Está en la página 1de 3

Los escenarios de riesgos.

Una herramienta para la gestión


del riesgo.
En esta ocasión abordaremos el tema de los escenarios de riesgo. ¿Y qué es un escenario de
riesgo? Un escenario de riesgo es la descripción de un posible evento futuro que cause daño. Esta
descripción implica la caracterización de los elementos que se combinan en el riesgo, expuesta en
el tema anterior y las posibles medidas de intervención que pueden adoptarse para reducirlos o
eliminarlos. La construcción de escenarios es importante para el conocimiento del riesgo, una de
las primeras estrategias en la gestión del riesgo, y lleva implícito la caracterización de eventos
pasados y presentes para visionar prospectivamente un territorio.

La construcción de los escenarios de riesgo conlleva características como:

 Propósito del escenario de riesgo, en la cual se consideran los usuarios y las aplicaciones
del mismo, además de considerar los valores institucionales, si es normativo o
prescriptivo, la temporalidad y la secuencia de eventos interconectados.
 Proceso de diseño para el escenario, que puede ser intuitivo con base en criterios y
experiencias existentes o a partir de modelos computarizados cuantitativos y cualitativos.
 Contenido de los escenarios, en la cual se considera el cambio climático y las dinámicas
urbanas y rurales como temas presentes dentro del análisis de la vulnerabilidad.
 Pertinencia del escenario, relacionado a su función de legitimidad de todos los actores y
sectores involucrados y que convergen en un territorio determinado.

La construcción de escenarios parte de la evaluación de los riesgos como se expresó


anteriormente, es decir, de la caracterización de las amenazas, la evaluación de las
vulnerabilidades y la valoración de la exposición, permitiendo determinar los impactos
potenciales y esperados.

La construcción de escenarios incluye etapas como:

 El inventario de amenazas
 El análisis de cada amenaza
 El análisis de la vulnerabilidad
 La construcción de posibles escenarios de riesgos.

A continuación se detallarán cada una de las etapas contempladas en la construcción de


escenarios.

En la etapa uno, el inventario de amenazas, se espera generar como producto un listado de


amenazas o problemáticas consensuadas entre la población potencialmente afectada y las
instancias técnico científicas y locales, para lo cual se requiere que estén organizadas. Asimismo se
espera que se visibilicen los criterios utilizados para establecer prioridades. Dentro de las
principales actividades se propone identificar y enumerar las amenazas potenciales, en la misma
se sugiere realizar tareas como, presentaciones sobre registros históricos, planes existentes,
opiniones expertas y otros datos que sean útiles, sesiones de trabajo para identificar qué
amenazas deben incluirse en el análisis. Luego se propone una segunda actividad que es
establecer prioridades para abordar las amenazas identificadas, y se recomienda como una de las
tareas valorar la frecuencia en un periodo dado, las áreas potenciales de impacto, la exposición
estimada, la magnitud o intensidad esperada, la importancia asignada por los actores
involucrados. Asimismo se debe definir criterios para asignar valor a cada variable, y decidir por
consenso sobre las amenazas que deben priorizarse. En esta etapa puede decidirse si la
caracterización de la amenaza se realizará independiente o se utilizará el análisis de
multiamenazas con una correlación de cada una de las variables.

En la segunda etapa, el análisis de amenazas, el producto esperado es tener la amenaza


identificada con tres magnitudes o intensidades probables y con la descripción de sus respectivas
características, aparición, duración, frecuencia, recurrencia, zonificación. Dentro de las principales
actividades de esta etapa está la investigación de registro, la misma contempla tareas como:
identificación y compilación de estudios disponibles sobre la amenaza específica, búsqueda de
registros históricos en hemerotecas y otras fuentes como las bases de datos disponibles en la web,
entrevista a expertos en la materia. Otra actividad en esta etapa es el establecimiento de
intensidades y magnitudes, en la cual se tiene la tarea de usar la información disponible como
fuente de referencia. Ya sea histórica, a través de estudios técnicos o de probabilidades, para
establecer las magnitudes potenciales. En otras palabras, los niveles como alto, medio y bajo para
cada amenaza. Es posible que se requiera el desarrollo de modelos especializados dependiendo
del tipo de evaluación de registros seleccionada, abordada en la presentación anterior. Una
tercera actividad sugerida en esta segunda etapa, es la definición de la frecuencia y periodos de
retorno. Para cada uno de los niveles descritos se define qué tan a menudo ocurre, esto es, el
número de veces en un periodo específico de tiempo, y cuál es el periodo de retorno, periodo
dentro del cual se espera que ocurra un determinado evento de características particulares. Por
último, se propone en esta etapa la definición de zonificación, para cada uno de los niveles
descritos se definen las áreas que recibirán el impacto de la amenaza. Determine si es un área
limitada o si incluye una zona extensa, indique las características o efectos esperados del evento
con diferencias si es el caso, por ejemplo, el daño causado por un terremoto de acuerdo con la
geología, y el tipo de suelo de las diferentes áreas de una ciudad o territorio, una marejada de
acuerdo con la batimetría del área, curvas de nivel, una inundación en diferentes áreas de una
ciudad o territorio.

En la tercera etapa para la construcción de escenarios, denominada análisis de vulnerabilidad, se


espera como producto que la vulnerabilidad sea expresada con respecto a una amenaza
identificada en términos de elementos en riesgo, características de la población, exposición y las
capacidades de respuesta tanto de las instituciones como de las comunidades. Dentro de las
principales actividades se propone primeramente la determinación de los elementos expuestos
con respecto a la amenaza seleccionada. Se contempla la población, las viviendas y edificaciones
públicas, las líneas vitales, la infraestructura productiva, el medio ambiente suceptible de
afectación, y las instalaciones críticas para la respuesta; salud, albergues, escuelas, estaciones de
bomberos, instalaciones de importancia para la comunidad. Asimismo, otra de las actividades es la
determinación de las características de la población en riesgo, considerando la distribución
espacial según criterios como nivel o estrato socioeconómico, sexo, edad, discapacidad, idioma,
diferencias étnicas culturales, actividad económica principal y otras disponibles, los índices de
desarrollo humano u otros indicadores relativos a la calidad de vida, acceso a servicios de salud y
educación. Además se debe realizar un análisis de las capacidades organizacionales y señalar las
organizaciones presentes en la comunidad, capacidad de convocatoria, posibilidad de
cooperación, los antecedentes de preparación y respuesta en la comunidad, la estimación del
conocimiento sobre el riesgo particular, y las posibilidades de coordinación en caso de
emergencia. Y por último, una cuarta actividad es la estimación de las capacidades de respuesta
teniendo en cuenta las organizaciones y/o instituciones de primera respuesta presentes en la
comunidad, estimación de capacidades humanas, físicas, equipamiento y financieras, el análisis de
planes existente y el nivel de apropiación en las instituciones, la población, la prensa y otros
actores según corresponda. La existencia de planes específicos en atención a uno o más escenarios
y antecedentes de su utilización, la estimación de la existencia de una cultura de preparación y
respuesta ante determinados riesgos, la disposición de la población para recibir coordinación en
caso de emergencia.

Finalmente, la cuarta etapa es la construcción misma de escenarios de riesgo, se espera como


producto la descripción del evento detonante específico y los efectos consecuentes directos e
indirectos en atención a la información disponible. Para la construcción de un escenario se parte
de las magnitudes descritas para la amenaza determinando así tres niveles de impacto, alto,
medio y bajo. La primera actividad sugerida es la determinación del nivel de magnitud del evento
y para lo cual deben realizarse tareas como: seleccionar uno de los niveles descritos en el análisis
de la amenaza, por ejemplo, considere aquellos eventos que muestren un nivel designado de
magnitud superior a un periodo de 20 y 30 años. Es importante tomar en cuenta que si se
selecciona un nivel medio de hecho se están cubriendo circunstancias que pudieran ocurrir a un
nivel más bajo. La segunda actividad es el establecimiento de un evento detonante, y para el nivel
seleccionado, utilice los siguientes términos para describir la amenaza, principio lento o rápido,
duración del impacto, extensión geográfica, zonificación del impacto, magnitud o intensidad según
sea el caso, secuencia y características de la aparición del evento. Finalmente, se describe el
impacto esperado estableciendo los efectos directos potenciales para cada uno de los escenarios
descritos. Suministre detalles sobre el impacto probable en las personas, salud en el sentido
amplio del término, las instalaciones críticas y líneas vitales, las instalaciones críticas para
respuesta, las viviendas y edificaciones públicas, la infraestructura productiva, el medio ambiente.
De igual manera se describen los efectos indirectos como el impacto económico, social, político
y/o ambiental.

También podría gustarte