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PROTOCOLOS DE BIOSEGURIDAD - MANUAL DE LA NUEVA LA ECONOMÍA

Con la grave crisis sanitaria, económica y social que afrontan todos los países del mundo a causa
del Coronoravirus Covid-19, la búsqueda de soluciones para volver a la normalidad, es el principal
desafío de los gobiernos en cada país. Es así como en las últimas semanas se han visto los
esfuerzos de las autoridades territoriales en Colombia para dar cumplimiento a las decisiones del
Gobierno nacional sobre validación, vigilancia y control en la aplicación de protocolos de
bioseguridad en los sectores productivos que han sido autorizados a reactivar operaciones de
forma escalonada.

¿Pero de qué se tratan los protocolos?, uno de los primeros documentos oficiales conocidos para
orientar sobre las medidas de protección para controlar la expansión del virus, fue la Circular 017
del 24 de febrero del 2020, dirigida a las entidades administradoras de riesgos laborales,
empleadores, contratantes y trabajadores dependientes y contratistas del sector público y
privado; con el asunto, “lineamientos mínimos a implementar de promoción y prevención para la
preparación, respuesta y atención de casos de enfermedad por Covid-19; posteriormente, el 10 de
marzo se expidió la Circular 018 con medidas complementarias a la anterior Circular.

Sobre acciones para sectores específicos, se publicó la Circular 015 del 9 de abril de 2020 con
medidas sanitarias preventivas y de mitigación para los sectores de Comercio, Industria y Turismo,
y de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, con medidas específicas para empresas
proveedoras del servicio de domicilios, de mensajería y los operadores de plataformas digitales
relacionadas, y en la Circular 001 del 11 de abril, se definieron “Orientaciones sobre medidas
preventivas y de mitigación para reducir la exposición y contagio por infección respiratoria aguda
causada por el SARS-CoV-2 (COVID-19)”, dirigido a los responsables de los trabajadores del sector
de el de la construcción de edificaciones y su cadena de suministros, así como a los líderes de obra
(director, interventor y/o, supervisores), a las administradoras de riesgos laborales y trabajadores
fuera de la obra.

Las decisiones de ir reabriendo sectores paulatinamente, se fue organizando con la publicación de


nuevas normas, para lo cual se expidió la Resolución número 666 del 24 de abril por el cual se
adoptan protocolos generales de bioseguridad para mitigar, controlar y realizar el adecuado
manejo de la pandemia del Coronavirus Covid-19, con el objeto de adoptar dicho protocolo
general de bioseguridad en todas las actividades económicas, sociales y sectores de la
administración pública que se vayan autorizando; esta decisión implica la delegación de la
responsabilidad de vigilancia y cumplimiento a las administraciones locales, que han tenido que
contratar de manera temporal a personal especializado en salud ocupacional, bioseguridad o de la
salud dado que las administraciones carecen con el personal idóneo para atender este tipo de
necesidades y que posiblemente, dichos contratos se deban que extender en tiempo por la
incertidumbre de la duración de la emergencia; además, por simple matemática esta
responsabilidad será muy teórica porque en la práctica será insuficiente el número de personas
que revisen miles de protocolos del número de empresas existentes; y no basta con el apoyo de
las respectivas administradoras de riesgos laborales, que tienen la responsabilidad de acompañar
a las empresas para que realicen las adaptaciones correspondientes a cada actividad productiva.

Con los Decreto Legislativos número 531 del 8 de abril, 593 del 24 de abril y el 636 del 6 de mayo
de 2020 en los artículos 3 se permitió el derecho a la circulación de las personas en diversas
actividades económicas. Sucesivamente, se expidieron otras normas para ir regulando la apertura
de empresas y tránsito de personas. Para ello, con la Resolución 675 del 24 de abril del Ministerio
de Salud se expidió la adopción del protocolo de bioseguridad y control de riesgo del Coronavirus
Covid-19 en la industria manufacturera. La Resolución 498 del 26 de abril, se establecen
lineamientos para el cumplimiento del numeral 36 del Decreto 593 de 2020, que hace referencia a
la cadena de producción, abastecimiento, almacenamiento, reparación, mantenimiento,
transporte, comercialización y distribución de las manufacturas de productos textiles, de cuero y
prendas de vestir; de transformación de madera; de fabricación de papel, cartón y sus productos y
derivados; y fabricación de productos químicos, metales, eléctricos, maquinaria y equipos.
Teniendo como mecanismo, la comercialización por medio de plataformas electrónicas o entrega a
domicilio. Del mismo modo, en la Resolución 522 del 8 de mayo se establecen lineamientos,
criterios y parámetros para el cumplimiento de otros subsectores definidos en el artículo 3 del
Decreto 636 ya mencionado.

Posteriormente, el Gobierno nacional expide las Resoluciones para adoptar los protocolos de
bioseguridad para el manejo y control al riesgo del Coronavirus Covid-19, como son la Resolución
735 del 8 de mayo, 737, 738 y 739 del 9 de mayo.

Una de las motivaciones para reactivar sectores, corresponde a la declaración del 18 de marzo
realizada por la Organización Internacional del Trabajo -OIT- donde “insta a los Estados a adoptar
medidas urgentes para (i) proteger a los trabajadores y empleadores y sus familias de los riesgos
para la salud generadas por el coronavirus COVID-19; (ii) proteger a los trabajadores en el lugar de
trabajo; (iN) estimular economía y el empleo, y (iv) sostener los puestos trabajo y los ingresos, con
el propósito respetar los derechos laborales, mitigar los impactos negativos y lograr una
recuperación rápida y sostenida”, este comunicado presenta como argumento que El Covid-19
tendrá una amplia repercusión en el mercado laboral, con afectación en tres aspectos: 1. La
cantidad de empleo (tanto en materia de desempleo como de subempleo); 2. La calidad del
trabajo (con respecto a los salarios y el acceso a protección social); y 3. Los efectos en los
grupos específicos más vulnerables (consecuencias adversas en el mercado laboral) .

Es así, como las decisiones de gobierno empiezan por decreto a normalizar el desarrollo de las
actividades productivas, de tal modo que evite un mal mayor como lo es la caída del empleo a
tasas superiores del 20%, decrecimiento del PIB a tasas negativas, alto endeudamiento público o
por lo menos llegar a un déficit del gasto público a niveles superiores del 5%.

En consecuencia, se ha logrado a revertir las medidas de aislamiento preventivo obligatorio que


desactivo el desarrollo de las actividades productivas y con ello un freno a la economía. Ahora la
responsabilidad es de todos los ciudadanos, que debemos asegurar el estar muy por encima de las
normas decretadas, aplicando disciplina y respeto por los demás. Mientras llega la solución
definitiva, los protocolos de bioseguridad serán el nuevo manual para no frenar la economía.

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