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análisis

EL POSITIVISMO EN MÉXICO
(Primera Parte)
GUADALUPE ÁLVAREZ LLOVERAS*

l positivismo llegó a Méxi- la conciencia. La visión existen-

E co durante la República
restaurada gracias al Dr.
Gabino Barreda. En esos años sir-
vió como filosofía para organizar
te de la sociedad era la de un en-
foque monolítico, en la que las
relaciones sociales, la cultura, el
pasado y el porvenir de dicha
al país, también se aplicó al siste- sociedad, funcionaban incons-
ma educativo y después servirá cientemente, como si fueran las
para legitimar al porfiriato. En fuerzas elementales del cosmos
este artículo se pretende explicar (Mardones, 1997:21).
que el positivismo aplicado en Cuando la sociedad europea
México desde finales del siglo XIX hizo crisis, su modo de organiza-
y principios del XX, difería mucho ción se convirtió en un problema
del positivismo clásico aplicado y los intelectuales se dieron cuen-
en Francia. Augusto Comte. ta que no existían teorías para un
El positivismo se volvió mexi- modo de comprensión de ella. A
cano al llegar a nuestro país; esto partir de este momento, quedaba
fue porque había puntos comunes entre dicha filoso- el camino abierto para la aparición de las ciencias re-
fía y la situación mexicana en la segunda mitad del lativas al hombre y a la sociedad. A mediados del si-
siglo XIX. Sobre esto Leopoldo Zea afirmó: “El positi- glo XIX, la ciencia natural estaba afianzada dentro de
vismo será una doctrina con pretensión universal, la tradición galileana y las ciencias humanas tenían
pero la forma en que ha sido interpretada y utilizada grandes pretensiones científicas. Una de estas cien-
por los mexicanos, es mexicana. Para poder saber lo cias humanas fue el positivismo decimonónico repre-
que de mexicano hay en esta interpretación, es me- sentado por Augusto Comte y John Stuart Mill
nester ir a nuestra historia, a la historia de los hom- (Mardones: 1997:21).
bres que se sirvieron del positivismo para justificar Augusto Comte nació en Montpellier, Francia,
ciertos intereses, que no son los mismos de los positi- en 1798; estudió en la Escuela Politécnica de París
vistas creadores del sistema” (Zea, 1993:27). donde llegó a ser profesor. Su principal preocupa-
ción fue el estudio de la sociedad y el principio de la
Augusto Comte, Gabino Barreda.
ciencia positiva. Según Comte, existe una ley uni-
El positivismo y la realidad de México
versal del conocimiento y de la sociedad, la ley de los
Durante el siglo XIX en Europa hubo un despertar tres estadios, que plantea que todo conocimiento
en las ciencias naturales que no fue producto de la pasa por tres estadios: el teológico, ficticio, mitológi-
casualidad. La Revolución francesa conmovió todas co; el metafísico, especulativo-abstracto; el positivo,
las capas de la sociedad, pues la conformación de científico, ciencias positivas empíricas.
ésta en general no constituía ningún problema para Comte es el exponente de una clase burguesa que
se desarrolló a raíz del triunfo de la Revolución fran-
cesa. Otros grupos en Francia deseaban el poder que
* Licenciada en Historia, maestra en Metodología de la Ciencia, tenían los burgueses y utilizaban la frase que la bur-
profesora de tiempo completo en el CECYT “Ricardo Flores Magón”, IPN. guesía esgrimió contra el antiguo régimen: “Libertad,

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igualdad y fraternidad”. Por lo cual, la burguesía te- historia de México estaba representado por tres eta-
nía que abolir la filosofía que le llevó al poder, pero pas o tres estadios: el teológico, cuando la política
sin hacer tambalear su estructura, establecida por estuvo en manos del clero y la milicia; el metafísico,
ellos. durante la época de combates entre liberales y
Para abolir una filosofía revolucionaria se necesi- conservadores, y el positivo, con el triunfo de la Re-
taba otra contrarrevolucionaria, que implantara el forma liberal, donde el orden positivo sustituiría al
orden sin caer en los excesos del antiguo régimen. orden teológico y al desorden metafísico (Zea,
Comte trató de demostrar que “no hay orden sin 1993:49).
progreso ni progreso sin orden”, para justificar los in- Gabino Barreda nació en Puebla en 1818, estudió
tereses de su clase burguesa y para demostrar que la carrera de abogado y medicina. En 1847 luchó
aun en un gobierno de origen revolucionario podía contra la intervención norteamericana; meses más
existir el orden (Zea, 1993:41). tarde partió a Francia, donde Pedro Contreras Elizal-
Con el apoyo de las ciencias positivas, Comte es- de fue quien lo presentó con Augusto Comte, que
tableció el ideal de un nuevo orden social en el que había iniciado el “Curso de filosofía general de la
los intereses de su clase estuvieran justificados. La humanidad”. Después de obtener el diploma de
solución fue sustituir a la Iglesia católica por una Doctor en la Escuela de Medicina, regresó a México
nueva Iglesia: la religión de la humanidad, de lo po- en 1851. Ejerció como médico en Guanajuato y, en
sitivo. Enfrentó a la libertad revolucionaria desorde- 1867, después de pronunciar un famoso discurso que
nada contra la libertad ordenada; la igualdad fue le abriría las puertas a la política mexicana, Benito
opacada por la jerarquía social, los seres humanos no Juárez lo llamó como colaborador (Zea, 1993:55).
son iguales, cada uno tiene un determinado nivel so- La Oración Cívica, discurso que pronunció el
cial. Este nivel, no está dado, como se decía en el Dr. Gabino Barreda el 16 de septiembre de 1857 en
antiguo régimen, por Dios, sino por el trabajo. Guanajuato fue una interpretación de la historia me-
Esta diferencia que marca el trabajo no significa- xicana bajo la influencia de las ideas de Comte. Ba-
ría un desajuste dentro de la sociedad, al contrario, rreda afirmó en ese discurso que: “la historia era una
permitiría aceptar que todas las clases son necesarias, ciencia sujeta a leyes que hacen posible la previsión
ya que todos tienen obligaciones que cumplir. La de hechos por venir y la explicación de los que ya
sociedad estará formada por los que dirigen y los que han pasado”. Exaltó al espíritu científico, mostró la
son dirigidos. Los que dirigen a la sociedad serán los acción de éste en la práctica al decir: “tan imposible
sabios y filósofos que, dentro del orden, la conduci- es hoy que la política marche sin apoyarse en la cien-
rán al progreso más alto (Zea, 1993: 45). cia como que la ciencia deje de comprender en su
En México, durante la segunda mitad del siglo dominio a la política”.
XIX, ya se hablaba de una burguesía triunfadora en la Barreda presentó la historia mexicana como un
Reforma, según palabras de Justo Sierra: “A quien se proceso de emancipación del orden colonial; la cau-
debió el triunfo reformista fue a la clase media en los sa de dicha independencia fue una transformación
estados, a la que había pasado por los colegios, a la que desencadenó todas las demás, como la de “la
que tenía lleno de sueños el cerebro, de ambiciones emancipación mental”, caracterizada por la gradual
el corazón y de apetitos el estómago: la burguesía dio decadencia de las doctrinas antiguas y su progresiva
oficiales, generales, periodistas, tribunos, ministros, sustitución por las modernas (Villegas, 1982: 69-70).
mártires y vencedores a la nueva causa” (Zea, Para Barreda el liberalismo es una expresión del espí-
1993:46) […]“aquí no hay más clase en marcha que ritu positivo, a diferencia de Comte, para quien
la burguesía” (Matute, 1984:330). representaba el negativo. No combatió Barreda al
Los reformistas se opusieron a los conservadores catolicismo como lo hizo Comte, sino que veía en
por medio de la lucha. Al triunfar, no convenía que el clero católico sólo un obstáculo más para el
otros grupos exigieran con las armas lo que ellos ha- desarrollo del espíritu positivo (Zea, 1993:57).
bían reclamado a los conservadores. Para afianzar el Una revisión de la historia de México, desde que
poder fue necesario buscar una filosofía que permi- se creó la República hasta la caída del Segundo
tiera el orden; esta filosofía ya estaba creada: era el Imperio, nos muestra el caos y la inestabilidad políti-
positivismo (Zea, 1993:46-47). ca que había existido, ya que además de las diferen-
Los positivistas mexicanos identificados con las cias en los proyectos políticos internos, se sufrieron
ideas de Comte, establecieron que el progreso de la intervenciones extranjeras y pérdidas de territorio.

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sido un espíritu consciente de su


misión: ha destruido a las fuer-
zas que se oponían al progreso y,
una vez destruidas, se dispuso a
establecer el nuevo orden. Es la
Revolución en Francia la que se
transforma en orden. En el caso
mexicano no existía, como en la
filosofía de Comte, una oposición
al orden, la oposición está repre-
sentada por el clero y la milicia.
Barreda no atacó a los libera-
les como lo hizo Comte en Fran-
cia, éste los consideraba la encar-
nación del espíritu negativo. Los
liberales mexicanos victoriosos re-
presentaban al positivismo. Más
tarde los liberales entraron en po-
Entrada de Juárez a la capital, el 15 de julio de 1867, lo que significó
la restauración de la República liberal.
lémica con Barreda y con sus dis-
cípulos; entonces éstos, como en
el caso de Comte, considerarán al
En la Oración Cívica del Dr. Barreda se hacía refe- liberalismo como la expresión del espíritu negativo.
rencia al pasado reciente de la intervención francesa En los momentos de la victoria en 1867, los
y se relacionó estos eventos con la lucha de los espí- liberales encomendaron a Barreda la organización
ritus “positivos” y “negativos”, según el positivismo: de la educación en México. La ideología revolucio-
“Los soldados de la República en Puebla salvaron naria de los liberales mexicanos necesitaba transfor-
como los de Grecia en Salamina, el porvenir del marse en una ideología de orden y para lograrlo se
mundo al salvar el principio republicano, que es sustentaría en una ideología conservadora como la
la enseña moderna de la humanidad. México encar- de Comte. Si el lema del positivismo comtiano era
na en esta lucha contra las fuerzas negativas en- “Amor, Orden y Progreso”, Gabino Barreda lo trans-
carnadas en las huestes de Napoleón III. Europa formaría en “Libertad, Orden y Progreso”: la libertad
entera ha sucumbido ante estas fuerzas, sólo México como medio, el orden como base y el progreso como
logra enfrentarse a ellas y decidir con su victoria, la fin. En la palabra “libertad” se expresaba la ideolo-
victoria del espíritu del progreso. En este conflicto gía de los liberales mexicanos. Sin embargo, los libe-
entre el retroceso europeo y la civilización america- rales comprobarían que la interpretación de liber-
na, en esta lucha del principio monárquico contra el tad de los positivistas no era igual a la suya (Zea,
principio republicano, en este último esfuerzo del 1993:66-69).
fanatismo contra la emancipación, los republicanos
El positivismo en la República restaurada
de México se encontraban solos contra el orbe
entero (…) Al detener la invasión, salvó a la La ley del 2 de diciembre de 1867 consagró la secula-
democracia americana de caer en las garras del rización de la enseñanza al disponer en las escuelas
espíritu negativo” (Zea, 1993:61). oficiales la supresión de la educación religiosa y de
El triunfo del partido republicano encabezado por una moral inspirada, necesariamente, en creencias
Juárez fue el triunfo del progreso contra el retroceso. también religiosas. Separada la Iglesia del Estado, era
En forma inteligente, Gabino Barreda “acomodó” el necesario que el poder público cumpliera con la obli-
positivismo a las circunstancias mexicanas del año gación de la instrucción, la cual debía inculcar en la
1867, al triunfo de la República sobre el Imperio. Si conciencia de los educandos la necesidad del orden
se compara la Oración Cívica con la doctrina de los y, sobre todo, del nuevo orden de cosas.
tres estadios de Comte, se encuentra que en México, En febrero de 1868 abrió sus puertas la Escuela
a diferencia de Europa, el espíritu metafísico, corres- Nacional Preparatoria, situada en la calle de San
pondiente al estadio revolucionario en Francia, ha Ildefonso, en la ciudad de México, bajo la dirección

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de su creador, el Dr. Gabino Barreda. Esta escuela 1881; afirmaba: “En adelante, todo lo que sea con-
buscaba capacitar a los estudiantes que deseaban ha- trario al punto de vista de nuestros positivistas, será
cer una carrera profesional, ya que no se contaba tachado de retroceso, de anarquía, de desorden. El
con preparación adecuada para hacerle frente a los progreso y el orden es el predicado por ellos. Lo que
estudios superiores (Blanquel, 1984:3). se les oponga tendrá necesariamente que ser lo con-
El proyecto educativo de Barreda no se limitaba trario: no cabe otra ideología que la positiva” (Zea,
solamente a la Escuela Nacional Preparatoria, sino 1993:136).
también abarcó la enseñanza primaria. Para 1875 Finalmente el positivismo resultó triunfador y se
propuso que ésta fuera obligatoria para todos los me- adaptó la Lógica de Porfirio Parra para su enseñanza
xicanos, a lo que se opondrían los liberales, pues en la Escuela Nacional Preparatoria, junto con la de
pensaban que ello atacaría los derechos del hombre Mill y Spencer (Zea, 1993:386). En dicha obra, se
de pensar y actuar libremente (Zea, 1993:126). A enfatizó el saber de los positivistas mexicanos y, ade-
este argumento Barreda respondió que los derechos más, se hizo evidente la originalidad dentro de un
del hombre se reducen a “vivir y procurarse su des- sistema cerrado como el positivista. También se res-
arrollo y bienestar y que los derechos de la sociedad petó el contenido del positivismo, se le acomoda-
están sobre los derechos del hombre”. Barreda se en- ron nuevas formas, nuevos agrupamientos, para ob-
frentó a la tesis liberal sobre la libertad, mostrando tener mayor claridad. El positivismo doctrinal
cómo ésta no puede concebirse como un “dejar ha- alcanzó su apogeo en México con Porfirio Parra
cer”, sino como algo limitado por las necesidades de (Zea, 1993:393).
la sociedad. En 1873 el ataque a Barreda y al positi- Esta polémica se desarrolló durante el gobierno
vismo se hará más fuerte al ser eliminadas las mate- del general Manuel González. Fue durante este go-
rias de analítica y el cálculo infinitesimal a quienes se bierno que entró en la Cámara de Diputados un gru-
preparaban para medicina y jurisprudencia (Zea, po de jóvenes quienes andando el tiempo serían los
1993:127). que justificarían y apoyarían la dictadura de Porfirio
En 1880, durante el gobierno de Manuel Gonzá- Díaz. Ellos eran Justo Sierra, Pablo Macedo, Rosen-
lez, el ministro de Instrucción Pública fue Ezequiel do Pineda, Francisco Bulnes y Jorge Hammeker Me-
Montes; éste expidió un decreto en el cual se agredía xia. Opuestos a ellos se encontraban en dicha Cáma-
a la instrucción basada en el positivismo. En este ra los viejos liberales Guillermo Prieto, Vicente Riva
decreto se ordenaba la sustitución de la Lógica de Palacios y otros (Zea, 1993:397).
J. Stuart Mill y la de Alejandro Bain por la de Ti- Gabino Barreda murió en marzo de 1881, con él
berghein. Las razones que sustentaban este mandato terminaría la etapa del positivismo comtiano. Sin
establecían que “en la filosofía positiva no existía embargo, la ideología positiva había arraigado en
certidumbre alguna respecto a las cuestiones de or- los liberales de la época porfirista, uno de ellos se-
den moral, como lo eran la existencia de Dios, el ría Justo Sierra, quien formaría la “Escuela Científica
alma y el destino del hombre” (Zea, 1993:134). Política de México”, que más adelante se converti-
A pesar del ataque gubernamental, los positivis- ría en el Partido Unión Liberal, apoyo político y filo-
tas mexicanos defenderán la tesis de que el orden sófico de la dictadura de Porfirio Díaz (Blanquel,
basado en la doctrina positiva es el que necesitaba la 1984:2). <
sociedad mexicana (Zea, 1993:136). En diciembre
de 1880 salió a la luz en la ciudad de México el
periódico La Libertad, publicado por Justo Sierra,
Miguel y Pablo Macedo, José Ives Limantour y Fran-
cisco Bulnes. Su lema era: “Periódico liberal-conser- Bibliografía

vador” y su orientación era rigurosamente científica Zea, Leopoldo (1993), El positivismo en México: nacimiento, apogeo y
decadencia, México, FCE.
(Blanquel, 1984:4). Algunos diputados liberales for- Mardones, J. M. y N. Ursúa (1997), Filosofia de la Ciencias Humanas
mularon un plan de reforma educativa, el cual será y Sociales, México, Editorial Fontanamara.
Matute, Álvaro (1984), México en el siglo XIX, fuente e interpretaciones
desbaratado por Gabino Barreda en cada uno de sus históricas, México, UNAM, Lecturas Universitarias, n. 12.
párrafos en un artículo llamado “Instrucción Públi- Villegas, Abelardo (1982), “El positivismo: justificación ideológica”, en
ca”, publicado en la Revista Positiva (Zea, 1993:136). Ismael Colmenares M., et al., Cien años de la lucha de clases
en México (1876-1976), México, Ediciones Quinto Sol, t. I.
También Justo Sierra replicó al decreto de Blanquel, Eduardo, et al. (1984), Tiempo de México, nn. 17, 19 y 20,
Ezequiel Montes en el periódico La Libertad, en México, SEP.

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