, caso a caso, las condiciones para obtener la libertad. Para esto, es
necesario que los jueces pueden acceder rápidamente a la información general
del acusado (a), las fechas fijadas para los juicios sean razonables y se mantenga
una comunicación fluida con el acusado (a) y su entorno cercano (UNODC, 2010).
95
contraposición, como medidas alternativas a ésta sirven para
descongestionar los recintos penitenciarios.
Tabla 19
Medidas cautelares alternativas a la prisión preventiva en los códigos procesales
penales reformados.
País Otras
de
ante
a
autoridad nacional o
determinados lugares
Arresto domiciliario
Presentación
Prohibición
periódica
concurrir
Arraigo
Fianza
local
Argentina – X X X X X
Provincia de
Buenos Aires
-Prohibición de acercarse al
ofendido.
96
Costa Rica X X X X X -Abandono de domicilio por VIF.
-Prohibición de acercarse al
ofendido.
Ecuador X X X X
-Obligación de no realizar
97
actividad.
-Colocación de localizadores
electrónicos.
Perú X X X X X
Al igual que las penas privativas de libertad, las alternativas de ésta deben
enmarcarse dentro del respeto de los derechos humanos. Por lo tanto, no deben
contemplar ni el castigo corporal ni aquellos que se consideren humillantes. La
privación de libertad tiene un componente punitivo evidente, que no lo es del todo
claro en las medidas alternativas de privación de libertad (UNODC, 2010). Por lo
mismo, la condena alternativa debe estar claramente identificada en el marco
98
legal, de tal forma que el componente punitivo sea identificable,
tanto por el delincuente como por la opinión pública. No hay que olvidar que las
penas sustitutivas requieren del consentimiento formal del condenado. No
obstante lo anterior, este tipo de medidas deben basarse en criterios establecidos
y vinculados al tipo y gravedad del delito, así como los antecedentes de la persona
condenada, los objetivos de la condena y los derechos de las víctimas (UNODC,
2010).
99
Mandamiento de restitución a la víctima o de
indemnización: desde la perspectiva del delincuente, es una sanción
económica. También genera problemas para determinar el monto a pagar
con la capacidad de pago del delincuente. Este problema es
particularmente fuerte en América Latina, donde la mayoría de los
delincuentes condenados son pobres y pueden aportar sumas
insignificantes, dando cuenta que la cárcel es, finalmente, un castigo para
los pobres. A su favor, pone un resarcimiento a disposición de las víctimas.
La restitución efectiva requiere de un grado de supervisión por parte del
Estado.
Suspensión de la sentencia o condena diferida: consiste en la
formalización de amenaza de encarcelamiento, pero ésta no se concreta
ante la condición de cumplimiento de las condiciones fijadas por el juez.
Régimen de prueba y vigilancia judicial: no está contemplado por las
Reglas de Tokio, por lo que existen diversas versiones sobre esta medida.
A grandes rasgos, consiste en una entidad gubernamental que presta
información al sistema de justicia penal, sobre si los delincuentes cumplen
las condiciones impuestas por el juez.
Imposición de servicios a la comunidad: consiste en un trabajo u horas
de trabajo sin remuneración y con una supervisión adecuada. Ejemplo de
esta medida son las órdenes judiciales de servicio a la comunidad por
quienes conducen bajo los efectos del alcohol. No obstante, en esta pena
deben ser coherentes la forma de controlar el cumplimiento, así como la
oferta de prestaciones.
Obligación de acudir regularmente a un centro determinado: consiste
en la asistencia del condenado (a) a unas instalaciones, donde pasa el día
y vuelve a su casa por la noche. Estas instalaciones pueden servir para
diversas intervenciones terapéuticas. Requieren de una infraestructura
desarrollada.
100
Arresto domiciliario: Puede ser total o limitado. Éste
último alivia la carga para el entorno del condenado (a) y le permitiría
mantener un trabajo remunerado.
Cualquier otro régimen que no entrañe reclusión: las Reglas de Tokio
contemplan esta alternativa, aunque sostienen que ésta debe estar
claramente definida en la legislación. Alguna combinación de las sanciones
precedentes: El principio más importante a la hora de combinar categorías,
es que el efecto punitivo no sea excesivo (UNODC, 2010, pp. 34-47)
(Santibañez, 2011).
En Chile, desde el 27 de diciembre del año 2013 está vigente la Ley 20.603, una
modificación realizada en torno a las penas sustitutivas a la reclusión. Esta
reformulación plantea que las penas sustitutivas pueden ser establecidas por el
tribunal previa constatación de requisitos legales, en sustitución de una pena
restrictiva de libertad (cárcel).
101
-Remisión condicional de la pena: sustitución de la pena de
reclusión por un control administrativo realizado por Gendarmería por un tiempo
determinado (ej. Firma mensual).
El caso de Costa Rica también es destacable. En junio del año 2002 se realizó
una reforma integral al código penal, el cual incluye la consideración de las
medidas alternativas como aquellas que son ejecutadas en sentencia cuando se
haya materializado una condena a prisión y ésta sea modificada por el juez. Entre
tales medidas alternativas se cuentan la multa, el arresto domiciliario, detención de
102
fin de semana, servicio comunitario, limitación de residencia o
extrañamiento. Aquellos penados con condenas de hasta 3 años o superior
descontadas a la mitad, pueden apelar a alguna de estas condenas alternativas a
la reclusión. Su incumplimiento implica la revocación inmediata.
103
Cortes de Drogas. Éstos consisten en modalidades para
canalizar a los usuarios de drogas acusados de delito, en vez de la sanción penal.
Tienen la limitación de atender sólo a usuarios acusados de posesión o delitos
menores asociados a ésta. Si bien es una medida parcial, es una respuesta para
un problema complejo. Hoy en día, dichos tribunales se están comenzando a
aplicar en Argentina, Chile, Panamá, República Dominicana y El Salvador y han
funcionado con éxito en República Checa, Portugal, Reino Unido, entre otros
(Giacomello, 2014). Los beneficios que han presentado en esto últimos países, y
que podrían ofrecer en América Latina, son múltiples, entre los que destacan:
reducir los costos para el Estado; reducir el hacinamiento penitenciario y todos los
problemas que éste implica; reducir la reincidencia y delincuencia juvenil; agilizar
el funcionamiento del sistema de justicia; y abogar por políticas cuyo centro sean
las personas y la comunidad (Giacomello, 2014, p. 10).
104
voluntariamente su intención de participar), con la herramienta
legal denominada suspensión condicional del procedimiento. El programa funciona
inserto en los Juzgados de Garantía y opera mediante un convenio financiero y
técnico entre el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del
Consumo de Drogas y Alcohol (SENDA) y el Ministerio Público.
105
Remisión: es una forma de liberación sin condiciones,
otorgada de forma automática, una vez que se ha cumplido una parte de la
pena, o bien se puede reducir parte de ésta.
Indulto: es una forma de liberación, sin condiciones, por gracia del jefe de
Estado. Existen dos modalidades. La primera deja sin efecto la sentencia y
la segunda, también conocida como amnistía, adelanta la fecha de
liberación (UNODC, 2010, pp. 55-59).
Uno de los problemas que presentan estas medidas, es que socavan la autoridad
de los tribunales, afectando la confianza pública. Por otro lado, estas medidas no
siempre resultan equitativas. Por lo que debe asegurarse un mecanismo que
garantice dicha equidad. En este sentido, el haber cumplido parte de la pena,
resulta una medida aplicable sin arbitrariedades. Asimismo, las condiciones para
las excarcelaciones anticipadas deben fijarse cuidadosamente. Éstas deben
basarse en dos principios: ayudar a la reinserción de los (as) reclusos (as) y
ejercer un control sobre ellos durante el tiempo que duren esas condiciones.
Esta medida benefició a cuatro grandes grupos de condenados: (1) Mujeres; (2)
Población con permiso de salida controlada al medio libre; (3) Población sujeta a
la medida alternativa de Reclusión Nocturna; y (4) Extranjeros. En la ley, se
especifican las condiciones que debían cumplir los segmentos de la población
favorecida por este indulto y especialmente se señala que el beneficio no se aplicó
a personas condenadas a presidio perpetuo.
22
Disponible en http://www.leychile.cl/Navegar?idLey=20588&idVersion=2012-06-01
106
Al año 2012, el Indulto General Conmutativo había beneficiado a
3.330 personas, de las cuales 762 correspondían a extranjeros que fueron
trasladados a su país de origen (Gobierno de Chile, 2012).
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121
Anexo
122
Anexo 1
Tipo de administración en América Latina (países seleccionados).
Centralizado/
Descentralizado
Ministerio (respecto del
responsab Ministerio Desconcentra
País le Administración responsable) do
Ministerio
de Justicia
y Derechos Servicio Penitenciario
Argentina Humanos Federal Centralizado Sí
Ministerio Departamento
Brasil de Justicia Penitenciario Nacional Centralizado Sí
Ministerio
Chile de Justicia Gendarmería de Chile Centralizado Sí
Ministerio Instituto Nacional
de Interior y Penitenciario y
Colombia de Justicia Carcelario Descentralizado N.D
Ministerio
Costa de Justicia Dirección General de
Rica y Paz Adaptación Social Centralizado N.D
Ministerio
de Justicia
y Derechos Dirección Nacional de
Ecuador Humanos Rehabilitación Nacional Descentralizado N.D.
El Ministerio Dirección General de Centralizado N.D.
123
Salvador de Centros Penales y
Seguridad Readaptación
Pública y
Justicia
Ministerio
de
Guatemal Gobernació Dirección General del
a n Sistema Penitenciario Centralizado N.D.
Secretaría
de Interior y Instituto Nacional
Honduras Población Penitenciario Centralizado Sí
Órgano Administrativo
Secretaría Desconcentrado
Gobernació Prevención y
México n Readaptación Social Centralizado Sí
Ministerio
de
Gobierno y Dirección General del
Panamá Justicia Sistema Penitenciario Centralizado No
Ministerio
de Justicia Dirección General de
Paraguay y Trabajo Institutos Penales Centralizado N.D
Ministerio Instituto Nacional
Perú de Justicia Penitenciario Descentralizado
Procuradurí
República a General
Dominican de la Dirección General de
a República Prisiones Centralizado No
Uruguay Ministerio Instituto Nacional Descentralizado N.D.
124
de Interior de Rehabilitación
N.D.: no hay datos disponibles.
Anexo 2
Presupuesto Penitenciario en América Latina y su relación de la institución a cargo
(millones de USD vigentes al año).
125
% % % %
El Salvador Ramo de justicia y Seguridad Pública 35 30 33 36
Administración del Sistema Penitenciario 3 3 3 4
10,61 10,11
% 7,25% % 9,88% %
Guatemala Gobernación 345,27 371,5 326,3 420,6
Administración de asuntos penitenciarios 22,34 30,2 31,5 33,4
% 6,47% 8,12% 9,66% 7,93%
Honduras Secretaría de Seguridad 140,3 171,1 176,4 164,4
Servicios especiales preventivos 15 16,7 15,1 15,6
10,65
% % 9,78% 8,59% 9,48%
México Secretaría de Seguridad Pública 1.805 2.382 2.479 2.872
Órgano Administrativo Desconcentrado
Prevención y Readaptación Social 226 490 554 869
11,46 20,09 22,41 30,32
% % % % %
Panamá Ministerio de Gobierno 299 383 520 183
Servicios Penitenciarios y custodia de
menores y centros penitenciarios 22 25 54 31
10,45 16,86
% 7,45% 6,66% % %
República
Dominicana Procuraduría General de la República 68 71 73 68
Rehabilitación Social de las Personas
Privadas de Libertad N.D. N.D. 23 21
32,04
% N.D. N.D. % 31%
Perú Sector Justicia (06) 185 203 262 294
126
Instituto Nacional Penitenciario 83 85 109 127
44,60 42,04 41,56 43,17
% % % % %
Uruguay Ministerio del Interior 403 37 524 628
Gestión de la privación de la libertad 16 N.D. 99 104
18,93 16,50
% 4,08% N.D. % %
* Institución nacional (federal) y ámbito de asignación específica de gasto
(egreso). En los casos que no se mencione, los datos se refieren a programación
anual.
127
conviertieron a USD con el tipo de cambio del 31 de dic del año
anterior, ya que el presupuesto en México se aprueba en diciembre y tiene
vigencia a partir de enero; Panamá: Ministerio de Finanzas. Perú: Instituto
Nacional Penitenciario; Uruguay: Contaduría General de la Nación, se refiere a
recursos ejercidos.
128
Anexo 3
Organismo encargado de la formación, requisitos de ingreso y
duración de la formación del personal penitenciario en Centroamérica, México y
República Dominicana.
Encargado de
la formación Duración de la
de personal Requisitos de formación mínima para
País de seguridad ingreso incorporarse a trabajar
Plan de estudio de Policía
Penitenciaria: no posee
estructura orgánica, ni
manual de
procedimientos ni
planificación curricular
concreta. El Curso de
Inducción, básico para la
formación del personal
penitenciario, debe tener
una duración de 10 días
(84 horas de capacitación
Escuela de teórico-práctica), período
Capacitación - Ser que no se cumple en la
Costa Rica Penitenciaria costarricense actualidad.
- Tener más de
18 años
- Poseer el Tercer Ciclo de Enseñanza
General Básica (tercer año de secundaria).
(válidos para toda la Fuerza Policial)
El Escuela No se determinan Extraoficialmente 3 a 5
129
Salvador Penitenciaria meses de internado. No
existe información oficial
al respecto
Escuela de -Tener estudios
Estudios mínimos de 3º
Guatemala Penitenciarios básico 4 meses.
- Antecedentes
penales
intachables
Escuela
Penitenciaria
Honduras Nacional Ser hondureño 5 a 6 meses.
Órgano
Administrativo
Desconcentrad - Edad de 20 a
o Prevención y 45 años
Readaptación - Ser mexicano
Social / - Tener estudios
Academia mínimos de Régimen de
Nacional de bachillerato internamiento por 3
Administración - No haber sido meses, formación
Penitenciaria sentenciado por académica y práctica en
México (ANAP) delito alguno prisiones federales.
Academia de
Formación - Edad 20 a 35
Panamá Penitenciaria años 3 meses.
- nivel académico
desde Pre-media
(noveno grado
130
completo) en
adelante.
República Escuela
Dominican Nacional - Edad de 19 a 30
a Penitenciaria años 1 año.
Fuente: elaboración propia, 2014, con información entregada por las respectivas
administraciones.
131
Anexo 4
Funcionarios, organismo encargado de la formación, requisitos de ingreso y
duración de la formación en Sudamérica
Encargado
de la
formación
de
personal Duración de la
de formación mínima para
País seguridad Requisitos de ingreso incorporarse a trabajar
Argentina Instituto Para oficiales: 3 años (Oficiales)
132
superior de
formación y
capacitació
n del
personal
penitenciari
o
3 meses (suboficiales)
Son los suboficiales los
que están en contacto
- Edad entre 18 y 27 años con la población penal
- Ser argentino (nativo), -
Educación secundaria
completa
-Antecedentes intachables
Para suboficiales:
- Edad entre 21 y 32 años
- Ser argentino (nativo o por
opción),
-Antecedentes intachables
-Certificados de estudios
secundarios o polimodal
aprobados.
Escuela de
Gendarmerí
Chile a Para Oficiales 2 años (para oficiales)
- Edad entre 18 y 23 años 1 año (para suboficiales)
- Ser chileno
- Soltero
133
- 4º año de enseñanza media
aprobado
-Antecedentes intachables
Para suboficiales:
- Edad entre 18 y 25 años
- Ser chileno,
- Soltero
- Tener cursado 2º año de
enseñanza media
-Antecedentes intachables.
Escuela
Penitenciari
Colombia a Nacional - Edad entre 18 a 27 años 3 meses.
- Ser colombiano,
- Tener bachillerato
acreditado
-Ser soltero,
- Antecedentes intachables
Escuela de
Formación
Penitenciari
Ecuador a No se determina 2 meses
Dirección
General de
Establecimi
entos
Penitenciari 20 días
Paraguay os - Edad entre 22 y 45 años (aproximadamente)
- Bachillerato concluido -
134
Antecedentes intachables
Centro
Nacional de
Estudios
Criminológi
cos y Régimen interno de 3
Penitenciari meses (práctica
os, profesional de 1 mes en
Perú CENECP - Edad entre 22 y 34 años centros penitenciarios).
- Ser peruano (nativo), - -
Haber aprobado 5° de
secundaria
- Antecedentes intachables.
Dirección
Nacional de
Uruguay Cárceles - Edad entre 18 y 35 años 3 meses.
- Haber cursado 3er año de
Ciclo Básico de Enseñanza
Secundaria -
Conocimientos básicos de
computación
Fuente: elaboración propia, 2014, con información entregada por las respectivas
administraciones.
135
Anexo 5
Evolución de la población penal en Centroamérica, México y República
Dominicana.
País 2000 2004 2008| 2011/2012/2014
13. 684 (mar
Costa Rica - 8297 13008 2014)
El Salvador - 12221 19814 27.652 (jun 2014)
Guatemala - 7424 8412 14.635 (*)(2012)
Honduras - 11236 10809 11.727 (**) (2012)
México 151662 193889 217457 202.319 (2012)
15.578 (mar
Panamá 8515 11282 10978 2014)
República 12.970
Dominicana 14188 (2005) 11179 20.007 (2011)
Fuente: elaboración propia, 2014, con información entregada por las respectivas
administraciones y (*) CIDH (2013) (**) Honduras: Informe de la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos sobre la situación de las personas privadas
de libertad en Honduras (2013) (CIDH)
136
Anexo 6
Evolución de la población penal en Sudamérica.
País 2000 2004 2008 2012/2013/2014
Argentina 37885 62436 60611 61.192 (2012)
Brasil - 336358 440526 413.278 (2012)
Chile 30659 38064 48410 44.986 (oct 2014)
Colombia - 68545 69979 117.311 (may 2014)
Ecuador - 11358 16996 19.177 (*) (2012)
Paraguay 4088 6281 (2005) 5889 7.902 (*) (2012)
Perú 27734 31311 43286 67.273 (2013)
Uruguay 4368 7139 7738 9535(**) (2013)
Fuente: elaboración propia, 2014, con información entregada por las respectivas
administraciones e (*) OEA/CIDH (2013); (**) Uruguay: Informe Anual sobre
violencia y criminalidad en todo el país. (2013)
Anexo 7
Evolución de la tasa de población penal por cada 100.000 habitantes en
Sudamérica.
País 2000 2004 2008 2012/2013
137
Argentina 103 162 152 144
Brasil 133(*) 184 229 259
Chile 215(*) 235 288 295
Colombia 157(*) 161 155 179
Ecuador 65(*) 88 126 79
Paraguay 76 88 94 94
Perú 107 113 150 181
Uruguay 132 215 231 267
Fuente: elaboración propia, 2014, con información de la Conferencia de Ministros
de Justicia de los Países Iberoamericanos (COMJIB). Estadísticas e Indicadores
Armonizados de los Sistemas de Justicia América Latina Septiembre 2012. (*)
Carranza, E. (2012). Situación penitenciaria en América
Anexo 8
Población penal en Centroamérica y República Dominicana, por Edad.
138
Anexo 9
Población penal Sudamérica por Edad
País 18-25 26-40 41-60 61 y +
Argentina 14.553 (18- 24.435 (25- 17.937 (35- 3.475 (54 y
(2012) 24) 34) 54) +).
138.363 (18- 212.573 (25- 113.948 (35- 4814 (60 y
Brasil (2012) (*) 24) 35) 60) +)
Chile 11678 22824 9533 951
49.332 (18- 61.269 (30- 4.973 (55- 1737 (64 y
Colombia (2014) 29) 54) 64) +)
11.350 (18- 34.350 (25- 19.367 (40- 2206 (60 y
Perú (2013) 24) 39) 59) +)
Fuente: elaboración propia, 2014, con información entregada por las respectivas
administraciones (*) OEA/CIDH (2013), hay 7152 sin datos de edad. Octubre
2014, Gendarmería.
Anexo 10
Países de origen de la población penal extranjera
139
Principales países de origen de la población
País extranjera
Argentina Paraguay, Bolivia, Perú
Brasil Bolivia
Chile Bolivia, Perú, Argentina
Costa Rica Nicaragua, Colombia, Panamá
El Salvador Nicaragua, Guatemala, Honduras
México Estados Unidos, Guatemala, Honduras
Panamá Colombia
Perú Colombia, España, Sudáfrica
República
Dominicana Haití, Holanda, Estados Unidos
Uruguay Argentina, Brasil
Fuente: elaboración propia, 2014, con información entregada por las respectivas
administraciones.
Anexo 11
Población penal según situación jurídica en el Centroamérica, México y República
Dominicana
140
Población penal según situación jurídica en
Centroamérica, México y República Dominicana.
74%
80%
68%
65%
64%
59%
70%
51%
50%
50%
49%
60%
41%
50%
36%
35%
32%
40%
26%
30%
20%
10% Condenados
0% Procesados
Fuente: elaboración propia, 2014, con información entregada por las respectivas
administraciones y con información de Carranza, E. (2012) y OEA/CIDH (2013).
141
Anexo 12
Población penal según situación jurídica en Sudamérica
Condenados
20%
Procesados
10%
0%
Fuente: elaboración propia, 2014, con información entregada por las respectivas
administraciones y con información de Carranza, (2012 y OEA/CIDH (2013)
142
Anexo 13
Evolución del porcentaje en prisión preventiva en Sudamérica
143
Evolución del porcentaje de internos en prisión preventiva en
Sudamérica.
0.8
73%
70% 71%
0.7 65% 65%
63% 64%
61%
58% 58%
0.6 55%
50% 49%
48% 48%
0.5
44% 43%
39% 39% 2000
0.4 35%
34% 34%
2004
0.3 26% 2008
24%
2012/2013/2014
0.2
0.1
144
Fuente: elaboración propia, 2014, con información entregada por
las respectivas administraciones y con información de Carranza, (2012 y
OEA/CIDH (2013)
Anexo 14
Año de vigencia de reformas procesales penales y reformas a las leyes de prisión
preventiva con su respectivo año en la región
Año vigencia de la Reforma Año de la Reforma de Ley
País Procesal Penal Prisión Preventiva
Costa Rica 1998 2007
145
El Salvador 2008 1999
2001
2004
2007
Guatemala 1994 2001
2002
Honduras 2002 2005
2012
México 2016
Panamá 2011
República
Dominicana 2004
Provincia de
Buenos Aires 1998 2006
Chile 2000 2005
2008
Colombia 2005 2007
Ecuador 2001 2003
Paraguay 2000 2004
Perú 2006
Fuente: elaboración propia, 2014, con información entregada por (Duce, Fuentes,
& Riego, 2009).
146
Anexo 15
Porcentaje de la Población en Prisión Preventiva antes y después (2 o 3 años) de
la Reforma Procesal Penal en los países de América Latina
Porcentaje de la Post- Porcentaje de la
Pre- población penal Refor población penal
País Reforma esperando condena ma esperando condena.
Costa Rica 1995 28 2000 30
El Salvador 1998 72 2002 49
Guatemala 1993 1996 64
Honduras 1999 88 2005 64
República
Dominicana 2002 67 2006 58
Provincia
de Buenos
Aires 1997 84 2001 87
Chile 1999 51 2007 25
Colombia 2004 43 2007 32
Ecuador 1999 69 2003 65
Paraguay 1996 95 2002 75
Fuente: elaboración propia, 2014, con información entregada por (Duce, Fuentes,
& Riego, 2009)
147
Anexo 16
Límites temporales al uso de la prisión preventiva en las versiones originales de
los nuevos códigos acusatorios.
148
referencia excepcio
a nal de la
normativa prisión
preventiv
a
Costa
Rica (Ley
N° 7.594) SI Cuando su duración exceda 12 meses
El
Salvador
(Decreto En ningún caso puede sobrepasar la pena máxima
Legislativo prevista en la ley, ni exceder el plazo de 12 meses para
N° 904 de los delitos menos graves, so pena de incurrir en
1906) SI responsabilidad penal.
Guatemal Cuando su duración exceda 1 año; pero si se hubiere
a (Decreto dictado sentencia condenatoria pendiente de recurso,
N° 51-92) SI podrá durar 3 meses más.
Regla general de duración es de un año, a menos de que
el delito tenga asignada pena superior a 6 años, en cuyo
Honduras caso son 2 años, ampliables por resolución de la Corte
(decreto Suprema por 6 meses más. Límite definido, la mitad de la
N° 9-99 E) SI pena mínima asignada al delito.
República
Dominican
a (Ley N° Un máximo de 12 meses, y en caso de recurrirse la
76 - 02) SI sentencia condenatoria, hasta 6 meses más.
Provincia
de Buenos
Aires (Ley SI NO
149
N° 11.922)
Chile (Ley
N° 19.696) SI NO
Colombia
(Ley N° Si en 60 días a partir de la imputación no se hubiere
906) SI presentado la acusación o solicitado la preclusión.
Ecuador
(Ley N°
000 No podrá exceder 6 meses, en las causas por delitos
RO/Sup sancionados con prisión, ni de 1 año en delitos
360) SI sancionados con reclusión
Paraguay
(Ley 406) SI No puede exceder la pena asignada al delito
Perú
(Decreto No durará más de nueve meses. Tratándose de procesos
Supremo complejos, el plazo límite de la prisión preventiva no
N° 005) SI durará más de 18 meses.
Fuente: elaboración propia, 2014, con información entregada por (Duce, Fuentes,
& Riego, 2009)
Anexo 17
Edad máxima de permanencia de los hijos e hijas de las internas en
Centroamérica y México
País Edad Máxima
Costa Rica 3 años
El Salvador 5 años
150
Guatemala 4 años
Honduras 4 años
México 6 años
Panamá 1 año
Fuente: Elaboración propia.
Anexo 18
Edad máxima de permanencia de los hijos e hijas de las internas en Sudamérica
País Edad Máxima
Argentina 4 años
Chile 2 años
Colombia 3 años
Ecuador 3 años
Paraguay 2 años
Perú 3 años
Uruguay 4 años ampliables a 8 años
Fuente: Elaboración propia.
151
Anexo 19
Artículos de distintos documentos internacionales de interés para los programas
de cohabitación
Documento Art. Estándar
“En los establecimientos para mujeres deben
existir instalaciones especiales para el
tratamiento de las reclusas embarazadas, de las
que acaban de dar a luz y de las convalecientes.
Reglas Mínimas Hasta donde sea posible, se tomaran medidas
para el Tratamiento para que el parto se verifique en un hospital
de los Reclusos 23 civil”.
“Cuando se permita a las madres reclusas
conservar su niño deberán tomarse
disposiciones para organizar una guardería
infantil, con personal calificado, donde estarán
los niños cuando se hallen atendidos por sus
madres”.
Directrices de
Naciones Unidas
sobre las “Los Estados deberían tener en cuenta el interés
Modalidades superior del niño al decidir retirar la custodia del
Alternativas de niño nacido en prisión o que vive en prisión con
Cuidado de los 48 uno de sus progenitores”.
152
Niños
“La retirada de la custodia de esos niños debería
tratarse del mismo modo que otros casos de
separación”.
“Los recintos destinados al alojamiento de las
reclusas deberán contar con las instalaciones y
artículos necesarios para satisfacer las
necesidades de higiene propias de su género,
incluyendo […] el suministro permanente de
agua para el cuidado personal de niños y
mujeres, en particular mujeres […] que estén
embarazadas o que se encuentren en período de
Reglas de Bangkok 5 lactancia”.
“Cuando se permita que los niños permanezcan en
la cárcel con sus madres, se sensibilizará también
al personal penitenciario sobre las necesidades de
desarrollo del niño y se le impartirán nociones
básicas sobre la atención de la salud del niño a fin
de que pueda reaccionar correctamente en caso
33 de necesidad y de emergencia”.
“El régimen penitenciario permitirá reaccionar
con flexibilidad ante las necesidades de las
mujeres embarazadas, las madres lactantes y
las mujeres con hijos. En las prisiones se
habilitarán servicios o se adoptarán
disposiciones para el cuidado del niño, a fin de
que las reclusas puedan participar en las
42 actividades de la prisión”.
“Se procurará, en particular, establecer programas
153
apropiados para las embarazadas, las madres
lactantes y las reclusas con hijos”.
“Se suministrará gratuitamente a las embarazadas, los
bebés, los niños y las madres lactantes alimentación
suficiente y puntual, en un entorno sano en que exista
48 la posibilidad de realizar ejercicios físicos habituales”.
“No se impedirá que las reclusas amamanten a sus
hijos, a menos que existan razones sanitarias
concretas para ello”.
“Los niños que se encuentren en la cárcel con sus
49 madres nunca serán tratados como reclusos”.
“Se brindará a las reclusas cuyos hijos se encuentren
con ellas el máximo de posibilidades de dedicar su
50 tiempo a ellos”.
“Los niños que vivan con sus madres en la cárcel
dispondrán de servicios permanentes de atención de
salud, y su desarrollo será supervisado por
especialistas, en colaboración con los servicios de
51 salud de la comunidad”.
Comisión Interame- “Cuando se permita a las madres o padres privados
ricana de Derechos de libertad conservar a sus hijos menores de edad al
Humanos, Principios interior de los centros de privación de libertad, se
y Buenas Prácticas deberán tomar las medidas necesarias para organizar
sobre la Protección guarderías infantiles, que cuenten con personal
de las Personas calificado, y con servicios educativos, pediátricos y de
Privadas de Libertad nutrición apropiados, a fin de garantizar el interés
en las Américas X superior de la niñez”.
“Estarán estrictamente prohibidas las medidas de
XXII aislamiento de las mujeres embarazadas; de las
154
madres que conviven con sus hijos al interior de los
establecimientos de privación de libertad; y de los
niños y niñas privados de libertad”.
Fuente: Cornell Law School´s Avon Global Center for Women and Justice and
International Human Rights Clinic, Defensoría General de la Nación de la
República Argentina, The University of Chicago Law School International Human
Rights Clinic. p. 36-37.
Anexo 20
Situación VIH/SIDA y TBC en Sistemas penitenciarios de la región.
Población penitenciaria
Población penitenciaria identificada con Tuberculosis
País identificada con VIH/SIDA (TBC)
Chile 496 (2008) Sin registro
Colombia 156 (2010) 111
Costa Rica 48 (2007) Sin registro
Ecuador 75 (2008) Sin registro
El Salvador 184 (2009) 143
Guatemala 46 (2008) Sin registro
Honduras 49 (2009) 57
Panamá 55 (2010) Sin registro
Perú 56 (2010) 727
República
Dominicana Sin registro Sin registro
Fuente: Análisis comparado regional de los diagnósticos sobre VIH y sida en los
sistemas penitenciarios de 12 países de Latinoamérica, 2011, extraído de
Observatorio VIH y Cárceles.
155
Anexo 21
Resumen Marco Institucional de cada país.
Programa nacional
relacionado al Política o convenios penitenciarios en
País VIH/SIDA VIH/SIDA
Programa Nacional de
Chile Prevención y Atención Convenio de Cooperación Marco entre
Gendarmería y Ministerio de Salud para la
Prevención del VIH/Sida y Atención de las
Integral del VIH/Sida personas que viven con el VIH/Sida
Plan Nacional de
Respuesta ante el VIH
y El Sida Colombia
Colombia 2008-2011
Plan Estratégico Plan estratégico nacional para la
Nacional para la prevención atención y asistencia al
Prevención, Atención y VIH/Sida en Sistema Penitenciario
Costa Rica Asistencia del Costarricense 2006-2010.
VIH y Sida 2006-2010
Programa Nacional de
Prevención y Control de
Ecuador VIH/SIDA-ITS
156
Convenio de cooperación entre el
Ministerio de Salud Pública y Asistencia
Social y el Ministerio de Gobernación
relativo al Control y Prevención de las ITS-
Programa Nacional de VIH-Sida en los centros penales
El Salvador ITS/VIH/Sida. nacionales.
Plan Estratégico
Nacional para la Sub-programa Nacional de Prevención y
Prevención, Atención y Atención de VIH/Sida e ITS con y para
Control del VIH/Sida e población de personas privadas de
ITS. libertad.
Política de Atención
Integral a la Epidemia
del VIH/Sida Mesas integrales de salud
Programa Nacional del
Sida Plan estratégico
para la Prevención,
Atención, y Control de
ITS, VIH, y Sida
Guatemala Guatemala 2006-2010
Planes Estratégicos de
respuesta al VIH y Sida:
PENSIDA I/1998-2002;
PENSIDA II/ 2003-2007
(implementado
actualmente); PENSIDA
Honduras III/2008-2012.
Plan estratégico
Panamá Multisectorial de
157
ITS/VIH/Sida 2003-
2007
Convenio entre el Ministerio de Salud, el
Políticas nacionales Ministerio de Justicia y el Instituto Nacional
Perú contra el VIH/Sida Penitenciario
Estrategia Sanitaria
Nacional de Prevención
y Control de ITS
VIH/Sida
Plan Nacional de Lucha
contra el VIH/Sida y las
Enfermedades de
Transmisión Sexual.
Plan Estratégico
Multisectorial 2007-
2011 para la
Prevención y Control de
las ITS y VIH/SIDA en
el Perú.
Acuerdo entre la Secretaria de Estado de
Salud Pública, la Subsecretaria de Salud
Colectiva, la DIGECITSS, el Programa
Plan Estratégico Nacional de Control de la Tuberculosis, la
República Nacional para la Procuraduría general de la República y la
Dominicana Prevención y el Dirección General de Prisiones
Control de las ITS y el
VIH/Sida 2007-2015
158
Fuente: Análisis comparado regional de los diagnósticos sobre
VIH y sida en los sistemas penitenciarios de 12 países de Latinoamérica, 2011,
extraído de observatorio VIH y cárceles.
Anexo 22
Suscripción a Tratados de Transferencia de Condenados y año de ratificación.
Países del Caribe, Centroamérica y México.
Convención
Convenio de Interamericana para el
Estrasburgo sobre cumplimiento de
Traslado de Personas condenas penales en el
País Condenadas (1983) extranjero (1993)
Costa
Rica SI (1998) SI
El
Salvador SI
Guatemal
a SI
Honduras SI (2009)
México SI (2007) SI
Panamá SI (1999) SI
Fuente: elaboración propia, 2014, con información entregada por las respectivas
administraciones.
159
Anexo 23
Suscripción a Tratados de Transferencia de Condenados y año de ratificación.
Países de Sudamérica.
Convenio de
Estrasburgo sobre Convención Interamericana
Traslado de para el cumplimiento de
Personas condenas penales en el Acuerdos
País Condenadas (1983) extranjero (1993) Bilaterales
Brasil SI
SI
(Argentina,
Brasil,
Bolivia y
Chile SI (1998) SI Perú)
Ecuador SI (2005) SI
Paragua
y SI
Uruguay SI
Fuente: (Gobierno de Chile, 2012).
160
CENTRO DE ESTUDIOS DE GOBIERNO