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Horacio Cerutti Guldberg - Utopia es Compromiso

Capítulo VI - Concepción de la utopía en la teología de la liberación, pp. 63-71

p. 63

'teología de la liberación ha
procurado, en sus diversas manifestaciones y con alcances dignos
de examinar con más detalle del que se puede dedicarle aquí, dar
cuenta de la experiencia de fe de las grandes mayorías cristianas del
continente histórico que conviene denominar nuestra América. La
utopía es uno de los ejes de esta reflexión'

p. 64

'Para rastrear acabadamente la


ubicación de la cuestión de la utopía en la génesis misma de la
teología de la liberación se requerirían algunas aproximaciones al
estudio actual de la escatología y la apocalíptica y al modo en que se
planteó la cuestión utópica en las obras de los principales
exponentes de la teología de la liberación, tanto católicos como
protestantes'

José Alviar (teólogo filipino): 'Uno de sus


aportes consiste en enfatizar la dimensión pneumatológica de la
escatología, además de rechazar abiertamente la incidencia de lo
utópico en el seno de esta temática. En el marco de lo que concibe
como una “teología dialógica”, conviene recuperar esta cita por su
valor indicativo de las posiciones que asume el autor:

p.65

“La escatología cristiana se ve también obligada a


dialogar con las propuestas utópicas intramundanas.
Como observa G. Gozzelino, en el ámbito de la
cultura posmoderna parece haber un interés por las
utopías, que no ha quedado apagado por el colapso
del experimento marxista. La esperanza cristiana
coincide a nivel superficial con las propuestas
“utópicas” (porque anima a los cristianos a labrar un
mundo mejor como reflejo de la gloria divina). A
nivel más profundo, sin embargo, se distancia de
tales propuestas. La escatología no puede dibujar
una meta puramente intramundana de
cumplimiento humano, sino insistir en la promesa
divina de un cumplimiento superador, cuyo
resultado final (nuevos cielos y tierra, reino de
justicia y de paz) excede las fuerzas y esperanzas
terrenales” (J. José Alviar, Escatología Balance y Perspectivas. Madrid, Cristiandad, 2001,
195 págs, pp. 82-83. )

p.66

Gustavo Gutiérrez: ' [...] colocando la cuestión de la utopía en el marco de las


relaciones entre escatología y política, tema general del capítulo,
pero, más especialmente, en el terreno de las luchas que se libraban
por aquellos años en la región. Y esto para evitar cualquier evasión
o fuga de la historicidad en que la cuestión se inscribe.

"No hay que olvidar sin embargo, que lo que le da


realmente vigencia y hace ver su fecundidad es la
experiencia revolucionaria de nuestra época. Sin
respaldo de la vida –y de la muerte– de muchos
hombres y mujeres que, rechazando un orden social
injusto y alienante, se lanzan a la lucha por una
nueva sociedad, el tema de la utopía no pasaría de
ser una disquisición académica" (Teología de la liberación, p. 354)

'Gutiérrez asocia la utopía a tres


notas capitales: 1) relación con la realidad histórica, 2) verificación
en la praxis e 3) índole racional.

"1) De acuerdo con el sentido clásico, acuñado por


Moro, la utopía está “marcada” por su relación con la
realidad histórica presente. La ficción, adornada por el
estilo literario y el fino humor de Moro, es la contrapartida
de la Inglaterra de su tiempo. Por tanto, su propuesta no es
la del regreso a un paraíso perdido, sino la comprometida
construcción de una ciudad del futuro. Ahora bien, la

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relación a la realidad histórica no es simple ni estática, sino


compleja y dinámica. Paulo Freire sugiere que se presenta
bajo dos aspectos complementarios, que se exigen
mutuamente, bajo la forma de denuncia del orden existente
en lo que tiene de injusto y anuncio de lo que será en tanto
presagio. Gran rechazo, en terminología de Marcuse, para el
momento retrospectivo y proyecto de lo que todavía no es,
pero será, en tanto momento prospectivo. Y cita a Eric Weil:
“Las revoluciones surgen cuando el hombre está
descontento de su descontento” y añade sutil e irónicamente
Gutiérrez: “(¿descontento de su reformismo?)”.
2) Entre la denuncia y el anuncio, siempre según
Freire, en quien Gutiérrez se apoya para este punto, se ubica
la praxis histórica de construcción de lo alternativo. Por eso
puede afirmar taxativamente el teólogo peruano “Si la
utopía no lleva a una acción en el presente, es una evasión
de la realidad”.
Así, la política verifica en su práctica que la
denuncia supere el nivel verbal y el anuncio no se quede en
ilusión.
3) La utopía es racional. Aquí se apoya en P.
Blanquart, a quien cita, para afirmar que la utopía “no es
irracional sino respecto de un estado superado de la razón
(la de los conservadores) ya que en realidad ella toma el
relevo de la verdadera razón”.
En este sentido, no sólo no
habría oposición ni exterioridad entre utopía y ciencia, sino
que la utopía vendría a ayudar en el avance más allá de los
límites de la ciencia y sería “el nervio mismo de su
creatividad y dinamismo”. Para ello proporciona la
mediación de la imaginación creadora. Y en esto se
diferenciaría de la ideología, que enmascara la realidad,
sirviendo a la conservación del orden establecido. Entre
paréntesis, hay que consignar que en nota 121 señala
agudamente Gutiérrez que Blanquart advierte la falta de la
noción de utopía en Althusser y, por tanto, las relaciones

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entre ideología y ciencia están dotadas de gran rigidez.


Blanquart propone la noción de apropiación, tomada de
Lefebvre, como negación de la alienación, para aludir a la
utopía que estaría presente en toda la obra de Marx. La
utopía, entonces, trabaja al nivel de la revolución cultural y,
según Freire, sólo los oprimidos pueden denunciar y
anunciar; empuñar utopías revolucionarias"
(Not all direct quotations, Teología de la liberación, pp. 355-360)

***
'Uno de los aspectos más reiterados en su obra por Gutiérrez, es la
triple dimensión de la noción de liberación: económica, social y
política, la cual conduce a la creación de hombres y mujeres nuevos
en una sociedad solidaria. Es un solo proceso que articula en una
unidad diferenciada estos tres niveles de significación. El primer
nivel corresponde a la racionalidad científica, el segundo al
proyecto utópico histórico, el tercero al plano de la fe. La utopía
constituye entonces, ni más ni menos que el “lazo” que permite una
unión correcta entre política y fe'

[...]

'La utopía entonces, como mediación entre política y fe


dentro del único proceso de liberación, retoma la consigna del Che
del ser humano nuevo, integral, más libre. No se trata entonces de
transformar al luchador político en un soñador, sino de hacerlo
más crítico y racional, precisamente por esa mediación de
imaginación creadora, que evita los dogmatismos'

***

p.69

'La fe, por su parte, anuncia que “lo definitivo se está


construyendo en lo provisional”. [...] La esperanza cristiana evita “toda
confusión del Reino con una etapa histórica determinada, toda
idolatría frente a un logro humano inevitablemente ambiguo, toda
absolutización de la revolución”'

Conclusions:

'- La utopía es plenamente resignificada, acorde con


su tradición clásica, en el marco de la teología de la
liberación propuesta por Gutiérrez.
- Ocupa un privilegiado lugar epistémico y práxico,
que hace posible las correctas relaciones entre acción
política y fe cristiana.
- No se identifica con el Reino y, por lo tanto, sus
relaciones con la escatología distan de ser simplistas.
- Sus relaciones de complementariedad con la
ciencia la dotan de una fecundidad insospechada al
pugnar por transgredir los límites del orden
establecido, que incluye un orden mental y
epistémico conservador.
- La utopía se distingue de la ideología y de toda
manipulación clerical o religiosa, de toda ideología
cristiana que bajo la forma de mesianismos político-
religiosos retrotraigan la lucha revolucionaria –por

p.70

la liberación en sus tres dimensiones- a movimientos


infra-políticos, evasivos de la historia'

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