Para el funcionamiento del sistema productivo que caracteriza al capitalismo se
establecieron unos roles de género muy definidos que principalmente pusieron a la mujer en desventaja, es nuestra obligación luchar por una sociedad justa para ellas. 2. Las personas que componen las relaciones amorosas, y cualquier otro tipo de relaciones no son herramientas ni medios para un fin particular. 3. Es necesario entender que las acciones que tomamos afectan las emociones y sentimientos de otras personas, por lo tanto, debemos actuar con responsabilidad para proteger los sentimientos de las personas que nos acompañan, entendiendo que argumentos del tipo “sin involucrar sentimientos” o “no somos nada” no caben en una relación anticapitalista. 4. En las comunidades, así como en la familia, cada miembro debe tener su voz y su espacio, a diferencia de las relaciones en las que hemos visto un autoritarismo del “proveedor”. 5. Tareas menospreciadas históricamente asignadas a la mujer, como el cuidado de los hijos y el hogar, no les corresponden a ellas. Además, el/la que las realice merece el reconocimiento dentro de la sociedad por la importancia de estas tareas. 6. El desarrollo del conocimiento se da bajo trabajo mancomunado y colaborativo 7. Los estudiantes no somos ni una herramienta ni un producto, por lo tanto, una nota no define ningún valor en nosotros 8. El mercado trata a los animales como objetos que cumplen un fin dentro de la alimentación de las personas, este sistema de producción es cruel y no tiene en cuenta a los animales como criaturas sentientes. Todavía existe un debate si esta producción realizada de mala manera significa que el consumo es igual de malo, sin embargo, evitar el consumo parece ser una manera de visibilizar el problema.