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ALGUNOS CONCEPTOS GENERALES SOBRE PARASITOLOGÍA VETERINARIA Página 1 de 9

UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA
FACULTAD DE CIENCIAS AGRARIAS
ESCUELA DE MEDICINA VETERINARIA

PARASITOLOGÍA PRACTICA VETERINARIA


1
Edison A. Cardona Z .

Generalidades de la Parasitología Veterinaria

Introducción al estudio de los parásitos:


Morfología, fisiología, nomenclatura y clasificación

Temas de este capítulo

• Estudio de los parásitos


• Generalidades sobre la morfología de los Parásitos
• Características fisiológicas de los Parásitos
• Nomenclatura zoológica

ESTUDIO DE LOS PARÁSITOS

Desde hace millones de años los animales y las plantas han competido por alimento y por
espacio. Los parásitos han invadido prácticamente a todos esos organismos; a éstos se les llama
huéspedes u hospederos y proporcionan al parásito alimento y protección.

El parásito tiene un papel importante en la regulación de las poblaciones de huéspedes, ya que


algunas veces disminuye la reproducción de estos y en otras ocasiones los mata. Los parásitos
se adaptan a los diferentes “habitat = medios” del huésped; es decir, piel y tejido subcutáneo,
cavidades, tejidos y sangre. La mayoría de los animales albergan una o varias especies de
parásitos, con cientos o miles de especímenes. El número de especies parásitas supera a las de
vida libre. La mayoría de las especies de parásitos se encuentra entre los protozoarios,
helmintos, artrópodos y pentastómidos. El huésped y los parásitos constituyen una comunidad
de organismos, que viven en estrecha relación y ejercen un efecto profundo mutuo.

Parásito: Animal o vegetal que en forma permanente o temporal y de manera obligatoria debe
de nutrirse a expensas de otro organismo llamado huésped, sin que esta relación implique la
destrucción del huésped como lo hace un depredador.

1
Médico Veterinario, Registro profesional. Nº 08097; Especialista en Diagnóstico de Enfermedades Parasitarias; Magíster en
Entomología.. Doctorando en Biología. Coordinador Línea de Investigación en Entomología y Parasitología Veterinaria, Grupo
Centauro, Categoría A. COLCIENCIAS 2005. Facultad de Ciencias Agrarias – Universidad de Antioquia. Medellín -
Colombia. E-mail: parasitocard61@yahoo.es
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El concepto parasitismo se utiliza para indicar la compleja relación huésped-parásito. La vida de


muchos animales o plantas depende de otra especie, con la cual hay un intercambio fisiológico.
Esta relación se conoce con el nombre de simbiosis y de ella hay varias categorías:

Comensalismo. Asociación entre dos organismos; generalmente el más pequeño recibe todo el
beneficio mientras que el otro no recibe ninguno, pero tampoco es dañado. La relación básica
entre estos dos organismos puede ser de espacio, de sustrato, defensa, protección, transporte o
alimento. Si la asociación es sólo de transporte pasivo del comensal por el huésped se le llama
foresis.

Mutualismo. Esta asociación tiene lugar cuando ambos miembros se benefician, por ejemplo en
el mutualismo de las termitas y los flagelados intestinales que digieren la celulosa y entre los
rumiantes los ciliados del rumen.

Parasitismo. Es una asociación entre dos organismos de distinta especie, en donde la


dependencia del parásito respecto al huésped es metabólica y supone un mutuo intercambio de
sustancias.

Esta dependencia es el resultado de una pérdida de información genética por el parásito. Es una
forma normal y necesaria para un organismo que vive sobre o dentro del huésped, el cual es
generalmente una especie más evolucionada que el parásito; el cual se nutre a expensas del
huésped sin destruirlo como el depredador, pero en algunas ocasiones le causa daño, afectando
su salud e incluso llegando a causarle la muerte. En general tiende a mantenerse cierto equilibrio
aparente, el cual es necesario detectar con cuidado.

Ahora bien, el parasitismo puede presentarse en diversas formas y en este sentido se tendrá un
parasitismo obligado o necesario, un parasitismo facultativo y un parasitismo incidental.

En el primer caso es condición fundamental, indispensable y necesaria para toda la vida del
parásito que toda su existencia o parte de ella la haga a expensas del huésped; con ello quedan
definidas dos formas de parasitismo obligatorio: el permanente y el temporal.

La mayoría de los protozoarios y helmintos parásitos son ejemplos de parasitismo obligatorio y


permanente. Los artrópodos hematófagos como garrapatas, piojos, pulgas y mosquitos, que sólo
ejercen el parasitismo cuando pican la piel para succionar sangre, son ejemplos de parasitismo
obligado y temporal. Dentro del parasitismo obligatorio y necesario se debe distinguir el
parasitismo periódico, ejercido por los estados larvarios de moscas; en efecto, éstas tienen en el
estado adulto vida libre y en el estado de larva viven como parásitos sobre distintos huéspedes.
Las miasis o gusaneras de los animales domésticos y el hombre, son ejemplos de parasitismo
periódico.

En el parasitismo incidental, seres de vida libre llegan al organismo animal, como su nombre lo
indica. Incidentalmente viven cierto tiempo en el tracto digestivo o en las cavidades de éste sin
que exista adaptación entre el parásito y el huésped, hasta que aquél es expulsado o termina con
la vida de éste, cuando la gravedad de las lesiones que produce comprometen la existencia del
huésped. Algunas larvas de moscas constituyen ejemplos de este tipo de parasitismo.
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El parasitismo facultativo ocurre entre seres inferiores que viven habitualmente sobre sustancias
en descomposición (razón por la cual se les llama saprozoicos), pueden penetrar en el organismo
animal y adaptarse a la vida parasitaria, como es el caso de larvas de la mosca doméstica, capaz
de producir miasis en los animales y en el hombre.

En los diferentes grados de parasitismo hay que distinguir otros aspectos que existen en la
relación huésped-parásito.

Los parásitos erráticos son aquellos que en el estado adulto se les ha encontrado en órganos que
no son los habituales dentro de su evolución normal. Por ejemplo Fasciola hepática que
normalmente se encuentra en estado adulto en conductos biliares, se ha encontrado en tejido
subcutáneo, pulmones, útero o expulsada en la orina. Al nematodo Áscaris suum, parásito del
intestino delgado del cerdo, se le ha encontrado en vías biliares y Ascarídia galli en el huevo de
gallinas.

Hiperparasitísmo. El hiperparasitismo es la acción que ejercen algunos parásitos sobre otros.


Se observa este tipo de asociación en la garrapata Boophilus microplus parasitada por Babesia
bigemina; los huevos de Heterakis gallinarum por eÍ protozoario Histomonas meleagridis.

Parásitos auxiliares. ( Parasitoides) Son aquellos que se emplean en la lucha contra otros
parásitos, o las plagas que ellos constituyen. Por el momento su principal aplicación tiene lugar
en la agricultura.

Se da el nombre de pseudoparásitos a una serie grande de formaciones de origen vegetal, de


tamaño microscópico o macroscópico, con organización definida y que son expulsadas en las
excretas, mezcladas accidental o intencionalmente, o extraídas de sus cavidades y que son
confundidas con los verdaderos parásitos o sus estados evolutivos, tales como esporas de
hongos. A algunas células vegetales se les puede confundir con huevos de helmintos o quistes
de protozoarios.

El parasitismo es el resultado de adaptaciones, con pérdida o ganancia de estructuras, por lo


tanto, puede ocurrir pérdida de funciones bioquímicas como el adaptarse a vivir en otro
organismo o a una ausencia de esa función en su ancestro de vida libre, lo que ha dado lugar a
un refinado sistema nervioso central en los nematodos y una aparente simplicidad en las
conexiones periféricas.

Otro campo de adaptación ocurre en el campo de la endocrinología, llegando el


estudio de las hormonas a incrementar el conocimiento de las neurosecreciones, como un
proceso en la escala evolutiva, como ha sido demostrado en los nematodos que tienen células
nerviosas. La estimulación de las células sensoriales puede dar lugar directamente a una relación
hormonal que establece la posibilidad de integración directa entre el medio y determinados
órganos y los parásitos que alberga el huésped.
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NOMENCLATURA ZOOLÓGICA

El hombre ha dado diferentes nombres a los animales y a las plantas para distinguirlos, aunque
para esto se utilizan nombres comunes, éstos no se comprenden en todo el mundo, en parte
debido a las barreras del idioma y también porque no siempre se aplica un nombre común al
mismo organismo en distintos países, incluso en diferentes partes del mismo país. Para superar
esta dificultad se ha ideado la denominación científica binomial compuesta de un nombre
genérico y otro de especie. Por acuerdo internacional estos nombres son de origen griego o
latino, o adoptan la terminación clásica si no son de esa procedencia. Por ejemplo los nombres
Fasciola hepática y Taenia pisiformis se aplican en todo el mundo a dos helmintos diferentes.

El primer vocablo del nombre binomial corresponde al género y el segundo a la especie. Esta
combinación para denominar una especie animal o vegetal se llama nomenclatura binomial.
Para los animales data de la 10a. edición del Systema naturae, de Linneo, publicado en 1758.

Aunque el concepto de nomenclatura binomial es relativamente sencillo, su aplicación ha


ofrecido muchas complicaciones y originado verdaderas dificultades que han confundido al
estudiante de parasitología y al veterinario.

Los nombres genéricos se pueden aplicar a dos grupos de organismo si uno de ellos pertenece al
reino animal y otro al vegetal; pero el mismo nombre no debe aplicarse a dos géneros del mismo
reino.

Algunos nombres de especies o de géneros se reconocen hoy como sinónimos absolutos de otros
que tienen prioridad. Ejemplos de éstas se encuentran en especies idénticas que han sido
descritas con distintos nombres en diferentes huéspedes o localidades.

Estudios recientes sobre la biología de varios parásitos revelan que han desarrollado diferencias
fisiológicas en especies morfológicamente idénticas. Estas cepas se distinguen a veces por el
huésped, como sucede con Hymenolepis nana; parásito del hombre, de la rata y del ratón, pues
la cepa adaptada a uno de esos huéspedes no infecta con facilidad a ninguno de los otros dos.

Como las investigaciones biológicas y el estudio de los ciclos evolutivos prosiguen con
creciente intensidad y se perfeccionan los conocimientos sobre genética de los parásitos, el
concepto de especie se ha hecho más concreto.

Las primeras descripciones de las especies se basan en las similitudes y diferencias


morfológicas y, por lo tanto, el concepto de especie era fenotípico; pero los más modernos
métodos de estudio dan un concepto más acorde con su naturaleza: el genotipo. También los
huevos de helmintos y larvas que se encuentran en los pastos y que siendo de vida libre recorren
el tracto digestivo y al ser expulsadas con las materias fecales, pueden prestarse a confusión con
los verdaderos parásitos. Esto puede suceder con larvas rabditiformes que se ingieren con los
vegetales que se encuentran en el suelo y que pueden ser confundidas con larvas rabditiformes
de Ancylostoma o de Strongyloides.

El poliparasitismo se debe a la presencia de parásitos de la misma especie o de especies


diferentes; su presencia es la más común en las parasitosis de animales domésticos.
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Huéspedes. Seres en los que el parásito alcanza su completo desarrollo, estado adulto o fase
sexual y recibe el nombre de huésped definitivo. Ahora bien, este estado de parásito adulto o
fase sexual lo puede alcanzar de manera directa o previo pasaje de sus formas evolutivas a
través de otros seres, diferentes en estado evolutivo y entonces toman el nombre de huéspedes
intermediarios, en cuyos organismos se desarrollan las fases larvarias o los estados asexuales.
En el primer caso se dice que el parásito tiene evolución directa y, en el segundo, evolución
indirecta. El Oxyuris equi es un ejemplo de parásito con evolución directa ( Ciclo de vida
directo ), ya que el huevo embrionado e infectante, al ser ingerido por otro huésped, dará lugar a
otro nematodo adulto. La Taenia solium, parásito del hombre, es adquirida por éste al ingerir
carne de cerdo mal cocida que contiene la larva de este céstodo en forma quística denominada
Cysticercus cellulosae. A su vez, el cerdo para desarrollar este estado larvario en sus músculos,
ha tenido que ingerir junto con los alimentos, los huevos embrionarios de Taenia solium,
expulsados por el hombre en sus materias fecales. En este caso el hombre es el huésped
definitivo y el cerdo el huésped intermediario de Taenia solium, por lo tanto este parásito tiene
una evolución indirecta. ( Ciclo de vida indirecto )

GENERALIDADES SOBRE LA MORFOLOGÍA DE LOS PARÁSITOS

Es importante para el estudiante de Parasitología Veterinaria, conocer la forma externa e interna,


dimensiones, color y aspecto general de las diferentes especies o géneros de parásitos, ya que
son las características morfológicas en primer lugar las que se utilizan para identificar a los
diferentes especímenes, según la forma que adquieren en la escala zoológica, así como en sus
diferentes estados evolutivos, ejemplo: huevo, larvas, adultos macho y hembra, difieren a veces
considerablemente y por otra parte, son de gran utilidad para establecer el diagnóstico
parasitológico. De acuerdo con sus características morfológicas, fisiológicas y filogenéticos se
ha dividido a los animales para su estudio en varios grupos. Los parásitos de importancia en
medicina veterinaria están considerados en los siguientes grupos: Phylum Protozoa, Phylum
Ciliophora, Phylum Platyhelminthes, Phylum Acantocephala, Phylum Nematoda, Phylum
Arthropoda, Phylum Pentastomida.

Los protozoarios abundan en océanos, agua dulce, suelo y cuerpo de animales y plantas. En
general su tamaño es microscópico y aunque consiste de una célula con uno o más núcleos, tiene
estructura compleja, con fisiología y comportamiento. Su complejidad ha llevado a llamarlos
acelulares, para distinguirlos de las células de los metazoarios y plantas; aunque muchos
protozoarios pueden vivir en colonias, cada protozoario mantiene su función independiente. La
mayoría de las formas celulares están presentes en los protozoarios y cada subphylum tiene su
forma característica, como ejemplo se puede citar: ameboide como las amibas, piriforme como
Babesia, esférica, elipsoidal y esferoidal como los quistes de Eimeria, formas de anillo en
Babesia, en forma de huso en Trypanosoma, etc.

Los ciliados tienen caprichosas formas esféricas y ovales con diferentes proyecciones y
cubiertas de cilios.
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Los platelmintos, como su nombre lo indica, tienen un cuerpo aplanado dorsoventralmente. Los
parásitos que se estudian están comprendidos entre los céstodos o cuerpo en forma de cinta
dividido en varios segmentos (ejemplo, Taenia) y por otra parte los Trematodos con cuerpo
insegmentado y forma foliácea, por ejemplo Fasciola.

Los Nematodos o gusanos con cuerpo cilíndrica, con extremos terminados en punta como
ejemplo Ascaris suum o con forma esferoide como las hembras de Tretrameres

Los acantocéfalos tienen forma cilíndrica con ganchos en su extremo anterior.

Los artrópodos poseen un exoesqueleto de naturaleza quitinosa y patas articuladas.

El color de los parásitos se puede analizar si se separa a los endoparásitos o parásitos internos
y a los ectoparásitos o externos: La ausencia de pigmentación es la regla en los endoparásitos,
resultando de color blanco o amarillento dado por la permanente oscuridad de su habitat.
Cuando los endoparásitos tienen un color definido no es debido a la pigmentación del tegumento
como las especies libres, sino a la coloración del alimento en el tubo digestivo, a granos
alimenticios, a huevos o pigmentos respiratorios.

Los ectoparásitos, desde el punto de vista coloración, muestran una interesante variedad de
colores como las moscas, piojos, garrapatas y pulgas.

Otras estructuras morfológicas son los órganos de fijación que son unas de las estructuras más
características de la mayoría de los parásitos ya que si el parásito existe es porque se ha podido
mantener en el huésped. Dentro de la amplia variedad de órganos de fijación están los ganchos y
las ventosas, presentes en endoparásitos y ectoparásitos con varias modificaciones tales como
pinzas, tijeras, tentáculos, filamentos, cerdas, ganchos, etc.

En relación al aparato digestivo, es obvio que el modo de vida parasitaria provoque cambios del
tracto digestivo de los parásitos, estos cambios difieren mucho de un grupo a otro. Muchos
parásitos hematófagos se alimentan en forma continua o intermitente, si tienen largos períodos
de ayuno, hay hipertrofia como la observada en moscas y mosquitos; el abdomen es flexible y se
expande cuando se llena de alimento. Este tipo de alimentación requiere la acción de glándulas
que secretan sustancias anticoagulantes.

En contraste a este grupo están aquellos en los que el tracto digestivo se ha atrofiado, como en el
caso de los céstodos del intestino y en algunos nematodos intestinales hay una reducción del
tamaño del mismo tracto, como en el caso de Trichinella.

Otros órganos presentes en los parásitos son el sistema nervioso, principalmente en los
helmintos y artrópodos; sin embargo, en algunos ciliados Holotricos del tracto digestivo de
rumiantes, poseen una vacuola contráctil de estructura complicada y considerada como organelo
sensorial.

El sistema excretor y osmorregulador está presente, así como un aparato respiratorio con
adaptaciones especiales.
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Los órganos de la locomoción en ectoparásitos están bien desarrollados, patas, alas. Lo están en
menor grado en los endoparásitos en los que existen cilios, flagelos, seudópodos o bien causan
contracciones del cuerpo para desplazarse.

La reproducción y, por lo tanto los órganos reproductores tienen la función dominante en la


mayoría de los parámetros, se puede decir que las otras funciones vitales están dominadas por la
reproducción dando como consecuencia una variedad de formas de acuerdo con las adaptaciones
que se han tenido que realizar.

Hay una serie de adaptaciones morfológicas en los estados larvarios y quísticos de los parásitos
tales como mudas, protección de capas especiales en los huevos y quistes de protozoarios. En
formas larvarias de céstodos, como los cisticercos, cisticercoides; plerocercoide, quistes
hidatídicos y coenurus, cuyas adaptaciones obedecen a su localización principalmente. Por otra
parte, los huevos de nematodos como los de Ascaris con gruesas capas protectoras o las mudas
de la larva 3 de Haemonchus o las microfilarias de Setaria. También los huevos de varios
insectos han sufrido interesantes adaptaciones morfológicas como las de los huevos de
Hypoderma o de Gasterophilus que deben permanecer fijos al pelo, habiendo desarrollado útiles
abrazaderas para quedar sostenidos durante algún tiempo en el huésped.

CARACTERÍSTICAS FISIOLÓGICAS DE LOS PARÁSITOS

Las bases fisiológicas y bioquímicas son similares básicamente a los animales de vida libre. Sin
embargo, en algunos casos hay grandes diferencias, debidas a los requerimientos únicos de los
parásitos:

Dos componentes intervienen en el sistema huésped-parásito; son organismos que tienden a


mantener un equilibrio, para lo cual existe un continuo intercambio entre los dos, y continúen
las relaciones básicas. Por lo tanto, para entender la fisiología y la bioquímica debe considerarse
como una interfase huésped-parásito. A la interfase se le conoce como la superficie a través de
la cual toma lugar el intercambio fisiológico e inmunológico de importancia. Para eso es
necesario el paso de sustancias, posiblemente antígenos, del parásito al huésped en forma de
secreciones, excreciones y eyecciones. La acción contraria consiste en la absorción de
nutrientes, con el intercambio osmótico, iónico y la eventual producción de anticuerpos en el
huésped.

Muchos parásitos habitan en medios con poco oxígeno, habiéndose discutido la aerobiosis y la
anaerobiosis. Sin embargo, se debe de recordar que el oxígeno es necesario para procesos
diferentes a la respiración, como la oxidación de aminoácidos. Los parásitos son oportunistas
metabólicos, si una molécula está disponible puede ser utilizada. Por lo tanto, si hay oxígeno
disponible éste se puede utilizar para la respiración o para otra función metabólica.

Efectos generales de los parásitos (Enfermedades parasitarias)

Las parasitosis afectan a todas las especies animales, domésticas y no domésticas, causando
serios problemas, que a veces repercuten en la salud humana, ya que algunos se transmiten
sobre todo a los niños mediante las mascotas. Por otra parte en los animales productivos las
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infestaciones por parásitos ocasionan graves pérdidas económicas al provocar diarreas, anemia,
baja de peso y a veces la muerte.
Los mecanismos por los cuales se presentan estos cuadros son debidos a los daños que los
parásitos ocasionan en los tejidos intestinales, pulmonares, hepáticos y en otros órganos , estos
daños se deben a:

1. Efecto obstructivo: Los gusanos forman verdaderas madejas que taponan el intestino,
los bronquios o vasos sanguíneos de los animales, alterando el paso del alimento, el aire o la
sangre.

2. Efecto irritativo: Los parásitos ejercen un efecto irritativo con su sola presencia sobre la
mucosa, tanto por sus movimientos como por los del intestino, provocando en este último caso
diarreas intermitentes.

3. Efecto exfoliatriz = expoliatriz: Lesionan la mucosa intestinal con sus ganchos de


adherencia y succionan sangre, lo que provoca no solo una irritación sino también anemia, por
la falta de absorción de nutrientes y por la pérdida de sangre.

4. Efecto tóxico: Los parásitos eliminan sustancias resultado de su metabolismo y estas


sustancias actúan como alergenos o a veces como tóxicos, provocando una mayor inflamación
local y en ocasiones cuadros de intoxicación generalizada. Los animales mueren por efecto de
las toxinas liberadas por el parásito.

5. Inmunosupresor: Un animal parasitado no aprovecha los nutrientes, presenta


hipoproteinemia y por lo tanto poca producción de anticuerpos. El resultado de lo anterior se
traduce en:

• Animales en malas condiciones.


• Que no se desarrollan adecuadamente.
• Que presentan enfermedad digestiva o neumónica que no cede a los tratamientos con
antibióticos.
• Problemas de trombosis y embolias.
• Infecciones bacterianas de asociación debidas a las lesiones causadas por los parásitos y
a la baja de defensas de los animales.
• Muerte. A la necropsia se confirma la presencia de los parásitos, ya sea en el tracto
digestivo, en las vías respiratorias y pulmones, en el hígado, corazón y vasos sanguíneos.

La única forma de evitar el mayor daño posible es mediante calendarios adecuados de


desparasitación, los cuales dependen de la edad y tipo de animales, tipo de explotación,
condiciones climáticas y especies de parásitos existentes. Debe considerarse el alto potencial de
infestación de los parásitos, pues algunos de estos como los ascarididos ponen hasta 100,000
huevos al día por cada parásito adulto. Esto, más el hecho de que estos huevos pueden
sobrevivir en el medio ambiente hasta por varios años hace imposible la erradicación y establece
la necesidad de programas de control que mantengan las poblaciones parasitarias en niveles lo
más bajo posible.
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BIBLIOGRAFÍA

Quiroz, R. H. 1984. Parasitología y Enfermedades parasitarias de animales domésticos”..


Editorial Limusa, México. 876p. © 1989, EDITORIAL LIMUSA, S. A. de C. V.
Balderas 95, Primer piso, 06040, México, D. F. Primera edición: 1984; Primera
reimpresión: 1986 ; Segunda reimpresión: 1988; Tercera reimpresión: 1989. Impreso en
México. ISBN 968 - 18 - 1674 - 9

Mehlhor, H y Piekarski, G. 1993. Fundamentos de Parasitología: Parásitos del hombre y


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Soulsby, E.J.L., 1988. Parasitología y enfermedades parasitarias en los animales domésticos.


México: Interamericana. 823 p.

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