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FORO INTERNACIONAL POR EL DIÁLOGO Y

DESARROLLO
DIALOGO Y SOSTENIBILIDAD EN EL ABORDAJE DE LOS CONFLICTOS
SOCIALES EN AMERICA LATINA

Fecha: 5 de Setiembre, 2014 / Lugar: Country Club Hotel (por definir)


MARCO TEORICO

La problemática

En las últimas décadas, el Perú y muchos países de América Latina vienen


experimentando un ciclo de expansión económica, basado en la exportación de
materias primas, la apertura de los mercados, la inversión extranjera y las reformas a
la administración pública. Este proceso viene acompañado con diferentes demandas
de la población y el empoderamiento de sectores sociales y económicos excluidos.
Los mecanismos de reclamo, en muchos casos, han llevado al aumento de la
conflictividad social.

Un estudio reciente patrocinado por el PNUD (Calderón et al, 2012) señala, los
Estados latinoamericanos gestionan un promedio de 11 conflictos nuevos por mes, en
términos generales; los países que registran el número más alto de conflictos son
Bolivia y Argentina, con un total de conflictos superior a los 200. Por otro lado, los
países menos conflictivos de la región son Costa Rica, Chile y El Salvador, con un
promedio de 59 conflictos. Mientras en un extremo está Bolivia con un promedio de
21,8 conflictos nuevos por mes, en el otro está Costa Rica, con un promedio de 2,3).
El análisis muestra que la relación entre conflictividad y radicalidad en América Latina
revela por lo menos tres situaciones: 1) existe un grupo de países con alta
conflictividad y baja radicalidad y violencia, entre los cuales se ubica el Perú; 2) un
segundo grupo evidencia baja conflictividad y una muy alta radicalización, como
sucede en Chile y Venezuela; y 3) hay un grupo de países con baja incidencia de
conflictos sociales y baja radicalización, como ocurre en Colombia , República
Dominicana, Costa Rica, El Salvador, Paraguay y México.

Los estados latinoamericanos, sin ser los únicos referentes de los conflictos, son los
actores más demandados: 8 de cada 10 conflictos lo tienen como principal referente
de las demandas sociales al Estado, confirmándolo como el centro del malestar
colectivo.

Entre los factores que producen esta realidad podemos señalar: a) El clima social de
deterioro de la calidad de vida b) la presencia de distintos tipos de brechas sociales y
sociedades caracterizadas por una desigualdad c) Las dinámicas de
inclusión/exclusión d) La ausencia de estado e) la débil relación entre políticas
públicas y demandas de la población f) La presencia de la industria extractiva en
regiones pobres

Existe a su vez, diferencias entre países en los cuales existe un desfase crónico entre
instituciones débiles y demandas sociales contundentes, o bien sociedades con
instituciones fuertes pero con escasa cantidad de conflictos donde, sin embargo, los
niveles de radicalidad altos.
La respuesta de los Estados

Los últimos veinte años hemos visto cómo se ha ido fortaleciendo en la región la
tendencia a canalizar las demandas sociales apelando a mecanismos distintos a los
establecidos por los marcos formales e institucionales. Los actores sociales han
empezado a adoptar la confrontación y el conflicto como los medios más eficaces para
hacer oír su voz y lograr que sus demandas sean atendidas.

Ante esta realidad. Surge las preguntas ¿Qué capacidad tienen los Estados y la
sociedad para procesar el conflicto? ¿Cuál debería ser la gestión del manejo de
conflictos?

Los estados de América Latina han respondido de distintas maneras. Los esfuerzos
que vienen realizando diferentes países como Colombia, Bolivia, Brasil son necesarios
conocer, compartir entre los diferentes estados de la región. Para lograr el objetivo de
desarrollar un Estado legítimo con instrumentos y espacios institucionales amplios y
eficaces para procesar de manera positiva los conflictos y, al mismo tiempo, una
sociedad activa y dinámica caracterizada por una fuerte participación ciudadana en la
vida pública.

Enfoques y modelos de Política Pública para el abordaje de conflictos

No existe una política pública definida para el abordaje de conflictos sociales. Estos
se derivan de los análisis de la relación sociedad, estado y recursos naturales. Los
enfoques que han analizado el tema son de los más variados y van desde que
aquellos que sostienen que la industria extractiva – fuente de conflictividad en muchos
países- no puede convivir con el desarrollo sostenible y que no puede producir
medidas efectivas para reducir la pobreza, respetar el medio ambiente.

En ese sentido, la conflictividad se debería a la matriz de la relación sociedad y


recursos. En esa línea, se desarrolló la teoría de la Maldición de los recursos (Auty,
1993, 2001. Sachs y Warner 1995). El cual dejaría sin acción al Estado y a muchos
actores.

Otro enfoque sostiene que son suficientes las regulaciones estatales, legales y que el
estado de derecho ofrece instrumentos suficientes para garantizar su desarrollo. La
debilidad estatal impide el desarrollo que Latinoamérica desaprovecho
sistemáticamente. (Lederman y Maloney, 2007). En este enfoque, El uso del
monopolio de la fuerza pública por parte del Estado sería necesario para el abordaje
de las diferencias.

Un enfoque más institucionalista se deriva del análisis que sostiene que las
instituciones son centrales en el desarrollo, El desarrollo requiere de instituciones. Son
normas, conductas y capacidades humanas las que deben desarrollarse. El
fortalecimiento de instituciones y la generación de nuevas son caminos que propone
este enfoque. (Daron Acemoglu y James A. Robinson, 2013).
En ese, sentido, desarrollar y analizar los enfoques de política pública es central para
el futuro de nuestros países, si tenemos en cuenta los probables escenarios que van
desde países guardan un orden institucional rígido o desproporcionado, cuyo abordaje
del conflicto tiende a ser represivo o a negar el conflicto. Otros países con alta
vulnerabilidad frente al conflicto pero con limitaciones institucionales para gestionarlo y
países que vienen desarrollando respuestas pero que requieren reformas
institucionales.

La construcción del modelo peruano

En este escenario, el Estado Peruano optó por aproximarse al tema a fin de


comprender mejor la naturaleza y características de estos fenómenos, analizaron las
lecciones y aprendizajes que de ellas se pueden derivar. El resultado fue la
construcción de un modelo de prevención y gestión de conflictos sociales que está
mostrando resultados alentadores.

El enfoque peruano se basa en el dialogo como herramienta central y la capacidad de


generar desde el estado instrumentos que hagan sostenible los acuerdos. En este
enfoque, el fortalecimiento y promoción de instituciones. La capacidad de
procesamiento del conflicto no sólo está establecida por la capacidad del Estado y de
su institucionalidad de gestionarlo y/o mediarlo, sino también por la forma que tiene de
interpretarlo y de abordarlo.

El Modelo entiende el Dialogo, como un espacio de comunicación, consulta y


negociación sobre cuestiones de interés común y la Sostenibilidad comprendida en el
sentido universal de satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin
comprometer las posibilidades de las del futuro para atender sus propias necesidades.
Todo en el marco de un Estado de Derecho. La Institucionalidad y la Gobernanza. La
búsqueda de legitimidad, ciudadanía, visión de futuro y sobre todo respeto a los
derechos ciudadanos.

Para ese fin, El Estado peruano ha desarrollado tres estrategias de intervención:

1. Nuevas políticas de relación Empresas – Comunidades

2. Nuevas políticas de relación Estado-Empresas

3. Nuevas políticas de relación Estado-Sociedad

En este marco, es necesario el debate de políticas públicas para el abordaje de


diferencias, controversias y conflictos. Un foro internacional que analice y comparta las
experiencias de los diferentes estados en América Latina y debata el modelo peruano
en construcción.
OBJETIVO GENERAL:

Debatir el avance de las políticas públicas de los diferentes Estados Latinoamericanos


para abordaje de diferencias controversias y conflictos

OBJETIVOS ESPECÍFICOS:

1. Analizar la situación de conflictividad en los países de América Latina.

2. Presentar el modelo peruano y debatir sobre cuál debería ser la gestión del
manejo de conflictos y el abordaje de la conflictividad social.

3. Debatir el modelo peruano con las dimensiones institucionales


desarrolladas por los Estados para la prevención y gestión de los conflictos
sociales.

4. Debatir sobre los retos para la institucionalización del diálogo y la


incorporación de la política del diálogo en los objetivos estratégicos de los
gobiernos y las empresas.

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