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ANALISIS DEL CONTENIDO Y ALCANCE DE LA SENTENCIA DE FECHA 19/11/2013 DE LA SALA

CONSTITUCIONAL, CASO ARMANDO GUTIERREZ HENAO VS ZULAY JOSEFINA VIÑA, EXP. 13/0420
( PUBLICACION DE EDICTO).

Con respecto a lo solicitado en el capitulo denominado PETITORIO del escrito , la Juzgadora considera
inútil reponer la presente causa y anular todos los actos procesales contenidos tanto en el expediente
Principal como en el Cuaderno de Medidas, y ordenar la publicación del edicto a que se refiere el
artículo 507 del Código Civil. En consecuencia, se ordena librar EDICTO, a cuantas personas tengan
interés o se crean con derechos en el procedimiento, para que comparezcan ante el Tribunal al TERCER
día de despacho siguiente a la publicación y consignación en autos del EDICTO, de conformidad con lo
establecido en el artículo 192 ejusdem; a fin de exponer lo conducente, dicho edicto deberá ser
publicado en el diario referido y copia del mismo será fijado en la Cartelera del Tribunal. Visto que se
alegó la omisión de publicar el edicto previsto en la referida norma civil, en el momento de dictar el auto
de admisión de la acción mero declarativa de concubinato, donde se hiciera saber a los terceros
interesados que se había propuesto dicha acción; y llamando a hacerse parte en el juicio a todo el que
tuviera interés en el mismo, lo cual no es una carga procesal subsanable, por constituir una formalidad
esencial en el procedimiento relacionado con la garantía al debido proceso, es por lo que esta Sala
Constitucional, atendiendo a lo dispuesto en los artículos 49 y 257 de la Constitución, entra de oficio a
conocer de la presente revisión constitucional, a fin de preservar la seguridad jurídica, por tratar el
asunto de una materia relacionada al estado y capacidad de las personas, lo cual es de orden público.

Establecido lo anterior, la Sala observa, de las actas cursantes al presente expediente, que
efectivamente el Juzgado Primero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito del Segundo
Circuito de la Circunscripción Judicial del Estado Portuguesa, en el conocimiento de la causa contentiva
de la acción mero declarativa de concubinato, interpuesta por el ciudadano Armando Gutiérrez Henao
contra la hoy solicitante, admitió la demanda el 10 de junio de 2008, y el 07 de agosto del mismo año se
ordenó la notificación de la demandada, la cual se practicó el 23 de octubre de 2008, siendo que, el 19
de noviembre del ese año, ella contestó la demanda; luego, el 13 de enero de 2009, se admitieron las
pruebas promovidas por la demandada y, el 26 de mayo de 2009, se declaró parcialmente con lugar la
demanda y, en consecuencia, declaró que existió una relación concubinaria en la que se procrearon tres
(3) hijos nacidos el 18 de octubre de 1991, el 28 de abril de 1994 y el 29 de septiembre de 1997.
Asimismo, se observa que el ciudadano Armando Gutiérrez Henao, demandó por partición y liquidación
de la comunidad concubinaria, a la ciudadana Zulay Josefina Viña, demanda que fue admitida el 1° de
octubre de 2009, por el referido Juzgado Primero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito
del Segundo Circuito de la Circunscripción Judicial del Estado Portuguesa, y el 24 de noviembre de 2013,
se ordenó la partición en partes iguales entre el demandante y la demandado, de una casa con su
parcela de terreno propio, distinguido con el numero 6-B de la Urbanización Vencedores de Araure,
sector III, situada en la margen izquierda de la carretera Araure, vía Tapa de Piedra, en la ciudad de
Araure, Municipio Araure del Estado Portuguesa, con una superficie de ciento veinte metros cuadrados
(120 m2).

Al respecto, resulta oportuno citar el artículo 507, del Código Civil, que en su ordinal 2°, establece lo
siguiente:Artículo 507.- Las sentencias definitivamente firmes recaídas en los juicios sobre el estado civil
y capacidad de las personas y los decretos de adopción una vez insertados en los registros respectivos,
producirán los efectos siguientes:

2° Las sentencias declarativas, en que se reconozca o se niegue la filiación o sobre reclamación o


negación de estado y cualquiera otra que no sea de las mencionadas en el número anterior, producirán
inmediatamente los mismos efectos absolutos que aquellas; pero dentro del año siguiente a su
publicación podrán los interesados que no intervinieron en el juicio, demandar a todos los que fueron
parte en él, sin excepción alguna, para que se declare la falsedad del estado o de la filiación reconocida
en el fallo impugnado. No tendrán este recurso los herederos ni los causahabientes de las partes en el
primer juicio ni los que no intervinieron en él a pesar de haber tenido conocimiento oportuno de la
instauración del procedimiento.

La sentencia que se dicto en el segundo juicio fue obligatoria para todos, así para las partes como para
los terceros. Contra ella no se admitio recurso alguno. A los efectos del cómputo del año fijado para la
caducidad el recurso concedido en este artículo, un extracto de toda sentencia que declare o niegue el
estado o la filiación, se publico en un periódico de la localidad sede del Tribunal que la dictó. Asimismo,
siempre que se promueva una acción sobre la cual haya de recaer un fallo comprendido en este artículo,
el Tribunal hizo publicar un edicto en el cual, en forma resumida, se hizo saber que determinada persona
ha propuesto una acción relativa a filiación o al estado civil; y llamando a hacerse parte en el juicio a
todo el que tenga interés directo y manifiesto en el asunto.

De igual manera, en cuanto a la interpretación del artículo 77 de la Constitución de la República


Bolivariana de Venezuela, esta Sala se pronunció en sentencia n.° 1682, del 15 de julio de 2005, caso:
“Carmela Manpieri Giuliani”, en la que se declaró lo siguiente: El artículo 77 constitucional reza “Las
uniones estables entre un hombre y una mujer que cumplan los requisitos establecidos en la ley
producirán los mismos efectos que el matrimonio”. “Unión estable de hecho entre un hombre y una
mujer”, representa un concepto amplio que va a producir efectos jurídicos, independientemente de la
contribución económica de cada uno de los unidos en el incremento o formación del patrimonio común
o en el de uno de ellos, siendo lo relevante para la determinación de la unión estable, la cohabitación o
vida en común, con carácter de permanencia, y que la pareja sea soltera, formada por divorciados o
viudos entre sí o con solteros, sin que existan impedimentos dirimentes que impidan el matrimonio.

A ese fin, si la unión estable o el concubinato no ha sido declarada judicialmente, los terceros pueden
tener interés que se reconozca mediante sentencia, para así cobrar sus acreencias de los bienes
comunes. Para ello tendrán que alegar y probar la comunidad, demandando a ambos concubinos o sus
herederos. Ahora bien, declarado judicialmente el concubinato, cualquiera de los concubinos, en
defensa de sus intereses, puede incoar la acción prevenida en el artículo 171 del Código Civil en
beneficio de los bienes comunes y obtener la preservación de los mismos mediante las providencias que
decrete el juez.
Resulta importante para esta interpretación, dilucidar si es posible que entre los concubinos o personas
unidas, existe un régimen patrimonial distinto al de la comunidad de bienes, tal como el previsto en el
Código Civil en materia de capitulaciones matrimoniales. A juicio de esta Sala, ello es imposible, porque
la esencia del concubinato o de la unión estable no viene dada –como en el matrimonio- por un
documento que crea el vínculo, como lo es el acta de matrimonio, sino por la unión permanente
(estable) entre el hombre y la mujer, lo que requiere un transcurso de tiempo (que ponderará el juez), el
cual es el que califica la estabilidad de la unión; y siendo ello así, a priori no puede existir una declaración
registrada de las partes constitutivas de la unión, en el sentido de cómo manejarán los bienes que se
obtengan durante ella.

Igualmente, la Sala examino la posibilidad para uno de los miembros de la unión o concubinato, de la
existencia del concubinato putativo, que nace cuando uno de ellos, de buena fe, desconoce la condición
de casado del otro. A juicio de esta Sala, en estos supuestos funcionará con el concubino de buena fe, las
normas sobre el matrimonio putativo, aplicables a los bienes. Como resultado de la equiparación
reconocida en el artículo 77 constitucional, en cuanto a los efectos y alcances de la unión estable
(concubinato) con el matrimonio, la Sala interpreta que entre los sujetos que la conforman, que ocupan
rangos similares a los de los cónyuges, existen derechos sucesorales a tenor de lo expresado en el
artículo 823 del Código Civil, siempre que el deceso de uno de ellos ocurra durante la existencia de la
unión. Una vez haya cesado, la situación es igual a la de los cónyuges separados de cuerpos o
divorciados.

Al reconocerse a cada componente de la unión derechos sucesorales con relación al otro, el


sobreviviente o supérstite, al ocupar el puesto de un cónyuge, concurre con los otros herederos según el
orden de suceder señalado en el Código Civil (artículo 824 y 825) en materia de sucesión ab intestato,
conforme al artículo 807 del Código Civil, y habrá que respetársele su legítima (artículo 883 del Código
Civil) si existiere testamento. Igualmente, las causales de indignidad que haya entre los concubinos, se
aplicarán conforme al artículo 810 del Código Civil. Ahora bien, equiparando a los concubinos o a los
unidos a los cónyuges en lo compatible entre estas figuras y el matrimonio, considera la Sala que
mientras exista la unión, cada uno podrá exigir alimentos al otro partícipe, a menos que carezca de
recursos o bienes propios para suministrarlos, caso en que podrá exigirlos a las personas señaladas en el
artículo 285 del Código Civil. Igualmente, en caso de declaración de ausencia de uno de los miembros de
la unión, la otra podrá obtener una pensión alimentaria conforme al artículo 427 del Código Civil. En los
casos en que se incoen acciones sucesorales o alimentarias, o contra terceros, sin que existe
previamente una declaración judicial de la existencia del concubinato o la unión estable, la demanda
requerirá que se declaren éstas previamente, por lo que en la misma deberá alegarse y probarse tal
condición.

Debido a los efectos y alcances señalados, la sentencia que declare la unión, surtirá los efectos de las
sentencias a que se refiere el ordinal 2° del artículo 507 del Código Civil, el cual se aplicará en toda su
extensión, menos en lo referente a la necesidad de registro de la sentencia, lo cual no está previsto y por
lo tanto carece de procedimiento en la Ley. Esta ausencia de registro y, por tanto, de publicidad, que
puede mantener al concubinato oculto respecto a los terceros, plantea la pregunta de si es nula la venta
entre los concubinos, tal como lo establece el artículo 1481 con respecto a los cónyuges. A juicio de la
Sala, dados los efectos que se reconocen a la “unión estable”, sería una fuente de fraude para los
acreedores de cualquiera de los concubinos, aceptar que uno vendiera al otro los bienes comunes
documentados a su nombre o poseídos por él y, en consecuencia, quien demuestre que la venta ha
ocurrido entre ellos, puede invocar la existencia de la unión y tratarlos como bienes comunes o, según
los casos, pedir la nulidad del negocio. Debe la Sala acotar que el único concubinato que produce efectos
equiparables al matrimonio, es el que se delinea en este fallo; y se hace tal acotamiento porque algunas
leyes denominan concubina a la mujer que vive con un hombre a pesar que éste tiene impedimento para
contraer matrimonio con ella, cuando en realidad tal concubinato es contrario al artículo 767 del Código
Civil y a lo que conceptualiza este fallo.

Ahora, de lo anterior se observa que, en el presente caso, el instrumento fundamental que se acompañó
a la demanda de partición y liquidación de la comunidad concubinaria fue la sentencia que declaró
parcialmente con lugar la demanda de acción mero declarativa de concubinato interpuesta por el
ciudadano Armando Gutiérrez Henao contra la ciudadana Zulay Josefina Viña, hoy solicitante, en la cual
no se dio cumplimiento a lo establecido en el artículo 507, ordinal 2, del Código Civil, ni a la sentencia de
esta Sala Constitucional, antes referido que interpretó el artículo 77 constitucional que expresamente
estableció que: “los efectos y alcances señalados, la sentencia que declare la unión, surtirá los efectos de
las sentencias a que se refiere el ordinal 2° del artículo 507 del Código Civil, el cual se aplicará en toda su
extensión, menos en lo referente a la necesidad de registro de la sentencia, lo cual no está previsto y por
lo tanto carece de procedimiento en la Ley”. Ello, por cuanto el Juzgado Primero de Primera Instancia en
lo Civil, Mercantil y del Tránsito del Segundo Circuito de la Circunscripción Judicial del Estado Portuguesa,
al momento de la admisión de la demanda de declaración concubinaria, no publicó el edicto que
contempla el referido artículo, donde se hiciera saber que se había propuesto la acción mero declarativa
de concubinato, al cual hace especial referencia la sentencia dictada por esta Sala Constitucional antes
transcrita parcialmente, en el que se llamará a hacerse parte en el juicio a todo el que tuviera interés
directo y manifiesto en el asunto, sin lo cual no puede considerarse que hubiere iniciado el juicio en
referencia, por lo que corresponde a esta Sala Constitucional, al ejercer la potestad de revisión, de oficio,
anular, tanto el juicio de acción mero declarativa de concubinato como el de partición y liquidación de la
comunidad concubinaria que se fundamentó en una sentencia que resulta nula e inexistente. Por lo
tanto, se repone la causa contentiva de la acción mero declarativa de concubinato al estado de la
admisión y que se ordene el edicto en el cual se haga saber que se ha propuesto dicha acción, en aras
del debido proceso, la seguridad jurídica, y la transparencia en los procesos, en acatamiento de la
doctrina de esta Sala Constitucional, por lo que el Juzgado Primero de Primera Instancia en lo Civil,
Mercantil y del Tránsito del Segundo Circuito de la Circunscripción Judicial del Estado Portuguesa debe
remitir el expediente contentivo de las actuaciones de dicho juicio, al Juzgado de Primera Instancia de
Protección de Niños, Niñas y Adolescentes de la Circunscripción Judicial del Estado Portuguesa, que
tenga las funciones de distribución, por ser competente en virtud de estar involucrado los intereses de
un niño, que para la fecha es adolescente. Así se decide.

Por las razones que antes fueron expuestas, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia,
administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la ley, declara: 1.- INADMISIBLE la
solicitud de revisión constitucional. 2.- DE OFICIO, y por las razones de orden público expuestas en la
motiva de este fallo, se declara HA LUGAR la revisión constitucional de la sentencia dictada. En
consecuencia, se ANULAN, de oficio, los juicios contentivos de la acción mero declarativa de concubinato
y la demanda de partición y liquidación de la comunidad concubinaria; y se REPONE la causa contentiva
de la demanda de acción mero declarativa de concubinato al estado de la admisión de la demanda y que
se dicte el edicto que establece el artículo 507 del Código Civil, acatando la doctrina de la Sala, por lo
que el Juzgado Primero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito del Segundo Circuito de
la Circunscripción Judicial del Estado Portuguesa REMITE el expediente contentivo de las actuaciones de
dicho juicio, al Juzgado de Primera Instancia de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes de la
Circunscripción Judicial del Estado Portuguesa, que tenga las funciones de distribución, por ser
competente en virtud de estar involucrado los intereses de un niño, que para la fecha es adolescente.

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