MATERIALISMO

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MATERIALISMO, IDEALISMO Y LA INMORTALIDAD DEL ALMA

Dios y el estado: Notas sobre Rousseau

1. Introducción
El punto de vista idealista y materialista son expuestos por el autor y describe los
conceptos que se tratan en uno y otro, las diferencias entre lo que se toma como libertad y sobre
cómo ésta puede alcanzarse valiéndose de los medios posibles según el punto de vista desde el
cual se haga. Se hablará del concepto de libertad y su veracidad teniendo en cuenta lo que
experimenta el individuo para alcanzarla y las creencias religiosas que lo impulsan a actuar de
cierta manera con la intención de llegar a ella; la cuestión religiosa demuestra contradicciones o
una verdad oculta tras sus mandamientos, estos posteriormente serán tratados en esta reseña, así
como también se abordarán los argumentos principales que apoyarán la tesis para así poder
establecer una conclusión con base en el análisis realizado y los objetivos planteados.

2. Objetivo
2.1 Definir con base en los argumentos e ideas principales del texto, el concepto de
libertad y las diferencias entre este concepto según el punto de vista idealista o
material.

3. Tesis y argumentos
En el texto Dios y el estado de Mijail Bakunin, se aborda la libertad de los individuos
alcanzada y percibida según lo ideal o lo material. Lugo de explicar y analizar los dos conceptos
antes mencionados, es evidente la intención del autor de desvirtuar la definición idealista, por lo
que la materialista será entonces la que obedece a una lógica. Así pues, la tesis de esta reseña será
demostrar que la definición materialista es el único camino por el cual el hombre puede alcanzar la
libertad, ya que se es libre solo cuando los seres humanos que se rodean entre sí, son igualmente
libres para poder reconocerlo. La visión idealista corresponde a una visión teológica que, aunque
parezca predominar la paz interior y el desprendimiento de lo material como forma de alcanzar la
libertad, se ve que en la profundidad de sus orientaciones se oculta el egoísmo, el individualismo y
el aislamiento. La libertad según esta visión se alcanza desprendiéndose de lo mundano y material
y así se logrará la inmortalidad del alma, siendo un ser antisocial e infinito. Entonces el autor
afirma que:
Jesucristo tiene razón; entre la codicia de las riquezas materiales y la salvación de
las almas inmortales, hay una incompatibilidad absoluta. Y entonces, por poco que
se crea realmente en la inmortalidad del alma, ¿no vale más renunciar al confort y
al lujo que da sociedad y vivir de raíces, como hicieron los anacoretas, salvando su
alma para la eternidad, que perderla al precio de algunas decenas de años de
goces materiales? (Bakunin, 1882, pp 3-5)

Para ejemplificar los sacrificios que debe hacer el hombre para alcanzar la inmortalidad del
alma y la libertad que es inherente a esta, Bakunin comenta una leyenda sobre dos santos que
alcanzaron tal nivel por medio de la meditación, la oración y el aislamiento total en un lugar ya por
sí mismo apartado. Ante los ojos de los hombres esto es un acto estúpido, pero desde la cuestión
religiosa es una virtud y sacrificio que otorga a cambio la beatitud eterna y el espíritu divino.
(Bakunin,1882). Como se ve, es necesario que el hombre se aparte de los demás hombres para
alcanzar ese estado superior, entonces la visión idealista querrá hombres completamente
antisociales y desprendidos de todo lo material; ya que la sociedad y todo lo que tiene que ver con
ella corrompe al hombre, lo hace débil y dependiente a los demás. El aislamiento del individuo es
el principal error de la definición idealista, así lo expresa el autor en el siguiente apartado:
El error común y fundamental de todos los idealistas, error que por otra parte es
una consecuencia muy lógica de todo su sistema, es buscar la base de la moral en
el individuo aislado, siendo la verdad que no se encuentra y no puede encontrarse
más que en los individuos asociados. (Bakunin, 1882, pp 8-10)

Para sostener esta afirmación, Bakunin recurre a analizar el comportamiento del hombre
aislado o absoluto de los idealistas, al examinarlo es evidente el carácter egoísta del hombre
perteneciente a esta corriente, egoísta porque no le interesa los demás individuos de la sociedad y
si en dado caso llegara a apartarse de su aislamiento para interactuar con los hombres, lo haría
por interés siguiendo la consigna divina: "Amarás a dios más que a ti mismo y amarás a tu prójimo
tanto como a ti mismo” , pero si esto se analiza es posible llegar a la conclusión de que para
agradar a Dios y salvar el alma de cada quien, es necesario sacrificarse a sí mismo y al prójimo
para lograrlo. Entonces se observa la verdad oculta tras las palabras divinas que no dictan como
actuar en sociedad, sino que aún sin dictar el comportamiento apropiado, se dedica a controlarlas
únicamente.

Este es el egoísmo absoluto. Este egoísmo no disminuido, ni destruido, sino sólo


enmascarado en el catolicismo, por la colectividad forzada y por la unidad
autoritaria, jerárquica y despótica de la iglesia, aparece en toda su franqueza
cínica en el protestantismo, que es una especie de "¡sálvese quien pueda!"
religioso. (Bakunin, 1882, pp 15-16)

Viendo las contradicciones al analizar la definición idealista, se hablará entonces del materialismo
que es a su vez contrario al primer concepto:

El hombre no se convierte en hombre y no llega, tanto a la conciencia como a la


realización de su humanidad, más que en la sociedad y solamente por la acción colectiva
de la sociedad entera… (Bakunin, 1882, pp 6-7)

Para abandonar su estado de naturaleza es necesario que sea consciente de su humanidad y


mediante un acto colectivo con los demás individuos, pus fuera de la comunidad el hombre
permanecería en estado salvaje como un animal, así pues, la sociedad lo adiestra y lo hace
consciente de su humanidad y libertad mientras esté rodeado de otros individuos que también
estén en la capacidad de comprender su estado. La libertad del hombre consiste en hacer el bien
no porque les es ordenado, sino porque lo quieren y lo aman. Así lo menciona el autor:

La libertad no es, pues, un hecho de aislamiento, sino de reflexión mutua, no de exclusión,


sino al contrario, de alianza, pues la libertad de todo individuo no es otra cosa que el
reflejo de su humanidad o de su derecho humano en la conciencia de todos los hombres
libres, sus hermanos, sus iguales (Bakunin, 1882, pp 6-8)

4. Conclusión

No se puede decir y sentir libre si no es en compañía de otros hombres que comprendan


su humanidad y la del prójimo, solo es posible entre los individuos de la sociedad. Entre animales
es absurdo decirse libre ya que estos no poseen el concepto de humanidad y son incapaces de
reconocerlo, entonces la libertad será únicamente concebida dentro de la sociedad y la reflexión
del individuo perteneciente a un grupo, lo cual corresponde a la visión materialista que deja de
lado y contradice a la idealista, que como se observa presenta un mensaje egoísta donde la
libertad está dada por un ser supremo que dicta la manera en como debe ser alcanzada sin darle
importancia a la vivencia en sociedad y en cómo puede ser esta de manera armoniosa.

Reseñado por Ángela Lucía Peñaranda

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