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Antes de dar inicio debemos tener cuenta que la salud comunitaria es un

derecho natural y social, inherente al hombre (que el Estado y la sociedad deben


garantizar), trascendiendo el concepto de cuidado del funcionamiento biológico
individual, para introducirnos en la relación de los individuos entre sí y con el
Estado, en su condición de integrantes/residentes de un lugar geográfico
determinado (comunidad) capaces de actuar con autonomía, tomar decisiones,
acceder a servicios de salud de buena calidad y ejercer el derecho a participar. No
obstante la atención primaria y la salud pública han tenido trayectorias paralelas,
con escasos puntos de encuentro y coordinación en lo que se refiere a la acción
comunitaria para la mejora de la salud de la población.
Considerando la salud comunitaria como «la salud individual y de grupos en
una comunidad definida, determinada por la interacción de factores personales,
familiares, por el ambiente socio-económico-cultural y físico», y la intervención en
salud comunitaria como la acción en el nivel local para lograr su mejora, la AP y la
SP son actores clave del entorno sanitario para llevarla a cabo. De todas formas,
su actuación deberá contar con otros agentes territoriales, incluida la población. La
inclusión de la salud comunitaria como un objetivo del sistema sanitario hace
evidente la necesidad de buscar y lograr una acción más coordinada e integral, lo
cual debe introducir cambios en diversas áreas, entre las que destacan la
formación de los profesionales, los contratos a los proveedores de servicios, los
sistemas de definición de las carteras de servicios y la organización de los
servicios.
Casi todo campo del conocimiento es un campo históricamente determinado, que
significa esto: el saber, el conocimiento, van de la respuesta de esta intervención
que mencionamos, que es la intervención en salud pública; que viene con la
historia, se modifica con la historia, vive del intervenir de la historia; para hablar
con mayor propiedad, el intervenir de la historia, es el devenir de las fuerzas de
cambios en las fuerzas del conocimiento, en el desarrollo de la ciencia y de la
tecnología. Lo que hoy día conocemos como salud pública, no es como hace 100
ó 300 años, como vamos a ver más adelante, nuevos conocimientos se han
ahondado muchísimo, hoy día tenemos un conjunto de intervenciones, que
supuestamente responden más eficaz y eficientemente a esa necesidad de salud
del hecho público, de las poblaciones en salud. Si hoy día, a la luz de los
conocimientos que tenemos, vemos las intervenciones en Salud Pública que se
hacían hace 100 a 200 años, la veríamos con unas expresiones como «Qué
bárbaro» o cosas parecidas.
Hay propiedades en salud pública, como en cualquier área del
conocimiento. Obviamente hay una determinación histórica, hay un desarrollo
científico y tecnológico que va a dar cuenta del conjunto de cambios que se van a
operar en este tipo de investigación. La segunda acotación, igualmente
importante, es que la Salud Pública, teniendo un rango de saber global, un marco
o una base de conocimiento, su base de intervención varía de acuerdo a qué o de
acuerdo a las condiciones de desarrollo social y económico de cada realidad. En
otras palabras en este mismo momento de la historia, a este nivel de desarrollo
tecnológico, no podemos decir que la salud pública que se hace en Canadá es
similar a la salud pública que se da en Colombia Porque los problemas que hay y,
las condiciones de su desarrollo histórico-social son diferentes. Los problemas de
salud requieren respuestas pertinentes a esas necesidades, estrategias de
desarrollo y respuestas apropiadas a esas necesidades; y no sólo a esas
necesidades sino a los patrones de desarrollo históricos, culturales, políticas y
sociales de esa población. A eso lo llamaría más globalmente estructura
económico-social de ese pueblo. Entonces, si es así, podemos hacer un rápido
análisis de cómo se ha constituido el campo de la salud pública; lo fundamental es
saber un poco qué es salud pública.
Las intervenciones de SC se fundamentan frecuentemente en el paradigma
del modelo biomédico, lo cual restringe la oportunidad de abordar fenómenos tan
complejos y dinámicos como la salud y la vida. La participación comunitaria debe
ser uno de los pilares de las intervenciones en SC e implica una flexibilización o
apertura epistemológica, lo que exige un abordaje multidisciplinario desde la
academia. Lo anterior podría facilitar la construcción de iniciativas localmente más
apropiadas, efectivas, sostenibles y cultural-mente seguras.

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