Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
2 Trabajo de Investigacion
2 Trabajo de Investigacion
Los dos aspectos que definen el conocimiento científico son el aspecto Epistemológico
y el aspecto Metodológico. El primer aspecto se encarga de que la investigación sea
muy rígida, pretendiendo ser totalmente objetiva y racional, encasillada principalmente
en un ámbito filosófico. Los filósofos modernos han rechazado unánimemente este
marco epistémico, que la ciencia no es totalmente objetiva, que hay actos en el proceso
de investigación científica, que no pueden ser justificados totalmente de forma racional.
Este aspecto afecta de manera muy importante los supuestos que se hacen al
investigar y en ocasiones también a los aspectos metodológicos, es necesario revisar,
aunque sea someramente algunos aspectos de la filosofía de la ciencia. Se plantea de
modo esquemático una comparación de posiciones epistémicas. Por otro lado, tenemos
el aspecto Metodológico, este determina la planeación de la manera de cómo se va a
proceder en la realización de la investigación. Aquí debe responderse al nivel de
profundidad a que se quiere llegar en el conocimiento propuesto, al método y a las
técnicas que ha de utilizarse en la recolección de la información.
Si esta propuesta la consideramos correcta, entonces parece que podemos escribir: (1)
P= f(x)
El conocimiento exige - como mínimo - tres etapas:
La etapa de captación del estimulo exterior.
La formación de la imagen perceptiva (P)
El reconocimiento del contenido de P, esto es, la conciencia.
En cuyo caso, la metáfora del espejo sería la descripción idónea: La imagen perceptiva,
resultado de la etapa (a) es igual a la realidad x perteneciente al mundo. La sensación
no pondría nada, el sujeto reflejaría la imagen del mundo y la sensación sería
puramente pasiva. El único problema sería el explicar la etapa (c), pero teorías
epifenomenalistas o teorías homúnculares, podrían intentar realizar esa función. A su
vez, si el resultado de la etapa (c) es C, podremos escribir: (3) C= f(P)
Donde f sería una biyección del complejo P en el complejo C, y entonces, conforme a lo
dicho hasta ahora: (4) IdM = {(x, P):x, P Î M, x=P)
El único problema es que, por definición, P, no pertenece a M, pero quizás fuese más
acertado substituir M por C y escribir (5) IdC= {x, P):x, p Î C, x=P)
Con lo que se considera idéntico el conocimiento con el mundo, pero no el mundo con
el conocimiento, si y sólo si la relación entre un x cualesquiera perteneciente al mundo
es idéntico a su imagen perceptiva. Es importante el matiz que existe la identidad
conocimiento-mundo pero no su conversa- mundo-conocimiento. Si ello fuera verdadero
-la igualdad de mundo-conocimiento- sería preciso que P perteneciese a M, para lo cual
sería preciso que no hubiese diferencia entre lo conocido y el sujeto cognoscente, lo
cual implica que para toda identidad sujeto-objeto de conocimiento, entonces ¬ C, lo
que es absurdo, como es absurdo que C = M pero no es cierto que M= C, lo cual es
absurdo.
-La planteada por Aristóteles. El considero que las ciencias deben ordenar, en atención
a los tres primordiales de la actividad humana: conocer, obrar y producir. Por
consiguiente, habrá ciencias teóricas, ciencias prácticas y ciencias poéticas. El primer
grupo comprende la metafísica, las matemáticas y la física. En el segundo grupo se
encuentran: la moral y la política. Por último, la poética, la retórica y la dialéctica, se
conocen como ciencias poéticas.
-Bacon, por ejemplo, tomo como criterio, la función del espíritu que predomina en cada
ciencia. De acuerdo con este enfoque, habrá ciencias de la memoria, de la imaginación
y de la razón.
-La clasificación por Mario Bunge. De acuerdo con su criterio, se distingue de dos
clases de ciencias: las formales y las fácticas. Las primeras manejan ideas o formas de
ideas sin representación alguna en la realidad. Un ejemplo de estas formas, son los
esquemas validos de razonamiento. Tales esquemas, construcciones ideales, no
proporcionan información acertada de la realidad. El grupo de las ciencias formales,
está compuesto por la lógica y las matemáticas. Las ciencias fácticas si ofrecen
información acerca de la naturaleza, porque se ocupan de objetos o de hechos que
existen fuera de la mente. Entre estos objetos o hechos hay algunos que existen como
productos de la naturaleza; pero hay otros cuya existencia se debe a las intervenciones
del hombre. A los primeros objetos, se les llama naturales; a los segundos, culturales;
por esta razón, a las ciencias fácticas que estudian los objetos o fenómenos naturales,
se les llama ciencias facturales naturales y a las que estudian los fenómenos culturales,
se les llama: ciencias facturales culturales. El oxígeno y el átomo, son ejemplos de los
objetos naturales. Las revoluciones y las actividades electorales, son fenómenos
culturales.
En este sentido, nos encontramos viviendo en sociedades cada vez más individualistas,
tecnológicamente asistida, donde todo corre el peligro de ser instrumentalizado, y
donde impera como valor fundamental y rector la utilidad y la eficacia.
Debemos, de nuevo, repetir que nada del hombre debe escapar a sus esperanzas,
fines y necesidades. Y este humanismo, pues humanismo es vincular la actividad
humana con sus fines, debe servirnos de filtro para el análisis y la evaluación de las
cuestiones de nuestro presente, entre las cuales en una posición preeminente se
encuentra la ciencia y la tecnología.
6. ¿Cuáles son las características de la epistemología de la Grecia antigua y
que tanto de sus aportes tiene vigencia en la actualidad?
A lo largo del siglo V a.C., los sofistas griegos se preguntaron sobre la posibilidad de
que hubiera un conocimiento fiable y objetivo. Por este motivo, uno de los mayores
sofistas, Gorgias, aseguró que nada puede existir en realidad, que si algo se conserva
no se puede conocer, y que si su conocimiento fuera posible, no se podría comunicar.
Otro relevante sofista, Protágoras, mantuvo que ninguna opinión de una persona es
más correcta que la de otra, porque cada individuo es el exclusivo juez de su propia
experiencia. Platón, siguiendo a su ilustre maestro Sócrates, intentó contestar a los
sofistas dando por sentado la vida de un mundo de formas o ideas, invariables e
invisibles, sobre las que es posible recibir un conocimiento preciso y fiable. En el
célebre mito de la caverna, que aparece en uno de sus destacados coloquios, La
República, Platón sostiene que las cosas que uno ve y siente son sombras, copias
imperfectas de las formas puras que estudia la filosofía. Por tanto, sólo el razonamiento
filosófico abstracto suministra un conocimiento verdadero, mientras que la percepción
parte impresiones vagas e indurables.
Concluyó que la observación filosófica del mundo de las ideas es el fin más elevado de
la vida humana. Aristóteles continuó a Platón al considerar que el conocimiento
abstracto es superior a cualquier otro, sin embargo discordó en cuanto al método
apropiado para conseguirlo. Aristóteles conservaba que casi todo el conocimiento se
deriva de la experiencia. El conocimiento se recibe ya sea por vía directa, con la
abstracción de los rasgos que constriñen a una especie, o de manera indirecta,
deduciendo nuevos datos de aquellos ya sabidos, de pacto con las normas de la lógica.
La observación cuidadosa y la adhesión estricta a las normas de la lógica, que por
primera vez fueron expuestas de manera sistemática por Aristóteles, posibilitarían
superar las trampas teóricas que los sofistas habían expuesto. Las escuelas del
estoicismo y del epicureísmo concordaron en que el conocimiento surge de la
percepción, sin embargo, al contrario que Aristóteles y Platón, conservaban que la
filosofía debía ser identificada como una guía práctica para la vida y no como un fin en
sí misma.
Después de varios siglos de declive del interés por el conocimiento racional y científico,
Santo Tomás de Aquino (máximo representante del escolasticismo) y otros filósofos de
la Edad Media cooperaron para reponer la confianza en la razón y la experiencia,
combinando los métodos racionales y la fe en un método unificado de convicciones.
Tomás de Aquino concordó con Aristóteles en tomar la percepción como el punto de
partida y la lógica como el procedimiento intelectual para llegar a un conocimiento fiable
de la naturaleza, sin embargo, estimó que la fe en la autoridad de la Biblia era la
destacada fuente de la convicción religiosa.
Los griegos Antiguos dependían y estaban muy arraigados con sus dioses y héroes, la
naturaleza del mundo y los orígenes y significado de sus propios cultos y prácticas
rituales. Formaban parte de la religión de la Antigua Grecia. Para entender mejor la
naturaleza de la propia creación de los mitos debían adentrarse a sus instituciones
religiosas y políticas, ya que sus mitos eran la base de su estructura social. Los mitos
griegos intentan explicar los orígenes del mundo y detallan las vidas y aventuras de una
amplia variedad de dioses, héroes y otras criaturas mitológicas. Estos relatos fueron
originalmente difundidos en una tradición poética oral, si bien actualmente los mitos se
conocen principalmente gracias a la literatura griega. El interés de la reflexión filosófica
se centraba entonces en torno al ser humano y la sociedad, abandonando el
predominio del interés por el estudio de la naturaleza. Probablemente Sócrates se haya
iniciado en la filosofía estudiando los sistemas de Empédocles, Diógenes de Apolonia y
Anaxágoras, entre otros.
Método deductivo
Método inductivo
Las conclusiones del razonamiento deductivo serán verdaderas sólo si las premisas en
que se basan también lo son. ¿Pero cómo saber si éstas últimas son correctas?. En la
Edad Media las premisas válidas solían sustituirse por el dogma, la fe con lo cual se
llegada a conclusiones inválidas.
Francis Bacon (1561-1626) fue el primero que propuso un nuevo método para adquirir
conocimientos, afirmaba que los pensadores no debían esclavizarse aceptando como
verdades absolutas las premisas transmitidas por las autoridades en la materia. En su
opinión, el investigador tenía que establecer conclusiones generales basándose en
hechos recopilados mediante la observación directa. Bacon aconsejaba observar a la
naturaleza directamente, desechar los prejuicios e ideas preconcebidas que él
denominada ídolos. Según Bacon, para obtener conocimiento es imprescindible
observar la naturaleza, reunir datos particulares y hacer generalizaciones a partir de
ellos.
Una nueva manera de encontrar la verdad es ir a buscar los hechos en vez de basarse
en la autoridad (experto) o en la mera especulación; con el tiempo esa actitud habría de
convertirse en el principio fundamental de todas las ciencias. Según Bacon las
observaciones se hacían sobre fenómenos particulares de una clase, y luego a partir de
ellos se hacían inferencias acerca de la clase entera. Este procedimiento se denomina
razonamiento inductivo y viene a ser lo contrario del que se utiliza en el método
deductivo.
La teoría de la falseación funciona con el método inductivo, por lo que las conclusiones
inductivas sólo pueden ser absolutas cuando el grupo a que se refieran será pequeño:
por ejemplo, si uno advierte que todos los alumnos de pelo rizado de un grupo escolar
lograron en ortografía calificaciones superiores a las del promedio, una conclusión
legítima será que todos los morenos de ese grupo muestran calificaciones superiores a
las del promedio. Pero no es legítimo extraer conclusiones acerca de las calificaciones
en ortografía de los pelirrojos en otros grupos ni en grupos futuros. Como sólo es
posible realizar inducciones perfectas en grupos reducidos, francamente se emplean
inducciones imperfectas, sistema en el cual se observa la muestra de un grupo y se
infiere de ella lo que es típico del grupo entero. Un ejemplo de esta clase de
deducciones es el siguiente razonamiento sobre las características físicas de los niños
muy inteligentes.
Durante mucho tiempo se creyó que los estudiantes excelentes tendían a ser criaturas
endebles; dibujantes de historietas lo representan como criaturas escuálidas que llevan
gruesos lentes (ners). Terman, pionero en el campo de las pruebas mentales, se
interesó en los rasgos de los niños de inteligencia brillante. Efectuó un estudio intensivo
y sostenido con más de 1000 niños de California que obtuvieron calificaciones mayores
de 140 en la prueba de la inteligencia de StanfordBinet, los resultados de dicha prueba
reportaron que el promedio general de altura, peso y salud física era ligeramente
superior a la de otros niños de la misma edad, esto permitió concluir que los niños
brillantes no son criaturas endebles sino que su desarrollo físico es ligeramente superior
al de otros niños que poseen una capacidad intelectual normal.
Lo dicho no resta autoridad a las críticas que puedan realizarse a la Modernidad desde
una filosofía postmoderna, incluida una filosofía postmoderna de la ciencia. Ni va
necesariamente en contra de las pretensiones abrigadas por ciertos movimientos
sociales de ir más allá de una regulación del desarrollo tecnocientífico para proceder a
una auténtica refundación de la ciencia y la tecnología desde bases distintas a las que
vienen sustentándolas desde el inicio de la modernidad. La obra de Kuhn, de
Feyerabend, de las/los epistemólogas/os feministas, de los sociólogos de la Nueva
Sociología de la Ciencia o de los autores adscritos a los Estudios Postcoloniales de la
Ciencia es una prueba fehaciente –con independencia de que se compartan o no todas
sus tesis– de que cabe una visión postmoderna de la ciencia, es decir, una visión de la
ciencia moderna desde perspectivas epistemológicas e historiográficas distintas a las
que nos ha legado la tradición ilustrada.
La imagen de la ciencia que se perfila en la actualidad como consecuencia en gran
medida –aunque no exclusivamente– de estos trabajos es muy diferente a la que
sustentaron los neopositivistas y Popper. La ciencia, por ejemplo, ya no es identificada
sólo con el conocimiento científico, sino que es vista como una actividad compleja e
indisolublemente imbricada con otras actividades humanas, lo cual ha llevado a otorgar
cada vez más importancia a los aspectos prácticos de la investigación
(experimentación, implementación tecnológica, valores, despliegue institucional,
profesionalización, contexto social, etc.). Bienvenida sea, pues, esta ampliación en la
perspectiva y en los intereses.
Pero conviene centrar la cuestión: si tiene sentido hablar de postmodernidad en lo que
concierne a la ciencia no es porque existan hoy teorías científicas que han modificado
el curso tomado por la ciencia desde los inicios de la modernidad, sino porque se quiere
situar a la ciencia en un lugar distinto dentro de la cultura contemporánea. Sólo habría
que añadir que esta última tarea puede hacerse por otros caminos que no
desemboquen en el relativismo. Para luchar contra el cientifismo no es necesario
defender que el discurso científico carece de rasgos epistémicos diferenciales. Como
he intentado mostrar, resulta bastante implausible que desde la filosofía se pretenda, no
ofrecer una visión postmoderna de la ciencia, sino reclutar para tal causa a la misma
ciencia, haciéndola también a ella postmoderna. Valga lo que valga la visión
postmoderna de la ciencia, ha de sostenerse por sí sola. Si es posible una ciencia
postmoderna, es decir, una ciencia realizada bajo principios de racionalidad diferentes a
los que han sido utilizados en la ciencia moderna, está todavía por venir. La supuesta
ciencia postmoderna es, por el momento, muy moderna.
BIBLIOGRAFIA
https://www.gestiopolis.com/conocimientos-intuitivo-religioso-empirico-filosofico-
y-cientifico-definicion-caracteristicas-y-relevancia/
http://virtual.uptc.edu.co/ova/cursos/introInv/Unidad_1/pdf.pdf
http://www.redalyc.org/pdf/761/76109911.pdf