EXPO-derechos Humanos sigloXXI

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PANORAMA POLITICO

Colombia es un país que desde hace mucho tiempo atrás ha sido marcado por sus
problemas políticos y sociales, en los cuales, conceptos como los de justicia,
democracia, derechos y deberes no han sido bien definidos por los mandatarios.
Por lo cual en este apartado se hace importante referirse a los derechos humanos
en la política de Colombia alrededor de todo el siglo XXI.

Si se habla específicamente de un tema tan importante para el contexto político de


un país como lo es la relación entre la democracia y los derechos humanos, se
dice que existe una fuerte relación, ya que, de manera conjunta, son elementos de
un Estado de Derecho que comparten una premisa elemental: permitir que los
gobernados vivan con dignidad.

Se considera que los derechos humanos son a la vez democráticos y


antidemocráticos, es decir que ellos pueden tener pueden tener una incidencia
positiva o negativa en la democracia.

Ahora bien, las obligaciones generales y el Derecho Internacional de los Derechos


Humanos, así como ciertas aproximaciones y filosofías políticas, implican la
subordinación de la democracia a los derechos humanos.

De igual forma, La relación entre democracia y derechos humanos también es


configurada según el orden político existente y el predominio de ciertas filosofías
políticas, así como la manera que éstas tienen de entender al individuo y de
priorizar los derechos humanos.

En el caso de los Estados liberales, la relación democracia-derechos humanos es


compleja, pues el liberalismo privilegia de manera clara los derechos individuales
sobre los derechos colectivos, así como las libertades y la propiedad privada sobre
la soberanía popular y los derechos económicos, sociales, culturales y
ambientales (DESCA) . Esto se debe a que la ética del liberalismo se basa en la
competencia de los individuos y cuestiona las estructuras colectivas.
Es así que la democracia, pensada desde las distintas filosofías políticas, adquiere
distintas posturas hacia los derechos humanos. Mientras que al liberalismo
libertario le bastan los derechos civiles y políticos, el republicanismo demanda el
desarrollo cabal de los individuos, que a su vez requiere del cumplimiento de los
derechos económicos, sociales y culturales.

En otro aspecto referente al tema, no está de más tocar el asunto acerca del
efecto de las globalizaciones en la relación derechos humanos y democracia, de lo
cual se puede decir que tanto la conformación de Estados democráticos como el
apego a los derechos humanos son en sí mismos fenómenos de globalización,
que aunque surgieron principalmente en el mundo occidental, ahora está
configurando gran parte de los ordenamientos políticos de los Estados modernos.

Por otro lado, se hace importante inducir a continuación un tema que se relaciona
a la complicada situación de los derechos humanos en la política colombiana,
siendo este el de la diversidad ideológica y la forma en que se ha desarrollado
este fenómeno alrededor del siglo XXI. el país se encuentra en una diversidad
ideológica, la cual, no ha sido ajena al pasado, pues el crimen y las distintas
formas de violencia no cesan contra nuestro derecho a la libertad.

En el periodo comprendido entre el 2000-2020 se han posicionado múltiples ideas


y grupos que aseguran estar ubicados en el terreno correcto de las políticas que
harán mejor a este país, ello tiene que ver con los diferentes partidos políticos los
cuales proclaman políticamente ser de izquierda, derecha o centro. Claramente se
es libre de manifestar apoyo a quien se desee o con quien se identifique, el
problema está en el conflicto que esto ha generado entre los distintos grupos y los
que hacen parte del mismo, lo cual, en tema de derechos humanos ha sido
desfavorable, dado que la persecución y violencia se torna en un contexto no
deseado. Un ejemplo de este problema son los líderes sociales asesinados, los
cuales suelen ir en oposición con los distintos grupos, pues aunque se busca o
lucha por un bien social en la mayoría de los casos, no es aceptado, porque atenta
contra la soberanía de quienes luchan por el poder. Un efecto que se da en
contraposición con años anteriores donde el paramilitarismo era mayor, es el con
quien se vinculan dichos asesinatos, pues desde los inicios del siglo XXI, son los
políticos o personas relacionadas con ellos quienes se reflejan en estos crímenes,
esto deja mucho que pensar y da vista a la pobre situación de derechos humanos
en el país, donde quienes ejercen el poder son los mismos que lo incumplen y
basan sus prioridades en la superposición de su ideología. Actualmente se inserta
incluso peligroso el desarrollo en la política, donde el respeto a los gobernados es
muy poco, pues esta diversidad ideológica se formó como un conflicto, en vez de
una verdadera lucha por el beneficio del país a nivel de desarrollo y derechos
humanos.

Todo lo anteriormente planteado, tiene como producto la polarización, quien es


básicamente la que genera tales problemáticas. Este concepto se refiere a un
fenómeno que, en términos generales, consiste en la ampliación de la divergencia
entre actitudes políticas y el consecuente desplazamiento de estas actitudes hacia
los extremos ideológicos. La polarización política intensa está desgarrando a las
democracias de todo el mundo con consecuencias peligrosas para nuestras
sociedades e instituciones. Colombia claramente no es la excepción, pues la
situación de este último siglo es fiel representación de ello, Ya sea que esté
motivada por la religión, el origen étnico o la ideología, la política se está
convirtiendo en un choque constante de identidades. En el Fondo para los
Derechos Humanos Mundiales, se ha observado varias áreas donde la
polarización está trastocando el trabajo en materia de derechos humanos,
impulsando nuevas violaciones de derechos humanos, basadas en los conflictos
que se dan por la búsqueda de la superposición de cada extremo.

El problema de la política referente a derechos humanos, también tiene que ver


con la forma en que los mandatarios quienes se encargan de ejercer el poder son
elegidos, pues las elecciones son un claro ejemplo de irrespeto a los derechos,
donde las personas no se percatan de ello y no tienen en cuenta de que en la
forma injusta en que llegan al poder es la misma en la que van a gobernar.

En Colombia, el electorado se ha tomado como una masa manipulable que se


puede comprar debido al apoyo de organizaciones mafiosas, paramilitares y
guerrillas, pero el problema de fondo es cómo votan los colombianos: determinan
que candidato encarna sus propias ideas o tiene un programa que encuentran
mejor que los otros o, por el contrario, asumen una de dos posturas: aquella
donde la voluntad del votante es anulada, y vota sin querer hacerlo, o, la otra
postura, es cuando el voto es transado por dinero o puestos.

2020: El posible regreso de las desgracias

El 2020 a partir del mes de marzo pareció ser un año en el que solo se hablaría de
una cosa: él covid-19, no obstante, esta crisis sanitaria, fue durante un tiempo una
cortina que cubrió la realidad de la violencia y el abuso de derechos humanos en
Colombia, dejando ver lo importante que es a pesar del virus, tomar nuevamente
la disposición de retomar esta lucha.

Masacres, asesinatos selectivos, desplazamiento, luchas criminales por territorios,


estas son algunos de los abusos que afecta a las regiones más alejadas.

Durante el mes de agosto se han reportado en el país seis masacres, un número


que refleja el crecimiento de los actos de violencia en 2020 en Colombia. Este año
varios de los departamentos que han sufrido eventos de este tipo coincide con
lugares donde un alto número de los líderes sociales también han sido
asesinados.

El problema cree puesto que aún no se conoce a los culpables, solo hay hipótesis
sobre los posibles responsables, entre los que se encuentran disidentes de las
FARC, grupos desmovilizados de paramilitares y bandas de narcotráfico.

Esta es la triste situación en relación a la violencia y algo que se ha buscado


durante mucho tiempo: la mejoría de la situación de derechos humanos. Con
respecto a este tema se viven más contiendas, ello el ámbito político, como lo es
la tutelaton y los diferentes puntos de vista hacia su funcionamiento, además de su
nueva reaparición con el caso del expresidente Álvaro Uribe Vélez.
Esta nueva reaparición se debe al arresto como medida de aseguramiento hacia el
expresidente Uribe, ello por una supuesta manipulación de testigos. Dicho caso
genero indignación y protestas por parte del denominado “uribismo”, los cuales en
medio de su inconformidad abrieron paso a una nueva estrategia. Es la de
promover una ‘tutelatón’ para pedir su libertad y la de acudir a la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos, CIDH, para denunciar supuestas
violaciones de los derechos políticos con la medida de aseguramiento en su
contra.

Se trata de un plan similar al que usaron seguidores petristas cuando a finales de


2013 el entonces procurador Alejandro Ordóñez destituyó al alcalde de Bogotá del
momento, Gustavo Petro, por el lío de las basuras de la capital, que luego ha sido
desestimado por otras instancias.

La idea de la ‘tutelatón’ es la de presionar a la justicia para producir un fin


determinado. En aquel caso fue la caída de la decisión de Ordóñez y ahora se
refiere a la libertad de Uribe.

El tema es paradójico porque el propio gobierno de Iván Duque, avalado en su


campaña por el Centro Democrático, había dicho al iniciar su mandato que
buscaban prohibir las ‘tutelatones’ debido a que lo que hacían era congestionar la
justicia.

También varios de los integrantes y cercanos a la colectividad han dicho que


podrían acudir ante la CIDH para hacer defender los derechos políticos de Uribe y
sus electores.

Y la otra parte de la estrategia es la de las caravanas de vehículos citadas en


ciudades como Medellín, Bogotá, Barranquilla, Cartagena y Miami, Estados
Unidos, para protestar por la casa por cárcel para el exmandatario.

En el otro caso donde se mencionaba, se hizo uso de una tutelaton es en el de la


destitución de ex alcalde de Bogotá Gustavo petro, del cual en este mismo año, se
dio una sentencia por su caso, donde quien se ve afectado es el estado
colombiano. La Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) los
declaró responsable por las violaciones a los derechos políticos de Gustavo Petro,
que se vieron afectados como consecuencia de la sanción disciplinaria de
destitución como Alcalde Mayor de Bogotá e inhabilitación por el término de 15
años para ocupar cargos públicos, que le fue impuesta por la Procuraduría
General el 9 de diciembre de 2013.

El Tribunal concluyó que la vigencia de las normas que facultan a la Procuraduría


a imponer dichas sanciones a funcionarios democráticamente electos -,
constituyen una violación a la Convención Americana sobre Derechos Humanos.

Así mismo, la Corte determinó que en el proceso disciplinario seguido contra de


Petro se violó el principio de jurisdiccionalidad, la garantía de imparcialidad, el
principio de presunción de inocencia, y el derecho a la defensa.

Según el documento, le ordenó a Colombia: "Adecuar su ordenamiento interno de


acuerdo a lo señalado en la sentencia, de forma tal que los funcionarios de
elección popular no puedan ser destituidos ni inhabilitados por decisiones de
autoridades administrativas".

Todo esto deja un debate abierto, en cual, el tema a tratar es la tutelaton y si es o


no correcto retirarlas porque atentan contra los derechos humanos, la decisión a
tomar tendrá que ser bien fundamentada pues, en así como se violaron estos
derechos con el ex alcalde Gustavo petro, ahora está siendo usada para defender
los derechos del expresidente Álvaro Uribe, generando mayor controversia por el
hechos de que estos funcionarios se contraponen a nivel ideológico, no obstante,
si se refiere al avance en masa de derechos humanos, estos deben primar por
encima de todas cualquier cuestión política, buscando así el beneficio del país y
sus habitantes.

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