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Artículo de investigación

Literatura infantil:
aproximación al concepto, a sus límites
y a sus posibilidades
Chi drenS literature: an approximation to its concept,
its limits and possibilities
María Pilar Núñez Delgado*
ndelgado@ugs.es
Universidad de Granada (España)

RESUMEN ABSTRACT
La presencia de la Illmada "literatura infantil" como produc- In current societies, the presence orchildren 's literature"as
to cultural y de mercado en las sociedades actuales es, sin a cultural and marketing product is undoubtedly growing.
duda, cada vez más abundante. Existen, en relación con ella, In fact, there is a large catalogue of titles, book stores and
un numeroso catálogo de títulos, librerías, editoriales espe- specialized publishing companies, awards, authors, etc.
cializadas, premios y autores, entre otros, y, sin embargo, el However, the debate over its nature, defining features,
debate en torno a su naturaleza, sus rasgos definitorios, las works, or its role in the creation of readers is an ongoing
obras que la componen o su papel en la creación de lectores debate in the scientific panorama. In addition, there are
sigue sin estar cerrado en el ámbito científico. Por otro lado, many possible stances towards these issues, sometimes
son muchas, y a veces irreconciliables, las posturas posibles en irreconcilable stances, depending on the perspective.
estos aspectos según la perspectiva adoptada, pero lo cierto Nonetheless, the presence of these works is increasing
es que estas obras cada vez están más presentes en los hoga- in homes, and especially in schools, in an effort to find
res y, sobre todo, en las escuelas, en un intento más de bús- motivating and adequate texts able to bring kids closer to
queda de textos motivadores y adecuados que acerquen a los reading and to literature. In this paper we briefly revise the
niños a la lectura y a la literatura. En este artículo, se pretende, state of the art with respect to the concept and limits of
en un primer momento, revisar sucintamente el estado de la children literature. Then, we present and discuss the need
cuestión con respecto al concepto y los límites de la literatura to redirect the presence of literature in school education in
infantil para, a continuación, exponer y argumentar la necesi- both: methodology and establishment of the canon.
dad de reorientar la presencia de la literatura en la educación
escolar tanto en lo metodológico como en el mismo estable- KEY WORDS
cimiento del canon. Children literature, literary education, literary competence,
intertext, school canon.
PALABRAS CLAVE
literatura infantil, educación literaria, competencia litera-
ria, intertexto, canon escolar.

* Doctora en Filología Hispánica, profesora titular del Departamento de Didáctica de la Lengua y la Literatura
de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Granada (España). Directora del Grupo de
Investigación "Etimo" del Plan Andaluz de Investigación.

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enunciación / vol. 14, núm. 1 / enero-junio de 2009 / pp. 7-21 Recibido: 21 de abril de -2009 / aceptado: 15 de mayo de 2009
Artículo de investigación

cribir para un público determinado es negar el


Introducción arte, lo cual les induce a eliminar el término "in-
fantil" del sintagma "literatura infantil" y, por

E
l concepto de "literatura irifantil" es hoy consiguiente, a dudar de la pertinencia de tal de-
comúnmente entendido, aunque sea de nominación.
modo intuitivo, y se identifica, a gran- Evidentemente, muchas de estas objecio-
des rasgos, con "libros para niños". Sin embar- nes tienen su origen en la propia evolución his-
go, en el ámbito científico, se trata de una noción tórica del género. La aparición del interés por el
que sigue suscitando debates en torno a su defi- niño como lector, que se inicia a finales del siglo
nición, su corpus, sus relaciones con la que en xIx, animó progresivamente la creación de unas
principio podemos llamar "literatura adulta" e, obras específicas donde ha sido más frecuente
incluso, sobre su legitimidad. el propósito de adoctrinarle como sujeto recep-
Desde principios del siglo xx, y confor- tor, de mantenerle apartado en su propio mundo
me la presencia de estos "libros para niños" va o, cuando menos, de transmitirle - los principios
siendo mayor en un proceso ligado a la evolu- básicos de la cultura y la sociedad en que vive,
ción del concepto mismo de infancia y al aumen- quedando olvidada o desatendida la exigencia de
to de conocimientos sobre el desarrollo infantil, favorecer una educación estética dentro de una
hay autores 1 que niegan la posibilidad artística visión integral de su proceso formativo.
de la escritura destinada a los niños basándose Esto explica, en parte, que el concep-
en dos argumentos principales. La primera obje- to de "literatura infantil" sea tan dificil de defi-
ción se refiere al lenguaje adaptado que forzosa- nir porque en él se mezclan muchas veces ideas
mente han de utilizar los escritores que escriben preconcebidas que obstaculizan un análisis rigu-
para un público infantil, hecho que devaluaría roso. Así, incluso los estudiosos que admiten su
la cualidad estética propia del lenguaje literario existencia, la caracterizan asociándola a tópicos,
en aras de la claridad. La segunda se relaciona como, por ejemplo, el que sostiene que está cons-
con el discurso moralizador de los textos escritos tituida por un conjunto de libros que tiene unos
para los niños, consecuencia de la conexión his- destinatarios particulares, los niños, y que, por lo
tórica entre escuela, infancia y literatura, que ha tanto, lo esencial de la literatura infantil, su ras-
lastrado de abusivo didactismo el producto in- go definitorio, es la audiencia a la que se dirige,
fantil (Borda, 2002) y que ha contaminado de con lo cual parece importar más el adjetivo "in-
intereses no exclusivamente estéticos las obras fantil" que el sustantivo "literatura" en tanto se
que se presentan bajo este marbete. En general, alude, más que a la esencia de lo literario, a la in-
quienes niegan la existencia de la literatura in- tención del escritor —o de los adultos mediadores
fantil suelen aducir, en apoyo de su postura, que en ese proceso de comunicación— de hacer llegar
no hay más literatura que la que no tiene califi- a la infancia una determinada producción verbal
cativos que limiten el término, que sólo es válida (Atxaga, 1999).
la cualidad estética que ha de definir inheren- Parece, pues, que esta delimitación no
temente cualquier práctica verbal para que ésta aclara el problema y que, en realidad, viene a
pueda ser considerada como literatura, al mar- plantear más. ¿Qué supone esa prioridad de lo
gen de la edad de los lectores —que nunca podría "infantil"? Podríamos aventurar varias cosas:
tomarse como criterio diferenciador—, ya que es- por un lado, que, como decían los que niegan
la existencia de esta literatura, el escritor escribe
pensando en el niño como destinatario y aplica
Es el caso, por ejemplo, de Juan Ramón Jiménez, cuan- determinados mecanismos simplificadores cuan-
do señala que, pese a que así se ha entendido, Platero y yo do se dirige específicamente a él y, por otro, que
no era en absoluto un libro para niños; de Crocce (1947),
que niega la existencia del arte con adjetivos, o de Ca- cualquier libro que "guste" al público infantil es
randell (1976), quien ve dificultades insalvables para que literatura infantil o que los niños no tendrían ac-
la literatura infantil pueda ser considerada como una ceso a obras de literatura adulta porque no están
disciplina rigurosamente independiente y científica-
mente delimitada. escritas para ellos.

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Literatura infantil: aproximación al concepto, a sus límites ya sus posibilidades

Aceptar este cúmulo de implicaciones su- sus virtualidades comunicativas, porque parece
pone considerar la literatura infantil como un claro que la cualidad artística del lenguaje, o sea,
producto de segunda categoría desde su mismo su hipercodificación específica, debe ser un rasgo
origen, en tanto que se habría de adrriitir que el inherente e innegociable en aquellos textos que
lenguaje y la estructura de estas obras no podrían se ofrecen a los niños como literarios. Desde este
ser muy elaborados para no dificultar la com- punto de vista, algunas consideraciones ayuda-
prensión. Dicha comprensión incluiría muchos rán a delimitar el concepto en consonancia con
libros que abundan cada vez más en el mercado nuestro postulado básico: la literatura ha de te-
de productos infantiles y que distan mucho de ner un papel destacado en las aulas escolares, in-
ser literatura. Además, hechos como que obras cluso, desde la etapa del parvulario, porque ya
escritas originalmente para adultos hayan pasa- en ella los niños "[...] se están jugando, precisa-
do a ser consideradas clásicos de la literatura in- mente, la partida más importante para su futuro
fantil porque les han gustado a los niños, o que como lectores" (Colomer y Durán, 2000: 213).
haya adultos que encuentran amenos y hermosos
libros escritos para niños, no tienen explicación.. Algunas contribuciones a la delimita-
Pese a este panorama todavía algo confuso,
lo cierto es que estamos en condiciones de afir- ción del concepto de literatura infantil
mar que en el momento presente la literatura in-
fantil tiene su corpus y, por supuesto, su teoría y Una de las aportaciones con que hay que contar
su crítica, las cuales se han ido constituyendo en en este debate crítico, por su carácter pionero, es
España gracias a las aportaciones de varios auto- la de Juan Cervera (1991), quien adjudica a la li-
res2, que comparten en alguna medida la idea de teratura infantil un papel integrador y selectivo.
que no cabe duda de que la literatura es un he- Para este autor, en ella "se integran todas las ma-
cho único, pero, como todo arte, adopta muchas nifestaciones y actividades que tienen como base
y variadas manifestaciones porque no existe un la palabra con finalidad artística o lúdica que in-
concepto universalmente compartido de litera- teresen al niño", con lo que pone el interés en
tura ni existe el público en términos absolutos, el receptor y, a partir de esta distinción, estable-
sino los receptores, diferenciables y diferencia- ce algunos matices terminológicos que juzgamos
dos en razón de su ansia estética y de sus posi- importantes.
bilidades de interpretación de una obra artística El profesor valenciano habla de literatura
polisémica. La literatura se ofrece a la hetero- recuperada o ganada, en la que se engloban to-
geneidad de gustos y sensibilidades que, en di- das aquellas producciones que no fueron hechas
ferentes grados y niveles, requiere la dimensión para niños pero que, con el tiempo, los niños se
estética como necesidad vital. apropiaron —o los adultos se las destinaron—, pre-
De cualquier forma, hay que admitir la ac- via adaptación o no. Menciona también la litera-
tualidad conflictiva de los textos encuadrados tura instrumentalizada, otro concepto que ha de
dentro del sintagma "literatura infantil" y de su ser tenido muy en cuenta a la hora de delimitar
funcionamiento estético, por lo que resulta es- el de literatura infantil, pues, bajo este nombre,
pecialmente necesario continuar el debate sobre se pueden ubicar bastantes libros que se produ-
qué ha de entenderse por tal para crear activi- cen ahora, sobre todo para los niveles de edu-
dad científica y para consolidar este discurso si cación infantil y primer ciclo de primaria y que
se quiere asegurar su funcionamiento poético y Colomer (2000) llama "libros informativos".
Son libros que no tienen como finalidad hacer
literatura, que no buscan el placer del texto, sino
la transmisión de una serie de conocimientos de
2 Ver, por ejemplo, Bravo Villasante (1972), Janer Manila
(1979, 1989, 1995), Medina (1988), Cervera (1984), Ló- carácter didáctico o formativo. Suelen aparecer
pez Tamés (1985), Sánchez Corral (1995), González Gil bajo la forma de series en las que, tras escoger un
(1979), Cerrillo y García Padrino (1999, 2000, 2001) protagonista común, se le hace pasar por distin-
Mendoza (1997, 1999, 2001), Colomer (1998, 2000),
López Valero y Encabo (2004), entre otros.
tos escenarios y situaciones: la playa, el monte,

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el circo, el mercado, el zoo, etc. Otros se crean gunos, los requisitos inherentes a la creación
como extensión para ejercicios de lenguaje o de literaria.
otro tipo. Siempre predomina en estos textos la Dadas estas precisiones, hay algunas defi-
intención didáctica, por lo cual p'a-ece más apro- niciones de literatura infantil, complementarias
piado hablar de "libros infantiles" y no de lite- en su contenido, y especialmente acertadas en
ratura infantil, expresión que se ha de reservar tanto ayudan a superar este debate y proporcio-
para las obras con un contenido artístico. Asi- nan una plataforma para la elaboración de una
mismo, Cervera cita la literatura creada para los teoría y una crítica sólidas que solucionen estas
niños, que es la que se ha escrito directamente paradojas.
para ellos, bajo la forma de cuentos o novelas, de En primer lugar, cabe aportar la dada por
poemas y obras de teatro. Este concepto impo- Mendoza (1999) porque combina el valor for-
ne algunas reflexiones sobre la intención creado- mativo de la literatura infantil con su esencial
ra para no caer en el error de apartar la literatura carácter estético al definirla como "conjunto de
infantil de su auténtica con- producciones de signo artís-
dición estética (García Pa- La literatura ha de tener un tico-literario, de rasgos co-
drino, 1988), en tanto la munes y compartidos con
utilización del término lite- papel destacado en las aulas otras producciones literarias
ratura infantil como sinóni- escolares, incluso, desde —también con producciones
mo de "literatura para niños" de otros códigos semióticos-
encierra una notoria ambi- la etapa del parvulario, a las que se tiene acceso en
güedad contemplada desde porque ya en ella los niños tempranas edades de forma-
la perspectiva de la intencio- ción lingüística y cultural".
nalidad creadora, con lo que,
"[...] se están jugando, Estas producciones son cla-
si se admite la justicia de tal precisamente, la partida más ves en la formación estética
intencionalidad, es obvio que por estar muy vinculadas a
importante para su futuro los intereses de los niños, a su
se requiere un conocimiento
adecuado de la realidad de la como lectores" nivel de dominio lingüístico
infancia, de cuáles son sus in- y a su ámbito cultural.
tereses dominantes, de cómo En segundo lugar, es
evolucionan sus gustos literarios y sus preferen- reseñable la elaborada por Rubió —recogida por
cias y de cómo los condicionamientos culturales Díaz-Plaja y Prats (1998)—, según la cual la lite-
influyen en estos receptores. ratura infantil es: "Aquella rama de la literatura
García Padrino (1988) aporta otro matiz de imaginación que mejor se adapta a la capa-
al preguntarse si dentro del ámbito de la litera- cidad de comprensión de la infancia y al mun-
tura infantil debe tener también cabida la lite- do que de verdad les interesa", definición de la
ratura creada por los niños. La respuesta no es que hay que destacar, como hace Borda (2002),
fácil, pues tomar posturas apasionadas sobre los tres aspectos: i) la especificidad de la literatu-
valores intrínsecos de las creaciones infantiles ra infantil centrada en el papel del receptor, vi-
implica el riesgo de la ligereza, de la infra o so- sión que conecta con la estética de la recepción,
brevaloración o del desconocimiento de lo que una de las teorías literarias que mayor pertinen-
es el arte infantil y de cuáles son las capacidades cia tiene en relación con el análisis del funcio-
creativas del niño. Por otra parte, las respues- namiento de este tipo de literatura; ii) el uso
tas podrían ser contradictorias como reflejo de de la expresión "que mejor se adapta", pues evi-
los distintos planteamientos posibles: desde afir- ta la controvertida afirmación de que la literatu-
mar que la única literatura infantil que realmen- ra infantil ha sido "especialmente creada para" y
te merece este nombre es la creada por el propio iii) su total incardinación en la literatura general,
niño (Carandell, 1977) o el negar esta posibili- eludiendo la polémica ligada a la consideración
dad dado que en el niño no existen, según al- de la literatura infantil como género.

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Se podría concluir quizás que, desde una la actividad creadora que conlleva casi de forma
perspectiva estrictamente literaria, el predomi- inherente. Los productos ofrecidos a los niños
nio del componente estético justificaría la plena han carecido de proyectos de lectura claros, los
inserción de los textos literariospropiós-de la in- docentes no han sido capaces de renunciar a lo
fancia en el paradigma de la literatura general, didáctico y no se han atrevido a proponer lec-
o al menos habría que admitir que la literatura turas o relatos simplemente por proporcionar a
infantil y la literatura general tienen rasgos dis- sus alumnos eso que Sánchez Corral (1995) lla-
tintivos comunes (Morote, 1991): la realidad de ma "la aventura de lo excepcional" que aporta la
un lenguaje altamente codificado y la necesidad ficción. El sentido común y la propia experien-
del arte (González Gil, 1979). Tal inserción se cia como lectores parecen no haberse usado a la
concreta actualmente en su consideración como hora de ofrecer a los niños libros ni actividades
un género literario que se ha de añadir a los tra- sobre los mismos.
dicionales —narrativo, poético y dramático—, tras El primero de los condicionantes negati-
un amplio periodo en el que el "corpus paido- vos que han actuado desde siempre sobre esta li-
lógico" ha constituido una derivación añadida a teratura ha sido la intencionalidad moralizante.
la triple dimensión de la literatura: la dimensión Se trata de una constante que ha definido desde
ontológica, en la que la gnoseología y los siste- siempre la producción destinada a los niños, dado
mas epistemológicos amén de la versión histori- el papel socializador y de inserción cultural con-
cista establecerían los límites conceptuales; una sustancial a la literatura. No se trata de la desa-
dimensión social-axiológica, en la que se ubi- parición radical de esta labor en aquellos puntos
ca cierta instrumentación de agente con mani- que conectan a los niños con el imaginario de su
fiesta intencionalidad política y religiosa, entre colectividad, con sus valores y sus usos, pero hay
otras,ideológica en definitiva; y una dimensión que tener en cuenta que la prioridad de lo didác-
academicista en la que el texto literario se ha tico fuerza el contenido y el desarrollo del texto
convertido también en objeto de estudio. De y, por lo tanto, el hacer interpretativo del lector,
este modo, la traslación del conocimiento litera- que se enfrenta a una representación de la reali-
rio desde la singular perspectiva del docente no dad manipulada. Cualquier tipo de didactismo
estaría determinada unívocamente en función de moralizante, cualquier pretensión de modificar
la contemplación de la literatura como concepto las conductas bajo los artificios de un supues-
aprehendido desde el academicismo, la axiología to lenguaje estético, encubre necesariamente un
o la ontología y ni tan siquiera con obligatorie- menosprecio de la competencia del destinatario
dad hacia el referente paidológico, sino que, más al que se le niega la posibilidad de generar sus
bien, se conformaría atendiendo en diverso gra- propios significados, sus propias conclusiones y
do a tales dimensiones conceptuales (Rienda y aprendizajes, que se le dan hechos.
Rodríguez Fuentes, 2009). Esta situación conduce a Sánchez Corral
(1995) a proponer la descalificación como lite-
rarios de aquellos discursos didáctico-morales
Elementos que operan negativamente cuya finalidad está fuera del discurso, basándo-
sobre la literatura infantil se en que el placer estético consiste en desvelar
los secretos que están escondidos en la inevitable
La determinación de los condicionantes que his- complejidad del lenguaje y esto no puede suceder
tóricamente han actuado y actúan sobre el corpus en el modelo de una escritura instrumentaliza-
de obras susceptibles de ser consideradas litera- da, en la que todo está excesivamente claro, por
tura infantil contribuye, asimismo y sin duda, a lo que queda sistemáticamente hurtada la posi-
la delimitación del concepto. Existen, en efecto, bilidad lúdica de aventurarse a descubrir lo que
dentro de lo que tradicionalmente se ha cono- permanece oculto. El prejuicio moral elimina el
cido como literatura infantil, una serie de ele- juego.
mentos que han influido negativamente sobre el El que la literatura infantil haya sido subsi-
acercamiento a la literatura de los niños y sobre diaria de lo pedagógico y didáctico en el sentido

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de moralizante e instructivo' plantea a este autor mentales de cualquier tipo. De lo contrario, en


las siguientes consideraciones: vez de promover la construcción de significados
variados y alternativos, los huecos del texto se
La intencionalidad moralizánte desvirtúa la cerrarán con los consiguientes efectos limitati-
acción lúdica. [...] la desconfianza en la ad- vos sobre las capacidades receptivas de los niños.
quisición de la competencia literaria del niño Otro condicionante no menos operante
convive inexplicablemente, en escritores y que el anterior y muy relacionado con él ha sido
maestros, con el convencimiento de atender a la instrumentalización didáctica de la literatura
los intereses y necesidades vitales de la perso- infantil. De alguna manera, los adultos mante-
nalidad infantil, como si inventar o reinventar nemos la obsesión de que el niño debe estar per-
la realidad por medio de la imaginación y la manentemente aprendiendo. Ese pragmatismo
fantasía —que es una de las funciones del arte— utilitarista impide comprender que, por ejemplo,
no constituyera un interés y una necesidad del el juego, de manera similar al arte, que también
sujeto que está construyendo su Yo. La ficción es juego, que, a su vez, es una actividad esencial y
literaria, si aspira a ser tal ficción literaria, ha definitoria de la personalidad de los niños, debe
de entrar siempre en inevitable contradicción ser únicamente juego, es decir, que la acción lú-
con cualquier práctica doctrinal o moralizante. dica se justifica en sí misma porque en ella reside
(Sánchez Corral, 1995) su finalidad. En el momento en que el maestro
o el escritor utilizan el juego o el arte como re-
A partir de mediados del siglo xx, se pro- curso extralúdico o extraestético, la esencia de
duce un cambio en relación con estas "moralejas" la actividad se desvirtúa, aunque los resultados
y se ha ido evolucionando hacia una mayór am- pedagógicos sean innegables. El riesgo de rup-
plitud de experiencias y de contenidos, constata- tura con los efectos estéticos no solamente está
da sobre todo en las dos últimas décadas, en las presente cuando persiste el discurso moral; tam-
que se ha producido una clara evolución temática bién se produce cuando la literatura infantil se
y una mayor apertura ideológica. Críticos y escri- instrumentaliza didácticamente, es decir, cuan-
tores empiezan a insistir en los aspectos literarios do deja de ser un fin en sí misma para convertirse
y en la calidad de la escritura, lo cual no impide en un medio o hasta en un recurso pedagógico.
que siga apareciendo una clara función ideológi- En modo alguno se puede renunciar a la calidad
ca, aunque de signo contrario (feminista, progre- literaria de los textos —a la literariedad— en aras
sista) a la tradicional. En este sentido, se puede de su utilidad para otros fines (Gómez-Villalba,
hablar también de una persistencia del discur- 1998).
so moral como condicionante negativo, incluso Por último, cabe citar el peso de los inte-
para aquellos textos que proponen la ruptura con reses comerciales. En una sociedad de libre mer-
los sistemas morales al uso, pero que la preten- cado parece inevitable el enfoque del libro como
den igualmente desde un tratamiento formal en una mercancía más, regida por la competitivi-
el que el escritor actúa con poderes lingüísticos dad de las industrias editoriales. Las librerías y
absolutos, sin dar posibilidad a la réplica, o exi- las ferias del libro ofrecen secciones específicas
giendo la aceptación pasiva de unos significados de libros destinados a los niños, entre los cuales
asimismo concebidos como inmodificables. Para suelen ser más frecuentes los que hemos llama-
que el texto funcione como verdaderamente lite- do "libros infantiles" que la verdadera literatura
rario, como producto artístico, el discurso y sus infantil. Todos presentan un colorido, un for-
receptores deben estar libres de presiones instru- mato y unos contenidos que se disfrazan de cri-
terios psicopedagógicos o de propuestas lúdicas
que dificultan bastante a los no expertos distin-
3
Este autor afirma también (p. 97): "Bien pudiera re- guir entre unos y otros, pues esto exige plantear-
trasarse la aparición de la auténtica literatura infantil se el proyecto de lectura que se adjudica a cada
hasta el siglo xix, precisamente cuando se produce la
transición desde la palabra didáctico-moral a la palabra uno. Por este motivo, corresponde en gran me-
lúdico-estética". dida —no en exclusiva— a la escuela orientar a las

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familias en este sentido a partir de una sólida que posibilitan el uso de una lengua elaborada
formación de los maestros que incluya el análisis de carácter literario, de forma que así se refuerza
riguroso de los textos junto con el estudio crítico el uso de las normas que rigen los intercambios
de los tratamientos comerciales de las técnicas de lingüísticos y de los elementos no lingüísticos;
la expresión verbal y plástica utilizadas. vi) contribuye a la discriminación entre el código
oral y el escrito y vii) facilita el conocimiento de
Las funciones de la literatura infantil las convenciones del sistema de la lengua escrita..
linealidad, orientación izquierda-derecha, posi-
Dadas las cualidades que parecen caracterizar ción del libro, etc.
los textos de la literatura infantil, y pese a los En este mismo ámbito, constituye un me-
condicionantes que operan sobre ella, podemos canismo especial de estructuración discursiva,
afirmar que son muchas las funciones que cum- cuya interiorización permite al aprendiz la aper-
ple en la trayectoria vital de los niños 4. tura de su campo de competencias con el fin de
La literatura infantil es, ante todo, una comprender y/o producir discursos adecuados a
fuente de placer, pero es también un medio de las diferentes situaciones comunicativas, como la
enriquecer la experiencia individual de cada creación de textos orales con secuencias narrati-
niño al permitirle la creación de otros mundos vas (verbales o no verbales) coherentes y con es-
y otros seres —la evasión—, pues constituye, sin tructuras formales de rimas, canciones, etc.; la
duda, una herramienta esencial para potenciar la comprensión y repetición de cuentos sencillos,
imaginación y la creatividad a partir de la au- canciones, retahílas, trabalenguas, etc., o el inte-
dición, la visión o la lecturá de obras artísticas rés por la escucha y la reproducción de estructu-
de ficción. Estos textos estimulan el hábito de la ras lingüísticas rítmicas.
lectura mediante el acercamiento a los libros y a Desde luego, estamos, asimismo, ante un
través de la fascinación que ejercen tiempos, es- potente instrumento de estructuración del pen-
pacios y personajes extraordinarios, favoreciendo samiento, de regulación de la propia conducta,
paulatinamente la creación de criterios de prefe- de planificación de las acciones y de influencia
rencia en la elección de las producciones artístico- en el comportamiento de los demás.
literarias y propiciando la reflexión crítica y el Por último, y no se trata de una considera-
desarrollo progresivo de un gusto y de un canon ción menos importante, es una vía privilegiada
personales. de acercamiento a ese potencial de significados
Por supuesto, es un importante instrumen- compartidos que es la cultura en tres aspectos
to didáctico para el desarrollo de las habilidades principales (Colomer, 2000): el acceso al ima-
lingüísticas, esenciales para consolidar la socia- ginario colectivo, el aprendizaje de los modelos
lización por medio de la comunicación y el de- narrativos y poéticos de cada sociedad y la socia-
sarrollo de los procesos cognitivos superiores, lización cultural (roles, género, etc.).
puesto que: i) amplía los esquemas verbales me-
diante la selección de las formas más expresivas; El estatus de la literatura infantil y la
ii) proporciona modelos y estructuras textuales educación literaria
con especial poder de atracción para la expre-
sión escrita; iii) ofrece modelos de estrategias En el panorama contemporáneo español sobre
comunicativas sistemáticas y rigurosas, elimi- literatura infantil y didáctica de la literatura en
nando cualquier arbitrariedad de los signos; iv) la enseñanza obligatoria, suele admitirse que la
hace posible la participación activa del destina- finalidad principal de la primera sería la de sen-
tario favoreciendo así la activación de habilida- tar las bases de la educación estético-literaria de
des interpretativas; v) enriquece los mecanismos los niños, de aquí que la función primordial que
desempeña en la escuela sea la de preparar la ne-
cesaria competencia literaria —lectora, intertex-
Ver Cervera, 1991; Sánchez Corral, 1995; Colomer, tual— para facilitar la entrada sin brusquedad a
2000; de Amo, 2002.

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otros territorios de la literatura. En el discurso situación se daba —y aún se sigue dando— la pa-
teórico-didáctico que la sustenta, se insiste en radoja de que la cantidad de información sobre
que la literatura infantil así ,concebida no sólo autores, corrientes, épocas y figuras de dicción
aleja , el riesgo de su instrumeritalización didác- superaba el tiempo y la energía que se dedicaba a
tica sino que enriquece la experiencia del niño, la lectura, ignorando, de este modo, que los có-
le da voz y mirada propias y se enmarca en un digos que operan en los textos literarios no son
contexto que pretende superar el academicismo únicamente de naturaleza lingüística, sino que
vinculado a la enseñanza tradicional de la litera- están relacionados con la plasmación de ideas y
tura de cuño historicista. La renovación de ésta sistemas de valores, la estructura formal del tex-
reclama, ante todo, concentrar la atención en las to en términos de género y otras convenciones li-
necesidades de los alumnos y en la elección de los terarias, las alusiones simbólicas, las referencias
elementos teóricos que se revelen útiles para el intertextuales (relación con la tradición literaria)
proyecto educativo; de ahí que se proponga, in- o alusión a realidades y aspectos del mundo ex-
cluso, un cambio de denominación sustituyendo terno al texto, que pueden ser de índole social,
la expresión enseñanza de la literatura por el con- geográfica, política, filosófica, cultural, etc. Se
cepto más amplio de educación literaria que pro- hace necesaria, por tanto, cierta familiarización
puso en su momento Colomer (1991). con las convenciones literarias, que un buen lec-
Hasta hace bien poco', un fuerte grado tor reconoce y sabe interpretar.
de asignaturización "impregnaba la literatura en Lo que se entiende por educación literaria
los programas escolares españoles en los que el constituye, de este modo, un complejo conjun-
conocimiento de la historia de la literatura y de to de objetivos que afecta a todas las dimensio-
los rasgos estilísticos del lenguaje literario, plas- nes del ser humano. La obra literaria se revela
mados en el ejercicio del comentario de textos, como un elemento privilegiado para lograr tanto
sustituía la experiencia de la literatura'. En esta el desarrollo personal como la inserción cultural
y social de las generaciones jóvenes y, por tanto,
el tratamiento didáctico de la literatura debe ha-
5
Quizás sea más realista matizar que ese componente cerse desde un punto de vista comunicativo en
academicista e historicista se ha atenuando en el discur- tanto en cuanto estamos ante un tipo de discurso
so teórico, en la normativa legal que regula el currículo y con una función social y comunicativa específi-
en las programaciones que de ellas deriva el profesorado,
pero no en la práctica de las aulas, donde sigue bastante cas, pero también debe estar presente ineludi-
presente. blemente el componente estético, dado el valor
6
En sí mismo el "comentario de textos" no es un ejerci- cultural y personal de las obras literarias.
cio desaconsejable. Lo que se ha mostrado francamente Así, teniendo en cuenta la perspectiva co-
inútil para el desarrollo de la competencia literaria es
la concepción del mismo como un análisis exhaustivo
municativa, funcional y cultural que el sistema
de recursos y figuras que el alumno tenía que memori- educativo adopta para la educación lingüística y
zar y localizar con un esfuerzo considerable que lograba literaria —en la que se considera como principio
el efecto contrario al deseado: alejarle de la literatura. estructurante el hecho de que el lenguaje inter-
El profesor Rodríguez López-Vázquez (2000, 89) con-
trapone el análisis didáctico de textos al tradicional co- viene en el desarrollo integral de la persona, ya
mentario que, al constituir un ejercicio encaminado a que es un tipo de discurso que permite la máxi-
resaltar la grandeza del texto, contribuye a perpetuar el ma construcción de sentidos a través de una alta
canon. El análisis didáctico de textos lo define en los
siguientes términos: "El análisis se sitúa frente al texto codificación de su materialidad formal—, la prác-
desde otra perspectiva; debe considerar su valor dentro tica literaria, además de ofrecerse como fin en
del proceso de aprendizaje, y debe explicitar en función sí misma, se constituye indirectamente en un
de qué un texto debe ser seleccionado para contribuir,
mejor que otros, al objetivo general de la educación, o a
instrumento privilegiado para desarrollar todas
los objetivos particulares de un área concreta del sistema
educativo. Además de ello debe incluir una propuesta
de aplicaciones dentro de unos -parámetros concretos, tamente un análisis didáctico de textos, elemento básico
en donde se contemplen la edad, el ciclo escolar, las hi- para llevar a cabo una tarea didáctica a partir de la se-
pótesis sobre procesos de conocimiento y las propuestas lección de textos, y para calibrar el interés de distintas
sobre su desarrollo en la gestión de aula. Esto es exac- propuestas pedagógicas".

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Literatura infantil: aproximación al concepto, a sus límites y a sus posibilidades

y cada una de las capacidades de los alumnos, ra de intención literaria, entre otros aspectos, en
como afirma Colomer: suma, en el desarrollo de la competencia literaria
orientada a la formación integral, ética y estética,
La literatura se considera hoy un instrumento de las personas.
social utilizado por los individuos para dar sen-
tido a la experiencia, para entender el presente, La competencia literaria: competencia
el pasado y el futuro, para iluminar su propia
identidad como personas y como miembros de
lectora e intertexto
una colectividad, así como para explorar los lí-
En este marco conceptual, la competencia litera-
mites y posibilidades del lenguaje. Los textos
ria constituye una subcompetencia de la comu-
literarios no presentan características retóricas
nicativa compuesta por los saberes, capacidades
especiales ni existe un concepto universal y ob-
y actitudes que permiten el conocimiento e iden-
jetivable de literatura, sino un uso social de co-
tificación de los textos literarios y que amplía los
municación regido por unas convenciones que
saberes expresivos y comprensivos, así como el
regulan una relación cooperativa entre el lector
mundo mental y cultural de las personas. Su ad-
y el texto. (1997: 129)
quisición es un largo proceso en el que entran
en juego aspectos cognoscitivos, éticos, estéticos,
Desde este perspectiva, las formas de
lingüísticos y culturales, por lo que adquiere una
abordar el conocimiento literario deberán de
especial significación en el ámbito escolar, en-
combinar cuatro posibilidades: el acercamien-
tre otras cosas, porque el conocimiento de la li-
to estructural, donde la construcción literaria es
teratura contribuye a aumentar la competencia
determinada desde la especificidad estética y
comunicativa desde su indudable calidad lin-
academicista; la focalización intencional —para el
güística y sigue siendo un objetivo educativo
doble momento de la escritura y lectura—, ínti-
mamente vinculada a la dimensión social-axio- prioritario.
No obstante, hay que advertir, en este pun-
lógica; el aprendizaje autónomo —en tanto que las
to, sobre el riesgo —especialmente operante en la
guías de trabajo autónomo han mostrado su efi-
educación infantil y en los primeros niveles de
ciencia para la adquisición del saber tanto onto-
la primaria— de instrumentalizar la literatura, es
lógico como academicista de
decir, de convertirla en una
la literatura, y la derivación
herramienta, aunque pri-
multidisciplinar u horizontal
vilegiada, eso sí, para con-
de la literatura como punto
tribuir al desarrollo de las
de partida del hecho escolar
habilidades lingüísticas o
(Rienda, 2006).
a la asimilación de deter-
Con este modo de ha-
minados valores y normas
cer, los objetivos de la edu-
vigentes en la sociedad ac-
cación literaria a lo largo de
tual. En relación con esta
la escolaridad pueden real-
cuestión, parece clarifica-
mente centrarse en el logro
dora la opinión de Mendo-
del disfrute de la lectura,
za, López Valero y Martos
en la adquisición de hábi-
(1996), quienes, al enten-
tos lectores y de capacidades
der la competencia como
de análisis de los textos, en
el conocimiento interio-
el desarrollo de la compren-
rizado de un sistema que
sión y la competencia lecto-
permite la sistematización
ras, en el conocimiento de
de datos lingüísticos, lite-
obras y autores significativos
rarios o semióticos, expo-
de la historia de la literatura
nen que la correlación entre
y en la práctica de la escritu-
15
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Artículo de investigación

competencia lingüística y competencia literaria de significados en contextos culturales específi-


permite apreciar la continuidad de ambas y las cos en que el lector se convierte en protagonista.
implicaciones para la enseñanza-aprendizaje que Si bien es cierto que el texto posee un potencial
conlleva: entre ambas, se dan rélaciones de pa- significativo, el lector lleva a cabo una lectura in-
ralelismo, de dependencia (de la literaria respec- dividual del mismo, en la que influyen factores
to a la lingüística), de intersección e, incluso, de tales como la competencia lingüística, sus cono-
desviación/disjunción. La competencia lingüís- cimientos culturales, su edad, la finalidad de la
tica es observable en la actuación, en la produc- actividad lectora, etc. Los lectores emplean es-
ción, mientras la literaria en el ámbito escolar se trategias diversas en las que se conjugan estos
refleja en la comprensión e interpretación de tex- factores, por lo que la negociación del significa-
tos. Esta es una aptitud aprendida, cuya comple- do tiene una dimensión psicológica, sociológica
jidad de estudio pasa por conocer y analizar los y crítica. Desde la perspectiva didáctica, este én-
problemas de la comprensión lectora, de la acti- fasis en el proceso de negociación y en los proce-
vidad del lector y de los factores que intervienen samientos cognitivos que intervienen en el acto
para activarlas ambas. de la lectura requiere un replanteamiento del
La tradicional dificultad de definir la li- papel del docente, que habrá de guiar y evaluar
terariedad subyace a la de definir la competen- las rutas y objetivos de aprendizaje, así como la
cia literaria, la cual incluye factores intuitivos y construcción de significados por parte del apren-
de aprendizaje, condicionantes socioculturales, diz, por lo que deberá aceptar la validez de dis-
cierta disposición del receptor, su conocimiento tintas interpretaciones. Paralelamente, ayudará
del mundo y la ampliación de los conocimien- al estudiante a ser consciente de los procesos que
tos lingüísticos. Para contribuir a solventar esta intervienen en su actividad lectora personal'.
dificultad, el tratamiento de la literatura ha de Junto con la competencia lectora, otro de
hacerse —a nuestro juicio— desde teorías como los componentes básicos de la competencia lite-
la estética de la recepción, la pragmática litera- raria es el intertexto del lector9, o saberes, estrate-
ria o el procesamiento cognitivo de la literatura. gias, habilidades y recursos asimilados por el re-
Es decir, la presentación de la literatura al alum- ceptor a lo largo de su experiencia lectora que se
nado no como algo establecido e incólume, sino activan en la interacción lectora a través de la re-
como un hecho en acto (Iser, 1989) por la in- cepción literaria y que regulan las actividades de
volucración • del receptor y su capacidad herme-
néutica'. La posibilidad de dar protagonismo al
8
lector y a su interacción con el texto requiere el Especial atención merecen los estudios del profesor
dominio de dos aspectos que son los grandes pi- Mendoza (1998: 172) sobre el tema que ofrece un deta-
llado análisis de las estrategias y del proceso de lectura
lares, los básicos, de la competencia literaria: la del que deriva una serie de implicaciones pedagógica,
lectura —la competencia lectora , pues para enfren-
— tales como la atención a la actividad lectora como par-
tarse a los textos literarios, los estudiantes habrán ticipación colaboradora en la construcción de significa-
dos del texto, la autoobservación o metacognición del
de ser en primer lugar lectores competentes, y la proceso lector y la formación del intertexto del receptor
posesión y desarrollo del intertexto del lector. como base del desarrollo de la competencia literaria. El
En la actualidad, la lectura se concibe conocimiento de los condicionantes y factores que in-
tervienen en las fases fundamentales del proceso lector —
como un proceso de cooperación y negociación descodificación, comprensión e interpretación— permitirá
un adecuado tratamiento didáctico de la actividad lectora,
así como el diseño de actividades encaminadas a orientar
a los aprendices en el desarrollo de la misma. La forma-
7
La teoría de la recepción ha destacado el papel central ción lectora del individuo, por tanto, centrará su atención
del lector en la producción del significado del texto li- en las distintas fases y procesos de lectura, es decir, en la
terario. El lector o destinatario puede considerarse una actividad lectora en tanto interacción entre el sujeto lector
fuerza productiva del texto, alguien que actúa en el pro- y el texto, que se concreta en las habilidades de reconocer,
ceso. El lector no se limita a descodificar los signos, sino reajustar, comprender, valorar e interpretar.
9
a construir significados, interactuar con el texto en el Según Riffaterre, lo constituye la percepción por el lec-
proceso lector y, aplicando sus conocimientos previos, tor de relaciones entre una obra y otras que la han prece-
deducir sus propias inferencias. dido.

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Literatura infantil: aproximación al concepto, a sus límites y a sus posibilidades

citación para el proceso hermenéutico en última


La obra literaria se revela como un instancia, de donde se desprende que la compe-
elemento privilegiado para lograr tencia literaria de los estudiantes se verá enri-
quecida mediante su exposición a una diversidad
tanto el desarrollo personal corno de textos, con el fin de generar saberes y asocia-
la inserción cultural y social de las ciones que hagan crecer su intertexto.
En cualquier caso, se sabe que si la com-
generaciones jóvenes y, por tanto, el petencia literaria permite reconocer, identificar
tratamiento didáctico de la literatura y diferenciar producciones literarias, esto no po-
sibilita, sin embargo, la definición de literatura
debe hacerse desde un punto de vista —punto en el que han sido mostradas numerosas
comunicativo en tanto en cuanto limitaciones por parte de la crítica teórica—, lo
estamos ante un tipo de discurso con que condiciona igualmente y de inmediato cual-
quier intento de definición de la competencia li-
una función social y comunicativa teraria (Mendoza, 2004).
específicas, pero también debe
estar presente ineludiblemente el El canon de lecturas en la escuela
componente estético, dado el valór Todas estas cuestiones son las que conforman el
debate sobre el canon, sobre la existencia y funcio-
cultural y personal de las obras nalidad de un canon escolar o formativo y sobre el
literarias papel de la literatura infantil en él.
Un canon de literatura es una selección
identificación y conexión en el proceso receptor de obras y autores prestigiosos que se conside-
para establecer asociaciones de carácter metali- ran modelos a imitar y marcos de referencia en
terario e intertextual, permitiéndole, por tanto, la educación y en el ámbito de la crítica literaria.
inferir, comprender y dar sentido a todo el entra- La existencia de estos "modelos" se remonta a la
mado textual de la obra (Mendoza, 1999 y 2004; antigüedad grecolatina y siempre ha estado vin-
de Amo, 2002). culada a la pedagogía, a la instrucción, pues la
Teniendo en cuenta que los códigos que selección de obras y autores está en relación di-
operan en los textos no son únicamente de na- recta con lo que en cada momento se considera
turaleza lingüística, sino que están relacionados que se debe enseñar, con los valores que se quie-
con la plasmación de ideas y sistemas de valores, ren transmitir por medio de la enseñanza (Po-
la estructura formal del texto en términos de gé- zuelo, 1996).
nero y otras convenciones literarias, las alusiones Hoy en día, parece indiscutible la afirma-
simbólicas, las referencias intertextuales (rela- ción de que la literatura infantil contribuye en
ción con la tradición literaria) o la referencia a gran medida a la formación de lectores compe-
realidades y aspectos del mundo externo al tex- tentes porque son estos textos los que inician al
to, que pueden ser de índole social, geográfica, niño en el reconocimiento de las peculiaridades
política, filosófica, cultural, etc., se hace nece- de lo literario (lenguaje, temas, géneros, sím-
saria, por tanto, cierta familiarización con las bolos, etc.) y los que permiten poner en marcha
convenciones literarias, que un buen lector re- las diversas actividades formativas que implica
conoce y sabe interpretar. En efecto, "la presen- la educación literaria. Así lo afirma el profesor
cia de una competencia literaria sólo es posible Mendoza (2002), quien señala que, desde hace
constatarla a partir de los efectos —comprensión, tiempo, las obras de literatura infantil forman
reconocimiento estético, actitud lúdica, goce ar- parte de las lecturas que se hacen en las aulas,
tístico o intelectual (...)— que el mensaje provoca aunque los maestros disimulen su presencia y no
en el lector" (Mendoza, 2004), esto es, la capa- la mencionen en sus proyectos y programaciones,

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Artículo de investigación

convirtiéndolas en un canon oculto que urge po- selección y la determinación de un canon de for-
der elevar a la categoría de canon escolar o for- mación literaria son facetas de un mismo aspecto
mativo junto con los otros materiales "clásicos" y del diseño del currículo, la concreción de los mo-
explícitos. delos literarios que constituyen la base formativa
Al respecto, cabe señalar el I;écho de que, de la educación literaria. A nuestro juicio, des-
pese a los planteamientos novedosos que se es- de la perspectiva didáctica, esta debe hacerse te-
tán produciendo en el campo de la didáctica de niendo en cuenta varios tipos de criterios.
la literatura (educación literaria, competencia Unos habrán de estar relacionados con el
lectora, intertexto, recepción estética, etc.), los descubrimiento de la literatura como fuente de
materiales literarios sobre los que se han de arti- placer y enriquecimiento personal (criterios for-
cular las correspondientes secuencias didácticas mativos, estéticos y culturales). Habrá que bus-
siguen siendo, en gran medida, los mismos, es car temas relacionados con la edad, el contexto
decir, el canon no se ha puesto en cuestión, igno- social y cultural, los gustos y las capacidades de
rando, de este modo, esto que Mendoza señala los alumnos, a quienes los libros interesan más
con contundencia: por lo que dicen que por cómo lo dicen. Asimis-
mo, los personajes deben permitir al lector cierto
La especificidad formativa de un canon lite- grado de identificación —sobre todo en las eta-
rario es la clave para una sistematización co- pas de construcción de la personalidad— y el len-
herente del conjunto de saberes que constitu- guaje debe ser correcto y variado, pero que esté
yen la competencia literaria. El canon pauta en consonancia con la capacidad comprensiva de
el itinerario de acceso a la educación literaria los receptores. También, el atractivo de las for-
siempre que se muestre lo específico del hecho mas (portada, tipos de letras, ilustraciones, pa-
literario y lo genérico de la faceta cultural de pel, etc.) tiene gran importancia.
la literatura. Cuando el canon se establece con Otros, en momentos posteriores, relacio-
criterios didácticos, en él se recopilan los di- nados con el conocimiento de hechos y realidades
versos tipos que pueden ser desarrollados en literarias (criterios preceptivos). Progresivamen-
las secuencias didácticas de un determinado te, habrá que ir incluyendo lecturas que, además
currículum, de acuerdo con los intereses y el de ser motivadoras, proporcionen conocimien-
nivel de formación de los alumnos. (2002: 27) tos literarios más complejos. Poco a poco, en la
adolescencia, el contenido reflexivo de los frag-
Esta evidencia resulta indiscutible si admi- mentos y obras seleccionadas deberá superar a la
timos el hecho de que el objetivo central de la acción.
enseñanza de la literatura en la educación obli- Un tercer grupo se orientará a desarrollar
gatoria no es otro que el de crear lectores, con la competencia lectoliteraria, a la ampliación del
todo lo que ello implica. Sin embargo, la escuela intertexto y de todas las estrategias necesarias
parece haberse quedado sola en la tarea de pro- para acceder sin obstáculos a la literatura.
mover la lectura y así, pese a que en ella los niños Aplicando los tres tipos de criterios, nos
leen obligados, no llegan a convertirse en lectores encontramos con un canon escolar que no debe
porque la lectura no ha de ser una tarea escolar, ser inamovible, que ha de ser variado y que pue-
sino una acción cultural conjunta que depende de organizarse con arreglo a distintos paráme-
tanto de las familias como de las instituciones tros (géneros, temas, estilos, etc.), delimitado por
culturales y políticas (Fernández, 1997). las características específicas del ámbito educati-
Pese a esta reivindicación de responsabili- vo (objetivos, nivel de desarrollo de los alumnos,
dad compartida, se ha de reconocer que el aula intereses personales, funcionalidad formativa de
sigue siendo un espacio idóneo para fomentar la los textos, etc.) y por los fines de la educación
lectura y, para ello, las actividades de la clase de- estética y cultural en su proyección lúdica y re-
ben organizarse alrededor de la misma. Precisa- creativa. La eficacia de este canon radicará, en
mente por eso, la selección de textos se convierte gran medida, en las actividades que sobre él se
en un problema metodológico y formativo: esta propongan y en su capacidad para lograr el de-

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Literatura infantil: aproximación al concepto, a sus límites y a sus posibilidades

sarrollo conjunto de las habilidades lectoras, del res con los que habitualmente se trabaja y que se
intertexto lector y de la competencia literaria en proponen como lecturas y, por lo mismo, como
su conjunto10. modelos lingüísticos y vitales: todos han de en-
caminarse a revelar a los niños el entramado que
constituye la literatura, lo que cada obra litera-
A modo de conclusión ria tiene de textura —de texto , de urdimbre en

la que se tejen nuestros sueños, nuestras aspira-


Vista esta aproximación al concepto y a las fun- ciones, nuestros sentimientos, nuestras miserias
ciones de la literatura infantil en la educación y nuestras grandezas, nuestro ser más profunda-
escolar, procede insistir en que la naturaleza in- mente "humano" en el pleno sentido de esta her-
fantil del destinatario nunca debe ser motivó mosa palabra.
para la alteración cualitativa de las exigencias
específicas del lenguaje artístico frente al len-
guaje estándar porque esto supone hurtar a los Reconocimientos
niños un legado y unas posibilidades de creci-
miento que les pertenecen con absoluto derecho. Proyecto del Plan Propio de Investigación de la
Es importante resaltar también que los objeti- Universidad de Granada (España): "Canon lite-
vos de la educación literaria en la escuela han rario, literatura infantil y juvenil y animación a
de encaminarse a la creación y consolidación de la lectura en entornos educativos multicultura-
hábitos lectores y de capacidades de análisis de les".
los textos, al desarrollo de la comprensión y la
competencia lectoras, al conocimiento de obras Bibliografía
y autores significativos de la historia de la litera-
tura y a la práctica de la escritura de intención li- Albanell, Pep et álii. (2002). Hablemos de leer.
teraria, entre otros aspectos, en suma, al logro de Madrid: Anaya.
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lo Al respecto, cabe señalar una cosa que no por obvia Carandell, José María. (1977). "Reflexiones
ha sido tenida en cuenta: a los alumnos les motivan las acerca de la literatura infantil", en Cuader-
obras que son capaces de leer, es decir, aquellas para las nos de Pedagogía, 36: 19 23. -

que sus habilidades cognitivas (lingüísticas, metalitera-


rias) y sus intereses les capacitan. De este modo, el canon Cerrillo, Pedro y García Padrino, Jaime (coord.).
y la competencia literaria mantienen una relación de in- (1999). Literatura infantil y su didáctica.
terdependencia: según las obras que se lean, la compe- Cuenca: Universidad de Castilla-La Man-
tencia literaria será más o menos amplia y más o menos
sólida. En función de lo leído, se desarrollará también, cha.
más o menos, la competencia lectora, de forma que la (2000). Presente y futuro de la literatura in-
experiencia lectora llevará al alumno al establecimiento fantil. Cuenca: Universidad de Castilla-La
progresivo de un canon personal de lectura de ocio dis-
tinto al canon académico.
Mancha.

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enunciación / vol. 14, núm. 1 / enero-junio de 2009 / pp. 7-21
Artículo de investigación

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