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Un sistema de calidad coherente e integrado

4.87. Como se ha mencionado, la calidad sistémica de los productos argentinos representa un


problema importante. Para abordarlo, es preciso tener en cuenta las siguientes prioridades
claves:

Liderazgo: el gobierno podría considerar la creación de un consejo nacional de la


calidad, dirigido por el sector privado, para promover la toma de conciencia acerca de la
importancia de la calidad, interpretar su valor e impacto, y convertirse en su máximo
defensor.

Instituciones: el gobierno podría hacer una revisión de la estructura y las instituciones


de certificación y acreditación, y los papeles que cumplen el sector público y el sector
privado en esas actividades.

Valor internacional: el gobierno podría ampliar sus acuerdos de reciprocidad y el


reconocimiento internacional de su sistema de acreditación.

Servicios caracterizados por su celeridad y orientación al cliente: el gobierno también


podría integrar y simplificar el marco actual para la certificación fitosanitaria.

4.88. Por último, podrían implementarse otras medidas destinadas a facilitar el proceso de
certificación. Entre otras cosas, se podría crear un registro de laboratorios acreditados y
publicar una guía o un catálogo para ayudar a las organizaciones que necesiten contratar los
servicios de un laboratorio.

Impulso a la innovación y el desarrollo tecnológico

4.89. Argentina debe intensificar sus esfuerzos por facilitar la innovación y el desarrollo tecnológico
mediante inversiones privadas en investigación y desarrollo. También debe mejorar la coordinación de
la jurisdicción, el liderazgo y la asignación de recursos para actividades de investigación y desarrollo.
Sería igualmente importante aumentar de manera gradual el gasto público en ese tipo de actividades y
elaborar un programa integral para fomentar la innovación a partir de un sistema nacional de
innovación que sea coherente. Se podría prestar atención especial a la formulación de un programa de
incentivos fiscales y financieros, como donaciones de contrapartida, para estimular la inversión privada
en investigación y desarrollo. Sería importante que las autoridades distribuyeran los escasos fondos
públicos asignados a la innovación mediante un proceso de incentivos basado en los resultados. Por
medio de esa distribución se podría premiar principalmente a los proyectos de consorcios con lazos
entre universidades o instituciones científicas y el sector privado. Para fomentar el desarrollo y la
integración de la cadena de suministro, mediante la asignación de recursos también se podría premiar a
los consorcios de grandes empresas y PYME, así como a aquellos con vínculos o asociados en el exterior
que tuvieran un alto grado de avance tecnológico.

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